The truth of us (Lanna)

La noche otra vez estaba cayendo en la mansión de los Nygard y Lanna apenas iba a dormir, había escuchado cuando Jarko se fue, pero habían cosas que no podía detener y él era una de esas, por mucho que quisiera nada podía hacer ¿Qué decirle? "No salga porque hace frío" "Al menos cúbrase", ni siquiera se lo podía decir a Akseli, menos a él que era tan serio y distante con ella, simplemente suspiró mientras guardaba de nuevo la vajilla en su lugar, ninguno de ellos se había dado cuenta que ella todos los días ponía la mesa tres veces para dos personas, nadie había notado que la comida se quedaba y ella tenía que comer lo mismo todo el día porque nadie más tomaba el bocado.

-Ni modo Max, de nuevo nos tocará comer carne, pero ya tenemos el desayuno para mañana- encogió los hombros al terminar de dejar las cosas en su lugar, no sabía porque no se había cansado de cocinar sin recibir por lo menos un "No me gusta"; verlos era casi un premio, pero ella no era nadie para poder cuestionarlos, no debía, no tenía ningún derecho a hacerlo y menos a enfrentarlos, quizá le responderían mal y le dolería.

Salió de la cocina mientras jugaba con uno de los trapos hasta que escuchó a Akseli -No estoy limpiando ya, de hecho acabo de recoger la mesa... Pensé que Jar... El señor Jarko cenaría pero no...- encogió los hombros como una niña que acaba de darse cuenta de que los Reyes Magos no le dejaron bajo el árbol el regalo que estuvo deseando todo el año -¿Tú vas a querer cenar?- la pregunta le hizo recuperar ligeramente una sonrisa esperanzada aunque quizá ya sabía la respuesta, pero si algo tenía Lanna, es que era demasiado insistente, muy terca, más de lo que debería y tenía que ser.

De nuevo un no por respuesta, siempre era igual ¿Al menos no podían hacer un esfuerzo? O con que le dijeran que era lo que les gustaba ella intentaría hacerlo, cuando menos aprender, no era tan idiota, pero parecía que así le consideraban aunque a decir verdad, ella siempre pensaba cosas y no siempre debían ser reales, eso debía de admitirlo, sólo que ante el silencio se quedaba con las respuestas que le daba su propia cabeza, un suspiro salió de sus labios pero lo acompañó una sonrisa, una que iba fingida, pero que siempre debía estar dibujada en los labios según su madre -Yo ya cené, gracias, señor, pero no se preocupe- la boca seguía en curva formando una tenue sonrisa.

Miró al perro y se dio media vuelta para abrirle la puerta, se había encargado de conseguirle una casita pequeña, así lo dejaba afuera y no hacía desastres en el interior -A tu lugar, anda, anda- el perro se dejó acariciar plácidamente por Akseli para después salir corriendo a su casa, en donde no tardó demasiado en acomodarse, Lanna parecía patética, estaba mucho más acostumbrada a ver al perro dormir que a sus señores comer, eso sí que era para que alguien le dijera que no tenía vida, pero la realidad es que ¿Para qué quería una? Suspiró de nuevo y se giró hacia Akseli, se quedó callada unos momentos y quería articular palabra alguna sin embargo no le salían.

Había escuchado esas palabras fuerte y claro ¿Por qué? ¿Qué era lo que estaba pasando? -¿Con... Conmigo? ¿Importante?- la voz le tembló, en la última sílaba se había quebrado por completo ¿Y si ahora se quedaba sin trabajo? Respiró profundo una vez -Claro... Akseli, podemos hablar ¿Pasa algo malo?- terminó por preguntar, ella no era de las que se quedaba con la duda, al menos intentaba poder aminorar las cosas, siendo directo había comido varios tiempos, aunque la pregunta debió quedarse en su garganta, no se arrepentía de haber hablado. Las piernas le temblaban por completo, sus manos comenzaron a sudar, mientras que su pecho subía y bajaba a un ritmo que hacía evidente su respiración, los nervios le habían invadido el cuerpo.

