AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Hasta que la muerte nos separe [Privado]
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Hasta que la muerte nos separe [Privado]
Ella estaba allí, la podía sentir, estaba a mi lado, estaba aunque no la veía, ya lo había descubierto. Podía volver a respirar el aire que el día me brindaba, era de madrugada, podía sentir como el frio de la noche se iba como ahuyentado por las luces que llegaban a filtrarse por la ventana de mi espaciosa habitación, me levante un poco pesado, sin deseos de hacerlos, no estaba en mi mejor forma, pero debía hacerlo, tal vez mandaría a preparar algo de café, pero sabía que mis sirvientes no estaban despiertos, aun no era momento de mostrarme interesado en levantarme de aquella cama, aunque mi deber me llamaba había algo en aquella cama, dentro de ella que era como un imán, me atraía, me atrapaba sin que yo pudiera hacer nada.
Volví a ella como fiel sirviente que me sentía cuando estaba cerca de aquella hermosura de mujer, que se escondía entre las sabanas como un fruto prohibido, siempre lo había sido, pero eso no me había hecho cambiar de opinión de ella ahora burlábamos a la muerte, amándonos aun después de esta. ¿Hasta que la muerte nos separe? Eso no era para nosotros, hasta en sueños nos podríamos encontrar, nada nos volvería a separar, ya teníamos un código, ella me ayudaba en mi trabajo, así no se sentía tan obsoleta.
-Amore…- le susurre suavemente al oído mientras veía su espalda desnuda en aquella acolchonada cama –Debo ir a trabajar- le dijo suavemente dándole un beso en la mejilla que sobresalía, no entendía bien si ella realmente dormía o necesitaba descansar, pero ella sabía que adoraba verla de esa forma, pues se veía jodidamente sexy y eso me enloquecía, pero ¿Cuál hombre no adoraba que lo primero que viera fuera una musa como aquella? Aunque dije que me tenía que ir, volví a acostarme, rodeándole la cintura mientras suspiraba. Me sentía como un niño que no podía despegarse de su juguete preferido, pero ella era más que eso. –Me siento perdido…- confesé dejando salir un jadeo suave. Ella a lo mejor me estaba escuchando, pero dejaba que yo siguiera en m dilema existencial. A la final cerré mis ojos y volví a caer en un sueño suave y delicioso, pues ella estaba a mi lado y eso me daba la seguridad y alegría para volver a dormirme como un niño.
Volví a ella como fiel sirviente que me sentía cuando estaba cerca de aquella hermosura de mujer, que se escondía entre las sabanas como un fruto prohibido, siempre lo había sido, pero eso no me había hecho cambiar de opinión de ella ahora burlábamos a la muerte, amándonos aun después de esta. ¿Hasta que la muerte nos separe? Eso no era para nosotros, hasta en sueños nos podríamos encontrar, nada nos volvería a separar, ya teníamos un código, ella me ayudaba en mi trabajo, así no se sentía tan obsoleta.
-Amore…- le susurre suavemente al oído mientras veía su espalda desnuda en aquella acolchonada cama –Debo ir a trabajar- le dijo suavemente dándole un beso en la mejilla que sobresalía, no entendía bien si ella realmente dormía o necesitaba descansar, pero ella sabía que adoraba verla de esa forma, pues se veía jodidamente sexy y eso me enloquecía, pero ¿Cuál hombre no adoraba que lo primero que viera fuera una musa como aquella? Aunque dije que me tenía que ir, volví a acostarme, rodeándole la cintura mientras suspiraba. Me sentía como un niño que no podía despegarse de su juguete preferido, pero ella era más que eso. –Me siento perdido…- confesé dejando salir un jadeo suave. Ella a lo mejor me estaba escuchando, pero dejaba que yo siguiera en m dilema existencial. A la final cerré mis ojos y volví a caer en un sueño suave y delicioso, pues ella estaba a mi lado y eso me daba la seguridad y alegría para volver a dormirme como un niño.
Karlo De Martino- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 21/04/2013
Re: Hasta que la muerte nos separe [Privado]
Estoy feliz a tu lado, nada va a hacer que nos separemos de nuevo, nada más, ahora que estábamos juntos, aquí, en esta habitación, estoy mirando a la cara y yo sonrió por la felicidad que me llena de alegría dentro de este cuerpo muerto. Me gustaría volver a ser humana, y estar con nuestro hijo.... ¡MI NIÑO! - ¡HIJO! -Dije en voz alta, y yo gritaba de lo que me había olvidado. Me he olvidado de mi hijo, nuestro hijo, que es una preocupación de los dos-Karlo, mi amore... ¿Dónde está nuestro hijo? -Le pregunté muy preocupada, me senté sobre sus caderas, por encima de su miembro, comenzando una tortura sobre él - DIME! ¿Dónde está? -Le pregunté de nuevo más preocupada, me acerqué a su cara y tome sus dos mejillas para sostener su rostro.
