AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
Página 1 de 1.
Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
Me encontraba en el momento cumbre de mi existencia, habia encontrado la forma de existir en completa armonia y con una nueva vida frente a mis ojos. Aun no entendia porque el largo camino al hotel para recoger algunas cosas que me faltaba para poder mudarme a lo que pareciese mi nuevo hogar, ese camino me habia arrastrado a un tetrico y siniestro cementerio, que de alguna manera tenia alguna conexion con esta nueva etapa, pero no sabia aun que era ese hilo delgado que nos unia. Seguia caminando entre las pequeñas veredas que dividian las tumbas de alguno que otro desafortunado, escuchando en ocaciones pequeños murmullos de agradecimiento, posiblemente el pesado ambiente dentro de este lugar aleja a la gente con cordura y le hace olvidar de la obligacion que debe al tener en memoria a alguna de estas almas.
Seguia caminando sin temor alguno, la briza fresca se tornaba algo frigida, en ocaciones sintiendo como si en algun momento me dificultara la respiracion, como el crudo clima frio de invierno en america, pero era algo raro, los dias eran calidos. Me abri paso entre todas la lapidas, algunas viejas con grandes memorias, otras sencillamente olvidadas y borrosas, topandome casualmente con una lapida sin gravar, vacia, solo el marmol esperando a ser gravado por alguien o algo. Es aqui donde la casualidad y la suerte que me han envuelto estos dias toman el nombre de "destino", aquel que se aferraba a no dejarme salir de un pais que no traia mas q problemas y malos recuerdos y que ahora me mostraba mas de una salida, ahora, la opcion de enterrar mi pasado, los malos recuerdos que se han ido borrando en cada charla, en cada nueva amistad que se cruza por mi camino, en cada caricia y en cada beso que solo esa chica puede ofrecerme, es oficial, no hay mejor realidad que la que ahora vivo.
Recordé de manera fugas como de niño me encantaba rayar las paredes con algunas piedras asemejando un pizarrón y tratando de aprender algo con las docenas de primos y familiares con los que estaba obligado a convivir, era increible ver que a corta edad, muchos de ellos supieran lo que es tener poder y dinero, y negarse a disfrutar de una etapa como en la que en ese entonces viviamos, por mi parte, la viví a plenitud, la disfruté a cada momento, hasta ese tragico dia. El cual me obligó a tomar una roca algo afilada y comenzar a tallar con antaño, dejando una leyenda en esa inherte y fria lapida "Aqui yacen los recuerdos de Darcy Nigthbell... Aqui comienza su nueva vida".
Me postre de rodillas contemplando aquello que mas que ser un simple juego o un impulso, era una promesa a mi mismo, a mi persona. De pronto una ventisca se dejo sentir en el lugar, a mi parecer era hora de irme, el clima no presagiaba algo bueno, haciendome sentir por momentos observado, asechado como una presa, como un antilope frente a los ojos de un leon hambriento, mas no desesperé, quizas eran mis nervios que jugaban un poco con mis sentidos, aun que, al parecer, no estaba tan solo del todo...
Seguia caminando sin temor alguno, la briza fresca se tornaba algo frigida, en ocaciones sintiendo como si en algun momento me dificultara la respiracion, como el crudo clima frio de invierno en america, pero era algo raro, los dias eran calidos. Me abri paso entre todas la lapidas, algunas viejas con grandes memorias, otras sencillamente olvidadas y borrosas, topandome casualmente con una lapida sin gravar, vacia, solo el marmol esperando a ser gravado por alguien o algo. Es aqui donde la casualidad y la suerte que me han envuelto estos dias toman el nombre de "destino", aquel que se aferraba a no dejarme salir de un pais que no traia mas q problemas y malos recuerdos y que ahora me mostraba mas de una salida, ahora, la opcion de enterrar mi pasado, los malos recuerdos que se han ido borrando en cada charla, en cada nueva amistad que se cruza por mi camino, en cada caricia y en cada beso que solo esa chica puede ofrecerme, es oficial, no hay mejor realidad que la que ahora vivo.
Recordé de manera fugas como de niño me encantaba rayar las paredes con algunas piedras asemejando un pizarrón y tratando de aprender algo con las docenas de primos y familiares con los que estaba obligado a convivir, era increible ver que a corta edad, muchos de ellos supieran lo que es tener poder y dinero, y negarse a disfrutar de una etapa como en la que en ese entonces viviamos, por mi parte, la viví a plenitud, la disfruté a cada momento, hasta ese tragico dia. El cual me obligó a tomar una roca algo afilada y comenzar a tallar con antaño, dejando una leyenda en esa inherte y fria lapida "Aqui yacen los recuerdos de Darcy Nigthbell... Aqui comienza su nueva vida".
Me postre de rodillas contemplando aquello que mas que ser un simple juego o un impulso, era una promesa a mi mismo, a mi persona. De pronto una ventisca se dejo sentir en el lugar, a mi parecer era hora de irme, el clima no presagiaba algo bueno, haciendome sentir por momentos observado, asechado como una presa, como un antilope frente a los ojos de un leon hambriento, mas no desesperé, quizas eran mis nervios que jugaban un poco con mis sentidos, aun que, al parecer, no estaba tan solo del todo...
Invitado- Invitado
Re: Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
Una noche oscura, solitaria y brillante por las celestiales luces que pintaban el firmamento nocturno cual lienzo gótico era el escenario que se desarrollaba en aquel momento del diario vivir parisino, algo que parecería común a lo antes visto, una noche mas, un momento más, simplemente algo mas...pero la diferencia era que el brillo de los astros hacían iluminaba con fiereza y sin compasión el iris oscuro de un demonio de la noche, una creatura perversa y llena de maldad, alguien sin remordimientos que en esos instantes se dejaba llevar por sus más bajos instintos al precio de conseguir lo que deseaba, aquel elixir que saciaba su sed y que esa noche atormentaba sus pensamientos con su cromatismo, su sabor, tan solo un hilo de recuerdo que recorriera la sensación de la exótica caída que teñía de un vivir extenuante sus labios y su interior, era como una manera de manifestar su ansiedad, el recuerdo de que tras días de olvido era hora de una dosis, que la paciencia ya no bastaba, que era el momento de que el cuerpo, el alma vacía y la mente se fundieran en uno solo cual toxico letal para lograr su cometido con un asegurado éxito...esa era yo y esos eran los pensamientos que transcurrían por mi mente tropezando con el vidrio de mi habitación volviendo a su natalidad y de tal forma sumiéndose en un vacio profundo cuya salida solo está en el cumplir de las acciones que se me encomendaban, no habían mas dudas, tras una última mirada a la luna una sonrisa maniática se formo en mis labios demostrando las dagas filosas que mis colmillos representaban y que se hundían en mis carnosos labios, era hora.
Cual doncella común que tras una tormentosa noche busca cobijo en las paredes sagradas calce en mi cuerpo un vestido negro como la noche, con encajes de dicho color, mi piel blanca brillaba ante el misterio y la oscuridad de la prenda de vestir seleccionada, mis cabellos en suaves bucles como resortes caían por mis hombros y se perdían en las curvas favorecidas por el ajustado corsé, un calzado y pocos accesorios fueron necesarios para completar mi atuendo y aventurarme a salir de mi hogar. Las altas horas cobijaron mi huida de la cual no habría sospechas puesto que mis criados yacían en profundos sueños en búsqueda de paz y despejar al diario vivir y, por su parte el cochero estaba al tanto de mis exigentes pedidos los cuales, por la excelente paga ofrecida, no se molestaba en negar. Finalmente me encontraba en el medio de transporte que me llevaría sin demora, la velocidad permitió que llegáramos mas rápido de lo esperado al cementerio, ¿el porqué? las posibilidades de algún curioso mortal a esas horas era muy probable, una joven viuda llena de sufrimientos, un joven culpable y arrepentido de sus delitos o un anciano lleno de extrañeza a algún cadáver...no importaba, sabía que se daría la oportunidad y tal seguridad se reflejo en una completa curva en mis labios, completa y perfecta.