Ella sonrió, no pudo evitarlo, es que se sentía mucho más tranquila, Akseli tenía ese don, aunque Jarko siempre la mantenía en el filo de una navaja con sus cambios de humor, ya no sabía para que lado moverse y no terminar cortada, aunque esperaba que algún día pudiera caerle bien, o cuando menos no sentir esa mirada tan penetrante que la ponía tan nerviosa -Está bien, ya no pensaré eso, gracias...- le dijo con sinceridad y se acercó un paso a él para dejar un beso suave en su mejilla, no era mala, no tenia dobles intenciones, simplemente le había nacido hacerlo, ella quería mucho a aquellos hermanos, no podía negarlo y tampoco quería hacerlo, eran las dos caras de una moneda y ella se había llevado la lotería.

-Pues yo... -pensó un poco, sabía que la iban a regañar, era lógico, además quizá Akseli se preocupara, pero bueno... ¿Qué podía hacer? Los había desobedecido, pero nunca más lo volvería a hacer, al menos con respecto a eso, ya le habían dado un buen susto, hasta eso, había escarmentado, raro en ella, pero verdad -Un día, salí, hace mucho... Ya era noche, bueno, mejor dicho muy temprano, como las cuatro de la mañana y... Un hombre... No sé que pasó... Cuando vi, dos chicos estaban tirados delante mío, muertos...- jugó con sus dedos un poco nerviosa -Él dijo que lo había hecho porque querían hacerme algo malo, pero ¡No había forma de que él supiera eso! ¿O sí?- recordarlo le había dado calosfríos -No vi, no vi cuando se acercó, ni cuando se movió... Luego, luego dijo algo... Como... Una amenaza, porque lo estaba sacando de sus casillas, pero... De pronto se fue y volví a la casa rápidamente...- bajó la mirada esperando la reprimenda aunque ya había tenido bastante miedo como para todavía soportar el regaño, sin embargo sabía que lo tenía completamente merecido.

Negó con la cabeza lentamente y subió la mirada de nuevo hacia Akseli como si quisiera saber algo, pero no sabía que buscaba, sólo que la pregunta era totalmente extraña, y sin sentido, al menos para ella en ese momento -¿Por qué crees en los seres sobrenaturales?- preguntó sin despegar sus ojos de los de aquél por un momento -Yo sé que no todos son buenos o malos, todos son así... Hay gente muy mala, mis anteriores señores me pegaban, pero ustedes no son así, eso lo tengo claro, Akseli...- aclaró con un poco de confianza, aunque su mente seguía intentando, sin lograrlo, saber hacia donde iba caminando aquella plática.

Sonrío, de algún modo ella estaba casi segura de que Akseli nunca se enojaría con ella y por eso no creía demasiado en que algo le pasara, pero también estaba consciente de que debía obedecer y no abusar de su buena suerte o un día se extinguiría por completo, lo miró y asintió con la cabeza, dejando en claro que se comportaría, al menos por el momento -Sabes que sólo bromeo... O por otro lado que en verdad me da miedo perderlos- un gesto inocente se cruzó en su rostro, no quería que Akseli se enojara de verdad, pero aquél temor no era algo que le fuera fácil de ocultar.

Se mordió el labio inferior y miró a Akseli, quizá en esta ocasión sí que se enojaría, sabía exactamente que no debía decir, pero que su lengua en la mayoría de las veces la traicionaba, lo cual no le gustaba en absoluto, pero no podía hacer nada más que afrontar las consecuencias que su propia tontería le estaba dejando -Mejor olvidémoslo, que no me ha pasado nada y... No le digas a Jarko... Por favor- aquello era una simple petición, pero no estaba muy segura del por qué sentía que si su otro señor se enteraba quizá el regaño sería mucho más fuerte y por otro lado le dolería a ella más, era una tontería, la verdad es que el hermano mayor siempre había sido demasiado serio como para esperar un trato amable, era simplemente educado, pero nunca se podía esperar mucho más de él.

