Los mismos campos (privado)

Hacia un dia perfecto para un dia en el campo, la verdad que una de las mejores cosas que poseia era la casa que me daba cobijo y a la vez me brindaba todo lo que en el horizonte podia haber soñado. Un refugio de las bestias del bosque pero por otro lado era la mejor forma de conseguir desconectar de todo en el mundo que nos rodeaba. Era ya demasiado tiempo que no pisaba la casa del campo pero me habia hecho con varias notificaciones de como iba funcionando todo en ella, ya que por mi trabajo muchos de los asuntos debia de solucionarse en la capital y eso era como si fueramos a la boca del lobo donde todo el mundo parecia no tener limite en cuanto a gritos y molestar demasiado a la gente. No me gsutaba los tumulto de personas que se concentraban en muchos puntos de ella pero sobretodo en las reuniones en las que solo piensas de escapar y poner punto y final.

Sabia que no todo era facil y por ello debia de tener en cuenta los momentos que tenia que ser un hombre normal y por otro lado ser responsable con los mandados que el trabajo llevaba. Pero por fin habia conseguido un tiempo para mi y consegui descansar poco mas alla de lo que me esperaban. Las ultimas veces que la habia visitado me sentia envuelto en una nube totalmente relajante y disfrutando de todo lo que me podia ofrecer, esperaba que volviera a ser asi por ello mismo pense en que seria buena idea ir dando una vuelta por los limites de la finca donde estirar mis pies y siempre un paseo no estaba de mas en muchas circunstancias. Mi mente me pedia parar a toda costa porque estaba como un caballo que no tenia riendas y se iba a desbocar.

Si hubiera sido por mi la vida solo la hubiera sentado en lo que era el mismo suelo que pisaban mis pies y poco mas. Sabia que una de las grandes fuentes de mi economia era los caballos dado a la crianza y venta de ellos, siendo uno de los mejroes lugares de la region y asi me sentia orgulloso de cada ejemplar que salia por las puertas. Cada uno de mis mozos tenia su funcion a desempeñar en el ambito de trabajo y a cambio de ello yo les daba un cobijo con comida para que pudieran trabajar tranquilos y algo para sustentarse fuera de alli. Ellos sabian perfectamente como prepararme para salir a montar por los alrededores lo que habia pensado y ya estaba en el mismo establo buscando mi caballo en su box, cuando llegue hasta él acariciando su hocico lo saque para colocarle todo el equipo. Nada mas terminar lo lleve fuera y monte hasta llegar a lo que era un amplio claro donde se extendia la hierva hasta donde no alcanzaba la vista y el sol bañaba los campos meciendolos con una suave brisa. Me baje del caballo comenzando a caminar por alli respirando profundamente la brisa que me golpeaba en el rostro.

Paisajes como aquellos eran los que valían la pena, a decir verdad, en ese momento me sentía un poco relajado mientras el viento golpeaba mi rostro y el sonido de la naturaleza quería llenar mis sentidos, todo lo que nos perdíamos por estar pensando en el dinero, no me quejaba, yo había acumulado una gran cantidad como de mi propiedad, pero eso no quería decir que no pensara había más cosas que valían la pena además de acumular riquezas sin sentido.

Mantuve la misma posición por algunos segundos pero ya me había percatado de que algo se acercaba hacia donde estaba, sin embargo parecía que no era peligroso, así que no me moví por un rato más hasta que escuché la voz de una mujer que quería tocar a mi caballo, giré despacio hasta que estuvo cerca de mi vista –Puede tocarlo- contesté de forma suave, parecía que ella ni siquiera se había dado cuenta de que estaba cerca, así que simplemente avancé a paso lento hasta que estuve visible o al menos eso era lo que yo pensaba.

Unos cuantos pasos más y estaría cerca de mi caballo y de la mujer, aunque ella no parecía temerle al animal y mucho menos al revés –Andrés Rosfwar- una ligera inclinación de la cabeza prosiguió a mi pequeña presentación mientras mi mano se acercaba a las crines del animal para que se dejara tocar, no era agresivo, pero en realidad con los animales nunca se terminaba de saber cómo es que iban a reaccionar, ni siquiera yo después de tanto tiempo tratándolos podía decir que lo sabía, pero eso era normal si tampoco podía controlar el cómo iba a reaccionar yo en determinada circunstancias.

Cuando me quise dar cuenta estaba el animal junto a la joven dejandose acariciar lentamente me aproxime a ellos con una sonrisa en los labios.- Es muy docil, no se preocupe por nada.- seguramente ya lo habia comprobado por como seguia acariciando al caballo y le gustaba quedandose tranquilamente con las caricias de la joven en todo momento.