AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Jusqu'à ce que la mort nous sépare? [privado]
2 participantes
Página 1 de 1.
Jusqu'à ce que la mort nous sépare? [privado]
"Till dead do us apart?"
Cuando has vivido lo suficiente y durante tantos siglos, el tiempo pierde valor. La vida misma se torna opaca reduciendo los placeres, amigos y familias; no es que los dos últimos abunden en su vida. Sin embargo, las tres noches que prometió a Ker fueron agonizantes, las más largas de toda la existencia.
La última noche en que la vio, se dirigió a la residencia decidido a llevar a cabo su empresa ya sea con el apoyo de Hyun o no, y claro que estaban Kwang, Seol e incluso Kill mas ellos nunca han ido en contra de su voluntad; los hacía argumentar, ser el único a quien escuchaban sin importar cuanto maldijeran. Al plantear sus planes a puerta cerrada ante su hermano mayor y recibir respuesta diferente a la esperada dejó escapar una leve respiración que hasta entonces no sabía contenía ni mucho menos necesitaba.
—¿Lo apruebas? —articuló, ojos ligeramente abiertos y labios formando una perfecta “o”, lo más cercano a la sorpresa que se puede esperar de sus facciones.
—Rotundamente —aseguró Hyun encogido de hombros con un leve ademán de manos—. La gitana no es tan… Inútil. Tiene agallas…. —pausa entre palabras, yendo de un lado a otro buscando entre los libros del enorme anaquel que se extendía desde el techo hasta el suelo.
—Te mandó al diablo —afirmó el menor. Media sonrisa en los labios, de esas que solo se manifiestan en nombre de Akbar.
—Burlate —gruñó, sin necesidad de enfrentarlo para saber la expresión que adornaba el rostro de su hermano. Sonriendo a su vez para si mismo pues era lo que los efímeros momentos de alegría de Taeyang causaban en él.
—Lo disfruto —mordió el labio inferior suprimiendo una pequeña risa. Cerró la puerta del estudio detrás de sí.
—De ninguna manera traerás una gitana a nuestro hogar —dejó caer el peso del cuerpo sobre la enorme puerta de roble grabada con el gran dragón que tres mil años en el pasado guío a la gran dinastía Seung y la flor de loto que tanto agradaba a su madre, tan pronto el reclamo de Seol lo recibió del otro lado.
La vampiresa bajó de un salto al primer nivel, aterrizando frente a Tae; mano a la cadera y ojos, cálidos como el verano, cuestionandolo con furor—. Es suficiente con Atila el Uno.
—Killian odia que lo llames así —alborotó la larga cabellera, negra como el Océano Pacífico a mitad de la noche de su hermana menor.
—¡Kwang, di algo! —gritó en busca de ayuda por parte del muchacho con cabello alborotado y sonrisa juguetona que yacía sentado en el barandal del segundo piso.
—A Yuri y a mi nos gusta la gitana —encogió los hombros. Amaba fastidiar a sus hermanos, en especial a Seol.
La pelinegra giró sobre los talones a punto de alcanzar el nivel más alto de dramatismo que solían cargar sus berrinches pero Taeyang ya cerraba la puerta principal a su salida.
Hoy recorría las calles de París, no con sentimientos extranjeros pero con sentimientos del todo. Iba ligero, más de lo usual, sobre los tejados. Se detiene en una cornisa un tanto alejada del centro y la ve a punto de cruzar la calle. Sonríe.
Pocas han sido las personas capaces de plasmar huella en la vida de Taeyang, ninguna si es necesario sacar la cuenta, empero, con Ker la historia era otra, resultaba extraordinario.
A pesar de las preocupaciones de la muchacha, atachadas a su humanidad, habitaba algo aún más profundo que lo anclaba a ella. Podría hurgar en su mente durante días y estaba seguro de no poder respuesta a la cuestionante que lo ha perseguido desde que la conoció. Antes de Ker nacer, Tae se encontró así mismo siendo cercano a la madre, disfrutando de la compañía de la mujer —a pesar de las verdaderas intenciones que lo guiaron hacia ella— e incluso lamentando su muerte tanto como las ganas de matar al maldito que le quitó la vida en nombre del amor; como si no fue en busca de lo mismo.
Aún recuerda las manos de Hyun sujetandole los hombros al igual que desconoce tan desmesurada ira que se apoderó de su ser en aquel entonces, propia más de su hermano mayor. Ker fue, ante sus ojos, lo único preciado que Marianna dejó. Nunca pudo ver a la pequeña como pieza del enorme juego que él y Hyun llevan formando parte durante milenios. Se sentía comprometido a cuidar de ella y, mientras la crecía por igual lo hizo su aprecio por ella. Sin saber en qué momento se transformó en amor o si alguna vez pudo un vil demonio como él sentir semejante cosa.
Hoy, con la luna oculta entre las nubes, sabe que está dispuesto a destruir el mundo solo por ella. Arder naciones completas si eso la hace feliz; todo por ver una sonrisa en sus labios. Y es que manera inexplicable Ker parecía complementar el vacío que había quedado vacante desde que quedó fragmentado al ceder la mitad de su alma a Hyun.
De un movimiento baja en dirección a la gitana, justo cuando se dispone a poner pie en el camino, dejando con su paso la estela que queda . La levanta en brazos y lleva a la azotea donde pautaron reencontrarse. Gentil devuelve los pies de Ker al suelo que les brinda la enorme edificación, la libera del agarre de sus brazos para atrapar el rostro de la gitana en sus manos; permitiéndose perder el aliento en su mirada. Quizás algún día daría con la respuesta una noche casual que no buscase por ella. Ahora el único preocupante que ocupaba sus pensamientos era sostenerla, y besarla con el inexplicable amor que nació para ella, tan copioso como para compartir el infierno, en el que tan agusto se siente, con ella.
—¿Qué tal? —susurra sobre los labios. Ansioso por llevarla a la eternidad consigo.
La última noche en que la vio, se dirigió a la residencia decidido a llevar a cabo su empresa ya sea con el apoyo de Hyun o no, y claro que estaban Kwang, Seol e incluso Kill mas ellos nunca han ido en contra de su voluntad; los hacía argumentar, ser el único a quien escuchaban sin importar cuanto maldijeran. Al plantear sus planes a puerta cerrada ante su hermano mayor y recibir respuesta diferente a la esperada dejó escapar una leve respiración que hasta entonces no sabía contenía ni mucho menos necesitaba.