Tras pasos delicados y educados me baje del coche para despedirme de aquel hombre que probablemente y tras las ojeras de una tonalidad violeta se quedaría dormido hasta mi llegada. No lo pensé mas y pisando los espesos matorrales me encamine a mi destino, mis sentidos se agudizaron en espera de cualquier aroma sutil y exquisito en comparación a fétido aire que desprendía el camposanto, pisaba las tumbas, las lapidas fuertes hasta que lo sentí. Fue tan rápido que mi mente no descubrió el aroma en sí, estaba envuelta en una nube de deseo que necesitaba de su cura rápidamente, mis pasos siguieron el camino hasta divisarlo, era un joven, de porte y estatura, de una clase alta como debí suponer, vital y saludable, más de lo que hasta llegue pensar en encontrar. Todo sucedió en fracciones de segundos que para mi fueron extensas horas, quizás para el leves minutos. Mi mirar repasaba su figura, una contextura fuerte y masculina, a pesar de su posición de espaldas a mí, irradiaba alegría y paz, una corriente infantil y audaz, trazaba palabras en una de las lapidas como solo un joven travieso haría, culmino su tarea y tras su apreciación estaba dispuesto a irse pero supe que me había sentido, que mi presencia no era en vano, no esperaría pero tampoco actuaria de forma brusca e inadecuada aunque el ultimo, dentro de mi sarcasmo interno, no tenia voto en mi forma de vida desde el punto de vista filosófico, claro está -No es un lugar propio para su estancia a estas horas, joven. Inquirí con un tono de voz sutil y armónico que el escucharía sin barreras de por medio, ¿necesitaba señales de mas?, no, ahora tenía por seguro que esa noche tendría un matiz especial.
Cual doncella común que tras una tormentosa noche busca cobijo en las paredes sagradas calce en mi cuerpo un vestido negro como la noche, con encajes de dicho color, mi piel blanca brillaba ante el misterio y la oscuridad de la prenda de vestir seleccionada, mis cabellos en suaves bucles como resortes caían por mis hombros y se perdían en las curvas favorecidas por el ajustado corsé, un calzado y pocos accesorios fueron necesarios para completar mi atuendo y aventurarme a salir de mi hogar. Las altas horas cobijaron mi huida de la cual no habría sospechas puesto que mis criados yacían en profundos sueños en búsqueda de paz y despejar al diario vivir y, por su parte el cochero estaba al tanto de mis exigentes pedidos los cuales, por la excelente paga ofrecida, no se molestaba en negar. Finalmente me encontraba en el medio de transporte que me llevaría sin demora, la velocidad permitió que llegáramos mas rápido de lo esperado al cementerio, ¿el porqué? las posibilidades de algún curioso mortal a esas horas era muy probable, una joven viuda llena de sufrimientos, un joven culpable y arrepentido de sus delitos o un anciano lleno de extrañeza a algún cadáver...no importaba, sabía que se daría la oportunidad y tal seguridad se reflejo en una completa curva en mis labios, completa y perfecta.
Tras pasos delicados y educados me baje del coche para despedirme de aquel hombre que probablemente y tras las ojeras de una tonalidad violeta se quedaría dormido hasta mi llegada. No lo pensé mas y pisando los espesos matorrales me encamine a mi destino, mis sentidos se agudizaron en espera de cualquier aroma sutil y exquisito en comparación a fétido aire que desprendía el camposanto, pisaba las tumbas, las lapidas fuertes hasta que lo sentí. Fue tan rápido que mi mente no descubrió el aroma en sí, estaba envuelta en una nube de deseo que necesitaba de su cura rápidamente, mis pasos siguieron el camino hasta divisarlo, era un joven, de porte y estatura, de una clase alta como debí suponer, vital y saludable, más de lo que hasta llegue pensar en encontrar. Todo sucedió en fracciones de segundos que para mi fueron extensas horas, quizás para el leves minutos. Mi mirar repasaba su figura, una contextura fuerte y masculina, a pesar de su posición de espaldas a mí, irradiaba alegría y paz, una corriente infantil y audaz, trazaba palabras en una de las lapidas como solo un joven travieso haría, culmino su tarea y tras su apreciación estaba dispuesto a irse pero supe que me había sentido, que mi presencia no era en vano, no esperaría pero tampoco actuaria de forma brusca e inadecuada aunque el ultimo, dentro de mi sarcasmo interno, no tenia voto en mi forma de vida desde el punto de vista filosófico, claro está -No es un lugar propio para su estancia a estas horas, joven. Inquirí con un tono de voz sutil y armónico que el escucharía sin barreras de por medio, ¿necesitaba señales de mas?, no, ahora tenía por seguro que esa noche tendría un matiz especial.
Invitado- Invitado
Re: Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
No es bien visto que uno vague en el cementerio a plena luz de la luna, solo un loco se atrevería a pasar por aquí aun siendo por la acera que lleva a la calle principal. Sin embargo, algo me hizo escribir esas letras en la lápida. Poco a poco los recuerdos de antaño iban desapareciendo, como si se tratase de algún hechizo, en serio necesitaba deshacerme de esa pesada carga, sentir mis hombros más ligeros para poder disfrutar de aquello que la vida me tenía planeado, junto con esa compañía inigualable y a la vez tan envidiable a los ojos de cualesquier caballero, de eso me sentía orgulloso, venia el momento crítico, pensar que será de mi vida en este nuevo horizonte y en esta nueva vida. Pero quien era en sí Darcy, un tipo acostumbrado a lujos, forzado a vivir en una sociedad que por más que quisiera adaptarme no podría hacerlo, por la simple y sencilla razón de que mi mente siempre trató de ser liberal. En cierto modo sentía algo de frustración por este acto, decirle adiós a prácticamente toda mi vida era algo difícil, pero dispuesto a continuar sin mirar atrás.
Una voz femenina distrajo mis pensamientos por breves momentos, debo de admitir que el miedo se apodero de todo mi cuerpo, dejándolo casi inerte y sin reacción alguna por un par de minutos. Comencé a levantarme, sacudí el rastro de polvo en mi pantalón, desabotone mi saco y coloque mis manos en mis bolsillos y me dirigí con paso firme a la salida, no era la hora para entablar una agradable conversación, y más por el estilo de vestimenta de esta chica. Remotamente había escuchado hablar de la existencia de seres que a mi parecer resultan solo fantasía, como sacados de un libro de un autor conocido y llevados a las calles simplemente para asustar a los niños inquietos y así poderlos llevar a sus camas y que puedan conciliar el sueño, de una manera algo drástica. Mi plan era salir de ahí lo más pronto posible, sin prestar atención, sin necesidad de cruzar las miradas. Pasé a un lado de ella en silencio, pensando que quizá necesitaba un momento a solas, con sus recuerdos y yo solo salía sobrando, pero me detuve, y no por el afán de hacerle compañía, había algo más en ella, quizá ese aroma que al ser inalado por mi sistema dilato mis pupilas y paralizo uno a unos todos mis músculos, como un veneno, un veneno natural convertido en el perfume perfecto. Sonreí algo confiado, pero con rasgos de temor en mi habla, aun sentía que estaba en el lugar, momento y persona equivocada, la sensación de pensar o imaginar que este viajero podría ser una presa se hacía más intensa, pero no quería salir corriendo, guarde por un minuto la calma.
