AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Out of the Coffin [Mesalina]
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Out of the Coffin [Mesalina]
Recuerdo del primer mensaje :
Era la tercera noche despues del entierro y hasta el momento no habia sucedido nada de interes. El sepulturero rondaba de pronto entre los distintos mauselos, pero no parecia realmente poner atencion a los eventos alrededor de el, probablemente la costumbre que venia de largos anios en aquella posicion donde toda una vida cuidando los terrenos del cementerio le habian hecho un hombre que no se soprendia facilmente. Estaba seguro que esta no seria el primera Nosferatu que se levantase de la tumba. De hecho estaba inclusive seguro que no seria la primera Draculina tampoco, y lo mas probable era que aquel sujeto hubiese presenciado aquello una buena cantidad de veces.
Lo que si parecia sorprenderle, aunque solamente lo suficiente para pensar que aquello era nuevo, era ver a un hombre con una vestimenta mas reservada que elegante y exagerada esperando encima de la tumba. Aquello en verdad era algo que no habia visto hasta el momento, pues todos los demas habian tenido un aire de pomposidad que al parecer venia como herencia al levantarse como un muerto viviente. Tal parecia que si existian excepciones a aquella regla y con un simple encogimiento de hombros, continuo con sus rondas a traves del cementerio.
Por su parte aquel hombre que esperaba sobre la tumba, se sentia algo impaciente. Habian sido y dos dias completos desde que aquella joven habia sido enterrada, y aun no parecia estar lista para salir de aquella prision de Madera. Si bien era su deber y responsabilidad hacerse cargo de aquella debido a las circunstancias en la que habia terminado su vida, aquello no significaba que tenia todo el tiempo del mundo para estar esperando a que deseara salir. Pero esperaria, esperaria por que podia oler la transformacion en ella, y por que sabia que eventualmente saldria, y mejor asegurarse de estar alli cuando saliera que estar buscandole despues por todo Napoles.
Eventualmente debia de regresar al mundo de los vivientes.
Era la tercera noche despues del entierro y hasta el momento no habia sucedido nada de interes. El sepulturero rondaba de pronto entre los distintos mauselos, pero no parecia realmente poner atencion a los eventos alrededor de el, probablemente la costumbre que venia de largos anios en aquella posicion donde toda una vida cuidando los terrenos del cementerio le habian hecho un hombre que no se soprendia facilmente. Estaba seguro que esta no seria el primera Nosferatu que se levantase de la tumba. De hecho estaba inclusive seguro que no seria la primera Draculina tampoco, y lo mas probable era que aquel sujeto hubiese presenciado aquello una buena cantidad de veces.
Lo que si parecia sorprenderle, aunque solamente lo suficiente para pensar que aquello era nuevo, era ver a un hombre con una vestimenta mas reservada que elegante y exagerada esperando encima de la tumba. Aquello en verdad era algo que no habia visto hasta el momento, pues todos los demas habian tenido un aire de pomposidad que al parecer venia como herencia al levantarse como un muerto viviente. Tal parecia que si existian excepciones a aquella regla y con un simple encogimiento de hombros, continuo con sus rondas a traves del cementerio.
Por su parte aquel hombre que esperaba sobre la tumba, se sentia algo impaciente. Habian sido y dos dias completos desde que aquella joven habia sido enterrada, y aun no parecia estar lista para salir de aquella prision de Madera. Si bien era su deber y responsabilidad hacerse cargo de aquella debido a las circunstancias en la que habia terminado su vida, aquello no significaba que tenia todo el tiempo del mundo para estar esperando a que deseara salir. Pero esperaria, esperaria por que podia oler la transformacion en ella, y por que sabia que eventualmente saldria, y mejor asegurarse de estar alli cuando saliera que estar buscandole despues por todo Napoles.
Eventualmente debia de regresar al mundo de los vivientes.
Duncan Caldwell- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 04/05/2013
Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Era logico que viniera a el con ese tipo de preguntas. Era mas que Natural que fuese asi, pues el habia sido quien habia decidido no encargarse de ella, habia sido el quien la habia dejado con vida en vez de destruirle de la misma forma que habia destruido a su creador. Asi que pues, tenia esa responsabilidad con aquella joven...con la excepcion de que aquella joven habia pasado la mayoria de aquella noche intentando acabar con su vida e intentando convertirle en su cena. Realmente no era mejor momento para pedirle su ayuda, aunque fuese simplemente una leve expliacion. se encontraba algo frustrado con los eventos que habian sucedido, a lo cual se añadia el hecho de que la Draculina habia tardado tanto en regresar al mundo de los vivos, al grado de que aquel Baron, casi llegaba a pensar de que se habia equivocado y que la cantidad de sangre de aquel demonio que entro en el cuerpo de aquella mujer no era para nada la suficiente. Pero al final del dia, el se habia dado la tarea de encargarse de ella.
- Si, es una necesidad que tienes que saciar, pues tu ya no perteneces al mundo de los mortales. Al menos no realmente. Siempre podras moverte entre ellos, dado que sea en la noche, y mientras continues tu existencia, esta tierra sera tu hogar. Pero se te ha cerrado la puerta de alimentarte de la misma forma que los seres humanos. Tu unico alimento de ahora en adelante sera el de la sangre, aquella bebida que tanto has estado tratando de quitarme. No eres humana ya Draculina, y por lo que veo no pareces entender esta frase, por lo cual supongo debo utilizar una mas general. Tu no eres ya humana mi joven Vampiro. Tu nueva raza es de aquellos que habitan en las sombras. Ahora sigamos, no quiero que sufras hambre. -
Siguiendo el camino de pronto lograba encontrar algo que podria servir, y era la cantidad perfecta para acabar. Si de pura casualidad con dos cuerpos no lograba llenarse, esperaba que el tercero fuese mas que suficiente para satisfacer sus necesidades de alimentacion. Claro, eso era algo que el no podia saber, mas siempre era mejor estar preparado que despues estar lamentandose, sobre todo si aquella Draculina no lograba satisfacer su hambre antes de que decidieran volver a sus nuevos recintos. Lo ultimo que queria era el que terminara alimentandose de aquellos sirvientes que habia conseguido. Eso pronto levantaria sospechas que apuntarian a el, y siendo que era la nueva persona en la ciudad, no seria dificil que fuesen convencidos de que el era el problema en todo aquello.
- Parece que hemos encontrado una solucion a tu hambre. Estoy seguro los puedes ver, no muy lejos de aqui, moviendose de manera ebria por estas calles. Has pues lo tuyo, y esperemos que con esto logres saciar esa hambre que te esta consumiendo. -
Aquella pareja de ebrios parecia no notarles, lo cual no era realmente sorpresa, se encontraban lo suficientemente lejos como para que realmente lograsen saber que era lo que estaba pasando. A lo mas serian dos figuras mas en medio de la noche, de la misma manera que ellos. Probablemente se trataban de un simple borracho y una prostituta, buscando donde podrian encontrar un buen hostal para encargarse de aquel acto. Que mal que no tendrian la oportunidad de hacer aquello. El Baron tomo nuevamente la forma de un gato, mientras se preparaba a seguir a la Draculina en su nueva caceria.
- Si, es una necesidad que tienes que saciar, pues tu ya no perteneces al mundo de los mortales. Al menos no realmente. Siempre podras moverte entre ellos, dado que sea en la noche, y mientras continues tu existencia, esta tierra sera tu hogar. Pero se te ha cerrado la puerta de alimentarte de la misma forma que los seres humanos. Tu unico alimento de ahora en adelante sera el de la sangre, aquella bebida que tanto has estado tratando de quitarme. No eres humana ya Draculina, y por lo que veo no pareces entender esta frase, por lo cual supongo debo utilizar una mas general. Tu no eres ya humana mi joven Vampiro. Tu nueva raza es de aquellos que habitan en las sombras. Ahora sigamos, no quiero que sufras hambre. -
Siguiendo el camino de pronto lograba encontrar algo que podria servir, y era la cantidad perfecta para acabar. Si de pura casualidad con dos cuerpos no lograba llenarse, esperaba que el tercero fuese mas que suficiente para satisfacer sus necesidades de alimentacion. Claro, eso era algo que el no podia saber, mas siempre era mejor estar preparado que despues estar lamentandose, sobre todo si aquella Draculina no lograba satisfacer su hambre antes de que decidieran volver a sus nuevos recintos. Lo ultimo que queria era el que terminara alimentandose de aquellos sirvientes que habia conseguido. Eso pronto levantaria sospechas que apuntarian a el, y siendo que era la nueva persona en la ciudad, no seria dificil que fuesen convencidos de que el era el problema en todo aquello.
