A 2 cellos: Where The Streets Have No Name

por **Sulic Baskerville** Jue Mar 14, 2013 7:19 pm

A 2Cellos

1800 || Una calle sin nombre || 4 AM

La bolsa de cuero sin curtir colgaba de su hombro, las botas de piel apenas hacia un sonido suave en la acera al caminar, el pantalón verde oscuro parecía casi negro y la camisa blanca de cintas al frente apenas se notaba bajo el viejo y largo abrigo de piel que cargaba sobre el, en la mano derecha el enorme estuche de su chelo. En medio de la niebla del amanecer era una sombra alta y de andar seguro; caminando sin problemas cual animal nocturno que observa lo que los humanos no pueden. Estaba seguro de que su hermano debía estar por aquella zona, había sabido siempre que había venido rumbo a Francia pero lo complicado había sido averiguaren que zona se encontraba, era la “desventaja” de ser cazadores no importaba si intentaban o no esconderse el mero instinto ya les hacía buscar la ruta menos común.

El sonido de un barco resonó por todo el puerto y eso le indico que debían ser ya las cuatro de la mañana, sabiendo el lugar en el que se quedaba era casi obvio para cualquier persona pensar que el joven al que esperaba encontrar estaría dormido en esos instantes, pero nada más lejano a la realidad. Con Hauser nada era precisamente predecible, si bien podía estar efectivamente en su habitación durmiendo también era posible que hubiese salido a divertirse con alguna mujer o a atravesar algún pecho con una estaca, realmente las posibilidades eran variadas. En lo personal prefería dormir de día, era menos probable que un hombre lobo o un vampiro apareciere y te dejase sin cabezaLa bolsa de cuero sin curtir colgaba de su hombro, las botas de piel apenas hacia un sonido suave en la acera al caminar, el pantalón verde oscuro parecía casi negro y la camisa blanca de cintas al frente apenas se notaba bajo el viejo y largo abrigo de piel que cargaba sobre el, en la mano derecha el enorme estuche de su chelo. En medio de la niebla del amanecer era una sombra alta y de andar seguro; caminando sin problemas cual animal nocturno que observa lo que los humanos no pueden. Estaba seguro de que su hermano debía estar por aquella zona, había sabido siempre que había venido rumbo a Francia pero lo complicado había sido averiguaren que zona se encontraba, era la “desventaja” de ser cazadores no importaba si intentaban o no esconderse el mero instinto ya les hacía buscar la ruta menos común.

El sonido de un barco resonó por todo el puerto y eso le indico que debían ser ya las cuatro de la mañana, sabiendo el lugar en el que se quedaba era casi obvio para cualquier persona pensar que el joven al que esperaba encontrar estaría dormido en esos instantes, pero nada más lejano a la realidad. Con Hauser nada era precisamente predecible, si bien podía estar efectivamente en su habitación durmiendo también era posible que hubiese salido a divertirse con alguna mujer o a atravesar algún pecho con una estaca, realmente las posibilidades eran variadas. En lo personal prefería dormir de día, era menos probable que un hombre lobo o un vampiro apareciere y te dejase sin cabeza.

Camino alejándose del puerto, rumbo a una zona alejada y sin mucho estilo, una de las tantas zonas pobres de parís, sabia la zona pero en realidad no conocía la ubicación exacta, tardo varios minutos buscando entre las paredes y el piso señales que Hauser podría haberle dejado para encontrarlo, pequeñas marcas que se confundían con la suciedad y objetos olvidados por aquí y por allá, finalmente encontró la vieja puerta de madera que le llevaría a su hermano y sonrió arreglándoselas para abrirla y entrar, pronto sabría si se encontraba en casa o no.

Camino alejándose del puerto, rumbo a una zona alejada y sin mucho estilo, una de las tantas zonas pobres de parís, sabia la zona pero en realidad no conocía la ubicación exacta, tardo varios minutos buscando entre las paredes y el piso señales que Hauser podría haberle dejado para encontrarlo, pequeñas marcas que se confundían con la suciedad y objetos olvidados por aquí y por allá, finalmente encontró la vieja puerta de madera que le llevaría a su hermano y sonrió arreglándoselas para abrirla y entrar, pronto sabría si se encontraba en casa o no.

Los que deseen vivir, busquen a Dios, que es la vida eterna, solo decide que dios buscaras pues el mío es de carne y hueso y me envía al infierno y al cielo con una sola palabra, es mi hermano mi pecado mi paraíso y mi condena.

por **Hauser Baskerville** Sáb Mar 23, 2013 7:01 pm

Había intentado huir de el, había inventado un "trabajo" y había partido, a Francia que se hacia seductora y abierta: Huía de Sulic y de su poderoso influjo, que me desestabiliza que me altera, como si mi mente olvidara un instante que es mi hermano, como si yo fuese su posesión. Pero los remordimientos me obligaron a darle mi ubicación, a dejar mi huella para que me hallara. No le dije que partiría, solo deje una carta que no se si pudo leer. Y entonces me di cuenta que Sulic, era mi única familia, un delirio extraño, entre sus accesos de iras, cinismo, dolor y amabilidad. Mi mente quería explotar al recordar que sus ojos oscuros y fijos y esa seguridad arrolladora me dejaba fuera de lugar. Jugaba y tentaba al destino por pura diversión.

Yo era joven cuando lo halle, cuando lo supe. Me sentí completo con el, protegiéndome; pero nunca mas seria aquel joven, y los años pasaban y volví a sentir esa sensación de vació que me agobiaba. Era cazador, cruel y despiadado, y hasta frió... ¿ y si era hora de establecerme y dejar de rodar por el mundo? ¿ la música seria mi salvación? y por un instante y por primera vez desde que estoy con el , no pensé en Sulic. ¿ Por que tenia que ser mi hermano? ¿ por que simplemente no fue un desconocido, un hombre cualquiera a quien aferrarme, a quien poseer, a quien abandonar? Y por primera vez sentí que Sulic no podía llenarme... Y el recuerdo de la bella joven de la Catedral me embargo: sus ojos azules cielo, su boca de fresa, su candor y una inocencia que me hacia sentir como un canalla a veces y otras como un pecador que puede ser salvado con la mirada de la madonna...

Ginebra... ese era su nombre, deletreaba en silencio como si completara una partitura, como los silencios entre nota y nota. Y mi corazón se dividió en dos, como si Sulic habitara en una noche, llena de espejismo, voluptuosidad, sensualidad y el riesgo de sus afilados ojos negros y Ginebra fuera el día claro, transparente, que el sol brillara en su cabello dorado y el azul del cielo estuviese encerrado en sus ojos, inocencia.

¿ Estaba enamorado de ella?

¿ Lo amaba suficientemente a el?

Sentí el sonido de la puerta principal abrirse, conocía el sigilo, sin duda era Sulic, se encontraría con las escaleras que permitirían hallarme, allí fijo, expectante, meditabundo. Era un reencuentro que me generaba ansiedad... me sentía como un traidor.

- Sube- mi voz hizo eco en el solitario recinto iluminado por algunos candelabros- estoy aquí...

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