Acomodé mi cabellera un poco, el sudor frio hizo que esta se humedeciera un poco, y tratando de disimular comencé una charla amena, o así pareciese – Madame, me pregunto que provocará más los chismes entre la gente… ¿El ver a un tipo como yo en el cementerio, simplemente conociendo el lugar? o ¿El ver a una dama distinguida como usted a altas horas de la noche en un lugar como este? En cierto modo estamos en desventaja, por mi parte no diré que la divisé en este lugar, por su parte, puede decir lo que quiera – No dejaba de darle la espalda, no quería mirar siquiera esos ojos, estaba en las garras de algo fuera de lo común, una chica que, aunque linda y de buen ver escondía mas que sensualidad tras esa mirada. Voces y frases sin razón daban vueltas en mi cabeza, ordenes, no sé qué me pasaba o que era lo que me hacía permanecer de pie a n lado de ella, el nerviosismo hizo presencia, pero de una manera distinta, temía por mi vida, aun así no tuviera razón alguna para poder afirmar esa teoría. Decidí no darle más vueltas al asunto y confrontar lo que ella fuese o quisiese, sentía como mi sangre fluía rápidamente por mi sistema, ensanchando mis venas, mi corazón no dejaba de acelerarse a cada segundo, la adrenalina corría por mi cuerpo cual droga después de ser suministrada, no tenía el control de mi cuerpo, pero sí de mis pensamientos – Disculpe Madame, Darcy… Darcy Nigthbell – Sonreí algo frustrado y con una sonrisa más que fingida – Y dígame ¿con quién tengo el gusto? – Tome una de sus manos para besarla en cordial saludo, aunque por momentos solo esperaba y lo que deseaba era un saludo de mano… Quien era esa chica, que por momentos me hacía pensar que me tenía a sus pies, aunque mi subconsciente dijera lo contrario…
Una voz femenina distrajo mis pensamientos por breves momentos, debo de admitir que el miedo se apodero de todo mi cuerpo, dejándolo casi inerte y sin reacción alguna por un par de minutos. Comencé a levantarme, sacudí el rastro de polvo en mi pantalón, desabotone mi saco y coloque mis manos en mis bolsillos y me dirigí con paso firme a la salida, no era la hora para entablar una agradable conversación, y más por el estilo de vestimenta de esta chica. Remotamente había escuchado hablar de la existencia de seres que a mi parecer resultan solo fantasía, como sacados de un libro de un autor conocido y llevados a las calles simplemente para asustar a los niños inquietos y así poderlos llevar a sus camas y que puedan conciliar el sueño, de una manera algo drástica. Mi plan era salir de ahí lo más pronto posible, sin prestar atención, sin necesidad de cruzar las miradas. Pasé a un lado de ella en silencio, pensando que quizá necesitaba un momento a solas, con sus recuerdos y yo solo salía sobrando, pero me detuve, y no por el afán de hacerle compañía, había algo más en ella, quizá ese aroma que al ser inalado por mi sistema dilato mis pupilas y paralizo uno a unos todos mis músculos, como un veneno, un veneno natural convertido en el perfume perfecto. Sonreí algo confiado, pero con rasgos de temor en mi habla, aun sentía que estaba en el lugar, momento y persona equivocada, la sensación de pensar o imaginar que este viajero podría ser una presa se hacía más intensa, pero no quería salir corriendo, guarde por un minuto la calma.
Acomodé mi cabellera un poco, el sudor frio hizo que esta se humedeciera un poco, y tratando de disimular comencé una charla amena, o así pareciese – Madame, me pregunto que provocará más los chismes entre la gente… ¿El ver a un tipo como yo en el cementerio, simplemente conociendo el lugar? o ¿El ver a una dama distinguida como usted a altas horas de la noche en un lugar como este? En cierto modo estamos en desventaja, por mi parte no diré que la divisé en este lugar, por su parte, puede decir lo que quiera – No dejaba de darle la espalda, no quería mirar siquiera esos ojos, estaba en las garras de algo fuera de lo común, una chica que, aunque linda y de buen ver escondía mas que sensualidad tras esa mirada. Voces y frases sin razón daban vueltas en mi cabeza, ordenes, no sé qué me pasaba o que era lo que me hacía permanecer de pie a n lado de ella, el nerviosismo hizo presencia, pero de una manera distinta, temía por mi vida, aun así no tuviera razón alguna para poder afirmar esa teoría. Decidí no darle más vueltas al asunto y confrontar lo que ella fuese o quisiese, sentía como mi sangre fluía rápidamente por mi sistema, ensanchando mis venas, mi corazón no dejaba de acelerarse a cada segundo, la adrenalina corría por mi cuerpo cual droga después de ser suministrada, no tenía el control de mi cuerpo, pero sí de mis pensamientos – Disculpe Madame, Darcy… Darcy Nigthbell – Sonreí algo frustrado y con una sonrisa más que fingida – Y dígame ¿con quién tengo el gusto? – Tome una de sus manos para besarla en cordial saludo, aunque por momentos solo esperaba y lo que deseaba era un saludo de mano… Quien era esa chica, que por momentos me hacía pensar que me tenía a sus pies, aunque mi subconsciente dijera lo contrario…
Invitado- Invitado
Re: Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
Sus gestos, no los perdía de vista tras el completo análisis que había establecido en su persona. De manera común, mis acciones habían seguido los mismos parlamentos que con cualquier desconocido, sobresaliendo esta vez el hecho de su humanidad y diferencia ante los compañeros de mis andanzas, la interrogante esta vez sería si ese joven viviría para contar el encuentro entre sombras y oscuridad que había vivido con una dama de gran belleza cobijada tras la tela negra bordada y elegante. Cada gesto que hacía, a lo que refería anteriormente, demostraba sus nervios y ansiedad, cada detalle era aprovechado por mi persona y a fin de cuentas estaba acostumbrada a ello durante el transcurso de mi inmortalidad, no perdía movimiento alguno pues bien dicen, y es totalmente creíble, que una acción dice más que mil palabras y comprobado como ahora mismo lo hacía, tal dicho de antaño no erraba ni en lo mas mínimo. Remendaba los pliegues de su ropa minuciosamente, sus ojos, tenía por seguro que recorrían por completo los alrededores a los que se encontraba sin saber que acción tomar y batallando con su ideales cual de todos seguir que lo llevara con un indudable bien a sus aposentos y al futuro que lo esperaba. Algo me hizo pensar que tal mortal que reposaba frente a mis ojos, internamente, sabía lo que era, sabía que no estaba ante una mujer común cuya belleza y actitudes se puede comprar con galanterías y halagos, no, el estaba empezando a creer en los absurdos rumores presentados en la sociedad, en los mitos y leyendas, no lo dudaba, tenía una gran astucia tal joven, digna de aprovechar y lástima que hubiera descubierto parte de mí, pobre, había que buscar una manera de despejar sus dudas ¿no es así?, una manera de acallar cualquier sospecha. Una curvatura irónica se formo en mis labios antes de que el Lord se volteara para dar la cara a mi desconocida persona.
No perdí su andar y comprobé lo que mis ojos intuían respecto a su apariencia, muy elegante y juvenil, vaya virtudes que mantenía, solo esperaba a que no me demostrara lo contrario ya que si era de esa manera tal escenario nocturno seria como los demás, las metódicas acciones que saciaban mi ser pero no poseían diversión alguna. Paso a mi lado como si quisiera irse en un afán de mostrar ante sí mismo su autoridad como hombre, lo cual fue un vago intento sin éxito ya que se quedo de pie a mi lado sin decir nada y solo acomodando sus sudorosos cabellos para lograr su calma, mi mirada permaneció fija en el horizonte, aparentemente pacífica y atenta a él. Agradecí tal movimiento en un afán enfermizo y exigente al poder sentir su efluvio llenar mis fosas nasales, un aroma dulce e innovador me lleno por completo, cada parte de mi ser ansiaba mas, podía cumplir tal deseo, pero no, no pasaría como una vulgar y pobre asesina, bien tenía conocimiento de mis acciones y no eran de ese tipo, eran a mi manera, totalmente a mi libre decisión y no muchos tenían la suerte de contarlo, ninguno tendría el placer de contarlo a menos que mi lastima y benevolencia hubieran influido.