—¿Lo apruebas? —articuló, ojos ligeramente abiertos y labios formando una perfecta “o”, lo más cercano a la sorpresa que se puede esperar de sus facciones.
—Rotundamente —aseguró Hyun encogido de hombros con un leve ademán de manos—. La gitana no es tan… Inútil. Tiene agallas…. —pausa entre palabras, yendo de un lado a otro buscando entre los libros del enorme anaquel que se extendía desde el techo hasta el suelo.
—Te mandó al diablo —afirmó el menor. Media sonrisa en los labios, de esas que solo se manifiestan en nombre de Akbar.
—Burlate —gruñó, sin necesidad de enfrentarlo para saber la expresión que adornaba el rostro de su hermano. Sonriendo a su vez para si mismo pues era lo que los efímeros momentos de alegría de Taeyang causaban en él.
—Lo disfruto —mordió el labio inferior suprimiendo una pequeña risa. Cerró la puerta del estudio detrás de sí.
—De ninguna manera traerás una gitana a nuestro hogar —dejó caer el peso del cuerpo sobre la enorme puerta de roble grabada con el gran dragón que tres mil años en el pasado guío a la gran dinastía Seung y la flor de loto que tanto agradaba a su madre, tan pronto el reclamo de Seol lo recibió del otro lado.
La vampiresa bajó de un salto al primer nivel, aterrizando frente a Tae; mano a la cadera y ojos, cálidos como el verano, cuestionandolo con furor—. Es suficiente con Atila el Uno.
—Killian odia que lo llames así —alborotó la larga cabellera, negra como el Océano Pacífico a mitad de la noche de su hermana menor.
—¡Kwang, di algo! —gritó en busca de ayuda por parte del muchacho con cabello alborotado y sonrisa juguetona que yacía sentado en el barandal del segundo piso.
—A Yuri y a mi nos gusta la gitana —encogió los hombros. Amaba fastidiar a sus hermanos, en especial a Seol.
La pelinegra giró sobre los talones a punto de alcanzar el nivel más alto de dramatismo que solían cargar sus berrinches pero Taeyang ya cerraba la puerta principal a su salida.
Hoy recorría las calles de París, no con sentimientos extranjeros pero con sentimientos del todo. Iba ligero, más de lo usual, sobre los tejados. Se detiene en una cornisa un tanto alejada del centro y la ve a punto de cruzar la calle. Sonríe.
Pocas han sido las personas capaces de plasmar huella en la vida de Taeyang, ninguna si es necesario sacar la cuenta, empero, con Ker la historia era otra, resultaba extraordinario.
A pesar de las preocupaciones de la muchacha, atachadas a su humanidad, habitaba algo aún más profundo que lo anclaba a ella. Podría hurgar en su mente durante días y estaba seguro de no poder respuesta a la cuestionante que lo ha perseguido desde que la conoció. Antes de Ker nacer, Tae se encontró así mismo siendo cercano a la madre, disfrutando de la compañía de la mujer —a pesar de las verdaderas intenciones que lo guiaron hacia ella— e incluso lamentando su muerte tanto como las ganas de matar al maldito que le quitó la vida en nombre del amor; como si no fue en busca de lo mismo.
Aún recuerda las manos de Hyun sujetandole los hombros al igual que desconoce tan desmesurada ira que se apoderó de su ser en aquel entonces, propia más de su hermano mayor. Ker fue, ante sus ojos, lo único preciado que Marianna dejó. Nunca pudo ver a la pequeña como pieza del enorme juego que él y Hyun llevan formando parte durante milenios. Se sentía comprometido a cuidar de ella y, mientras la crecía por igual lo hizo su aprecio por ella. Sin saber en qué momento se transformó en amor o si alguna vez pudo un vil demonio como él sentir semejante cosa.
Hoy, con la luna oculta entre las nubes, sabe que está dispuesto a destruir el mundo solo por ella. Arder naciones completas si eso la hace feliz; todo por ver una sonrisa en sus labios. Y es que manera inexplicable Ker parecía complementar el vacío que había quedado vacante desde que quedó fragmentado al ceder la mitad de su alma a Hyun.
De un movimiento baja en dirección a la gitana, justo cuando se dispone a poner pie en el camino, dejando con su paso la estela que queda . La levanta en brazos y lleva a la azotea donde pautaron reencontrarse. Gentil devuelve los pies de Ker al suelo que les brinda la enorme edificación, la libera del agarre de sus brazos para atrapar el rostro de la gitana en sus manos; permitiéndose perder el aliento en su mirada. Quizás algún día daría con la respuesta una noche casual que no buscase por ella. Ahora el único preocupante que ocupaba sus pensamientos era sostenerla, y besarla con el inexplicable amor que nació para ella, tan copioso como para compartir el infierno, en el que tan agusto se siente, con ella.
—¿Qué tal? —susurra sobre los labios. Ansioso por llevarla a la eternidad consigo.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Jusqu'à ce que la mort nous sépare? [privado]
No creía que Kyros le extrañara, tras su encuentro con Killian había dejado de aparecerse en la mansión, ya habían sido tres noches en las cuales había vagado por las calles de Paris, pero le habían servido para poco a poco ir recuperando su mente.
Ker no sabía lo costoso que le resultaría el uso del amuleto hasta que se le fue arrebatado, cuando todas las visiones anuladas llegaron de un solo tirón pensó que finalmente había perdido la cordura, su mente se volvió una masa de pensamientos e imágenes indescifrables. Cada segundo se hundía más en el abismo de la locura y tenía la certeza de que no podría salir de ahí. Hasta que pudo distinguir una imagen entre todas las demás, una imagen que significó tanto para ella que le motivó a encontrar nuevamente su cordura.
Había cosas que nunca le había contado a nadie, como que su futuro siempre había sido una calle de una sola vía, sin salidas u otras opciones, sólo había una forma en la cual acabaría, sin embargo, algo debía haber hecho porque cuando ya no tuvo el amuleto vio otra salida casi milagrosa. Un futuro que ella quería asegurarse de vivir.
Más eso no había sido lo único útil que obtuvo de su don. También vio otras cosas importantes, otros asuntos que debía atender y era por eso que en las calles parisinas había planeado un encuentro, el último antes de finalmente volver a ver a Taeyang.
—Debes tener cuidado, Lorcan. —Dijo tranquilamente. —Los hermanos Seung no son gente con quien quieras tratar.