Frunció el ceño -Akseli no me quieras ver la cara... En verdad esa clase de bromas no son agradables... ¿Qué pretendes? ¿Asustarme?- preguntó un poco molesta, aunque algo en su interior se removía con demasiada inquietud, era... Una sensación que no la dejaba estar en paz, haciendo que su cabeza comenzara a pensar en muchas cosas que realmente no se terminaban de acomodarse -No es cierto... ¿Verdad qué no es cierto? Tú sólo estás jugando conmigo... Akseli, si querías hacerme entender que debo estar en la casa, ya lo he entendido, de verdad, pero no digas esa clase de cosas, no puedo concebir que esté viviendo con dos...- la palabra se le atoró en la garganta aunque intentaba que su voz sonara serena, no podía, su corazón se estaba desbocando poco a poco recordando muchas cosas, siempre estaban fríos, nunca los veía en el día y nunca los había visto con llegar con comida de la calle...

Miró una vez más a su señor y dio un paso hacia él estirando la mano a su rostro, demasiado lento, hasta que tuvo contacto con su piel -No eres malo- sentenció, aunque la convicción no era la característica principal de sus palabras.

De nuevo la estaban regañando, sabía que no debía haber dicho nada, pero seguir ocultando aquello quizá sería malo, ella no tenía idea de todo lo que ellos podían hacer, pero ahora tal vez... Se cuidaría más, su cabeza simplemente se movió para asentir ante las palabras que le decía Akseli -Sólo no le digas a Jarko... Él me va a regañar más feo y no quiero que eso pase, te prometo que ya he entendido... De verdad...- murmuró levantando la mirada para observar a Akseli, ella intentaría, de verdad, pero quién sabe si podría... En algún momento... Siempre era negativa, pero es que tenía un karma bastante extraño, tenía que admitirlo, los problemas venían solos y Lanna no sabía como salir de ellos antes de que los demás pudieran darse cuenta.

Tocó su piel, era bastante fría, pero no tembló, se quedó observando sus ojos, no es que quisiera ver algo en ellos, pero ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Es que ella era bastante tonta y confiada, no podía pensar que existían personas que hicieran el mal o algo así -No me asustas, Akseli... En serio... Sólo que... Lo... Yo... Lo creía como una leyenda urbana o algo por el estilo, pero... ¿Cómo? Es que no entiendo ¿Tienen mucho así? Lo poco que sé es que viven demasiado y que no pueden...- se quedó callada por un momento y analizó todo lo que había pasado en ese tiempo, pero su cabeza por mucho que quisiera no le obedecía, no pensaba coherentemente -Por eso ustedes no están en la mañana y tampoco comen...- hizo una mueca con los labios y se le quedó viendo por unos momentos, su cabeza se quedó en blanco, estaba pensando como formular aquella pregunta, tal vez se estaba metiendo en donde no le llamaban y en cosas que no quería saber... Afortunadamente la pregunta de Akseli la interrumpió y negó con la cabeza -¡Por supuesto que no! Aquí me voy a quedar, ustedes nunca me han hecho nada, a pesar de que Jarko no me quiere ni tantito siempre ha cuidado de que esté bien y no es grosero... Sólo un poco exigente, pero eso en cualquier trabajo, no pienses eso... No les tengo miedo- terminó por decir con seguridad y le sonrió, aún quedaban muchos hilos sueltos en su mente, pero poco a poco los ataría, no era necesario que fuera justo en aquél momento ¿O sí?

Aún su cabeza daba muchas vueltas, era como si comprendiera, el temor de que le dieran a Jarko había sido superado por todo el mundo de preguntas que ahora estaban invadiendo su mente, es que algo era lo que le oprimía el corazón también pero no terminaba de entender el qué, era tan raro que se le acumularan tantos sentimientos, hacía mucho que no sentía nada igual -Son reales...- tuvo ganas de llorar, era raro, todo muy confuso -¿Por qué?- era toda la pregunta que tenía en mente -Sé que no me harán daño... Pero es que... No entiendo, Akseli...- acarició su mejilla de nuevo por un breve segundo, era una lucha en su interior. Quería confiar, pero había muchas cosas que le decían que no lo hiciera, por primera vez estaba dudando acerca de lo que podía haber en el interior de aquellos -Se quemarían...- mencionó con cierto miedo y eso la trajo de nuevo a su realidad, pero aquellos recuerdos seguían agolpados en su cerebro intentando hacerlo reventar, necesitaba salir, pero no podría él no la dejaría.

