AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Ilusorio [Privado]
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Ilusorio [Privado]
No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido.
J.R.R Tolkien
J.R.R Tolkien
El cansancio era demasiado como para seguir manteniendo la ilusión de la niña. La Puppenspielerin necesitaba urgentemente un tiempo para recuperar las energías perdidas. Así, lentamente, la imagen de una niña de no mas de diez años comenzó a desaparecer, siendo reemplazada por su versión de carne y hueso con un buen par de años encima. Una mujer joven, con la cara sumergida en el más profundo de los temores. Temores irracionales e infundados, pero que pasan por su cabeza a la velocidad de un rayo. ¿Qué era ese hormigueo que sentía en las manos? ¿Acaso la intentarían dominar de nuevo? ¿Y ese persistente dolor de cabeza, no sería un indicio de su temprana muerte? ¡No! ¡No quería morir todavía!
Temblorosamente, Nele buscó un lugar para pasar la noche, aunque temía demasiado a todos los lugares como para decidirse por uno. Ese podía tener ratones. El otro, perros hambrientos. Y en uno de los tantos desechados le pareció ver una sombra amenazadora, que la retaba a quedarse allí a costa de su vida. Ni siquiera hizo el amago de avanzar. Se retiró sin siquiera prestar batalla. Pero luego de toda esa búsqueda, al fin encontró un espacio relativamente seguro. Sin más, se acostó a tratar de dormir. No era fácil, pues su cabeza le recriminaba todos los peligros que la acechaban afuera.
No se daba cuenta, pero cada vez que pensaba en esas cosas, hiperventilaba. Le era imposible relajarse o estar tranquila. Siempre debía estar alerta, ansiosa ante el más mínimo ruido. Su vida se reducía a huir de los demás, a mantenerlos engañados con una imagen que no era la suya. Y había que aceptar que hasta ahora había funcionado. Al menos nadie había intentado matarla todavía, así que tenía algo que agradecer.
O lo tenía hasta que escuchó ruidos cerca de su improvisado hogar. Pasos que se dirigían hacia ella. Se levantó de golpe, horrorizada. ¿Venían a hacerle daño? ¿Podría correr? Porque apenas le quedaban fuerzas para mantener la ilusión por mucho tiempo. Prefería guardar sus reservas para un caso de emergencia. Para ella, esto posiblemente lo era. Las pisadas repiqueteaban en el suelo en intervalos casi cronométricos, acercándose rápidamente hacia ella. El miedo volvió a invadirla. ¿Significaban estos pasos un peligro para ella? ¿Significaba que venían a causarle dolor? Su cabeza ni siquiera lo pensó dos veces antes de decir "sí", y correr se le antojó una muy buena idea. Por lo que, sin siquiera preocuparse de sus cosas, huyó a la velocidad de un bólido, hacia el extremo opuesto de la fuente del ruido. Comportamiento irracional que no hacía más que delatarla en vez de esconderla.
Aunque, ¿Se puede esperar un comportamiento racional de una joven que teme a todo lo que está a su alrededor?
Puppenspielerin- Hechicero Clase Baja
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Re: Ilusorio [Privado]
Podía escuchar el resonar de las campanas de Notre dame. El campanero de la noche movía las cuerdas que hacían mover las campanas de oro junto con sus hermanas gemelas, pero esta noche, me tocaba hacerlas compañía con mi turno de guardia. Habiendo resuelto el caso de la casa encantada y del revuelo en la cocina envuelto en sangre, pude ver que se había colado una bestia feroz interrumpiendo en la tranquilidad de la casa. Era una criatura que podría estar relacionada con el pasado, ¿Qué paso? No tengo una seguridad certera de que podría conocer a la bestia, pero por ahora, tenía que mantener la mente fría para variar.
De negro oscuro como la noche eran mis ropas, vestía capa larga con una capucha enorme que solía cubrirme todo el rostro de miradas curiosas. El sello de la orden de cazadores a la que pertenecía, en realidad una como otra cualquiera, estaba yo, montado a lomos de mi negro corcel de mirada penetrante y con un temperamento similar al de la tormenta y el caos. Yo, junto con otros guardias hacíamos guardias, nos habían mandado la parte norte, sur y después las demás zonas a investigar a gente que habían entrado ilegalmente, con el tema del mercado de esclavos a espaldas de la ley. Yo y otros nos ocuparíamos del asunto.
Cabalgábamos sin cesar por las calles, haciendo guardia, pero uno de los guardias que me acompañaban era bien avispado, atento y descubrió a un grupo de gitanos que entraban ilegalmente ocultos dentro de las telas de un carromato que llevaba vinos entre otros licores- ¡Registrad a fondo! –Tenía la orden de mantener orden en las calles, si me topaba con alguien sobrenatural, lo cazaba y al calabozo. La orden que lleve a cabo hizo que mi corcel se regocijara de gozo, tire de las riendas para calmarlo y mi vista no paso desapercibida una muchacha que parecía bastante cansada. A lo lejos una muchacha no muy estable, parecía no mantener el equilibrio, no iba a mantenerlo hasta que la vi caer sobre cartones y otros desperdicios de basura o de desechos que ya a nadie le importaban.
-¡Señor! –Mi cabeza volvió al oficio para ver lo que ya intuía, acercándome al cómplice fui con fusta en mano, aquella fusta resonó sobre la carne cubierta por las ropas del hombre-¡Llevadlos a prisión! –Grite de nuevo dando órdenes, para después ver que llegaba otra con más premios, pero nada. Nuevamente, de uno de los carromatos que se habían juntado en grupo, había salido una gitana con un paquete encima, pero uno de los guardias a pie la tomo del brazo, sonreí victorioso.
- ¡Eh! ¡TU! ¿¡Que llevas ahí!-
-¡Seguro que es mercancía robada! ¡Quitádselo de inmediato!-El guardia consiguió quitárselo de encima, eran unas reliquias que habían sido robadas en la Notre Dame hace unas semanas y por fin volvería a su sitio. Menuda suerte pero aquello no estaba para que nos mandaran a buscar tonterías. Gitanos, pobres, encubridores de otros culpables, esto se enredaba cada vez más, hasta que un guardia del sector este de París llegó comunicándonos que habían avistado a una bruja a mitad de proceso de su “ritual” -¡Bien! Tú y tú, id con él...-Señale mandando órdenes de aquí para allá, me quedé con tres soldados a mi cargo para poder cubrirme un poco las espaldas, esto por fin se había puesto interesante, nos pusimos en marcha al acecho de esa infame, pero dependiendo de lo que hubiera hecho ¿Tendría que juzgarla no?
Habíamos recorrido las calles, algunas miradas habíamos atrapado de varios curiosos, entonces pude avistar a una joven de cabellos rubios y que parecía correr con el rostro confundido, pero endiabladamente, era bastante rápida-¡VAMOS, QUE NO ESCAPE!-Grite señalando al frente hacia la muchacha en la que supuestamente era la que me habían dicho que tenía que atrapar, pero viéndola más de cerca, vi que no parecía ser tan peligrosa.
De negro oscuro como la noche eran mis ropas, vestía capa larga con una capucha enorme que solía cubrirme todo el rostro de miradas curiosas. El sello de la orden de cazadores a la que pertenecía, en realidad una como otra cualquiera, estaba yo, montado a lomos de mi negro corcel de mirada penetrante y con un temperamento similar al de la tormenta y el caos. Yo, junto con otros guardias hacíamos guardias, nos habían mandado la parte norte, sur y después las demás zonas a investigar a gente que habían entrado ilegalmente, con el tema del mercado de esclavos a espaldas de la ley. Yo y otros nos ocuparíamos del asunto.
Cabalgábamos sin cesar por las calles, haciendo guardia, pero uno de los guardias que me acompañaban era bien avispado, atento y descubrió a un grupo de gitanos que entraban ilegalmente ocultos dentro de las telas de un carromato que llevaba vinos entre otros licores- ¡Registrad a fondo! –Tenía la orden de mantener orden en las calles, si me topaba con alguien sobrenatural, lo cazaba y al calabozo. La orden que lleve a cabo hizo que mi corcel se regocijara de gozo, tire de las riendas para calmarlo y mi vista no paso desapercibida una muchacha que parecía bastante cansada. A lo lejos una muchacha no muy estable, parecía no mantener el equilibrio, no iba a mantenerlo hasta que la vi caer sobre cartones y otros desperdicios de basura o de desechos que ya a nadie le importaban.
-¡Señor! –Mi cabeza volvió al oficio para ver lo que ya intuía, acercándome al cómplice fui con fusta en mano, aquella fusta resonó sobre la carne cubierta por las ropas del hombre-¡Llevadlos a prisión! –Grite de nuevo dando órdenes, para después ver que llegaba otra con más premios, pero nada. Nuevamente, de uno de los carromatos que se habían juntado en grupo, había salido una gitana con un paquete encima, pero uno de los guardias a pie la tomo del brazo, sonreí victorioso.
- ¡Eh! ¡TU! ¿¡Que llevas ahí!-
-¡Seguro que es mercancía robada! ¡Quitádselo de inmediato!-El guardia consiguió quitárselo de encima, eran unas reliquias que habían sido robadas en la Notre Dame hace unas semanas y por fin volvería a su sitio. Menuda suerte pero aquello no estaba para que nos mandaran a buscar tonterías. Gitanos, pobres, encubridores de otros culpables, esto se enredaba cada vez más, hasta que un guardia del sector este de París llegó comunicándonos que habían avistado a una bruja a mitad de proceso de su “ritual” -¡Bien! Tú y tú, id con él...-Señale mandando órdenes de aquí para allá, me quedé con tres soldados a mi cargo para poder cubrirme un poco las espaldas, esto por fin se había puesto interesante, nos pusimos en marcha al acecho de esa infame, pero dependiendo de lo que hubiera hecho ¿Tendría que juzgarla no?
