Futuro [Alana Ferstein]

por **Juliette Dharwark** Mar Mar 12, 2013 4:24 pm

Mis pasos se volvieron mas apresurados al visualizar el cielo.
Me había tomado tanto tiempo con las compras que irremediablemente el día había dado paso a la noche. Ya no había mas luz que la de la luna y las estrellas. Sentí como un escalofrío recorría mi espalda, el maldito recuerdo de la única vez que me había quedado sola en las calles fue la noche que me violaron. Inconscientemente dirigí mi mano hacia mi vientre. ¿Me arrepentía? ¿Deseaba que aquel fatídico día hubiera sucedido de otra forma? ¿Quería realmente que mi pequeño milagro no existiera?
Negué con la cabeza con una dulce sonrisa en mi rostro, por supuesto que no. El dolor, la necesidad de morir, el sentirme ultrajada… todo ello lo compensaba la criatura que venía en camino. Tres meses y medio… ya quedaba menos para tenerlo en mis brazos, para saber si era niño o niña.

Caminé soñando sobre mi futuro hijo varios metros mas, hasta que caí en la cuenta de que Paul estaría en casa de los nervios por mi tardanza, aunque me extrañaría que no hubiera salido a buscarme, recorriendo todas las calles como un salvaje en mi búsqueda.
Suspirando tomé la calle de la derecha para acortar el camino a casa, aunque significara caminar por una oscura callejuela que nunca me había terminado de gustar.

por **Alana Ferstein** Mar Mar 12, 2013 5:02 pm

La luz del sol prontamente se comenzaba a extinguir, permitiendome a mi una vez más salir a la calle a buscar alguien con quien alimentarme y quizás un poco de diversión, ya que desde que tenía memoria en el viejo mundo, no me había divertido nunca, como lo había hecho en mi lugar natal, en donde había un sin fin de cosas que podía hacer, aunque no negaba que en este lugar había conocido nuevos placeres carnales, extrañaba los placeres puros e inocente que tenía su pueblo al momento de sacrificar a los humanos para ayudar a los dioses en su batalla por las noches.

Esa noche se vistió de forma común y corriente como lo hacían los de clase alta, para ir al teatro un rato y mientras la función se presentaba, ella pudiera alimentarse de cualquier persona, aunque si eso no tenía éxito iría al burdel, obteniendo comida por dinero.

Caminaba por las calles oscuras que siempre eran sus predilectas, cuando sintió la presencia de una mujer, la cual ya había visto hace un par de meses atrás, la misma noche en que vislumbró al hombre que le había robado de una u otra forma el corazón.

"Debo conocerla,además no puedo dejar que nada malo le llegue a pasar" pienso para mi, mientras me acerco a ella con sigilo y después de juntar mucho valor, la tomo del brazo para pararla.

-Buenas noches señorita-digo en mi perfecto francés, mientras le brindo una ligera sonrisa-¿puedo acompañarte esta noche, para que no vayas sola hasta tu hogar?-pregunto como quien no quiere la cosa, ya que las calles a esta hora, para los humanos eran muy peligrosas.

por **Juliette Dharwark** Mar Mar 12, 2013 5:47 pm

Puede que fuera la oscuridad, o quizá la presencia de alguien mas tras de mi lo que me helaron la sangre. Recé y recé cuantiosas oraciones mientras que mi paso aceleraba todavía mas.
“Dios mío, otra vez no… ahora no.”
Mi mente recitaba aquella frase una y otra vez, implorando alguna piedad divina. Pues tales eran mis nervios por mi traumática experiencia meses atrás, que olvide por completo mis poderes.
Pensé en Paul, en su desesperación. Visualicé su rostro distorsionado por la horrible carga de la furia. Pude sentir en mi corazón que una desgracia mas para conmigo no podría soportarlo. Se hundiría.
Y yo me hundiría con el.

Paul… mi adorado hermano. El siempre había usado su sonrisa para espantar mis miedos, para derrocarlos. Me pregunté a mi misma que haría yo si el pilar de mi vida perdía su sonrisa.
Y la respuesta fue demasiado clara: Morir.
Necesitaba de la felicidad de Paul para existir, para continuar siendo como hasta ahora, una “niña” que tenía permitido no crecer jamás.
A el… a esa personita que tanto había luchado por sacarme adelante, le debía demasiado. Lo amaba y, por supuesto, deseaba lo mejor para el. Y mi muerte no entraba para nada en esos planes…

