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PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



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Mensaje por Gael Jue Abr 11, 2013 10:29 pm

En luna llena yo duermo,
la bestia aprovechando mi falta de noción me hace sentir lo peor de esta tierra.



Esta noche es la noche, no hay vuelva atrás, tampoco manera de evitarlo, ni siquiera en sueños ha podido evitar la transformación, así es, a soñado incluso noches de luna llena, y en cada sueño se transforma, y para qué decir más, los sueños son peores que la realidad, pues en el sueño si es consciente de todo lo que la bestia hace, tal vez su subconsciente recuerde esos hechos o es su mera imaginación la que está libre mientras duerme la culpable de tanta muerte, destrucción y dolor, como última opción esta la culpa y sus sueños el purgatorio de todos los pecados de aquel ser peludo bestial en el que se transforma, es injusto que la situación se torne siempre tan tormentosa para él pero en fin, no hay manera alguna de cambiar su realidad, y las horas pasan sin poder detenerlas, el sol esta por irse, debe huir, debe escapar, no de alguien en general, debe huir del todo, lo más lejos y profundo del bosque que pueda, lo más lejos del ultimo signo de civilización para así estar completamente seguro de que no lastimará a absolutamente nadie, puede ser todo lo consiente del mundo en que no puede hacer nada, en que no lo hace al propósito ni por maldad o deseo propio pero aun así es su cuerpo el que actúa, fuera de sí pero actúa, obra con mal, aniquila con furia, y no puede evitarlo. Puede repetirse lo mismo una y otra vez dentro de la cabeza sin cesar y aun así no sentirse ni un poco más tranquilo, angustiado pero seguro, la experiencia es la mejor maestra y si de algo le sirve el tiempo más extenso que ahora posee tras su maldición es para aprender, con los años viene descubriendo más de sí mismo y de la extraña maldición, existen diferentes cuentos, historias o creencias referente al origen de lo que él es, sin embargo duda de todas ellas, pero no duda de las similitudes, todas deben de significar algo, sí o sí. Gael muy preparado ya está desnudo, la poca ropa que posee no pretende romperla al transformarse, además de estar en el bosque y los únicos que podrían ofenderse con su desnudes serían los búhos, zorrillos, etcétera que jamás hablarán para mostrar su amargura o disconformidad por lo que no hay razón para retenerse de andar libre por el lugar con notable soltura, esta misma soltura que le caracteriza por supuesto.

Ya las horas han pasado, la luna llena está ahí, llamándole, obligándole, venciéndole, quebrándole, rompiéndole, incluso antes de la transformación total ya puede sentir como duelen sus huellos, como la carne quema, todo de manera implacable, tortuosa sin reparo alguno de su cuerpo, a pesar de haber ganado una tolerancia increíble al dolor esto mismo no le salva del dolor del cambio, duele demasiado, lo único que le hace gritar es ello, y mientras más se resiste y se niega a aceptar el cambio más doloroso se vuelve, ya para qué seguir haciéndolo, simplemente deja que la luna salga con la suya, como siempre lo hace, no hay razón ni sentido para seguir soportando el dolor, está muy profundo en el bosque, en el gran bosque que como humano aprovecha para alimentarse gratis y obtener fuente de sustento, como bestia para aterrorizar a todos los pobres y desgraciados seres que habiten cerca de donde estará.La nada, en ese estado se encuentra, ¿qué es? ¿Qué hace? ¿Cómo se mueve, está saltando o corriendo? ¿Está descuartizando a una persona o tal vez arrancándole el cuello a algún oso o venado? No hay manera de saberlo, no es consiente, ¿flashes? Sirve de muy poco, apenas puede tener una idea, la noche se va y junto con ella los notables efectos del cambio. Por fin luego de tanta incertidumbre, es él, el sol se está poniendo pero aún el día luce opaco sobre todo bajo los frondosos árboles que hacen una sombra perfecta, su cuerpo está debilitado, lo que es normal luego de tanto trajín nocturno que desconoce obviamente a la perfección, se pasea por la zona prestando atención, no la conoce perfectamente como el resto, ¿dónde será? Debe ser mucho más lejos de lo que suele ir normalmente, espera que no esté volviéndose más activo su otro yo o tendrá que dejar de irse tal lejos la próxima vez y esto podría resultar peligroso, pero tampoco quiere irse a otro lado, pues no conoce demasiado el país como para andar por ahí perdiéndose como si no pasará nada después, todo está tranquilo, incluso no sé a encontrado con algún otro licántropo en el camino, lo sabe porque no tiene heridas de consideración y tampoco tiene demasiada sangre impregnada, es buen signo, no mató a nadie esta vez, sonríe para sí mismo, ¿para quién más? Si no hay nadie, al menos por ahora eso cree.

Este bastante seguro de que está volviendo, lo sabe por el aroma y la luz, sin cuidado alguno va hasta que se topa con el aroma conocido, ¿un licántropo? Sin dudas ya debe de haber perdido la transformación así que mientras no sea agresivo por naturaleza propia no será un peligro pero de todas formas es cauteloso por propia inercia, él es así, un poquito calculador debe confesar, camina con cuidado muy callado y evitando pisar las ramas secas para no hacer ruido, se posa detrás de un frondoso arbusto para observar, su sorpresa es grande pues es una mujer, jamás se ha topado con una mujer o hembra como quiera llamarse con el misma maldición que él, eso le da mucha curiosidad y de alguna manera emoción, tanta que de torpe piza una de las ramas haciéndolas crujir, hasta un humano con simples oídos lo habría escuchado, ya está expuesto y para que ella no piense que tiene malas intenciones debe de hablar al menos un poco * Hola, lo siento, no quiero asustarle, ¿necesita que le ayude con algo? No le haré daño * La mujer luce bastante mal, incluso se podría decir que es notablemente joven, y aparentemente no parece ser muy experimentada en esto, su cuerpo lo delata.Es la primera vez que se encuentra con una neófita por así decirlo, la pobre debe de estar confundida, triste y destruida como él en algún momento, seguro que ni siquiera sabe lidiar aún con la culpa y es que él tampoco puede hacer, es lo más normal, tal vez pueda ayudarle quién sabe, si ella se deja lo hará, detesta ver a la gente sufrir o estar en mal estado y no puede negarlo, no le parece la escena, ese no sé qué dentro de él le obliga a hacerse cargo aunque no deba.
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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Sáb Abr 13, 2013 2:24 am

"Tú no eres tus acciones pasadas.
Tú no eres tus fallos del pasado.
Tú no eres cómo te han tratado otros alguna vez.
Tú eres sólo quien crees que tú eres ahora mismo en este momento.
Tú eres sólo lo que haces ahora mismo en este momento. "
- Karen Salmansohn.


Desde que se descubrió presa de una nueva condición, la morocha había comprado un calendario, colocó cada mes cuando sabía iba a ser la luna llena, lo marcó para poder estar al pendiente, ella tan ignorante del tema creyó que al dormir iba a poder pasar ese mal rato, fue por eso que muy temprano había ido a ver a su madre, compró algunas cosas para la casa, la limpió, cenó dos horas antes de lo que comúnmente lo hacía, y después leyendo un libro se quedó dormida en medio de su cama. Quizás por las horas tempranas en las que había caído presa del cansancio, la chica había disfrutado de forma plácida el sueño, pero solo fueron unos momentos, porque cuando la luna se encontraba en su máxima expresión, fue el momento correcto para que la bestia saliera. El lobo se apoderó de lo que ella había sido, dejando de lado su bonita figura, su rostro inocente y sus cabellos largos y negros. Ya no había nada de eso, sólo un animal hambriento, con mucha necesidad de carne, de sangre ¿No era extraño? Ella en su estado humano prefería ser demasiado pacifica, buscaba la tranquilidad, el poder ayudar al necesitado, el tenderle una mano a quien más lo exigía, pero al ser aquella criatura, le es imposible, pues ella era la que amenazaba, la que mataba. La criatura salió por la parte trasera, como si se supiera conocedora del lugar, sin hacer daños a la propiedad, ella simplemente buscaba alimento, y fue así como se internó en el bosque, devorando uno que otro animal, así el tiempo transcurrió hasta el amanecer…

No eran precisamente los primeros rayos del sol, pero si eran los necesarios para que, gracias a la luz, y el calor que ella comenzaba a experimentar, regresara a la realidad. La joven estaba echa un pequeño ovillo de lado, abrazaba sus piernas como temerosa que alguien la fuera atacar, quizás era parte de su sueño, o algo que habría pasado durante la noche, de igual forma no lo recordaría, para nada, eso le daba un consuelo muy grande a su alma. La joven siente que por su cuello cae una pequeña gota de sudor, también por su abdomen, aquello lo puede percibir mejor desde que se ha vuelvo aquella criatura que se transforma cada luna llena. No se quiere mover, porque teme volver a ver el color rojizo en su figura, pero no puede evitarlo, tiene que hacerlo, ¿Qué pasaría si alguien llegara a verle? Sin duda le daría el más grande de los bochornos; Se movió con mucha suavidad, esperando no sentir mareos, la vez anterior los había experimentado, y sin duda no le habían parecido gratos. Cerró los ojos un par de veces más, como queriendo acostumbrase por completo, así durante un largo minuto, se impulsó un poco, al poco tiempo ya estaba sentada, con las manos en su cabeza ejerciendo cierta presión, se sentía mareada, y ahora su garganta quemaba, bastante sed es la que ella tenía. suspiró, intentando ahora con la mirada poder reconocer el lugar en el que se encontraba, pero aquello salió mal, pues no tenía idea de su paradero, vaya noche la de anoche. Estiró entonces su piernas, observándolas llenas de tierra, giró su cuerpo para ver su figura al desnudo, y sus manos, ¡De nuevo ese rojo carmín! ¡No, no! Ella repetía una y otra vez en su cabeza ¿Abría lastimado a un humano? Esperaba que no, se sentía horrorizada, y quiso llorar, mordió su labio inferior con la esperanza de no hacerlo, pero fue inútil, pues el llanto salió de forma abundante, haciendo que ella sintiera el miedo de saberse una completa asesina; Deirdre estaba a punto de ponerse de pie, cuando un sonido la hizo ponerse alerta, giró su rostro en busca del intruso, y se abrazó de sus piernas con mucha vergüenza por su desnudez. Aquella voz cálida y ligeramente alterada le hizo sentir un poco de tranquilidad, aquel hombre no se veía de malas intensiones, de igual forma no cambio su postura.

- Buen día - Comentó de forma muy tímida, pero de igual manera firme, ella no era de espantarse demasiado, era muy animada e intrépida, pero la desnudes la hacía sentir tan extraña - Me asustó un poco si - Confesó, pero el olor del hombre chocó contra su rostro, dejándole en claro que era una criatura como ella, aquello le dio cierto alivio, no pudo evitar sonreír - Si, un poco de ayuda no me vendría nada mal, pero lo único que necesito es ropa, y parece sufre la misma falta que yo de prendas. - Sus mejillas se llenaron de un color carmín demasiado especial, ella sin duda era una fiel guerrera de la vida, pero retomando el tema, la desnudez la cohibía - ¿Cómo cree poder ayudarme? - Suspiró con pesadez, se sentía verdaderamente cansada, sus piernas le temblaban, era cierto quizás en su estado animal las horas pasaban rápido o lento, ella no lo sabía, no sabía de su descarga de energía, de como su cuerpo se iba cambiando, pero lo que si sabía es que siempre quedaba con grandes dolores y con deseos de no pararse hasta dentro de dos días para poder dormir - Quisiera comida, agua, y una cama, pero me veo con la penosa realidad de tener que quedarme aquí, mis piernas no querrán avanzar demasiado - Se encogió de hombros, movió ligeramente el rostro viendo al frente, además, ella no deseaba que le viera con aquel color rojo en su cuerpo, le daba vergüenza, no deseaba que la viera como una asesina, conocido o desconocido, la joven posee un corazón muy noble, no soportaría el rechazo de alguien, menos un interesado en poder cuidarla. ¿No era acaso extraño? Si, pero ella era así, quizás por su poco trato con las personas en general.

- No se preocupe por mi, descansaré un rato aquí, y después emprenderé camino, además seré sincera, me da mucha vergüenza mi cuerpo, que lo vea desnudo - Se giró para verle aún sin perder ese hermoso sonrojo - Gracias señor, es un placer - Y volvió su vista al bosque, suspirando y cerrando los ojos para concentrarse un poco, olvidar su estado, y ser lo suficientemente fuerte para resistir su estado tan malo.
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Mensaje por Gael Sáb Abr 13, 2013 6:01 pm

Puede notar que el estado de la muchacha es bastante menos favorable que él propio, lo más seguro es que sea nueva en esto de las transformaciones, los primeros meses de él fueron una tortura total, completamente insoportable, lo puede entender y eso le causa mucha lastima, pena no, porque la pena es poco agradable, pero se conmueve con ella pues es algo que también ha sufrido en carne propia y no le gustó nada de nada. Más no está del todo seguro de si avanzar con ella o no, porque luce bastante intimidada por su presencia y por la obvia desnudes de ambos, él que siempre ha sido liberal y suelto al momento de vivir tanto dentro de casa como fuera de esta no se preocupa demasiado por esto sin embargo es consiente y sabe respetar que para otras personas el tema sea delicado, así que lo trata con pinzas y la importancia necesaria, tal vez * Mire, yo no quiero hacer nada morboso con usted, ni con su cuerpo, no puedo dejar que se quede aquí sola en el bosque en medio de la nada y en ese estado, no luce muy bien, déjeme ayudarle * No es solo el físico, probablemente como el a sus inicios tampoco se encuentre bien emocionalmente, los cambios son duros, todo lo que acarrean, por más fuerte que sea la persona siempre tiene un efecto, incluso él mismo que es bastante serio y valiente estuvo una larga temporada en vela por eso, un cambio así no es cosa sencilla, ya no eres humano del todo, eres más agresivo, más fuerte, más animal, el mundo cambia y se vuelve diferente, es como si volvieras a nacer, al menos así la paso él, cosas que nunca antes podía ver ni sentir empezó a experimentarlas con gozo, y claro por supuesto que las malas también, espera quizás poder al menos dejar a la muchacha en un estado más presentable para que pueda irse a su hogar de manera tranquila y digna, si el viejo viviera le cortaría los testículos por dejar a la chica a su suerte y no prestarle atención o dejar que se salga con la suya de quedarse ahí y luego volver, no es lo que un hombre responsable hace, el hombre debe tomar las decisiones.

Recuerda esas palabras y por esas mismas sale de su escondrijo y se aproxima a la espalda de la mujer, puede notar la suciedad en la piel ajena, también la sangre, unos animales seguro que han sufrido la ira de su bestia interior, en su caso parece tuvo más fuerte, si bien ya tiene mejor controlado todo el sistema de la transformación, como retardarla y en donde dejarse llevar por el instinto no lo hace a la perfección, es una lucha diaria, de toda la vida que cuesta superar, posa una palma en el hombro de la chica * Soy Gael, no se preocupe que no le haré nada, lo repito, le voy a levantar en este momento ya que no puede caminar, no miraré su cuerpo si eso es lo que le incomoda, es una promesa, no le tocaré donde no deba * Con cuidado toma primero las piernas maltratadas de la muchacha y luego su cintura, finalmente la eleva del piso lleno de tierra con notable facilidad, como si no pesará nada y la verdad es que es bastante pequeña en altura y en dimensiones mucho más delgada que él, lo que explica tal facilidad además de su estado lupino * Vivo en este bosque prácticamente, mi cabaña no está muy lejos, le llevaré ahí y le podré cubrir las necesidades que me pidió, no se preocupe, le repito que solo busco ayudarle, solo eso * No es mujer pero entiende que una chica tan joven en un estado tan frágil en términos generales se aterre y muera por la desconfianza de estar en brazos de un hombre además de desconocido desnudo estando ella también desnuda, hace fuerza con los músculos como endureciéndolos un poco, siempre pasa que luego de la transformación se le duermen todos y llegan a doler incluso algunas veces, lo peligroso de la forma bestial es que puedes recibir muchísimos golpes bastante fulminantes y seguir como si nada pero una vez recuperas la conciencia y eres humanos los síntomas son completamente intolerables, incluso con la ventaja que adquirió junto a la maldición de soportar el dolor, sea por suerte buena o mala jamás le han disparado con plata o golpeado con algo de plata, nunca ha sentido lo que debe sentir, seguro que es una sensación horrible, la imagina y de hacerlo tiembla un poco, no por miedo sino por la incómoda sensación que le recuerda a la transformación que experimento hace poco * Lo siento, me quede en la nada, ahora le llevo *Ya casi se estaba olvidando por vivir dentro de su mente de la muchacha y de que la tenía cargada a pesar de sentirla, suele pasarle a menudo pero no de forma exagerada, se siente bastante reprimido por así decirlo de tener la cabeza por encima de ella y no poder siquiera mover un poco el cuello para que no pensará algo raro.