El joven frunció aún más el ceño, aunque cualquiera habría pensado que eso era imposible. Llevaban horas hablando, en las cuales Ker se había dedicado a asegurarse que Lorcan no interrumpiera su encontró con Tae como el muchacho había planeado, como parte de su investigación.
Aunque el vampiro estuviera de buen humor siempre que ocurría uno de sus encuentros la reacción que pudiera tener ante una interrupción tan descarada como la que el detective planeaba era desconocida incluso para ella.
—Mantente alejado mientras puedes. —Suspiró, seguía sintiendo que hablaba con una pared. —Iras a la dirección que te dejé al final de la carta, le dirás a Kyros que ya no necesito de su protección y que ahora deberá dártela a ti y harás lo que te escribí detalladamente, de lo contrario tendré que delatarte.
—¿Y si dice que no?
—Convéncelo.
Él sólo asintió antes de irse, pero Ker no estuvo seguro de si él haría o no lo que ella deseaba.
Quizás su decisión de dejar la protección de Kyros había sido apresurada, pero sabía bien que ya no la necesitaba pero no podía decir lo mismo del detective, que pronto también descubriría como jugar el mismo juego que ella estaba jugando, pero con resultados mucho menos gratificantes. Después de todo Killian no era Taeyang. Y difícilmente él podría competir contra el amor que éste tenía por los hermanos.
Esperó hasta que ya no hubo luz del sol para verlo y pronto sin darse cuenta se encontró en la azotea, nuevamente y todas sus preocupaciones se fueron de su mente en el preciso instante en el que sintió sus labios.
Todo el peso que había sobre sus hombros desapareció con tan sólo un par de palabras suyas y es que ese era el efecto que él tenía en ella, esos momentos con Tae eran los que más atesoraba y los que con más ansias esperaba.
Por eso los últimos tres días se hicieron largos, incluso con las múltiples visitas que había recibido en busca de la supuesta aprobación de la familia Seung, verlos a ellos cuando sólo deseaba ver a Tae parecía ser la peor tortura.
—Mucho mejor ahora, los últimos tres días fueron un infierno. —Dijo aun sonriendo.
Él también sonreía y la imagen de su última visión se pasó por su mente
Había un bebé, que extendía sus manos hacia el rostro de Taeyang, quien lo sostenía y tenía en ese momento la sonrisa más grande y brillante que la gitana había alguna vez visto. También se escuchaba así misma riendo y hablando con el vampiro.
—Se llamará Taehyung, ya está decidido e incluso puede que lleve tu apellido aunque insisto en que Taehyung Ahkbar suena estupendamente.
Ker nunca había pensado en niños, amantes o compartir su vida con alguien más pero la primera vez que en su mente distinguió su propio tono burlón sintió una gran emoción que le embargaba hasta el punto en el que la primera vez que lo vio no pudo evitar que algunas lágrimas se le escaparan de sus ojos.
Por eso ahora frente a él nuevamente veía algo que el otro no podía, veía un futuro que le llevaría a ambos a los que muchos deseaban. Taeyang era para ella el perfecto sinónimo de felicidad.
Ker no sabía lo costoso que le resultaría el uso del amuleto hasta que se le fue arrebatado, cuando todas las visiones anuladas llegaron de un solo tirón pensó que finalmente había perdido la cordura, su mente se volvió una masa de pensamientos e imágenes indescifrables. Cada segundo se hundía más en el abismo de la locura y tenía la certeza de que no podría salir de ahí. Hasta que pudo distinguir una imagen entre todas las demás, una imagen que significó tanto para ella que le motivó a encontrar nuevamente su cordura.
Había cosas que nunca le había contado a nadie, como que su futuro siempre había sido una calle de una sola vía, sin salidas u otras opciones, sólo había una forma en la cual acabaría, sin embargo, algo debía haber hecho porque cuando ya no tuvo el amuleto vio otra salida casi milagrosa. Un futuro que ella quería asegurarse de vivir.
Más eso no había sido lo único útil que obtuvo de su don. También vio otras cosas importantes, otros asuntos que debía atender y era por eso que en las calles parisinas había planeado un encuentro, el último antes de finalmente volver a ver a Taeyang.
—Debes tener cuidado, Lorcan. —Dijo tranquilamente. —Los hermanos Seung no son gente con quien quieras tratar.
El joven frunció aún más el ceño, aunque cualquiera habría pensado que eso era imposible. Llevaban horas hablando, en las cuales Ker se había dedicado a asegurarse que Lorcan no interrumpiera su encontró con Tae como el muchacho había planeado, como parte de su investigación.
Aunque el vampiro estuviera de buen humor siempre que ocurría uno de sus encuentros la reacción que pudiera tener ante una interrupción tan descarada como la que el detective planeaba era desconocida incluso para ella.
—Mantente alejado mientras puedes. —Suspiró, seguía sintiendo que hablaba con una pared. —Iras a la dirección que te dejé al final de la carta, le dirás a Kyros que ya no necesito de su protección y que ahora deberá dártela a ti y harás lo que te escribí detalladamente, de lo contrario tendré que delatarte.
—¿Y si dice que no?
—Convéncelo.
Él sólo asintió antes de irse, pero Ker no estuvo seguro de si él haría o no lo que ella deseaba.
Quizás su decisión de dejar la protección de Kyros había sido apresurada, pero sabía bien que ya no la necesitaba pero no podía decir lo mismo del detective, que pronto también descubriría como jugar el mismo juego que ella estaba jugando, pero con resultados mucho menos gratificantes. Después de todo Killian no era Taeyang. Y difícilmente él podría competir contra el amor que éste tenía por los hermanos.
Esperó hasta que ya no hubo luz del sol para verlo y pronto sin darse cuenta se encontró en la azotea, nuevamente y todas sus preocupaciones se fueron de su mente en el preciso instante en el que sintió sus labios.
Todo el peso que había sobre sus hombros desapareció con tan sólo un par de palabras suyas y es que ese era el efecto que él tenía en ella, esos momentos con Tae eran los que más atesoraba y los que con más ansias esperaba.
Por eso los últimos tres días se hicieron largos, incluso con las múltiples visitas que había recibido en busca de la supuesta aprobación de la familia Seung, verlos a ellos cuando sólo deseaba ver a Tae parecía ser la peor tortura.
—Mucho mejor ahora, los últimos tres días fueron un infierno. —Dijo aun sonriendo.