Habíamos recorrido las calles, algunas miradas habíamos atrapado de varios curiosos, entonces pude avistar a una joven de cabellos rubios y que parecía correr con el rostro confundido, pero endiabladamente, era bastante rápida-¡VAMOS, QUE NO ESCAPE!-Grite señalando al frente hacia la muchacha en la que supuestamente era la que me habían dicho que tenía que atrapar, pero viéndola más de cerca, vi que no parecía ser tan peligrosa.
Re: Ilusorio [Privado]
Sintió los gritos, aquellos que se dirigían a su persona, y apuró más el paso. Entonces, en verdad querían cazarla, matarla otra vez. Las lágrimas comenzaron a salir de su rostro, los sollozos escapaban de sus labios. ¿Qué había hecho ella, por dios? ¿Qué había hecho para merecer aquel destino cruel que siempre la amenazaba con su muerte inminente? ¡Nada, absolutamente nada! Su único pecado había sido pertenecer a la familia en la que nació, esa de la que ni siquiera recordaba el apellido. Sólo sabía que se llamaba Nele y había vivido en Bremen, uno de los tantos estados del Sacro Imperio. Luego de eso, nada más. Se le había borrado los rostros de sus padres y hermanos, producto del estrés de haberlos asesinado ella misma bajo las órdenes de otro.
Trató de perderlos entre los callejones, entre espacios pequeños que podía cruzar con agilidad, pero los hombres que la perseguían eran igual de tenaces que ella. El miedo comenzó a dar paso al Pánico. Estaba aterrada. A pesar de que trataba de calmarse asegurando que nada iba a pasar, su cabeza le mostraba todo lo contrario. La atraparían, la juzgarían y la matarían sin más. Y ella no quería morir. No quería morir, no quería morir, no quería morir…
¡No quería!
Todo el pánico se mezcló con su ira, su odio. ¡No quería morir, y ellos no le tocarían un cabello si de ella dependiera! ¿Querían pelea? ¡Pelea les daría! Había hecho que un brujo extremadamente capaz terminara demente en un basural. Había causado los peores miedos en las personas a las que le pagaban por intimidar. Era claramente más poderosa que todas esas almas que se disponían a matarla, y se los iba a demostrar por las malas. Ella no iba a caer. Y si caía, se llevaría a muchos consigo.
De pronto, dejó de correr. Se paró en seco, y plantó cara a sus enemigos, rebosante de ira. Así como su cordura, el poder se desprendía de su cuerpo, salía al exterior en forma de ilusiones de las que ella apenas era consciente. La imagen de Nele y la de la niña, con la misma cara furiosa, se confundían y se perdían en una sola. Iba a causarles tal pánico que jamás osarían aparecerse por allí de nuevo, se iba a asegurar de aquello. Sintió todas esas pequeñas cuerdas que la ataban a los demás, esas que podía mover a su antojo. Y habló, con la voz rebosante de una ilusoria seguridad.
-¡Aléjense de mí! ¡No se me acerquen! ¡Si llegan a avanzar un paso me aseguraré de que tengan pesadillas toda su miserable existencia! ¿Entendieron? ¡No se atrevan a acercarse!
Mientras gritaba como la demente que era, se dedicó a estudiar a sus enemigos. Una tropa de hombres armados, al parecer liderados por lo que parecía ser un joven, tan rubio como ella.
Trató de perderlos entre los callejones, entre espacios pequeños que podía cruzar con agilidad, pero los hombres que la perseguían eran igual de tenaces que ella. El miedo comenzó a dar paso al Pánico. Estaba aterrada. A pesar de que trataba de calmarse asegurando que nada iba a pasar, su cabeza le mostraba todo lo contrario. La atraparían, la juzgarían y la matarían sin más. Y ella no quería morir. No quería morir, no quería morir, no quería morir…
¡No quería!
Todo el pánico se mezcló con su ira, su odio. ¡No quería morir, y ellos no le tocarían un cabello si de ella dependiera! ¿Querían pelea? ¡Pelea les daría! Había hecho que un brujo extremadamente capaz terminara demente en un basural. Había causado los peores miedos en las personas a las que le pagaban por intimidar. Era claramente más poderosa que todas esas almas que se disponían a matarla, y se los iba a demostrar por las malas. Ella no iba a caer. Y si caía, se llevaría a muchos consigo.
De pronto, dejó de correr. Se paró en seco, y plantó cara a sus enemigos, rebosante de ira. Así como su cordura, el poder se desprendía de su cuerpo, salía al exterior en forma de ilusiones de las que ella apenas era consciente. La imagen de Nele y la de la niña, con la misma cara furiosa, se confundían y se perdían en una sola. Iba a causarles tal pánico que jamás osarían aparecerse por allí de nuevo, se iba a asegurar de aquello. Sintió todas esas pequeñas cuerdas que la ataban a los demás, esas que podía mover a su antojo. Y habló, con la voz rebosante de una ilusoria seguridad.
-¡Aléjense de mí! ¡No se me acerquen! ¡Si llegan a avanzar un paso me aseguraré de que tengan pesadillas toda su miserable existencia! ¿Entendieron? ¡No se atrevan a acercarse!
Mientras gritaba como la demente que era, se dedicó a estudiar a sus enemigos. Una tropa de hombres armados, al parecer liderados por lo que parecía ser un joven, tan rubio como ella.
Puppenspielerin- Hechicero Clase Baja
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Re: Ilusorio [Privado]
Que ganas de alardear a estas horas de la noche. Yo me quede observando bajo el manto de la capucha oscura que me cubría el rostro, me quede mirando a la joven que parecía enfrentarse a un número mayor de personas estando en minoría. En el momento que pretendía acercarme, puse mis pies en piedra, parados y mantuve quieto al caballo para después ver que uno de los que me acompañaban, parecía que quería hacer acto de presencia y de ganarse el mérito al más idiota pues le salió bastante caro, dándole con la fusta en todo el rostro sin importarme lo más mínimo. ¿Acaso quería que se fuera de inmediato?
Vi el modo en el que estaba la joven, podría hablar con palabras de ira y furia pese a que como a todos, no querría ser tratada como tal. Solamente suspiré, gire mi cuerpo hacia atrás y tome la manta con la que me cubría a veces en largas temporadas de guardias continuas, la manoseaba entre mis manos para así poder estirarla a lo largo y finalmente ponerla sobre una de mis piernas, mirando fijamente a la muchacha de mirada temerosa a nuestros actos que ella desconocía-¿Pesadillas eh? –Suspire ante aquella palabra.
La conocía bastante bien pese a que últimamente no paraba de tenerlas, recordando aquella noche en la que mi hermano mayor moría frente a los ojos de la benjamina de los Navratinov. Miré a uno de los soldados que parecía dudar, le miré por bastante tiempo y finalmente dijo, reconoció que la mujer que teníamos acorralada no era a quien buscábamos. Solamente me hubiera gustado arrancarle la cabeza, pero solamente miré a la muchacha, hice que el corcel anduviese dos pasos, tan solo dos, y enseguida miré a quien se había equivocado-...Eres tremendamente estúpido como la madre que te trajo al mundo...-Le miré con una mirada reñida a la que mi espada se unió contra su pecho, dejándolo sin vida y entonces mire, quitándome la capucha lentamente y mirando a la joven
-...Llevas unas ropas muy finas como para andar por aquí...-Intente sonar calmado, pero seguramente no harían mucho pese al humor en el que estaba. Volví a suspirar y me bajé lentamente del corcel, puse las manos en alto a modo de rendición-...Ya has podido ver con qué clase de incompetentes tengo que hacer las guardias...-le miré fijamente, me acerque un paso, pero ahí me quede-...Espero que una disculpa arregle este entuerto...-me arrodille con una rodilla frente a la muchacha, con la mirada gacha y con el puño en el corazón. Era un modo de disculpa entre algunos de la orden de cazadores a los que a veces iba a sus reuniones, pero era un modo de disculpa, un modo de decir “lo siento, cometí un error”
Me quedé esperando, pero algo hacia que me sintiera inquieto. Así que solamente, al no recibir respuesta dije-..Lo siento, para poder recompensaros, os daré un regalo como disculpa...-Lentamente me fui retirando andando hacia atrás, tome la manta que había sacado antes y lentamente tuve la osadía de acercarme a ella y cubrirla con ella, me alejé del lugar, de estar tantos metros cerca de ella para echar hacia atrás el caballo-..Shh...Vamos...-Fui retirando al caballo, al momento conseguí montarme y volví a cubrirme con la capucha.
-Por cierto...-Dije cuando había mandado que se movieran y dejaran paso a la muchacha-...No la volveremos a molestar, tan solo vaya con cuidado....-Mejor dejar a un cuerdo suelto para que se volviera aun mas loco.
Vi el modo en el que estaba la joven, podría hablar con palabras de ira y furia pese a que como a todos, no querría ser tratada como tal. Solamente suspiré, gire mi cuerpo hacia atrás y tome la manta con la que me cubría a veces en largas temporadas de guardias continuas, la manoseaba entre mis manos para así poder estirarla a lo largo y finalmente ponerla sobre una de mis piernas, mirando fijamente a la muchacha de mirada temerosa a nuestros actos que ella desconocía-¿Pesadillas eh? –Suspire ante aquella palabra.
La conocía bastante bien pese a que últimamente no paraba de tenerlas, recordando aquella noche en la que mi hermano mayor moría frente a los ojos de la benjamina de los Navratinov. Miré a uno de los soldados que parecía dudar, le miré por bastante tiempo y finalmente dijo, reconoció que la mujer que teníamos acorralada no era a quien buscábamos. Solamente me hubiera gustado arrancarle la cabeza, pero solamente miré a la muchacha, hice que el corcel anduviese dos pasos, tan solo dos, y enseguida miré a quien se había equivocado-...Eres tremendamente estúpido como la madre que te trajo al mundo...-Le miré con una mirada reñida a la que mi espada se unió contra su pecho, dejándolo sin vida y entonces mire, quitándome la capucha lentamente y mirando a la joven
-...Llevas unas ropas muy finas como para andar por aquí...-Intente sonar calmado, pero seguramente no harían mucho pese al humor en el que estaba. Volví a suspirar y me bajé lentamente del corcel, puse las manos en alto a modo de rendición-...Ya has podido ver con qué clase de incompetentes tengo que hacer las guardias...-le miré fijamente, me acerque un paso, pero ahí me quede-...Espero que una disculpa arregle este entuerto...-me arrodille con una rodilla frente a la muchacha, con la mirada gacha y con el puño en el corazón. Era un modo de disculpa entre algunos de la orden de cazadores a los que a veces iba a sus reuniones, pero era un modo de disculpa, un modo de decir “lo siento, cometí un error”
Me quedé esperando, pero algo hacia que me sintiera inquieto. Así que solamente, al no recibir respuesta dije-..Lo siento, para poder recompensaros, os daré un regalo como disculpa...-Lentamente me fui retirando andando hacia atrás, tome la manta que había sacado antes y lentamente tuve la osadía de acercarme a ella y cubrirla con ella, me alejé del lugar, de estar tantos metros cerca de ella para echar hacia atrás el caballo-..Shh...Vamos...-Fui retirando al caballo, al momento conseguí montarme y volví a cubrirme con la capucha.