Tantea el camino, los árboles, incluso el horizonte limitado que se puede observar para buscar el camino correcto hacia el lugar, desde que se transformó posee cierta facilidad para recordar y no olvidar las cosas, o por la simple visión conocer perfectamente el cuerpo, rostro o de alguien o los caminos y las características de estos, algo muy favorable sin duda, pues el bosque es un terreno difícil en donde casi todo es idéntico y obtener el sur es bastante difícil, son tantas cosas en realidad que se ponen en balanza al hablar de su maldición, depende de la situación y se inclina para un lado, luego para el otro * Dígame, ¿es la primera vez que se transforma, su primera luna? De verdad que no luce muy bien, ¿le duele alguna parte del cuerpo en exceso? Si me deja después revisaré sus piernas, puede ser que se halla fracturado o esquinzado y por eso no pueda andar con soltura * Al ser la primera licantropa con la que se cruza en el bosque tal vez ese ego de hombre o tal vez de macho le pide dar lo mejor de sí para dejar una buena impresión, la sola presencia de la chica como que le hace inflar pecho para lucir más masculino y fuerte, confiado, para transmitir la seguridad que estar pretendiendo darle y la ayuda correcta. Tras un poco de silencio vocal y ruidos atmosféricos llega a la cabaña con la muchacha en brazos, se detiene en la puerta y la empuja * ¿Ya tiene más fuerza en las piernas?, entre de frente y la izquierda el primer cuarto ahí busque en el cajón más grande frente a la cama y encontrará vestidos de mujer * Después le enseñaría el cuarto de baño para que se asee, lamenta haberle llevado tan rápido a la cabaña pues podría malentenderse pero no queda de otra, tenerla afuera y en mal estado podría ser peligroso incluso para un licántropo neófito, todo a sido por la prevención y la misma emoción del momento.


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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Dom Abr 14, 2013 3:52 am

Ella se había hecho a la idea de que el hombre se iría, pues su pedido fue evidente, se abrazó de sus piernas, recargó su rostro en sus rodillas, y cerró los ojos, suspirando con profundidad, se estaba relajando bastante, intentando pasar los malos tragos, colocando su mente en blanco, ella no deseaba pensar en ese momento, le gustaba hacerlo, tener ideas que iban y venían dentro de su cabeza, pero sencillamente si se ponía a pensar, regresaría a hacerse ideas detestables en su cabeza, por ejemplo, el no dejar de pensar que su cuerpo bañado de carmín sería de alguna persona en desgracia, que seguramente había ella juzgado como si se hubiese creído Dios, y acabado con su vida. Esas ideas se tenían que desechar por completo, debía hacer que su alma pura, blanca y sin remordimientos se mantuviera así, ¿pero cómo era posible? Por más que pensara en blanco, porque era lo que repetía en su cabeza "Blanco, blanco, blanco", la cosa siempre terminaba en rojo, y no en el simple color, sino en un río, con pedazos humanos que iban y venían. La idea la invadió, un pequeño sollozo se hizo presente entre sus labios, se exteriorizó y se perdió en el vacío y solo bosque. Las lagrimas iban a comenzar a brotar, pero ella ya no quería llorar ¿Así sería todo el tiempo después de luna llena? ¿Así serían sus sentimientos? ¿Tan malos? ¿Tan lastimeros? En su interior imploraba porque así no fuera, dentro de su pecho gritaba y se hacía a la idea que pronto se tendría o más bien se iba a acostumbrar, porque no había más opciones, aunque las pensara no podía existir otras conclusiones. Ella había pasado a un estado de calamidad sin ni siquiera buscarlo, la maldición simplemente la "eligió" , se volvió una con ella. Y entra cavilaciones había ignorado, o más bien disfrutaba del aroma masculino detrás de ella, sus fosas nasales se acostumbraron, de pronto se sorprendió por tenerlo cerca, todo era tan rápido que ni siquiera comprendía.

- No he creído que usted, mi señor sea capaz de causarme algún daño, al menos no con mi cuerpo, no le conozco para juzgar con rapidez, pero debo aceptar que a mi me da vergüenza mostrar mi cuerpo, lamento esto - Comentó con sinceridad, no deseaba que el hombre pensara era una atrevida, o que le estaba acusando de una forma incorrecta, no, ella simplemente había sido un poco insegura, por cosas del pasado, que nada tenían que ver con su presente. Antes de poder presentarse, ya se sentía en los fuertes brazos masculinos. La joven pudo notar una gran diferencia entre la masa corporal y la altura. Ella por su parte tenía curvas si, pero era pequeña, delgada, no se trataba de una mujer con atributos exóticos, era menuda, pequeña, simpática, preciosa en su manera, y luego el contraste con el hombre, quien con sus fuertes brazos le mostraba no sólo que poseía una gran fuerza por la facilidad con que la levantaba, sino que también era tan alto que seguramente a ella le costaría el trabajo de levantar la cabeza para poder apreciarlo, aunque para ser honesta a ella no le molestaría, ¿volverían a verse? Quizás esos encuentros, esas ayudas siempre dejaban una marca importante en las personas, unían hilos de destino, no sólo eso, creaban fuertes amistades, relaciones, aquello que valiera la pena. Aunque claro, ella no pensaba con claridad en ese momento - Mi nombre es Deirdre, señor - Se presentó con total la sencillez que ella poseía, porque no había otra manera de ser para ella más que esa, su mamá le habían enseñado valores que se le habían arraigado por completo en su interior. - ¿Vive entonces en el bosque? Eso es extraño, yo también vivo ahí, y jamás lo había visto, seguro nos escondemos bien del mundo - Intentó bromear un poco, luego movió ligeramente el cuerpo para poder captar su mirada y que él la viera sin remordimientos - No tiene que hacer tanto por mi, no debe molestarse, solo necesitaba un poco de descanso - Recargó de nuevo su rostro en el bien trabajado pecho masculino.

- Es mi segunda luna mi señor, la segunda y como tal sigo asustada, no sé si pueda llegar a acostumbrarme a esto, suena ridículo lo que le diré, porque amo la vida lo que ella conlleva, amo los tientes que tiene, pero no puedo evitar sentirme mal por lo que puedo llegar a hacer, y tengo miedo, tanto que a veces prefiero pensar en un castigo para mi, uno severo a que le haga daño a alguien - Le confesó con naturalidad, aunque no quería parecer una demente de esas que simplemente buscan la salida fácil: morir. Visualizó la cabaña, la cual la hizo dibujar una sonrisa amplia en su rostro, lo volteó a ver maravillada - Es hermosa - Comentó sonriendo, porque le parecía verdad, le recordaba la propia y se sentía muy contenta. Suspiró, simplemente asintió y avanzó por el lugar ya que estaban dentro. Avanzó con torpeza si, pero pudo adentrarse hasta aquel hermoso cuadro, aquello estaba lleno de polvo, pero no podía hacer nada. Abrió la gaveta y al poco tiempo sacó un vestido blanco que si calculaba bien, le llegaría a la mitad de los muslos, parecía como una bata de dormir, pero a comparación de todo lo demás, era lo más pequeño. Se lo colocó con suavidad, y salió a paso lento y torpe de regreso - ¿Gael? - Caminó hasta la parte de la puerta de la entrada, suspirando y esperando a que bajara - ¡Ya termine de vestirme! Debería marcharme ya, muchísimas gracias - La voz de la loba era dulce, melodiosa, y aterciopelada, quien no la conociera juraría que era un llamado a la sensualidad, pero no, ella era tan pura como se solicitaba en el "mandato de Dios" para llegar al matrimonio. Se sentía más que en deuda con él. - Fue usted muy amable, le prometo regresar el vestido pronto - Lo cierto es que ella no tenía idea de que lado del bosque estaba, se sentí muy perdida, así que decidió esperarlo para tomar las instrucciones, por mientras se recargó en el marco de la ventaja, observando el hermoso paisaje, jamás se cansaría de ver la naturaleza.
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Mensaje por Gael Dom Abr 14, 2013 7:34 pm


Se quedo unos momentos perdiendo el tiempo, bueno realmente no los perdía pero si al estar pensando no podía concentrarse ni hacer otra cosa más que pensar en ella, lo que la muchacha le había dicho, Deirdre parecía tener ese típico y fuerte conflicto, típico porque está seguro de que no es el único que sintió esa culpa horrible dentro de sí, y tenerla a ella en brazos diciendo le daba toda la razón, fuerte porqué apenas y puede anteponerse a eso él mismo teniendo tantos años con la maldición. Al escuchar las pisadas acercándose despierta de ese coma intuido por propia causa, rápidamente toma unos pantalones que estaban ahí tirados muy cerca de la puerta, suele dejar la ropa a un costado sobre el pequeño sofá cuadrado sin posaderas pero esta vez solo podía encontrar la parte inferior de su ropa y no es que tendría tiempo de buscar más a detalle, ella venía y no quería dar un espectáculo después de lo que dijo y de escuchar lo confiada que ella estaba, le alegra que haya aceptado todo esto sin quejarse porque de ser así se sentiría mal de obligar a recibir la ayuda, menos mal no fue así. Todo está bien, escucha su nombre y se dispone a salir sin embargo lo que viene a continuación no le agrada tanto, ¿qué así nada más? ¿De verdad? Además ni siquiera le ha podido dar agua, alimento ni revisar sus heridas, y por ultimo pero menos importante ser capaz de responder todo lo que había dicho ella antes, no podía irse así sin más, bueno, podía pero él no quiere, quiere conversar más con ella, usaré su promesa de excusa sin embargo no quita realmente quiera ayudarle, rápido como un rayo tanto que cierra la puerta al golpearse, esto no le duele y de alguna manera a pesar de lucir como estúpido por esto la única salida se cerró, sacude su cabeza dejando caer para atrás su cabello y observa a la muchacha. Hacía tanto tiempo no veía ese vestido en el cuerpo de alguien, le recuerda un poco la anciana, le observa con nostalgia pero también con cierto deseo masculino muy natural pues es una muchacha muy hermosa, a pesar de estar sucia y algo maltratada por la transformación se sigue viendo demasiado bien, respira y se dispone a expulsar palabras buscando que realmente se quedara ella * No señorita Deirdre, no puede irse así, debe alimentarse, tomar un poco de agua, luego de la transformación el cuerpo se resiente, ¿no lo siente? Debe cuidarse mejor, además prometí darle tales comodidades, por favor siéntese aquí * Estira la silla cerca de la mesa para que se siente.

Toma una jarra llega de agua pura recién desinfectada, la había puesto a calentar la tarde pasada así que estaba muy limpia y pura, ya fría pero no helada, la lleva para la mesa y le sirve un poco de agua dentro de un vaso, lo mismo hace con el propio y antes de seguir haciendo cosas o hablar bebe también pues la sed está presente, con tan solo tres bocanadas se termina todo el contenido, respira recuperando el aliento * No existe nada más delicioso que el agua sin más, es lo más sano que puede existir, a fin de cuentas el agua es vida. Pero bueno, no me haga caso en esas tonterías, ¿tiene algún dolor todavía? Espero que le guste la carne de pescado, que tengo un poco de ella y está bastante fresca como para comerla ya mismo * Se da la vuelta y abre el pequeño estante, retira en un plato largo las cuatro tiras del agasajo, las coloca sobre el pequeño mueble donde pica las verduras, la carne y demás, se gira un poco para observar a la muchacha de reojo * ¿Sabe llegar a su hogar desde aquí? ¿De dónde viene? ¿De la ciudad? Lamento si es que mi hogar no es a lo que está acostumbrada, pero no soy de obtener tanto dinero por mi simple trabajo como leñador, además que siendo independiente todo es más difícil, si me permite yo puedo darle consejo sobre lo que me estuvo contando, no creo que merezca ser castigada, no creo no, estoy seguro de que no merece ser castigada… * Es algo sin sentido en realidad, ella no es la causante de su bestia salvaje ataque a todos descontroladamente, no lo es, es difícil pero al hablar de ella con ese tema entiende lo fácil que es para él darse cuenta de que no es culpa de ella y sin embargo lo difícil que es para sí mismo aceptarlo, seguro que en el caso de ella todo debe ser idéntico, esto es una ventaja pues puede enseñar y explicar a ella lo que a él tanto le costó y quiere hacerlo, de corazón que sí. Prende la pequeña estufa tras avivar el fuego y la deja calentar por un momento. Así se vuelve a acercar a ella para explicar más al detalle el punto que quiere expresar * Yo hasta ahora que llevo varios años transformándome no puedo aceptar del todo el sentir fuera de culpa por lo que mi bestia pueda hacerle a la gente, a los animales o al mismo bosque que de nada tiene la culpa, pero viéndole a usted estoy completamente seguro de que todo lo que su bestia hace no es culpa suya, véalo así, para mi usted no es culpable, si para usted yo no soy culpable, ambos podemos estar tranquilos, ¿correcto? * Se gira otra vez para colocar las tiras sobre el pequeño sartén, retira del cajón de abajo unas cuantas hierbas y demás, coge un poco con los dedos y lo esparce por las dos tiras de pescado buscando sazonarla con buen sabor, no es el mejor cocinando pues no le presto del todo atención a la anciana pero lo intenta día con día.

El simple aroma despierta su hambriento y necesitado estómago, por dentro está muerto de ganas de alimentarse, todo el desgaste físico que implica esta acción siempre va a causar necesidades, por más fuerte que se sea físicamente, si bien mantenerse bien el cuerpo le ayuda bastante a resistir los trotes y demás no siempre será suficiente del todo, un cubierto separa las carnes para que no se peguen, incluso las gira por momentos, y en esos momentos sazona una vez más, se nota que no es su fuerte con solo verle pero no lo hace tan mal por ahora * Si quiere saber más de la licantropía puede preguntarme lo que desee, se nota que es una muchacha muy agradable y hace tiempo no comparto con alguien, que tenga mi misma maldición lo hace bastante especial, sabe que nuestra única forma de ser feliz es lidiando con ello, aceptarlo con los defectos y los beneficios, porque los tiene, ¿no lo ha sentido? ¿Cuáles son sus habilidades señorita? Me refiero a las cosas que cambiaron en usted desde que le transformaron, y no hablo de cambiar bajo la luna precisamente * siente curiosidad por preguntar cómo es que fue transformada sin embargo cree que hacerlo sería demasiado atrevido, tal vez ella misma lo diga después, él no suele ocultar nada cuando se confía de alguien, cuando le parece que la persona es tranquila y demuestra alegría, bondad o felicidad y a pesar de todo puede sentirlo, el aura ajena no le engaña.