Su intento en entablar una conversación previamente amena y cordial, tras su intención de huir de mi presencia, me pareció divertido e infantil de su parte más sin embargo no pasaría por descortés así que seguí sus hilos de palabras prestando mi total atención a cada oración que fluía de su garganta con ciertos aires de nerviosismo y rapidez evidente. Me hablaba de un completo rompimiento a lo debido por mi presencia a tan altas horas de la noche en un lugar como aquel e incluso de la suya misma donde acepto su puesto en la sociedad que muy bajo no debía de ser. Sonreí con una inclinación de mi cabeza que causo el desliz de mis suaves bucles por mis hombros y mi pecho, dispuesta a hablar o dictar respuesta alguna a las dudas que su argumento me había dejado, pero tal fue la sorpresa que dejo en mi, que mis labios carnosos y sonrosados quedaron entreabiertos al ver como tomaba mi mano desnuda en una señal de saludo y presentación, involucrándose en mi campo visual, tal como dictaba la etiqueta de alta cuna.
Darcy Nightbell, así se llamaba. Me incline remarcando mis rasgos y aceptando su presentación -Los comentarios del pueblo no tienen importancia cuando sus protagonistas asumen todo lo contrario. Si usted lo desea no me ha visto en este lugar, yo hare lo mismo si contamos con tal decisión, particularmente no me importa lo que digan los demás, he aprendido a vivir con ello pero en estas circunstancias puede que todo quede como un...secreto, o quizá un simple encuentro del que solo quede el recuerdo o conocimiento mutuo. Asegure mientras recorría sus rasgos faciales con mis ojos oscuros, sin presiones, solo como un repaso de los mismos -Amelie Lefevre, con ella esta tratando. Mi presentación culmino al igual que el tacto que el mantenía sobre mi tez fría que ameritaría a las temperaturas nocturnas, tome un suspiro corto y suave de aire innecesario para dar fluidez a la conversación que el mismo había iniciado sin saber exactamente qué final conllevaría tal encuentro o que hipótesis despertaría tal mortal de inusuales rasgos personales, en mi -¿Su presencia es debida a alguna visita de culto o por simple aíslo?.
No perdí su andar y comprobé lo que mis ojos intuían respecto a su apariencia, muy elegante y juvenil, vaya virtudes que mantenía, solo esperaba a que no me demostrara lo contrario ya que si era de esa manera tal escenario nocturno seria como los demás, las metódicas acciones que saciaban mi ser pero no poseían diversión alguna. Paso a mi lado como si quisiera irse en un afán de mostrar ante sí mismo su autoridad como hombre, lo cual fue un vago intento sin éxito ya que se quedo de pie a mi lado sin decir nada y solo acomodando sus sudorosos cabellos para lograr su calma, mi mirada permaneció fija en el horizonte, aparentemente pacífica y atenta a él. Agradecí tal movimiento en un afán enfermizo y exigente al poder sentir su efluvio llenar mis fosas nasales, un aroma dulce e innovador me lleno por completo, cada parte de mi ser ansiaba mas, podía cumplir tal deseo, pero no, no pasaría como una vulgar y pobre asesina, bien tenía conocimiento de mis acciones y no eran de ese tipo, eran a mi manera, totalmente a mi libre decisión y no muchos tenían la suerte de contarlo, ninguno tendría el placer de contarlo a menos que mi lastima y benevolencia hubieran influido.
Su intento en entablar una conversación previamente amena y cordial, tras su intención de huir de mi presencia, me pareció divertido e infantil de su parte más sin embargo no pasaría por descortés así que seguí sus hilos de palabras prestando mi total atención a cada oración que fluía de su garganta con ciertos aires de nerviosismo y rapidez evidente. Me hablaba de un completo rompimiento a lo debido por mi presencia a tan altas horas de la noche en un lugar como aquel e incluso de la suya misma donde acepto su puesto en la sociedad que muy bajo no debía de ser. Sonreí con una inclinación de mi cabeza que causo el desliz de mis suaves bucles por mis hombros y mi pecho, dispuesta a hablar o dictar respuesta alguna a las dudas que su argumento me había dejado, pero tal fue la sorpresa que dejo en mi, que mis labios carnosos y sonrosados quedaron entreabiertos al ver como tomaba mi mano desnuda en una señal de saludo y presentación, involucrándose en mi campo visual, tal como dictaba la etiqueta de alta cuna.
Darcy Nightbell, así se llamaba. Me incline remarcando mis rasgos y aceptando su presentación -Los comentarios del pueblo no tienen importancia cuando sus protagonistas asumen todo lo contrario. Si usted lo desea no me ha visto en este lugar, yo hare lo mismo si contamos con tal decisión, particularmente no me importa lo que digan los demás, he aprendido a vivir con ello pero en estas circunstancias puede que todo quede como un...secreto, o quizá un simple encuentro del que solo quede el recuerdo o conocimiento mutuo. Asegure mientras recorría sus rasgos faciales con mis ojos oscuros, sin presiones, solo como un repaso de los mismos -Amelie Lefevre, con ella esta tratando. Mi presentación culmino al igual que el tacto que el mantenía sobre mi tez fría que ameritaría a las temperaturas nocturnas, tome un suspiro corto y suave de aire innecesario para dar fluidez a la conversación que el mismo había iniciado sin saber exactamente qué final conllevaría tal encuentro o que hipótesis despertaría tal mortal de inusuales rasgos personales, en mi -¿Su presencia es debida a alguna visita de culto o por simple aíslo?.
Última edición por Amelie G. Lefevre el Dom Ago 15, 2010 3:49 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
Donde había quedado aquella valentía de la cual me gustaba hablar, una valentía disfrazada, o más bien, inventada, que en momentos como este desaparecía para formar parte de esas frías criptas. Amelie Lefevre… que había tras ese nombre que me inquietaba, como todo hombre, o mejor dicho, si fuera otro tipo de hombre no me importaría en lo absoluto, solo con ver tan delineado cuerpo y la forma de su caminar. Si, por momentos olvidaba mi nombre, y es que más que belleza, más que cualesquier encanto femenino, lo que se imponía en esa noche era ese brillo que la luna deba a su piel, y esa presencia que enloquecía a cualesquier desafortunado.
Es acaso que formaba parte de la extensa lista de hombres que han sucumbido ante tal presencia, ante ese aroma… No sé si era el clima que comenzaba a tornarse algo fresco, o el miedo que me empañaba conforme me acercaba a su persona, que por más que quisiera alejarme, su tez fría al contacto con la mía me amarraba más a sus presencia – Mucho gusto Madame – Fue en ese momento donde su cuestionamiento se convirtió en mío, que hacia yo en ese lugar, si tenía apenas semanas en Paris como para perder a un ser querido y venir a derramar penas en su nombre, tal vez buscaba esa paz que añoraba, pero todo culminaba con una pregunta más que directa ¿Por qué el cementerio?. Sentía como mis venas palpitaban al sentir la velocidad en la cual corrían mis venas por mi sistema, como si algo las llamase, como si alguien les ordenara, o las inquietara. Trataba de tranquilizarme, pero algo lo evitaba, sentía peligro, como si una bestia me acechara – Creo Madame, que estoy aquí por pura casualidad, en ocasiones camino por las calles y mis pensamientos me orillan a lugares desconocidos o algo raros para poder ordenarlos – Suspire aclamando algo de calma – Y usted? Tiene a alguien que necesite de esta visita, o es que al igual que yo solo busca algo de tranquilidad, debo de admitir que si así fuese usted y yo tenemos gustos algo raros – Al sentir como se dibujaba mi sonrisa pensé que todo había vuelto a la normalidad o así parecía.
