Estrellas, ocultad vuestro fuego [Sasha Nureyev] +18

por **Tsuki Kageyama** Miér Jun 19, 2013 8:35 pm

Era la primera vez, desde que había llegado a París, que me detenía para ir al teatro. Tal vez fuera por lo ocupado que estaba tratando de encontrar un lugar estable donde vivir o por las distracciones con que me había topado desde mi llegada y no era para menos ¡Qué de gente he conocido! Pero uno en especial ocupaba mis pensamientos por completo. Un hombre poseedor de unos preciosos ojos verdes que con una sola mirada me sacaba suspiros, y que aparecían en mi mente cada vez que “dormía”, deleitándome. Alexei, era el primero que provocaba estos sentimientos en mi persona y tenía que admitir que comenzaba a extrañarlo. Sonreí, notando que ya me encontraba a la entrada del recinto y con los movimientos suaves que me caracterizaban, baje del carruaje en el cual había venido.

Mi figura quedo expuesta, mostrando el elegante vestido con el cual me había vestido y mis cabellos pulcramente peinados, dejando mis rizos al viento, debía admitir que ese día me había esmerado, porque tenía un presentimiento, estaba seguro de que algo sucedería. Estaba feliz y eso se notaba en mi mirada que especialmente esa noche, brillaba con gran intensidad.
Sin más me encamine a la gran puerta.

Había alquilado un palco privado para ver Macbeth, solo la había visto un par de veces al huir de Japón, pero desde la primera vez que la vi me había encantado, por lo que cuando me llegó noticia de que iba a estrenarse en París no dudé en acudir.

Desde mi lugar, el patio de butacas se veía hermoso y brillante, pero no se podía comparar al palco, que era mucho mejor. La vista desde ahí arriba era privilegiada, se podía ver tranquilamente todo el escenario, aunque en el momento de sentarme me sentí solo y suspiré, lo que más deseaba era la compañía de cierto vampiro.
Alexei... suspire de nuevo, y me acomode pues las luces ya se habían hecho tenues.
Iba a comenzar.

por **Sasha Nureyev** Dom Jun 23, 2013 9:36 pm

Anduve con paso decidido hacia el Teatro, la sangre del otro vampiro ardía en mis venas llamándome, sabía que Tsuki estaba allí dentro y era todo lo que necesitaba, nada podía detenerme, nada podía alejarme de aquel hombre que se había metido bajo mi piel y en mi corazón.

Anduve, por las amplia salas sin que mis pies hicieran ruido sobre las espesas alfombra, por los largos pasillos marmóreos iluminados por la luz de mil lamparillas, pero no vi nada de aquello, solo a Tsuki, que en mi mente, brillaba con la luz de mil soles.

Llegué hasta él en menos tiempo del que esperaba, sabía que estaba detrás de aquella cortina de terciopelo oscuro, sabía...pero aun así me detuve, contuve la respiración y noté como mi marchito corazón latía más fuerte de lo que jamás había latido en siglos. De haber podido, estoy seguro de que me habría sonrojado.

Casi como un niño que espera a ver a su primer amor, pensé con ironía, aunque esa frase sí que tenía una parte verdadera, Tsuki era mi primer amor después de todo.

Me armé de valor y corrí la cortina tan suavemente como pude, allí estaba, la elegante figura que deslumbraba a cualquier actor o a cualquier argumento. Sentí que todas las palabras e habían borrado de mi mente, que todo lo que deseaba decirle moría en mi garganta antes de nacer siquiera, no había palabras para describir lo que sentía, para describir lo que él me hacía sentir.

Sin embargo, estaba decidido, así que respiré hondo y di un paso al frente.