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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Miér Abr 17, 2013 3:48 pm

La joven verdaderamente tenía ganas de irse, no es que fuera vanidosa, bueno, tal vez un poco si, pero no deseaba que la vieran en esas condiciones, además no estaba segura de si su madre iría o no a visitarla ese día, aquella señora rubia luego le daba sorpresas, no deseaba espantarla sino la veía. Ella deseaba en realidad que Gael la viera en otras circunstancias de la vida, en otro estado, más arreglada, con su cuerpo limpio y sus ropajes a la medida, si, si, vanidad, pero ¿a qué chica no le gustaba verse presentable? De igual forma tenía sus ventajas que le conociera de esa forma, pues no le estaba mintiendo, por primera vez se sentía autentica y transparente, le agradaba le idea de que el hombre supiera y no saliera corriendo despavorido. Suspiró ¿Cómo negarse a tales peticiones? Más bien, se estaba portando como una malagradecida, pues el joven la había encontrado en medio del camino, se había preocupado, la había llevado en brazos, su casa abrió sus puertas para ella, le daba vestimenta, ¿y ahora pretendía darle alimento? Vaya que aquello le era inesperado, demasiado especial, no podía dejarlo pasar, se sentiría una verdadera tonta de hacerlo, y no, ella no lo era; cuando el joven le estiró la silla, la loba caminó a paso lento hasta posicionarse en aquel lugar, tal como él le había indicado. Colocó sus manos a la altura de su regazo, su espalda estaba recta, nunca perdía ese toque sofisticado que su madre tanto se había empeñado a mostrarle, pero su naturaleza salvaje siempre estaría ahí. No pudo evitar dedicarle una sonrisa amplia, sincera, la más pura que había hecho en mucho tiempo, incluso sus mejillas dolían un poco por aquel gesto, pero ella lo hacía de forma inconsciente, y la verdad es que no deseaba privarse de tal gesto, y de tal sentimiento, su corazón bombeaba con rapidez, era una verdadera afortunada, más valía que lo tomara en cuenta, y se comportara como se mandaba o ni ella misma se lo perdonaría, y ya tenía muchas cosas que la hacían sentir mal sobre sus hombros, además, hombres tan serviciales cómo él, que la llegaran a tratar con igualdad, no, no existían.

- ¿Alguna vez alguien le ha dicho que sus intensiones son las más puras que ha presenciado? Bueno, sino se lo han dicho, tome mis palabras como tales - Le miró directamente a los ojos, ladeó un poco el rostro en forma serena, como un poco amorosa, aunque claro, no se trataba nada de ese sentimiento, más bien era lo bien que se sentía por haberlo descubierto - Me siento muy afortunada de poder haberme topado con semejante persona, me hace sentir verdaderamente menos culpable, de hecho ya había olvidado un poco la culpabilidad - Y era cierto, todo lo era, en ese momento no pensaba en su estado de licántropo, no, para nada, simplemente pensaba en lo agradable que era su acompañante. Estiró su mano para tomar el vaso de agua, su garganta ardía de la necesidad, y su mente traicionera al sentirse cerca del liquido, buscó la manera de acelerar su necesidad mandando reacciones por el cuerpo. Fue por eso que se sintió en total confianza como para tomar casi la mitad de un jalón, una gota de agua escurrió de su comisura izquierda, pasó por su mentón, se colocó por su cuello y terminó perdiéndose en su escote, la sensación por muy mínima se sentía fresca y placentera. - No lo lamente - Se adelantó a decir antes de que continuara - ¿Me ve acaso una mujer pretenciosa? - Negó en forma de desaprobación, su rostro giró de un lado a otro como estudiando cada pequeño rincón que había frente a sus ojos - Esto vale más que el palacio frívolo de Versalles, le diré por qué - Colocó sus dos manos en la mesa, se apoyó con los codos, sus paleas se extendieron para sujetar su cabeza, no perdería vista de él ahora - Se nota que en este lugar hay muchos recuerdos, parece muy hogareño ¿Vive con su esposa e hijos? - Preguntó curiosa, aunque no sabía si deseaba escuchar la respuesta pues de ser un rotundo si, se sentiría incomoda si su mujer llegaba en cualquier momento y malinterpretaba todo, el no, bueno, sería una gran ganancia - No, aun me siento muy perdida en realidad, pero mi casa es el el bosque, también vivo en una hermosa cabaña, no tanto como la suya claro, está cerca de un puente que te ayuda a cruzar un riachuelo, y ahí entre arboles se encuentra escondida - Concluyó, observando demasiado animada la forma en que el hombre preparaba con esmero los alimentos - ¿Quiere que le ayude? Soy hábil en la cocina, aunque si desea cocinar, yo después le traeré algunos alimentos - Se encogió de hombros, las manos ya le habían vuelto al regazo.

- Entonces ninguno de los dos tenemos culpa - Comentó de forma cantarina, no sabía por donde empezar, la deliciosa comida hizo un sonido estruendoso en su estomago, la joven se llevó las manos al mismo apretándolo, lo volteó a ver con sonrojo - Es culpa de su alimento, huele delicioso - Se burla ligeramente, al final solo suspira - Me duelen los mismos, parte del abdomen y las rodillas, pero supongo es normal por la transformación ¿No es así? - Voltea a ver sus piernas apenas cubiertas por la tela blanca - Quisiera saber ¿cuánto tiempo tengo que lidiar con esto? ¿O acaso es permanente? ¿Por qué tenemos que volverlos lobos en luna llena? ¿Se tiene está condición al ser elegidos o simplemente es obra del destino caprichoso? ¿Cuánto tiempo lleva en este estado? ¿Se puede controlar? ¿Le gusta? - Muchas preguntas salían de sus labios, le fue inevitable sonrojarse, se puso de pie adentrándose a la pequeña pero hermosa cocina, con la mirada estudio los estantes, cada uno de ellos, sacó, platos, vasos, y se acercó a él sacando una charola la cual lleno de agua limpia - Podemos acompañarla con una rápida pasta ¿no cree? - Fue así como buscó en todos lados, sintiendo la confianza como si se tratara de un viejo conocido de poder inspeccionar. Encontró absolutamente todo lo necesario, y sus manos se pusieron a la obra, siempre tan hábiles. Cerca de él, ambos brazos se rozaron con insistencia, simplemente lo volteó a ver - Estoy muy confundida con todo esto, con mi nueva condición, lamento tantas preguntas - Volvió a sonreír - Por cierto… - Se estiró colocándose de pinturas hasta llegar a la parte baja de su mejilla, fue ahí donde le dio un beso cargado de agradecimiento - Gracias, muchas gracias por todo esto que está haciendo por, mi es muy amable… Le habría dado un abrazo, pero ambos pares de manos están ocupados - Suspiró para volver a ponerse a trabajar - Bueno, ahora sé que cualquier recuerdo me quedará grabado en la mente, con lujo de detalle, que me sano de forma más rápida, que tengo más fuerza y velocidad ¿se refiere a eso? - Se mordió el labio inferior buscando con la mirada un poco de sal, la encontró justo alado de él y se estiró inclinándose un poco hacía adelante para tomarla, solo echó una pista y se regresó a su posición - Terminando de comer no lo molestaré más, lo prometo - Simplemente aclaró, era como decir que terminaría por marchar a casa para no seguir importunando.
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Mensaje por Gael Jue Abr 18, 2013 2:34 am

Se sorprende un poco pues la chica que por el momento estaba tímida cambia totalmente y se empieza desenvolver con soltura, pues tampoco le va a decir que no, la comida italiana no es lo suyo pero si ella sabe hacerlo pues adelante, hace mucho tiempo que no come nada de pasta, será agradable probar otra vez un poco de esa rica harina con extraño sabor, le deja el espacio suficiente para que pueda hacer, la verdad es que no tiene nada que hacer con ese ingrediente así que le dejará hacer a su gusto, de seguro que sabe hacerlo, las mujeres suelen ser mejores para la casa que los hombres y esto no es machismo pues no está contagiado del machismo de la sociedad sin embargo en su experiencia en promedio las mujeres saben hacer algunas cosas mejor y los hombres en promedio algunas cosas mejor, las palabras de la muchacha lucen sinceras, parece ser una mujer simple como él, de su clase, nada de grandes glamures al parecer, mucho más agradable aún para él * Me disculpo por hacerle trabajar, se supone que yo le atendería a usted y ya ve, haciendo la pasta para el que le debería cuidar. Detalles que pasan pues, ni modo. No tiene nada que agradecerme señorita, todo esto lo hago porque me nace hacerlo, no busco ninguna remuneración de ningún tipo, no podía dejarle allí a su suerte en tan mal estado, sería inhumando y esa parte de mí solo sale en las lunas, en ningún otro momento, no me mienta tanto señorita * no puede evitar reír un poco * No soy la gran cosa, solo un buen samaritano, realmente me alaga sin embargo el placer es mío, el de poder ayudarla, es una muchacha bastante interesante y eso me agrada bastante, no suele uno encontrarse con gente decente muy a menudo, es triste pero es verdad * Mucha gente suele vivir ya amargada en estas épocas, con todos los problemas que ocurren hoy en día en la ciudad, en el mundo en general, el descontento, los cambios, es difícil encontrar a alguien feliz realmente por su realidad y por lo que es, pues la gran mayoría de personas se fija en lo material. Esta tan descuidado que se quema los dedos * Ahh... * expresa en un quejido * Recordaré no distraerme más mientras cocino * Más para sí mismo.

Curioso que diga es, ¿esposa e hijos? Una “meta” que no es ideal del licántropo, no es como algo que planee o desee cada vez que se despierte, si llegara no lo rechazaría tampoco, no es de los que suelen buscar demasiado, le suelen encontrar casi siempre, pero si algo que se ha propuesto es hacerse más sociable, intenta encontrar la vista de la muchacha al decirlo * No señorita, no tengo familia, la poca familia o las veces de familia que tenía fallecieron, no tengo esposa, ni hijos, ni acompañante, se puede decir que soy un lobo solitario, es una frase muy cliché tengo entendido por eso la menciono * con una sonrisa muy tenue, es quizás una mezcla de soledad y de alegría pues valora mucho el tiempo a solas, es donde uno realmente piensa en lo que quiere hacer con su vida, hacer respecto a los demás y todas esas cosas que en bullicio y otros seres mirando no puedes llevar a cabo como se debe, se siente feliz por lelo pero es consciente de todo en exceso resulta dañino y contraproducente a la larga, esto se refleja en el estado del lugar, en que luzca un tanto ermitaño y otras cosas * Me disculpara que sea demasiado lento respondiendo sus preguntas pero me pierdo bastante pensando, intentaré terminar de responderle cada cosa que me dijo una vez estemos en la mesa * y no falta nada para ello en realidad, le deja el espacio a ella para que terminase con su parte de los platillos, él por su lado coloca una tira en cada plato, es curioso que no se le quemara alguna parte a pesar de andar distraído, quizás porque de alguna manera quiere quedar bien y no como un tonto, sirve un poco más de agua en los vasos y espera a la muchacha a que traiga la pasta, nunca ha comido harina con pescado por lo que quizás resulte feo o todo lo contrario, es mejor probar antes de opinar o se luce demasiado tonto * Déjeme a mi servir el resto, por favor siéntese, me hará sentir mejor con la idea de que termino haciendo pasta para mi * toma la pequeña olla y reparte en cantidad equitativa ese ingrediente italiano, no sabe si la mujer come tanto como él, en realidad duda que coma tanto como él, pero bueno, siempre puede dejarlo no pasa nada, no se enojará.

Una vez listo todo se sienta frente a ella, suspira un poco, pues el tema no es fácil de tratar, son pocas las veces que ha comido fideos pero sabe cómo hacerlo, enrolla las largas tiras en el tenedor mientras le mira * Cada mes, cada luna llena sin falta, hasta el fin de nuestros días, esa es la ley * bastante cruel o dura, como quiera llamársele, pero nada cambiará esa realidad * Todos lidiamos con esos problemas, esos dolores, dicen que llega un punto en el que controlas la voluntad de tu bestia pero es curioso que solo los licántropos más entrados en años puedan hacerlo, tal vez yo me esté quedando un poco atrás, pero siento que no lo hago tan mal, ya tengo un poco más de experiencia en estos más de treinta años, le aseguro que no es un camino fácil de recorrer y muchos se pierden en el camino, mi mejor consejo es que tenga la cabeza bien arriba y sea fuerte * Es la única manera de resolver los problemas y trabas de la vida, no hay más. Si bien no reacciono al beso en la mejilla en su momento de forma física ni hablada por dentro sintió algo extraño, las muestras de afecto no las recibía desde la muerte de la señora aquella que le enseño tanto, pero ya no va a pensar en eso * Agradezco mucho su beso y su gratitud yo señorita, me perdonara que no haya sido muy demostrativo en ese momento pero no suelo relacionarme con persona desde hace mucho tiempo, puede decirme tímido, lerdo como desee, pero es mi realidad. Si desea saber más de la maldición pregúnteme lo que quiera, yo le puedo enseñar todo lo que sé sin ningún problema, algo debe hacerse con el conocimiento y en vez de aprovecharse de los que no lo poseen, lo correcto es compartirlo, porque se quiera o no, el conocimiento es poder y si uno almacena demasiado conocimiento se corrompe * esta una de sus tantas ideologías poéticas de vida * La maldición no debería ser profetizada o tomada como un don divino o un don elegido, no sé quién le ha metido esas cosas en la cabeza, pero está muy equivocada esa teoría, yo no creo haber sido elegido por nada en lo absoluto, siempre fui un don nadie, todavía lo soy, un simple leñador que estuvo en el lugar equivocado, la noche equivocada a la hora equivocada, pero quizás desde otro punto fue bueno, la maldición tiene ventajas y desventajas, aprendí a vivir con cada una de ellas * vuelve a suspirar pero más pesado antes de llevarse la pasta a la boca, mastica mientras corta un poco del pescado y lo come también, retira una pequeña espina y la deja sobre el borde del plato * Cuidado, tiene unas cuantas espinas y no, no tiene que irse si no quiere, no me molesta, por el contrario su presencia aquí es agradable, le da otro aire al lugar * es sincero.
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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Vie Abr 19, 2013 8:31 pm

Sus ojos mostraron un poco de preocupación cuando el hombre se había quejado por la quemada, no pudo evitar dar un paso al frente, estiró la mano para tomar la ajena, para su buena suerte solo era una levadura superficial, muy tranquila, demasiado "fácil" de sanar. La ventaja también del estado de ambos es que detalles como esos no te entorpecen, por el contrario, parece estar como si nada. La joven dedica una sonrisa cómplice, una cargada de ternura, lo que hará a continuación le recuerda una etapa de su vida que vale la pena. El recuerdo azota su cabeza con fuerza, la hace temblar por completo, es el tiempo donde su vida apenas eran unos cuantos años, dónde tenía una figura paterna, y una materna en unión mostrándole que el amor si existía, donde una herida como esas era sanada con un gesto cargado de simbolismo. La joven le da besos en la punta de los dedos, en las yemas para ser exactos, lo hace don delicadeza, y luego suelta la mano. Siempre se ha caracterizado por ser una chica un tanto extraña, con manías distintas al resto, pero para ella es algo natural. El mundo está tan marchito, tan negro, está tan muerto porque todos tienen miedo de amar, de exponer su corazón, de ayudar y de crear gestos de dulzura, comprensión o agradecimiento, son pocos los que hacen algo así, de cierta manera ella busca hacer la diferencia, quizás no para cambiar el mundo para bien, pero comenzara con su entorno, la cadera crecerá, y quizás algún día cuando sus hijos o nietos (si es que llega a tener) pisen con firmeza la tierra; se concentra soltándole las manos, ella por su parte termina de hacer sus aperitivos, después de eso hace caso al hombre, toma asiento con una sonrisa amplia, se acomoda el vestido intentando que las piernas no se le muestren demasiado, es algo irónico dando que el hombre la ha visto desnuda, como dicen por ahí "Cómo Dios la trajo al mundo", pero le es inevitable dejar de lado todas sus manías, simplemente observa los alimentos, toma un poco más del agua, y sostiene el tenedor para comenzar a pinchar, el pescado es delicioso, le gusta mucho, siempre le ha parecido de buen sabor.