En américa se rumoraba la existencia de algunas especies en este lado del mundo, yo incrédulo como siempre aseguraba que solo eren cuentos e historias, pero mi razón se encontraba dividida, una parte me decía a gritos que la chica frente a mí no era como las que conocía… Pero mi otra parte sentía una atracción incontrolable, pero por más que quisiera comprender el porqué del descontrol de mi cuerpo ante tan imponente presencia, su mirada me llamaba, ve hacia ver más allá de cualesquier sueño, mostrándome una realidad, o un futuro algo incierto. Fruncí el ceño, dado que mi desconfianza crecía, y más el deseo de salir del lugar pero algo me detenía. Era acaso que estaba destinado llegar a ese lugar?, algo me tenía preparado el cruel destino esta noche?...
Es acaso que formaba parte de la extensa lista de hombres que han sucumbido ante tal presencia, ante ese aroma… No sé si era el clima que comenzaba a tornarse algo fresco, o el miedo que me empañaba conforme me acercaba a su persona, que por más que quisiera alejarme, su tez fría al contacto con la mía me amarraba más a sus presencia – Mucho gusto Madame – Fue en ese momento donde su cuestionamiento se convirtió en mío, que hacia yo en ese lugar, si tenía apenas semanas en Paris como para perder a un ser querido y venir a derramar penas en su nombre, tal vez buscaba esa paz que añoraba, pero todo culminaba con una pregunta más que directa ¿Por qué el cementerio?. Sentía como mis venas palpitaban al sentir la velocidad en la cual corrían mis venas por mi sistema, como si algo las llamase, como si alguien les ordenara, o las inquietara. Trataba de tranquilizarme, pero algo lo evitaba, sentía peligro, como si una bestia me acechara – Creo Madame, que estoy aquí por pura casualidad, en ocasiones camino por las calles y mis pensamientos me orillan a lugares desconocidos o algo raros para poder ordenarlos – Suspire aclamando algo de calma – Y usted? Tiene a alguien que necesite de esta visita, o es que al igual que yo solo busca algo de tranquilidad, debo de admitir que si así fuese usted y yo tenemos gustos algo raros – Al sentir como se dibujaba mi sonrisa pensé que todo había vuelto a la normalidad o así parecía.
En américa se rumoraba la existencia de algunas especies en este lado del mundo, yo incrédulo como siempre aseguraba que solo eren cuentos e historias, pero mi razón se encontraba dividida, una parte me decía a gritos que la chica frente a mí no era como las que conocía… Pero mi otra parte sentía una atracción incontrolable, pero por más que quisiera comprender el porqué del descontrol de mi cuerpo ante tan imponente presencia, su mirada me llamaba, ve hacia ver más allá de cualesquier sueño, mostrándome una realidad, o un futuro algo incierto. Fruncí el ceño, dado que mi desconfianza crecía, y más el deseo de salir del lugar pero algo me detenía. Era acaso que estaba destinado llegar a ese lugar?, algo me tenía preparado el cruel destino esta noche?...
Invitado- Invitado
Re: Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
Particularmente me consideraba un miembro de aquel grupo de personas, sin importar su categoría, que pensaban que las casualidades no existen, que esa sola palabra de que todo surgen sin un porque definido es simplemente inexistente y solo es un término para acoplar los hechos desconocidos a los que no se les encuentra motivo aparente o intenciones ocultas en los sinfines de los hilos de pensamientos que cruzaban de un lado a otro en la mente de sus protagonistas. Finalmente me declaraba en total apoyo a que todo tiene su razón de ser, aun así se hallen en el vacio de nuestros pensamientos, todo ocurre por…algo, visto o no por nuestros ojos curiosos. Al dar la fin a nuestras acciones aquellas causas aparecían por si solas, volviéndose transparentes ante nuestro mirar y demostrando que se hallaban escondidas tras el actuar de nuestro cuerpo y los movimientos que obedecíamos de acuerdo a su decisión. Por todos aquellos argumentos que reposaban en mi mente, vivencias y mas, sabía que aquel Lord no se hallaba en el cementerio por simple casualidad aunque su mente mortal y metódica se empecinara en hacerle creer tal argumento, que muy dentro de él, en su ser interno, él sabía que no era por ello que sus pies tocaban el suelo firme y húmedo del camposanto; buscaba dentro de sí como si de un laberinto se tratara su llama interna, divagaba por cada espacio se su ser buscando explicaciones de sus actos, de sus palabras, de que su figura se encontrara frente a mí en ese momento. No tenia que usar mis dones para saberlo, solo con ver sus ojos y el mar profundo que estos implicaban, me bastaba para saber de cada una de las barreras que dentro de su persona habitaba y la lucha constante que en esos instantes el mantenía, era una cualidad, no lo ponía en duda y una que no se encontraba con facilidad.
¿Qué decir?, probablemente nunca me sumaba al mundo de las dudas y a la búsqueda de palabras que formaran una oración correcta para responder a los que no tenían siquiera la idea de lo que yo era y lo que en mi interior habitaba. Sin embargo esta vez aquel joven, de cualidades llameantes en todo sentido, había despertado un interés poco característico en mí, no de una manera carnal ni pasional, no era lo que buscaba, aunque su físico y cada rasgo masculino de su persona fueran perfectamente tallados y poco comunes en algunos mortales. Tampoco me atraía en el aspecto de querer asesinarlo a sangre fría y dejar su cuerpo inerte en el suelo, frio y solo como un cadáver mas de mis andanzas y cuya verdadera razón de muerte no se sabría por mas intentos que se hicieran. Darcy Nightbell mantenía características comunes pero aun así que parecían diferentes entre el común de los mortales, ¿notablemente contradictorio?, si, pero debo decir, de igual manera, que poseía un torrente vivo y fluyente de emociones que el trataba de controlar para mantener el orden de su ritmo de vida, pero que a la vez su audacia y personalidad se negaban a cohibir siguiendo un cauce descontrolado y fuera de lo común: definitivamente, interesante -¿Tranquilidad? Tome un suspiro tras mi interrogante mientras fijaba mis ojos oscuros en su iris claro a mi parecer -No creo que tranquilidad sea un adjetivo para calificar a un terreno donde yacen los restos de algún cuerpo fétido que antes vivía y sentía, padecía y confirmaba sus emociones, simplemente creo que buscaba solo eso joven Lord, buscaba un lugar para caminar, para andar, mis pies me trajeron sin incluir a mi voluntad. Explicaba con un leve encoger de hombros que instantáneamente hizo que mis cabellos cayeran por mis hombros ante tal movimiento-En parte podemos semejar nuestros gustos pero quizás tan solo quizás podría no ser así. Una tranquilidad y paz inescrutable se tallo en mi rostro sin retirarse y con la intención de asegurar la credulidad de su parte.
Pase a su lado en pasos lentos y elegantes, pisando el pasto y respetando con una divertida ironía cada lapida que se cruzaba en mi camino, no evite que mi piel, y la poca extensión visible de la tez de mis brazos, rozara con la suya dándome a sentir sin remordimientos su calidez mortal y el recorrido tortuoso de la sangre en cada rincón de su ser. Mi espalda se encontró frente a la suya mientras una sonrisa se curvaba en mi labios, misteriosa y con intenciones que, hasta ahora, solo se formaban en mi mente para darme respuestas -Debo admitir que me extraña su presencia sin embargo, puesto que no es común que un joven este solo en lugares como estos a tan altas horas de la noche sin ningún motivo, existe miedo y temor en las calles parisinas Monsieur Nightbell, debería saberlo. Mi voz fue atenta y cordial, sabía yo que las apariencias engañaban y por ello, para borrar cualquier tensión existente, seguí mi andar hasta quedar frente a un árbol donde pose mi mano desnuda deslizando mis perfilados dedos por su forma rustica y natural -Aunque dicen que cada ser mantiene su propio mundo y no niego que en su caso sea así. Fue una conclusión clara y sencilla lo que mencione tras la separación de mi tacto con el fuerte tronco y el regreso de mi vista hacia mi acompañante, una hipótesis entendida solo por mi persona y comprobada de que, definitivamente ,el no era uno más de los personajes que se condenaban en la oscuridad y vacio propagado en mi mente, no, el sería diferente, ¿valdría la pena?, estaba segura que si, en cualquier decisión que tomase y en especial en la idea que se avecinaba como un rayo de luz fuerte y cegador dentro de mí.