Me quedaba mirándole fijamente a los ojos, aquellos ojos de azul cielo que tanto me gustaban observar. Por dios, no podía enfadarme con él, ¿Y si no le habían dicho nada? - ¿No te dejaron venir a verme cuando morí? –Me quede mirándole fijamente a los ojos, me fui separando, intente llorar, que las lagrimas salieran por si solas, pero solo podía sentir la sensación pero no vivirla con lagrimas. No salían, deje de actuar de verdad.
Entonces quien era el que mentía...¿Yo? ¿O nadie? Me quede mirándolo fijamente, no dije nada, me separaba de él, notaba el frio abrazarnos por nuestros cuerpos hasta separarnos. Me fui andando por la cama desnuda, como dios me trajo al mundo y como me aparto de Karlo, bueno, no, estaba con él, le sonreí con ganas, me volví a acercar a él, besándolo con fuerza-...Amore...-Lo besaba una y otra vez-...Amore...Ti amo...-Susurro palabras sobre sus labios, sobre aquellos labios rosados en los que me estaba ocupando de besarlos una y otra vez, me quede mirándole, sonriendo y de repente comencé cada una de sus cicatrices que había por su cuerpo.
Me agradaban, le hacían ver sexy a como le conocí antes, casi sin ninguna, le mire, fijamente a sus ojos-...Llévame contigo...-susurre- No quiero que te vayas de mi lado por nunca más...ahora, que podemos ser libres y sin nadie que nos diga que no podemos estar juntos...-Le mire a los ojos, si, me gustaba cada parte de su cuerpo, pero sus ojos eran demasiado expresivos-...¿Sabes? Hoy...mejor no...No vayas...-Susurro-...Quedémonos haciendo pastelitos o tortitas francesas, vayámonos a un mundo en el que solo estemos tu y yo....-le acaricie su rostro, lentamente, besándolo, besando su sien, su mejilla, su cuello-...O quedémonos aquí, sin salir de la habitación...-Sonreí lentamente, Enrede mis dedos en su corta cabellera, la que comencé a despeinar mientras volvía a sentarme sobre sus caderas, a moverme encima de él-...O...vamos Karlo..Mi amore...-susurre en su oído, le deseaba, era mío en el pasado, presente y futuro, mío. Solo mío.
Me quedaba mirándole fijamente a los ojos, aquellos ojos de azul cielo que tanto me gustaban observar. Por dios, no podía enfadarme con él, ¿Y si no le habían dicho nada? - ¿No te dejaron venir a verme cuando morí? –Me quede mirándole fijamente a los ojos, me fui separando, intente llorar, que las lagrimas salieran por si solas, pero solo podía sentir la sensación pero no vivirla con lagrimas. No salían, deje de actuar de verdad.
Entonces quien era el que mentía...¿Yo? ¿O nadie? Me quede mirándolo fijamente, no dije nada, me separaba de él, notaba el frio abrazarnos por nuestros cuerpos hasta separarnos. Me fui andando por la cama desnuda, como dios me trajo al mundo y como me aparto de Karlo, bueno, no, estaba con él, le sonreí con ganas, me volví a acercar a él, besándolo con fuerza-...Amore...-Lo besaba una y otra vez-...Amore...Ti amo...-Susurro palabras sobre sus labios, sobre aquellos labios rosados en los que me estaba ocupando de besarlos una y otra vez, me quede mirándole, sonriendo y de repente comencé cada una de sus cicatrices que había por su cuerpo.
Me agradaban, le hacían ver sexy a como le conocí antes, casi sin ninguna, le mire, fijamente a sus ojos-...Llévame contigo...-susurre- No quiero que te vayas de mi lado por nunca más...ahora, que podemos ser libres y sin nadie que nos diga que no podemos estar juntos...-Le mire a los ojos, si, me gustaba cada parte de su cuerpo, pero sus ojos eran demasiado expresivos-...¿Sabes? Hoy...mejor no...No vayas...-Susurro-...Quedémonos haciendo pastelitos o tortitas francesas, vayámonos a un mundo en el que solo estemos tu y yo....-le acaricie su rostro, lentamente, besándolo, besando su sien, su mejilla, su cuello-...O quedémonos aquí, sin salir de la habitación...-Sonreí lentamente, Enrede mis dedos en su corta cabellera, la que comencé a despeinar mientras volvía a sentarme sobre sus caderas, a moverme encima de él-...O...vamos Karlo..Mi amore...-susurre en su oído, le deseaba, era mío en el pasado, presente y futuro, mío. Solo mío.