- Parece que hemos encontrado una solucion a tu hambre. Estoy seguro los puedes ver, no muy lejos de aqui, moviendose de manera ebria por estas calles. Has pues lo tuyo, y esperemos que con esto logres saciar esa hambre que te esta consumiendo. -
Aquella pareja de ebrios parecia no notarles, lo cual no era realmente sorpresa, se encontraban lo suficientemente lejos como para que realmente lograsen saber que era lo que estaba pasando. A lo mas serian dos figuras mas en medio de la noche, de la misma manera que ellos. Probablemente se trataban de un simple borracho y una prostituta, buscando donde podrian encontrar un buen hostal para encargarse de aquel acto. Que mal que no tendrian la oportunidad de hacer aquello. El Baron tomo nuevamente la forma de un gato, mientras se preparaba a seguir a la Draculina en su nueva caceria.
Duncan Caldwell- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 04/05/2013
Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Las palabras del cambia forma inundaron la calle con su tranquila y desconcertante parsimonia mientras la mujer de cabellos escarlatas andaba frente a él, tambaleándose un tanto con cada paso que daba. Su andar tranquilo y descuidado no pareció cambiar un ápice mientras aquel hombre comentaba algo tan terrible y profundamente impactante como lo hacía, si él hubiese sido capaz de contemplar su faz y la desesperación en ella las cosas hubiesen sido interpretadas de manera diferente.
Con un esfuerzo la mujer se obligó a no hablar, a escuchar aquellas terribles palabras sin emitir palabra alguna. Su mente se vio llena de aquellos antiguos y casi olvidados relatos que su niñera solía contarle para asustarle, las historias que inundaron su infancia y que en su momento parecían ser relatos llenos de misterio y aventura. Ahora a sus ojos no eran mas que oscuras sombras que congelaban su alma, si es que aun tenía una.
Se detuvo con el silencio, aquel hombre había no solo determinado su sufrimiento si no también ordenado que llevase nuevamente a cabo una atrocidad que a sus ojos era tan imperdonable como deseada. Se giró y vio a aquel gato que momentos antes había estado con ella, la idea de que aquel hombre pudiese cambiar de forma repentinamente no le pareció tan descabellada como momentos antes le hubiese parecido.
-No puedo hacerlo, no puedes pedirme que lo haga. No de esa forma. -Murmuró con voz entrecortada y ahogada, la idea de realizar un asesinado nuevamente le enfermaba pero lo hacía más la acusante sed en su garganta. -Es imposible que lo haga, esas dos son personas... tienen una vida y yo...yo no tengo derecho de arrebatárselas. -Un suave plañido era su voz, una caricia desconcertante en el silencio.
Su mente se debatía entre ambas posibilidades: el aceptar con frialdad aquella realidad descrita por el hombre y con ello abandonarse a la muerte irracional o simplemente luchar contra la maldición y hacer lo correcto, aunque eso significase la muerte. La voz en su cabeza parecía deseosa de tomar partido y nuevamente se dejó oír con aquel tono tranquilo y susurrante que helaría la sangre de Mesalina, si aun eso fuera posible. No es tan difícil, sabes que es lo que debes hacer. Lo has sabido desde que oliste su sangre, desde que su corazón palpito en tus oídos... esto es lo que eres. Desgraciadamente lo sabía.
Bajó la cabeza con un gesto derrotado, sintiendo la frustración materializarse en cálidas gotas en sus ojos. -Lo haré... pero... necesitare saber más sobre mi... sobre esta nueva condición. -Murmuró en dirección del gato antes de girarse y llevar sus pasos en dirección de la pareja, no deseaba seguir luchando con aquel sentimiento y podía sentir que el amanecer se acercaba y aquello le aterraba.
Con un esfuerzo la mujer se obligó a no hablar, a escuchar aquellas terribles palabras sin emitir palabra alguna. Su mente se vio llena de aquellos antiguos y casi olvidados relatos que su niñera solía contarle para asustarle, las historias que inundaron su infancia y que en su momento parecían ser relatos llenos de misterio y aventura. Ahora a sus ojos no eran mas que oscuras sombras que congelaban su alma, si es que aun tenía una.
Se detuvo con el silencio, aquel hombre había no solo determinado su sufrimiento si no también ordenado que llevase nuevamente a cabo una atrocidad que a sus ojos era tan imperdonable como deseada. Se giró y vio a aquel gato que momentos antes había estado con ella, la idea de que aquel hombre pudiese cambiar de forma repentinamente no le pareció tan descabellada como momentos antes le hubiese parecido.
-No puedo hacerlo, no puedes pedirme que lo haga. No de esa forma. -Murmuró con voz entrecortada y ahogada, la idea de realizar un asesinado nuevamente le enfermaba pero lo hacía más la acusante sed en su garganta. -Es imposible que lo haga, esas dos son personas... tienen una vida y yo...yo no tengo derecho de arrebatárselas. -Un suave plañido era su voz, una caricia desconcertante en el silencio.
Su mente se debatía entre ambas posibilidades: el aceptar con frialdad aquella realidad descrita por el hombre y con ello abandonarse a la muerte irracional o simplemente luchar contra la maldición y hacer lo correcto, aunque eso significase la muerte. La voz en su cabeza parecía deseosa de tomar partido y nuevamente se dejó oír con aquel tono tranquilo y susurrante que helaría la sangre de Mesalina, si aun eso fuera posible. No es tan difícil, sabes que es lo que debes hacer. Lo has sabido desde que oliste su sangre, desde que su corazón palpito en tus oídos... esto es lo que eres. Desgraciadamente lo sabía.
Bajó la cabeza con un gesto derrotado, sintiendo la frustración materializarse en cálidas gotas en sus ojos. -Lo haré... pero... necesitare saber más sobre mi... sobre esta nueva condición. -Murmuró en dirección del gato antes de girarse y llevar sus pasos en dirección de la pareja, no deseaba seguir luchando con aquel sentimiento y podía sentir que el amanecer se acercaba y aquello le aterraba.
Mesalina Farnese- Vampiro Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Aquel procedimiento no seria algo sencillo de aceptar, aquello lo sabia muy bien aquel felino. Sin embargo tambien sabia que era algo que eventualmente terminaria haciendo, ya fuese por su propia cuenta o por que aquella parte en su interior que era mucho mas primordial terminaria tomando posesion de su ser y entonces comenzaria una matanza como nunca se le pudo haber ocurrido, moviendose solamente por aquella necesidad de alimentarse. Aquello seria realmente inconveniente, por lo cual lo mejor seria que de una vez se encargara de aquella sed que ahogaba su alma en desprecio y desesperacion. No queria tener que romper aquel pacto que por degracia se vio llevado a hacer el momento en que fue atacada dentro de sus tierras.
El Felino realmente no respondio a palabra alguna por parte de aquella Draculina. Claro, no era posible que respondiera a las palabras estando en aquel estado, pero aun asi, su rostro no mostro cambio alguno, ni sus ojos parecian suavizarse o endurecerse. Simplemente se mantenia observando a aquella joven vampiro, mientras de vez en cuando su mirada se iba a aquella pareja que atravezaba la noche sin preocupacion alguna en mente. Mas valia que la joven tomase una decision pronto, pues si no lo hacia volverian a perder otra oportunidad para alimentarle, y no estaba dispuesto a llevarle hacia su recinto antes de que estuviese enteramente alimentada. No era algo que iba a arriesgar. Ella no sabia que le pasaba a los vampiros que no bebian, pero el lo sabia, y sabia muy bien que no era algo que fuese a disfrutar, y que aquellas victimas que cayeran ante ella durante esos momentos menos lo disfrutarian.
Asi pues, fue un alivio cuando la joven decidia aceptar, aunque fuese por el momento, la situacion en la que se encontraba, y cual era la realidad de su nueva condicion. El Felino asento la cabeza en muestra de que estaba dispuesto a explicarle mas una vez que bebiese lo suficiente, cuanto fuese poco o mucho lo que realmente fuese capaz de decirle sobre lo que era ahora. Al menos, ahora no tendria que asegurarse de que la joven terminase vuelta polvo por su propia mano, mucho menos por la mano de aquellos enojados ciudadanos que buscasen una forma de acabar con aquella que percibian como un monstruo.
El Felino realmente no respondio a palabra alguna por parte de aquella Draculina. Claro, no era posible que respondiera a las palabras estando en aquel estado, pero aun asi, su rostro no mostro cambio alguno, ni sus ojos parecian suavizarse o endurecerse. Simplemente se mantenia observando a aquella joven vampiro, mientras de vez en cuando su mirada se iba a aquella pareja que atravezaba la noche sin preocupacion alguna en mente. Mas valia que la joven tomase una decision pronto, pues si no lo hacia volverian a perder otra oportunidad para alimentarle, y no estaba dispuesto a llevarle hacia su recinto antes de que estuviese enteramente alimentada. No era algo que iba a arriesgar. Ella no sabia que le pasaba a los vampiros que no bebian, pero el lo sabia, y sabia muy bien que no era algo que fuese a disfrutar, y que aquellas victimas que cayeran ante ella durante esos momentos menos lo disfrutarian.