¿Qué decir?, probablemente nunca me sumaba al mundo de las dudas y a la búsqueda de palabras que formaran una oración correcta para responder a los que no tenían siquiera la idea de lo que yo era y lo que en mi interior habitaba. Sin embargo esta vez aquel joven, de cualidades llameantes en todo sentido, había despertado un interés poco característico en mí, no de una manera carnal ni pasional, no era lo que buscaba, aunque su físico y cada rasgo masculino de su persona fueran perfectamente tallados y poco comunes en algunos mortales. Tampoco me atraía en el aspecto de querer asesinarlo a sangre fría y dejar su cuerpo inerte en el suelo, frio y solo como un cadáver mas de mis andanzas y cuya verdadera razón de muerte no se sabría por mas intentos que se hicieran. Darcy Nightbell mantenía características comunes pero aun así que parecían diferentes entre el común de los mortales, ¿notablemente contradictorio?, si, pero debo decir, de igual manera, que poseía un torrente vivo y fluyente de emociones que el trataba de controlar para mantener el orden de su ritmo de vida, pero que a la vez su audacia y personalidad se negaban a cohibir siguiendo un cauce descontrolado y fuera de lo común: definitivamente, interesante -¿Tranquilidad? Tome un suspiro tras mi interrogante mientras fijaba mis ojos oscuros en su iris claro a mi parecer -No creo que tranquilidad sea un adjetivo para calificar a un terreno donde yacen los restos de algún cuerpo fétido que antes vivía y sentía, padecía y confirmaba sus emociones, simplemente creo que buscaba solo eso joven Lord, buscaba un lugar para caminar, para andar, mis pies me trajeron sin incluir a mi voluntad. Explicaba con un leve encoger de hombros que instantáneamente hizo que mis cabellos cayeran por mis hombros ante tal movimiento-En parte podemos semejar nuestros gustos pero quizás tan solo quizás podría no ser así. Una tranquilidad y paz inescrutable se tallo en mi rostro sin retirarse y con la intención de asegurar la credulidad de su parte.
Pase a su lado en pasos lentos y elegantes, pisando el pasto y respetando con una divertida ironía cada lapida que se cruzaba en mi camino, no evite que mi piel, y la poca extensión visible de la tez de mis brazos, rozara con la suya dándome a sentir sin remordimientos su calidez mortal y el recorrido tortuoso de la sangre en cada rincón de su ser. Mi espalda se encontró frente a la suya mientras una sonrisa se curvaba en mi labios, misteriosa y con intenciones que, hasta ahora, solo se formaban en mi mente para darme respuestas -Debo admitir que me extraña su presencia sin embargo, puesto que no es común que un joven este solo en lugares como estos a tan altas horas de la noche sin ningún motivo, existe miedo y temor en las calles parisinas Monsieur Nightbell, debería saberlo. Mi voz fue atenta y cordial, sabía yo que las apariencias engañaban y por ello, para borrar cualquier tensión existente, seguí mi andar hasta quedar frente a un árbol donde pose mi mano desnuda deslizando mis perfilados dedos por su forma rustica y natural -Aunque dicen que cada ser mantiene su propio mundo y no niego que en su caso sea así. Fue una conclusión clara y sencilla lo que mencione tras la separación de mi tacto con el fuerte tronco y el regreso de mi vista hacia mi acompañante, una hipótesis entendida solo por mi persona y comprobada de que, definitivamente ,el no era uno más de los personajes que se condenaban en la oscuridad y vacio propagado en mi mente, no, el sería diferente, ¿valdría la pena?, estaba segura que si, en cualquier decisión que tomase y en especial en la idea que se avecinaba como un rayo de luz fuerte y cegador dentro de mí.
Invitado- Invitado
Re: Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
Cada gesto en su rostro me daba cuenta que por más que quisiese irme del lugar me amarraba con tal fuerza, estaba claro que el destino me tenía preparada una jugarreta en manos de esta bella dama, pero como adivinar por donde vendría, será acaso que valdrá la pena seguir aquí, o pese a cualesquier sentimiento de duda o deseo tendría que salir a paso acelerado sin importar la profanación de alguna tumba. Cualesquier que fuera mi pensamiento tenía en claro de antemano que no dejaría a esta damisela en este lugar. Sentir aquel suave roce de su piel con la mía, un tacto frio que eriza mi piel, ese timbre de voz decidido, ese andar que a cualesquiera hechiza, no a este caballero, había algo más, o alguien más que evitase que mis pensamientos pasaran a segundo plano. Aun ese sudor frio me recorría el rostro en ocasiones, como una noche de fiebre y el cuerpo casi incontrolable y temblando ligeramente en ocasiones, es acaso que el miedo se adueñaba de mis emociones, o queda cualesquier duda lejos de mi mente permitiéndome el control y poder hablar de algo más que no fuesen estupideces y tratar de llegar a una conclusión fija sin dejarme de teorías al saber por fin que tipo de damisela tenia frente a mis ojos.
Pasó a un lado mío, dejándome inmóvil, escuchando cada palabra que se adornaba y se perdía junto al suave viento que en ocasiones golpeaba ese vestido permitiendo delinear su cuerpo a la perfección, observe sobre mi hombro aquel andar sobre el camposanto, sin duda de las pocas conocidas que a cada paso derrochaba deseo y seducción, el encanto puro de una mujer, tal pareciese que es su trabajo, pero ella, lo irradiaba de una manera más que natural, como su fuese un arma mortal. Sonreí a su cuestionamiento, era claro que no buscábamos tranquilidad, para eso existen mil y un lugares donde conseguir tranquilidad y pensamientos libres, no en este lugar, creo a mi parecer, que pensábamos lo mismo, la casualidad nos había arrastrado hasta el camposanto previendo este encuentro, no demeritando aquel comentario alusivo a que nuestras mentes pensaban igual –Sabrá madame que por más peligros que tengan las calles de esta ciudad, no me impedirá poder caminar por sus senderos en total calma, ya que, como decía mi padre, si algo te habrá de pasar, no te avisara, solo llega y ya – Siempre manteniendo mi postura, algo me hacía pensar que algún paso o insinuación… no… es solo la inquietud que en momentos me abriga, pensando que con ella más que seguridad, perdición era lo que traía.
Aun así, mi inquietud por conocerle más era tan grande que me llevo a caminar y emparejarme ante ella nuevamente, o era que mi sistema se había convertido en un fiel adicto a ese aroma fresco que de su piel emanaba, aun así, no se asemejaba a aquel aroma que en las noches y en nuestros frecuentes encuentros me orillaba a perder el control, este perfume era diferente, como un lazo que evita que un plebeyo tome un camino que le alejase de esa presencia, y se condene ante la mirada profunda de esos ojos negros, haciendo en ocasiones que obedezcan cualesquier deseo u orden que la Madmuasele quisiese – En eso madame, tiene mi total, apoyo, no cabe duda que cada cabeza es un mundo, y son contadas aquellas que su mundo gira en torno a mi pasión, la libertad, quizás es eso lo que me orilló a caminar por estos senderos tenebrosos, quitando cualesquier idea falsa que el mundo otorga a un lugar como este, es por eso, que prefiero no seguir la rutina de esta cruel sociedad, que en ocasiones te juzga por el simple hecho de respirar el mismo aire que ellos – Golpeé el tronco de ese árbol con tal furia que mi puño sangro un poco, si había encontrado el pasatiempo que me ayudaba a salir de la rutina, pero en ocasiones ciertas personas te muestran el mundo en otra perspectiva, y aquel mundo que supuestamente de deslumbraba por sus amplios horizontes ahora se convertía en un fiero enemigo, junto con el tiempo y la cotidianidad. Como es posible que con solo unas cuantas palabras esta chica haya provocado un sentimiento de furia ante el círculo social que ambos conocíamos a la perfección, es acaso que al igual que a mí, esa sociedad le debía más que respeto, un respeto que en ocasiones debes ganarte con sangre.