Una mano agarró mi brazo al tiempo que mi cuerpo volteó con urgencia para contemplar al extraño. En ese momento mis ojos estaban llenos de expectación y temor y, de un estirón, logré liberar mi brazo para cubrir mi vientre en señal de protección. Pero al confusión hizo acto de presencia cuando me percaté de que se trataba de una mujer, era demasiado hermosa y claramente te trataba de una mujer de mi misma clase. Recorrí la calle con la mirada y comprobé que ella tampoco contaba con compañía masculina. Y se la veía tan tranquila… pero su extraña petición alteró todavía mas mi corazón, su pregunta sonaría cordial en un hombre. En una mujer resultaba sospechoso.
Sin perder mas tiempo me concentré en su aura, deseando que se tratara de una humana y mis sospechas fueran infundadas. Pero ahogué un grito al ver su aura manchada en tonalidades rojizas.
Se trataba de una vampira.

Inmediatamente protegí mi cuerpo con una barrera de poder mientras que asustada, retrocedí dos pasos.

- Aléjate de mi… -mi voz era solo un murmullo tembloroso, la cual hacía evidente mi conocimiento sobre la naturaleza de la mujer-.

por **Alana Ferstein** Mar Mar 12, 2013 6:22 pm

Todo me tiene que salir mal, todo completamente todo, yo que solo planeaba ayudarla, ahora era de una u otra manera rechazada, a lo que no me quedo más que suspirar, ya que no sabía si se trataba de una simple humana o una bruja, aunque la forma en como reacciono, me hizo creer más en lo segundo que en lo primero.

-Vale, esta bien, yo solo quería ayudar, no soy nadie mala ¿sabes?-digo de forma un tanto herida, ya que en verdad no era una mala vampira, yo no mataba para comer, y a mis víctimas siempre las dejaba con vida, solo alimentandome de lo que necesitaba para sobrevivir y las personas que solía sacrificar siempre, eran personas que había investigado que habían hecho mucho daño, ya sea a sus familias o al mismo pueblo-además deberías de saber que justamente no estamos del todo solas-digo bufando al sentir ese olor tan peculiar de los hombres lobos-¿tienes algo que ver con algún hombre lobo?-digo mirandola a los ojos-porque ellos si no son para nada de fiar-digo mientras veo una silueta salir de las sombras y tensarme ligeramente, pero sin demostrarlo en ningún momento-este no es lugar para ti chucho, marchate antes de que tenga que arrancarte la cabeza con mis manos-digo mostrandole mis dientes y poniéndome enfrente de la chica, por si el lobo quería atacar, pero gracias a algo divino este se alejó y nos dejo a ambas solas y pude respirar un poco más tranquila, ya que a pesar de que ya me faltaba poco para ser una vampira antigua, aun así no era tan fuerte cuando no me alimentaba, y justamente apenas iba a conseguir mi alimento de todos los días, pero a la chica no la tocaría, ya que ella involucraba a otra persona que me interesaba conocer, Paul era su nombre y necesitaba conocerlo, tanto como la sangre para poder seguir viviendo.

-¿Estas bien?-preguntó arreglando ligeramente mi vestido y manteniendo mi distancia ante ella, por si tenía algún campo de fuerza alrededor de ella y la miré de arriba a abajo, para rectificar que estuviera bien, aunque eso se viera demasiado raro, no me importo, no me podría permitir que ella sufriera algo- mi nombre es Alana, por si te interesa-digo suspirando y mirando por todo el lugar, esperando no captar nada con mi vista, que amenazara la vida de la mujer que estaba atrás de mi.

por **Juliette Dharwark** Miér Mar 13, 2013 6:28 pm

Sus palabras me relajaron, pero lo que realmente me hizo recapacitar fue ver en profundidad su aura, pálida y relajada, sus buenas intenciones eran ciertas. No me deseaba mal alguno y realmente velaba por mi protección.
¿Qué razón tendría para ello?
Si no me equivocaba nunca antes la había visto, ni siquiera lograba visualizar su rostro en unos de mis paseos por las calles de París. Puede que si conociera a Paul y por ello mostrase tanta preocupación. Pero era una opción con muy pocas posibilidades de ser cierta… el siempre me presentaba a sus amistades.

Eliminando la barrera de protección, la contemplé con detenimiento, escuché sus palabras con atención y sentí una confianza tan repentina que me dejó en shock por unos segundos.
Pero cuando me advirtió de la presencia de un hombre lobo la tensión volvió a golpearme. Y lo sabía… sabía que mi embarazo me hacía vulnerable. Imaginar que perdía a mi futuro hijo me enloquecía, si debía morir prefería que fuera después de su nacimiento, y entonces si… dejaría que la muerte me llevase con ella. Pero no ahora. No cuando el aun me necesitaba.