Asi pues, fue un alivio cuando la joven decidia aceptar, aunque fuese por el momento, la situacion en la que se encontraba, y cual era la realidad de su nueva condicion. El Felino asento la cabeza en muestra de que estaba dispuesto a explicarle mas una vez que bebiese lo suficiente, cuanto fuese poco o mucho lo que realmente fuese capaz de decirle sobre lo que era ahora. Al menos, ahora no tendria que asegurarse de que la joven terminase vuelta polvo por su propia mano, mucho menos por la mano de aquellos enojados ciudadanos que buscasen una forma de acabar con aquella que percibian como un monstruo.
Duncan Caldwell- Cambiante Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
El silencio de sus palabras era desesperante y al avanzar tras las presas trataba de enfocarse en los muchos sonidos que a su oído llegaban. Era un extraño consuelo la condición que acompañaba a su nuevo estado físico y moral.
Solo era cuestión de enfocar la atención en algún punto del espacio y entones una gama de sonidos tenía lugar. En un principio el ruido podía ser tal que solo era un escándalo informe, pero si se concentraba lo suficiente era capaz de escuchar el sonido del papel al ser cortado, el de un suspiro de amor o el crujido de la madera sobre la que alguien caminaba. Era hipnótico.
El estado de sus sentidos era algo que le ayudaba a distraer su mente de la nueva misión que le azuzaba. Si sus oídos eran algo fascinante, lo que sucedía con su vista era tan maravilloso que estaba segura que en cualquier otra situación podría pasar la noche entera explorando los limites de sus nuevas capacidades. La cantidad de detalles detectados, el rango de observación en medio de las sombras y sobretodo la luz danzante sobre los cuerpos vivos eran un enigma delicioso.
Y sin embargo, a pesar de todas estas emociones que le arrebataban el aliento innecesario, su atención volvía de cuando en cuando a aquella pareja que se encontraba cada vez mas cerca. Sus pasos vacilantes, sus cantos desaforados y el aroma delicioso que a su paso dejaban era suficiente para hacerle olvidar de las maravillas que le ofrecía su situación.
Se encontraban ya cerca de ellos a algunos metros avanzando bajo el cobijo de la oscuridad cuando se detuvo en seco. Un corazón en las cercanías atrajo su atención, giró el rostro y miró hacia la oscuridad de un callejón contiguo. Ignorando totalmente a sus dos presas que se detenían una cuadra adelante para recostarse contra la pared.
Mesalina mordió su labio inferior sintiendo la agudeza de sus nuevos dientes, torció el paso y comenzó a avanzar en dirección de aquel corazón rápido y veloz como el de un pequeño animalillo. Se detuvo a la entrada del lugar contemplando un revoltijo de ropa sucia y arrugada, de entre ella se observaba una hermosa luz danzante. Era diferente a la de los borrachos, pálida y de una tonalidad brillante desconcertante.
Con paso trémulo se acercó al revoltijo, extendiendo su mano derecha tomó con firmeza la rudimentaria tela y le apartó. Retrocedió un paso llevando su zurda al cuello, presionándole con suavidad mientras la otra aun sostenía en un rictus de sorpresa la sucia tela. En medio de un pequeño nido un niño dormía.
Mesalina Farnese- Vampiro Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Si hubiese podido suspirar en su estado actual lo hubiese hecho, y hubiese sido un suspiro que mostrase el peso que sentia sobre su ser al tener que encargarse de tan revoltosa criatura. Le ofrecia una buena forma de deshacerse de su sed, una forma de lograr quedar enteramente satisfecha y sin hambre alguna, al menos por aquella noche. Y que era lo que decidia hacer? Ponerse a observar el lindo panorama para entonces salir corriendo hacia otro lugar, dejando enteramente libres a aquellas dos posibles presas. Maldita sea su existencia. Maldito sea su estupido honor, y maldito sea su estupida responsabilidad. Aquella mujer terminaria siendo la muerte de el.
No tenia realmente mas que hacer, sin embargo, y se habia dado la tarea de cuidar a aquella joven Nosferatu, asi que con la frustracion en su cabeza se dispuso a continuar con su camino, de paso logrando esquivar la patada de aquel borracho de quien se aseguraria de encargarse despues pues no era dado a olvidar ese tipo de cosas, hacia aquella Draculina, siguiendole de cerca mientras decidia buscar una nueva presa. Aquello se estaba volviendo realmente absurdo, pero que mas le quedaba? Andaba de guardia, y como tal le tocaba cuidar a tan tremendamente problematica persona. Solo esperaba que pronto pudiesen regresar a su recinto, pues no tenia realmente el lujo de quedarse toda la noche en vigilia. Tenia cosas por hacer en el mundo de los mortales, en las horas usuales de trabajo. No podia quedarse todo el dia persiguiendo a tal demonio.
Eventualmente la joven se detenia en medio de un callejon, mientras observaba lo que parecia ser una maraña de sabanas viejas y usadas. Que demonios estaba buscando en tal lugar? Algun perro o otro gato? Como es que se le podia ocurrir el abandonar aquellas dos grandes presas por tales animales. Aquello realmente podia ser enfurecedor. Tenia ganas de castigarle por su continua insubordinacion, cuando de pronto noto aquello que estaba bajo las sabanas, un joven de menor edad que dormia aun sin darse cuenta de cual seria probablermente su destino. Un mero tentenpie cuando mucho realmente, y la frustracion solo crecia. Suponia que seria sangre mas deliciosa, pero dudaba que le fuese a llenar. Pero bueno, tal vez eso era lo que debia pasar, lo que debia dejar sucediera. Solo esperaba se apurase y acabase con ello pronto.
No tenia realmente mas que hacer, sin embargo, y se habia dado la tarea de cuidar a aquella joven Nosferatu, asi que con la frustracion en su cabeza se dispuso a continuar con su camino, de paso logrando esquivar la patada de aquel borracho de quien se aseguraria de encargarse despues pues no era dado a olvidar ese tipo de cosas, hacia aquella Draculina, siguiendole de cerca mientras decidia buscar una nueva presa. Aquello se estaba volviendo realmente absurdo, pero que mas le quedaba? Andaba de guardia, y como tal le tocaba cuidar a tan tremendamente problematica persona. Solo esperaba que pronto pudiesen regresar a su recinto, pues no tenia realmente el lujo de quedarse toda la noche en vigilia. Tenia cosas por hacer en el mundo de los mortales, en las horas usuales de trabajo. No podia quedarse todo el dia persiguiendo a tal demonio.
Eventualmente la joven se detenia en medio de un callejon, mientras observaba lo que parecia ser una maraña de sabanas viejas y usadas. Que demonios estaba buscando en tal lugar? Algun perro o otro gato? Como es que se le podia ocurrir el abandonar aquellas dos grandes presas por tales animales. Aquello realmente podia ser enfurecedor. Tenia ganas de castigarle por su continua insubordinacion, cuando de pronto noto aquello que estaba bajo las sabanas, un joven de menor edad que dormia aun sin darse cuenta de cual seria probablermente su destino. Un mero tentenpie cuando mucho realmente, y la frustracion solo crecia. Suponia que seria sangre mas deliciosa, pero dudaba que le fuese a llenar. Pero bueno, tal vez eso era lo que debia pasar, lo que debia dejar sucediera. Solo esperaba se apurase y acabase con ello pronto.
Duncan Caldwell- Cambiante Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
El pequeño ser se revolvió en sueños al sentir la caricia del suave viento nocturno, frunció su pequeño ceño y se giró un poco con un gemido que a la vampiresa se le antojó seductor. La dama paso saliva soltando la sabana que calló al suelo manchándose de oscura agua. Se giró mirando en derredor, notando al gato a su espalda y como su aura había cambiado un poco... parecía un tanto revuelta, los colores en su danza eran mucho mas violentos.
Lanzó un bufido ignorando aquello dominada nuevamente por la sed y azuzada por el ritmo tan veloz y vivaz del pequeño ser. Se acercó a él pasando sus manos bajo su cuerpo caliente y palpitante, suspiró al llevarle a sus brazos como una madre lo habría hecho. El pequeño ángel no podía tener mas de cinco años. Le acunó contra su cuerpo, meciéndolo cuando el sueño pareció desear disolverse.
Aquella imagen no era tan subrealista como podría imaginarse, solo una madre en medio de la miseria que cuidaba a su hijo. Una imagen que seguramente se repetía incontables veces a lo largo de los barrios bajos de aquella ciudad. La estampa de la melancolía y el sufrimiento eran demostrados en aquel breve accionar.
