Hace mucho, mucho tiempo...(Sophia)

por **Kaine de Ronsard** Jue Jun 23, 2011 2:20 pm

“Hace mucho, mucho tiempo, había un lobo viejo y amargado sin muchas ambiciones en la vida, era una persona simple que gozaba de las pequeñas cosas que esta le ofrecía. La sangre muerte y destrucción eran parte de ello por supuesto, pero no por eso debía tratarse de una mala persona, no, al contrario, el era bueno, aunque como todo ser humano tuviese sus fallas y estas superasen sus virtudes el simplemente buscaba un pequeño rincón oscuro donde pudiese ahogarse en su locura y dejarse llevar por las falsas imágenes que sus ojos le mostraban… en realidad no podía demasiado pero era algo que al parecer todo el resto de la humanidad no planeaba otorgarle, así que pobre y viejo lobo tuvo que acostumbrarse a vivir coexistiendo con la sociedad la cual solo le producía nauseas…. “

Hacia un buen rato que se encontraba ahí, sobre una de las cajas de madera donde los vendedores guardaban su mercancía, había llegado ahí por alguna extraña equivocación, no le gustaban los lugares con tanta, pero aquella esquina era diferente, ahí había sombra, la gente pasaba por ahí pero no prestaba mucha atención ya que solo estaba interesados en aquello que se podía comprar y el daba la pinta de ser el hijo de alguno de los comerciantes, ladeo la cabeza tratando de distinguir algo entre las personas que se agolpaban enfrente de el, estaba tan sumido en sus pensamientos que en realidad aunque el ruido llegaba a sus oídos no podía distinguirlo, hacia unas semanas que estaba así, no podía recordar nada de lo que había vivido anteriormente y eso en lugar de consternarlo, lo aliviaba de alguna manera, no sabia la razón pero sus hombros se había ido relajando desde el primer día en que recordaba haber abierto los ojos, su cuerpo andaba completamente ligero, era como si no tuviese nada de que preocuparse, y en realidad no lo tenia, ahora su vida estaba llena de completa paz y no quería romperla, no sabia porque aquellos trozos de recuerdo le confundían de tal manera y no quería imaginarse que clase de vida tendría antes, en especial como había adquirido aquellas raras costumbres que salían a flote cada cinco minutos, el comer el café sin agua, maltratar a los gitanos, voltear cada que doblaba una esquina, y las rondas nocturnas en el cementerio, todo parecía tan normal aun cuando no debía serlo

- Están por ahí todavía verdad??- pregunto sin quitar la vista del frente, mientras a su alrededor las siluetas de una jauría de perros se movían con lentitud indicando su presencia…. Ellos siempre le acompañaban sin importar a donde, su presencia se mantenía oculta y realmente no sabia porque los quería tanto, lo que si sabia era que eran su única compañía y también que era la única que necesitaba., ellos podrían ser animales pero sin duda eran los mejores amigos del hombre, sumisos, fieles y sobre todo callados, ellos no lo criticaban ni le reprochaban nada, era perfectos, soltó una sonrisa arrogante de esas que hacia mucho no salían y se acomodo sobre las cajas pasando de verse como un chico cualquiera a uno que se sentía el rey del mundo- Por supuesto que están allí, como si pudiesen estar sin mi

por **Sophia D'Luca** Jue Jun 23, 2011 10:59 pm

Verano, como odiaba los veranos por que el calor era demasiado para mi cuerpo, más cuando andaba como gato definitivamente aquel no era mi día. En realidad ninguno era mi día si no podía estar con quien quería… suspire, rugí y arañe la puerta principal del lugar que se hacía llamar mi hogar, estaba abandonada el pinto se había olvidado de mí, yo no había caso tendría que mudarme porque si llegaba la renta no tendría con que pagarla, maldita mi suerte grite a las paredes que en silencio escuchaban mis arrebatos de histeria. Me vestí con algo ligero para apaciguar el calor me fui al balcón para ver si el Doctor me habría dejado algo de beber, y ahí estaba al otro lado de la calle la ventana abierta para que yo fuera a desayunar, desde aquel dia que nos conocimos siempre me tenía leche fresca, respire y pude sentir el aroma de aquel liquido blanquecino. Las ganas de bajar comían a mis pies que como locos ya me tenían encaramada en la cornisa del edificio. No quería molestarlo pude notar entre las cortinas que una estaba media abierta y de seguro estaba atendiendo a algún paciente, sin más me gire y busque en lo que se hacía llamar mi hogar algo para comer, tan solo encontré un pan de hace algunos días, comí de él y bebí agua, ¿Qué mejor desayuno?