- No me molesta cocinar, por el contrario mi señor, me gusta hacerlo, desde pequeña me ha gustado poder enamorar a mis padres con mis alimentos, tenerlos contentos de esa forma, pero bueno, ahora estoy en una casa ajena, y quisiera poder darle un poquito de lo que me ha dado, es muy grato tenerle - Hizo una pausa para escucharle - Por lo visto los lobos nunca estamos solos, pues mire, ahora tengo una compañía grata que conoce mi naturaleza ¿Le cuento un secreto? - Claro que venía podía mal interpretarse, pero si él era demasiado perceptivo se daría cuenta no lo hacía con dobles intensiones - Es algo grato estar con un hombre que sabe tu naturaleza, que te ha visto en éste estado tan malo, y que no haga un gesto de menosprecio por lo mismo - Sonríe con naturalidad, el hombre es bastante serio, reservado y otros detalles más, quizás debe guardarse tales palabras, quedar en silencio, no quiere incomodarlo, es como cuando le dio aquel beso en la mejilla, el hombre ni siquiera curvo sus labios en una sonrisa, o una mueca, más valía dejarlo en paz, no meterse demasiado, aunque ella le tuviera confianza, una cosa era cierta, poco lo conocía, o quizás casi nada, él podría ser el hombre o la criatura más bondadosa del planeta en primera instancia, pero ¿qué pasaría con el paso del tiempo? ¿Sería igual? Lo mejor para ella era no pensar, es por eso que mejor se enfocó en su plato, en comer pues el estomago le rugía como nunca antes, o quizás como hace un mes, cuando pasó su primera transformación. Mientras come le pone mucha atención, ella saca espinas con cuidado de su boca, le parece interesante el tema sobre los lobos, claro, si no fuera todo porque tiene que ponerlo en practica para con ella, para su buena suerte su memoria no olvidaría esa platica, suspiró ¿toda la eternidad? Bueno, los años que seguían, aquello no pintaba bien, no daba buenas noticias.

- No pasa nada - Se limitó a decir con respecto al tema del beso, lo que él no sabía es que probablemente la joven se cohibiría, aquello ya se había vuelto algo imposible de volver a realizar, se trataba de una mujer insegura, y claro, que no reaccionaran en el primer momento, pues la lastimaba. Quizás debía aprender a ser menos arrojada, si, debía cuidarse de eso. Deirdre sintió una especie de escalofríos, no deseaba saber demasiado de los lobos, no quería saberse destinada a eso, era un estado cruel que alguien le había dado solo para joder su realidad. - No quiero ser esto, me da miedo jamás superar mis temores después de luna llena - Suspira, deja el cubierto sobre el plato. Sus manos se vuelven a recargar en la mesa - A veces puedo sentir el aroma de las personas delicioso, como si de verdad me gustara el olor de la sangre, a veces me da incluso apetito - Le mira avergonzada, sonrojada. Siguió comienzo un poco más, pero se quedó a la mitad de su plato, ya no quería saber más - ¿Usted sería capaz de enseñarme de este estado? Yo puedo pagarle con alimento, con arreglos a sus ropajes, soy buena en eso, si desea también puedo venir a limpiar, todo con tal de que me enseñe, no puedo pagarle con dinero pero sería una forma de compensar por todo su conocimiento, dicen que lo más caro es el saber, el aprender más día con día - Se puso de pie por unos momentos, pero no, no tomó los platos, lo dejó comer a gusto mientras avanzaba a la cocina. Sus manos delicadas recogían todos los trastes utilizados, los colocó en una fila cerca de un fregadero, intuyó que en ese lugar se levaban porque había una cubeta, una escobilla para fregar, y líquidos que se utilizaban para lavar, sus manos se hundieron en el agua, empezó con tranquilidad a fregar la olla, el comal, y otros utensilios. - ¿Cuánto tiempo lleva en ese estado? ¿Cuantos años tiene? ¿Cómo se maneja la edad en los lobos? - Pero que curiosa andaba, y eso que no deseaba ya saber por ese día, ella se sentía abrumada.
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Mensaje por Gael Sáb Abr 20, 2013 6:55 pm



A pesar de sentirse un tanto abusador respecto a que la muchacha hiciera algo por él, en el fondo eso le gusta, es decir, es cómodo y hace tanto tiempo nadie le ayuda con nada, que de alguna manera se siente una sensación de confort y tranquilidad, se ha acostumbrado a hacer todo siempre solo sin la ayuda de nadie, lo hace muy bien pero a cualquiera persona la soledad en algún momento le cala y estando acompañado ahora nota la diferencia, claro estando solo puede escribir, tocar la guitarra, dormido todo el rato, roncar a placer, no hacer nada, pasearse desnudo, nadar desnudo, pensar sin interrupción, todo eso le agrada, le encanta hacerlo, si la soledad le gusta pero en él exceso que tiene tal vez no, quizás es demasiado para él, es por eso que ese deseo latente de conocer a más personas y convivir aparece cada vez más fuerte que antes, su estado emocional por el momento es favorable, la lupina es una gran muchacha, se nota que tiene habilidades para la casa, algo que le agrada a sobremanera, una mujer hábil con los quehaceres del hogar y demás, una mujer que podría ser una buena madre y criar a tus hijos, se nota que ella sería buena para eso, tiene valores y tiene ese espíritu de ayuda que no sobra en las personas de hoy en día, cosas que son fáciles de inculcar a la descendencia, una muchacha que vale la pena, lamentablemente comparte esta maldición con él, una gran pérdida sería que esta mujer perdiera el gran rumbo que llega por culpa de su parte salvaje, por eso realmente desea ayudarle ahora más, existen varias personas en este mundo y ella pertenece a ese grupo de personas que valen la pena, personas que estarían dispuestas a sacrificar por otros, gente amable y respetable, que respeta tanto como cuida, de alguna manera se pueden decir que es parecida a él y quizás por eso mismo todo ese deseo de ayuda y sentir aflore de pronto sin más. No está muy seguro de si será correcto decir lo que piensa o no de todo esto, se siente bastante alagado por sus palabras, de alguna manera reconocido, no es que sea o haga para eso, no le importa que lo reconozcan, que no lo recompensen o ser conocido, para nada, simplemente quiere hacer lo que le nace de dentro y nada más.

Es verdad que no todo el tiempo estuvo solo, pero ahora gran parte del tiempo si, ahora mismo no claro esta * Le agradezco sus palabras señorita, la verdad que es un orgullo ser elogiado por una muchacha trabajadora, además de buen corazón, quizás yo no pueda ser tan abierto pues el tiempo en solitario me ha cerrado bastante pero le aseguro que todo lo que digo es honesto, y no sé por qué debería yo huir de usted o motivo por el cual usted no deba agradarme, ¿se refiere al encuentro en el bosque, a su novatez con las lunas? No creo que sean defectos algunos, para nada, y sin pensar en ello solo veo buenos aspectos en usted, no entiendo por qué se preocupa por ello, lo repetiré, es usted una gran muchacha * Es él así, sin pelos en la lengua, directo y transparente, como siempre ha sido, incluso en situaciones donde es peligroso serlo, lo es igual, quizás tiene esa poética idea de que la verdad siempre libre a todos de cualquier mal, pero es consciente de que no es así, el mundo no es rosa, es gris, y si colabora al menos con un poco de claridad y otros también, quizás deje de serlo, pero probablemente no * No pierda la calma señorita Deirdre, jamás reniegue de lo que es, o de lo que le toco ser, nadie tiene una vida perfecta, nadie, todos tenemos nuestros defectos, nuestras trabas, nuestras vallas, nuestros temores, nuestras carencias, pero más importante es que el hecho de que todos tenemos habilidades, buenos aspectos y voluntad, sobre todo lo último, siéntase orgullosa de lo que es, tanto con lo bueno como con lo malo, y luche, contra su miedo, porque es irremediable su estado, lo sé perfectamente * No quiere sonar demasiado duro o demasiado tajante pero no hay otra manera de explicárselo o de hacerle entender, tan solo debe terminar de aceptarlo completamente, pues no existe vuelta atrás, y el tiempo tampoco se puede retroceder, el único camino esta hacia adelante, él mismo en sus inicios no deseaba tomarlo, pero una vez te das cuenta que es inevitable no hay nada que se pueda hacer al respecto más que lo que ya dijo: Seguir adelante. Suspira por el comentario de las personas y el buen sabor, para su suerte ya ha terminado de comer.

Toma la vajilla faltante y la coloca cerca al fregadero, no lo coloca dentro pues ella lo está ocupando y no quiere hacerle correrse de ahí * Luche contra eso, si no puede coma carne, pero la carne de los animales ya muertos, nunca se tienten a atacar a un humano, no lo permita o su bestia interior tan solo buscará la carne de los vivos y por vivos me refiero a las personas, para así saciar su hambre incontrolable, y por favor no se asuste con esto, ni pierda la cama, si lo hace nada de lo que le digo podrá dar buenos resultados * Fueron pocas las veces que se tentó por el cuerpo humano de manera literal pero puede comprender también ese deseo, quizás lo más peligroso de todo esto para el resto * Yo quiero ayudarle porque es una gran muchacha, porque es una pequeña muy hermosa, se nota que es muy risueña, dedicada, respetuosa, sensible y frágil, disculpe si algo de lo que le digo no le parece o le desagrada pero esa es mi apreciación personal, solo tome todo lo que le digo como eso, no como la verdad, a menos que claro realmente lo sea, suele tener buen ojo para medir a las personas, por eso les escucho siempre con atención, dado que dar una opinión sin conocer demasiado no define a la persona, sino define lo prejuicioso que puedes llegar a ser tú mismo * Sacude sus palmas y se termina de beber el agua para limpiarse las fauces, saborea todavía lo último que queda del buen sabor de su almuerzo desayuno por así decirlo, dado que es bastante temprano pero qué más da, el hambre siempre es constante en él, eso jamás cambia, consiente o inconsciente, solo cambia la fuente de su alimento, un poco, ¿no? * No quiero que me page con sus servicios, y no por qué no los valore, es que no quiero recibir nada a cambio de ellos, tampoco me siento en el derecho de prohibirle algo, si desea realmente ayudarme bien * Se nota en su rostro lo que le cuesta decir esto, pero lo hace de todas formas * Venga a ayudarme, toda su ayuda será enormemente agradecida, es una promesa. Pero no lo tome como pago o como justificación, cuando desee puede dejar de venir a ayudar y esto no significará yo que dejaré de contarle cosas sobre la licantropía o darle guía, téngalo presente * Descuidado pasea la vista por la ventana, el día se ve hermoso, no está nublado lo que es curioso.
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Mucho gusto [Deirdre] Empty Re: Mucho gusto [Deirdre]

Mensaje por Deirdre Cárthaigh Dom Abr 21, 2013 5:48 pm

Las manos de la joven se mueven con tranquilidad, la escobilla friega con suavidad platos, vasos y las ollas que han utilizado, le gusta jugar con agua, en realidad le gusta mucho la frescura de la vitalidad, nunca le ha molestado hacer los quehaceres del hogar pues en realidad le parecen una distracción buena, aparte de dejar todo limpio se puede hacer ejercicio, y claro, hacerse una idea de lo que puede o no hacer en casa. Uno aprende a utilizar su memoria, pues recuerda cada cosa que es colocada en su lugar, o incluso las que están mal puestas. No entiende la gente que se queja de la limpieza propia, ni a las mujeres que creen que por mover un dedo se les caerá la mano, supone que son simples manías, que probablemente al haber nacido en cuna de oro las tendría. Menos mal había nacido de esa forma, a pesar de su estado nuevo, no se reprochaba, ni se quejaba de nada, quizás si se sentía mal por lo que podría hacer en su estado animal, pero simplemente eso, nada de que preocuparse; observó el plato sucio que había dejado el hombre con suavidad tomó el utensilio, rozando con sus dedos la piel ajena. Ella suelta una risita traviesa, pero no por eso, más bien por que le agrada estar haciendo eso en un lugar que no sea su hogar, sentirse útil es algo que aprecia mucho, que con el tiempo lo ha valorado demasiado. Termina de fregar, ahorró demasiada agua, pero sus manos limpiar y mojadas se estiran para llenar así su rostro, es por eso que lo limpia, con mucho cuidado, se lo enjuaga, con eso está eliminando todo rastro de suciedad, también de sangre. A pesar de no tener un baño completo, se siente mejor, mucho más fresca, su cuerpo ya se ha enfriado de las emociones que pasó la noche anterior, y también aquella mañana cuando se sintió expuesta por su desnudez. Se siente tan bien, que quizás de no haber llegado el hombre estaría echa un ovillo en medio del bosque, muerta de hambre, de cansancio y calor, esperando a que la noche se hiciera presente para poder regresar a casa con más "seguridad", incluso aunque se sintiera por completo perdida. Un poco de su pecho se moja, al igual que sus cabellos, pero a ella no le importa, aquello se sentía tan bien.

- Uhmm - Su gesto deja en claro que aquello había sido delicioso, se mueve un poco para poder ver al hombre, ahora si le enseña su rostro blanco, sus labios rosáceos, todo lo podrá captar con más claridad. La chica se mueve un poco para poder tomar espacio en aquel reducido lugar, pero para su mala suerte el enfriamiento de su cuerpo le causa una mala jugada, una de sus piernas se dobla un poco dejándole un dolor insoportable. Se sostiene de lo primero que tiene cerca, es decir de él, y lo abraza intentando que con esa fuerza ejercida en sus brazos se vaya todo el dolor. Sin duda se había lastimado la pata en su estado animal, y ahora su estado humano le daba las consecuencias, aunque claro, en breves se curaría gracias a su nuevo estado, pero el dolor nadie se lo quitaba en ese momento. Cuando pasa decide soltarlo para cojear, con lentitud se agarra de todo a su paso, quizás sea la confianza que el hombre le ha dado, o el dolor que la perturbó y le hizo olvidar los modales que siempre toma en cuenta, pero avanza hasta el sillón empolvado de tres separaciones que el hombre tiene en su casa. Se deja caer alzando una pierna con lentitud hasta el descansa brazos, sonríe a penas pero suspira, recarga su cabeza recostándose por completo, observa al techo - Esto será más difícil de procesar, a veces me curo más rápido, pero parece que está noche fue ¡candente! - Bromeó un poco, porque le gustaba hacer de su vida un chiste, así no se mataba pensando en lo malo, en lo desagradable, y en lo que no tiene ¿Para que pensar en eso? No hay un motivo que valga la pena, es mejor tomarlo todo a la ligera. Gira un poco su rostro para verlo a los ojos, el hombre está a lo lejos y ella sonríe, ¿qué más puede hacer? Chasquea un poco la lengua porque no sabe de donde empezar a romper el silencio, al final cree que debe hacerlo, ¿el hombre estará preocupado? Seguramente su madre le diría "Vamos Deirdre, se fuerte, la vida es para los fuertes, no te dejes vencer por una mala noche". Su madre siempre su apoyo a pesar de ahora ser una bestia, la primera que supo en realidad su nuevo estado de su propia boca, la amaba, la extrañaba, y quizás si pronto la viera le contaría de ese encuentro.