-Por cierto...-Dije cuando había mandado que se movieran y dejaran paso a la muchacha-...No la volveremos a molestar, tan solo vaya con cuidado....-Mejor dejar a un cuerdo suelto para que se volviera aun mas loco.
Re: Ilusorio [Privado]
Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla.
Francisco de Quevedo
Francisco de Quevedo
A pesar de que quería huir, correr y no volverlos a ver en su vida, la joven se quedó parada allí, esperando a que alguien retara sus poderes. Nadie lo hizo, quizá por órdenes u otra cosa. Se fue relajando lentamente, dejando ver a la verdadera Nele en vez de la difusa ilusión de la niña, la Puppenspielerin. Las cuerdas se aflojaron para volverse más débiles, pero sin desaparecer del todo. Si alguien hacía el intento de atacarla, volverían a tensarse, en un amago de retomar el control. ¿Dominar a todas esas personas? Pf. Pan comido.
Uno de ellos, de hecho, quería acercarse o hacer algo, pero el que parecía ser el jefe lo golpeó con la fusta. En ese momento la cara de la joven se tornó en una de confusión. ¿Atacando a sus aliados? ¿Pero qué clase de líder era ese? ¿Cómo era que esos pobres subordinados aguantaban toda esa humillación? Y el otro… ese que decía que no era a ella a quien buscaban… sólo la hizo suspirar de alivio. Entonces, no querían matarla. Esa espada que el jefe sacaba no iba dirigida a ella, pero…
Sus ojos se abrieron de sorpresa ante la visión de aquel hombre asesinando a uno de los guardias. Atravesándolo con la espada en pleno corazón. Arrebatándole en un segundo la vida que tanto le había costado salvaguardar. Y la chica quedó lívida. ¿Con qué derecho? ¿Con qué maldito derecho ese ser podía quitarle la vida a otra persona sin más motivo que una equivocación? ¡Monstruo! ¡Aberración! ¡Como aquel maldito brujo que sin otro motivo que la mera ambición había hecho que destazara a su familia! ¡Era igual a él! ¡Todos eran iguales!
Ni siquiera se movió cuando el jefe le dio una disculpa. No la quería, ni la necesitaba. Escuchó el acento típico de los rusos cuando aprendían un buen francés. Ella también tenía uno, terriblemente Alemán. Pero eso le daba exactamente igual. Había disparidad de idiomas y de formas de ver la vida ajena. Una de las reglas de Nele era nunca matar. La demencia era siempre peor que cualquier final. ¿Sería la demencia la cura de todos los males, o el inicio de éstos? ¿Cuán interesante sería probar aquella teoría con ese hombre? Lo pensó muy seriamente a la vez que le dejaba su mal nacida manta y se iba en su mal nacido caballo. No iba a dejar que esa afrenta- por muy extraña que fuera- pasara así sin más. Iba a vengar la vida de aquel pobre hombre.
Así que, sin siquiera pensar, y en el primer arrebato de valentía que tuviera en mucho tiempo, usó su poder de dominación para hacer que el caballo retrocediera en sus pasos y se dirigiera a ella. También hizo que el resto se quedara allí, sin moverse. No quería distracciones mientras le daba su merecido a esa persona. En cuanto el caballo estuvo a unos metros de ella, hizo que el hombre desmontara y quedara a pasos de la joven. Un poco de admiración salió a relucir fuera de la ira: tenía una mente fuerte. Le estaba costando su tanto dominarlo. Y eso que siempre había sido muy avezada en esto de manejar a los demás como títeres.
-Tú- comenzó, con su acento terriblemente alemán-, ¿Quién te crees que eres para quitarle la vida a una persona que sólo cometió una maldita equivocación? ¿Acaso tienes ese poder sobre los demás? ¿Qué se sentiría que te arrebataran el último suspiro sin más piedad que la que tiene un carnicero con sus animales?- movió un poco la mano e hizo que desenvainara su espada y la dirigiera a su cuello. Se detuvo a unos centímetros de la yugular- ¿Te parecería agradable, o simplemente sufrirías como la escoria que eres? ¡Scheiße, no eres Dios como para jugar con los demás!
En ese momento su cabeza preguntó si ella tenía también ese mismo derecho, o simplemente estaba jugando a ser Dios con un poder que se le había dado desde su nacimiento. Pero un recuerdo le hizo responder que sí, que tenía todo el derecho del mundo para jugar a ser omnisciente. ¡Era una Reifschneider, carajo! ¡Podía hacer que ejércitos se rindieran a sus pies sin sudar una gota! ¿Qué otra prueba necesitaba?
Puppenspielerin- Hechicero Clase Baja
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Re: Ilusorio [Privado]
¿En tan poco tiempo habían cambiado las tornas? Y ahora era yo quien se encontraba en un aprieto, pero haciendo lo que antaño me enseñaron a hacer, supe mantener la calma poco a poco, mirándola fijamente a los ojos, mi cuerpo al parecer había cedido finalmente a los poderes de la bruja pero no pude evitar soltar una risa sonora y una sonrisa de lado, llegando a lo macabro si pudiera ser-....Puedes hacerlo...pero ¿Cómo quedaría en tu consciencia después de matarme? ¿Crees que arreglaría el hecho de que lo haya matado? ¿Acaso sabes si yo acaso tenía algún asunto pendiente con ese tipo y he aprovechado la situación para vengarme de haberme quitado algo preciado para mí?...-Me la quede mirando, parecía que sus intenciones eran directamente acabar conmigo por lo que supuestamente había hecho. Pero reitero, ¿Por qué yo tenía que ser abandonado por aquella sonrisa que vi hace tiempo y tener que morir?
Suspire lentamente mirando a la muchacha que al parecer se tardaba en movilizarme y hacer que me cortara la yugular, pero en un micro segundo, me haría daño pues tenía la espada bien sobre mi cuello pero como pude hice fuerza de donde no había y como si mis brazos fueran de hormigón lo intentaba mover para poder alejar la espada de mi cuello y finalmente tomarla del cuello con la otra mano que parecía no haber sufrido daños, llevarla contra la pared y acercar mi cuerpo libre de ataduras contra el ajeno, cubriendo su inocente figura con mi oscura sonrisa y la sombra que se reflejaba por la luna que teníamos encima, la tenia del cuello, sujetándola con cuidado de no ahogarla demasiado, me la quede mirando fijamente sin quitar el ojo de aquellos ojos azules que parecían brillar por si solos en la oscuridad.
Me había arriesgado en enfrentarme contra una bruja que parecía tener dos dedos de frente, pero eche mi cuerpo hacia atrás y aun un poco más ligero, puse mi brazo en línea con la espada que la punta estaba en el cuello ajeno, amenazándola junto con una mirada de odio....y de repente el reflejo de aquella mujer de cabellos oscuros con esa sonrisa se presento delante de mí por unos escasos segundos. ¿Qué había sido eso? Podría estar volviéndome loco, no pude evitar apartar la vista, obligándome a convertir mi corazón en una piedra que iba a ser imposible de derretir por otra dulce mirada y en eso se vio reflejado mis ojos.
Mis ojos cuando volvieron a mirar a la bruja, reflejaron ira, rebelión, eche hacia atrás la espada que amenazaba el cuello ajeno, pero cuando iba a rebanar aquel cuello fino de porcelana, un grito vino de mis pensamientos, pensé que fue Larisa, aquella hermana mía a la que estimaba y amaba tanto.... y me paré insitu....miré a los ojos a aquella joven y lentamente aparte la espada de ella, le solté el cuello, pero en lugar de dejarla ir, le tome de la cintura lentamente, atrayéndola hacia mí y la bese lentamente sobre aquellos labios rosados, quedándome un rato en ellos antes de separarme para después abrazarla lentamente, acercando mis labios a su oído-....Si crees oportuno matarme ahora por el motivo que sea.....No demores...-Susurré en su oído con cierta sensualidad.
Siendo el hijo al que parecía el segundón pese a la presencia de mi hermano mayor eclipsaba mi existencia y mi hermana Larisa lo veneraba hasta que pareció que yo ocupe el primer lugar después de la muerte de este. ¿Qué me quedaba entonces? Es verdad que había desarrollado un cierto cariño extra hacia a mi hermana, pero parecía que aun era invisible-....Lo siento...-Dije para poner el punto y final a la triste historia de un cazador fracasado.
Suspire lentamente mirando a la muchacha que al parecer se tardaba en movilizarme y hacer que me cortara la yugular, pero en un micro segundo, me haría daño pues tenía la espada bien sobre mi cuello pero como pude hice fuerza de donde no había y como si mis brazos fueran de hormigón lo intentaba mover para poder alejar la espada de mi cuello y finalmente tomarla del cuello con la otra mano que parecía no haber sufrido daños, llevarla contra la pared y acercar mi cuerpo libre de ataduras contra el ajeno, cubriendo su inocente figura con mi oscura sonrisa y la sombra que se reflejaba por la luna que teníamos encima, la tenia del cuello, sujetándola con cuidado de no ahogarla demasiado, me la quede mirando fijamente sin quitar el ojo de aquellos ojos azules que parecían brillar por si solos en la oscuridad.
