Time for all ( libre )

Fui a la catedral después de pasar siglos escondido a la vista de la naturaleza, decidí volver a ver el mundo, la gente que me conocía desapareció, los hombres que me respetaban dejaron de existir, solo había una forma de saber que era lo que había pasado y que había sucedido con mi raza, aunque esa forma no me era muy agradable debía de hacerlo, quizá yo era raro, un licántropo que no quería a los demás licántropos, uno muy extraño, mas fuerte y veloz que cualquier otro pero con una diferencia totalmente solitario, uno que despreciaba todo lo que tenía enfrente y aun mas a los humanos ya que no me habían tratado como yo pensaba, siempre lo han dicho la humanidad destruye todo aquello que no entiende, y así iba a ser conmigo de no haber escapado de niño, aquellas cuevas fueron útiles durante mi vida aunque los últimos siglos deseaba poder salir del centro de la tierra y poder ver qué era lo que el mundo deparaba para las personas y para mi, siglos vivo eso era algo que nunca había visto en otro licántropo quizá porque yo era único, quizá porque en mi vida había otros planes, todo eso lo descubriría a su debido tiempo, me senté en una de las bancas de la catedral y observe las distintas imágenes mientras pensaba en el tiempo que había desperdiciado mi vida, buscando algo que quizá no existía o que quizá aun no encontraba….mi felicidad

Observe aquella bella figura, el color de su vestido y tono de su piel, aquellas palabras que decía me hacían pensar miles de cosas, el viento entro por la puerta dejando entrar el dulce aroma de humanos y otras criaturas nocturnas, seres que cazaban de noche y otros que cuidaban a la humanidad, muy diferente de ellos yo asesinaba a todos los que se interponían en mi camino aquellos que buscaban matarme, o que alguna vez intentaron hacerlo, vampiros, licántropos, humanos, brujas, gitanas todos buscando un objetivo deshacerse de mí y poder seguir, muchas muertes rondaban por mi cabeza todas las personas que había matado por gusto y por mi protección, debía pedir perdón por cada crimen, mi castigo era bastante el llevar una carga tan pesada conmigo, ser un licántropo cuidar de los míos, no era mi opción ellos habían intentado matarme pero nunca lo lograron murieron en el intento, me levante y me acerque a aquella dama, aun sabiendo perfectamente lo que era decidí averiguar por qué decía aquellas palabras, por qué motivo se sentía de aquella manera, porque no estaba conforme con el don que tenia, mi cabeza formulaba teorías, la inmortalidad era demasiado para ella? no deseaba ver morir a las personas que amaba? sentía desagrado por su raza al igual que yo?.

Esas y más cosas circulaban cada segundo por mi cabeza, llegue a colocarme a su lado, observando su hermoso cuerpo, sintiendo su aroma profundamente en mis fosas nasales, observando fijamente su rostro, la gente se retiraba poco a poco por la caída del sol, estar en las calles en la oscuridad no era algo muy seguro, circulaban rumores de animales que mataban personas, claro obviamente vampiros y quizá yo, mi mirada se mantuvo fría y seria, mi boca no emitía sonido alguno, mis músculos se tensaban el odio tenido hacia toda criatura era de gran tamaño, a diferencia de los demás yo controlaba totalmente mis transformación, aunque no hubiera luna llena podía transformarme, respire hondo observándola fijamente, gire la vista hacia la imagen a la que ella hablaba y seguido gire de nuevo hacia ella - mi lady por que dice aquellas palabras? - pregunte serio y fríamente, mi voz ronca y mis ojos clavados en su mirada, el viento soplando con suavidad dando a conocer la temperatura de las calles, el aroma d ellos arboles que adornaban la entra y el número de personas que aun había dentro de la catedral.