Kimariell Dimei- Fantasma
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Fecha de inscripción : 16/03/2012
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Re: Hasta que la muerte nos separe [Privado]
Estaba dormido, no escuche su grito, pude sentir como a lo lejano alguien me llamaba, pero mi sueño parecía más importante, una presión en mi cuerpo comencé a sentir, gire mi rostro hacia un lado pero ella me atrapo con sus dos manitos para que yo lo mantuviera fijo a su ella, abrí los ojos lentamente, encontrándome con sus ojos algo confundidos, llenos de angustia, no entendí muy bien lo que sucedía, pero me preocuparla verla así, le sujete las manos mientras le detallaba cada parte de su rostro como si esta me estuviera hipnotizando. Negué suavemente ante aquella pregunta y ella pareció abatida por mi respuesta, rápidamente me reincorpore y le puse mis dos manos, una en cada hombro –Cuando llegue, me dijeron que ya estabas con tus padres y estos hicieron enterrar tu cuerpo lo más pronto posible- dije de forma lenta. Pareció recuperarse, duro un poco pero la deje que se fuera, andando como una minina por el lugar, luego regreso a mí para darme un beso en y decirme cuanto me amaba, yo sonreí complacido mientras sujetada su rostro y lo llenaba de todos los besos que podía.
Era una niña curiosa, se distraía con cualquier cosa, ahora miraba mi cuerpo desnudo y las marcas de todas las batallas que había tenido y que por torpe me habían marcado, me gustaba ver aquellos ojos recorrer mi cuerpo, sonreí suavemente al escucharla. La sostuve entre mis brazos por unos segundos, pero estaba inquieta, más agitada de lo normal y no podía controlarla, ya se le había metido una idea en la cabeza y ahora no había quien se lo sacara -¿Quieres ir conmigo a trabajar?- pregunte alzando una de mis cejas, incrédulo y a la vez divertido de pensar que iba a tener la ayuda de un ser sobrenatural.
Sus besos me invadieron como si fueran veneno que recorría todo mi cuerpo, estuve a punto de decir que si, de aceptar que me quedara en su cama y sin más seguir con una fiesta que parecía no tener fin, pero entonces debía hacer algunas cartas para indicarle a mi cliente que hoy no podría comenzar su misión. Me había acostado otra vez, dejando que esta se montara otra vez en mis caderas –oh… vamos Kimariell me comienzas a marear- le dije sonriendo de medio lado mientras ponía uno de mis brazos encima de mi cabeza –Principessa…- le susurre en su perfecto italiano -¿Vas a hacer mi ángel guardián? ¿Mi protettrice Protectora?- suspire levemente para estirar mi brazo y poder llegar a uno de sus senos desnudos y pellizcar traviesamente aquel pezón que estaba ante mis ojos.
Era una niña curiosa, se distraía con cualquier cosa, ahora miraba mi cuerpo desnudo y las marcas de todas las batallas que había tenido y que por torpe me habían marcado, me gustaba ver aquellos ojos recorrer mi cuerpo, sonreí suavemente al escucharla. La sostuve entre mis brazos por unos segundos, pero estaba inquieta, más agitada de lo normal y no podía controlarla, ya se le había metido una idea en la cabeza y ahora no había quien se lo sacara -¿Quieres ir conmigo a trabajar?- pregunte alzando una de mis cejas, incrédulo y a la vez divertido de pensar que iba a tener la ayuda de un ser sobrenatural.
Sus besos me invadieron como si fueran veneno que recorría todo mi cuerpo, estuve a punto de decir que si, de aceptar que me quedara en su cama y sin más seguir con una fiesta que parecía no tener fin, pero entonces debía hacer algunas cartas para indicarle a mi cliente que hoy no podría comenzar su misión. Me había acostado otra vez, dejando que esta se montara otra vez en mis caderas –oh… vamos Kimariell me comienzas a marear- le dije sonriendo de medio lado mientras ponía uno de mis brazos encima de mi cabeza –Principessa…- le susurre en su perfecto italiano -¿Vas a hacer mi ángel guardián? ¿Mi protettrice Protectora?- suspire levemente para estirar mi brazo y poder llegar a uno de sus senos desnudos y pellizcar traviesamente aquel pezón que estaba ante mis ojos.
Karlo De Martino- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 21/04/2013
Re: Hasta que la muerte nos separe [Privado]
No pude evitar reír y estremecerme al notar como quería jugar con mi cuerpo –He…ahora…que estamos juntos, no voy a dejar que te vayas de mi lado, no, nunca más….-reía para esconder mi congoja, la congoja que en pocos segundos no pude esconder y que por mucho que intentara llorar, mis lágrimas no salían, querían salir pero no salían, me baje de Karlo, mirándolo a los ojos-…¿Sabes lo que he pasado para encontrarte? –Me quede sentada en el suelo frio de mármol, apoyada como muro la cama que tenía a Karlo tumbado en ella.