La mire fijamente sonriendo un tanto confuso, pero satisfecho de esa amena charla, o de esa perspectiva que me había mostrado, o es acaso que solo dijo las palabras adecuadas al momento y todo ese circo de tema fue simplemente una manera de desahogarme, aun no lo comprendía… Di media vuelta no sin antes dedicarle una breve y cortes reverencia a su persona tomando nuevamente su mano para besarle caballerosamente, no sin antes ver que a cuenta gotas la mía seguía sangrando, manchando un poco esa piel pálida y fría – Disculpe usted madame, pero debo de retirarme, tengo una cita a la cual no quiero llegar tarde, no me lo perdonaría – Di media vuelta y me encamine a paso lento por las veredas, sintiendo de nuevo ese escalofrió recorrer mi cuerpo...
Pasó a un lado mío, dejándome inmóvil, escuchando cada palabra que se adornaba y se perdía junto al suave viento que en ocasiones golpeaba ese vestido permitiendo delinear su cuerpo a la perfección, observe sobre mi hombro aquel andar sobre el camposanto, sin duda de las pocas conocidas que a cada paso derrochaba deseo y seducción, el encanto puro de una mujer, tal pareciese que es su trabajo, pero ella, lo irradiaba de una manera más que natural, como su fuese un arma mortal. Sonreí a su cuestionamiento, era claro que no buscábamos tranquilidad, para eso existen mil y un lugares donde conseguir tranquilidad y pensamientos libres, no en este lugar, creo a mi parecer, que pensábamos lo mismo, la casualidad nos había arrastrado hasta el camposanto previendo este encuentro, no demeritando aquel comentario alusivo a que nuestras mentes pensaban igual –Sabrá madame que por más peligros que tengan las calles de esta ciudad, no me impedirá poder caminar por sus senderos en total calma, ya que, como decía mi padre, si algo te habrá de pasar, no te avisara, solo llega y ya – Siempre manteniendo mi postura, algo me hacía pensar que algún paso o insinuación… no… es solo la inquietud que en momentos me abriga, pensando que con ella más que seguridad, perdición era lo que traía.
Aun así, mi inquietud por conocerle más era tan grande que me llevo a caminar y emparejarme ante ella nuevamente, o era que mi sistema se había convertido en un fiel adicto a ese aroma fresco que de su piel emanaba, aun así, no se asemejaba a aquel aroma que en las noches y en nuestros frecuentes encuentros me orillaba a perder el control, este perfume era diferente, como un lazo que evita que un plebeyo tome un camino que le alejase de esa presencia, y se condene ante la mirada profunda de esos ojos negros, haciendo en ocasiones que obedezcan cualesquier deseo u orden que la Madmuasele quisiese – En eso madame, tiene mi total, apoyo, no cabe duda que cada cabeza es un mundo, y son contadas aquellas que su mundo gira en torno a mi pasión, la libertad, quizás es eso lo que me orilló a caminar por estos senderos tenebrosos, quitando cualesquier idea falsa que el mundo otorga a un lugar como este, es por eso, que prefiero no seguir la rutina de esta cruel sociedad, que en ocasiones te juzga por el simple hecho de respirar el mismo aire que ellos – Golpeé el tronco de ese árbol con tal furia que mi puño sangro un poco, si había encontrado el pasatiempo que me ayudaba a salir de la rutina, pero en ocasiones ciertas personas te muestran el mundo en otra perspectiva, y aquel mundo que supuestamente de deslumbraba por sus amplios horizontes ahora se convertía en un fiero enemigo, junto con el tiempo y la cotidianidad. Como es posible que con solo unas cuantas palabras esta chica haya provocado un sentimiento de furia ante el círculo social que ambos conocíamos a la perfección, es acaso que al igual que a mí, esa sociedad le debía más que respeto, un respeto que en ocasiones debes ganarte con sangre.
La mire fijamente sonriendo un tanto confuso, pero satisfecho de esa amena charla, o de esa perspectiva que me había mostrado, o es acaso que solo dijo las palabras adecuadas al momento y todo ese circo de tema fue simplemente una manera de desahogarme, aun no lo comprendía… Di media vuelta no sin antes dedicarle una breve y cortes reverencia a su persona tomando nuevamente su mano para besarle caballerosamente, no sin antes ver que a cuenta gotas la mía seguía sangrando, manchando un poco esa piel pálida y fría – Disculpe usted madame, pero debo de retirarme, tengo una cita a la cual no quiero llegar tarde, no me lo perdonaría – Di media vuelta y me encamine a paso lento por las veredas, sintiendo de nuevo ese escalofrió recorrer mi cuerpo...
Invitado- Invitado
Re: Suite à la vie, la mort ...... [Amelie]
Era tan simple su manera de ver las cosas, de percibir los sucesos que lo rodeaban, tanto o más que no me extraño que fuera un mortal. Veían las cosas desde otra perspectiva, muchos de ellos las tomaban con facilidad y como si con un paso pudieran sobrellevarlas y de tal forma solucionar los obstáculos que frente a sus rostros se plantaban como las raíces fuertes, antiguas y potentes de un gran árbol. En ese aspecto no difería a los comunes de su especie, intentaba ver las cosas con una asombrosa naturalidad y armonía sin saber los restos que las mismas traían consigo los misterios que ocultaban tras los paneles de sus paredes. En fin, a pesar de aquel aspecto que recorría mi mente desarrollando mas y mas ideales con una asombrosa rapidez, no podía evitar pensar que sin embargo el no era como el común de los seres humanos que había conocido, si, había conocido notables diferencias que cada vez merecían un puesto admirable en mis recuerdos, algunos había hecho que en mi fluyeran dotes que hasta desconocía personalmente en lo que se me refería, otros no había sido más que un pasatiempo, un corto plazo de admiración que se veía destruido por palabras vagas y sin sentido aparente, y muy pocos, extremadamente pocos, tanto que los podía contar con mis perfilados dedos, eran como él, eran criaturas que habían despertado mi interés y el mismo no había cesado, no de una manera carnal y sensual, sino que poseían rasgos que verdaderamente valían la pena aprovechar y ya sabía yo a lo que me refería.
-Concuerdo con usted Darcy, pero a pesar de ello difiero en que puede que los inadvertidos eventos estén a la orden del día y pasen con una notable continuidad, pero, ¿no cree usted que incluso en algunos casos hay...pistas?, puede que sea un término infantil y poco adecuado, así que colocare...¿avisos?, si, quizás sean algunos pasos que nos indiquen lo que está por suceder. Comente con un deje pensativo mientras daba un paso hacia el manteniendo una distancia considerable y cortes a lo que nuestra conversación ameritaba. No necesitaba tanta cercanía para saber los mensajes que sus rasgos físicos me indicaban, incluso no tenia que leer su mente para descubrir los hilos que en ella se desarrollaban. Las gotas saladas se escapaban de sus cabellos, de un color azabache y ligeramente despeinados, demostrándome los nervios internos que el mantenía y los cuales no culpaba, muy dentro de sí, en su fuero interno, el tenia por seguro que nada de lo cotidiano estaba frente a sus ojos, más bien todo lo contrario y por más que quisiese convencerse de su valentía como hombre y orgullo, o incluso la supuesta opción se irse, todo seria en vano pues sus pies se hallaba adheridos al suelo, no podía moverse...estaba a mi merced y el solo hecho de saberlo denoto una sonrisa sutil en mis labios.