Mi cabeza se sumergió en un ligero pensamiento, algunos recuerdos de tiempos pasados, momentos en los que mi vida dependía de corre y huir de la humanidad, cuando mis transformaciones nocturnas causaban la muerte de personas, cuando aquellos que me habían despreciado murieron en mis manos, la muerte me seguía siempre, destruyendo mi poca humanidad existente dentro de mi alma, Gitanas, Brujas todas buscando la forma de quitarme mi gran don para su propio bienestar, mis músculos se quedaron tensos esperando el momento de actuar - acaso su vida es muy desagradable o muy infeliz? - añadí rápidamente después de mi primer pregunta, aunque era raro que un licántropo hablara con un vampiro no era el lugar ni el momento de establecer una pelea o causar alguna discusión, siendo mi llegada no deseaba que las cosas empezaran mal, la odiaba por ser lo que era eso no lo podía negar pero no debía juzgar a nadie por la cubierta, ni por lo que fuesen muchos eran diferentes y eso lo había aprendido con solo mirarme en un cristal

Sus palabras fueron directamente a mi pasado, de niño buscaba algún Dios un ser totalmente poderosos capaz de hacer y deshacer, un ser omnipotente que pudiera darme las respuestas o ayuda que necesitaba, aquella ayuda y cariño que deseaba tener siendo un joven solitario escapando de todos los seres que se empeñaban en ocasionarme daño, buscando en cada rincón, catedral, iglesia, en todo tipo de lugares, esperando el momento justo de su aparición, tiempo después supe que no llegaría en ayuda de los seres que estuvieran en contra de sus principios, escuche sus demás palabras y mi mirada se quedo fija unos segundos en sus hermosos ojos, era verdad su vida no me incumbía lo que le sucediera a las demás personas no me incumbía y más aun si se trataba de una vampiresa un ser que mataba para sobrevivir, para recibir la belleza, seguir con la eternidad y poder tener aquella fuerza sobrehumana, cada gesto de su rostro demostraba ira, un sentimiento que todo ser demostraba en momentos de cólera, mis ojos miraban detenidamente todo el ambiente, la gente salir poco a poco, el polvo de algunas estatuillas retirarse por efecto del viento, su mirada llena de ira y muerte, sus puños relajarse después de haber estado completamente cerrados, las imágenes iluminándose por las veladoras del lugar, iluminando con ligereza cada imagen.

Mi mirada al igual que muchos seres asesinos era misteriosa, demostré un ligero enojo al ver su hostilidad, aunque era de esperarse yo no deseaba pelear con ninguna criatura que no me hiciera algún daño, aunque esa ley no la había aplicado antes todas las muertes que cause eran algo que arrastraba con el tiempo algo que me hacía daño emocionalmente, las palabras de mi padre vinieron a mi cabeza "Todo ser que respire tiene derecho a vivir sin ser juzgado", muy bien esas palabras siempre fueron las que me hacían enojar cada segundo, siendo yo un joven chico incapaz de controlarse en luna llena, ninguna persona se dedico a saber sobre mí, me juzgaron de la peor forma que cualquier criatura hubiera podido soportar, siendo mis padres aquellos que intentaron asesinarme junto con el pueblo escocés de mi ciudad natal, todos en busca de mi cabeza y todos asesinados por mis propias manos, cada asqueroso humano sin importar genero y edad fueron asesinados con el odio y crueldad que había crecido en mi, siglos pensando en eso me hizo regresar y volver a hablar con aquel hombre todo poderoso, aquel que decían que tenía el poder de arreglar las cosas.

Mi mirada bajo al piso lentamente - lo siento madame, sé que no me incumbe pero aun así no le deseo ningún mal a las personas que no me han hecho ninguno a mi - dije un poco serio, mi odio por toda criatura viviente capaz de lastimarme se dio a notar dentro de mis ojos, un poder por así decirlo, siempre mostraba lo que mi alma tenia dentro al igual que podía ver lo que los demás tenían dentro de sus ojos - mi vida es lo suficientemente miserable como para poder ayudar o dar consejos a aquellos que lo necesitan, sin juzgar su género, raza o edad - dije respirando hondo tranquilizándome para no transformarme, algo que había jurado de pequeño era que nunca juzgaría a aquellos que no me hubieran hecho algún daño, al contrario intentaría ser lo más amable cosa que nunca pude conseguir, mi forma de ser era completamente agresiva creciendo en un ambiente violento dentro de mi casa y después aquellos años de persecución me hicieron no confiar en la gente, buscar lo negativo y positivo, ver sus propósitos y sus sueños, intentar no entablar una conversación por mi bien - pero si tanto le molesta mi presencia podría seguir en su plática y yo alejarme y dejarla sola madame - dije levantando la mirada y observando la catedral casi vacía, el viento soplar con fuerza y la temperatura del ambiente descender un poco, las nubes alejarse de mi madre la luna con lentitud dando paso a algunos rayos.


( no te preocupes XD la entiendo un poco y es mejor ser asi a ser todo caramelo no crees? )