Seguía haciendo que lloraba pero no, nada salía de mis ojos. Paso un tiempo pude notar que estábamos en silencio. Algo pasaba. No me entendía…no entendía porque me alteraba tanto, me levante del suelo y me quede mirando que la cama estaba vacía por completo. No veía a Karlo por ningún lado…no le veía, mire a la habitación, cogí la sabana y me tape entera, comencé a buscarlo -¡KARLO! ¡KARLO! –Grite asustada buscándole por toda la habitación. Salí de la habitación y con la sabana en mi cuerpo fui buscándolo de nuevo.
-¡KARLO!? ¿Dónde estás!? –Pregunte a pleno pulmón pero no había nadie que levantara la vista hacia donde yo estaba. Volví a la habitación, mirando lo vacía que estaba. Me quede en una esquina de la cama, sentada y encorvada pensando en vagas imágenes que venían al instante, recordando aquella noche de pecado en la que nació mi hijo que ya no estaba cerca de nosotros. Temblé, me abracé a mí misma y me hice una bola agradable en el lecho de la cama. A cuatro patas gatee enseguida hacia el rincón en donde había estado Karlo, lo olí lentamente, sintiendo como me excitaba al oler el aroma de Karlo, olor de italiano puro, hundí mi cabeza en la almohada donde él había colocado su cabeza y la había llenado de sudor, levante la cabeza para seguir ese aroma con los ojos cerrados.
-Agh…Karlo…mi amore…-implore su nombre al vacío en una entonación más bien excitada, me tome uno de mis senos mientras me daba la vuelta, la sabana me hacía de compañía alrededor de mi cuerpo, haciéndome sentir por cada poro de mi piel la sensación de placer de una caricia – Aagh…Dios mío Karlo…-susurre su nombre, me encorve con sensualidad, note un cuerpo a mi lado, fresco y húmedo, como si hubiera tomado un baño a largo plazo, mire por encima de mi hombro y un jubilo inundo mis esperanzas-…Estaba pensando en ti..mi amore…-susurre dándome la vuelta por completo y quedarme mirándolo, sonriendo y volviendo a poner mis manos sobre sus rizos, acariciándolos y juntando mi cuerpo contra el de el.
Seguía haciendo que lloraba pero no, nada salía de mis ojos. Paso un tiempo pude notar que estábamos en silencio. Algo pasaba. No me entendía…no entendía porque me alteraba tanto, me levante del suelo y me quede mirando que la cama estaba vacía por completo. No veía a Karlo por ningún lado…no le veía, mire a la habitación, cogí la sabana y me tape entera, comencé a buscarlo -¡KARLO! ¡KARLO! –Grite asustada buscándole por toda la habitación. Salí de la habitación y con la sabana en mi cuerpo fui buscándolo de nuevo.
-¡KARLO!? ¿Dónde estás!? –Pregunte a pleno pulmón pero no había nadie que levantara la vista hacia donde yo estaba. Volví a la habitación, mirando lo vacía que estaba. Me quede en una esquina de la cama, sentada y encorvada pensando en vagas imágenes que venían al instante, recordando aquella noche de pecado en la que nació mi hijo que ya no estaba cerca de nosotros. Temblé, me abracé a mí misma y me hice una bola agradable en el lecho de la cama. A cuatro patas gatee enseguida hacia el rincón en donde había estado Karlo, lo olí lentamente, sintiendo como me excitaba al oler el aroma de Karlo, olor de italiano puro, hundí mi cabeza en la almohada donde él había colocado su cabeza y la había llenado de sudor, levante la cabeza para seguir ese aroma con los ojos cerrados.
-Agh…Karlo…mi amore…-implore su nombre al vacío en una entonación más bien excitada, me tome uno de mis senos mientras me daba la vuelta, la sabana me hacía de compañía alrededor de mi cuerpo, haciéndome sentir por cada poro de mi piel la sensación de placer de una caricia – Aagh…Dios mío Karlo…-susurre su nombre, me encorve con sensualidad, note un cuerpo a mi lado, fresco y húmedo, como si hubiera tomado un baño a largo plazo, mire por encima de mi hombro y un jubilo inundo mis esperanzas-…Estaba pensando en ti..mi amore…-susurre dándome la vuelta por completo y quedarme mirándolo, sonriendo y volviendo a poner mis manos sobre sus rizos, acariciándolos y juntando mi cuerpo contra el de el.