Entonces, acercándome en silencio, coloqué con cuidado, una mano sobre su hombro desnudo y me incliné susurrando a su oído -Ven mi amor, cubre con tu presencia los tiernos ojos de este lastimero día, que no haya luna ni haya estrella que pueda tapar con su brillo, ese resplandor de ti, que ilumina mis más negros pasajes-

por **Tsuki Kageyama** Dom Sep 15, 2013 4:00 pm

Por alguna extraña razón estaba ansioso, en espera de que comenzara aquel espectáculo mi cuerpo había comenzado experimentar esa sensación y aunque no sabía bien a que podía venir no estaba preocupado. Como si algo me dijera que aquello se debía a algo bueno y no tenía que preocuparme, me relaje un poco. Sentando donde estaba apreciaba toda la parte central del teatro que era exquisito, esto debía de repetirse sin duda. Tal vez este se volvería mi lugar favorito a no ser que... sacudí la cabeza, otra vez aquel hombre de nuevo en mis pensamientos ¿Qué me estaba pasando?.

Entrecerré los ojos llevando una mano a la frente sintiendo al segundo después como tocaban mi hombro y una suaves palabras contra mi oído, hicieron que volteara algo rápido abriendo los ojos de forme desmesurada al ver de quien se trataba. Era imposible, ¿Acaso mi mente estaba jugando me una mala pasada? No, él estaba ahí en frente. Estire mi brazo para alcanzar su rostro y suspire para después sonreír al sentir el roce de nuestras pieles, lo había extrañado tanto.

— Alexei, ¿Cómo es que? Olvidado —negué soltando una suave risa— ya puedo imaginarlo, es un gusto verte de nuevo —me levante y rodee su cuello con mis brazos, era una sensación agradable sentirlo de esa manera— ven, siéntate conmigo que la función va a comenzar.

Le hice un gesto con mi mano terminando por tomar la suya para guiarlo al asiento libre de mi lado, tal vez estando con él no tomara mucha importancia a la obra pero, él era lo que había estado esperando. Quien había cambiado mi vida de cierto modo y deseaba solo estar en su compañía. Me sentí y le sonreí de nuevo, la obra ya había comenzado.

por **Sasha Nureyev** Mar Nov 19, 2013 11:42 pm

Su piel contra la mía, y un escalofrío me recorrió entero.
Con cuidado, tomé asiento sin soltar su mano, entrelazando mis dedos con los suyos. Incluso los pocos centímetros que nos separaban me parecían mucho, y la bella obra desarrollada ante sus ojos, sí, solo los suyos pues los míos seguían atrapados en su hermosura, no podía resultarme, pese a todo, más anodina.

Era él lo que me interesaba, como nunca nadie antes que él lo había hecho. Tsuki, pese a ser un vampiro como yo, era diferente, era puro. Su luz, brillaba como las estrellas que adornaban su cabello.
Me incliné con cuidado y besé su cuello haciéndole reír -Te he echado de menos- susurré volviéndolo a besar, deslizando una mano por el brocado de su corpiño, casi queriendo desgarrarlo allí mismo para poder hacerle mío por fin.

Pero no, no era el momento ni el lugar, todavía no. Así es como tomaría a alguien que mereciera menos, a alguien que no dominara mi mundo y poblara mis sueños. A alguien que no estuviera siempre presente en mis pensamientos.
Pero Tsuki para mí, era todas aquellas cosas, y por lo tanto, la primera vez que lo tomara, la primera vez que me hundiera en la seda de su cuerpo, sería tan especial como el momento en que nuestras miradas se habían unido por primera vez, pues ese sería el instante en que nuestras almas, se convirtieran en una sola.

Con cuidado, acomodé su cabeza sobre mi hombro, disfrutando del roce de su pelo, del aroma de su piel, y entonces, tan solo entonces, fijé mi mirada en el escenario. El amor, ese sentimiento misterioso y esquivo, del que incluso había llegado a dudar, descansaba ahora entre mis brazos.

por **Tsuki Kageyama** Mar Dic 17, 2013 11:46 pm

Su mirada insistente hacía que perdiera el hilo de la obra que se desarrollaba frente a nosotros, aunque tampoco es como si estuviera al cien por ciento pendiente de esta ya que con solo estar al lado de Alexei mi mundo giraba entorno a él. Solo deseaba mirarlo y estar en sus brazos, y no era el único que lo quería. Aquel beso en el cuello me lo hizo saber y mi reacción simplemente fue de reír con ciertos tintes de vergüenza que se fueron acallando hasta que solo quedó formada en mis labios, una sonrisa ¿Me echó de menos? ¡Ah! Si supiera... de hecho quería decirle que yo también, pero sus labios fueron más rápidos y un nuevo beso me dio. Esta vez sus manos actuaban a la par, podía sentir una en el brocado del corpiño. Yo nada mas lleve las mías a sus hombros, suspirando, apegando un poco mi cuerpo al suyo.