¿Qué pensaba Mesalina mientras su rostro contemplaba extasiado al pequeño ser? ¿Qué era aquello que se ocultaba tras la mascara de una sonrisa anhelante y lejana? Una guerra cruel entre sus deseos y la moral de una vida sin tacha. Las voces en su cabeza se habían elevado hasta ensordecerla, le habían confundido hasta casi enloquecerla y al final una sola voz había sido mas fuerte que todo. Se giró e inclinándose colocó al ser entre las sabanas, cubriéndole con cuidado se giró en dirección del gato.
-No puedo hacerlo, no puedo tomar vidas así como así. Creí que estaba bien si eran aquellos borrachos pero ¿qué tan diferentes pueden ser ellos de este niño? Lo lamento signore Caldwell. -Suspiró con un dolido y cansado gemido, retociendose las manos unas contra otras mientras esperaba la tormenta caer.
Lanzó un bufido ignorando aquello dominada nuevamente por la sed y azuzada por el ritmo tan veloz y vivaz del pequeño ser. Se acercó a él pasando sus manos bajo su cuerpo caliente y palpitante, suspiró al llevarle a sus brazos como una madre lo habría hecho. El pequeño ángel no podía tener mas de cinco años. Le acunó contra su cuerpo, meciéndolo cuando el sueño pareció desear disolverse.
Aquella imagen no era tan subrealista como podría imaginarse, solo una madre en medio de la miseria que cuidaba a su hijo. Una imagen que seguramente se repetía incontables veces a lo largo de los barrios bajos de aquella ciudad. La estampa de la melancolía y el sufrimiento eran demostrados en aquel breve accionar.
¿Qué pensaba Mesalina mientras su rostro contemplaba extasiado al pequeño ser? ¿Qué era aquello que se ocultaba tras la mascara de una sonrisa anhelante y lejana? Una guerra cruel entre sus deseos y la moral de una vida sin tacha. Las voces en su cabeza se habían elevado hasta ensordecerla, le habían confundido hasta casi enloquecerla y al final una sola voz había sido mas fuerte que todo. Se giró e inclinándose colocó al ser entre las sabanas, cubriéndole con cuidado se giró en dirección del gato.
-No puedo hacerlo, no puedo tomar vidas así como así. Creí que estaba bien si eran aquellos borrachos pero ¿qué tan diferentes pueden ser ellos de este niño? Lo lamento signore Caldwell. -Suspiró con un dolido y cansado gemido, retociendose las manos unas contra otras mientras esperaba la tormenta caer.
Mesalina Farnese- Vampiro Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
La frustracion del Baron comenzaba a escalar de manera desmesurada, pues la paciencia en ciertas situaciones jamas habia sido la mejor de sus virtudes. Fue asi pues que un fuerte maullido se habia vuelto un potente rugido por parte de una muy feroz y tremenda bestia blanca, que de pronto ocupaba una gran cantidad de espacio de aquel callejon. Sus ojos se clavaban enteramente en los ojos de aquella mujer, aquella totalmente molesta Draculina que parecia terminaria volviendole totalmente loco. Suponia que por algo los Vampiros solian empujar a sus creaciones a beber todo aquello de golpe, para evitar que aquellos complejos morales terminaran saliendo a la luz. El no tener ese nivel de control sobre una nueva criatura de las sombras era realmente problematico, y realmente un total dolor de cabeza para el joven Baron.
Aquel vampiro tenia que elegir entre las mas idealistas de las jovenes que habian decidido responder gratamente a su invitacion al baile. La mayoria del resto podian ser nada altruistas y demasiado altaneras y egoistas, pero aquello por lo general no era dificil de ser controlado, sobre todo por alguien como lo era el. Las mujeres de esa clase estaban acostumbradas a que las cosas no siempre fueran como ellas quisieran, y por ende lograban sacar algo de felicidad, si es que se le puede llamar de esa forma, a cosas mas materiales que solian ser regalos ya fuese de sus amantes, sus admiradores (o admiradoras), o sus pretendientes. Era una forma muy sencilla de controlarles, y siguiendo ese modo de pensar, era mas facil el hacerles beber la sangre, pues al final al tener que decidir entre su supervivencia o la de otros, siempre terminarian eligiendo la suya.
Pero aquello realmente no era el razonamiento detras de la mente de un vampiro no era asi? No, aquellos seres nocturnos no podian tomar simplemente las cosas que ellos pensasen bellas o pensansen faciles de hacerles suyo. No, ellos tenian que buscar entre el rebaño aquellos que tuviesen un puro corazon, una mente no corrompida, y una inocencia que les caracterizada por la forma ideal en la que veian el mundo. Y solo habia la desgracia de que tal persona parecia haber habitado en su residencia el momento en que aquel bailable que habia arreglado se llevaba a cabo. No le hubiese sorprendido si aquel Nosferatu buscase compañia eterna en vez de un simple bocadillo para aquella noche. Algo le decia de que no haber interferido la joven hubiese terminado como una Draculina de cualquier forma. Pues asi eran los vampiros. Buscaban corromper lo mas puro, destruir la inocencia, volver a un monstruo a la victima mas incorruptible. Por desgracia el no era un vampiro, y su mision no era crear una cruel criatura de la noche. Solo una que fuese capaz de alimentarse.
Lo cual lo llevaba al siguiente problema que no tomo en consideracion el momento en que rugio de aquella manera tan feroz. Tras un momento de mantener la mirada sobre la joven Vampiro, sus ojos se pusieron de pronto sobre aquel infante que se encontraba dormido en el callejon. Para la desgracia de aquel joven, no se habia despertado cuando el Tigre habia rugido, sino cuando escucho el casi patetico mas amenazante chillido de un simple gato comun de blanco y gris. Lo cual significaba que habia visto como esa gato de color blanco y gris habia cambiado de forma a una de un gigantesco Tigre Siberiano Blanco, el cual reflejaba la poca luz de luz que habia aquella noche. El impacto le habia impedido el gritar, lo cual hacia mas facil aquello que debia de continuar. Despues de todo, simplemente no podia dejar testigo alguno de que habia un gato corriendo por las calles de Napoles con la habilidad de transformarse en un Tigre Blanco. Sencillamente no podia darse ese lujo, inclusive por un menor. Era una muy mala suerte que no habia despertado despues.
La muerte del pequeño fue veloz, y algunos dirian que inclusive fue sin dolor, mas aquello realmente no podia ser confirmado. En menos de un segundo, las potentes fauces del Tigre se encontraba en su cuello, destruyendo sus cuerdas vocales al atravezarles, y rompiendole el cuello de la potencia de su mordida. Ahora el cuerpo inmovil del menor adornaba aquella callejon de Napoles, mientras su preciada sangre inocente, comenzaba a pintar de rojo aquel suelo tan inmundo.
Aquel vampiro tenia que elegir entre las mas idealistas de las jovenes que habian decidido responder gratamente a su invitacion al baile. La mayoria del resto podian ser nada altruistas y demasiado altaneras y egoistas, pero aquello por lo general no era dificil de ser controlado, sobre todo por alguien como lo era el. Las mujeres de esa clase estaban acostumbradas a que las cosas no siempre fueran como ellas quisieran, y por ende lograban sacar algo de felicidad, si es que se le puede llamar de esa forma, a cosas mas materiales que solian ser regalos ya fuese de sus amantes, sus admiradores (o admiradoras), o sus pretendientes. Era una forma muy sencilla de controlarles, y siguiendo ese modo de pensar, era mas facil el hacerles beber la sangre, pues al final al tener que decidir entre su supervivencia o la de otros, siempre terminarian eligiendo la suya.
Pero aquello realmente no era el razonamiento detras de la mente de un vampiro no era asi? No, aquellos seres nocturnos no podian tomar simplemente las cosas que ellos pensasen bellas o pensansen faciles de hacerles suyo. No, ellos tenian que buscar entre el rebaño aquellos que tuviesen un puro corazon, una mente no corrompida, y una inocencia que les caracterizada por la forma ideal en la que veian el mundo. Y solo habia la desgracia de que tal persona parecia haber habitado en su residencia el momento en que aquel bailable que habia arreglado se llevaba a cabo. No le hubiese sorprendido si aquel Nosferatu buscase compañia eterna en vez de un simple bocadillo para aquella noche. Algo le decia de que no haber interferido la joven hubiese terminado como una Draculina de cualquier forma. Pues asi eran los vampiros. Buscaban corromper lo mas puro, destruir la inocencia, volver a un monstruo a la victima mas incorruptible. Por desgracia el no era un vampiro, y su mision no era crear una cruel criatura de la noche. Solo una que fuese capaz de alimentarse.