Kimariell Dimei- Fantasma
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Fecha de inscripción : 16/03/2012
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Re: Hasta que la muerte nos separe [Privado]
Recordaba como si fuera ayer a la dulce niña que le había robado mi corazón y nunca me lo quiso devolver, que tortura tan grande era sentir que no podía hacer nada sin ella, le seria fiel hasta mi vida me fuera arrancada y tal vez luego me convertiría en fantasma como ella, viviendo la divina comedia de burlar a la muerte con nuestro amor. ¿Seriamos arrastrados a lugares distintos? No lo permitiríamos, ya habíamos descubierto que nosotros juntos éramos más fuertes. Sonreí ampliamente, sintiendo que podría ir hasta el fin del mundo, perdiéndose junto con ella, no importa donde, solamente importaría que nuestras almas y cuerpos estuvieran juntos y nunca más se separaran.
Me levante un momento, parecía que ella se había distraído, le di un beso en su cabeza para caminar hacia donde estaría el cuarto de aseo. Se había perdido nuevamente entre sus pensamientos, mientras yo, seguía tranquilo en el cuarto de lavado para poder adelantar algo antes de salir. Mi cuerpo fue mojado y restregado con cierta rapidez, pues aunque sabía que ella estaba cerca mi cuerpo ya deseaba volver a estar con ella, tal vez ya era algo instintivo. Escuche unos murmullos a lo lejos, seria ella llamándome para volver a estar a su lado, pero no respondí, solamente entrecerré mis ojos para poder disfrutar la próxima tanda de agua fresca que caía en mi cuerpo enjabonado.
Ya luego Salí del baño, freso y con una toalla en mi cintura, estirando mis brazos, para con pasos tranquilos y relajados llegar fácilmente hacia donde estaba la cama y ella. La encontré en la cama, sonreí sin poder evitarlo y llegue a sus brazos para rápidamente, encontrar el camino hasta sus labios, los bese, mientras apegaba nuestros cuerpos cada vez mas –Niña llorona…- le susurre suavemente con aun mis labios entre los suyos. –prepárate… iremos a entrenar- aunque dije eso, mis manos se fueron a unos de sus músculos, para acomodarme aun mas entre su cuerpo, para atrapar sus labios como una bestia y moverme entre su interior con mi lengua, que parecía estar luchando con la de ella.
Mi rostro quedo oculto en su cuello, su delicioso cuello que no tenía olor ni sudor, pero que aun así, me recordaba lo deliciosos que era su sabor, lo mordí y lamí, buscando los puntos que pudiera hacerla estremecer, para luego hacer un camino hasta el lóbulo de su oreja mientras en mis labios una risa picara había y sentía que no podía borrarla nunca. ¡Debía concentrarme! pero ella no me dejaba, tal vez la tendría que castigar por ser tan sexy… malvada, me distaría para que no me fuera de la cama.
Me levante un momento, parecía que ella se había distraído, le di un beso en su cabeza para caminar hacia donde estaría el cuarto de aseo. Se había perdido nuevamente entre sus pensamientos, mientras yo, seguía tranquilo en el cuarto de lavado para poder adelantar algo antes de salir. Mi cuerpo fue mojado y restregado con cierta rapidez, pues aunque sabía que ella estaba cerca mi cuerpo ya deseaba volver a estar con ella, tal vez ya era algo instintivo. Escuche unos murmullos a lo lejos, seria ella llamándome para volver a estar a su lado, pero no respondí, solamente entrecerré mis ojos para poder disfrutar la próxima tanda de agua fresca que caía en mi cuerpo enjabonado.
Ya luego Salí del baño, freso y con una toalla en mi cintura, estirando mis brazos, para con pasos tranquilos y relajados llegar fácilmente hacia donde estaba la cama y ella. La encontré en la cama, sonreí sin poder evitarlo y llegue a sus brazos para rápidamente, encontrar el camino hasta sus labios, los bese, mientras apegaba nuestros cuerpos cada vez mas –Niña llorona…- le susurre suavemente con aun mis labios entre los suyos. –prepárate… iremos a entrenar- aunque dije eso, mis manos se fueron a unos de sus músculos, para acomodarme aun mas entre su cuerpo, para atrapar sus labios como una bestia y moverme entre su interior con mi lengua, que parecía estar luchando con la de ella.
Mi rostro quedo oculto en su cuello, su delicioso cuello que no tenía olor ni sudor, pero que aun así, me recordaba lo deliciosos que era su sabor, lo mordí y lamí, buscando los puntos que pudiera hacerla estremecer, para luego hacer un camino hasta el lóbulo de su oreja mientras en mis labios una risa picara había y sentía que no podía borrarla nunca. ¡Debía concentrarme! pero ella no me dejaba, tal vez la tendría que castigar por ser tan sexy… malvada, me distaría para que no me fuera de la cama.