Sobresaltándome, Alana demostró que sus palabras eran ciertas, interponiéndose entre el hombre lobo y yo le pidió que se marchase amenazándolo de muerte después. Y mientras mi corazón palpitaba nervioso por la gravedad de la situación miré a al joven vampira sintiéndome maravillada. Hermosa, valiente, mi amiga… ¿Lo era?
Si para mi…
Habiendo salvado mi vida y la de mi hijo inevitablemente se había unido a mi. Liberando a mi abultado vientre de la presión de mis manos suspiré aliviada, sintiéndome en compañía de una mujer que sin saberlo, me había hecho el mayor de los regalos.

Su forma de ser atrapaba, inocente en una forma juguetona y atrevida, tenía una gracia especial y única a la vez de clase y elegancia… Por un instante por mi menté pasó un pensamiento: “el tipo de mujer que siempre he deseado para Paul.”
Mirándola ahora con una sonrisa en mi rostro me quedé con su nombre, Alana.
Alcé mi brazo para agarrar con delicadeza su brazo para girarla hacia mi.

- No se como agradecerte lo que has hecho por mi… perdona mi desconfianza, Alana. No tuve una buena experiencia.-Mi voz tembló al recordar la violación- yo me llamo Juliette Dharwark. Puedes acompañarme a casa si quieres e incluso permanecer en ella si así deseas, ya que es demasiado tarde y aun que tu naturaleza sea fuerte, siempre hay peligros por las calles.

Le sonreí con amabilidad y confianza, sin saber porque ni como, supe que ella sería otro de mis pilares, una mas en la familia. Quise desechar ese pensamiento pero no puse, por algún motivo permaneció en mi mente, sin moverse.
Y echando a andar junto a ella la dirigí hacia la mansión.

por **Alana Ferstein** Jue Mar 14, 2013 5:53 pm

No sabía por que había protegido a la humana que de ante mano sabía que se llamaba Juliette, pero que ella desconocía que yo sabía ese dato y muchos otros más como el asesinato de sus padres por un hombre lobo que casualmente pertenecía a una manada que yo sabía que era muy letal y sanguinarios, aunque para mi eran fáciles de matar.

Vale debía confesar que si sabía el por que la estaba protegiendo, desde un principio la chica que vi el final de la noche más trágica para ella, cuando la estaba violando, debo de decir que me llamo mucho la atención su reacción ante lo de su embarazo por el abuso, cualquier otra chica repudiaría al pequeño o pequeña que estaba creciendo en su interior, pero ella era diferente, por lo que mis sirvientes habían investigado, ella esperaba con ansias al pequeño y además parecía que lo quería,lo que me hizo recordarme a mi misma hiendo por mis descendientes humanos, para protegerlos y ver a mis hijos morir, para darme cuenta que había cometido un gran error al haberme esperado tanto tiempo para ir por ellos.

Así que si, definitivamente me sentía identificada con la chica que había estado atrás de mi y ahora me tomaba el brazo como si de dos viejas conocidas se tratara y me sonreía con una dulzura angelical que se que yo una vez al igual que ella tuve, hace muchos muchos años cuando era humana, la miré al rostro e hice lo mismo que ella, dándole un sonrisa deslumbrante que mostraba ligeramente mis colmillos.

-No te preocupes Juliette-dije con voz dulce y maternal-es normal tener desconfianza y más de una persona como yo-digo suspirando levemente-pero sabes, a veces no puedes decir quien eres o como eres, simple y sencillamente sucede y yo soy un claro ejemplo-digo comenzando a caminar con ella de mi lado y poniéndome a reflexionar un poco antes de hablar- y para mi sería todo un honor estar en tu hogar, siempre y cuando me invites-digo en forma de broma, porque los vampiros no podíamos pasar a casas con dueño que no nos invitaran a entrar.

Espere a que me dijera en que dirección debíamos ir cuando nos topamos con una calle con cuatro bifurcaciones y como se supone que no debería saber a donde nos dirigíamos, pues trate de esperar a que ella me dijera, sintiendo una gran ola de feliz y emoción a pesar de que no lo demostrara, porque esa noche podría ser, la gran noche en donde conocería a la persona que había estado rondando mis pensamientos todos los días desde que los ví aquella noche lluviosa.

por **Juliette Dharwark** Jue Mar 14, 2013 7:13 pm

Conforme pasaba el tiempo a su lado mas me percataba de su verdadera naturaleza, sus palabras, bien elegidas con una voz tan preciosa como la propietaria, me hicieron ver parte su pasado, aunque de forma borrosa, nada esclarecedor. Alana era mujer que a pesar de pertenecer a una raza depredadora había conservado parte de su humanidad. Mis ojos la observaban con tanta admiración que temía que se sintiera incomoda. Le sonreí añadiendo mas cariño a mi expresión.
Nunca olvidaría esta noche, la noche en que mi ahora mejor amiga me había salvado la vida…
Mis pensamientos se volvieron tan profundos que caí en la cuenta de que últimamente tomaba las relaciones con los demás con demasiada rapidez, parecía que al entablar conversación con ellos, inmediatamente se creaba un vinculo tan fuerte que ni los pocos minutos junto a esa persona bastaban para entorpecer a los sentimientos sentidos.