Me había arriesgado en enfrentarme contra una bruja que parecía tener dos dedos de frente, pero eche mi cuerpo hacia atrás y aun un poco más ligero, puse mi brazo en línea con la espada que la punta estaba en el cuello ajeno, amenazándola junto con una mirada de odio....y de repente el reflejo de aquella mujer de cabellos oscuros con esa sonrisa se presento delante de mí por unos escasos segundos. ¿Qué había sido eso? Podría estar volviéndome loco, no pude evitar apartar la vista, obligándome a convertir mi corazón en una piedra que iba a ser imposible de derretir por otra dulce mirada y en eso se vio reflejado mis ojos.
Mis ojos cuando volvieron a mirar a la bruja, reflejaron ira, rebelión, eche hacia atrás la espada que amenazaba el cuello ajeno, pero cuando iba a rebanar aquel cuello fino de porcelana, un grito vino de mis pensamientos, pensé que fue Larisa, aquella hermana mía a la que estimaba y amaba tanto.... y me paré insitu....miré a los ojos a aquella joven y lentamente aparte la espada de ella, le solté el cuello, pero en lugar de dejarla ir, le tome de la cintura lentamente, atrayéndola hacia mí y la bese lentamente sobre aquellos labios rosados, quedándome un rato en ellos antes de separarme para después abrazarla lentamente, acercando mis labios a su oído-....Si crees oportuno matarme ahora por el motivo que sea.....No demores...-Susurré en su oído con cierta sensualidad.
Siendo el hijo al que parecía el segundón pese a la presencia de mi hermano mayor eclipsaba mi existencia y mi hermana Larisa lo veneraba hasta que pareció que yo ocupe el primer lugar después de la muerte de este. ¿Qué me quedaba entonces? Es verdad que había desarrollado un cierto cariño extra hacia a mi hermana, pero parecía que aun era invisible-....Lo siento...-Dije para poner el punto y final a la triste historia de un cazador fracasado.
Re: Ilusorio [Privado]
Los recuerdos no pueblan nuestra soledad, como suele decirse; antes al contrario, la hacen más profunda.
Gustave Flaubert
Gustave Flaubert
Y en un momento las ataduras cedieron, dejando a la joven apresada por aquel hombre, que mostraba una sonrisa de por sí macabra. No la estaba ahogando, pero su cabeza le decía que sí, que lo estaba haciendo. Sin siquiera pensarlo, comenzó a hiperventilar. Puso su mano sobre la muñeca del cazador y apretó con suficiente fuerza como para dejarle un moretón. ¿Defenderse con Magia? Imposible. Estaba en tal estado de Pánico que hasta el más mínimo pensamiento era una proeza increíble. Lo único que pasaba por su mente en esos momentos era “Voy a Morir”. La mirada que le dirigió y la espada en su cuello no hicieron más que reafirmar la idea. Las lágrimas comenzaron a salir, casi inconscientemente. ¡No quería morir! ¿Qué iba a pasarle si abandonaba este mundo? ¿El Infierno? ¿O la Inexistencia? Eran cosas que no quería responder. Cerró los ojos y esperó a lo que viniera.
Pero los abrió de golpe pasados unos segundos. ¿No estaba muerta? Entonces, ¿La había perdonado? ¿Qué carajo había pasado? ¿Por qué aquel hombre la miraba así? Cuando iba a protestar por respuestas, lo más extraño que podría haber ocurrido simplemente pasó. Con un rápido movimiento, el cazador la tomó de la cintura y la besó sin más. La joven abrió los ojos de golpe. No encontraba explicación racional a toda esa maldita situación. La sorpresa la tomó de tal manera que ni siquiera luchó, y cuando el hombre al fin la soltó, trastabilló y cayó de lleno en el suelo. En sus veintitrés años de vida nunca había recibido un beso de nadie. Y menos una sincera declaración de suicidio luego de ese beso.
El enfado de Nele estaba a niveles estratosféricos. ¡Deshonrarla así de esa manera! Se levantó lentamente, preparando la peor de sus ilusiones para ese hombre, pero cuando estuvo a punto de ejecutar la magia, algo la distrajo. Su propia cabeza jugándole malas pasadas, recordándole el pasado que ella solía olvidar a propósito. Las voces comenzaron a hacerse presentes, y no cualquier voz, sino la de sus hermanos a punto de ser asesinados bajo el mortal filo de un hacha. Hacha que, irónicamente, ella empuñaba.
Y las imágenes seguían. Los recuerdos de la sangre, de los llantos ahogados, aquella sensación de que lo estás haciendo pero no puedes hacer nada porque otro domina tus extremidades. Los gritos de sus hermanos cuando el filo entraba en la carne, rebanándoles las entrañas. Y la misma sonrisa macabra que había exhibido el hombre minutos atrás, ahora la mostraba el brujo de sus memorias. Sus hermanas mayores. Sus padres. Incluso el bebé nonato que estaba aún en el vientre de su madre. Todos, todos asesinados por ella. Sus manos estaban manchadas de sangre inocente. Y su cabeza se lo recriminaba. Incluso sus ilusiones lo hacían. A su lado, había aparecido la Puppenspielerin, la niña que siempre protegía su identidad, pero ahora la miraba de manera furiosa. “¡¿Por qué no lo matas de una vez, Nele?! No es la primera vez que lo haces, ¿o si?”.
-Ich… Ich…- la joven retrocedió, tan aterrada como podía estarlo en esa situación- ¡Ich kann nicht! ¡Ich kann nicht dein Leben!*- y dicho esto, se dio vuelta y corrió hacia otro lugar. No quería verlo, a él que no temía a la muerte mientras ella la rehuía constantemente. ¿Por qué no le asustaba morir? Tenía miedo. Temía a esa persona que se enfrentaba a su destino sin más que una sonrisa triste y una disculpa dirigida al aire. Y se temía a sí misma por no ser igual a él, por huir, correr por salvaguardar su efímera existencia. Que por cierto sabía que sería corta, pero trataba de evitar el pensamiento el mayor tiempo posible.
Al final, después de mucho correr, llegó a una pequeña y sucia plaza con una fuente en el centro. Se dirigió inmediatamente hacia ella para limpiarse la cara y de paso tomar unos sorbos de agua. Las gotas comenzaron a caer por su rostro, por sus ropas, de manera desordenada y cansina, limpiándola del encuentro pasado. De todos los recuerdos que amenazaban con perseguirla por el resto de su vida. Unos sorbos de líquido elemento bajaron por su garganta, llegaron a su estómago que se contrajo por el frío. Y, sin pensar, se miró en el reflejo. ¿Qué vio? Un rostro asustado, aterrado, lloroso y con ojeras. Un reflejo de sí misma que fue borrado por un manotazo furioso. ¡No quería ser esa persona!
-Tonta, Estúpida Nele- se levantó, furibunda. Quería un lugar donde la dejaran tranquila, en paz. Sin el miedo de ser encontrada y asesinada-. Debiste haberlo matado. ¡Debiste haberlo hecho! De cualquier modo ya no tienes salvación. Una muerte más no habría hecho nada. Y ni siquiera es una muerte tan importante.
- Traducción:
- *¡No puedo! ¡No puedo quitarte la vida!
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Re: Ilusorio [Privado]
En un suspiro ya me quede solo con los guardias que me acompañaban esta noche. Suspire y mire como la mujer salió corriendo de donde estábamos. Pensé...en seguirla y ver hacia donde se dirigía, pero mientras seguía con mi mirada hacia delante suspire mientras envainaba mi espada dentro de su funda. Tranquilidad pude notar pues nadie parecía querer hablar ahora mismo. Di pasos hacia atrás, hacia mi caballo y me subí a lomos de mi caballo de pelaje negro, varonil y fuerte como el odio que desprendía a través de esos ojos oscuros que tenia.
Acaricie su lomo lentamente y comencé a mandarle con leves toques sobre su lomo que comenzara a andar poco a poco. El caballo se puso en camino hacia la plaza, la guardia la hacíamos en silencio y enseguida me coloque de nuevo mi capa sobre mi rostro. Llegamos hacia la plaza central en donde pude escuchar un leve lloriqueo...Mire alrededor pero no veía a nadie.
Suspire y el caballo bufo parándose y entonces le volví a dirigir y este se paro en una fuente, comenzando a beber el agua de la fuente. Yo sonreí sin poder evitarlo, entonces me baje del caballo para poder estirar de nuevo las piernas fui hasta la fuente, apoye un pie en el borde de aquella fuente, me mire en el reflejo del agua y vi un rostro demasiado vanidoso como para que me desinflara en este momento. Tanto silencio no me gustaba demasiado. La plaza estaba desierta y tan solo los guardias rondaban la zona. De nuevo escuche los lloriqueos, me recordaban a un niño indefenso que seguramente no encontraba su casa, pero entonces mi caballo comenzó a sacudir el morro para secarse del agua-Ah...¡Maldito animal!-Dije cubriéndome para que no me empapara de aquel agua mezclado con las babas del caballo, tuve que reír lentamente mientras le daba unas palmadas suaves sobre su lomo, acariciando su corto pelaje oscuro y sacando unos trozos de zanahorias que sabía que le gustaba demasiado. Comencé a darle las zanahorias y se las comió enseguida- ... No...No más, o si no, te volverás un caballo lento y gordo...-sonrió, era mi orgullo. Había combatido muchas veces conmigo. Era un caballo excepcional.
De nuevo los lloriqueos me distrajeron de sobremanera y después vi unos cabellos dorados al otro lado de la fuente. Era aquella muchacha que había huido de mí y que había osado quitarme la vida, pero que no me la quito. Me quede mirándola en silencio, obviamente se habría dado de mi existencia, pero me quede mirándola fijamente, al otro lado de la fuente de donde estaba ella. ¿Por qué sentía la necesidad de limpiar esa tristeza de su rostro? ¿Por qué quería abrazarla y decirla “Empezamos de nuevo” ? Era solamente una mujer ¿No? No es que fuera otra cosa con la que no me haya enfrentado antes, suspire, mire a otro lado y después pude ver al caballo en posición de espera.