Alexei provocaba en mí, cosas que nadie más podría igualar. Si fuera otra persona la que estuviera haciendo esto tal vez ya lo habría echado del lugar, pero no, era él y me dejaba llevar con cada toque, cada roce, pero no iba a llegar más lejos. No era un lugar apropiado, demasiada gente, incluso aunque estuviéramos en un palco privado. Hacer algo como eso aquí estaría mal porque él, era alguien importante, especial. El hombre que había extrañado todo el tiempo que estuvimos separados... y como si mi acompañante pensara lo mismo, se acabo. Me acomodo en su hombro y yo me deje hacer, pasando los brazos por su cuerpo en un abrazo ¿El estar abrazados no implicaba nada malo, ¿verdad?

— Espero no te moleste — dije refiriéndome a como lo tenía, antes de volver los ojos a la obra cuyo principio había quedado atrás hacia mucho.

por **Sasha Nureyev** Jue Ene 23, 2014 10:09 am

Sonreí ante su dulzura, molestarme decía, como si algo de lo que hiciera pudiera causar rechazo en mí. No contesté, tan solo pasé un brazo por su cintura aproximándolo aún más a mi cuerpo, acomodándolo un poco mejor entre mis brazos, sonriendo al notar su aliento en mi garganta, casi como una promesa.

Acaricié sus rizos con gesto ausente, mirando la obra desarrollarse ante nosotros, fue tan solo entonces cuando me di cuenta de que estábamos ya en el principio del quinto acto, casi podía contar los minutos que quedaban para que acabara y pudiera secuestrar la luna de París.

Aunque en cualquier otra circunstancia me hubiera hallado absorto ante el diálogo que ya me sabía de memoria, en aquel instante no podía importarme menos, y mientras las rimas resonaban en el teatro, por lo demás silencioso, yo me dedique a observar las suaves líneas de la cara de mi enamorado, magistralmente resaltadas por la tenue iluminación.
Tenía que pintarlo así, pensé, capturar ese momento, ya que el modelo, era libre e indómito como el mismo astro que su nombre representaba.

-Mi amor- susurré casi sin darme cuenta, haciendo que levantara la cabeza y que yo me percatara de que él tampoco había estado prestando atención.
Me miró y yo sentí mi corazón arder hasta consumirse en el fuego de sus ojos, de su cuerpo y de su sangre. Mis labios esclavos se posaron sobre los suyos cuando estos se abrieron en una muda demanda. Y mi alma, prisionera, cayó a sus pies cuando por fin, Tsuki se colocó sobre mí, abrazándome con toda el poderío que sus delicados vestidos ocultaban, haciendo que la silla se cayera y nosotros rodáramos por el suelo.

Haciendo gala de mi propia fuerza, le di la vuelta tomando sus muslos y acomodando ese hermoso cuerpo que parecía haber sido creado para acoplarse al mío.

-Mi amor- volví a susurrar, mirando en la profundidad de su rostro. Todo rastro de timidez había abandonado ya sus ojos, dejando en ellos, tan solo una promesa de pasión.

por **Tsuki Kageyama** Jue Ene 30, 2014 12:07 pm

El mundo se reducía en torno a Alexei. Estando junto a el otro vampiro, las preocupaciones se evaporaban. Las personas debajo de su palco, también. Se convertían en entes ajenos a su realidad. Era como si estuvieran envueltos por un suave velo, lejos de miradas indiscretas. Lejos del miedo. Lejos de la muerte. Lejos de la vida.