Él también sonreía y la imagen de su última visión se pasó por su mente
Había un bebé, que extendía sus manos hacia el rostro de Taeyang, quien lo sostenía y tenía en ese momento la sonrisa más grande y brillante que la gitana había alguna vez visto. También se escuchaba así misma riendo y hablando con el vampiro.
—Se llamará Taehyung, ya está decidido e incluso puede que lleve tu apellido aunque insisto en que Taehyung Ahkbar suena estupendamente.
Ker nunca había pensado en niños, amantes o compartir su vida con alguien más pero la primera vez que en su mente distinguió su propio tono burlón sintió una gran emoción que le embargaba hasta el punto en el que la primera vez que lo vio no pudo evitar que algunas lágrimas se le escaparan de sus ojos.
Por eso ahora frente a él nuevamente veía algo que el otro no podía, veía un futuro que le llevaría a ambos a los que muchos deseaban. Taeyang era para ella el perfecto sinónimo de felicidad.
Ker Ahkbar- Gitano
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Jusqu'à ce que la mort nous sépare? [privado]
Las tres últimas noches fueron las más largas y sí, muchos han sido los letargos en los que evadió ser visto por la gitana pero aquel superaba los demás, una vez la viera debía darle la propuesta que ha rondado su cabeza desde que el instinto frenético que le impulsaba a protegerla surgió sin su consentimiento.
Acaricia su rostro como si el tiempo no fuera más que una mera ilusión. Incluso ante el tacto temía hacerla añicos; el miedo a lastimarla nunca lo abandonaba. Y bien sabía Taeyang que los Seung no estaban hechos para amar, al menos, él y Hyun no. Sus nombres no tenían estrella, sus destinos fueron malditos, condenados a vivir una eternidad de penurias, privados del amor por lo que, aceptar que sentía más que una simple curiosidad hacia la gitana descolocó su mundo por completo, lo arropó con el miedo y lleno de angustia. Podía escuchar la universo riéndose de él, un demonio deseando ser amado, vaya broma de mal gusto.
Fue tal vez antes de que dejara Rumania o incluso la noche que conoció a Marianna ¿cómo podría él saber? Antes de hacer algo al respecto había caído por la pequeña Ker. El demonio encontraba paz junto a ella, sentía que su existencia no era del todo errónea y la urgencia en ocultar quien era, mantenerse a raya se disipaba con tan solo sentirla cerca, y es que para Taeyang que nunca encontró augurio en algún otro ser, Ker representaba todo lo que alguna vez pudo desear, le ofrecía una realidad de la que no se creyó merecedor. Era ella, sin lugar a duda, la ínfima droga que pudo atreverse a probar, anestesia para las pesadillas de aquellos cuyas últimas memorias poseía, cayó con tan solo uno de sus tactos los susurros que lo han acompañado desde el origen de sus tiempos. Maldición, por supuesto que la amaba; no era la mortalidad que tintaba la piel de la gitana de un bronceado apetecible, no, era la chispa en sus ojos, esa sonrisa ladina que le brindaba, el sarcasmo en sus palabras…, era la esencia que la conformaba. Si debía continuar en aquella nefasta eternidad, tenerla significa un alivio que ni el mismo diablo alejaría de él.
Tenerla tan cerca, tan suya y cómplice incluso lo impulsaba a creer que nació para algo más que prestar su alma a Hyun. Le pintaba posibilidades infinitas, de esas en las que vivir no se presentaba tan mal.
Y la besó, enterró sus largos dedos en el cabello ondulante de la mujer que se las arregló para reclamar a su lado un lugar que fue creado y pertenecía meramente para ella. La acercó tanto como pudo, esa noche a diferencia de muchas otras no conseguía cómo controlarse, ya bastante aguantó en el pasado pero ahora, estando tan cerca de tenerla en toda plenitud las fuerzas le fallaban, la bestia reclamaba lo que se le fue prohibido y, de haber un hombre encerrado en el interior quizás estuviera intentando razonar, apelar a lo poco que faltaba pero era el hijo maldito de Jinheung de quien hablábamos, nunca existió tal cosa como un hombre mortal en él.
—Cada vez resisto menos estar lejos de ti —susurró al liberar sus labios con pesar. Si bien él no requería oxígeno, Ker aún implementa el recurso para vivir—. ¿Es demasiado? Aún no sé cómo funcionan estas cosas —. Recargó la frente sobre la de la muchacha, un tanto grabado, otro más reconfortado, sin dejar de sostenerla de la nuca, sin abandonar las leves caricias, anhelando tenerla aún más cerca por el resto de sus malditos días.
—Supe que los chicos te abrumaron con su indeseable presencia, ¿algo de lo que deba ocuparme?
Acaricia su rostro como si el tiempo no fuera más que una mera ilusión. Incluso ante el tacto temía hacerla añicos; el miedo a lastimarla nunca lo abandonaba. Y bien sabía Taeyang que los Seung no estaban hechos para amar, al menos, él y Hyun no. Sus nombres no tenían estrella, sus destinos fueron malditos, condenados a vivir una eternidad de penurias, privados del amor por lo que, aceptar que sentía más que una simple curiosidad hacia la gitana descolocó su mundo por completo, lo arropó con el miedo y lleno de angustia. Podía escuchar la universo riéndose de él, un demonio deseando ser amado, vaya broma de mal gusto.
Fue tal vez antes de que dejara Rumania o incluso la noche que conoció a Marianna ¿cómo podría él saber? Antes de hacer algo al respecto había caído por la pequeña Ker. El demonio encontraba paz junto a ella, sentía que su existencia no era del todo errónea y la urgencia en ocultar quien era, mantenerse a raya se disipaba con tan solo sentirla cerca, y es que para Taeyang que nunca encontró augurio en algún otro ser, Ker representaba todo lo que alguna vez pudo desear, le ofrecía una realidad de la que no se creyó merecedor. Era ella, sin lugar a duda, la ínfima droga que pudo atreverse a probar, anestesia para las pesadillas de aquellos cuyas últimas memorias poseía, cayó con tan solo uno de sus tactos los susurros que lo han acompañado desde el origen de sus tiempos. Maldición, por supuesto que la amaba; no era la mortalidad que tintaba la piel de la gitana de un bronceado apetecible, no, era la chispa en sus ojos, esa sonrisa ladina que le brindaba, el sarcasmo en sus palabras…, era la esencia que la conformaba. Si debía continuar en aquella nefasta eternidad, tenerla significa un alivio que ni el mismo diablo alejaría de él.