Salí de mis pensamientos cuando aceptó mi invitación para pasar la noche en casa, reí ante su broma. Por supuesto que la dejaría entrar. Aunque acelerada, mi relación con ella la notaba sincera y fuerte.
El destino se había encargado de ponerla en mi camino cuando mas la necesitaba y, si bien era cierto que se me ganó mi confianza gracias a uno de los peores momentos de mi vida por el posible ataque del hombre lobo, nos había hecho mas fuertes, de alguna forma las dos habíamos acabado mas unidas por la posible desgracia.
La vida era tan irónica que no pude hacer mas que sonreír, cualquier suceso malo escondía tras el algo bueno… lo había comprobado personalmente.

- Tu eres diferente, Alana. Una mujer cuya historia debe contar con sucesos de toda clase, estoy segura que contigo aprenderé mucho sobre la vida, pues esa fuerza que posees, esa niñez que se ve aun en ti… no debieron de ser fáciles de mantener.-Me aferré a su abrazo con mas intensidad-. Aun así mis disculpas no son en vano, yo misma debo de aprender que la gente no tiene porque juzgar a los demás por como son ni por su situación.-Acariciándome el vientre sentí una oleada de felicidad-. Estoy embarazada, ¿sabes? Por una violación hace tres meses y medio. Pero al gente murmura a mis espaldas, crees que tuve algún tipo de relación un hombre y tras embarazarme, huyó… La gente siempre habla sin saber y yo no debería haber sentido miedo de ti sin razón alguna. Es solo que mi estado… me proporciona una dosis extra de temor por la vida de mi futuro hijo.

Tomé la calle de la izquierda para continuar nuestro camino mientras guardaba silencio, en espera de su respuesta.

por **Alana Ferstein** Jue Mar 14, 2013 8:11 pm

Mientras mas convivía con la linda Juliette, me daba cuenta que teníamos más cosas en común de lo que yo esperaba, por el simple y sencillo hecho de que veía muchas cosas reflejadas de ella misma y la hacia sentir una conexión que había sentido con todos sus familiares desde el primer momento en que los conoció, por lo que esta vez la inundo la felicidad y sonrío de una forma tan radiante que si hubiera habido sol,posiblemente lo hubiera opacado con gran facilidad.

Seguimos caminando por las calles hasta su hogar, el cual se encontraba un tanto lejos de donde la había encontrado, pero no desviaba mi atención de ella, al menos que fuera solo por un par de segundos en donde analizaba la calles, para asegurarme de que nadie nos estuviera siguiendo, ni amenazara con atacarnos.

-Tu también eres diferente en todos los aspectos Juliette, es más si me permites decir, tienes un cierto parecido conmigo, de cuando era una joven humana, además no debes de disculparte, ya que solo cometiendo errores es como los seres vivos y no tan vivos como yo, es que aprendemos y mejoramos-digo riendo y después suspirando, ya que habíamos llegando a la fachada de una hermosa casa su casa, que denotaba el nivel que ella poseía ante la sociedad por lo que la miré de reojo, al recordar lo que dijo sobre las idioteces que estaban diciendo los humanos huecos que solo juzgaban sin siquiera saber lo que uno en verdad estaba pasando-sabes que puedes pedirme que silencie a todas las personas que están corriendo esos rumores, tan solo en un parpadear humano ¿no?-digo sonriendole y sintiendo la brisa del aire recorrer mi cuerpo y mover un poco mi vestido.

-Creo que hemos llegado-sintiendo como el aroma de su hermano me golpeaba con total fiereza y se me hacía agua la boca, aunque solo fue por un par de milisegundos, me sentí completamente mal, al haber sentido ese arranque de sed de todos los aspectos, por lo que no sabía si negar la invitación después de todo.