-No sé que preguntar, Akseli, no sé que puedo saber y que no- se rascó la frente con sus dedos mientras le miraba, completamente confundida -¿Cómo se alimentan entonces? ¿Qué haces para sobrevivir por tantos años?- ella era ignorante, podría escuchar a veces alguna situación y entender algo o aprender de ella, pero más de eso no podía comprender mucho más, lo que sabía acerca de los vampiros era muy poco -¿Qué hacen en el día? ¿Qué más hay allá afuera? ¿Qué puedes hacer tú? No entiendo... - suspiró largamente y terminó por sentarse en uno de los sofá que había ahí, sintiendo de nuevo que muchos de sus sentimientos se agolpaban en su interior pero no sabía cómo descifrarlos, ni qué sentido tenían -¿Sabes? Siento algo raro... Pero no sé que es... Sólo sé que tengo muchas ganas de llorar- le miró mientras su labio inferior se estiraba en un puchero, los ojos los tenía un tanto humedecidos, la cara de sus padres se dibujaba en su mente, mientras que la tristeza era mucho más grande.

Ella estaba consciente de las cosas, si de Jarko se tratara ella nunca se enteraría de todo aquello, así que simplemente agradeció que Akseli le compartiera aquél secreto, que ella guardaría por el bien de ambos, o incluso por el bien de los tres. Asintió con la cabeza a lo que le decía acerca de las preguntas, mientras le escuchaba con toda la atención y calma que podía en aquél momento, aunque de verdad que le costaba demasiado trabajo -Como ustedes que son buenos, pero ¿Cómo puedo reconocerlos? Hay humanos que también son malos... No entiendo, es tan complicado todo- se sobó el cuello bastante frustrada con todo lo que estaba averiguando en ese momento, su cabeza parecía que podía explotar en cualquier momento de tanta información, además de los recuerdos que se agolpaban uno tras otro como si quisieran decirle algo, como si intentaran alertarla de cualquier cosa que pudiera pasar, pero no entendía, creía que no comprendía ni la mitad de lo que le estaban diciendo, pero haría su mejor esfuerzo con respecto a eso, no podía ser tan tonta o eso es lo que creía.

En su cabeza aparecía la imagen de su madre, mientras apretaba los ojos con fuerza y unos brazos la envolvían con fuerza, no eran los de su padre, Lanna era pequeña y estaba refugiada en el mueble que les servía para guardar la ropa viendo por la abertura que este tenía mientras notaba como el hombre, su señor, le besaba el cuello, un pequeño quejido salió de los labios de aquella mujer que le había dado la vida para después desfallecer sobre la cama, había un diálogo, pero ese... Ese no lograba terminar de recordarlo ¿Por qué justo ahora venían a su cabeza todas aquellas ideas? ¿Por qué? No lo sabía, pero en ese momento parecía no saber absolutamente nada, con trabajos podría recordar su nombre y eso ya era mucho decir.

Sintió el abrazo y se refugió en sus brazos, en verdad que lo necesitaba con todas sus fuerzas, mientras sentía como su garganta se cerraba, no podía articular palabra alguna, era casi imposible para ella y las fuerzas se le desvanecían, su cara quedó enterrada en el cuello del que ahora sabía era un vampiro mientras sus manos se aferraban a su espalda -¿Cómo te alimentas? ¿Cómo bebes sangre? ¿Qué haces?- demasiadas preguntas de nuevo, todas eran dudas que se iban acumulando en su pecho mientras que formulaba cada cuestionamiento, era como si supiera era exactamente para donde quería llevar esa plática, aunque la realidad es que no tenía idea alguna de lo que estaba haciendo, como casi siempre, todo era un impulso, una idea, no había motivos, sólo un remolino de dudas -¿Los...?- respiró profundo mientras humedecía los labios para tomar las fuerzas necesarias para terminar de hacer las preguntas que le hacían falta -¿Los matan? ¿Jarko...?- su voz tembló en ese momento haciendo que terminara por quebrarse en un llanto absoluto que no sabía exactamente de donde prevenía, pero que le estaba quemando por dentro -¿Jarko también bebe sangre?- sus mejillas ya estaban en ese momento completamente humedecidas por el llanto y se escuchaban los leves gimoteos que daba.