Tenerla tan cerca, tan suya y cómplice incluso lo impulsaba a creer que nació para algo más que prestar su alma a Hyun. Le pintaba posibilidades infinitas, de esas en las que vivir no se presentaba tan mal.
Y la besó, enterró sus largos dedos en el cabello ondulante de la mujer que se las arregló para reclamar a su lado un lugar que fue creado y pertenecía meramente para ella. La acercó tanto como pudo, esa noche a diferencia de muchas otras no conseguía cómo controlarse, ya bastante aguantó en el pasado pero ahora, estando tan cerca de tenerla en toda plenitud las fuerzas le fallaban, la bestia reclamaba lo que se le fue prohibido y, de haber un hombre encerrado en el interior quizás estuviera intentando razonar, apelar a lo poco que faltaba pero era el hijo maldito de Jinheung de quien hablábamos, nunca existió tal cosa como un hombre mortal en él.
—Cada vez resisto menos estar lejos de ti —susurró al liberar sus labios con pesar. Si bien él no requería oxígeno, Ker aún implementa el recurso para vivir—. ¿Es demasiado? Aún no sé cómo funcionan estas cosas —. Recargó la frente sobre la de la muchacha, un tanto grabado, otro más reconfortado, sin dejar de sostenerla de la nuca, sin abandonar las leves caricias, anhelando tenerla aún más cerca por el resto de sus malditos días.
—Supe que los chicos te abrumaron con su indeseable presencia, ¿algo de lo que deba ocuparme?
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Jusqu'à ce que la mort nous sépare? [privado]
Había un antes y un después en la vida de Ker, y justo en el medio se encontraba Taeyang.
Su vida no volvió a ser la misma una vez que lo conoció. Ese deje de salvajismo que solía tener incrementó sabiendo que había alguien que le cubriría las espaldas, los problemas se hicieron pequeños porque siempre tenía quien le ayudara a salir de ellos. Siguió teniendo muchas cosas a que enfrentarse pero ya no estaba sola, y aunque él no siempre se encontrara ahí era como si ella pudiera sentir su presencia, no importaba que tan lejos estuvieran ni que tan grande fuera la distancia que los separara porque Ker sabía que de necesitarlo él estaría allí.
Aun así la distancia guardada los últimos tres días se sintió un poco diferente, no sabía si era por la expectación, porque por primera vez la separación era adrede, o simplemente todas las circunstancias que los envolvían. El tiempo pasó más lento y la separación fue casi dolorosa.
Sin embargo, no le fue difícil encontrar algo con lo cual entretenerse ya que fueron tres días muy movidos debido a las múltiples visitas que recibió de parte de los Seung, además de su pequeña visita a la caravana y lidiar con su creciente locura.
Era extraño más no sorprendente que su mente perdiera el control tan pronto corto contacto con Taeyang incluso si tan solo fue por unos días.
Por eso en esta nueva y completa cercanía Ker se sintió más lucida que nunca y lo agradeció, porque así logró responder a cada caricia y ver como él dejaba caer todas sus barreras ante ella. Estar tan cerca nuevamente causaba una gran euforia en la gitana.
Envolvió con sus brazos la cintura de Taeyang, sin interrumpir el contacto visual no queriendo romper aquella atmósfera que los envolvía.
— No hay forma de que algún día vaya a tener demasiado de esto. —Sonrió ladinamente — ¿Acaso no has escuchado que los gitanos somos algo codiciosos? Siempre buscando las formas de obtener más.
Cada caricia era como tormentas eléctricas en su interior, imposible que algún día fuera a tener suficiente de ese hombre, que se exponía sin barreras ante ella. Amaba ver a Taeyang de esa forma, expresándose dejándose llevar por los sentimientos que tenían el uno por el otro.
—¿De verdad crees que no podría manejarlos? Debo decir que lo que me sorprendió fue lo emocional que tu hermano Hyun puede ser, quién diría que es una persona tan sensible y afectuosa. — Su tono burlón nunca había sido tan evidente. — Me siento conmovida.
Afortunadamente no había sucedido mucho en esos encuentros, al menos no algo que no pudiera manejar y aunque estuvo tentada a contactar a Taeyang luego de que Hyun le retirara el amuleto desatando su demencia, pudo de cierta forma seguir adelanto y de haber sido esa una prueba Ker estaba muy segura de haberla pasado.
Killian se quedó con sus ansias de tener una conversación con ella debido a una de sus estrategias de escape y a un hombre voluntarioso y aunque avistó a Seol cerca de la caravana mientras visitaba a una vieja amiga no le dio chance de contactarla.
Ker estaba lidiando con muchas cosas ese día, y según lo que había oído la herma de Taeyang no era alguien con quien fuera fácil lidiar.
—Pasaron cosas interesantes estos días, —Despejo el cabello de su cuello antes de volver a colocar sus brazos alrededor de Taeyang, dejando ver la ausencia del amuleto. —Pero solo lograron convencerme de que estamos en el camino correcto.
Su vida no volvió a ser la misma una vez que lo conoció. Ese deje de salvajismo que solía tener incrementó sabiendo que había alguien que le cubriría las espaldas, los problemas se hicieron pequeños porque siempre tenía quien le ayudara a salir de ellos. Siguió teniendo muchas cosas a que enfrentarse pero ya no estaba sola, y aunque él no siempre se encontrara ahí era como si ella pudiera sentir su presencia, no importaba que tan lejos estuvieran ni que tan grande fuera la distancia que los separara porque Ker sabía que de necesitarlo él estaría allí.
Aun así la distancia guardada los últimos tres días se sintió un poco diferente, no sabía si era por la expectación, porque por primera vez la separación era adrede, o simplemente todas las circunstancias que los envolvían. El tiempo pasó más lento y la separación fue casi dolorosa.
Sin embargo, no le fue difícil encontrar algo con lo cual entretenerse ya que fueron tres días muy movidos debido a las múltiples visitas que recibió de parte de los Seung, además de su pequeña visita a la caravana y lidiar con su creciente locura.
Era extraño más no sorprendente que su mente perdiera el control tan pronto corto contacto con Taeyang incluso si tan solo fue por unos días.
Por eso en esta nueva y completa cercanía Ker se sintió más lucida que nunca y lo agradeció, porque así logró responder a cada caricia y ver como él dejaba caer todas sus barreras ante ella. Estar tan cerca nuevamente causaba una gran euforia en la gitana.