- Creo que mi cuerpo anda cansado, encima la de adrenalina que debí haber gastado anoche, sin embargo no quiero dormir, me gusta su presencia - Comentó con tranquilidad, mientras cerraba los ojos de nuevo intentando calmarse - Supongo que unos minutos más y podré estar como nueva, le prometo que no molestaré, no demasiado, al menos no más de lo que ya he hecho - Su sonrisa ahora era tímida, sus mejillas mostraban de nuevo el color rosáceo, el alimento ayudaría, que estuviera recostada también. Quizás un baño le ayudaría un poco más, pero ahora no podía aprovecharse ya de la hospitalidad, mucho menos gastarle el agua - ¿Por qué se ha refugiado tanto en vivir solo? - Obviamente ya no quiere hablar del tema de los lobos. Mueve un poco su cuerpo, lo gira para poder estar de lado, coloca ambas manos bajo su cabeza como juntándolas para rezar, pero obviamente no lo haría, no se siente una creyente por completo. - Yo también vivo sola, mi madre vive lejos de mi, muy lejos de hecho, bueno, no tanto, pero no vivimos juntas, debo admitirle que me gusta demasiado la soledad, pero a veces me abruma demasiado, por eso me he hecho de algunos conocidos. Tengo algunas amigas - Le contó, como si se tratara de viejos conocidos, o de toda la vida. Se sentía demasiado a gusto, demasiado en confianza, todo era muy bueno para ambos. Deirdre no pudo más que pensar en lo mucho que le gustaba la forma de ser del hombre. Sin duda si una de sus metas fuera el buscar marido, o una pareja, se fijaría en una persona como Gael, con sentimientos demasiado nobles, con principios bien marcados. Suspiró sentándose con mucha rapidez, como en automático sin dejar de verlo, incluso sus formas le gustaban y ella jamás había sido de ser una chica vanidosa de observar a un hombre por su aspecto físico. ¿Qué tenía él de diferente? Se puso de pie con rapidez, por un momento se sintió sofocada, y avanzó sin importar los dolores. Se colocó frente a una ventana - ¿Y si avanzamos? - Preguntó con tranquilidad - Es decir ¿y si caminamos un poco por los ardores? Hace un bonito tiempo - Suspiró avanzando hacía la puerta principal.
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Mensaje por Gael Dom Abr 21, 2013 10:36 pm



El tacto femenino cercano tan poco familiar despierta cuál ruido fuerte el sueño de alguien, en él una sensación un tanto extraña que hace tanto no sentía, quizás pequeños pedazos de su adolescencia, donde las hormonas se alborotan pues crecen y buscan disfrutar, ante el más mínimo estimulo explotan, claro han sido largos los años desde aquella vez, desde que fue un joven, puede lucir no mayor de treinta años pero lo cierto es que ya pronto llega a la edad base de un anciano, gracias da a su estado maldito tener tiempo aún de sobra, quizás cuando envejezca realmente si se sentirá asustado, pero bueno, no hay mucho que se pueda hacer, es así el ritmo de la vida, no es momento de pensar en ello, mejor controlar esos impulsos naturales del hombre, no están a la medida de la situación, solo por momento observa la muchacha, ahora no va a poder olvidar su rostro, como si fuera una pintura se va a quedar plasmado en su mente, cual retrato perfecto sin perder un solo detalle, no es cualquier pintura, es un bello retrato, quizás lo más cercano a belleza interior y exterior, algo difícil de conseguir lamentablemente para muchos, y algo difícil de resistir para otros también, es bien sabido que la juventud atrae, quizás por melancolía o porque evoca buenos recuerdos, es algo muy común ver a hombres mayores buscando muchachas jóvenes con las que contraer matrimonio, y esas cosas, pero él no tiene esas intenciones, no es que el sexo sea su única meta en la vida, tiene mil y un otras razones por las cuales querer a una mujer, sin embargo se siente un tanto torpe por estar cayendo en eso mismo, lo mejor será verle con ojos de maestro, que aparentemente en eso se está volviendo de manera inconsciente, pero quiere ayudarla no lastimarla, y es bien sabido que los sentires fuertes suelen hacer lo segundo cuando algo falla, sus casi sesenta años le dan la tranquilidad de conocer un poco más el mundo, conocer las relaciones, la vida misma, prefiere evitar que todo se complique, pero tampoco puede ser indolente si algo más aparece en él, no planeo hacerlo todo, se juró hace tiempo no negarse a lo que pueda sentir o desear, incluso lo culposo por así decirlo, suspira varias veces, tantas ideas tontas, como si por sentir un poco de atracción física por la muchacha significara que ella también o que sintiera algo aparte de eso.

No es un experto, pero conoce, así que es mejor mantenerse muy neutral, es bastante joven y no quiere asustarla, lo primero sería ser sincero, ¿no? Aquello que no respondió * Señorita, yo tengo realmente cincuenta y seis años, aunque no lo parezca, esa es mi edad real y es solo un efecto de la maldición el que luzca mucho más joven de lo que soy, alégrese por eso pues si le gusta como es físicamente, demorara muchísimo en envejecer, eso mismo me paso a mí, tengo entendido que ocurre con normalidad en otros malditos * Solo puede decir eso pues antes de que dijera algo más nota a la muchacha caer, le sujeta rápidamente para que no se hiciera daño, al parecer se había estado aguantando hasta ahora el dolor * No me dijo que se encontraba tan lastimada, de haberlo dicho antes no le hubiera dejado estar aquí parada cocinando ni fregando, por más deliciosa que haya sido su pasta, más vale su salud, si quiere le… * A punto de ofrecerle su ayuda pero no, pues le ve hacer por sus propios medios, lo asume, debe dejar que soporte los dolores y estas vicisitudes de la transformación por ella misma, de alguna manera no estará siempre para darle consejo o cuidarla después de cada luna, debe hacerse fuerte para ser una buena lupina, por decirlo de alguno modo, ¿no? Expresa apenas un “jajá” por su comentario, no por compromiso, es una broma si un tanto graciosa pero no demasiado, ha tenido suerte como todos, algunas veces se vuelve peor de manera humana, quizás con alguna extremidad rota por completo, o quizás con una bala atravesada, no ha tenido la “dicha” con lo último mencionado pero bueno, ha escuchado historias, sobre la plata, cierto, no se lo dijo, ¿lo sabrá? Quizás no sea el momento de igual manera, ella dejo de hablar de las transformaciones, y todo lo relacionado por así decirlo, no es un idiota del todo, puede comprender ese deseo, está bien, no hablara de * No se preocupe señorita, es normal que este agotada después de su transformación, apenas tiene dos, yo tengo muchísimas y me siento algo entumecido, pero le repito, es normal, se acostumbrara con el paso del tiempo * Ya lo sabe, es fácil decirlo, es fácil en teoría, pero todo en la práctica siempre más arrollador.

Son solo unos tres minutos los que se da de silencio, eso si no lo esperaba, esa pregunta, demasiado profunda para haber salido por las fauces ajenas sin razón aparente, y demasiado extensa en ser contestada, tal vez lo mejor sería ser minimalista pero sincero, no tiene porqué mentirle * No decidí estar solo, cuando las personas que me criaron fallecieron debido a su ancianidad estuve solo, y lo cierto es que no suele nacer en mi las ganas de acercarme a alguien, por eso mismo es especial que coincidamos en que disfrutamos de nuestra compañía, pues también me siento a gusto con su presencia en mi hogar, no soy bueno para hacer amigos, o amigas, supongo que se debe a mi edad, mi forma de pensar o mis costumbres, siendo sincero jamás lo vi como una necesidad, ¿sabe? Conversar, conocer, enamorarse, tener hijos, salir a la vida a trabajar para alimentar a una familia, pero uno siempre siente que “eso le falta” Son cosas tontas vistas desde otra manera señorita, creo que a cada uno le toca en su momento y si no le toca por algo, todavía me sobra energía para vivir, así que no puedo asegurar nada * Jamás cerrarse a algo nuevo nunca jamás pues de eso se trata la vida, de descubrir, de disfrutar de algo si así lo quieres, no en hacer cosas que no te gusten , pero si algo te tienta de una manera u otra pues ir a tomarlo y ya está. Madre, ¿una madre? Ella la tiene, debe de ser la responsable de tan buena educación, dichosa ella * Debo agradecerle a su madre entonces de haber enseñado a tan noble hija a ser lo que es, ¿o me equivoco? Claro el mérito también es suyo pero como mentora no puedo evitar dárselo a ella * al parecer esta muchacha no es tan tranquila después de todo, con dolores pero quiere ya moverse * Si se siente en condiciones de caminar, podemos dar un paseo, suelo tomar descanso después de cada luna a mi trabajo, así que tengo el día libre * Observa la espalda de la mujer, quizás sea bueno decírselo * Si desea usar el cuarto de baño puede hacerlo, me dijo que necesita limpiarse, puede hacerlo antes de salir, si no pues nos vamos ahora mismo * solamente la sigue sin ver atrás.
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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Mar Abr 23, 2013 5:52 pm

Sus ojos son ahora dos esferas cristalinas cubiertas de un liquido brillante que se niega en salir, no, ella no está rota, no ha sufrido un mal del corazón, debe aprender a guardarse el dolor del cuerpo, ese sin duda es el que más se puede controlar, pues el tiempo ayuda, sana, fortalece y te lleva a la normalidad. Ella está consiente de una cosa, aquello no le va a durar todo el tiempo, al menos es lo que desea, sabe que su nueva condición le arrancara el dolor de un momento a otro, lo predice, lo siente, porque su cuerpo le marca que el dolor va disminuyendo, aquello lo agradece. Escucha sus últimas palabras ¿Debía entonces darse una mano? Quizás, simplemente asiente, espera las indicaciones del hombre sobre el cuarto de baño, al entrar se encontraba tan abrumada que no sabe si se lo dijo o no, mejor espera a que se lo diga de nuevo. Cuando lo hace ella avanza con cuidado hasta ese pequeño cuarto. Nota que algunas zonas están empolvadas, y que hay detalles algo viejos ¿Quizás no quiere soltar cosas del pasado? Probablemente, es por eso que guarda un momento silencio, analiza, ella es igual con algunas de las cosas que tiene de su padre, se siente un poco identificada. Mientras piensa estira las manos al borde del vestido para retirarlo, poco a poco hasta quedar al desnudo de nuevo, toma una bandeja de agua, también un pequeño trapo que encuentra cerca, es entonces cuando toma la porción suficiente para poder tener en el trapo, lo exprime, después de eso lo pasa por sus piernas, eliminando todo mal rastro, después por su vientre, por su abdomen, así poco a poco hasta llegar a sus pechos. Sus pezones se endurecen por el notable cambio de temperatura, pero aquello es normal, limpia con cuidado, con esmero hasta que elimina aquella carne, sube a su cuello, a sus brazos, y cuando ya se siente limpia, demasiado fresca, pasa de nuevo el trapo en agua, en jabón, lo friega unos momentos hasta dejarlo limpio, lo deposita en su lugar, y deja caer el agua sucia. Simplemente se siente mejor así, se coloca el vestido, y poco a poco regresa. El tiempo invertido en el aseo le ha ayudado para eliminar otros dolores.

- Lamento la demora - Comentó de forma más tranquila. Se colocó delante de él sin dejar de sonreírle - Es muy atento, pronto compensaré todo esto, lo prometo - La joven se sentía muy cómoda con aquel hombre, lo cual era muy extraño, Deirdre, casi no sentía esa especie de afinidad con hombres, de hecho prefería estar al margen de ellos, ha tenido muchas malas experiencias en el tema, no es que le haya pasado algo malo, pero no se fía pues ha visto cosas atroces, incluso ha cuidado de amigas en estados deplorables por las manías que tienen algunas criaturas con pene. Lo cierto es que no puede generalizar, y él para nada es como se ha pintado al resto del mundo, incluso puede confesar lo mucho que aquel varón le atrae, no precisamente de forma física, aunque no puede negar que es sumamente atractivo, más bien le atrae en otros aspectos, su amabilidad, su preocupación, sus buenos modales. Con eso último recuerda a su madre - Bueno, usted no es para nada viejo, ¿No ha escuchado ese dicho donde marca al amor y a la edad? - Le pregunta sin moverse de frente de él - Para el amor, no hay edades - Se encoge de hombros con cierta timidez - Puede ser muy preciso al hablar de amor, pero si lo analizamos bien eso podría aplicar para cualquier cosa, creo que depende de la actitud de cualquier persona, si usted ama la vida, si cree que le queda mucho por conocer, por poder hacer y sentir, entonces eso lo único que vale - De nuevo volvió su madre a su mente, y las ganas que le había mostrado Gael de agradecerle - Si quiere puedo presentársela, seguro le agradará mucho, y se llevaran bien, quizás incluso puedan llegar a ser amigos, o que se yo - Dejó la frase al aire, mientras bajaba un poco la mirada, ella siempre queriendo hacer de samaritana con su progenitora, no se da cuenta que quizás los demás no deseen eso. De todos modos lo dice sin dobles intensiones, o al menos eso desea que parezca. Baja la mirada, ese hombre es muy alto a comparación de ella, camina con más fluidez, abre la casa con cuidado para poder dejar entrar un poco más de luz y también un poco de aire.

- Y dígame, ¿Qué hace comúnmente? ¿Cómo le va en sus días? ¿Qué le gusta hacer? ¿Qué no le gusta hacer? - Le mira con una sonrisa amplia mientras espera que el salga de casa, mientras espera que cierre la puerta detrás de su figura - ¿Qué hay cerca donde nos podemos refrescar? - Suspira para verlo de reojo. Ella comienza a avanzar, lo cierto es que lleva muy poco tiempo estando con él, estando en aquella zona, no puede intensificar del todo en que zona del bosque está, en realidad ella siempre se había sentido demasiado cómoda en aquel lugar, incluso se creía se lo sabia de memoria, pero ahora ve que no. Avanza un poco en silencio junto a él pero luego quizás un tema vuelve a surgir - ¿Quiere acaso conocer a mi madre? Quizás cuando me deje en casa ella se encuentre, a veces llega a visitarme de sorpresa, no se preocupe si nos ve en este estado, ella entiende, ella sabe - Le concluye el tema sin querer alargarlo más, ella espera a que el joven hable, le gusta su voz, tiene una voz muy masculina, demasiado profunda. Le hace sentir bien, incluso erizar. - ¿Seguro no tiene nada que hacer por hoy? Es decir, no quisiera ser una carga, o una verdadera molestia, espero me sepa comprender, nunca me he sentido cómoda si sé que interrumpo a alguien de sus planes - Le mira por unos momentos breves, después gira su rostro para poder captar los colores del bosque, siempre le han parecido demasiado atrayentes, como las carpas de los circos, siempre tan hermosas, vivas. A veces se olvida de él, no por mala educación, simplemente porque la naturaleza la abraza, pero al poco tiempo le mira contenta.
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Mensaje por Gael Miér Abr 24, 2013 5:11 pm


Luego de guiar a la muchacha hacia su destino es cuando siente que esta fuera de lugar, no se iba a quedar a ver pues, se retira lentamente fuera la de zona, nuevamente tiene momentos para pensar en todo lo que ha pasado que quizás fue demasiado rápido, es decir, hace mucho no tenía tanto acercamiento con alguien y el hecho ha sido pasado como desapercibido, como si fuera algo natural, algo de todos los días, y muy por el contrario lo es, tal vez no le está dando la importancia suficiente o tal vez dejo de parecerle normal el hecho de no estar solo, no compartir un almuerzo, de no guardar silencio mientras se resbala el sudor por su mejilla, el aconsejarse solo así mismo, tan solo escuchar los ruidos de la naturaleza y nada más, ¿tan fácil fue aceptar para él ese cambio? Por eso mismo duda de si realmente le ha puesto la atención correcta a esto. Todos sus pensamientos se ven interrumpidos al escuchar el primer golpe del agua cayendo, por instinto voltea la vista hacia el lugar claro no llega a ver nada pues está lejos, pensándolo un poco se tranquiliza, es la muchacha que está ahí, se siente bien por estar ayudándola, hizo todo lo que pudo por ella e inclusive le seguirá ayudando con el tema de la maldición, no puede hacer más por ella, sin embargo algo dentro no le tiene calmado, es como si un bichito invisible o inexistente le picara sin razón respecto a ella, ¿por qué? A qué se debe, no lo entiende, la única manera posible para descubrir esta sinrazón es seguir hablando con la joven muchacha, conocerla más, ayudarle más, analizarla mejor aún, entonces tal vez sabrá que cosa dentro de sí le está molestando, no es un fastidio, es más como una corazonada por así decirlo, desea no dejarla de lado por unos instantes, ¿por qué hacerlo? No es nada incorrecto, nada que propase los limites, simple curiosidad, simple sentir humano que no debería negarse, no tiene motivos, no es un ser maligno que cada cierto tiempo tiene vicios que escapan de sus manos y deseas saciar, por eso mismo quiere permitirse disfrutar de lo que le nace disfrutar, y si esta compañía es su inquietud pues esta vez no, esta vez no se echará para atrás, al contrario, ira de frente, aceptará lo que toque siempre y cuando no le falte el respeto o se propase de alguna manera, siempre respetuoso de ella y de los demás.

Poco le toma caer en que él mismo también se encuentra algo sucio, vuelve una vez más a mirar, no escucha ya mucho ruido sin embargo seguro sigue ocupada, rápidamente se aproxima a donde fregaron los trates y con agua limpia se frota la piel del rostro, los hombros e incluso los hombros, al estar tan solo con pantalones no se notaría que se ha mojado, se sacude rápidamente al notar los pasos aproximarse, volteado ya con ella cerca evita mirarle, en lo suyo sigue sacudiéndose el agua * No se preocupe, no ha sido demasiado el tiempo que se tomó para ello, y tampoco fue un problema esperar * cuando cree que ya es menos notorio todo se voltea para observar a la muchacha, momento en que los ojos miran con otra intención por naturaleza humana, o quizás salvaje, sin toda es capa de suciedad la joven niña luce mucho más hermosa, y él un hombre adulto no puede sentirse un tanto degenerado por disfrutar de este espectáculo, pero tómese como quiera, cuerpo de niña ya no tiene a pesar de ser joven, incluso puede notar como los pezones elevan la tela del vestido, afina un poco la garganta para luego desviar la mirada, como si no hubiera visto nada fuera de lo común, en realidad no lo era, pero si se percátese el momento sería muy incómodo, junta ambas palmas con tranquilidad y le ve fijo en el rostro, por un instante más se habría perdido aquellas sabias palabras, eso es cierto, lo que está diciendo, nunca es tarde para hacer nada mientras se pueda hacer, mientras las probabilidades lo indiquen, así este por cumplir sesenta años sigue sintiendo, sigue queriendo, sigue extrañando, sigue buscando desear conocer, sigue escribiendo como un joven enamorado de la vida y le canta todavía a la misma, tal vez sus prejuicios tontos que se acaba de hacer el mismo no hace mucho, no siempre el diablo sabe por viejo entonces, una joven se podría decir de forma tan sencilla le acaba de abrir los ojos, no debería sentirse privado de algunos placeres o libertad por su edad, no solo en el amor, sino también en el divertirse o jugar como un niño, conversar con una chica joven y demás, tal como hace ahora. No entiende muy bien a porque la menciona, a la mujer respecto de él, no es que realmente tenga interés en conocer su madre, tampoco le desagradaría pero sería un poco incómodo tener que explicar, pues debería justificar todo lo que hizo por la niña a su madre, ¿su madre? ¿Conocer a su madre? Eso tal vez lo vio o lo noto con otro tipo de intención.

Pero para ser sincero está más interesado en ella que en su madre * Tiene razón en eso, no hay edad para estar vivo y le agradezco las palabras, me han hecho abrir los ojos a algo que se podía decir me estaba fastidiando, no soy el mejor para conocer personas a través de otras, no creo que sea algo muy cómodo para mí en realidad. Mi vida es monótona en realidad, trabajo con la madera, la corto, la proceso lo que puedo y la vendo, al terminar mis labores suelo leer un poco, escribir o tocar mi guitarra, dormir, relajarme, no hacer nada, es una buena recompensa después de estar toda la mañana bajo el ardiente sol, solo descanso los fines de semana y como le dije ya los dos días siguientes a alguna transformación para estar repuesto del todo, suelo vender el material cada cierto tiempo para que una luna no me agarre sin dinero y luego las cosas se me compliquen * Tiene mucho dinero guardado bajo su colchón, no es que lo esconda de ella, simplemente que para él ese dinero no se toca, ni se menciona tampoco, pues es parte de su futuro, de todos los planes que desea tener, una vez “deposita” por así decirlo un cierto monto jamás lo usará, por eso se podría decir que siempre vive con lo justo, es estricto con esas cosas, si necesita más venderá madera extra * Creo que por el momento prefiero seguir conociéndola a usted señorita y después a su madre, para ser sincero tener que explicar nuestro “trato” a su madre sería algo incómodo para mí, no soy muy bueno con ese tipo de presentaciones, y… El lago, un lago aquí cercano donde suelo refrescarme cuando el calor es demasiado fuerte y me queda madera por cortar, una simple metida en él y el agua fría quita cualquier mal del calor, le llevaré, es muy cerca * dicho y hecho, le guía ya con normalidad por la zona, en el camino se mantiene en silencio, no quiere decir mucho más no porque este incómodo, solo porque si * Es aquí, puede meterse no hay ningún animal peligroso * puede que suene a mentira pues justo aquí le transformaron en bestia salvaje y asesina, pero no dentro del mismo lago está el peligro ahora o quizás si, otro tipo de peligro.
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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Jue Abr 25, 2013 6:38 pm

Deirdre está tan a gusto que no desea que el día termine, pero está segura que pronto sus caminos volverán a tomar sus cursos, eso pasa siempre que se tiene un buen momento, todo es como una montaña rusa, cuando se está subiendo la emoción, la incertidumbre, la curiosidad se vuelve una tortura alegre, cuando se está en la cima se cree que nada más puede ser mejor, pero todo tiende a caer, como los buenos momentos, o los sentimientos poco sólidos. Ella no desea pensar demasiado en el futuro, prefiere quedarse tranquila, no decir mucho, gozar de su compañía, de su presencia, de su voz, de sus palabras, de su mirada, de lo que quiere enseñarle poco a poco. Camina con cuidado por el bosque, se siente contenta, tranquila, sabe muy bien avanzar entre raíces, entre rocas salidas. No hay problema, además aquel vestido es suelto, para nada molesto, lo cual hace el avance más relajado, firme, sin problemas de caer. En ocasiones siente que va a perder el equilibrio, pero puede volver a la normalidad, algunas manías de cuando humana no se le van a borrar, aunque la nueva condición le de ventajas. Siempre se va a aferrara a su estado humano, además con dos lunas a penas no hay mucho que la haga cambiar. Observa el lago frente a ellos, nota el reflejo de ambos en el agua, se ve tan limpia, cristalina. Le es inevitable sentirse tan bien cuando nota al hombre, a ella. ahora es el doble de marcada la diferencia de estaturas. Lo nota por el reflejo de ellos. Ella le llega hasta el pecho, incluso la diferencia entre el tamaño de los brazos es evidente, pues se marcan las venas, sus músculos, ella también es fuerte, pero bueno, nada se compara. Cuando su mirada llega hasta los ojos masculinos la chica siente su mirada, de nuevo el sonrojo se hace presente, algo pasa con esa mirada que se siente intimidada, que la hace sentir nerviosa, abochornada. Es como si se sintiera más bella cuando él la mira. Al poco tiempo mueve un poco su mirada, hasta notar como las ondas se hacían en la orilla, gracias al cause del río contra las rocas, aquello si le ayudaría a relajarse un poco más.

- ¿Y usted me enseñaría a cortar la leña? - Pregunta muy animada - No se sabe en realidad cuando una mujer puede ocupar tales enseñanzas, ¿no lo cree? - Es bien sabido que los hombres hacen el trabajo sucio, que las mujeres atienden el lugar, eso de forma común claro, pero ella no lo es, ni él tampoco. Sabe de sobra que él no es machista, lo ve en su mirada, pero quizás se niegue por preocuparse, ni siquiera lo conoce y ya sabe que es sobre protector, nadie la ha cuidado tanto en la vida como sus padres, y bueno, el hombre de la casa ya no está con vida. - No soy muy partidaria del sol, lamento decirlo, mi piel siempre a sido muy molestosa con ese tema, me cree manías de protegerme del mismo, la ventaja de vivir en el bosque es que la gran cantidad de arboles nos ayuda creando sombra, por ejemplo cuando la necesito para poder recolectar frutas, a veces creo que hay algo que siempre me ayuda, que me ha tenido con vida, no soy muy creyente de Dios, pero quizás hay algo que me provee de la vida - Guarda silencio por unos momentos, ahora está recordando sus palabras, disfrutando del recuerdo de la voz masculina, le gusta demasiado, tanto que quizás estaría feliz de escucharlo por muchísimo tiempo más - ¿La guitarra? ¿Y canta? ¿Los dos al mismo tiempo? - Está vez se voltea, pero claro, como ahora se a acostumbrado, alza en automático su cabeza para poder captar la mirada masculina. -¿Podría escucharlo alguna vez? Es decir, no hoy claro, algún día cuando nos volvamos a encontrar. Sería un buen reencuentro, a mi me gusta demasiado su voz, debe ser incluso más hermosa escucharlo al cantar - Le reconoce, pero está vez comienza a avanzar, con los pies adentrándolos al agua, la sensación es refrescante.

- ¿Aquí se baña? ¿Todos los días? ¿Comúnmente? - Hace una mueca, aquello es extraño, está vez ha reconocido por completo el lugar en el que están, está tan cerca de su casa, en ocasiones ella misma viene algunas noches para refrescarse, para llenar jarrones enteros que los lleva a casa y así poder tener de ese liquido sin que escasee. - Que extraño, jamás lo he visto, yo vivo cerca, sólo por allá - Ha alzado una de sus manos, señalando una dirección, donde una pequeña cueva de arbustos se hace presente - Detrás de ellas se encuentra mi casa, es una cabaña como tal, igual que la tuya - Le dice orgullosa, muy contenta, pues ama su casa. Se regresa un poco para alcanzarle detrás, le toma la mano para que avance a su lado, cuando la propia toca con la ajena, entrelaza los dedos con naturalidad, como si estuviera haciendo el gesto más común del mundo, incluso como si se trataran de los mejores amigos. La joven se inclina un poco para pegarle con la mano libre al agua, le echa un poco de agua contra el rostro, suelta una risita traviesa - ¿No le parece muy agradable la temperatura? - Le dice mientras ella toma un poco más de agua para colocarla en su cuello, dejando otro poco en su nuca, haciendo que las gotas comiencen a caer por su figura. - Yo aprendí a tocar el piano, también el violín cuando mi padre estaba con vida, incluso sacaba algunas canciones, pero cuando el falleció, cuando cambiamos de país, bueno, no pude traer mis instrumentos, deje de practicar, y supongo que ahora se me ha olvidado, pues nunca he podido comprarme uno, ya sabe, vivo al día - Deirdre también se trataba de una chica que ahorraba, pensaba que quizás cuando tuviera el dinero suficiente para poder invertirlo, haría una tienda de modas en medio de Paris, siempre le gustó mucho los vestidos, diseñar, arreglar algunas prendas, quizás en su momento lo haría, pero esos planes no podía contarle, pues dicen por ahí que cuando cuentas las cosas a futuro, estás mismas se desasen antes incluso de haberse realizado.
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Mensaje por Gael Vie Abr 26, 2013 1:06 am



Frente al lago como cada vez no puede evitar revivir aquel momento trágico o fructífero según como se vea, momento en el cual su vida aburrida fue transformada para siempre, el agua cae en su rostro pero parece desde fuera que no la sintiera, no le ha respondido ninguna de sus preguntas a pesar de haberlas escuchado, no por maleducado o porque no quisiera hacerlo, es que simplemente su cabeza viaja en otra dirección ahora, como reflejo se coloca la mano sobre el hombro, es ahí donde tiene la gran cicatriz que nunca sanó por completo al contrario de todas las demás heridas que si se hizo después de esa, perdida en sus recuerdos se deja llevar por donde la muchacha mueve, no opone resistencia alguna, todo parece un flash muy veloz pasando delante de él, siempre es así, no hay manera de evitarlo, es una lástima que tenga que estar haciendo esto frente a la muchacha pero no tiene remedio, sus labios se aprietan de manera inconsciente y también los dedos capturan con algo de fuerza la mano de la mujer, desvía bruscamente el rostro hacia la persona que tiene al lado como si no la reconociera de nada, unos simples parpadeos le hacen recuperar toda la cordura que acaba de perder en este pequeño lapso de tiempo, suspira de cansancio pero luego le sonríe amable, no quiere asustar a la muchacha y tener que comentar algo de eso tal vez sería muy incómodo para el momento ameno que estaban teniendo, pudiendo disfrutar de su alrededor ahora sí pasa la mano por la suficiente, incluso hunde un tanto los dedos, un pequeño remolino se genera, hace memoria buscando dar respuesta a cada pregunta, a cada dicho, una manera de disimular esa “desconexión” momentánea que ha tenido, no quiere parecer un bicho raro tampoco con el tema. Observa la figura de la mujer, puede notar como la prenda se pega a su cuerpo, ya buscando ideas de como disimulara su mirada, tal vez siendo una muchacha tan joven y aparentemente inocente no entienda muy bien la situación de estar un hombre y una mujer con ropa tan ligera en aguas tibias tirando para heladas, pero en fin, mientras se controle nada desubicado tiene que pasar, ¿no? * Lo siento mucho, creo que se me congelo la lengua por un momento * ríe disimuladamente luego de soltar el comentario, con la suficiente esperanza de que no tome demasiada atención a lo sucedido.

Asiente un par de veces viéndole de frente * ¿A una mujer a cortar la leña? La gente me diría que no se lo enseñe, que no le enseñe a cortar, pero no considero que el sexo tenga algo que ver con la labor, si bien considero que un hombre puede hacerlo mejor que una mujer pues es más fuerte por naturaleza, no significa que no pueda hacerlo, y claro, no se sabe cuándo una mujer necesitaría cortar la leña, puedo enseñarle si realmente quiere aprender también ese arte * la muchacha de verdad es muy liviana, pequeña y dócil, con un solo brazo podría sacarla volando por el aire, le observa desde arriba con tranquilidad, siente la necesidad, baja un poco su brazo sobre los cabellos de ella y los frota cariñosamente * El sol es poderoso, pero no infalible, siempre hay maneras en qué podemos escaparnos de él, mejor no hablar de la vida o de Dios, son temas muy bastos, si realmente existe un Dios nosotros somos demasiado efímeros como para siquiera poder entender el inicio de lo que este podría ser, ¿no cree qué estoy en lo correcto? * no se rige por ninguna religión, secta o lo que fuera, tampoco cree en un ser en específico, empuja ligeramente a la muchacha hacia el fondo del lago, no debería retenerse si ella desea ir más allá, él mejor se queda un poco fuera * No es profundo, no hay problema y, bueno, siempre, casi siempre, incluso toque aquí, cante también, tocar y cantar a la vez lo hago, depende de mí ánimo, jamás toque o cante para alguien más que la anciana, pero puedo hacerlo, si me tiene paciencia, mi única preocupación es que le guste, probablemente no sea así pero me arriesgaré * avanza solo un poco más hacia dentro del lago, el agua siempre está a la temperatura adecuada incluso ahora que es otoño, eso es agradable porque no tiene que estar aguantándose las malas temperaturas según los cambios de estación. También le parece curioso no haberse encontrado a la mujer antes, lo que le deja una gran realidad, tan desconectado esta de su entorno social que no le ha visto antes a pesar de estar tan cerca, seguro que es culpa de él y no de ella, vive tan metido en sus propios asuntos que se olvida de todo lo demás, ignora todo lo demás, etcétera.

Probablemente conoce el lugar de vista, seguro que ha pasado varias veces por ahí, pero ni idea alguna de que ahí viviera la chica, tampoco le ha visto salir a recolectar sus frutas ni nada por el estilo, empuja el agua con los brazos ya sin ver a la muchacha, bracea un poco hundiéndose por su gran peso en el agua, es inevitable resistirse al deseo de nadar un poco, siempre resulta divertido, relajante y mucho más, jamás dejará de gustarle, es exactamente lo que la muchacha dijo, nadie es demasiado viejo para algo, todavía disfruta de lo que disfrutaba de niño, incluso tontear como uno, según la situación claro * Esos instrumentos son bastante finos, las guitarras son muy baratas, yo fabrico las mías, aunque tal vez podría imitar el diseño de algunos de los que dice si me trae unas guías, sería un reto, nunca antes los fabrique * claro necesitaría otro tipo de materiales aparte, serían costosos, pero no imposibles de conseguir, que bien que posee ese arte, el sonido de esos instrumentos es majestuoso, si gastará su dinero en algo podría ser la opera o las sinfónicas, pero no tiene el estímulo necesario para gastar en ellas, ni tampoco las prendas necesarias para asistir a lugares tan refinados como esos, probablemente le echaran por no ser lo suficientemente presentable, ha visto como le han hecho eso a otras personas y no desea pasar tal vergüenza, lo considera de muy mal gusto, injusto además pero en fin, así es la vida * Seguro que todavía toca muy bien, ese tipo de habilidades no se pierden tan pronto, como ya le dije, una muchacha muy hábil es, seguro que debe conocer varias piezas, ¿cuáles toca, o cuál es su favorita? Espero que ya este refrescada como pidió, yo si lo estoy, este lago es el mejor de por aquí, debería visitarlo más ya que está cerca de su hogar * no es un gran conocer de todo aquello pero algo conoce, siempre es bueno saber un poco de todo, eso aprendió hace mucho, y mientras pueda meter la nariz para curiosear siempre lo hará, lo correcto sería dejar a la muchacha en su casa luego de esto, no robarle más el tiempo, en el fondo piensa que tal vez ya esté llegando a aburrirle la charla con un hombre mayor que ella, suele pasar mucho así que no tiene nada que culparla, por el contrario, es feliz de que le esté tolerando hasta ahora con su forma tan peculiar, extraña y complicada de ser.
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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Mar Abr 30, 2013 10:09 pm

Cuando se habla de música, la muchacha simplemente lleva recuerdos del pasado a su presente. Un rostro en especial es el que se asoma, el que se marca por completo, pues a pesar del tiempo de ausencia, siempre le recordará a la perfección. ¿Cómo no recordar al hombre que más te amo? ¿Al que te dio la vida y te hizo lo que eres? No se puede quejar de su madre, ella también le inculcó grandes valores, pero lo cierto es que, extraña por completo a ese hombre tan especial, al único, aparte del que tenía enfrente en ese momento, que no le llegaba a tener miedo. Recordar las tardes de música siempre era grato, la forma en que su papá la miraba a los ojos para dejarle en claro lo buena que era, lo hábil y lo hermoso de las notas sonando cuando sus manos se movían. Se sentía orgullosa de su pasado, de esos momentos que quedaban guardados en su memoria, era una joven afortunada, a pesar de las peripecias de su vida, siempre lo había sido, no se puede quejar al respecto, simplemente seguir gozando lo que la vida le está poniendo en frente, por ejemplo, el momento de calidad con ese hombre que tiene ahí, disfrutando del agua, tratándola como a la más delicada y hermosa flor. Nunca se había sentido tan frágil pero al mismo tiempo tan especial, las sensaciones que el hombre le despiertan la hacen sonreír de forma involuntaria. Cuando lo ve adentrarse al agua, simplemente la arroja de lo mismo al rostro para que se moje por completo. La joven no desea mojar el vestido, es por eso que sale un poco a la orilla. Con un gesto en el rostro, con un movimiento de manos, le pide que se de la vuelta, ella por su parte le da la espalda, conoce ese lugar tan bien que está consiente que nadie rondará por ahí, casi nadie gusta de esas zonas porque antes de ellas se encuentra mucha maleza y espinas, no conocen lo bello del lugar, pero eso es bueno, nadie le verá hacer aquello; es por eso que cuando está segura él se dio la espalda, y ella le da la misma, se retira el vestido, lo dobla, y lo coloca sobre una rama de un árbol. Con rapidez se adentra al al agua metiendo hasta su cuello, suspira relajada.

- Ya puede ver - Le indica con ese tono inocente que tanto la caracteriza, ella es tan hermosa que podía parecer un ángel al desnudo, pero lo cierto es que se considera un demonio por su condición, aunque su alma y corazón sean puros y buenos. - ¿De verdad hará eso para mi? Es decir, lo de los instrumentos… - La joven le mira ilusionada, demasiado esperanzada, no puede evitar hacerlo pues él ha tocado un punto sensible de su interior, ahora no había marcha atrás, aunque si él se negaba, seguramente sentiría una desilusión grande, claro que buscaría también la manera de generarlo por su propia cuenta, nadie, ni siquiera su madre había considerarle darle un regalo de tal magnitud, uno que sin duda ella estaba deseando por completo - Buscaré todas las guías necesarias, iré a la biblioteca de la ciudad, el viejo que trabaja en la misma es demasiado bueno conmigo, estoy segura que si le pido prestado algunos modelos me los dará con gusto - Le aseguro, luego se sonrojó un poco acercándose - Si hace eso para mi estaré tan en deuda, pero no importa, yo le pagaré con lo que desee, lo prometo, lo prometo - Le insiste emocionada. Si su padre estuviera vivo, estaría orgulloso de que su hija no fuera una aprovechada, que supiera, por supuesto, ser agradecida y devolver la alegría que los demás le otorgan, como esa que le está otorgando el ahora conocido hombre. - Me siento relajada si, y muy contenta, usted hace magia - Le reconoce, hace tiempo no se siente tan segura con alguien, mucho menos afortunada, hace mucho no siente que pueda encajar tanto con una persona, es feliz y por eso está gozando de ese momento. - ¿Quiere la verdad? Usted no conoce ninguna canción que yo toque, mi padre componía en tiempos de ocio, y era su música la que yo tocaba, por eso no creo que las conozca, de igual forma cuando tenga un violín, aunque sea prestado, prometo tocarle la que más me gusta, se llama "Deirdre" la hizo, por supuesto, para mi - Le confesó orgullosa, contenta, era algo intimo verdaderamente a nadie le había contado eso.

- Hace mucho tiempo que las personas dejan de pasar por estos rumbos, no entiendo por qué, estoy segura que por las criaturas de la noche no, pues muchos humanos están ignorando el tema, pero, no sé, algo pasa con ellos, es una zona hermosa, ¿no lo cree? - Suspira ahora metiendo todo el cuerpo para ponerse a nadar un rato bajo él agua. El liquido blanco sumado a la luz del sol, eran una buena combinación, ella sólo esperaba que no le hiciera demasiado daño, pues no deseaba ver marcas en su cuerpo, al menos no extras a las que ya tenía. Le mira a los ojos con curiosidad, después sigue nadando, se coloca en su espalda para taparle los ojos de forma cómplice, lo sumerge un poco pero luego deja que vuelva a salir a la superficie, la joven se acerca a su oído - ¿De verdad no importa si lo vuelvo a visitar? Tengo mucha curiosidad sobre las cosas de los licántropos, además, un buen amigo que viva cerca no me sentaría mal, después de todo, y de tantas cosas que acontecen día con día, quisiera saber que cuento con alguien, aunque claro, usted también puede contar conmigo - Ladea el cuerpo para soltarle los ojos, ahora le sostiene los hombros y le voltea a ver de cerca, pero aún detrás de él, sin pegar el cuerpo al ajeno. Ahora se echó hacía atrás, para comenzar a nadar de nueva cuenta, entrando más a fondo del río. Metió su cabeza de nuevo, su madre siempre le había dicho que sería mejor refrescar la cabeza, así no se enfermaría - Noté que en su cabaña, bueno, al rededor casi no hay flores, el colorido de las mismas ¿Me dejaría plantearle algunas? Las flores son hermosas, siempre alegran el ama ¿Me permitiría? Por cada detalle suyo yo podría hacerle el alimento, limpiar su casa, cualquier cosa, y no, no se niegue o me enojaré demasiado, y prometo no volver - Le dice con el rostro serio, hablaba muy en serio.
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Mensaje por Gael Jue Mayo 02, 2013 12:57 am


Gael al observar lo que la mujer está haciendo hace lo que se le dice, se voltea bastante tenso, tal vez por esa curiosidad humana común de querer voltear a ver, la prohibido siempre llama a cualquiera, lo nuevo también lo desconocido, todas esas cosas que actualmente se están dando pues nunca antes había estado en una situación tan cercana como esta, no se podría decir que está nervioso más bien se encuentra expectante, como un bebe recién nacido que aprendió a gatear y a movilizarse por sí mismo, destruyendo las barreras que tenía, evitando aquellos brazos que siempre le llevaban de aquí para allá contra su voluntad, ahora gateando siente necesidad de descubrir más por sí mismo, es así como se siente ahora pero obviamente no va a destruir sus barreras por respeto, no sería honorable de su parte observar a la muchacha y verle con morbo o deseo, de alguna manera no puede evitar ponerse reacio al tema, pero como ya ella dijo antes, él tiene derecho a sentir las cosas independiente de su edad o la edad de ella. ¿Cuánto tiempo puede luchar el hombre contra lo que es finalmente? Ni idea, su único objetivo es no incomodar o asustar a la muchacha con alguna de sus reacciones pues bien él es el menos experimentando seguramente con el trato hacia el sexo puesto para su edad, algo impaciente pero tras unos momentos por fin puede respirar tranquilo, al escucharle se relaja por completo, apenas gira su cuerpo viendo a la muchacha, ¿si lo haría? Si, ¿por qué no? Es decir le cae muy bien y ha sido muy educada además de agradable con él, su única traba será él no poder hacer un trabajo perfecto pues serían sus primeros pininos con los instrumentos musicales de ese tipo, pero es un hombre de retos así que la idea le emociona bastante, se sentiría orgulloso de que la muchacha tocará algo con instrumentos hechos por su propia mano, incluso ahí mismo ahora puede imaginárselo, una sonrisa muy real se muestra en su rostro aparentemente sin razón, pero la tiene, simplemente que no la comporte, no por egoísmo sino que simplemente son cosas que se quedan en uno, a menos que lo pregunte claro se lo diría sin problema, no es algo por lo cual deba de avergonzarse o algo así, por el contrario, algo bueno por lo que sacar pecho, el trabajo, el esfuerzo y las ganas, cosas que posee sin lugar a dudas él.

Se mueve empujando apenas el agua, es bueno saber que la muchacha tiene ese tipo de contactos, uno nunca sabe cuándo necesitará de un buen libro y que mejor tener a quien pedírselo, algo rescatable sin lugar a dudas, hunde la cabeza en el agua y al sacarla se hace los cabellos para atrás así evitando que las gotas le escurrieran por el rostro, es una sensación bastante molesta para él esa * Si no le molesta recibir un instrumento imperfecto pues no tengo experiencia previa con ese tipo de instrumentos por supuesto yo le haré el favor, será toda una aventura el poder hacerlo, cuente con eso * se frota la nuca al seguir escuchándola, ahí estaba eso de nuevo, el querer dar a cambio o pagarle, no necesita hacerlo de verdad, pero la comprende, él es igual, no quiere que ella le haga favores sin que reciba nada a cambio, en esa encrucijada o los dos ceden o ninguno, porque es bien sabido que dos testarudos jamás llegan a ningún acuerdo, mas siempre se puede encontrar “huecos legales” para salir de este tipo de situaciones, ¿no? * Mire, será un honor para mí escucharle, que alguien te regale un poco de su arte para mi es una de las cosas más maravillosas que pueden hacer por ti, y ese será el mejor pago que yo pueda recibir a cambio de hacer los instrumentos, que sea así * no le va a pedir nada, ni aceptará dinero a cambio de los instrumentos y esto es su palabra de hombre, no acepta esto como trabajo, más bien como pasatiempo, como un reto que le servirá de ayuda a una buena chica, no existe mejor remuneración que esa en realidad, en hacer algo bueno, o el hacer algo bien hecho para que otro pueda disfrutar de esto, es lo que se le dice: “Ser útil” le encanta serlo * Las personas tienden a desperdiciar lo mejor de la vida, la verdad es que a mí no me sorprende para nada, detalles como los de su padre, como esa canción para usted, son hermosos, y me alegra saber que lo compartirá conmigo * lo valora realmente. Siente como ella empuja el agua, le ve acercarse, se gira un poco, ahora solo atina a decir al sentirle cerca * Eh * justo cuando va a decir algo más su cuerpo se sumerge, al salir su mirada se funde con la ajena, aquello fue extraño pero agradable, un juego, ¿no?

Sigue escuchándola, la observa ahora de reojo, la idea de que vuelva constantemente es buena, y ese es el problema, algo tan bueno no parecería funcionar para él, demasiado bueno para él, no es de los hombres que tienen alegrías en la vida, o de los hombres a los que la vida les sonríe, casi toda su vida han sido luchas constantes, desde que se enteró que era adoptado por así decirlo, porque realmente nunca lo fue, no le dieron el apellido, y si, sus palabras encandilan, si no hubiera hablado antes con la muchacha pensaría que es una bruja intentado ofrecerle un placer prohibido tal cual relata esa fabula con errores notorios llamado biblia en el Edén, donde la serpiente ofrece la manzana, la diferencia es que este fruto prohibido no parece a simple vista ser problemático, ni traer consecuencias negativas pero uno nunca sabe, sin embargo aceptará porque lo desea, quiere verle más que una sola vez, ella le agrada y no hay porque buscar la contraria, desea intercambiar mucho más tiempo con ella, compartirlo, esas cosas que hacen las personas al relacionarse, tal vez solo un paso más en su búsqueda de ser “normal” por así decirlo. Gael nada un poco buscando una posición que no le de tanta visión de la muchacha pero si la suficiente para entablar una charla de manera adecuada * Me encantaría que me visitarás cuando quieras, no me puedo negar a eso, en realidad estoy seguro que la pasare bien como ahora, espero que usted también lo vaya a hacer y no se aburra de este hombre sin color, sobre las plantas, bien, acepto, solo una condición, que me deje ayudarle pues a mí también me llama la atención la jardinería, ya sabe, es una manera de entender a la naturaleza un poco más, ayudarle a mantenerse en este mundo que cada día va haciéndose más artificial que natural, lo que es una pena * la tecnología, el desarrollo de las grandes ciudades y demás le quitan terreno a la madre tierra y con esto destruyen hogares, ecosistemas, especies y demás, algo que tal vez todo el mundo ignora por eso no hacen nada, eso inocentemente quiere creer, ya que la idea de que simplemente no les interesa lo mas mínimo le hace llenar de cólera y desilusión * ¿Todavía quiere seguir nadando o desea volver a la cabaña? * nótese que esa oferta es la muestra de que su subconsciente no quiere dejar que la muchacha se vaya a su hogar todavía.

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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Dom Mayo 05, 2013 8:35 pm

Deirdre está contenta, pocas veces se le ve esa soltura, pocas veces se le ve esa manera tan sana al estar con alguien, ella está feliz, se siente bien, se siente tranquila y no puede negar que desea seguir con esas sensaciones, por eso cuando lo siente alejarse entre las aguas, ella misma se acerca con la sonrisa en el rostro, sin dejar de lado ese gesto. ¿Por qué entonces el hombre se aleja? Si parece tan cómodo como ella, ¿Por qué se aparta? Es cierto, en un principio siente vergüenza de que la vea desnuda, pero al poco tiempo comprende, confía y sabe que él no le hará una mala jugada. Ella se siente segura porque sabe no la ve como mujer, probablemente la vea como a una pequeña perdida, como una pequeña a la cual cuidar. No es que le moleste, para nada, eso le dobla las ganas de seguir ahí, porque no va a temer, además cuando le cuente del encuentro a su madre no la regañará por ser una arrojada, no al menos cuando él la trata de esa forma. Ya imagina a su madre, esa mujer siempre animándole de una forma cálida, abrazadora. Imagina su voz diciendo "¿Y qué edad tiene? ¿Es muy alto? ¿Es soltero? ¿Es atractivo? ¿Tiene buenos modales? ¿Viene de buena familia?" Seguramente la atacaría con mil y un preguntas, de esas incomodas, como cuando intentó hablarle del sexo, de la vida marital, de que le diera nietos, ¡No, no! ¡Ya la imagina! Incluso queriendo conocer al nuevo maestro y héroe personal de la noche. Su mamá siempre tan preocupada de que su extraña hija no terminara sola de por vida, pero ella no se preocupaba por eso, quizás el amor de un hombre no había sido destinado para ella, pero buscará otras cosas para compensar esa falta de compañía, por ejemplo sus bordados, o la vida en el bosque, pues la naturaleza siempre sería quien no la abandonara.