Karlo De Martino- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 21/04/2013
Re: Hasta que la muerte nos separe [Privado]
Su cuerpo era un completo idiota que enseguida se encendia con las caricias de Karlo sobre su cuerpo, esta se estremecia con las mordidas falsas y las lamidas en su cuello, ella estaba cada vez perdia mas el control en brazos de su amado, abrio las piernas y acerco sus labios al oido ajeno -...Follame Karlo....-le mordio la oreja con cierta rudeza a lo que esta luego le enredo las caderas con ambas piernas, atrayendolo hacia ella y sentir con su humedo sexo el falo tentador de Karlo, tomo la toalla y se la quito de enmedio, sintiendo asi su cuerpo contra el propio.
-...ahg...Karlo...hazme tuya por favor...-dijo en cierta suplica, sus manos iban por el humedo torso de Karlo, haciendo un recorrido lento y sensual a lo que despues sus manos fueron a parar a las nalgas de Karlo, estrujandolas con ganas mientras ella con una mano que dejo libre fue buscando el miembro de Karlo, lo encontro y lo acaricio con la mano para despues meterlo dentro de ella de inmediato-...anda...deja el entrenamiento y practica con tu "esposa"....-susurro para despues bajar con sus labios en una cadena de besos lenta y bastante sensual.
Kimariell solamente volvio a masajear las nalgas de su esposo o su casi esposo, esto de que ahora pudieran vivir solamente ellos dos le encantaba demasiado, nunca habia podido soñar con que podria estar solamente con Karlo y nadie mas...aunque ella queria saber de su hijo, seguramente Karlo no sabia nada de nada. Sus manos pararon, su cuerpo paró de funcionar de inmediato como si enseguida, el fantasma de Kimariell hubiera perdido su esencia o si de verdad la parca hubiera llegado a su encuentro para llevarsela con ella. Pero era un fantasma, ya no podia morir ¿O si?
No hacia nada que estar inconsciente encima de la cama, con los brazos extendidos y como si estuviera en un magnifico sueño. No sabia que estaba pasando, de repente se vio envuelta en unas imagenes en las que aparecia ella con varias novicias dando a luz, vio como se llevaban a su hijo y enseguida, la imagen se disipo, haciendola volver en si misma, estaba tumbada en la cama, miraba el techo de la mansion y noto un ligero escozor en ambas mejillas, como si la hubieran abofeteado para que despertara de algun sueño o del coma.
-¿hum? -miro a Karlo que estaba a su lado, ella parpadeo y solamente se le quedo mirando-...¿Karlo? -Se quedo mirandolo fijamente a los ojos-....¿Que haces desnudo? ¿Y nuestro hijo? -Preguntó, parecia como si lo preguntara por primera vez, pero de inmediato se lanzo a sus brazos-...Hagamos el amor, cuore mio...
-...ahg...Karlo...hazme tuya por favor...-dijo en cierta suplica, sus manos iban por el humedo torso de Karlo, haciendo un recorrido lento y sensual a lo que despues sus manos fueron a parar a las nalgas de Karlo, estrujandolas con ganas mientras ella con una mano que dejo libre fue buscando el miembro de Karlo, lo encontro y lo acaricio con la mano para despues meterlo dentro de ella de inmediato-...anda...deja el entrenamiento y practica con tu "esposa"....-susurro para despues bajar con sus labios en una cadena de besos lenta y bastante sensual.
Kimariell solamente volvio a masajear las nalgas de su esposo o su casi esposo, esto de que ahora pudieran vivir solamente ellos dos le encantaba demasiado, nunca habia podido soñar con que podria estar solamente con Karlo y nadie mas...aunque ella queria saber de su hijo, seguramente Karlo no sabia nada de nada. Sus manos pararon, su cuerpo paró de funcionar de inmediato como si enseguida, el fantasma de Kimariell hubiera perdido su esencia o si de verdad la parca hubiera llegado a su encuentro para llevarsela con ella. Pero era un fantasma, ya no podia morir ¿O si?
No hacia nada que estar inconsciente encima de la cama, con los brazos extendidos y como si estuviera en un magnifico sueño. No sabia que estaba pasando, de repente se vio envuelta en unas imagenes en las que aparecia ella con varias novicias dando a luz, vio como se llevaban a su hijo y enseguida, la imagen se disipo, haciendola volver en si misma, estaba tumbada en la cama, miraba el techo de la mansion y noto un ligero escozor en ambas mejillas, como si la hubieran abofeteado para que despertara de algun sueño o del coma.
-¿hum? -miro a Karlo que estaba a su lado, ella parpadeo y solamente se le quedo mirando-...¿Karlo? -Se quedo mirandolo fijamente a los ojos-....¿Que haces desnudo? ¿Y nuestro hijo? -Preguntó, parecia como si lo preguntara por primera vez, pero de inmediato se lanzo a sus brazos-...Hagamos el amor, cuore mio...