Envolvió con sus brazos la cintura de Taeyang, sin interrumpir el contacto visual no queriendo romper aquella atmósfera que los envolvía.
— No hay forma de que algún día vaya a tener demasiado de esto. —Sonrió ladinamente — ¿Acaso no has escuchado que los gitanos somos algo codiciosos? Siempre buscando las formas de obtener más.
Cada caricia era como tormentas eléctricas en su interior, imposible que algún día fuera a tener suficiente de ese hombre, que se exponía sin barreras ante ella. Amaba ver a Taeyang de esa forma, expresándose dejándose llevar por los sentimientos que tenían el uno por el otro.
—¿De verdad crees que no podría manejarlos? Debo decir que lo que me sorprendió fue lo emocional que tu hermano Hyun puede ser, quién diría que es una persona tan sensible y afectuosa. — Su tono burlón nunca había sido tan evidente. — Me siento conmovida.
Afortunadamente no había sucedido mucho en esos encuentros, al menos no algo que no pudiera manejar y aunque estuvo tentada a contactar a Taeyang luego de que Hyun le retirara el amuleto desatando su demencia, pudo de cierta forma seguir adelanto y de haber sido esa una prueba Ker estaba muy segura de haberla pasado.
Killian se quedó con sus ansias de tener una conversación con ella debido a una de sus estrategias de escape y a un hombre voluntarioso y aunque avistó a Seol cerca de la caravana mientras visitaba a una vieja amiga no le dio chance de contactarla.
Ker estaba lidiando con muchas cosas ese día, y según lo que había oído la herma de Taeyang no era alguien con quien fuera fácil lidiar.
—Pasaron cosas interesantes estos días, —Despejo el cabello de su cuello antes de volver a colocar sus brazos alrededor de Taeyang, dejando ver la ausencia del amuleto. —Pero solo lograron convencerme de que estamos en el camino correcto.
Ker Ahkbar- Gitano
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 21/06/2016
Re: Jusqu'à ce que la mort nous sépare? [privado]
—Se lo he dicho pero reniega tal cosa. Es mejor que hagas lo mismo, ya es un milagro que te permitiera verlo así —incluso su voz sonaba jocosa, aliviada. Ponderó que la paz era uno de los efectos colaterales de rendirse ante el poder que Ker sostenía sobre él.
Sostuvo su rostro entre las manos, quiso perderse en sus ojos. Supo que sería sencillo y no le importaría habitar en su mirada; era aquella la prisión más deseada, mucho mejor que la que poseía. Durante aquellas fracciones de segundos, por primera vez puede jurar haber sentido lo que es regresar a casa, no a palacio o el infierno de donde salió. No, nada se comparaba. Era el hogar del que muchos hablaban, ese que presenciaba en las últimas memorias que robaba de sus víctimas al quitarles el último aliento de vida, y todo ese paraíso se encontraba junto a ella. Al aceptarlo reconoció que nunca resultaba ser tan sencillo, en algún lugar habría de encontrarse la trampa. Poco le importaba si caía víctima mas que saliera ella herida le destrozaba el trozo de alma que restaba en su interior.
Sus ojos cayeron al cuello de Ker, atraídos como imanes por la ausencia del amuleto. Retrocede un paso, sus manos caen a ambos lados. La confusión se apodera de su rostro.
—¿Donde ha ido? —pregunta sin premura. Es entonces cuando ve el ligero temblor en los dedos de la gitana, las ojeras bajo aquellos preciosos ojos y el cansancio que luchaba en ocultarle—. ¿Dónde está el amuleto?
Por un lado el hecho de que Ker viera el mundo como era, que quizás espiar el futuro le hiciera tomar la decisión correcta y la protegiera de él y la guerra que durante siglos ha latido bajo sus pies. Sin embargo, de igual forma existía ese lado egoísta, el demonio que siempre ha sido deseando que nunca supiera la verdad pues de hacerlo muchas eran las posibilidades de perderla y vaya que estaría dispuesto a suprimir el infierno en su interior ante su presencia con tal de obtener siquiera unos minutos a su lado.
—He prometido no entrometerme en tu cabeza si así lo deseas. También he jurado excluirte del averno que te asecha y lo haré aunque signifique hacerte parte del mío…, si es lo que deseas —retomó la distancia que involuntariamente interpuso entre ambos y atrapó una vez más su rostro. No concebía un porqué justificable para con los sentimientos que le embargaba hacia ella—. No obstante necesito saber si te encuentras bien —al brotar la confusión en sus ojos sacudió la cabeza con ligereza.
La amaba. Claro que la amaba, que estúpido y que agraciado. Quien diría que los demonios estaban supuesto a encontrar tal cosa como el amor.
—Ker, estoy dispuesto a traer el infierno a la tierra si es lo que deseas. Solo haz de pedirlo y lo que sea será tuyo mas una cosa te pido y es que seas sincera. No puedo ayudarte si no me permites tal cosa.
Como acto de redención cada vez que mataba a alguien Taeyang terminaba poseyendo los recuerdos de su víctima. La primera vez que sucedió fue por mera curiosidad, le vio allí sin vida, era una mujer mayor que iba de camino al centro de un país antiguo de europa, se encontraría con la familia política de su hijo mayor; conocería la primera de sus nietas y comería caviar toda la tarde.
Él había sido la bestia que le quitó la vida por amor al deporte pues ni siquiera la sed había sido el motor de sus acciones. Desde ese momento aquel acto motivado por la intriga se convirtió en rutina; no quería hacer lo mismo con Ker. No creía tener el derecho de hacerlo, no sin su consentimiento. Ante su presencia quedaba completamente ciego, limitaba el uso de sus habilidades atrapado por el miedo a que lo que compartían no fuese real.
Acarició su rostro y le miró con el amor que solo había nacido para ella. Resolvió que la imposibilidad de una vida sin ella y supo entonces lo que era el dolor. Así que le besó, saboreó sus labios, las manos descendieron hasta la cintura y la acercó más y más hasta su cuerpo, insaciable ante la inexistente distancia entre los dos. Esparció besos por todo el rostro de la gitana y se encaminó hasta el cuello donde se detuvo con los labios presionados sobre la piel y los ojos aún cerrados. Podría habitar en aquel lugar toda la eternidad, sintiendo el calor de su piel y el dulce aroma que lo encantaba.
—Necesito saber que confías en mi, dulzura —susurró contra la piel desnuda renuente a encararla, no mientras la aflicción danzaba en su rostro.