-¿Segura que desees que entre a tu casa con tus familiares?-exclamo lo suficientemente fuerte, para que me escuché y sentirme algo culpable por el instinto que había querido salirse de control, afortunadamente me había alimentado antes de ayudarla, porque sino podrían ocurrir una catástrofe, aunque no lo creía ya que tenía un autocontrol envidiable.

por **Juliette Dharwark** Vie Mar 15, 2013 7:42 pm

Nuestra conversación y movimientos eran tan familiares que cualquiera que nos observara pensaría que habíamos crecido juntas. Unidas de nuestros brazos con andares elegantes y hermosos nos acercábamos cada vez mas a la mansión. Alana parecía poseer también un don para confiar en los demás demasiado rápido, esa era una característica mas que compartíamos al parecer. Algo que no sabía diferenciar si era bueno o malo… ya que podía ocasionarnos graves problemas.

Una vez hubimos llegado a la mansión percibí que se detenía antes que yo, como si desde el principio hubiera conocido el camino… como si hubiera visitado mi casa varias veces atrás.
La miré con la sorpresa reflejada en mi rostro, pero sus palabras me descolocaron nuevamente.
Quise saber como podría parar los rumores… ¿realmente podría?
¿Cómo? Alana no era una vampira capaz de matar por esas cosas… me lo había demostrado esa misma noche, y yo valoraba excesivamente los actos.
Contemplé su figura bañada por la luz de la luna al tiempo que el viento movía su vestido, procurando a su imagen una nota mística.

Su siguiente reacción fue la que más me sorprendió, era una mezcla de sufrimiento y agonía, con restos de nerviosismo y contradicción. Su pregunta me hizo temer por un instante, pero deseché el pensamiento como si de basura se tratase. Confiaba en ella, en su poder, en su bondad. Definitivamente deseaba que entrara en casa, presentarle a Paul y decirle: “Hermanito… ella me ha salvado la vida.”
Deseaba que contara con la mansión como si de su casa se tratase. Ella era, desde hoy, mi mejor amiga.

- Siempre y cuando tu creas que puedes hacerlo y vayas a estar como en casa, entra.-Añadí invitándola-. Nunca lo hagas por obligación, deseo que estés bien, Alana.

Y sonriéndola, olvidé momentáneamente una pregunta que había aparecido en mi mente: ¿cómo sabía donde vivía?

por **Alana Ferstein** Lun Mar 25, 2013 4:38 pm

A veces me preguntaba que se sentiría ser nuevamente humana, poder morir con facilidad, sentir el calor de un hermoso y soleado día o poder transmitir tu mismo calor a otra persona, había pasado tanto tiempo que ya casi no recordaba lo que era eso, pero todos esos pensamientos se desvanecieron cuando volví a mi realidad con la hermosa de Juliette, la que ahora se estaba volviendo con gran rapidez una gran y estimada amiga, a pesar de que solo la había tratado un par de minutos, sabía que si le llegaba a ocurrir algo, nunca en toda mi vida inmortal me perdonaría.

Sabía que mis palabras demostraban lo vulnerable que me sentía en compañía de mi amiga, pero no quería que ella estuviera en peligro de nada, ni mucho menos que me considerara un bicho raro,por esa misma razón yo había pronunciado las palabras anteriores, antes de que ella me invitara a pasar, pero lo que hizo que mi cuerpo funcionara automáticamente fue el recuerdo de algunos fragmentos de mi vida pasada.

Un día soleando de cuando era una pequeña de diez años, cuando casi me ahogaba y una desconocida para mi que además era un año mayor que yo me salvaba la vida y me invitaba a su casa para que me recuperara del gran trauma que había sufrido, al casi morir tan prematuramente, recordando las mismas palabras que ella me decía y hacía que me pusiera a llorar y pasara con ella a su casa, en donde conocí a su madre y desde ese día nos volvimos muy buenas amigas, tanto así que cuando me casé le pedí a mi esposo el tlatoani que me permitiera traerla al palacio conmigo,el único problema fue que después de un tiempo cuando llegaron los primeros españoles, yo tuve que irme con ellos, según las ordenes del tlatoani, haciendo que lloraramos demasiado por la separación y perdiendo así completamente contacto.

-Iztacihuatl-susurré mientras comenzaba al relaccionar algunas de las facciones de mi antigua amiga con las de Juliette, al igual que algunos ademanes, por lo que cuando ella había pasado a la casa y me esperaba adentro, con velocidad vampirica, me acerque a ella y le di un suave abrazo, siendo que la reencarnación existía y la veía justo ante mis ojos-No dejaré que nos vuelvan a separar-dije tan quedamente que ella no lo escucharía, para después reaccionar y recordar que quizás ella no recordara nada de su vida pasada, por lo que traté de disimular el pequeño desliz.

-Gracias por tratarme tan bien Juliette, creo que llegaremos a ser amigas inseparables-separandome de ella y sonriendole con una dulzura que creí que había perdido mucho tiempo atrás.

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