Kimariell Dimei- Fantasma
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Fecha de inscripción : 16/03/2012
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Re: Hasta que la muerte nos separe [Privado]
Tenía un aire de manipulación que no podía decir que no, solamente podía ir hacia adelante, asentir a todo lo que decía, podía sentir el calor encenderse en su interior, la excitación comenzaba a ser notable en mi entrepierna, aunque quisiera ocultarlo, ya estaba entumecido. La mano traviesa de mi amada lo hacía llevado hasta su interior, su cálido y amado interior. Deje salir un leve gemido, al sentir tal placer recorrer mi cuerpo, las caderas se movían por sí sola. Me oculte entre su cuello mientras un pequeño jadeo salía de mis labios.
-¿Querida?- mire preocupado, no había reacción alguna, alce mi rostro para encontrarme con una mirada perdida. Me preocupe, Salí de ella para sujetarla de los hombros y buscar alguna reacción, pero nada sucedía, parecía como si se hubiera quedado en una especia de trance. Cierto miedo recorrió mi cuerpo. ¿Si se quedaba así para siempre? ¿Si desaparecía y la perdía otra vez?. No deseaba eso, la quería siempre a mi lado, si se volvía a ir, no sabría lo que haría, me perdería en la desesperación total. La abrace fuertemente, ocultando mi rostro en su pecho.
Fue como una canción hermosa, escuchar la voz de mi amada, alce la mirada, mientras mi mano seguía aferrada a su cuerpo –Kimariell… - susurre y trate de besarla, pero rápidamente me retire de sus labios, antes de haberlos tocado al notar la incoherencia que en esos momentos decía. Estaba algo confundido, tuve que detenerla por unos momentos mientras trataba de comprender lo que había sucedido -¿Te sientes bien?- pregunte buscando alguna temperatura alta en su cuerpo, pero recordé después que eso era ridículo y retire mi mano de su frente. –Kim… estábamos haciendo el amor, pero te quedaste como piedra- trate de explicar aun preocupado, pero parecía que ella no deseaba entender lo que estaba diciendo. Cierta frustración llego a mí, me levante, poniéndome en el borde de la cama, mientras dejaba salir un suave suspiro para tranquilizarme. Acaricie mi cabeza, alborotando mis cabellos, busque entre el piso mi toalla para volverme a ponerla entre mi intimidad.
-¿Querida?- mire preocupado, no había reacción alguna, alce mi rostro para encontrarme con una mirada perdida. Me preocupe, Salí de ella para sujetarla de los hombros y buscar alguna reacción, pero nada sucedía, parecía como si se hubiera quedado en una especia de trance. Cierto miedo recorrió mi cuerpo. ¿Si se quedaba así para siempre? ¿Si desaparecía y la perdía otra vez?. No deseaba eso, la quería siempre a mi lado, si se volvía a ir, no sabría lo que haría, me perdería en la desesperación total. La abrace fuertemente, ocultando mi rostro en su pecho.
Fue como una canción hermosa, escuchar la voz de mi amada, alce la mirada, mientras mi mano seguía aferrada a su cuerpo –Kimariell… - susurre y trate de besarla, pero rápidamente me retire de sus labios, antes de haberlos tocado al notar la incoherencia que en esos momentos decía. Estaba algo confundido, tuve que detenerla por unos momentos mientras trataba de comprender lo que había sucedido -¿Te sientes bien?- pregunte buscando alguna temperatura alta en su cuerpo, pero recordé después que eso era ridículo y retire mi mano de su frente. –Kim… estábamos haciendo el amor, pero te quedaste como piedra- trate de explicar aun preocupado, pero parecía que ella no deseaba entender lo que estaba diciendo. Cierta frustración llego a mí, me levante, poniéndome en el borde de la cama, mientras dejaba salir un suave suspiro para tranquilizarme. Acaricie mi cabeza, alborotando mis cabellos, busque entre el piso mi toalla para volverme a ponerla entre mi intimidad.
Karlo De Martino- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/04/2013
Re: Hasta que la muerte nos separe [Privado]
Se arropo con las sabanas lentamente, mirándolo fijamente-…Karlo…-lentamente lo dijo, como perdiendo la voz-….No te vayas por favor…-susurro lentamente, se bajó de la cama y lo siguió hasta atraparlo entre sus brazos por detrás, pegando su desnudo cuerpo contra el ajeno, mirándolo fijamente-….Te quiero…perdón si hice algo mal….-susurro mirándolo fijamente a los ojos cuando ella se giró y se puso delante de él, le tomo de las mejillas y le quito la toalla de sus caderas para dejarla caer, su mano fue a sus muslos y después ella se juntó con el cuerpo del otro, que lo sintiera, apoyo la cabeza sobre torso. Sollozó de nuevo-No te vayas te acabo de recuperar…-lo miro fijamente-…No me hagas buscarte en la muerte…-se quedó mirándolo más de cerca, sus rubios cabellos se quedaban colgando cuando se alzaba con sus pies para poder besárlo lentamente en sus labios, cogiéndose de su cuerpo lentamente y con fueza aunque podría hacerse etérea pero quería besarlo como su amada humana que una vez fue en vida atrás.