Lo cual lo llevaba al siguiente problema que no tomo en consideracion el momento en que rugio de aquella manera tan feroz. Tras un momento de mantener la mirada sobre la joven Vampiro, sus ojos se pusieron de pronto sobre aquel infante que se encontraba dormido en el callejon. Para la desgracia de aquel joven, no se habia despertado cuando el Tigre habia rugido, sino cuando escucho el casi patetico mas amenazante chillido de un simple gato comun de blanco y gris. Lo cual significaba que habia visto como esa gato de color blanco y gris habia cambiado de forma a una de un gigantesco Tigre Siberiano Blanco, el cual reflejaba la poca luz de luz que habia aquella noche. El impacto le habia impedido el gritar, lo cual hacia mas facil aquello que debia de continuar. Despues de todo, simplemente no podia dejar testigo alguno de que habia un gato corriendo por las calles de Napoles con la habilidad de transformarse en un Tigre Blanco. Sencillamente no podia darse ese lujo, inclusive por un menor. Era una muy mala suerte que no habia despertado despues.
La muerte del pequeño fue veloz, y algunos dirian que inclusive fue sin dolor, mas aquello realmente no podia ser confirmado. En menos de un segundo, las potentes fauces del Tigre se encontraba en su cuello, destruyendo sus cuerdas vocales al atravezarles, y rompiendole el cuello de la potencia de su mordida. Ahora el cuerpo inmovil del menor adornaba aquella callejon de Napoles, mientras su preciada sangre inocente, comenzaba a pintar de rojo aquel suelo tan inmundo.
Duncan Caldwell- Cambiante Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Horrorizada e impactada quedo la mujer al contemplar aquella escena, no era ni una mínima parte de lo que esperaba como respuesta a su indisciplina. El terror le congeló y por un segundo fue incapaz de pensar o reaccionar, incluso su ser olvido el deseo de sangre que le corroía internamente. Nada de aquello que contemplaba parecía ser verdad, a sus ojos no era más que una de las muchas facetas de la pesadilla que había iniciado tres noches atrás al asistir a una fiesta que cambiaría su destino.
La sangre corría sobre el pavimento, caliente y hedionda inundaba el ambiente por sobre el aroma de la podredumbre y suciedad. Los ojos de la joven y recién nacida vampiresa se clavaron en la faz desencajada y pálida del pequeño inocente que había sido salvado de una muerte piadosa en comparación de aquel destino de pesadilla.
Los ojos del pequeño apagados y sin vida contemplaban a un cielo que le había dado la espalda, sus labios entreabiertos habían dejado escapar su alma mientras su cuerpo retorcido en un angulo imposible comenzaba a perder no solo el color y calor de su piel, si no también aquel brillo hipnótico que había persuadido a la mujer de tomar su alma y existir. La bestia se alejaba del pequeño, bañado su hocico y pelambre por aquel liquido abyecto que había pasado a tener un segundo lugar en el deseo de la mujer.
Pálida y temblorosa Mesalina se adelantó un paso, extendiendo al frente sus manos que simulaban garras dada la tensión de las que eran presa. Sus ojos no se apartaban de aquella inocente faz, sus labios entreabiertos comenzaban a dejar escapar un sonido gutural que de un tono bajo se transformaba a un tono alto y agudo, un gemido indignado y furibundo que rasgaba la noche como un grito de muerte.
En un instante la mujer cruzó la distancia que le separaba de aquel animal majestuoso y terrible. Sus manos y miembros fortalecidos por la furia y la sangre consumida anteriormente le tomaron por el cuello mientras se colocaba a su espalda alejándose del alcance de sus fauces destructivas mientras luchaba por mantenerlo quieto contra su cuerpo. Jadeante y enloquecida solo pensaba en darle muerte sin siquiera pensar en la sangre caliente y su batiente corazón.
-¿Cómo has podido? ¿Qué clase de monstruo eres? -Gruñó con voz sorda y terrible mientras podía sentir palpitar sus colmillos ansiosos de clavarse contra el cuello de aquel animal. Su yugular latían contra su brazo insinuante y vivaz. No pensaba, no racionaba mas que el deseo de destrozar a aquel ser carente de empatia y moral.
La sangre corría sobre el pavimento, caliente y hedionda inundaba el ambiente por sobre el aroma de la podredumbre y suciedad. Los ojos de la joven y recién nacida vampiresa se clavaron en la faz desencajada y pálida del pequeño inocente que había sido salvado de una muerte piadosa en comparación de aquel destino de pesadilla.
Los ojos del pequeño apagados y sin vida contemplaban a un cielo que le había dado la espalda, sus labios entreabiertos habían dejado escapar su alma mientras su cuerpo retorcido en un angulo imposible comenzaba a perder no solo el color y calor de su piel, si no también aquel brillo hipnótico que había persuadido a la mujer de tomar su alma y existir. La bestia se alejaba del pequeño, bañado su hocico y pelambre por aquel liquido abyecto que había pasado a tener un segundo lugar en el deseo de la mujer.
Pálida y temblorosa Mesalina se adelantó un paso, extendiendo al frente sus manos que simulaban garras dada la tensión de las que eran presa. Sus ojos no se apartaban de aquella inocente faz, sus labios entreabiertos comenzaban a dejar escapar un sonido gutural que de un tono bajo se transformaba a un tono alto y agudo, un gemido indignado y furibundo que rasgaba la noche como un grito de muerte.
En un instante la mujer cruzó la distancia que le separaba de aquel animal majestuoso y terrible. Sus manos y miembros fortalecidos por la furia y la sangre consumida anteriormente le tomaron por el cuello mientras se colocaba a su espalda alejándose del alcance de sus fauces destructivas mientras luchaba por mantenerlo quieto contra su cuerpo. Jadeante y enloquecida solo pensaba en darle muerte sin siquiera pensar en la sangre caliente y su batiente corazón.
-¿Cómo has podido? ¿Qué clase de monstruo eres? -Gruñó con voz sorda y terrible mientras podía sentir palpitar sus colmillos ansiosos de clavarse contra el cuello de aquel animal. Su yugular latían contra su brazo insinuante y vivaz. No pensaba, no racionaba mas que el deseo de destrozar a aquel ser carente de empatia y moral.
Mesalina Farnese- Vampiro Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Aquello era la mayor desventaja de encontrarse en esa forma. Simplemente no tenia tanto movimiento con sus apendices como cuando se encontraba como humano, por lo cual la joven podia hacer algo como eso, tomarle desde la espalda y comenzar a ahorcarle. Por lo general aquello no era un problema, pues sus reflejos como aquel felino impedian que casi cualquier criatura fuese lo suficientemente veloz como para lograr atraparle por la espalda, pero aquello simplemente no aplicaba a criaturas como lo eran los vampiros. Asi pues, se encontraba en aquel predicamento, y la verdad no podia hacer demasiado ruido, sino la muerte del joven infante hubiese sido en vano.
Intento quitarsela de encima al simplemente moverse y estrellarse contra las paredes una y otra vez, pero a pesar de que lograba ponerle entre el y ella, aquello no parecia ser suficiente para quitarsela de encima, por mas que le golpease. Asi pues, tendria que hacer uso de su forma original. Volviendose humano nuevamente alcanzo a aquella joven detras de el, y tomandole de los brazos para hacer uso de su fuerza sobre humana, aquella fuerza que tomaba prestada de aquel felino, le lanzo lejos, estrellandole contra una de las paredes de aquel callejon, logrando quitarsela de encima. Por instinto su mano se fue a su cuello, pasandole una y otra vez sobre este al haber estado al borde de la muerte, casi axfisiado por aquella criatura. Sin embargo sus ojos no mostraban miedo alguno, solamente frialdad, una frialdad que iba dirigida a la Draculina.
- Debiste haber seguido a aquella pareja y alimentarte de ella. Sin embargo decidiste que este menor serviria mejor a tus antojos, solo para retractarte en el ultimo minuto. Fuiste tu quien me trajo a este joven, y has sido tu quien decidio marcarlo de muerte el momento en que decidiste involucrarlo en este mundo de sombras. Si no lo hubieses hecho, entonces existe la posibilidad de que no hubiese abierto sus ojos a un mundo secreto y oculto de la gente comun. Pero lo hizo, y por ende recibio las consecuencias de descubrir un secreto de tanto peso. Esto y nada menos es el pago que debia pagar por ello. Su sangre esta en tus manos. -
Intento quitarsela de encima al simplemente moverse y estrellarse contra las paredes una y otra vez, pero a pesar de que lograba ponerle entre el y ella, aquello no parecia ser suficiente para quitarsela de encima, por mas que le golpease. Asi pues, tendria que hacer uso de su forma original. Volviendose humano nuevamente alcanzo a aquella joven detras de el, y tomandole de los brazos para hacer uso de su fuerza sobre humana, aquella fuerza que tomaba prestada de aquel felino, le lanzo lejos, estrellandole contra una de las paredes de aquel callejon, logrando quitarsela de encima. Por instinto su mano se fue a su cuello, pasandole una y otra vez sobre este al haber estado al borde de la muerte, casi axfisiado por aquella criatura. Sin embargo sus ojos no mostraban miedo alguno, solamente frialdad, una frialdad que iba dirigida a la Draculina.