Sostuvo su rostro entre las manos, quiso perderse en sus ojos. Supo que sería sencillo y no le importaría habitar en su mirada; era aquella la prisión más deseada, mucho mejor que la que poseía. Durante aquellas fracciones de segundos, por primera vez puede jurar haber sentido lo que es regresar a casa, no a palacio o el infierno de donde salió. No, nada se comparaba. Era el hogar del que muchos hablaban, ese que presenciaba en las últimas memorias que robaba de sus víctimas al quitarles el último aliento de vida, y todo ese paraíso se encontraba junto a ella. Al aceptarlo reconoció que nunca resultaba ser tan sencillo, en algún lugar habría de encontrarse la trampa. Poco le importaba si caía víctima mas que saliera ella herida le destrozaba el trozo de alma que restaba en su interior.
Sus ojos cayeron al cuello de Ker, atraídos como imanes por la ausencia del amuleto. Retrocede un paso, sus manos caen a ambos lados. La confusión se apodera de su rostro.
—¿Donde ha ido? —pregunta sin premura. Es entonces cuando ve el ligero temblor en los dedos de la gitana, las ojeras bajo aquellos preciosos ojos y el cansancio que luchaba en ocultarle—. ¿Dónde está el amuleto?
Por un lado el hecho de que Ker viera el mundo como era, que quizás espiar el futuro le hiciera tomar la decisión correcta y la protegiera de él y la guerra que durante siglos ha latido bajo sus pies. Sin embargo, de igual forma existía ese lado egoísta, el demonio que siempre ha sido deseando que nunca supiera la verdad pues de hacerlo muchas eran las posibilidades de perderla y vaya que estaría dispuesto a suprimir el infierno en su interior ante su presencia con tal de obtener siquiera unos minutos a su lado.
—He prometido no entrometerme en tu cabeza si así lo deseas. También he jurado excluirte del averno que te asecha y lo haré aunque signifique hacerte parte del mío…, si es lo que deseas —retomó la distancia que involuntariamente interpuso entre ambos y atrapó una vez más su rostro. No concebía un porqué justificable para con los sentimientos que le embargaba hacia ella—. No obstante necesito saber si te encuentras bien —al brotar la confusión en sus ojos sacudió la cabeza con ligereza.
La amaba. Claro que la amaba, que estúpido y que agraciado. Quien diría que los demonios estaban supuesto a encontrar tal cosa como el amor.
—Ker, estoy dispuesto a traer el infierno a la tierra si es lo que deseas. Solo haz de pedirlo y lo que sea será tuyo mas una cosa te pido y es que seas sincera. No puedo ayudarte si no me permites tal cosa.
Como acto de redención cada vez que mataba a alguien Taeyang terminaba poseyendo los recuerdos de su víctima. La primera vez que sucedió fue por mera curiosidad, le vio allí sin vida, era una mujer mayor que iba de camino al centro de un país antiguo de europa, se encontraría con la familia política de su hijo mayor; conocería la primera de sus nietas y comería caviar toda la tarde.
Él había sido la bestia que le quitó la vida por amor al deporte pues ni siquiera la sed había sido el motor de sus acciones. Desde ese momento aquel acto motivado por la intriga se convirtió en rutina; no quería hacer lo mismo con Ker. No creía tener el derecho de hacerlo, no sin su consentimiento. Ante su presencia quedaba completamente ciego, limitaba el uso de sus habilidades atrapado por el miedo a que lo que compartían no fuese real.
Acarició su rostro y le miró con el amor que solo había nacido para ella. Resolvió que la imposibilidad de una vida sin ella y supo entonces lo que era el dolor. Así que le besó, saboreó sus labios, las manos descendieron hasta la cintura y la acercó más y más hasta su cuerpo, insaciable ante la inexistente distancia entre los dos. Esparció besos por todo el rostro de la gitana y se encaminó hasta el cuello donde se detuvo con los labios presionados sobre la piel y los ojos aún cerrados. Podría habitar en aquel lugar toda la eternidad, sintiendo el calor de su piel y el dulce aroma que lo encantaba.
—Necesito saber que confías en mi, dulzura —susurró contra la piel desnuda renuente a encararla, no mientras la aflicción danzaba en su rostro.
Taeyang Seung- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 09/10/2016
Re: Jusqu'à ce que la mort nous sépare? [privado]
En la vida de Ker pocas cosas habían sido constantes, nunca tuvo un hogar, o al menos no uno que le durara más que un par de meses. Tampoco había tenido una familia, su padre había estado con ella hasta poco después de cumplir diez pero no era una verdadera presencia, sólo estaba ahí, como el resto de las personas en su vida a excepción de Taeyang. Desde el momento en que sus vidas se encontraron ambos se hicieron de un lazo o vinculo que los unía más fuerte que cualquier otro, incluso cuando sus encuentros eran furtivos y su presencia en la vida del otro no era permanente, siempre parecían sentir como se anhelaban a través de la distancia.
Pero ahora viéndolo de esa forma, tan vulnerable e inseguro de cómo proceder cuando las cosas se encontraban fuera de su control pudo finalmente ver al Taeyang Seung que se escondía para evitar dejarse llevar por los sentimientos, él que no se preocupaba por su demonio interno, que se olvidaba por un segundo de la bestia que escondía. Y lo amó, la forma en la que le entregaba todo a ella, sin dudar ni un segundo, el simple hecho de que le dejara ver esta parte de si era por sí misma un hecho impactante.
Cuando evitó su mirada ella solo pudo acunarle el rostro y obligarlo a hacer contacto visual. Moviendo sus manos suavemente, acariciándolo en el proceso.
—Tae…—Su tono de voz igualaba el cuidado de sus movimientos, hablando de forma pausada, deseando que cada palabra se grabara en su memoria. —¿Realmente estás preguntando si confío en ti? Eres la única persona en este mundo y los otros en la que confío, profunda y completamente, pero tú también debes confiar en mí cuando te digo que estoy bien, ahora lo estoy.
Si era cierto que sus últimos días habían sido un infierno, la función del amuleto era retener los sueños, visiones, incluso su comprensión de las cartas del tarot pero retener no era eliminar. En el momento en que Hyun se lo arrebató su cerebro se quebró, al igual que su comprensión de la realidad y del presente. Se fundió con cada futuro, si antes espiaba en los tiempos por venir en ese entonces se sumergió en ellos y se ahogó.