Al cabo de unos minutos mi estómago estaba lleno de pan y agua, con la suficiente energía que recorría por mi cuerpo salí del apartamento bajando las escaleras con gran agilidad y rapidez, como siempre en completo silencio, mi cabello estaba suelto, mi vestido ondeaba a medida que yo avanzaba, era domingo día de Mercado, de seguro me encontraba con la señora de las telas ella siempre me daba algo de comer a cambio que yo le cuidara el puesto por algunas horas, un casi trabajo que me gustaba hacer, aprovechaba de ganar algo para comer y sociabilizar un poco con la cantidad de personas que iban a ese lugar.

El sol tras mi espalda calentaba más de lo que yo en realidad deseaba, pero seguí, camine y camine hasta llegar a donde según yo comenzaba aquel mercadillo, un lugar donde se podían comprar las cosas más exóticas e inimaginables que pudieran existir me abrí paso entre la multitud, pase por el puesto del viejo Fredd y este me regalo una manzana, ahora si que comería bien pensé para mi mientras mascaba de aquel fruto verde y crujiente con un sabor inigualable que hacía que mis papilas gustativas se saborearan por completo. – mmmh – se me escucho y seguí mi trayecto, la gente del mercado me conocía, iba a menudo en busca de comida, amistad o simplemente para llenar el vacío que tenía en mi interior, unas cuantas mascadas más y ya la manzana se acabó, llegue hasta un puesto de artilugios brillantes y bote el corazón de la manzana en una caja con basura. –Sophia, ¿puedes llevar esto a Esther? – escuche la voz de Pablo un indio que se había cambiado el nombre, según decían había escapado de sus tierras además que era un millonario oculto, ¿pero quién sabe? Me gire y con una sonrisa asentí – Hacia, ella voy – le dije y tome su encargo una lámpara como la de los cuentos de hada, una sonrisa malévola se posó en mi cara pero, no de robarla sino de hacer algo tan simple como frotarla – Gracias Sophia – escuche cuando ya me encontraba camino hacia Esther la señora de las telas.

Frote la lámpara tres veces y sentí como una oleada de escalofríos invadieron mi cuerpo y mis instintos se abrieron de par en par, mis ojos comenzaron a ver en cámara lenta a todo mi alrededor, los aromas del mercado llegaban a mis fosas nasales y mis oídos escuchaban no tan solo voces si no un respirar agitado, no uno… si no más… el olor a perro se hacía fuerte y como cual gata salvaje mis bellos se erizaron por completo y aferrada a la lámpara me vi inmersa en una extraña confusión…

por **Kaine de Ronsard** Sáb Jul 09, 2011 3:37 am

Kaine mantenía los ojos cerrados, la noche anterior no había podido dormir por diversas razones, y una de ellas era el hecho de que en cuanto cerraba los malditos ojos aparecían ante el un sinfín de pesadillas que terminaban levantándolo de golpe de la cama, el en realidad no era una persona miedosa, porque nació de noche y cuando era adolecente se la pasaba encerrado en su cuarto hasta que toda su familia y servidumbre ya se habían acostado, era entonces cuando terminaba por levantarse y salir a pasear en medio de la oscuridad, aquel era un ritual que realizaba los 365 días del año y la razón en realidad era bastante simple, odiaba a la gente y todo lo que tuviese que ver con ella, por ende odiaba muchas cosas, el ruido, la comida de los restaurantes, las casas de campo, los insectos, los espacios cerrados, aunque no tanto como los espacio abiertos, las gaviotas, el mar, los gatos, las cosas feas, la luz intensa… y en realidad odiaba a todo el mundo…