- Debiste haber seguido a aquella pareja y alimentarte de ella. Sin embargo decidiste que este menor serviria mejor a tus antojos, solo para retractarte en el ultimo minuto. Fuiste tu quien me trajo a este joven, y has sido tu quien decidio marcarlo de muerte el momento en que decidiste involucrarlo en este mundo de sombras. Si no lo hubieses hecho, entonces existe la posibilidad de que no hubiese abierto sus ojos a un mundo secreto y oculto de la gente comun. Pero lo hizo, y por ende recibio las consecuencias de descubrir un secreto de tanto peso. Esto y nada menos es el pago que debia pagar por ello. Su sangre esta en tus manos. -
Duncan Caldwell- Cambiante Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Jadeante quedo semi derrumbada contra la pared, su cabeza era un tormenta al igual que los nervios y músculos de sus brazos. Los ojos de la vampiresa parecían reverberar en la oscuridad mientras se clavaban desencajados en aquel hombre. Su cabello escarlata era un revoltijo siniestro que mezclaba tierra y sangre por igual. La imagen viva de la locura era expresada en aquella pose.
-No... yo no tenía intenciones de matarlo, no deseaba su muerte. -Murmuró con acento desesperado, tratando no solo de dar firmeza a sus palabras, si no también de creerlas. Aquella molesta voz en su cabeza comenzó nuevamente a hacerse oír, insidiosa y profunda le hizo temblar con la caricia de la duda... de la verdad. Sabes bien que eso no es cierto, deseabas su cuerpo... su sangre caliente que vida trae con la muerte. Mesalina meneó la cabeza tratando de dar un paso en contra de aquel hombre, culminar aquello que había iniciado de una vez por todas. -Nunca desee esto, yo no quería nada de esto...
Las lagrimas comenzaban a nublar su vista, escarlata era su visión como la sangre que manchaba el suelo incitante y aun tibia. No mientas... Lo deseabas, lo anhelabas como anhelas la sangre de ese hombre. Era deliciosa ¿no es así? Era excitante y poderosa... Cada palabra, cada silaba era una daga que se clavaba en su frió y muerto corazón aun capaz de sentir el dolor de las reglas y costumbres que le habían inculcado a lo largo de su vida mortal. Cayó de rodillas ante el cuerpo del pequeño, mirándole a él y solo a él como si fuese lo único que existiera.
-¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Qué pecado tan grande he cometido que Dios me ha dado la espalda asi? No quería hacer nada de lo que ellos deseaban, no deseaba ser la mujer que mi madre deseaba y sin embargo... y sin embargo... estoy pagando por ello. -Elevó los ojos arrasados en lagrimas escarlatas, fijándose en aquel ser que demostraba ser mas fuerte y consciente que ella. -Matame. termina con mi existencia... no la quiero... no la deseo. No podré dejar de temer, de sentir horror de mi misma. No puedes dejarme sufrir así, no permitas que haga a otros sufrir así. -Se quedaba sin fuerzas, la sangre que había bebido antes de aquella primera victima se escapaba en sus lagrimas, en la fuerza que había usado momentos antes.
Cayó sobre sus manos, bajando el rostro hasta casi rozar la piel inerte de aquella victima de sus crueles y egoístas placeres. El olor de su sangre comenzaba a perder el gusto atractivo transformándose en una esencia pútrida que le revolvía el estomago. Esperaba con deseos que el ángel de la muerte descendiese sobre ella, que le tomase y llevase a donde quiera que fuese.
-No... yo no tenía intenciones de matarlo, no deseaba su muerte. -Murmuró con acento desesperado, tratando no solo de dar firmeza a sus palabras, si no también de creerlas. Aquella molesta voz en su cabeza comenzó nuevamente a hacerse oír, insidiosa y profunda le hizo temblar con la caricia de la duda... de la verdad. Sabes bien que eso no es cierto, deseabas su cuerpo... su sangre caliente que vida trae con la muerte. Mesalina meneó la cabeza tratando de dar un paso en contra de aquel hombre, culminar aquello que había iniciado de una vez por todas. -Nunca desee esto, yo no quería nada de esto...
Las lagrimas comenzaban a nublar su vista, escarlata era su visión como la sangre que manchaba el suelo incitante y aun tibia. No mientas... Lo deseabas, lo anhelabas como anhelas la sangre de ese hombre. Era deliciosa ¿no es así? Era excitante y poderosa... Cada palabra, cada silaba era una daga que se clavaba en su frió y muerto corazón aun capaz de sentir el dolor de las reglas y costumbres que le habían inculcado a lo largo de su vida mortal. Cayó de rodillas ante el cuerpo del pequeño, mirándole a él y solo a él como si fuese lo único que existiera.
-¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Qué pecado tan grande he cometido que Dios me ha dado la espalda asi? No quería hacer nada de lo que ellos deseaban, no deseaba ser la mujer que mi madre deseaba y sin embargo... y sin embargo... estoy pagando por ello. -Elevó los ojos arrasados en lagrimas escarlatas, fijándose en aquel ser que demostraba ser mas fuerte y consciente que ella. -Matame. termina con mi existencia... no la quiero... no la deseo. No podré dejar de temer, de sentir horror de mi misma. No puedes dejarme sufrir así, no permitas que haga a otros sufrir así. -Se quedaba sin fuerzas, la sangre que había bebido antes de aquella primera victima se escapaba en sus lagrimas, en la fuerza que había usado momentos antes.
Cayó sobre sus manos, bajando el rostro hasta casi rozar la piel inerte de aquella victima de sus crueles y egoístas placeres. El olor de su sangre comenzaba a perder el gusto atractivo transformándose en una esencia pútrida que le revolvía el estomago. Esperaba con deseos que el ángel de la muerte descendiese sobre ella, que le tomase y llevase a donde quiera que fuese.
Mesalina Farnese- Vampiro Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Aquella oferta, peticion, o ruego o como se prefiriera tomar las palabras de la joven Draculina, era realmente algo tentador para el. Le habia atacado ya tres veces, y la verdad no estaba dispuesto a que aquello terminase en cuatro, o mas, sobre todo por que parecia que con cada ataque iba aprendiendo como encargarse de el. Eso no era para nada algo benefactorio, ni era algo que debia de tomarse a la ligera. Al final del dia el seguia siendo un mortal, y necesitaba de descanso, descanso que solo podia llegar al dormir. Ella al contrario, descansaba por que el sol subia, pero sabia bien el que los Nosferatus podian continuar despiertos si se lo proponian, sin descansar momento alguno, solo continuando con su alimentacion. Tenia una razon para odiarle, y podria tomar su venganza en cualquier momento.
Asi pues aquello era una forma de salirse de aquella responsabilidad, de simplemente acabarle de un movimiento veloz, y de salirse de la obligacion que era ser su niñera de ahora en adelante. Podria recobrar su vida totalmente, y simplemente tendria que mostrar algo de dolor y de pena al hablar con la madre de aquella, pues sabia bien el que ella pretendia que su hija, aquella tremendamente molesta joven frente a el, fuese su esposa. Podria decir que estaba seguro hubiese sido una buena esposa si quisiese, inclusive podria seducir a tal mujer sin llevarle a la cama, hacerse su amigo, serle un fiel compañero a medida que avanzaba la edad. Sabia bien sobre la enfermedad de su Esposo, sabia bien que no tenia otro heredero alguno mas que aquella joven. Con simples manipulaciones como compresion, atencion, y aprecio, podria asegurarse que su nombre apareciese en ese testamento.
No tendria que preocuparse por la joven en lo mas minimo, en aquella lastimera mujer que le pedia con suplicas que acabece su vida, en vez de enfrentar su realidad e intentar salir adelante. Pero que podia esperar de una joven de su altura y de su clase? Estaba tan acostumbrada a que las cosas saliesen faciles que el encontrarse ante una verdadera prueba, con algo contra lo cual deberia de luchar de ahora en adelante para sobrevivir, y decidia simplemente rendirse. Patetico. Enteramente patetico.
Sus ojos se fueron a un pedazo de madera no muy lejos de donde se encontraba. Serviria bien para los propositos que la joven estaba pidiendo se tomaran contra ella. Asi pues, llevo sus manos hacia aquel madero, y trozandole, logro crear una estaca lo suficientemente puntiaguda, como para poder atravezar el pecho de la joven pelirroja, y acabar de esta forma con su existir. Con una vista determinada, y con la estaca en mano camino hacia aquella Nosferatu que se mantenia de rodillas, dandole la espalda. Un simple movimiento justo a la altura de su pecho, y la joven ni siquiera veria su rostro antes de morir. Seria algo rapido, y efectivo.