Estar junto a su ser amado, era estar detenido en un espacio mucho más intenso y eterno que su misma inmortalidad. El tiempo dejaba de pesar. Solo poder ver el destello dorado de sus cabellos, era como si pudiese volver a sentir sobre su piel, el calor de los rayos del sol en una mañana de verano.
Y aún así, la sensación no podía solo quedarse en esas palabras. Porque el lenguaje limita lo que en realidad sentimos. Quizás por eso, a veces era tan reservado. Prefería comunicarse más con gestos. Acciones. Son más llenos de vehemencia.

Al notar las caricias de Alexei sobre sus cabellos, no podía menos que sentirse rebosante de felicidad. Estar allí los dos, en un acto tan cotidiano, tan simple… y a la vez, sentir como ese lazo que los conectaba se hacía intenso, se manifestaba llenándolo de un remolino de emociones, le hacían pensar por un momento, si en verdad, no era aquello todo un hermoso sueño.

La más dulce de las alucinaciones.
Mientras veía a los artistas sobre el escenario, su mente trazaba su propia obra de teatro. Una en la que él y el vampiro rubio, eran los protagonistas. Una obra que esperaba, pudiera durar hasta que el “por siempre” terminase. Y aún así, el telón no se bajaría. Estaba seguro de ello.

Tan seguro, como que la voz de Alexei era el sonido que encendía su corazón hasta hacerlo arder.
El rubio le miró, y Tsuki le mantuvo la mirada. Un momento en que, los dos se comprendieron perfectamente, sin necesidad de otros trucos. ¿Para qué engañarse? ¿Para qué seguir esperando?
Hay cosas que no pueden ser detenidas. Y la pasión se le había escurrido entre los dedos. Tsuki no podía más. Necesitaba más. Necesitaba mostrarle su amor a Alexei de mil y un maneras.

Y un beso no calmaría esa sed.

Los labios expertos del otro vampiro contra los suyos, le hacían sentir como su cuerpo dejaba de sentirse tenso. Derretía cada pensamiento coherente. Y creaba más densidad en ese velo que los apartaba del mundo. Ahora más que en un principio, sabía que su corazón estaba atado a ese hombre.

Su cuerpo llamaba por el del otro. Pedían a gritos ser uno.

Uno solo.

Y la voz de Alexei le volvía a estremecer. La mirada decisiva de Tsuki, le indicaba que no había vuelta atrás. Con una suave sonrisa, dejo ir una frase, que demostraba que a pesar de todo, seguía siendo él.
-Soy tuyo. Quiero… ser… pero… quizás aquí no sea el mejor lugar…- susurro-

por **Sasha Nureyev** Dom Feb 23, 2014 5:11 pm

Besé su cuello en un arrebato, olvidándome de todas mis promesas de tranquilidad, mi paciencia hacía rato ya que se hallaba agonizante.
-Aquél lugar en el que me acompañes es el lugar perfecto- susurré contestando a su preocupación y me dispuse a hacele perder la cabeza besando sus hombros desnudos, con una mano acariciando su cabello y con la otra deshaciendo los cordones de su corsé.

Con cuidado levanté su falda acariciando las suaves piernas que ahora rodeaban mi cintura, sus delicados labios entre abiertos, rojos por nuestros anteriores besos y enseñando sus colmillos. Notando mis dedos temblorosos, solté los primeros cierres delanteros del corpiño, desnudando la parte de arriba de su pecho, observando solo por un momento aquella piel tan blanca y tan hermosa y que en aquel momento era solo para mi.
Parando durante solo un instante, me alcé para agarrar su rostro por la barbilla con suavidad, empujando su boca hasta mi cuello sintiendo su aliento y el roce de sus colmillos afilados como cuchillos.

Después, echando mano de mi alma de poeta y reuniendo los últimos rastros de mi control para susurrarle -Incluso si pudiera sentarme en una estrella lo dejaría por ver una imagen más de tu rostro, de tu cuerpo, por sentir una vez más tu corazón y tu alma.

En este mismo instante trataría de conquistarte si no supiera ya que yo soy el conquistado.
Si fuera otro el momento, te pediría que te fueras pues a meros segundos estoy de perderlo todo y amarte tan solo. Pero ya es demasiado tarde mi vida, separarme ahora de ti sería peor que la muerte, casi tan horrible, como seguir viviendo sin tenerte.

Así que toma mi sangre y mi alma que en ella habita. Te entregaría el mundo si pudiera, la luna de la que llevas el nombre y todas las estrellas. Si en mis manos estuviera, te daría el cielo entero. Pero no mi alma, ni mi cuerpo ni mi corazón.

No puedo darte aquello que ya te pertenece.-

por **Tsuki Kageyama** Jue Mayo 01, 2014 12:56 am

Cuando esos labios se posaron en su cuello, echó la cabeza hacia atrás suspirando encantado ante las nuevas sensaciones que estaba experimentando y que tal vez antes no se hubiera atrevido –aun- a experimentar, pero desde que había conocido a Sasha varias cosas cambiaron en su vida y no le disgustaba en lo absoluto.
— ¿Cualquier lugar? —
Pasó los brazos por el cuello de su acompañante acercando sus labios hasta la oreja de este; susurrando—esperemos entonces, para no poner a la obra en segundo plano —y la preocupación se disipó.

Solo ellos dos importaban en ese momento. Los besos y caricias que eran proporcionados y los deleitaban a ambos, sus piernas se enredaron en aquella cintura y como gesto de respuesta su falda fue levantada mientras recibía más caricias.
Entreabrió los labios y dejo ir de estos, el nombre del vampiro rubio que lo estaba volviendo loco y que después de lo que sucedería ahí no dejaría ir jamás. Aunque por lo que estaba sintiendo; Sasha tampoco lo haría, sonrío depositando un beso en el cuello que tenía en frente y terminó rozando sus colmillos ahí.

Escucho embobado lo que el mayor había comenzado a decir sin moverse de donde estaba acomodado, cada palabra hacía estremecerlo porque con ellas sus sentimientos eran correspondidos.

— Oh Sasha, yo… —coló sus manos por la camisa del rubio recorriendo aquella piel con la yema de sus dedos— llévame… —alcanzo los labios ajenos en un suave beso que llego a un nivel más apasionado— llévame al paraíso que solo lograré alcanzar en tus brazos.

por **Sasha Nureyev** Jue Mayo 01, 2014 11:23 am

Gemí al escucharle, besándole de lleno, con tanta fuerza que a un mortal lo habría herido, mi Tsuki sin embargo, solo aprovechó para morder mi lengua devorando así el líquido que me mantenía con vida, no es que me importaba, mi vida era suya.
Nos separamos, mis dedos abriendo ya su corpiño por completo, liberando su pecho delicado, delgado y blanco como el más blanco de los mármoles. Me tomé un momento para admirarlo, pero pronto incliné el rostro para poder lamer toda aquella extensión que se desplegaba ante mí, llamándome, incitándome.

Continué abriendo su vestido notando hasta que entre nosotros no quedó nada salvo piel contra piel. Me deshice de la camisa totalmente aprovechando para pegar mi pecho al suyo, para que así no se me escapara ninguno de los movimientos que involuntariamente, producía para acompañar cada sonido.
Mientras, mis manos subieron un poco más, hasta alcanzar ese lugar, ese calor abrasador en el que esperaba, me hundiría pronto. Con cuidado, volvía posar mis labios en su cuello, en ese delicado lugar que le hacía temblar, que le hacía deshacerse entre mis brazos, mi nariz hundida en su cabello, y fui yo quien se deshizo ante su aroma, ante su deseo.

Escuché sus gemidos al deslizar mis colmillos por su piel sensible y solo pude desear provocarlos más fuertes, hasta que todo el teatro los oyera, hasta que todo París los escuchara, hasta que el mundo entero supiera que me pertenecía.

por **Tsuki Kageyama** Sáb Jun 21, 2014 9:01 pm

Los labios del mayor impactaron contra los suyos con fuerza, culpa de la pasión que en esos momentos estaban viviendo pero que a Tsuki poco le importaba si con aquel movimiento le hubiera hecho daño ya que él se encontraba de la misma forma que el rubio y se lo demostró al rasgarle con sus colmillos la lengua, saboreando la sangre que salía de la herida con deleite, se podía decir que ahora había otra cosa que le gustaba de Alexei y rio un poco ante ese pensamiento, sin haberse dado cuenta en las condiciones que se encontraba hasta que algo humero se deslizo por su pecho.
Gimió echando la cabeza hacía atrás sin saber si fue en un volumen fuerte o despacio, aunque esperaba que fuera el ultimo para no tener que ver miradas indiscretas de los demás al salir, pero si se ponía pensar mejor la cosa este era un teatro no igual al otro que había en la ciudad, este era de vampiros... tal vez ya hacía rato que los habían escuchado. Bufo bajito intentando no pensar en ello, quería en esos momentos simplemente estar con Alexei y daba igual todos esos vampiros, así que se decidió por ayudar a su acompañante con la ropa.

El roce de pieles lo hacía estremecer, suspirar. Llevo un dedo a la espalda ajena recorriendo toda la extensión de está al mismo instante que sentía los labios en su cuello, los dientes...

— Amnh, Alexei.... —gimió de nueva cuenta, tomando una de las manos del mayor que con anterioridad había estado en cierta parte baja de su anatomía y la apretó con suavidad mientras entrecerraba los ojos—. Te quiero, si es contigo no importa que todos nos escuchen y nos miren después —acerco su boca a la del contrario y con la lengua delineo aquellos labios haciendo un pequeño movimiento de caderas para así rozar ambos miembro y terminar rodeando con sus piernas el cuerpo del otro vampiro para un mayor contacto.

por **Sasha Nureyev** Jue Jul 24, 2014 10:13 am

Apenas pude contenerme para no arrancar la hermosa falda que en aquel momento, no era sino un obstáculo en mi camino. Cuando por fin me deshice de la tela, sonreí al descubrir que no había nada debajo. 'Descarado' pensé, pero ya no podía formar palabras coherentes, mis labios estaban dedicados a besarle.

Desperdigué mis besos por sobre su estómago y vientre, blancos e inmaculados, respirando su aroma cada vez más fuerte que ponía mi mente en trance, como una droga a la que no quería renunciar. Seguí bajando y bajando, notando sus dedos en mi cabello, hasta que mis labios estuvieron a la altura de su pene, que ya comenzaba a despertar.

Me relamí, mirando fijamente sus ojos nublados por el deseo. Apenas podía contener mis colmillos, que no eran sino un problema cuando se trataba de aquella zona tan delicada.
Lamí con la punta de la lengua una franja desde su pubis hasta su glande, riendo al escuchar los jadeos entrecortados que escapaban traidoramente de entre sus labios. Queriendo escuchar más, lamí otro poco bajando hasta que su pene estuvo completamente atrapado en mi boca. Bajé un poco más hasta notarlo rozándome la garganta y con cierta experiencia, coloqué la lengua en la vena que recorría el miembro de Tsuki por la parte de abajo tomándolo incluso más profundamente.
No estuve mucho en esa posición, no podía permitirme perder mucho el tiempo, tenía mi propio problema entre las piernas que me pedía a gritos sumergirme en ese bello cuerpo que tan dulcemente se me ofrecía.
Lamí y chupé sin orden ni concierto, deleitándome en su sabor, tan perfecto como había imaginado un millón de veces. No tardó mucho en correrse, y yo lo tragué todo, sin dejar de mirar su cara sonrojada y esos bellos ojos que había conseguido cerrar de placer.

Con cuidado me limpié los labios y me moví hasta que Tsuki volvió a estar bien sujeto contra mi pecho.
-¿Listo para la siguiente ronda?- susurré con voz traviesa, no tardaría mucho ya, pensé, en tomar lo que más deseaba, pero no hice más ademán de continuar sino que me tendí a su lado dejando que se recuperara.

