El concierto superlativo. (Privado alana)

Una hermosa noche en paris, en donde sin lugar a dudas habría otro evento de alta sociedad y algunos privilegiados de la clase media, este evento tendría lugar en uno de los recintos más importantes de toda Francia, el Palacio Royal, donde si no vestías lo que estaba de moda, no te veía decente, era mejor que no intentaras siquiera entrar, porque te echarían a patadas los guardias, por lo que buscando un poco en toda la ropa que poseía y que compartía con mis pequeñas familiares (que por alguna extraña razón desde que cuidaba a mis descendientes desde que los había rescatado del nuevo mundo eran contados los varones que habían existido, por lo que supuestamente mi árbol genealógico no había seguido creciendo, pero claro que lo había hecho, con todos mis nietos y biznietos y tataranietos) hasta que encontré un precioso vestido color aquamarina, con dos moños negros puestos cerca del escoté que tenía y unos guantes blancos, teniendo un atuendo lo suficientemente sofisticado e inocente, para la hermosa noche que me esperaba.

Esta vez decidí ir en carruaje hacia el lugar, para no tener que hacer fila, ya que a pesar de que tenía todo el tiempo del mundo, los humanos cuando se trataba de ese tipo de cosas a veces solían ser un tanto bruscos y demasiado aburridos, por decirlo de una manera, ya que fueran de clase alta o media, con las cosas superfluas y banales que a veces tenía que escuchar, me dejaban con un mal sabor de boca y pidiendo que guardaran silencio.

Tardamos alrededor de 10 minutos en llegar al hermoso Palacio Royal, en donde ya todas las personas de clase media, estaban haciendo fila para poder entrar, a lo que yo solo sonreí, esperando que todos ellos si tuvieran el placer de entrar, ya que si debía de elegir entre los de clase alta a los de clase media, siempre me quedaría con los de clase media, por lo menos ellos sabían de cultura y podías entablar una buena conversación con ellos y no tener que soportar tonterías.

El carruaje se detuve enfrente de la entrada y mi lacayo, me ayudo a bajar, para después escoltarme a la entrada y ver el altercado con un hombre de la clase baja, que estaba arrapiento y desprendía un olor nada agradable, a lo que solo pude dirigirle una leve sonrisa y después, entrar al lugar y esperar a que terminaran las demás personas de pasar, para que después de socializar un rato, pudiéramos disfrutar de lo que nos ofrecerían esta noche.

El animo de la gente comienza a ser mas animado, la cola avanza a buen paso. En el interior la música suena, recibiendo a los invitados. La gente de clase alta entran sin hacer cola, es algo que yo ya tengo mas que asumido, aun y teniendo mas dinero puede que muchos de ellos, prefiero pasar desapercibido como uno mas de la clase media. Pero en cambio, algunos de la fila donde me encuentro comienzan a susurrar entre ellos, criticando el trato favorable. Pobres infelices, esto sera así ahora y siempre, la distinción entre clases es mas que notable.

La cola avanza, subo las escaleras que lleban al acceso, y paro frente a los porteros. Tipos altos y fornidos, abren una pequeña cuerda que bloquea el paso, y deja pasar al grupo de chicos que iban delante de mi, cierran la cuerda delante mio, me miran de arriba abajo.

-Buenas noches señor, sera 1 franco.- Me dice educadamente y con muy buenos modales, ya que para estos eventos, los guardias eran de la guardia personal de palacio, y han sido educados conforme aun protocolo de protección y servicio. Alguno de los guardias de palacio son ex-agentes de policía, Miro en los alrededores pero no veo a ninguno conocido. Meto mi mano en el bolsillo interior de mi chaqueta, sacando un fajito de billetes, con una pinza de plata, en la cual se veía dibujada una orquídea y un corazón humano. Retiro un franco, se lo entrego al portero, lo coge.

-Adelante señor, espero que disfrute de la fiesta.- Me dice con una sonrisa en su rostro abriendo la cuerda, y haciendo el gesto de invitación a entrar. Yo asiento, agradeciendo en silencio, simplemente cogiendo la parte delantera de la visera de mi sombrero y asentir con la cabeza, y camino hacia dentro, en la entrada observo una chica de tez pálida, con un vestido azul aguamarina, y dos moños en el escote, y su mirada era intensa. Seguí avanzando hasta el interior, mirándola durante un corto instante, y girar mi rostro hacia adelante. Era un enorme salón, repleto de gente, en el extremo norte, un gran escenario con músicos, tocando música tranquila de bienvenida.

Veo unas escaleras que suben, que dan aun balcón interior, que cubre las 4 paredes. Me comienzo a dirigir a la escalera, y veo pasar un camarero con una bandeja con copas de vino, tal como pasa cojo una, en un gesto ágil. Huelo el vino, doy un pequeño sorbo y subo al balcón interior. Camino hacia la derecha, poniéndome en el lado contrario del escenario. Me apoyo en la barandilla, con la copa en la mano, y observo los asistentes, diciéndolo a ojo creo que pueden haber unas 150 personas, pero el salón es grande, y el no hay aglomeración, varias mujeres están en un rincón, sentadas en fila en unas sillas, esperando que alguien las invite a bailar. Sonrió al ver eso, y veo el grupo de chicos de clase media, que estaban delante de mi en la cola, se dirigen al grupo de chicas sentadas y cada uno saca una a bailar, las chicas aceptan entre risas. Y todo el mundo empieza a bailar, mientras los músicos, tocan canción tras canción sin tomarse descanso alguno.