Abrió los ojos y se encontró de lleno con la luz del sol cegándole y maldijo por dentro, porque tenia que haber día y no solo noche?? Lanzo un suspiro al aire sabiendo que por mucho que rogase al final nada serviría y se levanto de entre el montón de cajas buscando sus zapatos, pero en lugar de ellos se encontró con la imagen de cinco caninos inquietos dando vueltas a su alrededor, incluso tenko que no se inmutaba por nada había comenzado a revolverse lentamente entre la hierba asquerosa de aquel mercado, lo único que pudo hacer fue mandarles una mala mirada tratando de saber que era lo que ocurría con sus caninos, nunca se mostraban tan inquietos a menos que… tuvieran hambre, negó con la cabeza tratando de quitarse cualquier extraña idea de la cabeza, siempre se había preguntado que era lo que comían sus perros, que era lo que los mantenía vivos por mas de veinte años, que era aquel elixir de la eterna juventud que bebían para mantenerse fuertes aun, el jamás fue demasiado bueno con las cuentas pero, era algún difícil de no notar, los había adoptado cuando eran a penas unos cachorros, todos en lugares diferentes y en situaciones diferente, el tenia seis años cuando recogió al ultimo, y ahora tenia 42, tal vez seria su paranoia pero…. Esos animales aun siendo su única compañía seguían siendo un completo misterio

- QUE DEMONIOS LES PASA???-pregunto interrogante el lobo tratando de ubicar el lugar exacto en donde se dirigían los ladridos de los perros que parecían dispuestos a atacar, e inevitablemente llego hasta el un peculiar olor que le hizo erizarse la piel, no sabia como ni porque había recibido aquella esencia que poseían esos molesto cuadrúpedos… gatos. Una sonora carcajada salió de sus labios al ver los ojos suplicantes de sus compañeros que rogaban a gritos, claro si pudiesen hablar, que les permitiera salir de caza han ese momento- Chicos malos, ¿planean dejarme aquí solo?-pregunto derribando la esperanzas de los caninos y luego negó con la cabeza no pudiendo resistirse a sus peticiones – Esta bien, pero yo iré con ustedes…- comento el lobo accediendo de repente a lo que le pedían

Comenzó a andar entre la gente mientras sus perros corrían ansioso escabulléndose entre los pues de los transeúntes, una sonrisa huraña adornaba el rostro del no tan joven licántropo mientras trataba de escuchar entre el bullicio de la gente, recordaba en algún momento gritar algo como “acaben con el” en modo de broma pero… lo que no espera era que no se tratase de un gato lo que aquella jauría trataba de cazar, sino una humana indefensa que andaba entre la gente. Trato de decir algo pero la voz no le salió, y antes de que se diese cuenta, aquella joven ya se encontraba acorralada debajo de cinco pares de patas y probablemente ensordecida por los gruñidos de los animales que parecían estar convencidos de que aquella persona era la presa perfecta

por **Sophia D'Luca** Lun Jul 11, 2011 5:02 pm

Lámparas mágicas aquello lo había escuchado una noche, cuando aún era una gatita pequeña si un cuento que contaban las viejas gitanas a sus hijos antes de dormir, que existía una lámpara que concedía deseos al ser frotada tres veces, una parte de mí siempre sería una niña, la otra era una adulta y una última era un animal. Era difícil diferencial cuál de todas esas era yo en ese momento, claro todos me veían como una humana pobre, que no tenía donde caerse muerta, no los culpaba porque muchos eran ciegos, y no sabían que por las calles no tan solo rondaban humanos, si no que licántropos, cambia formas, brujos y gitanos… y por las noches los vampiros asechaban a todos por igual buscando alguien a quien matar alguien de quien saciarse hasta poseer el placer máximo.