A veces, cuando me encontraba en mi estudio batallando con una hoja en blanco, me preguntaba si la inmortalidad valía la pena, si todas las riquezas que ahora tenía podían compensar por la vida perdida.
Pero en aquel momento, sosteniendo a Tsuki entre mis brazos me daba cuenta de que sí.
La inmortalidad valía la pena si podía pasarla a su lado.

por **Tsuki Kageyama** Lun Sep 15, 2014 8:27 pm

Con tantas sensaciones no sabía en que momento había acabado por completo desnudo, pero lo que sí sabia era que los besos que le estaba dando el rubio lo estaban haciendo delirar y si seguía bajando...¡Oh, Dios! Entrecerró los ojos y llevo su mano a los cabellos ajenos al mismo instante en que un jadeo especialmente más fuerte que el resto salió en primera instancia de sus labios para continuar con otros entrecortados y de un volumen más bajo. Y es que la lengua del mayor recorrió de un sola lamida la extensión de su pene, para terminar de meterlo por completo en la boca.

Suspiro, mirando hacia el techo del teatro con los ojos velados con el placer que estaba sintiendo. Alexei sabía donde tocarlo con esa bendita lengua que poseía hasta hacerlo perder la cordura, incluso estuvo tentado de que su mano se apoyara en la cabeza ajena para acercarlo más a su entrepierna, pero al final no tuvo que hacer nada porque él otro ya había cambiado el ritmo. Así que solo se puso a jugar con los mechones rubios.

Gimiendo otro poco más, bajó su mirada hasta donde estaba el otro vampiro atendiéndolo, aquello era simplemente una imagen que le gustaría volver a ver en otra ocasión. Pero no pensó mucho en eso ya que entre tanto jugueteo en su miembro la sensación inminente de querer venirse atacó su cuerpo y tras unos segundos lo hizo sin poder evitar cerrar los ojos por el placer.

Con la respiración entrecortada, un lapsus de tiempo después, pudo abrir sus orbes para admirar a su acompañante quien lo atraía hacia el pecho y le habló con esa voz de ensueño que le hizo sonreír. Sin duda estaba haciendo cosas que no venían con su persona y que gracias al mayor había mandado todo bien lejos.

— Claro que sí —Se levanto un poco para dejar al contrario apoyado en el piso mientras que se le subía en la cadera—. Creo que ya todo el mundo sabe que hay dos vampiros pervertidos a punto de tener relaciones —Soltó una pequeña risa y le beso los labios mientras llevaba una mano hasta el pecho. Acariciando en apenas en un roce en donde al final termino agarrando con el dedo pulgar e indice una tetilla y la apretó.
Llevando a la vez sus labios al cuello pálido en donde comenzó a repartir besos y pequeñas mordidas dejando una más fuerte en el hombro, como si quisiera marcar al otro vampiro...Ok, sabía que aquello era un pensamiento muy infantil, pero si lo pensaba mejor, lo que iba a ocurrir a continuación los iba a unir un poco más ¿Verdad?

por **Sasha Nureyev** Miér Oct 29, 2014 7:11 pm

-Pervertidos dices- susurré jadeando contra sus labios mientras con un dedo acariciaba círculos alrededor de su entrada -Esto no es perversión mi amor- continué besando suavemente el lugar donde antes había clavado mis colmillos -esto es amarte como te mereces-

Estaba más que satisfecho por el carácter semi público del sexo, no solo porque fuera un poco exhibicionista, que lo era, sino porque quería que el mundo entero se enterara de que Tsuki Kageyama ya no estaba disponible para nadie, que era mío y solo mío. Era también la primera vez en mi vida que no me importaba admitir que tenía un corazón y que este le pertenecía al hombre al que estaba a punto de penetrar.

Empujé, apenas conteniéndome para no entrar de una vez, agarrando sus manos en las mías y uniendo nuestras miradas de la misma manera en que ya lo estaban nuestras almas. Cuando por fin estuve dentro del todo, nuestros gemidos se entrelazaron igual que nuestros cuerpos. Nos aferramos el uno al otro antes incluso de que moviera las caderas, tan fuerte como si quisiéramos fundirnos en un solo cuerpo.

-Te amo- susurré desde muy dentro de mi mismo -te amo- repetí, viendo la emoción reflejado en esos pozos de chocolate que me hacían sentir como un niño goloso por el deseo que tenía de devorarlos.

En el momento en que por fin nos movimos al unísono, fue cuando me di cuenta de que eso no era solo, aquello por lo que llevaba esperando toda la vida, sino la razón misma de mi existencia.

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