Y ahí me encontraba de nueva cuenta en un lugar repleto de humanos, los cuales a pesar de que había un par de ejemplares que valían demasiado la pena, muchos otros solo eran personas que no sabían nada de lo que les podía suceder si hablaban de más o decían cosas banales y terminaban con mi poca paciencia, pero era un sacrificio que debía de aceptar, ya que no todos los días tenía una oportunidad tan suculenta, en donde me podría alimentar y regresar a mi hogar con el estómago bien lleno, como para poder aguantar un buen rato sin comer, sin dañar a los humanos y solo tomar la sangre suficiente, ya que no podría imaginarme que es lo que pensaría mi amado Paul, si es que se enteraba de lo que yo era capaz cuando tenía sed y debía de conseguir alimento.

Movía mi abanico de forma ligera y seductora, esperando captar la atención de algún joven hombre y poder persuadirlo de que me acompañara a una esquina para conocerlo mejor y una vez así, poder alimentarme y satisfacer la sed que estaba sintiendo.

Con el paso de los minutos comencé a impacientarme, ya que al parecer no estaba logrando mi cometido, hasta que después de un par de segundos más un chico se acerco a mi y escribió en mi pequeña libreta su nombre, para tener el placer de poder bailar conmigo, a lo que dejando mi abanico colgando de mi muñeca al igual que la libreta, tome su mano y lo dirigía la pequeña pista que había, ya que a pesar de que esto sería un concierto, como personas privilegiadas podíamos disfrutar bailando y platicando antes de que el concierto tuviera lugar, por lo que me la pasé en los brazos del hombre unos segundos hasta que le guiñe el ojo y me dirigía la salida, sabiendo que el me alcanzaría, para que en uno de los pasillos que estaba muy poco concurrido, seducirlo con naturalidad y decirle que esto le iba a gustar.

Poco después de mis palabras, le cubrí la boca con un beso y cambiando el color de mis orbes a uno completamente azul profundo, le mordí el cuello y comencé a succionar su líquido vital, sintiendome más plena y hasta cierto punto más viva, cuando estuve satisfecha de la sangre del hombre que no era del todo tan deliciosa, me separé de el, limpiándome en su ropa y le hice creer que se sentía mal y que debía de ir a su casa, y antes de irse les diera algo de dinero a las personas de clase baja que estaban afuera y así todos fueran felices.


Un peculiar olor llegó a mi nariz y supe de inmediato que quizás mi amiga y hermana a la cual, después de todo, me aceptara y me quisiera como yo a ella, podía estar en este recinto y me di algo de miedo, ya que esta noche habían varias personas de mi misma raza en ese lugar y no quería que ellos se le acercaran ni mucho menos le trataran de hacer daño, así que corriendo lo más lento que pude fui nuevamente a la sala donde estaba y por más que busque sus dorados cabellos no la encontré, así que seguía avanzando tratando de localizarla, por su olor que era muy peculiar y que gracias a que había estado mucho tiempo con ella, podía localizarla, casi en cualquier lugar,pero me quede petrificada el ver que quien desprendía el olor de mi amiga era un hombre al cual al momento de ver que quien desprendía su olor era un hombre que no conocía, pero que había hecho hervir mi sangre, ya que el era de mi misma especie y no pude más que mirarlo con odio y cubrir mi rostro con el abanico, para tranquilizarme, pero de algo estaba segura, el chico debía de darme una gran explicación.

Veía todo lo que pasaba y la furia que corría por todo mi cuerpo, era tanta que al ver el altercado que el vampiro había tenido, fue la gota que derramo el vaso, como dejaba que alguien tan inferior y superfluo como el señor Darsy lo tratara de esa manera, claro que conocía a ese hombre que de caballero no tenía ni siquiera la calva y que a pesar de que en ese evento se había presentado con su esposa, que en realidad solo era una pantalla y yo mejor que nadie sabía que cuando salieran de este evento, el se iría en otra carroza derecho hacia el burdel, donde estaban su sin fin de amantes, y pasaría lo que quedaba de la noche con ellas.

-Serás bastardo-dije en un susurró lo suficientemente bajo, para que solo el vampiro que olía a mi protegida, pudiera escucharlo-como dejas que un ser tan repugnante como ese hombre te traté de esa manera, esta bien aparentar, pero no dejar que te pisoten de esa manera-bufo y camino con elegancia por la pista de baile, para en un suave movimiento, empujar a la esposa del hombre a otro para que siguiera bailando, mientras yo miraba fijamente al hombre y sonreía de forma malvada.

-¿me recuerda señor?-digo mostrándole levemente mis colmillos y el hacía una mueca de terror-veo que si, me alegra saberlo, casi 30 años sin vernos,vera acaba de ofender a uno de mis conocidos-tratando de sonar tranquila y apretar su hombro ligeramente, infringiendole dolor para que ni se le ocurriera nada contrario contra lo que le iba a pedir-bueno por tu ofensa tendrá usted que darme una gran suma de dinero, al igual que 2 nuevas casas y no me importa que tenga que hacer-gruñendole ligeramente-tendrás que dejar a tus putas,si es necesario, pero si no quieres perder la vida de tus amadas o peor aun que te deje invalido, harás lo que te pido, tienes una semana de plazo y además como un fetiche que quiero, irás de rodillas a pedirle perdón a el hombre que acabas de ofender con tus estupideces-soltandome de el y mirandolo mientras hacía lo que debía,sabiendo que mi poder en parte me había ayudado.

Una vez el señor Darsy estuvo lo suficientemente lejos de mi, saque mi abanico y lo moví ligeramente por mi rostro, saliendo de la pista de baile, para fijar mi mirada en la del vampiro y con una seña de mi abanico le dije que debía de venir a hablar conmigo, justo después de que la humillación del idiota de ese humano terminara y me senté en una de las mesas, tomando una copa de vino, mientras veía divertida como todos los humanos quedaban anonadados y los que eran de mi especie, soltaban una ligera carcajada, siendo que yo en esos momentos era la vampira más antigua en ese lugar.