Los minutos estaban pasando rápidamente mientras los amantes estaban el uno junto al otro, termino por abrazarlo, por quedarse así por siempre por lo que quedaba de hora, pero se acordó de que tenía que ir a …. Trabajar. No quería verlo como ella, como un fantasma en donde se quedó viéndose a sí misma y como comenzaba a desaparecer por su estado de ánimo-Soy invisible….creo que lo he sido siempre…-comenzaba a encontrarse baja de ánimos, sus manos se veían muy transparentes, sus piernas, su piel más pálida que siempre, después pensó en que no quería desaparecer, miraba a Karlo-…Karlo…anda…-le tomo de la mano-…solo hoy…hagamos cosas juntos….-susurro para si, para Karlo mientras tiraba de el hacia la cama.
Los minutos estaban pasando rápidamente mientras los amantes estaban el uno junto al otro, termino por abrazarlo, por quedarse así por siempre por lo que quedaba de hora, pero se acordó de que tenía que ir a …. Trabajar. No quería verlo como ella, como un fantasma en donde se quedó viéndose a sí misma y como comenzaba a desaparecer por su estado de ánimo-Soy invisible….creo que lo he sido siempre…-comenzaba a encontrarse baja de ánimos, sus manos se veían muy transparentes, sus piernas, su piel más pálida que siempre, después pensó en que no quería desaparecer, miraba a Karlo-…Karlo…anda…-le tomo de la mano-…solo hoy…hagamos cosas juntos….-susurro para si, para Karlo mientras tiraba de el hacia la cama.
Kimariell Dimei- Fantasma
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Fecha de inscripción : 16/03/2012
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Re: Hasta que la muerte nos separe [Privado]
Siempre siendo una niña caprichosa, que desea obtener lo que quiera, tal vez siempre la había visto de ese modo, viendo de la clase más alta, estaría acostumbrada a eso. No me molestaba, en realidad me parecía de cierta forma, bonito, pues yo siempre deseaba darle lo mejor de lo mejor, no importara cuanto me costara. Sentí sus brazos sujetándome, no pude evitar sonreír. Nuestros cuerpos se encontraron nuevamente, era extraño volver a sentirla, aun no me acostumbraba del todo a tenerla nuevamente cerca de mí, deseaba tenerla siempre cerca para poder acariciarla continuamente, hasta que mi manos se volvieran extrañas masas, fijadas en su cuerpo.
Al final fui atrapado entre su abrazo y sus besos, me fue imposible alejarme de ella, le acepte sus caricias, sus labios me hipnotizaron completamente hasta que termino desapareciendo al frente de mi, con uno de esos trucos de su nuevo estado. Deje salir un leve gruñido, al no notar su cuerpo cerca del mío. –Nunca serás invisible para mí- camine hacia la cama, siendo atrayendo por su belleza y mi amor por ella. La abrace como pude, siendo guiado por mi instinto, bese su cuello mientras buscaba apretujara todo lo que pudiera, para que no se sintiera sola.
Llegue a la cama, me acosté, arrastrándola conmigo también, la veía deprimida, me sentía también afectado, deseaba verla sonreír y feliz, junto a mí, bese su mejilla, busque ocultar mi rostro en su cuello –Kim… se protegerme… no te preocupes por mi- le susurre suavemente, mientras buscaba acercarme cada ver mas a ella, para que pudiera sentir mi calor, mi presencia para que volviera a mi nuevamente.
Al final fui atrapado entre su abrazo y sus besos, me fue imposible alejarme de ella, le acepte sus caricias, sus labios me hipnotizaron completamente hasta que termino desapareciendo al frente de mi, con uno de esos trucos de su nuevo estado. Deje salir un leve gruñido, al no notar su cuerpo cerca del mío. –Nunca serás invisible para mí- camine hacia la cama, siendo atrayendo por su belleza y mi amor por ella. La abrace como pude, siendo guiado por mi instinto, bese su cuello mientras buscaba apretujara todo lo que pudiera, para que no se sintiera sola.
Llegue a la cama, me acosté, arrastrándola conmigo también, la veía deprimida, me sentía también afectado, deseaba verla sonreír y feliz, junto a mí, bese su mejilla, busque ocultar mi rostro en su cuello –Kim… se protegerme… no te preocupes por mi- le susurre suavemente, mientras buscaba acercarme cada ver mas a ella, para que pudiera sentir mi calor, mi presencia para que volviera a mi nuevamente.
Karlo De Martino- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/04/2013
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