Su propio andar lo traiciono hasta el punto que el mismo se emparejo a la distancia que quería mantener dando tan solo unos pasos más. El demonio interno que dentro de mi habitaba grito triunfante al percatarse de que su logro estaba mas próximo de lo que hasta yo misma pensaba, un logro que ni yo misma lograba entender pero que, sin duda alguna, seguiría al pie de la letra sin poner oposición. Mis labios iban a hablar, dispuestos a conformar una oración más pero se quedaron entreabiertos cuando la sorpresa ilumino mis ojos y retardo las palabras que aflorarían de mi garganta. Preste una total atención a los indicios que me indicaban su profundo rencor a la sociedad, a la alta sociedad, eso, definitivamente, era algo que no se veía todos los días y más aun en un joven como él, vital y con amplias posibilidades. Lo observaba, mis ojos solo lo escrutaban sin profundidad para que no se asustara o sintiera un fuerte peso en su anatomía como comúnmente lograba ocurrir, lo siguiente no me lo esperaba, o internamente si, después de todo, las reacciones humanas estaban a la orden del día para mí. Posterior a culminar su dialogo dio un fuerte puño a la pared, débil a mis ojos pero que causo una profunda herida de la que emanaría un liquido viscoso y de un rojo llameante y pasional...sangre.
No era un error ni mucho menos un sobre aviso, mis facciones se mantuvieron calmas y pacificas, mis manos reposaban sobre mi abdomen y la tela de encaje que conformaba mi vestido, mis ojos vagaban entre los alrededores del cementerio y la presencia de aquel mortal, no lo evitaba, si sangre, su vital y deliciosa sangre había llenado mis fosas nasales como el más antiguo de los narcóticos cuya cura aun no ha sido descubierta. Lo sentía, y lo sentía en lo más profundo de mí ser, en cada poro de mi piel y en cada extensión interna de mi cuerpo, mi sed aumento pero aun así mi rostro no se inmuto, solo entonces mostro una indudable sorpresa cuando planto la idea de su retirada ante un compromiso. Impropio, así se vería si tomaba su brazo para evitarlo y no dudo que levantaría sospechas lo cual no formaba parte de mí a menos que lo deseara. Me acerque unos pasos más, estaba segura que él me escucharía -¿Con ese corte joven Lord?, ¿no cree usted que despertara sospechas en su estado aun así con quien se encuentre en tal compromiso?. Inocencia, preocupación y suavidad fueron las tonalidades que se involucraron en mi argumento, algo lo impulsaba a quedarse, lo sabía, lo veía en sus ojos y de lo contrario hacia minutos no hubiera dudado en retirarse del camposanto -¿Tanto odio a la sociedad?, algún suceso que lo marco me tomo el atrevimiento de suponer. Había llegado a su altura y una de mis manos desnudas se poso en su hombro sin presunciones, sabía que no se iría, en ese momento el estaba atado a cualquier forma que me involucrara; mi aroma, mi cuerpo, mi mente. Había tomado el control y solo una unión de mis ideales con mis pensamientos sería capaz de mover las piezas fundamentales para unir el juego que desde un principio había iniciado.
-Concuerdo con usted Darcy, pero a pesar de ello difiero en que puede que los inadvertidos eventos estén a la orden del día y pasen con una notable continuidad, pero, ¿no cree usted que incluso en algunos casos hay...pistas?, puede que sea un término infantil y poco adecuado, así que colocare...¿avisos?, si, quizás sean algunos pasos que nos indiquen lo que está por suceder. Comente con un deje pensativo mientras daba un paso hacia el manteniendo una distancia considerable y cortes a lo que nuestra conversación ameritaba. No necesitaba tanta cercanía para saber los mensajes que sus rasgos físicos me indicaban, incluso no tenia que leer su mente para descubrir los hilos que en ella se desarrollaban. Las gotas saladas se escapaban de sus cabellos, de un color azabache y ligeramente despeinados, demostrándome los nervios internos que el mantenía y los cuales no culpaba, muy dentro de sí, en su fuero interno, el tenia por seguro que nada de lo cotidiano estaba frente a sus ojos, más bien todo lo contrario y por más que quisiese convencerse de su valentía como hombre y orgullo, o incluso la supuesta opción se irse, todo seria en vano pues sus pies se hallaba adheridos al suelo, no podía moverse...estaba a mi merced y el solo hecho de saberlo denoto una sonrisa sutil en mis labios.
Su propio andar lo traiciono hasta el punto que el mismo se emparejo a la distancia que quería mantener dando tan solo unos pasos más. El demonio interno que dentro de mi habitaba grito triunfante al percatarse de que su logro estaba mas próximo de lo que hasta yo misma pensaba, un logro que ni yo misma lograba entender pero que, sin duda alguna, seguiría al pie de la letra sin poner oposición. Mis labios iban a hablar, dispuestos a conformar una oración más pero se quedaron entreabiertos cuando la sorpresa ilumino mis ojos y retardo las palabras que aflorarían de mi garganta. Preste una total atención a los indicios que me indicaban su profundo rencor a la sociedad, a la alta sociedad, eso, definitivamente, era algo que no se veía todos los días y más aun en un joven como él, vital y con amplias posibilidades. Lo observaba, mis ojos solo lo escrutaban sin profundidad para que no se asustara o sintiera un fuerte peso en su anatomía como comúnmente lograba ocurrir, lo siguiente no me lo esperaba, o internamente si, después de todo, las reacciones humanas estaban a la orden del día para mí. Posterior a culminar su dialogo dio un fuerte puño a la pared, débil a mis ojos pero que causo una profunda herida de la que emanaría un liquido viscoso y de un rojo llameante y pasional...sangre.
No era un error ni mucho menos un sobre aviso, mis facciones se mantuvieron calmas y pacificas, mis manos reposaban sobre mi abdomen y la tela de encaje que conformaba mi vestido, mis ojos vagaban entre los alrededores del cementerio y la presencia de aquel mortal, no lo evitaba, si sangre, su vital y deliciosa sangre había llenado mis fosas nasales como el más antiguo de los narcóticos cuya cura aun no ha sido descubierta. Lo sentía, y lo sentía en lo más profundo de mí ser, en cada poro de mi piel y en cada extensión interna de mi cuerpo, mi sed aumento pero aun así mi rostro no se inmuto, solo entonces mostro una indudable sorpresa cuando planto la idea de su retirada ante un compromiso. Impropio, así se vería si tomaba su brazo para evitarlo y no dudo que levantaría sospechas lo cual no formaba parte de mí a menos que lo deseara. Me acerque unos pasos más, estaba segura que él me escucharía -¿Con ese corte joven Lord?, ¿no cree usted que despertara sospechas en su estado aun así con quien se encuentre en tal compromiso?. Inocencia, preocupación y suavidad fueron las tonalidades que se involucraron en mi argumento, algo lo impulsaba a quedarse, lo sabía, lo veía en sus ojos y de lo contrario hacia minutos no hubiera dudado en retirarse del camposanto -¿Tanto odio a la sociedad?, algún suceso que lo marco me tomo el atrevimiento de suponer. Había llegado a su altura y una de mis manos desnudas se poso en su hombro sin presunciones, sabía que no se iría, en ese momento el estaba atado a cualquier forma que me involucrara; mi aroma, mi cuerpo, mi mente. Había tomado el control y solo una unión de mis ideales con mis pensamientos sería capaz de mover las piezas fundamentales para unir el juego que desde un principio había iniciado.
Invitado- Invitado
Temas similares
» L'ange de la mort, Amélie Freire.
» Suite en Re menor (Ejnar Bohr)
» Le Roi Est Mort, Vive Le Roi
» Réquiem de Mort {+18}
» Étoile de la Mort
» Suite en Re menor (Ejnar Bohr)
» Le Roi Est Mort, Vive Le Roi
» Réquiem de Mort {+18}
» Étoile de la Mort
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour