Hermanos - Privado -

por **Lia Scheenstra** Jue Abr 04, 2013 2:47 am

El Théatre des Vampires. Esperaba fuera de manera ansiosa una joven que no aparentaba tener más de 21 años, movía el pie en un signo de que estaba un tanto desesperada y como no iba a estarlo; Lia llevaba esperando ya un buen rato, más del que había deseado a su hermano Boo.
La mente de la joven había comenzado a volar si bien habían pasado 5 minutos desde que él se retraso. ¿Con quién estaría?, ¿Llevaría a alguna mujer?, ¿La dejaría plantada?… un sin fin de preguntas y teorías corrían por su mente de manera más veloz de la que ella podía ponerles atención; odiaba aquella sensación de inseguridad que le hacía surgir momentos como aquel en el que su hermano no estaba cerca.

Hermano… odiaba esa palabra, casi tanto como la idea de que otra mujer se acercara a tocarlo, a hacerlo feliz. No quería que él sonriera a nadie más que ella y la cuidara únicamente a ella, por siempre. Tenía derecho con él como hermana, nada más que eso; sabía de sobra que no podía verlo como hermano pero debía esforzarse porque aquello funcionara de esa manera; prefería mil veces tenerlo como hermano a no tenerlo cerca nunca más.
No podía hacer nada si él decidía estar con otra mujer… mujer… como si a ella le viera de esa manera. Una risa se le escapo y las personas que pasaban la miraron; reía no de que algo le pareciera gracioso si no que prefería eso a quebrarse en un sitio público como ese.
Despejo su mente utilizando toda la fuerza de voluntad de la que era capaz y se enfoco en observar a la gente, tanto a quienes pasaban como a los que entraban a ver el espectáculo de los vampiros en aquel lugar.

Suspiro a pesar de que no ocupaba algo tan humano como eso, pero de vez en cuando le era necesario hacerlo.
- Señorita, ¿esta sola? si gusta podemos entrar juntos a ver la obra... -
Una voz masculina se dirigió a ella, que con movimientos lentos se giro a mirarle; no era más que un simple humano, alguien que había sido llamado de manera lenta a aquel lugar del cual saldría con menos sangre… o quizás no saldría nunca.
- Gracias, pero estoy esperando a alguien. -
Menciono para que el sujeto se alejara, pero contrario a lo que esperaba este la tomo del brazo y ella solo le miro, molesta ante tal actitud a pesar de que no lo demostraba.
- Vamos, ven conmigo -
El hombre comenzó a tirar de ella rumbo a la entrada y Lia dio un paso como si le siguiera para no llamar demasiado la atención de los transeúntes.

por **Boo Scheenstra** Vie Abr 12, 2013 3:59 pm

Moví mi mano un poco hacia la derecha deslizando por el escritorio para tomar uno de los papeles que encontraba sobre este. Estaba haciendo mi trabajo de contador de una familia adinerada, me gusta hacer diversos trabajos; no quería depender de nadie. Claro, nunca me he casado y tampoco pretendo hacerlo…aun, la razón del porque no he sentando cabeza es la siguiente: Estoy enamorado profundamente de mi hermana “menor”, sí desde hace mucho tiempo lo he estado, lo he ocultado para que nuestra relaciones de hermanos no se estropee de lo que ya esta. Quiero llevarme bien con ella, es mi hermana, sangre de mi sangre, y por esa sencilla razón le he ocultado lo que siento por ella. No la veo como mi pequeña y frágil hermana menor, si no como una mujer, una verdadera mujer, la deseo, que quiero besarle, hacerle el amor sin parar como dos animales en celo. Sí, así son mis pensamientos acerca de mi hermana; es un verdadero pecado pensar así de ella, mi hermana, mi propia hermana pero no puedo evitarlo, verla, estar junto con ella me hace sentir vivo, muy vivo, cuando estoy con ella soy un simple cadáver andante sin razón, ella es la me hace “vivir” en este mundo, sin ella, sin ella no tiene sentido seguir.

-Lia…-El susurro de su nombre salir de mis labios es como una excitación que va desde mi cabeza hasta la punta de mis dedos de los pies, sí, tan solo de mencionar su nombre se me eriza los pelos de la nuca, ¿Cómo puedo auto-controlarme cuando ella esta en casa y en poca ropa? Es un pecado divino que ella pase como si nada enfrente de mi, claro, somos hermanos y los hermanos ¡NO! Se atraen, ella solo siente cariño, me lo demostrado y me lo ha dicho infinidades de veces, que cada “Te quiero Hermano” es como una puñalada en mi cuerpo. Ella, algún día Lia tendrá que hacer su vida, se enamorara de alguien, supongo que se casara y se ira de mi lado, ya no más protección para mi hermana. Un suspiro sale de mis labios dejando los papeles sobre la mesa, recargándome en el respaldo de la silla de madera que crujió cuando me moví, cruce mis piernas cerrando mis ojos y no pensando cosas que todavía no están echas, y mejor así.

Lia me invito a ir con ella, a donde trabaja, no pude negarme, le dije se adelantara, porque yo tenia asuntos pendiente pero lo único que quiera era tranquilizarme estas ganas por ella, porque me había excitado tan solo verla de ese modo vestida. Así mejor me distraje con cualquier cosa que pudiera tener, llevaba dos horas aproximadamente en casa, ella se había ido, me estaría esperando, sin hacerla esperar más me levante de mi silla, guardado los papeles en uno de los cajones del escritorio y salí del despacho rumbo a la salida, sin que nadie me detuviera, tome mi chaqueta de cuerno negro y por fin puse el exterior. Mientras caminaba me puse la chaqueta apurándome para llegar a tiempo, de todos modos ella se presentarías dentro de…Saque mi reloj, abrí la tapa de este y mire la hora, dentro de tres horas, así que tenia tiempo suficiente para estar con ella un tiempo y después escucharla cantar, su voz era música para mis oídos aunque no cantara.

Tarde alrededor veintitrés minutos en llegar al lugar indicado por mi hermana. Miré que estaba siendo forzada a entrar con alguien. ¿No estaba adentro? Pero si ella salió dos horas después que yo, ¿Qué ha pasado aquí? ¿A dónde fue? Una rabia dentro de mi surgió, apretando mis manos y yendo a donde estaba siendo “obligada” a entrar, sin esperar mucho tiempo tome el brazo del hombre y lo aparte-¿No ha escuchado? La señorita no quiere entrar con usted…-Me había puesto en medio de ellos-Su cita soy yo, así que haga el favor de alejarse de mi es…hermana-Inmediatamente corregí lo que iba a decir, dios, iba a decir: Mi esposa, lo bueno que recapacite y dije hermana. El hombre enojado tuvo que retirarse, con mi ceño ligeramente fruncido mire a Lia de re-ojo, no quería explicación simplemente tome su ante-brazo con un poco fuerza y entramos, la gente de aquí estaba animada, eran vampiros, era un teatro solamente para nosotros. Sin decir más nos adentramos mi hermana y yo.

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