La estaca de pronto se vio rebotando, frente a aquella dama, quedando finalmente inmovil justo frente a sus ojos.
- Patetica. Una simple muerte y a esto es a lo que te reduces? El joven probablemente hubiese muerto en una semana de alguna enfermedad, si no es que terminaba siendo golpeado a muerte por algun otro vagabundo que buscase o el mismo suelo a dormir, o algun alimento que el joven lograse obtener. Quieres acabar con tu vida por ello? Adelante, alli tienes esa estaca, un simple movimiento hacia tu corazon y aquello habra terminado. Acabarte yo mismo? No te mereces tal honor. No me vere involucrado en tu suicidio. -
Asi pues aquello era una forma de salirse de aquella responsabilidad, de simplemente acabarle de un movimiento veloz, y de salirse de la obligacion que era ser su niñera de ahora en adelante. Podria recobrar su vida totalmente, y simplemente tendria que mostrar algo de dolor y de pena al hablar con la madre de aquella, pues sabia bien el que ella pretendia que su hija, aquella tremendamente molesta joven frente a el, fuese su esposa. Podria decir que estaba seguro hubiese sido una buena esposa si quisiese, inclusive podria seducir a tal mujer sin llevarle a la cama, hacerse su amigo, serle un fiel compañero a medida que avanzaba la edad. Sabia bien sobre la enfermedad de su Esposo, sabia bien que no tenia otro heredero alguno mas que aquella joven. Con simples manipulaciones como compresion, atencion, y aprecio, podria asegurarse que su nombre apareciese en ese testamento.
No tendria que preocuparse por la joven en lo mas minimo, en aquella lastimera mujer que le pedia con suplicas que acabece su vida, en vez de enfrentar su realidad e intentar salir adelante. Pero que podia esperar de una joven de su altura y de su clase? Estaba tan acostumbrada a que las cosas saliesen faciles que el encontrarse ante una verdadera prueba, con algo contra lo cual deberia de luchar de ahora en adelante para sobrevivir, y decidia simplemente rendirse. Patetico. Enteramente patetico.
Sus ojos se fueron a un pedazo de madera no muy lejos de donde se encontraba. Serviria bien para los propositos que la joven estaba pidiendo se tomaran contra ella. Asi pues, llevo sus manos hacia aquel madero, y trozandole, logro crear una estaca lo suficientemente puntiaguda, como para poder atravezar el pecho de la joven pelirroja, y acabar de esta forma con su existir. Con una vista determinada, y con la estaca en mano camino hacia aquella Nosferatu que se mantenia de rodillas, dandole la espalda. Un simple movimiento justo a la altura de su pecho, y la joven ni siquiera veria su rostro antes de morir. Seria algo rapido, y efectivo.
La estaca de pronto se vio rebotando, frente a aquella dama, quedando finalmente inmovil justo frente a sus ojos.
- Patetica. Una simple muerte y a esto es a lo que te reduces? El joven probablemente hubiese muerto en una semana de alguna enfermedad, si no es que terminaba siendo golpeado a muerte por algun otro vagabundo que buscase o el mismo suelo a dormir, o algun alimento que el joven lograse obtener. Quieres acabar con tu vida por ello? Adelante, alli tienes esa estaca, un simple movimiento hacia tu corazon y aquello habra terminado. Acabarte yo mismo? No te mereces tal honor. No me vere involucrado en tu suicidio. -
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
El desprecio en las palabras del caballero era una daga más en su corazón sin vida. Sentía y mas de aquello que había sentido como mortal, era como si el peso del dolor fuera mil veces más grande... soportable pero latente se aferraba a cada milímetro de su ser. La sed era un cosquilleo molesto en su garganta, una necesidad apremiante que trataba de olvidar en la auto compasión que subyacía de aquella nueva y maldita condición.
El pedazo de madera había rodado hasta golpear sus rodillas, era de una madera firme y dura que resistiría bien la entrada en su cavidad superior. Le miró con gesto vago por un segundo, la mano le temblaba cuando aprisionó el frió material entre sus dedos, estaba húmeda de sangre y barro. No le importó mancharse las manos como no le había importado beber de aquella primera presa en un principio. La punta del objeto parecía afilada pero no sabía si realmente serviría. Paso su indice derecho sobre aquella punta irregular.
No puedes hacerlo... no es lo que debes hacer. La voz en su cabeza trataba de sonar tranquila pero podía distinguir un ápice de desesperación en aquellas silenciosas palabras murmuradas en su mente. Has renacido con un propósito, no puedes dejar que este ser te de una salida tan sencilla. Eres mas fuerte que él. Elevó el rostro para mirarle, aquella figura tan fría y lejana como un tempano de hielo le hacía estremecer. En vida, cuando aun era denominada por los frívolos pesares de una existencia sin razón le hubiese considerado atractivo. Ahora era terrible, un ángel de muerte con ojos desconsiderados.
Rehuyendo a la voz elevó la estaca, era pesada mucho más pesada de lo que hubiese imaginado. Apretó los dientes hasta hacerles chirriar en su boca aun llena del sabor de la sangre ajena. Cerró los ojos al dirigir la punta del arma contra su pecho, no tenía el valor de verse a si misma cometer el más grande pecado a los ojos de dios. ¿Realmente tenía que preocuparse por ello? Dios ya le había abandonado, le había dado la espalda y había dejado que se convirtiera en aquel ser oscuro y terrible que solo la muerte traía consigo. Tensó su cuerpo y dejo pasar uno, dos segundos antes de menear la cabeza.
-No puedo... -declaró con un siseo, apenas un hilo de voz. -No soy capaz de hacerlo. Tienes razón soy un ser patético... -La amargura era tan fuerte como el odio que sentía hacia si misma, más fuerte incluso que el terror a su condición y desaparición. -¿Por qué tuvo que pasarme esto a mi? Ni siquiera deseaba ser tu esposa, no deseaba nada de lo que mi madre me pedía. Estaba dispuesta a irme, a perderme en un monasterio... y ahora... ahora estoy condenada a vivir esta existencia, traer muerte y caos con mi presencia. -Las palabras eran un torrente de sonidos apagados, sus ojos miraban el cadáver del niño en el suelo. Un alma más en su peso, la idea era desesperante.
Se puso de pie y con paso torpe y trémulo comenzó a andar hasta la entrada del callejón contemplando la calle vaciá y los miles de sonidos que le inundaban. -Ya no pertenezco a este mundo y no deseo pertenecer a aquel al cual se me ha relegado. ¿Qué se supone que haga? -Dijo con violencia al girarse para encarar a aquel hombre que no había sido capaz de mostrar misericordia ante ella.
El pedazo de madera había rodado hasta golpear sus rodillas, era de una madera firme y dura que resistiría bien la entrada en su cavidad superior. Le miró con gesto vago por un segundo, la mano le temblaba cuando aprisionó el frió material entre sus dedos, estaba húmeda de sangre y barro. No le importó mancharse las manos como no le había importado beber de aquella primera presa en un principio. La punta del objeto parecía afilada pero no sabía si realmente serviría. Paso su indice derecho sobre aquella punta irregular.
No puedes hacerlo... no es lo que debes hacer. La voz en su cabeza trataba de sonar tranquila pero podía distinguir un ápice de desesperación en aquellas silenciosas palabras murmuradas en su mente. Has renacido con un propósito, no puedes dejar que este ser te de una salida tan sencilla. Eres mas fuerte que él. Elevó el rostro para mirarle, aquella figura tan fría y lejana como un tempano de hielo le hacía estremecer. En vida, cuando aun era denominada por los frívolos pesares de una existencia sin razón le hubiese considerado atractivo. Ahora era terrible, un ángel de muerte con ojos desconsiderados.
Rehuyendo a la voz elevó la estaca, era pesada mucho más pesada de lo que hubiese imaginado. Apretó los dientes hasta hacerles chirriar en su boca aun llena del sabor de la sangre ajena. Cerró los ojos al dirigir la punta del arma contra su pecho, no tenía el valor de verse a si misma cometer el más grande pecado a los ojos de dios. ¿Realmente tenía que preocuparse por ello? Dios ya le había abandonado, le había dado la espalda y había dejado que se convirtiera en aquel ser oscuro y terrible que solo la muerte traía consigo. Tensó su cuerpo y dejo pasar uno, dos segundos antes de menear la cabeza.