Quede completamente detenida en medio de la muchedumbre y claro del mercado que poco a poco se iba llenando de gente, mis sentidos alertas seguían a flor de piel con los escasos bellos que cubrían mi cuerpo estaban erizados por completo a la espera de los canes que seguramente llegarían pronto, mis ojos miraban el lugar buscando salidas, pero no podía hacer un movimiento rápido ya que había mucha gente y tenía una lámpara que devolver, ¿correr? No, pensarían que era una ladrona y no podía dejar de pensar , sentir como las palabras llegaban a mi cabeza podía oír lo que pasaba a calles de donde me encontraba y fue cuando lentamente me gire que aparte de escuchar la agitación de los canes, alguien más los seguía un lobito, ¡Dios ¿acaso yo era un imán para lijan?! Grite hacia mis adentros mientras el olor se hizo tan fuerte que podría oír rugir mi interior ante la repugnancia de sentirlos, inspire llenando mis pulmones de ese aire tan asqueroso.

En un abrir y cerrar de ojos me vi en medio de 5 canes rugiendo, mostrando sus dientes, hambrientos, no podía quedarme atrás y por mucho que quedara como loca me daba exactamente lo mismo, comencé a rugirles de igual forma mirándoles a los ojos, estudiándoles uno por uno, sintiendo como se acercaba ¿su dueño? Entre cerré los ojos y quede mirando al joven que se acercaba, mi interior rugía de furia, no por odiar a los canes si no que cuando me acorralaban salía mi parte salvaje, quería saltar sobre ellos y hacerlos seguirme hasta que pudiera trepar por algún edificio pero no lo haría tenía que entregar una lámpara a mi querida vieja amiga Esther. Mi corazón se alboroto sintiendo un extraño shock electrificaste recorrer por todo mi cuerpo sintiendo una satisfacción extraña, tenía que decir que el peligro siempre hacia que mi adrenalina subiera y bajara por mi cuerpo, mis uñas estaban con el filo máximo y mis ojos clavados amenazando a cada Can con no acercarse…. Me gire por completo para ver al dueño y levantando una ceja le dije – ¡¿Son tuyos?!

por **Kaine de Ronsard** Vie Sep 23, 2011 10:37 pm

Un terrible sentimiento de desesperanza lo amenazaba de vez en vez tratando de arrebatarle la poca cordura que le quedaba, durante su niñez había sido un pequeño demonio que vivió hundido en la histeria y la depresión heredadas de la mala sangre de su padre, sin embargo al paso de los años había logrado superar gran parte de sus problemas tomándolo todo con humor y un distorsionado sentido de la realidad en el cual el podía hacer y decir lo que quisiese sin importar lo que los demás tuviesen que decir al respecto, sin embargo durante aquella relativamente feliz etapa de su vida se mantuvo temeroso de que la maldición de su familia lo acechase de nuevo hasta el punto de cometer una estupidez que logro que sus memorias se fuesen por completo

- Claro que si!!!!! Esta jauría de perros mal educados son míos!!!-grito tomado a comy del cuello para que no hiciese alguna tontería de la que su amo pudiese arrepentirse, no era que considerase inadecuado el comportamiento de sus mascotas, de hecho le parecían bastante divertidas en ocasiones, su único problemas es que pudiese tener algún cargo por la muerte de alguien que ni conocía ni le importaba- Tienes algún…!!!-… problema con ello?” quería continuar diciendo sin embargo una punzada en su pecho se lo impidió, podía ser que su mente no recordara nada de lo que vivió los 42 años anteriores pero su alma aun recordaba la soledad que sintió durante su infancia y juventud quitándole el aire y robándole las palabras de la boca

Las pupilas del licano se levantaron hacia la joven mujer que se encontraba delante de el y sus parpados se abrieron muy grandes al sentir aquel olor de no humano que provenía de ella, de inmediato se puso a la defensiva sin embargo no lo demostró ya que no esperaba que sus animalitos se descontrolaran y volviesen a atacar a aquel ser que si bien podía ser su enemiga también podría convertirse en alguien que le hiciese compañía de vez en cuando, el amor estaba descartado de su lista desde el momento en el que abrió los ojos pero la soledad de los días pasados le decían que un amigo tal vez no le caería mal

- Disculpa a las bestias-cometo a regañadientes mientras desviaba la mirada tratando de ocultar un puchero

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