Un nouveau début [Privado]

por **Chrystalle Van der Vaart** Mar Mar 26, 2013 4:15 pm

Cae la noche lentamente sobre Francia, unos duermen y otros despiertan, y en ese segundo grupo es en el que entraba la joven –aunque no literalmente- de cabellos dorados. Y esta vez había despertado sintiéndose realmente distinta, como nunca antes se había sentido, como si se hubiese quitado un gran peso de encima, como cuando estaba viva.

Los últimos años había procurado ser independiente, esquivar al resto y sobre todo, evitarle a él. El mundo es muy grande, y habían pasado muchos años, pero por desgracia el mundo también es un pañuelo y Chrystalle vivía con el temor de encontrársele, por casualidad, en algún rincón. De hecho, más de una vez juraría haberse cruzado con aquel muchacho, pero cuando sus ojos fríos se atravesaban con los de la otra persona, podía comprobar que no era él, que no había esa conexión que solo hay entre hermanos –y ellos fueron en su día unos hermanos realmente unidos- ni la conexión que hay entre un vampiro y su creador.

Pero algo le estaba haciendo cambiar de parecer, haciéndola sentir la imperiosa necesidad de que necesitaba relacionarse y dejar de estar sola. Si bien, la criatura que soportase a aquella chica debía tener una paciencia infinita.
El querer cambiar su vida le hizo llegar hasta aquel lugar, en una noche cálida de verano donde la luna llena se reflejaba en las aguas tranquilas de la laguna. La chica se sentó junto a la orilla, en el suelo, sin preocuparse por si sus ropas se arrugaban, pues llevaba muchos, muchísimos años intentando ser perfecta y ahora quería relajarse.
Sus ojos se quedaron embelesados mirando a las pequeñas ondas que se dibujaban en el agua, a causa de la suave brisa que por allí corría. Tan absorta se quedó en sus pensamientos que no escuchaba los ruidos que se escuchaban alrededor de ella, ni los ligeros pasos que corrían tras de sí. Nada, Chrystalle estaba completamente metida en su propio mundo.

por **Mara Kennie D'Argouges** Miér Abr 10, 2013 10:59 am

Algunos tenían el habito de despertar temprano apenas el sol se ocultaba, despertaban necesitados de poder ser un poco normales y ver como algunas personas aun habitaban la ciudad, otras creaturas eran más perezosas, le gustaba esperar que la oscuridad dominara por completo la ciudad para adentrarse en ella. Mara era de aquellas perezosas, ya no estaba interesada en ver aquellas personas en una claridad, prefería la vida nocturna, pues había pocos que se aterrorizaran por su fría piel cuando la tocaban.

Adoraba alimentarse de forma rápida, apenas se levantaba del lugar en donde dormía, había aprendido a alimentarse muy lejos de donde vivía, así que esperaba estar lo suficientemente lejos para no levantar sospechas, nunca se alimentaba en un lugar dos veces, esta vez se decidió por un lugar poco frecuentado, tenía su hermoso vestido que la hacía ver como una damita de la sociedad, una pequeña damita, una niña que jugaba a ser grande. Le gustaban los colores pasteles y el color rojo, pues cuando se manchaba de sangre no se veía tanto el color carmesí de este. Esta vez se decidió por un color algo extraño para ella, un vestido color naranja, un naranja claro con algunos notos más fuertes y oscuros, su cabello estaba largo y sus manos cubiertas por unos guantes blancos y de encaje.

Debía quitárselos luego, pues no quería manchar la blancura de aquellas piezas con la piel mugrienta que muchas de sus víctimas tenían. Había llegado ya al lugar escogido y debía admitir que su hambre atacaba, algo que la hacía comenzar a sentirse malhumorada e inquieta, se quedo mirando por unos segundos el lugar, no se veían borrachos cerca, solamente detecto a una mujer que estaba sentada en una orilla. Eso era extraño, pensó ella, más extraño que una pequeña merodeando por esos lugares a esta hora de la noche. Se alzo los hombros, ella era algo temerosa y como ya había pasado varios traumas con la inquisición siempre estaba inquieta y temerosa de que algún cazador se le pudiera presentar y raptar.

-Al parecer es una más…- susurro ella cuando el viento cambio y el olor a muerte de la mujer, ella también lo tenía, los gitanos también decían que tenían un aura roja en sus cabezas, eso le animo aun mas a acercarse a ella, pero el problema era que pocas veces eran buenos y aun mas con un vampiro como ella, pues según ellos, estos no debían existir. ¿Sería una de ellas? Bueno si era podría llegar a gritar con todas sus fuerzas.

No se había dado cuenta cuando había comenzado a caminar hacia donde ella estaba, pero cuando se dio cuenta estaba al detrás de aquella mujer, dejo salir un leve suspiro, mientras daba tres pasos hacia atrás. ¿Qué estaba haciendo?, ella podría ser un peligro para Mara, era mejor alejarse, era mejor mantener un margen entre ellas, así no saldría herida, pero un pedazo de madera bajo sus zapatos crujió. ¡Estaba siendo tan cautelosa! Pero al final fallo completamente.

Un nouveau début [Privado]

Un nouveau début [Privado]

Re: Un nouveau début [Privado]