-No puedo... -declaró con un siseo, apenas un hilo de voz. -No soy capaz de hacerlo. Tienes razón soy un ser patético... -La amargura era tan fuerte como el odio que sentía hacia si misma, más fuerte incluso que el terror a su condición y desaparición. -¿Por qué tuvo que pasarme esto a mi? Ni siquiera deseaba ser tu esposa, no deseaba nada de lo que mi madre me pedía. Estaba dispuesta a irme, a perderme en un monasterio... y ahora... ahora estoy condenada a vivir esta existencia, traer muerte y caos con mi presencia. -Las palabras eran un torrente de sonidos apagados, sus ojos miraban el cadáver del niño en el suelo. Un alma más en su peso, la idea era desesperante.
Se puso de pie y con paso torpe y trémulo comenzó a andar hasta la entrada del callejón contemplando la calle vaciá y los miles de sonidos que le inundaban. -Ya no pertenezco a este mundo y no deseo pertenecer a aquel al cual se me ha relegado. ¿Qué se supone que haga? -Dijo con violencia al girarse para encarar a aquel hombre que no había sido capaz de mostrar misericordia ante ella.
Mesalina Farnese- Vampiro Clase Alta
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Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Tantas preguntas, tantas molestias. Para su desgracia aquella Draculina ni siquiera tenia la fuerza para acabar con su propia existencia. Patetica, simplemente patetica. No quedaba de otra mas que seguir con aquella obligacion que se le habia dado debido a que la joven habia muerto bajo su proteccion y como tal era el quien se debia de encargar de ella, tras tambien haber sido el quien se habia encargado de eliminar al creador de tan molesta y remilgosa criatura llena de morales innecesarios y anticuados, morales que no aplicaban para criaturas como ella ni para criaturas como el. Asi pues, lo unico que quedaba por hacer era el ver si era capaz de empujar a esa mujer a beber.
- Tal vez esa sea la razon por la cual esto te pasa a ti. Siempre huyendo de tus deberes no es asi? Corriendo de lo que se te ha dicho debes intentar hacer, siempre pensando que tu sabes que es lo mejor, que es lo que quieres y que es por ende lo que haras. Un espiritu que desea revelarse ante los deseos de aquellos que cuentan con ella para salvarles. Demasiado Egoista de su parte joven Draculina. Demasiado lloriqueo mujer. Tarde o temprano todos recibimos un castigo por los caminos que decidimos tomar. -
Sus ojos se clavaron en esa debil, confusa, y entristecida mirada que intentaba lograr razonar todo aquello que le habia pasado desde la noche del bailable, donde su infortunio incidente le habia traido algo de mala fama y atrasaria sus planes de manera considerable. Claro, habia formas de recuperarse de algo asi, y de hacerlo que velocidad, pero el hecho era que ahora debia de recuperarse. Eso significaba que la fiesta no habia sido mas que un costo hundido, y uno que no podia recobrar. Con suerte las pocas amistades que habia logrado hacer durante el poco tiempo que duro la fiesta, le terminarian sirviendo para sus planes.
Se acerco a aquella joven Draculina, su figura quedando sobre la de ella, de tal forma que pareciese el era el vampiro que acababa de encontrar una victima que le complasiese, una pobre e inocente joven virginal, de la cual podria alimentarse y disfrutar el manjar de manjares. Sus ojos eran dos frios cubos de hielo, ojos que se clavaba en la mirada de esa criatura de ultratumba que estaba frente a el, ojos que buscaban penetrar hasta el fondo del alma de esa mujer.
- Ahora tienes otros deberes que debes seguir para sobrevivir. Tambien huiras de ellos? Seguiras corriendo viendo que horror podra traer eso? O haras caso a lo que debes hacer y maduraras lo suficiente para entender que el mundo funciona de esta manera y no hay nada que puedas hacer para cambiarle? Aun tienes alimento a tu lado, asi que no lo desperdicies. Bebe de una vez, al final y al cabo no tienes el inutil dolor de arrancarle la vida -
- Tal vez esa sea la razon por la cual esto te pasa a ti. Siempre huyendo de tus deberes no es asi? Corriendo de lo que se te ha dicho debes intentar hacer, siempre pensando que tu sabes que es lo mejor, que es lo que quieres y que es por ende lo que haras. Un espiritu que desea revelarse ante los deseos de aquellos que cuentan con ella para salvarles. Demasiado Egoista de su parte joven Draculina. Demasiado lloriqueo mujer. Tarde o temprano todos recibimos un castigo por los caminos que decidimos tomar. -
Sus ojos se clavaron en esa debil, confusa, y entristecida mirada que intentaba lograr razonar todo aquello que le habia pasado desde la noche del bailable, donde su infortunio incidente le habia traido algo de mala fama y atrasaria sus planes de manera considerable. Claro, habia formas de recuperarse de algo asi, y de hacerlo que velocidad, pero el hecho era que ahora debia de recuperarse. Eso significaba que la fiesta no habia sido mas que un costo hundido, y uno que no podia recobrar. Con suerte las pocas amistades que habia logrado hacer durante el poco tiempo que duro la fiesta, le terminarian sirviendo para sus planes.
Se acerco a aquella joven Draculina, su figura quedando sobre la de ella, de tal forma que pareciese el era el vampiro que acababa de encontrar una victima que le complasiese, una pobre e inocente joven virginal, de la cual podria alimentarse y disfrutar el manjar de manjares. Sus ojos eran dos frios cubos de hielo, ojos que se clavaba en la mirada de esa criatura de ultratumba que estaba frente a el, ojos que buscaban penetrar hasta el fondo del alma de esa mujer.
- Ahora tienes otros deberes que debes seguir para sobrevivir. Tambien huiras de ellos? Seguiras corriendo viendo que horror podra traer eso? O haras caso a lo que debes hacer y maduraras lo suficiente para entender que el mundo funciona de esta manera y no hay nada que puedas hacer para cambiarle? Aun tienes alimento a tu lado, asi que no lo desperdicies. Bebe de una vez, al final y al cabo no tienes el inutil dolor de arrancarle la vida -
Duncan Caldwell- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 04/05/2013
Re: Out of the Coffin [Mesalina]
Frunció el ceño ante las primeras palabras de aquel hombre que pretendía inundar su cabeza con una moral y una visión del mundo retorcida. Apretó los puños de las manos molesta, olvidando todo el terror que había formado un oscuro cúmulo en su corazón, una helada pesadez en su estomago y amargura en sus labios. Se giró con ojos de mirada cruel y reprobatoria mientras tensaba cada musculo de su cuerpo.
-¿Huir? ¿Lo mejor para mi? ¿Me estas diciendo que venderme al mejor postor es lo mejor para mi persona? -La idea sola de reconocer en aquel hombre tales ideas le hacia sentir asco. -Claro, alguien como tu tan libre y poderoso no tiene que soportar la ignominia que representa el ser vendida como ganado. Eres un hombre y te acuestas y casas con quien te entra en gana. -Se acercó un paso más a él. Su aroma y el sonido de su corazón le inundaba la cabeza y el alma. -Seguramente te daría lo mismo si fuese tu hermana o tu madre, eres despreciable.
La chica se giró comenzando a andar y se detuvo tras haber avanzado un par de pasos, con un gesto despectivo miró el cuerpo del infante ya frió y repulsivo a su olfato. -Cazaré por mi cuenta, no necesito que me pongas la comida en la boca. -Dijo con un tono de autosuficiencia, a pesar de aquella seguridad cuando se alejaba ya del hombre nuevamente las dudas y temores comenzaron a invadirle. Quizás aquel ser tenía razón, pero dado que se encontraba en aquella situación debía tratar de hacer lo mejor posible por si misma.
-¿Huir? ¿Lo mejor para mi? ¿Me estas diciendo que venderme al mejor postor es lo mejor para mi persona? -La idea sola de reconocer en aquel hombre tales ideas le hacia sentir asco. -Claro, alguien como tu tan libre y poderoso no tiene que soportar la ignominia que representa el ser vendida como ganado. Eres un hombre y te acuestas y casas con quien te entra en gana. -Se acercó un paso más a él. Su aroma y el sonido de su corazón le inundaba la cabeza y el alma. -Seguramente te daría lo mismo si fuese tu hermana o tu madre, eres despreciable.
La chica se giró comenzando a andar y se detuvo tras haber avanzado un par de pasos, con un gesto despectivo miró el cuerpo del infante ya frió y repulsivo a su olfato. -Cazaré por mi cuenta, no necesito que me pongas la comida en la boca. -Dijo con un tono de autosuficiencia, a pesar de aquella seguridad cuando se alejaba ya del hombre nuevamente las dudas y temores comenzaron a invadirle. Quizás aquel ser tenía razón, pero dado que se encontraba en aquella situación debía tratar de hacer lo mejor posible por si misma.
Mesalina Farnese- Vampiro Clase Alta
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