- Siempre he creído que los instrumentos no necesitan tener la estética más hermosa, tampoco el tamaño adecuado, mi padre en ocasiones me hacía mis violines, pues todos ellos terminaban por romperse por mi torpeza, no era el mejor carpintero, en realidad le gustaba hacer de todo, pero siempre que hacía un instrumento con mucho amor valía la pena, mucho, porque gracias a ese sentimiento salen las mejores melodías ¿Nunca le ha pasado así con su gitana? Es decir, cuando una tonada, cuando una melodía, cuando la letra de la canción es preciosa, cuando sale del alma es cuando se escucha mejor… ¿No lo cree? - Ella no sabe si entiende sus palabras, espera que si, pues si todo se maneja con amor, las cosas funcionan más, es cierto ella nunca conoció el amor hacía una pareja, pero la ha amado un padre, y una madre, también algunos amigos, por eso se maneja de esa forma, y no, la verdad no le avergüenza. Muchas de sus amigas le dicen que es una soñadora única, que nadie piensa como ella, quizás sea cierto, pero nada le cuesta seguir soñando, incluso cuando la muerte le llegue la castaña ella seguirá pensando y deseando lo mismo. Le mira por unos momentos, pero por un momento corto, pues se sumerge dentro del agua, su figura se puede apreciar con facilidad, ella comienza a nada adentrándose a la parte "honda", el agua es más fría en esa zona, lo cual le eriza un poco la piel pero le gusta esa sensación. Quizás ha nadado aproximadamente diez minutos, después vuelve a su lado, se coloca rozando codo contra codo, después le dedica una sonrisa cómplice mientras su rostro se limpia del agua que caía al salir del agua. Suspira un poco antes de ahora colocarse frente a él.

- Tengo un problema, señor - Comenta con tranquilidad, pero poniendo una cara de profundo miedo, como de preocupación verdadera - Lo que ha pasado es que… Me siento cansada, es decir, quiero volver a su casa, platicar un poco más, pasar tiempo con usted - Le es totalmente sincera, pues el tiempo que ha pasado con el licántropo ha sido el más grato que ha experimentando desde hace mucho tiempo, sumado a que se trataba de un desconocido, ella no imaginaba como sería ya con más confianza, seguramente sería fantástico - ¿Y si me quedo dormida a mitad de su sala? ¿No lo cree acaso una falta de respeto? - Deirdre avanza hacía la orilla, le da la espalda mientras va saliendo del agua, su figura ahora se asoma por completo, brillante a causa del agua que desborda por cada una de sus curvas, ella apresura el paso hasta toparse con el vestido que el le había dado, se lo coloca con rapidez, pues a pesar de tenerle confianza, aun no es lo suficiente nudista como para pasar su cuerpo frente a los ojos de cualquiera. Se gira ya vestida, le dedica una sonrisa amplia - Esta bien, iré, pero cuando vea que estoy adormitando, cuando vea que la noche es demasiado entrada, ¿Me acompañará a casa? - Le sonríe ladeando un poco el rostro, de esa forma sus cabellos caen hacía un costado, comienza a girarlos para hacer que el agua restante caía hacía el suelo y no le termine de empapar el vestido. - ¿Nos vamos entonces? - Su mirada inocente, su rostro sonriente le anima, Gael es un hombre agradable, un hombre atractivo, un hombre al cual no quiere dejar pasar desapercibido.
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Mensaje por Gael Mar Mayo 07, 2013 1:03 am

Gael una vez más queda tenso al tener a la mujer tan cerca, pero intenta disimular su sentir, al acercarse ella otra vez y el alejarse una vez más podría sentirse rechazada o algo así y no quiere hacerle sentir algo como eso, no es por rechazo, disgusto o incomodidad es por demasiado de todo lo contrario, le sonríe disimulado, no disimulando su sonrisa o su felicidad más bien disimulando sus pensamientos que están completamente alejados de una sonrisa muy amena, constantemente pasa la saliva, tal vez ahora sí se encuentre nervioso, es algo muy extraño para él, la anciana no le atraía sexualmente, y ella es la segunda mujer sin contar a la anciana con la que tiene tanto acercamiento, se hace muy difícil no desviar sus pensamientos a miradas carnales, deseos de palpar y tener, es algo humana después de todo, ¿cómo poder luchar contra eso? Es joven pero parece mujer, pequeña en estatura pero bien desarrollada, su cuerpo es atractivo, ahora lo puede captar mucho mejor al estar desnuda ella, se preocupa mucho, muchísimo por lo que venga más adelante, la va a tener que ver y no es algo que no le guste, le va a encantar, pero así, ¿pensando de forma obscena con ella? Seguro se está preocupando demasiado, en el momento que ella se vista de seguro todos estos sentires se van a ir, se van a desaparecer, en todos sus años no ha buscado el sexo, ¿por qué lo haría ahora? Sí, es cierto. Ya más calmado le ve alejarse, respira nuevamente tranquilo, le observa nadar, parece que sabe hacerlo bien, eso es bueno, la natación ayuda muchísimo a los pulmones, los hace fuertes y a los músculos también, desarrolla buen físico a pesar de que se nota que la chica no es de las que mejor se alimentan, típico de la juventud siempre comer poco para no querer engordar o verse bien, por supuesto que no le encasilla como superficial, pero toda mujer posee vanidad, toda, es normal, es parte de ser humano, así como sus deseos, no hay mal en nada de ello, es demasiado el tabú sobre “no ser perfecto” por eso todos sonríen falsamente frente a otros, él por su parte no es así y tratar de engañarse así mismo sería lo mismo que engañar a los demás, por eso mismo no lo hará. Además el tema abarcado le distrae un poco, solo un poco.

Es verdad, él le entiende perfectamente, él posee ese amor por la música, se le dice sentimiento, chispa, emoción, goce, no existe buen artista si no disfruta lo que hace, la música como todo si es hecha con sentimiento es mejor, con empeño, por amor a la materia, él la posee, dentro de sus venas está el bicho musical, el amor por el bello arte, la música que acompaña siempre su vida quiera o no, casi todo es música y la música rompe mil y un barreras, el idioma del mundo dicen, o el idioma del amor, todos tienen razón probablemente, no es quién para darles la contra con lo segundo * La música solo es buena con sentimiento, si no le pones sentimiento, una parte de ti esta jamás será nada, por algo la música nos representa, muchas veces nos describe, nos eleva o nos tumba, es lo mágico de esa compañera, lo comprendo perfectamente, lo que me quiere decir, esa canción para usted debería ser la mejor de toda el mundo, por su significado, por él porqué de su creación, por eso repetiré, gran regalo, dicha de poseerlo * todo el momento ha estado yendo de un lado a otro sin realmente avanzar mucho, se le nota bastante distraído por todo lo que ha estado pensando y sucediendo con su cuerpo, posiblemente no note nada más allá de sus narices en este preciso momento pues esta un tanto desviado, pero logra comprenderle, mas no controlar sus sensaciones al tenerla de frente, el agua deja ver a sus ojos los pechos de la mujer, eleva la vista un poco más de lo normal, demasiada inocencia y juventud para mancillarla así, debe calmarse * No, no se preocupe por eso, no me sentiré ofendido si se duerme o algo así, entiendo que este cansada, las lunas son nuevas para usted y el esfuerzo físico desgasta, no lo sabré bien yo, relájese con ello, no me ofendo con ese tipo de cosas, por el contrario, hasta sería un poco gracioso verle dormir o al menos eso imagino yo, irradia tranquilidad, seguro dormida muestra el rostro de un ángel * sonríe bastante alegre por su afirmación, lo bueno es que no se iría tan pronto, lo malo es lo que viene a continuación pues no se lo espera * Claro que sí, no le dejaré irse sola a oscuras, el bosque a pesar de ser hogar es peligroso pues comprende a más criaturas que nosotros dos, le dejaré en la puerta de su cabaña señorita, pierda el cuidado con eso * es muy atento y no podría dejarle irse sola a su suerte de vuelta a casa, ser tan descortés no está en su naturaleza.

Además de alguna manera tendría ganas de cuidarla, le acaba de agarrar estima en tan poco tiempo y eso es extraño, pero además es por así decirlo su maestro, entonces de alguna manera también es responsable por ella. Lo malo esta que al salir nota aquello y es cuando lo siente, es demasiado notorio con esos pantaloncillos de tela que están pegados a su cuerpo excepto por la parte que se levanta, regresa devuelta al agua buscando disimular su erección, le observa justo en el momento que habla y no tienen idea de cómo justificar que no se va a mover en un momento quizás largo, pasea su mirada por todos lados como buscando algo que le pueda cubrir pero no allá nada que disimule sin levantar sospechas, suspira ya no mirando a la muchacha, no puede salir así del agua sin más, podría asustarla o algo, además no es pudoroso mostrarse así frente a una mujer que apenas conoce, menos frente a una niña tan joven. Difícil situación en la que se encuentra Gael puesto que no sabe cómo salir de ese embrollo, la visión de su cuerpo desnudo realmente fue el gallito de todo esto, si no fuera hombre no hubiera mirado su trasero escurrir el agua, pero hombre es y no pudo evitar hacerlo, de alguna manera la muchacha acaba de encender algo más que el interés y el agrado, quizás mal momento para que esto ocurriera, tal vez * Nos vamos, usted avance primero vaya * empieza a salir del agua de costado casi dándole la espalda, se sacude los cabellos y casi todo el cuerpo como si fuera un perro saliendo del agua, algo muy común también en los lobos, empieza a caminar de costado lo que se veían además de ridículo fuera de lo común pero que más opción tiene ante su problema de tamaño, en eso se le ocurre una mejor idea, avanza raudo hasta la chica y la eleva en brazos desde las piernas, ahora no podría verlo, perfecto, así avanza rápido a la cabaña sin mencionar demasiadas palabras.


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Mensaje por Deirdre Cárthaigh Jue Mayo 09, 2013 7:57 pm

Ella decide ir, decide volver porque tampoco quiere notarse demasiado malagradecida, no quiere que él piense que sólo lo utilizó y es momento de marchar. No, no, por el contrario, le hará ver con hechos, no con palabras, lo bien que se siente a su lado, lo agradecida que se encuentra. Además, él le había pedido que volviera, si se sentía tan cómodo como ella ¿Para que marchar entonces? No lo hará, se quedará hasta que el cansancio le permita seguir; ya vestida, la joven se voltea para verle dentro del agua, lo mira profundamente extrañada por las manías que muestra, se nota muy nervioso, no sólo eso, también ¿distinto? Quizás es la desnudez, quizás se siente cohibido porque ella le vuelva a ver de esa forma, a fin de cuentas ya eran más conocidos, ya había un poco más de confianza, pero la falta de ropa ella suponía era un punto en al cual compartir con alguien más dentro de una pareja, dentro de un común acuerdo. La licántropo se giró para darle la espalda, sabe que con este hecho no es para nada irrespetuosa, por el contrario, está dándole el espacio que él necesita. Ni más ni menos, porque si se apresura demasiado él podría creer que le huye, sin embargo sólo avanza a paso lento, sintiendo la brisa que se genera propiamente al avanzar. La joven suelta una risita ligera, llena de complicidad, observa las flores que seguramente estarán a punto de esconderse para dormir con la noche. Adora esas formas que tienen, los colores, los pétalos, la suavidad, los olores, le parecen tan perfectas. Ya no escucha el agua chapotear con intrusos como ellos, supone que se está cambiando, pero su sorpresa es grande cuando siente el calor del hombre cerca suyo, cuando nota que sus brazos la envuelven con tanta naturalidad, le es inevitable parpadear un par de veces, alza su rostro para poder captar la mirada masculina, le parecía que el hombre muestra tranquilidad, mucha comprensión. ¡Se siente tan bien! Nunca pensó que podría sentirse tan cómoda con alguien distinto a su madre, pero no iba a rechazar esos sentires, no, para nada, los disfrutara por completo, por eso le sonríe de forma amplia, con mucha aceptación por el gesto, que note que está a gusto de esa forma.

- Parece que mi destino es estar entre sus brazos - Comenta con inocencia, con naturalidad, con mucha confianza, para nada está haciendo comentarios insinuantes, se le nota que está siendo demasiado transparente por su tono de voz. La joven le mira de reojo y estira su mano para colocarla sobre la mejilla masculina, su dedo pulgar se mueve de un lado a otro, acariciando esa zona con suavidad, le gusta la textura, se puede notar un poco de barba crecida pero no es critico, encima su piel es cálida como la de ella, pero esa temperatura la siente tan familiar, antes de molestarle, reconoce que le parece agradable. - ¿Así es como lleva a las señoritas que conoce a casa? - Una risita traviesa sale de entre sus labios ¿Por qué? Bueno, es evidente que sigue haciendo algunas bromas, pero espera que el hombre no se ofenda, ni nada por el estilo. Es extraña verla con ese humor, tan natural, tan vaciado, pero no le importa serlo con él, por más extraño que parezca se siente con tanta confianza, así que mejor se relaja. Lo cierto es que, por más confianzuda que se notara, la joven no quería pasarse de la raya, además, lo que si le estaba tranquilizando, es que por más que hubiera nadado en el lago, por más tranquila que se sintiera, por más nueva condición no humana que tuviera, la joven aún se sentía cansada, y quizás el podría notar que sus piernas temblaban con fuerza. La transformación de la noche anterior aún le habían dejado grandes secuelas, esperaba que se fueran luego, pero necesitaba descansar, reprimió constantemente algunos bostezos, recargó su cabeza en el pecho masculino, cerró los ojos por escasos segundos pero notó que estaba dormitando un poco, pudo notar de nueva cuenta aquella cabaña, era como volver a su hogar, al menos así la hacía sentir, ese aire hogareño y amoroso que tenía, quizás las cosas que tenía guardadas y viejas influían, tal vez, solo tal vez.

- ¿Le gustaría ir a comer a mi casa este fin de semana? Quizás el domingo que no es tan laboral, claro, sólo si está desocupado, es decir, yo podría preparar algo de comer para usted, y mientras lo hago podría enseñarme un poco más de los licántropos, de todo esto que debo de saber, si dice que tiene más tiempo con esta condición seguramente yo podría aprender mejor de usted, o al menos tomar medidas preventivas antes de cada luna llena, debe existir alguna manera para poder no causar destrozos ¿No los hay? Yo leí que la plata siempre nos mantenía tranquilos ¿Un calabozo de plata? - Ya se encuentran fuera de la cabaña, la joven se mueve un poco para bajarse de los brazos, sus pies tocan la fachada de la misma, no sólo eso, se sienta con la confianza de poder girar la perilla de la puerta para entrar. La joven avanza dentro de aquellas paredes con soltura - Supongo que mi nueva condición es un tema muy extenso, pero no quisiera tocarlo… No ahora - Se gira para verle cuando cierra la puerta, la joven suelta un bostezo algo profundo, no sólo eso, avanza hasta la pequeña pero no menos hermosa sala, donde se sienta en un sillón que fácilmente se puede compartir con alguien más, incluso del gran tamaño de Gael. Le observa de medio lado sin dejar de sonreír con cierta timidez. Nunca ha estado tanto tiempo en una casa, al menos sino es donde su madre vive. - ¿No le molesta cuidar tanto de mi? No quiero ser una molestia - Comenta de manera tranquila - ¿No tiene hermanos? - Pregunta de nuevo con inocencia, quien sabe, podrían vivir lejos, o en la misma ciudad pero en otras casas.
Deirdre Cárthaigh
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