Tome al caballo de las riendas y solamente se lo di a un guardia que estaba cerca de mí y finalmente, tome aire y me fui acercando con paso lento hasta la muchacha, pero vi que se levanto deprisa y la vi que estaba perdiendo el equilibrio y tan solo se me ocurrió rodearle de nuevo la cintura y sostenerla para que no se cayera al suelo-...Cuidado...-susurre con suavidad cerca del rostro ajeno-... vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza......-Me la quede mirando, le tome del mentón para que me mirase fijamente a los ojos-...A veces estimo a la gente que puede vivir por si solos y ser feliz con lo que tienen....-suspire soltándole la cintura viendo que estaba más estable-...Muchas veces yo no puedo...-suspire y tome la mano de la muchacha para poder besarle la mano lentamente sobre su dorso.
-Buenas noches...-Dije mientras soltaba su mano lentamente y comenzaba a darme la vuelta sobre mis pies para ir hacia el caballo.
Acaricie su lomo lentamente y comencé a mandarle con leves toques sobre su lomo que comenzara a andar poco a poco. El caballo se puso en camino hacia la plaza, la guardia la hacíamos en silencio y enseguida me coloque de nuevo mi capa sobre mi rostro. Llegamos hacia la plaza central en donde pude escuchar un leve lloriqueo...Mire alrededor pero no veía a nadie.
Suspire y el caballo bufo parándose y entonces le volví a dirigir y este se paro en una fuente, comenzando a beber el agua de la fuente. Yo sonreí sin poder evitarlo, entonces me baje del caballo para poder estirar de nuevo las piernas fui hasta la fuente, apoye un pie en el borde de aquella fuente, me mire en el reflejo del agua y vi un rostro demasiado vanidoso como para que me desinflara en este momento. Tanto silencio no me gustaba demasiado. La plaza estaba desierta y tan solo los guardias rondaban la zona. De nuevo escuche los lloriqueos, me recordaban a un niño indefenso que seguramente no encontraba su casa, pero entonces mi caballo comenzó a sacudir el morro para secarse del agua-Ah...¡Maldito animal!-Dije cubriéndome para que no me empapara de aquel agua mezclado con las babas del caballo, tuve que reír lentamente mientras le daba unas palmadas suaves sobre su lomo, acariciando su corto pelaje oscuro y sacando unos trozos de zanahorias que sabía que le gustaba demasiado. Comencé a darle las zanahorias y se las comió enseguida- ... No...No más, o si no, te volverás un caballo lento y gordo...-sonrió, era mi orgullo. Había combatido muchas veces conmigo. Era un caballo excepcional.
De nuevo los lloriqueos me distrajeron de sobremanera y después vi unos cabellos dorados al otro lado de la fuente. Era aquella muchacha que había huido de mí y que había osado quitarme la vida, pero que no me la quito. Me quede mirándola en silencio, obviamente se habría dado de mi existencia, pero me quede mirándola fijamente, al otro lado de la fuente de donde estaba ella. ¿Por qué sentía la necesidad de limpiar esa tristeza de su rostro? ¿Por qué quería abrazarla y decirla “Empezamos de nuevo” ? Era solamente una mujer ¿No? No es que fuera otra cosa con la que no me haya enfrentado antes, suspire, mire a otro lado y después pude ver al caballo en posición de espera.
Tome al caballo de las riendas y solamente se lo di a un guardia que estaba cerca de mí y finalmente, tome aire y me fui acercando con paso lento hasta la muchacha, pero vi que se levanto deprisa y la vi que estaba perdiendo el equilibrio y tan solo se me ocurrió rodearle de nuevo la cintura y sostenerla para que no se cayera al suelo-...Cuidado...-susurre con suavidad cerca del rostro ajeno-... vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza......-Me la quede mirando, le tome del mentón para que me mirase fijamente a los ojos-...A veces estimo a la gente que puede vivir por si solos y ser feliz con lo que tienen....-suspire soltándole la cintura viendo que estaba más estable-...Muchas veces yo no puedo...-suspire y tome la mano de la muchacha para poder besarle la mano lentamente sobre su dorso.
-Buenas noches...-Dije mientras soltaba su mano lentamente y comenzaba a darme la vuelta sobre mis pies para ir hacia el caballo.
Re: Ilusorio [Privado]
Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad.
André Maurois
La joven lo miró irse a paso lento. ¿La verdad? No había entendido mucho de lo que le había dicho hasta ese momento, pero al menos captó la intención. Y también entendió de alguna forma la tristeza que cargaba con él. ¡Cielo santo, era la suficiente como para querer suicidarse a manos de una bruja! Justo cuando comenzaba a desaparecer de la vista, respondió a las palabras que le había dedicado con otra pregunta, una que se le venía siempre a la mente.André Maurois
-¿Y quién dice que somos felices así? ¿No es la pobreza una de las mayores desdichas del hombre?- y muy bien podía decirlo. Había pasado de la más encumbrada de las posiciones a la mas mísera de las indigencias en sólo una noche- Además, ¿No es la felicidad algo totalmente ilusorio? ¿No es toda la vida una simple ilusión para ocultar las cosas? Bien podría ser yo producto de su imaginación, y apenas se da cuenta. ¿Nunca lo ha visto de esa manera? ¿Para qué esforzarse en conseguir algo que de cualquier manera no existe?
Se acercó lentamente, tratando de no asustar a nadie con una muestra de poder no deseada. Por muy zaparrastrosa que se viera, seguía caminando con la dignidad de una reina. De cualquier modo, tenía el derecho. Ella había sido una princesa de las brujas, se había encumbrado con un poder que era capaz de dominar reinos humanos con el tronar de sus dedos. El hecho de que no quisiera ocupar dicho poder para nada más que esconderse era algo muy distinto. Se detuvo a escasos metros del caballo del cazador, y levantó una mano. De esta salió la ilusión de una luz cálida, de tonos ambarinos, que fue haciéndose cada vez más pequeña hasta desaparecer. Cuando se fue del todo, hizo que uno de los tantos fantasmas ambulantes por allí le acercara rápidamente una pequeña piedra tirada en el suelo, cosa que sucedió en un par de segundos. La chica sonrió con una expresión amarga.
-¿Lo ve? Tanto la primera como la segunda acción pudieron haber sido hechos irreales, y viceversa. Incluso está la opción de que uno fuera un truco verdadero, y el otro falso. Es cosa del ser humano el decidir si su vista lo engaña o no. Y al final, todo se vuelve ilusorio. Los matices de la realidad y la fantasía se difuminan lentamente. ¿Cómo saber si la vida no es más que un truco? ¿O si es un hecho tangible? No puede probarlo de manera concreta. Sólo tiene que limitarse a suspirar y ver cómo todo se desarrolla sin tener que pensar en si es un engaño. El problema es que la mente nunca deja de funcionar.
Y ella misma podía probar eso. ¿Cuántas veces había pedido a su cabeza que dejara en paz los recuerdos que siempre la atormentaban? ¿Cuántas veces había tratado de dejar de lado los distintos miedos que la perseguían día y noche sin querer darle un descanso? Las mismas que se había rendido y dejado que todo siguiera su curso. Que todos esos temores infundados le taladraran la cabeza hasta dejarla en el más profundo pozo de desesperación, y que todos esos recuerdos le recriminaran día y noche que estaba condenada y nada podría hacer para salvarse de todas esas amenazas que la vigilaban como hienas.
Se le quedó mirando largamente, esperando a que dijera algo. No sabía por qué, pero sentía que sus pies no se moverían de allí si no le daba una respuesta. Tenía ganas de conocer el mundo interior de aquel hombre que no temía a la muerte. ¿Quién sabe? Quizá podía aprender algo de valor.
Puppenspielerin- Hechicero Clase Baja
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Re: Ilusorio [Privado]
¿Tendría acaso que sorprenderse por lo que hizo? La verdad es que tenía algo de razón pero no la tenía del todo-...Para usted que ya no la tiene, la libertad es todo. Para nosotros que sí, es meramente una ilusión....pues solo podemos soñar con una vida tranquila, lejos de las fechorías que la gente nos hace continuamente y tan solo desearía que parasen...-la mire fijamente a los ojos mientras me acercaba a ella y dejaba a cargo de otro las riendas de mi caballo.
Me quede delante de ella con una mirada tosca, mirándola fijamente para finalmente tener que tomarla del mentón-...Tan solo lo que veo y toco es real, por ejemplo, tú eres real, pero la intensidad de tu mirada hace ilusiones prematuras en mis deseos de querer saber cuántas mas ilusiones hay detrás de esos ojos llenos de temor que veo ahora mismo...-No pretendía asustarla ni mucho menos, pero era aquel susurro que transmitió a la rubia de ojos azules en su oído lentamente mientras deslice ágilmente mi mano hasta la curva del cuello de esta, casi enredando los dedos en su rubia cabellera que después la empuje hacia mí para tenerla mucho más cerca.
-Todo...-susurré sobre sus labios para después sonreír-...Para todo en esta vida hay que esforzarse para perseguir tus sueños...-rocé mi pulgar por el labio inferior de ella mientras le sujetaba el rostro con la mano, eran suaves, deseables pero tentadores, y estaba en horario de trabajo, así que me ahorraría mis ganas de desahogarme con alguien y con las ganas ya bajas, me fui separando de la mujer-..Vaya a un lugar seguro...-suspire después, mire hacia la luna y después me monte en el caballo. Me quede mirando a la mujer de rubios cabellos-...No me ha dicho su nombre...-Se quedaron todos los que me acompañaban con una mirada de asombro.
Panda de orangutanes que no me podía creer que estos fueran mis compañeros de noche en bares o en el trabajo. Tendría que buscarme trabajo nuevo o simplemente buscarme misiones que me llevaran a un estado de felicidad máxima-... ¿La llevo a algún lugar, Madmoiselle? –Me quede mirándola a la espera de una respuesta, el caballo comenzaba a inquietarse y solamente vi que se acerco hacia la mujer, se le acerco y pude ver como el caballo quería que la mujer le tocara, vio como pedía atención de afecto. Entonces solamente pude resoplar, genial, ahora tengo que esperar a que al caballo se le pase el efecto de la idiotez, pero en parte tuve que agradecérselo al caballo.
Di unas instrucciones a los guardias de esa noche a que hicieran otras guardias lejos de nosotros pero capaces de llegar si estábamos en peligro y necesitábamos refuerzos. Me baje del caballo y me senté en el borde de aquella fuente que apenas daba agua a altas horas de la noche. Miré a la mujer y después al caballo que seguía insistiendo en querer roce con la muchacha. Nunca lo había visto así de pesado, me levanté y tan solo lo aleje de ella-...Lo siento, no suele ser tan...mimoso...-ate al caballo a un poste de una farola y solamente, por un segundo tuve nervios de acercarme a ella. Fue muy extraño.
Me quede delante de ella con una mirada tosca, mirándola fijamente para finalmente tener que tomarla del mentón-...Tan solo lo que veo y toco es real, por ejemplo, tú eres real, pero la intensidad de tu mirada hace ilusiones prematuras en mis deseos de querer saber cuántas mas ilusiones hay detrás de esos ojos llenos de temor que veo ahora mismo...-No pretendía asustarla ni mucho menos, pero era aquel susurro que transmitió a la rubia de ojos azules en su oído lentamente mientras deslice ágilmente mi mano hasta la curva del cuello de esta, casi enredando los dedos en su rubia cabellera que después la empuje hacia mí para tenerla mucho más cerca.
-Todo...-susurré sobre sus labios para después sonreír-...Para todo en esta vida hay que esforzarse para perseguir tus sueños...-rocé mi pulgar por el labio inferior de ella mientras le sujetaba el rostro con la mano, eran suaves, deseables pero tentadores, y estaba en horario de trabajo, así que me ahorraría mis ganas de desahogarme con alguien y con las ganas ya bajas, me fui separando de la mujer-..Vaya a un lugar seguro...-suspire después, mire hacia la luna y después me monte en el caballo. Me quede mirando a la mujer de rubios cabellos-...No me ha dicho su nombre...-Se quedaron todos los que me acompañaban con una mirada de asombro.
Panda de orangutanes que no me podía creer que estos fueran mis compañeros de noche en bares o en el trabajo. Tendría que buscarme trabajo nuevo o simplemente buscarme misiones que me llevaran a un estado de felicidad máxima-... ¿La llevo a algún lugar, Madmoiselle? –Me quede mirándola a la espera de una respuesta, el caballo comenzaba a inquietarse y solamente vi que se acerco hacia la mujer, se le acerco y pude ver como el caballo quería que la mujer le tocara, vio como pedía atención de afecto. Entonces solamente pude resoplar, genial, ahora tengo que esperar a que al caballo se le pase el efecto de la idiotez, pero en parte tuve que agradecérselo al caballo.
Di unas instrucciones a los guardias de esa noche a que hicieran otras guardias lejos de nosotros pero capaces de llegar si estábamos en peligro y necesitábamos refuerzos. Me baje del caballo y me senté en el borde de aquella fuente que apenas daba agua a altas horas de la noche. Miré a la mujer y después al caballo que seguía insistiendo en querer roce con la muchacha. Nunca lo había visto así de pesado, me levanté y tan solo lo aleje de ella-...Lo siento, no suele ser tan...mimoso...-ate al caballo a un poste de una farola y solamente, por un segundo tuve nervios de acercarme a ella. Fue muy extraño.
Re: Ilusorio [Privado]
Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí.
Oscar Wilde
Oh, cielos. De todas las cosas que podrían haber pasado en aquella noche, esa era la que la joven menos se esperaba. Acosada por un caballo. Por un caballo que de hecho había incluso dominado. El entendimiento de la magia que tenía la había hecho ver hace mucho tiempo que los animales solían resistirse a la Dominación, para luego desconfiar completamente del brujo en cuestión. ¿Por qué este caballo era diferente? ¿Por qué se le acercaba una y otra vez, sin miedo? Se parecía demasiado al dueño. Con ese pensamiento en la cabeza, se largó a reír mientras le acariciaba la cabeza.Oscar Wilde
-No necesito ir a ningún lado. La calle es mi hogar permanente desde hace muchos años, y por ella me manejo como si fueran los pasillos de mi propia casa- fue la mera respuesta que le dio ante la tentativa de transportarla a algún lado-. Es una casa sucia, obscura y macabra, llena de sombras atentas a la menor distracción. Si no se está en los cinco sentidos, saltan encima de ti y te llevan a un final espantoso. Pero al fin y al cabo uno se acostumbra a eso, a sentir el peligro cada cinco segundos.
Lo último fue dicho con melancolía. A Nele nunca le había gustado vagar por las calles, pero era lo único que podía hacer, dada su condición. Nadie iba a venir a buscarla en un corcel inmaculado, diciéndole que sabía que era Nele, le diría su apellido olvidado y llevándola a una nueva vida de lujo, sin todas las preocupaciones que ahora tenía. Buscar comida en basurales. Defenderse de los desgraciados que aguardaban en cada esquina. Escabullirse de las sombras que, aunque eran inofensivas, ella temía más que nada. ¿Nueva vida de lujo? Una utopía más, una completamente disparatada, digna del pensamiento de una loca.
-¿Mi nombre?- preguntó también, al escuchar al hombre preguntarlo. Sólo recordaba el nombre de pila. Sabía que un chispazo de su apellido había venido hace unos momentos atrás, pero se fue tan rápido como vino. Al final, suspiró- Me llaman Puppenspielerin, pero hasta donde yo sé mi nombre es Nele. Nele, sin apellido. No puedo recordarlo ahora, me es imposible, pero como sé Alemán supongo que el apellido debe ser de esas regiones.
Miró al cazador de nuevo. Muchas preguntas se le vinieron a la mente. ¿Quién era? ¿Por qué siempre tenía ese semblante descompuesto? ¿Acaso sufría? ¿Sufría más de lo que ella había sufrido? No, eso era imposible. ¿O había una probabilidad? ¿Qué era lo que le había traído a París? ¿Qué se supone que debía cazar en este lugar? ¿Tenía familia, amigos? ¿Quizá una esposa e hijos? Se veía en edad de casarse. ¿Por qué simplemente no la había matado? ¿Y por qué ella había flaqueado cuando intentó matarlo? ¿Era acaso por los recuerdos? Aún no lo sabía del todo.
En vez de ese cuestionario, sólo una pregunta salió de sus labios, casi de forma distraída.
-Usted… ¿No le teme a la muerte?
- off:
- Perdón por la demora tan prolongada :c
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Re: Ilusorio [Privado]
“Escucha el sonido de las lagrimas y sabrás cuando el rozar de tus labios ha llegado a su fin”
**** FLASHBACK ****
Hace mucho tiempo, Ilya miraba sentado en un hueco del sofá de la sala mientras leía el periódico de aquel día que había sido repartido por la mañana. Se había quedado en un lugar mirando una fotografía de su hermano como un tonto. Él, su hermano, estaba con un grupo de gente, al parecer habían capturado un peligroso y buscado asesino y su hermano se pavoneaba en la fotografía como si todo el mérito había sido de él. Después escuchaba los gritos de satisfacción y jubilo de la benjamina de los Navratinov, levanto la mirada a la nada y se quedaba escuchando las conversaciones de a través de la puerta, sujetando el periódico para después cerrarlo de golpe y tirarlo a un rincón de la sala. Se rascaba los ojos, se miraba las manos que le temblaban, después se intento rascar la frente, se estaba agobiando por nada o quizás querría estar en ese lugar, en el lugar de su hermano mayor y recibir la misma atención de Larisa que recibía su hermano. Tuvo que coger el candelabro de mesa que le hacía luz para leer, lo cogió, lo agarro y lo tiro contra el suelo. ¡ESTABA FURIOSO! ¿Pero porque se sentía así? Vamos, era su hermano, su hermana, y Bea, su adorada y otra hermana que era algo mas callada, con una personalidad bastante fuerte y que solía practicar bastante con tiro con arco....Ilya solo no podía a veces consigo mismo, sintiéndose el ultimo de la cola y o algunas veces, el de menos importancia....hasta que la desgracia ocurrió cuando menos se lo esperaba. Aquella noche, ocurrió, un animal o algo mato a su hermano y solo se pudo sentir más desgraciado aun, pero cayó en la cuenta que Larisa también había ido aquella noche con su hermano, tenía que darse prisa y encontrarla hasta que finalmente la encontró en un antiguo cobertizo, en shock, la abrazo contra su cuerpo, llorando lo mas mínimo y entonces se la llevo en el caballo hasta que pudo reaccionar y entonces fue cuando se fue.
****FIN DEL FLASHBACK****
Me quede mirándola fijamente a los ojos y suspire lentamente, pensando en si en verdad iba a en serio con esa pregunta- ... ¿Tiene trampa? –Reí suavemente, para después suspirar-...No, no le temo a la muerte...-me quede mirándola fijamente-....La muerte es solo el comienzo de una nueva vida...-Acordándome de lo que paso hace tiempo, seguramente mi hermano mayor estaba viviendo una vida llena de paz y seguro que estaba vigilándonos allí arriba, o de donde fuera. Ahora sí que lo echaba de menos. Quería charlar y reír con el...pero si sacaba el tema, seguramente Larisa, se pondría algo nostálgica.
Me quede centrado en Nele-....Me llamo Ilya...-Tome la mano de Nele y plante un casto y suave beso en el dorso de la mano, otro placer para mis sentidos fue notar la suavidad de esta y entonces tire de ella para acercarla y mirarla-...Cuando se tiene una ligera dificultad como ésa, basta con desarrollar alguna otra cualidad en su lugar...-Besé la mejilla de Nele y me fui separando de ella lentamente-...Es una noche fría y quizás llenas de mas peligros de los que se supone que estas acostumbrada a vivir...te haré una oferta, vente por este fin de semana a mi mansión...y al menos descansa en un techo....-No me iría del lugar hasta que me diera una respuesta. No es que fuera alguien cariñoso o generoso, pero no soportaba que estuviera más tiempo así...a pesar de que ya estaría acostumbrada andar por las calles sin protección alguna o estar en alguna casa en escombros.
Re: Ilusorio [Privado]
La confianza es madre del descuido.
Baltasar Gracián
Baltasar Gracián
La bruja sólo se limitó a suspirar. Muchas veces le habían dicho eso, pero no le había encontrado un sentido real. Quería creer, con todo su corazón, que la muerte daba paso a otra vida, pero le resultaba imposible. Para ella, la muerte siempre sería el fin del ciclo, la oscuridad que se cernía agobiantemente sobre un ser viviente y le quitaba todo por lo que había luchado tantos años. Entonces, tampoco obtendría la respuesta que necesitaba de él. Se sintió en cierta forma decepcionada. Creía que aquel cazador temerario le daría el secreto para dejar de temerle a las sombras de su cabeza.
Ilya… de alguna forma la sorprendía con todos esos pedidos. ¿Para qué se tomaba tantas molestias con una bruja pobre y abandonada a la suerte de Dios como lo era ella? ¿Es que acaso se burlaba de su destino? ¿Quería restregarle en el rostro la vida que nunca podría tener? Además, ¿qué pensaría su familia si de pronto llegaba a casa con una mujer sucia, loca y potencialmente peligrosa? ¿No pensaba en las posibles consecuencias de sus actos?
¿O simplemente era una treta para terminar lo que había comenzado? Quizá si iba a matarla después de todo. Tragó saliva ante la idea, sabedora que aún en esa instancia no sería capaz de levantar la mano contra él. ¿Pero qué le estaba pasando? ¡Nunca había sido así de escrupulosa ante la condena de alguien! ¿Por qué en este caso debía ser diferente? ¿Por qué simplemente no lo mataba y ya? Así se acabarían varios de sus problemas, comenzando por la intensa horda de pedidos a la que la estaba sometiendo.
-¿Eres siempre tan testarudo, Ilya?- el nombre de pila simplemente se le escapó sin poderlo evitar- Ya te dije que puedo cuidarme sola. No necesito mendigar un alojamiento para poder sobrevivir. ¿Y qué dirá tu familia? ¿Crees que tu esposa aceptaría a una zaparrastrosa como…?- algo en su cara hizo que su cerebro hiciera las conjeturas que hasta ahora no había logrado hacer, mayoritariamente gracias a su ira ciega- Espera… ¿Eres… soltero?
Pestañeó un par de veces mientras decía la frase en alemán, de corrido. “Du bist Ledig”. De alguna manera su idioma nativo hacía que los pensamientos fueran más fáciles de digerir que en el Francés. Y de hecho, aún repitiendo la oración en alemán, no pudo convencerse del todo. Allí, al frente de ella, había un hombre que parecía ser poseedor de una vasta fortuna, con una profesión de temer y para nada feo. ¿Y estaba soltero? ¿Cómo es que no le habían cazado aún? Y de cualquier modo, ¿En qué carajo estaba pensando? Cerró los ojos y exhaló un largo suspiro para ordenar sus ideas y seguir con el debate.
-Y aunque no fueras casado, ¿Quién dice que no podría ir y matarte en medio de la noche? ¿Es que acaso no piensas en tu seguridad? ¡Vaya cazador estás hecho! ¡Confiar en una bruja como yo de buenas a primeras! Soy peligrosa, y lo sabes. Cualquier intento que hagas de dañarme podría traerte pésimas consecuencias, por mucho que no le temas a la muerte.
Allí, la chica apretó los labios. Sabía muy bien que había mentido en el último Ítem. Porque, aunque el hombre se aproximara con una espada hacia ella, no sería capaz de hacerle nada. No se sentía capaz de dañarle.
Puppenspielerin- Hechicero Clase Baja
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Re: Ilusorio [Privado]
Me di cuenta de su cambio de “tuteamiento” hacia mí a uno más personal. No tenía porque molestarse pero aquel gesto me pareció bastante dulce viniendo de la loca que tenía delante de mí. Dijo lo de esposa y ya no me aguante la risa floja, la mire fijamente a esos ojos, le tome del mentón sin tapujos y la volví a besar leentamente, sensualmente mientras la abrazaba con ambos de mis brazos sobre su pequeño y delicado cuerpo pálido-.... Uno, soy soltero y mírate...te defiendes con palabras con las que te has defendido toda tu vida estando seguramente por estos lares, por estos callejones sin alguien en quien fijarte o a pararte a mirar....-Sonreí de lado, aun seguía rodeándole aquella pequeña cintura.
-...¿Crees que soy tan estúpido? Debes a primeras buscarte algo mejor con lo que defenderte, porque te voy a llevar conmigo...y me dices si es de tu agrado o no...-Suspire en su oído tras decir aquellas palabras, mire de reojo que los guardias a mi espalda querían sacar las espadas, pero abrace a Nel, protegiéndola y con mi otra mano en alto, paré las amenazas de mis hombres.
En aquel momento aproveché para susurrarle-....Eres peligrosamente bella...y eso lo ignoras...-susurré lentamente, con dulzura y sinceridad contrastando con la brutalidad de mi actitud frente al resto de guardias-...Te propongo protección...y ayuda...sé que la necesitas...-susurré nuevamente en su oído antes de dejar una brisa inflamada entre ambos, el frio de nuestra separación se hizo notorio, pero de la nada, una flecha en llamas llegó de la nada, alcanzó al suelo cerca de Nel, volví a protegerla y con claridad escuché a lo lejos ¡BRUJA! ¡BRUJA! ¡QUEMAD A LA BRUJA! Vi a los guardias algo estáticos, no sabían qué hacer, no había dado ninguna orden.
-¿Qué pensáis que toca? –Los guardias estaban lerdos y se tiraron hacia mí y hacia Nel, ellos habían visto también sus poderes y sabían de ella como una hereje, pero ¿Por qué yo no la veía así? Debía admitir que me gustaba lo oculto, jolín, era interesante, tener a alguien así a mi lado para....Decidí dejarme de estar quieto y tomar parte en el asunto.
-...Ven...-Tome de su cintura para cogerla en brazos, vi a mi caballo tumbarse, monte a Nel y me subí detrás de ella-...Te llevaré a un lugar más tranquilo, con o sin mis hombres...-Dije tomando las riendas alrededor del cuerpo de Nel, rodeándole la cintura y tomando las riendas por delante- Si alguien tiene que eliminarte, que ese alguien sea yo...-me la quede mirando, vale, no soy bueno para hacer bromas, pero en aquel momento creo que era bueno dejar la tensión un poco aparte.
-...¿Crees que soy tan estúpido? Debes a primeras buscarte algo mejor con lo que defenderte, porque te voy a llevar conmigo...y me dices si es de tu agrado o no...-Suspire en su oído tras decir aquellas palabras, mire de reojo que los guardias a mi espalda querían sacar las espadas, pero abrace a Nel, protegiéndola y con mi otra mano en alto, paré las amenazas de mis hombres.
En aquel momento aproveché para susurrarle-....Eres peligrosamente bella...y eso lo ignoras...-susurré lentamente, con dulzura y sinceridad contrastando con la brutalidad de mi actitud frente al resto de guardias-...Te propongo protección...y ayuda...sé que la necesitas...-susurré nuevamente en su oído antes de dejar una brisa inflamada entre ambos, el frio de nuestra separación se hizo notorio, pero de la nada, una flecha en llamas llegó de la nada, alcanzó al suelo cerca de Nel, volví a protegerla y con claridad escuché a lo lejos ¡BRUJA! ¡BRUJA! ¡QUEMAD A LA BRUJA! Vi a los guardias algo estáticos, no sabían qué hacer, no había dado ninguna orden.
-¿Qué pensáis que toca? –Los guardias estaban lerdos y se tiraron hacia mí y hacia Nel, ellos habían visto también sus poderes y sabían de ella como una hereje, pero ¿Por qué yo no la veía así? Debía admitir que me gustaba lo oculto, jolín, era interesante, tener a alguien así a mi lado para....Decidí dejarme de estar quieto y tomar parte en el asunto.
-...Ven...-Tome de su cintura para cogerla en brazos, vi a mi caballo tumbarse, monte a Nel y me subí detrás de ella-...Te llevaré a un lugar más tranquilo, con o sin mis hombres...-Dije tomando las riendas alrededor del cuerpo de Nel, rodeándole la cintura y tomando las riendas por delante- Si alguien tiene que eliminarte, que ese alguien sea yo...-me la quede mirando, vale, no soy bueno para hacer bromas, pero en aquel momento creo que era bueno dejar la tensión un poco aparte.
Re: Ilusorio [Privado]
En el momento en que Ilya la subió a su caballo, la bruja hizo una maniobra para bajarse. Sí, tenía miedo de esos hombres que querían quemarla, pero a la vez sentía ira. No iba a morir allí, y menos darle la espalda a todos esos cobardes que buscaban su condenación. Con una sonrisa que distaba de ser sana, la ilusión de la niña fue tomando su lugar y su mente. Sí, esa niña era algo completamente diferente de Nele. Y bastante más macabro.
-¿”Quemad a la Bruja”, dicen? ¡Já! Como si fuera tan fácil lanzar fuego contra alguien como yo. Si tanto les gusta el calor, ¿Por qué no lo prueban ustedes primero? ¡Debe ser una experiencia revitalizante!
Y dicho esto, usó su Dominación para hacer que uno de esos tantos guardias se prendiera fuego a sí mismo. Las llamas lo consumían, mientras sus compañeros miraban con terror en los ojos lo que estaba pasando. Algo les impedía moverse, y no era precisamente Nele. Era más bien algo llamado miedo, algo que los hizo simplemente quedarse donde estaban. La niña, sin inmutarse, miraba el cuerpo calcinado mientras se desprendía aquel característico aroma a carne quemada. Los gritos de dolor fueron pronto reemplazados por un silencio sepulcral. Y antes de que se diera cuenta, otro de los guardias sostenía un palo encendido muy cerca de su cuerpo. Con pánico, trató de soltarlo, pero la negación de cabeza que le dio la Puppenspielerin le hizo ver que, tratase cuanto tratase, no iba a poder zafarse de eso.
-¿Les parece más divertido ahora quemar brujas? Yo creo que no. Si no quieren terminar igual que él, les sugeriría que volvieran a casa. Disfruten de sus familias, que la vida es corta. No me desafíen, porque seguirán su senda- y dicho esto, apuntó a los restos carbonizados-. No es cosa de niños enfrentarse a seres sobrenaturales, y si no pueden mirarme a los ojos sin sentir pánico, es porque están todo menos preparados para su suerte. Vuelvan a vengar a su amigo cuando dejen de temer a la muerte, ¿entendido?
La niña se dio vuelta hacia donde estaba Ilya, sin siquiera molestarse en volver a su imagen original. Seguía pensando en la ironía de lo que acababa de decir. ¡Dejar de temer a la muerte, cuando ni ella misma podía hacer tal hazaña! ¿En qué estaba pensando? O más bien, ¿En qué pensaba la Puppenspielerin, esa parte separada de la Nele original? ¿Qué sacaba con recriminarle sus miedos, sus más profundos y obscuros temores? ¿Reírse de ella? ¿Condenarla por su cobardía? ¿O tratar de hacerla entrar en más pánico del que podía soportar, sólo por diversión?
-Tú, cazador- la voz de la niña era muy distinta a la de Nele, posiblemente por el nivel de confianza que tenía una y del que carecía la otra-. ¿Es esto prueba suficiente para que dejes de tratar de protegerme? Sí, no soy el mayor ejemplo de sanidad, pero al menos puedo enfrentarme al mundo que me rodea sin ponerme a llorar. No necesito caridad. Y tú, aunque necesites desesperadamente a alguien a quien proteger, esa no debería ser yo. Te traería mayores desgracias que felicidades. No persigas algo que nunca podrás tener.
La joven soltó un suspiro y volvió a su imagen original, esperando haber dejado claro su punto. Si trataba de obligarla, peor para él. Necesitaba irse de allí ya, porque con cada minuto que pasaba se sentía menos inclinada a dejarlo partir.
-¿”Quemad a la Bruja”, dicen? ¡Já! Como si fuera tan fácil lanzar fuego contra alguien como yo. Si tanto les gusta el calor, ¿Por qué no lo prueban ustedes primero? ¡Debe ser una experiencia revitalizante!
Y dicho esto, usó su Dominación para hacer que uno de esos tantos guardias se prendiera fuego a sí mismo. Las llamas lo consumían, mientras sus compañeros miraban con terror en los ojos lo que estaba pasando. Algo les impedía moverse, y no era precisamente Nele. Era más bien algo llamado miedo, algo que los hizo simplemente quedarse donde estaban. La niña, sin inmutarse, miraba el cuerpo calcinado mientras se desprendía aquel característico aroma a carne quemada. Los gritos de dolor fueron pronto reemplazados por un silencio sepulcral. Y antes de que se diera cuenta, otro de los guardias sostenía un palo encendido muy cerca de su cuerpo. Con pánico, trató de soltarlo, pero la negación de cabeza que le dio la Puppenspielerin le hizo ver que, tratase cuanto tratase, no iba a poder zafarse de eso.
-¿Les parece más divertido ahora quemar brujas? Yo creo que no. Si no quieren terminar igual que él, les sugeriría que volvieran a casa. Disfruten de sus familias, que la vida es corta. No me desafíen, porque seguirán su senda- y dicho esto, apuntó a los restos carbonizados-. No es cosa de niños enfrentarse a seres sobrenaturales, y si no pueden mirarme a los ojos sin sentir pánico, es porque están todo menos preparados para su suerte. Vuelvan a vengar a su amigo cuando dejen de temer a la muerte, ¿entendido?
La niña se dio vuelta hacia donde estaba Ilya, sin siquiera molestarse en volver a su imagen original. Seguía pensando en la ironía de lo que acababa de decir. ¡Dejar de temer a la muerte, cuando ni ella misma podía hacer tal hazaña! ¿En qué estaba pensando? O más bien, ¿En qué pensaba la Puppenspielerin, esa parte separada de la Nele original? ¿Qué sacaba con recriminarle sus miedos, sus más profundos y obscuros temores? ¿Reírse de ella? ¿Condenarla por su cobardía? ¿O tratar de hacerla entrar en más pánico del que podía soportar, sólo por diversión?
-Tú, cazador- la voz de la niña era muy distinta a la de Nele, posiblemente por el nivel de confianza que tenía una y del que carecía la otra-. ¿Es esto prueba suficiente para que dejes de tratar de protegerme? Sí, no soy el mayor ejemplo de sanidad, pero al menos puedo enfrentarme al mundo que me rodea sin ponerme a llorar. No necesito caridad. Y tú, aunque necesites desesperadamente a alguien a quien proteger, esa no debería ser yo. Te traería mayores desgracias que felicidades. No persigas algo que nunca podrás tener.
La joven soltó un suspiro y volvió a su imagen original, esperando haber dejado claro su punto. Si trataba de obligarla, peor para él. Necesitaba irse de allí ya, porque con cada minuto que pasaba se sentía menos inclinada a dejarlo partir.
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Re: Ilusorio [Privado]
Ella parecía querer encontrarse con su mismo destino, ella parecía querer nada de mí y querer a la muerte más que yo, en si la temía, no a ella si no a la muerte, pero de cualquier modo, pienso que era estúpido temerle, algún día, todos moriremos sin poder evitarlo. Bien, ella había decidido por sí misma, quería jugar con fuego y yo le daría el ardor de mi pasión, tome la espada entre mis manos y con las mismas me baje del caballo, este me esperaría, se quedó quieto, comencé a apuntar a la bruja, poniéndosela en el cuello -…Basta de juegos….transfórmate bicho raro en tu cuerpo de mujer….-espete-…Así no creo que nos sirvas de mucho, ni a mí, ni a nadie…
Bien la miraba, sabía que era ella pues delante de mi vi cómo se convirtió o intentaba Nell desde algún punto ciego el cual yo no veía, intentaba crear alguna ilusión en mi contra para que la dejara en paz, pero siempre era muy testarudo en algo en que quería para mí o simplemente porque la estaba haciendo un favor –Vamos…. Transform...a…-Y de inmediato volvió a ese cuerpo que tanto había atrapado mi atención, a ese cuerpo de mujer que deseaba ver y tocar una vez cuando entrara más en la intimidad con ella, pero algo sentía en mi interior que quería tomarla ahí mismo.
Yo y mi mente pervertida que salía cuando no era el momento. No baje la espada, pero la aparte al ver que una flecha iba directo hacia la espalda de Nell, me interpuse entre ella y la flecha, haciendo que esta se clavara en alguna parte perdida de mi espalda, abrace a Nell para así poder apoyarme, di un traspiés, escuche los gritos de los demás, escuche y vi a mi corcel acercándose corriendo y trotando hasta donde estaba yo, me golpeo varias veces para hacerme reaccionar, estaba aturdido por el dolor-…aAGH!!...-Heridas más graves había sufrido en el campo de batalla, tenía la espalda y el cuerpo lleno de cicatrices.
Sería lógico que ahora por haberla amenazado tal y como ella habría interpretado, seguramente pretendía dejarme abandonado en algún lugar y sin ayuda para quitarme la molestia de mi espalda-..agh….-Temía perderla, mi brazo no respondía y la espada se me cayó al suelo, estaba perdiendo la fuerza, pero ahora estaba seguro de que huiría de mí, que se iría-…Vete…-Por más que me doliera, seguramente la iba a perder si dejaba que se quedara en este espectáculo o si la dejaba ir de mi lado en este instante, vi como parecía querer obedecer mi petición, pero solamente le tome de la mano con fuerza, estaba arrodillado, con mi mano sujeta en una de las suyas de porcelana-….Quédate…por favor….-me quede mirándola con tristeza en los ojos, sujetándola, haciendo que se quedara cerca de mí.
Bien la miraba, sabía que era ella pues delante de mi vi cómo se convirtió o intentaba Nell desde algún punto ciego el cual yo no veía, intentaba crear alguna ilusión en mi contra para que la dejara en paz, pero siempre era muy testarudo en algo en que quería para mí o simplemente porque la estaba haciendo un favor –Vamos…. Transform...a…-Y de inmediato volvió a ese cuerpo que tanto había atrapado mi atención, a ese cuerpo de mujer que deseaba ver y tocar una vez cuando entrara más en la intimidad con ella, pero algo sentía en mi interior que quería tomarla ahí mismo.
Yo y mi mente pervertida que salía cuando no era el momento. No baje la espada, pero la aparte al ver que una flecha iba directo hacia la espalda de Nell, me interpuse entre ella y la flecha, haciendo que esta se clavara en alguna parte perdida de mi espalda, abrace a Nell para así poder apoyarme, di un traspiés, escuche los gritos de los demás, escuche y vi a mi corcel acercándose corriendo y trotando hasta donde estaba yo, me golpeo varias veces para hacerme reaccionar, estaba aturdido por el dolor-…aAGH!!...-Heridas más graves había sufrido en el campo de batalla, tenía la espalda y el cuerpo lleno de cicatrices.
Sería lógico que ahora por haberla amenazado tal y como ella habría interpretado, seguramente pretendía dejarme abandonado en algún lugar y sin ayuda para quitarme la molestia de mi espalda-..agh….-Temía perderla, mi brazo no respondía y la espada se me cayó al suelo, estaba perdiendo la fuerza, pero ahora estaba seguro de que huiría de mí, que se iría-…Vete…-Por más que me doliera, seguramente la iba a perder si dejaba que se quedara en este espectáculo o si la dejaba ir de mi lado en este instante, vi como parecía querer obedecer mi petición, pero solamente le tome de la mano con fuerza, estaba arrodillado, con mi mano sujeta en una de las suyas de porcelana-….Quédate…por favor….-me quede mirándola con tristeza en los ojos, sujetándola, haciendo que se quedara cerca de mí.
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