De saberlo Taeyang no lo tomaría de muy buena forma, y aunque decir que Hyun y Ker eran amigos seria ser extremistas, ella no lo culpaba del todo, porque ahora sin ese seguro en contra de la locura se sentía un poco más libre. Porque ella había estado demasiado tiempo temiéndole a su propia mente y se había visto incapaz de continuar de esa forma.
Ahora con sus ojos en los suyos, podía transmitirle ese sentimiento, porque ahora se había librado de su tormento. Pero aun él parecía no creerle del todo, en su rostro esa expresión de inseguridad persistía y ella sólo quiso eliminarla.
—Taeyang, sabes que puedo encontrar placer en mentir, robar y engañar. Más, sin embargo, nunca ha sido de esa forma cuando se trata de ti, quizás sólo sea porque eres la única persona que he amado y no creo que sea adecuado mentir a quien amas. —Masculló, tratándole de restar importancia a la frase que había arrojado.
Pero solo antes de armarse de valor para expresarlo apropiadamente, pero manteniendo la mirada baja.
—Te amo, Tae—Suspiró. — 사랑해요
Y lo besó antes de siquiera darle oportunidad de responder, ella no necesitaba escucharlo de vuelta (Sería lindo, no lo iba a negar) pero no quería que él se sintiera obligado a decirlo de vuelta porque ella solo deseaba expresarlo, dejárselo saber.
Siempre pensó que sería hermoso hacérselo saber en su idioma natal, aunque el efecto se ve un poco opacado si primero lo dice en francés. Pero, quería dejar el mensaje claro en caso de que lo pronunciara mal o dijera algún insulto en lugar de lo que deseaba. Lorcan le había traducido las palabras con gusto y mirándola de forma cómplice, no creía que lo hubiera hecho mal a propósito pero tampoco confiaba completamente en sus habilidades en el idioma.
Fue un beso dulce más que apasionado sólo quería continuar expresando el profundo amor que sentía hacia el otro. Y justo al terminar tomó su mano mirando hacia cielo nocturno y al final de la azotea con una sonrisa de autosuficiencia en los labios.
—Creo que es un buen momento para irnos de aquí.
Amaba profundamente a Taeyang Seung, en él había encontrado todo; un hogar, un protector, un amante. Solo esperaba haberlo dejado claro.
Pero ahora viéndolo de esa forma, tan vulnerable e inseguro de cómo proceder cuando las cosas se encontraban fuera de su control pudo finalmente ver al Taeyang Seung que se escondía para evitar dejarse llevar por los sentimientos, él que no se preocupaba por su demonio interno, que se olvidaba por un segundo de la bestia que escondía. Y lo amó, la forma en la que le entregaba todo a ella, sin dudar ni un segundo, el simple hecho de que le dejara ver esta parte de si era por sí misma un hecho impactante.
Cuando evitó su mirada ella solo pudo acunarle el rostro y obligarlo a hacer contacto visual. Moviendo sus manos suavemente, acariciándolo en el proceso.
—Tae…—Su tono de voz igualaba el cuidado de sus movimientos, hablando de forma pausada, deseando que cada palabra se grabara en su memoria. —¿Realmente estás preguntando si confío en ti? Eres la única persona en este mundo y los otros en la que confío, profunda y completamente, pero tú también debes confiar en mí cuando te digo que estoy bien, ahora lo estoy.
Si era cierto que sus últimos días habían sido un infierno, la función del amuleto era retener los sueños, visiones, incluso su comprensión de las cartas del tarot pero retener no era eliminar. En el momento en que Hyun se lo arrebató su cerebro se quebró, al igual que su comprensión de la realidad y del presente. Se fundió con cada futuro, si antes espiaba en los tiempos por venir en ese entonces se sumergió en ellos y se ahogó.
De saberlo Taeyang no lo tomaría de muy buena forma, y aunque decir que Hyun y Ker eran amigos seria ser extremistas, ella no lo culpaba del todo, porque ahora sin ese seguro en contra de la locura se sentía un poco más libre. Porque ella había estado demasiado tiempo temiéndole a su propia mente y se había visto incapaz de continuar de esa forma.
Ahora con sus ojos en los suyos, podía transmitirle ese sentimiento, porque ahora se había librado de su tormento. Pero aun él parecía no creerle del todo, en su rostro esa expresión de inseguridad persistía y ella sólo quiso eliminarla.
—Taeyang, sabes que puedo encontrar placer en mentir, robar y engañar. Más, sin embargo, nunca ha sido de esa forma cuando se trata de ti, quizás sólo sea porque eres la única persona que he amado y no creo que sea adecuado mentir a quien amas. —Masculló, tratándole de restar importancia a la frase que había arrojado.
Pero solo antes de armarse de valor para expresarlo apropiadamente, pero manteniendo la mirada baja.
—Te amo, Tae—Suspiró. — 사랑해요
Y lo besó antes de siquiera darle oportunidad de responder, ella no necesitaba escucharlo de vuelta (Sería lindo, no lo iba a negar) pero no quería que él se sintiera obligado a decirlo de vuelta porque ella solo deseaba expresarlo, dejárselo saber.
Siempre pensó que sería hermoso hacérselo saber en su idioma natal, aunque el efecto se ve un poco opacado si primero lo dice en francés. Pero, quería dejar el mensaje claro en caso de que lo pronunciara mal o dijera algún insulto en lugar de lo que deseaba. Lorcan le había traducido las palabras con gusto y mirándola de forma cómplice, no creía que lo hubiera hecho mal a propósito pero tampoco confiaba completamente en sus habilidades en el idioma.
Fue un beso dulce más que apasionado sólo quería continuar expresando el profundo amor que sentía hacia el otro. Y justo al terminar tomó su mano mirando hacia cielo nocturno y al final de la azotea con una sonrisa de autosuficiencia en los labios.
—Creo que es un buen momento para irnos de aquí.
Amaba profundamente a Taeyang Seung, en él había encontrado todo; un hogar, un protector, un amante. Solo esperaba haberlo dejado claro.
Ker Ahkbar- Gitano
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 21/06/2016
Temas similares
» Hasta que la muerte nos separe [Privado]
» Para que nada nos separe, que nada nos una || Privado.
» Hasta que la muerte nos separe [Privado para varios]
» C'est la Mort [Privado]
» Ce qui nous unit | Privado
» Para que nada nos separe, que nada nos una || Privado.
» Hasta que la muerte nos separe [Privado para varios]
» C'est la Mort [Privado]
» Ce qui nous unit | Privado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour