¿Estoy en problemas? [Privado]

por **Neru Le Course** Dom Jun 30, 2013 1:11 pm

¿Cómo llegué a esta situación? No era precisamente la manera en que esperaba pasar la noche, no estaba ni cerca pues en realidad no había planeado estar tanto tiempo fuera de casa y ya eran ¿las 12? No podía decirlo con seguridad pero debía estar por ahí y ¡Le había dicho a mi madre que estaría de vuelta en un par de horas! Bueno, en esos momentos el regaño que me ganaría debía la menor de mis preocupaciones, de hecho, ¿llegaría a escucharlo? Primero tenía que huir y si te preguntas de quién, mira a los vampiros hambrientos que me rodean.

Se bien que dije que esperaría pero ¡vamos! ¿Realmente esperaba que me quedara tranquila sabiendo de la existencia de un lugar en donde se reúnen vampiros? No había quien, que no fuese vampiro, que estuviese tranquilo con eso, aunque era cierto que en la mayoría de los casos sería por el temor, no por la inmensa curiosidad y ganas de ir que yo sentía. El vampiro asiático había dicho que me llevaría alguna noche y por eso había esperado a por la invitación, pero no había sabido de él ni de Cami desde que nos reunimos en el jardín botánico. Los extrañaba a ambos, aunque era probable que ya me hubiese cruzados con la cambiaformas en las calles, ahí siempre hay muchos gatos y, aunque soy capaz de percibir auras, no voy fijándome en cada persona y animal del mundo, eso resultaría increíblemente agotador.

En fin, lo que hice es bastante obvio: averigüé por mi cuenta. No creía que los nobles hablaran mucho sobre ese tipo de temas y en todo caso yo no tenía ni la confianza ni la “buena imagen” necesaria entre ellos como para preguntar. Hacerlo solo iniciaría habladurías como que estoy loca por creer en esas cosas o incluso podrían llamarme como a un ser sobrenatural, si bien lo harían más que todo por molestarme aun había posibilidad de que alguien se lo tomara en serio. Eso no me convenía así que acudí a otras personas, a aquellas con las que había pasado mi infancia. Sí, en las calles se cuentas muchas historias, para asustar y entretener, algunas veces son verdades que parecen mentiras y otras, mentiras que parecen verdades. Es lo que me gusta, nunca sabes exactamente que es cierto y que no, pero siempre sabes que algo de verdad hay. De niña me resultaba divertido averiguar sobre las brujas, me sorprendía al ver que lo que era real muchos no lo creían y, sin embargo, juraban como verdad las cosas más ridículas. Pero esta vez no iba a jugar, cuando sabes lo que buscas y tienes los medios necesarios resulta sencillo llegar a lo que quieres, así me enteré del Theatre Des Vampires con facilidad y después de pasar por ahí un par de veces durante el día decidí ir.

Usaba un sencillo vestido color violeta que dejaba mis brazos descubiertos y gran facilidad de movimiento por lo que, a pesar de usar tacones, no tendría problemas con correr de ser necesario. Aunque claro, esperaba que no fuese así porque aun si corriera con todas mis fuerzas, un vampiro no tardaría en alcanzarme ni un segundo. Mis cabellos oscuros y perfectamente lisos eran mecidos suavemente por el viento lo que confería a mi aspecto cierto misterio. Casi me resultaba gracioso notar las miradas de las pocas personas en las calles sobre mí ya que había decidido ir a pie, aunque no estaba segura de querer llamar tanto la atención una vez llegara a donde quería.

Cuando entré me olvidé por completo de ello, me entretuve con lo que veía y hasta se me olvido que había querido buscar al vampiro que conocía en un principio. Para cuando me di cuenta ya me encontraba en la situación que mencioné en un principio. Y estaban ¿discutiendo? Me estaba sintiendo como un pedazo de comida… bien, eso era en esos momentos seguro. Aun con eso estaba casi demasiado tranquila, sí, tenía que salir y seguro que necesitaba ayuda pero no pensaba que haría todo lo necesario para ello. ¿Era demasiado ingenua al pensar que no quería matar cuando ellos se discutían mi sangre?

por Invitado Lun Jul 01, 2013 2:57 pm

“Cantar, cantar hasta que las cuerdas vocales queden tan tensas que no quieran detenerse. Dejar los ojos a la intemperie, rodar lágrimas por mis mejillas, dejarlas completamente a disposición de la vida. Y que un rayo caiga sobre mí en esta noche de terror pues no hay nada que quiera sentir más que el dolor eléctrico recorrer mis venas!”

Era noche de gala, se estrenaba la nueva obra llamada “Esta noche quiero ser hermosa”, empezaba con las cantantes haciendo un coro muy agudo, fuera de este mundo, seguía con unos bailes, mujeres coquetas que se maquillaban, con sus vestidos pomposos, correteando por el escenario de un lado a otro, danzando en solo un pie, mientras daban saltos que solo inmortales podían hacer con tanta soltura y elegancia. Girando en el aire, volteretas que se apreciaban demasiado, pues parecían ser lentas y marcadas. El plato principal estaba cerca y era una humana, quien era llevada al medio, solo con unos harapos en su cuerpo, la movían, como un títere y luego la devoraban uno por cada lado, bailando junto a ella, tirándola por los aires, mientras la desesperación de la mujer se hacía presente mediante gritos y sollozos, haciendo de la hermosa muchacha una escultura de marfil. No la mataban, bebían hasta que quedaba desmayada, todo era parte del teatro y cuando quedaba estirada en uno de los hombros de un caballero, el telón bajaba y el sonido de los violines hacía eco en el lugar. Volvía a subirse el telón en menos de un minuto. El escenario estaba completamente cambiado. Un gran piano en un costado, un pequeño asiento y la orquesta formada en “u”.

—Bonjour mortales, os contaré la historia de quien quería ser hermosa… “Make up”…— Una mujer aparecía en medio de la oscuridad y daba un salto, haciendo alusión a estar volando, claro, realmente estaba volando, giraba en el aire y volvía a bajar. Y allí en ese preciso instante, el piano empezaba a sonar y mi voz salía sin necesidad de micrófono, por el lugar, cerrando los ojos me dejaba llevar por lo que tanto habíamos practicado, el teatro empezaba a ser real, los actores salían y hacían las mímicas, nuevamente maquillaje, llantos, una vampira era dañada y caía al piso como quien muere, luego se regeneraba y volvía a levantarse, como parte de la obra. Yo me quebraba del dolor. En el teatro todos tenían una pequeña reseña de lo que pasaba en el escenario, junto con la lírica de las canciones, para que puedan seguir la letra. Esta canción, era la que más dolor me hacía sentir, me sentía identificado con ella y por ello sentía mis ojos al borde de las lágrimas. Carmesí lagrimas que brotaban en medio de la canción, sin alterar mi voz, haciendo que se sintiera mi dolor plasmado en cada palabra, recorriendo las paredes del edificio que sin temor vibraban.

letra:: Devuélveme los racimos de las letras que te he dado, deja de leerlas junto con otras personas. Llevas los desatendidos más allá en tu corazón, corres las usuales calles de la noche.
Lágrimas por favor no caigan, deténganse junto con mi corazón, no caigan por favor, esperen al menos hasta que el carro se aleje. Soy un idiota, un idiota, yo soy un idiota, no? Por pensar que tú me amarías, por eso es que soy un idiota, un idiota, y aún siendo tan idiota no puedo creer que planeaba que me amaras de todos modos.
He llegado a pensar que el maquillaje realmente no es tan importante , y esta noche, no me importa si muero, quiero ser bello y si he llegado a este punto, es porque pensé que sería mejor deshacerse de alguien como tú, pero aun así, quiero estar en tu mente hasta el último momento.
Lágrimas por favor no caigan, deténganse junto con mi corazón, no caigan por favor, esperen al menos hasta que el carro se aleje. Lágrimas por favor no caigan, deténganse junto con mi corazón, no caigan por favor, esperen al menos hasta que el carro se aleje. Soy un idiota, un idiota, yo soy un idiota, no? Por pensar que tú me amarías, por eso es que soy un idiota, un idiota, y aun siendo tan idiota no puedo creer que planeaba que me amaras de todos modos. Soy un idiota, un idiota, yo soy un idiota, no? Por pensar que tú me amarías, por eso es que soy un idiota, un idiota, y aun siendo tan idiota no puedo creer que planeaba que me amaras de todos modos.

canción:

Siquiera un “gracias” pudo salir desprendido de mi garganta al terminar la canción, el telón se bajaba y yo nada notaba. La atmósfera estaba como en un principio. Más tensa, quizá. La presencia de seres sobrenaturales esa noche era exquisita, desde vampiros a brujos, había de todas clases y me preguntaba, por qué? Como fuese, empezaba a bajar del escenario, necesitaba una copa a como dé lugar. Un whisky intenso que pase por mi garganta, mientras sonreía a las personas que seguían, aún faltaban tres números para que el teatro termine. Empecé a encaminarme hacia la barra trasera, el teatro de los vampiros era el más placentero, se entregaban copas de cualquier bebida alcohólica. Todo para disimular las personas que salían desmayadas del lugar. Y caminando la noté. Allí estaba la muchacha que tanto me gustaba molestar. La bruja tonta que hacía ya un tiempo que no veía. Rodeada de vampiros que la miraban intensamente. Pues era obvio, ya se lo había dicho una vez, su sangre seguro era exquisita, tenía magia y por eso llamaba la atención, probablemente nos volvía más poderosos. Pero ella no lo entendía, como siempre ella hacía caso omiso de mis palabras y por eso dejé que un suspiro salga de mis labios, junto con una dulce sonrisa.

—Oye tú, que hacéis aquí? Veo que ya habéis hechos amigos. Disfrutad la velada… Mocosa…— Riendo entre dientes disimuladamente, me giraba, le daba la espalda para seguir mi camino a la barra, pidiendo un vaso de whisky fuerte. No estaba enojado, realmente quería molestarla, aunque un poco de mi corazón se sentía triste, la canción, el tiempo, las circunstancias, hacían de mí un embrollo de emociones. Cerré mis ojos y esperé a volverla a tener a mi lado. No había dudas de que ella probablemente estaba buscándome. Ciertamente le había dicho que le mandaría una invitación al teatro, pero con todas las cosas que habían pasado no había tenido tiempo de ello. Y ella me había desobedecido de alguna forma… Estaba allí y podría morir si más de un vampiro bebía de ella. Aunque el pensamiento de que tan solo una persona beba de su cuerpo me volvía loco de la rabia. Me enfermaba, el enojo crecía ante aquello y simplemente no quise verla a los ojos o recibiría un buen golpe de mi parte. Mordí mis labios y al tener el vaso entre mis manos lo mandé a fondo de un solo trago y volví a pedir que lo recarguen, moviendo mi cabeza a los lados, lamiendo mi colmillo derecho con cuidado, para de ese modo, al fin mirarla a los ojos. — Recordadme, que os había dicho o sobre este lugar… Mademoiselle, o es que queréis meterme en líos con vuestra tía?—

“El daño que te hacen es daño que me hacen a mí. No puedo evitar pensar que debo cuidarte, abrazarte, quererte sin tiempo ni memoria. Eres como un suave gato, que busca arañarme siempre que le niego algo”

por **Neru Le Course** Vie Jul 12, 2013 9:07 pm

Pasee la mirada entre los vampiros con una actitud un poco distraída hasta que uno que se encontraba algo alejado llamó mi atención, mi mirada se iluminó y puse una sonrisa al reconocer al vampiro asiático que había venido a buscar.

- ¡Hero!

Grité alzando un brazo de manera que las finas pulseras de plata que llevaba tintinearon, pero el vampiro solo me dirigió unas cuentas palabras antes de darme la espalda. ¡Hey! Pensé abriendo mucho los ojos por un segundo para luego inflar las mejillas como una niña. ¿Por qué me dejas? No sé cómo deshacerme de mis “amigos” aún… Y sinceramente eso comenzaba a molestarme así que…

- Oh, de acuerdo. Solo uno puede beber, cuando lo decidan me buscan.

Sentencié en un tono firme que en realidad no solía usar a menudo, claro que eso no iba a hacerlos dejarme en paz pero era bruja y hacer que se haga lo que digo no es de lo último que se aprender o al menos yo lo aprendí bastante pronto, los orfanatos suelen tener ese efecto de sentido de supervivencia. No me costaba demasiado, las cosas solían ir como ya quería o necesitaba y esta no iba a ser la excepción, aunque no lo había probado con vampiros… que yo supiera. Me dejaron pasar entre ellos y casi corrí hasta donde se encontraba Jae me quedé a su lado apoyando los brazos en la barra y mirándolo con la cabeza ligeramente ladeada. Esta vez adrede usaba la empatía, solo para saber si era seguro hablarle aunque finalmente lo hizo el primero a lo que le mostré una gran sonrisa y reí un poco.

- No te preocupes por ella, te quiere más a ti que a mí~

Marie hablaba mucho, siempre, y como es de esperarse también hablaba mucho de Jae, sobretodo porque le emocionaba que yo tuviera a un amigo de mi misma clase, esperaba que se me quedara algo de todos eso modales, etiqueta, etc, etc. Lo dudaba mucho yo, pero no iba a decírselo. Otro vampiro, de apariencia joven pero, claro, no sabía durante cuanto tiempo había sido joven, se acercó a preguntarme que iba a tomar. Contesté “vino” sin ninguna especificación puesto que yo no sabía de eso, aunque al parecer eso no le molestó mucho ya que me trajo una copa casi de inmediato.

- No te molestes… quería verte…

Le dije en un tono de súplica que mantenía un poco de un tono de broma y miré al Jae poniendo una expresión tierna, aunque luego apareció una sonrisa traviesa.

- …y me aburría en mi casa.

Terminé por admitir mientras daba un pequeño sorbo al licor de mi copa.

por Invitado Dom Jul 14, 2013 9:20 pm

“De alguna forma, siempre termino enredado en tu maldita telaraña. En tu sonrisa desgarradora, en esos ojos que me irritan al punto de querer sacártelos con mis dos manos. Luego recuerdo que al final de todo, siempre me haces feliz.”

La observé de reojo, atento a que aquellos vampiros no vayan a hacerle daño. Era obvio que no lo harían, ya sabían que era de “mi propiedad”, por así decirlo. El hecho de que yo hubiese hablado con un mortal del teatro, dando alusión a que lo conocía, indicaba que era mi alimento. Aunque estaba claro que no lo era… Pero me hubiese gustado que fuera de ese modo, pues seguro que su sangre era exquisita, mis colmillos insistían en untarse de ella y se lo hice saber con solo una sonrisa que dejó a la vista mis colmillos. —Y yo a ella más que a ti~ Tonta…— Bromeé y apoyé mi mano en su cuello, cubriéndolo un poco más con su ropa, estaba no tan al descubierto, pero aun así podía sentir su aroma y simplemente… Me daba hambre. Quizá era el hecho de haber estado cantando aquella canción que me hacía sentir leventemente molesto, hambriento, triste. Inhalé el aire con fuerzas y le di un trago largo a mi bebida, observando de reojo como ella se pedía vino. Aún recordaba que ella había dicho que con solo oler alcohol se ponía borracha. Ya quería verla yo tambaleándose a los lados, sería demasiado divertido. — Vino? No estoy molesto, podríais haber mandado algún aviso, cualquier cosa, señales de humo si queríais o a algún fantasma a que me informara.—

Bromeé y observé su copa de vino, negando con dulzura, en lo que volvía a llenar mi vaso con whisky, dando un trago en seco, suspirando en tanto me acercaba más a ella, sentándome en un banquillo a su lado. – Venga, tanto me habéis extrañado? Habéis escuchado algo o recién llegáis?- La miré fijamente con curiosidad, riendo entre dientes mientras miraba a los lados, recordando sus palabras lejanas, una tras otra me traía recuerdos melancólicos y me interesé por saber que era lo que estaba haciendo ella últimamente, uno no llegaba tan fácilmente al teatro de los vampiros, aun conociendo a alguien de adentro. — Siempre os aburrís es vuestra casa… Y decidme, que habéis hecho en el día? Habéis visto a Cami? Hace algún tiempo no sé nada de ella, mañana terminaré por preocuparme completamente, hahaha— La risa salió sin ningún misterio de mis labios y me relamí nuevamente los colmillos. A decir verdad, realmente la gata me estaba preocupando, pero no tanto como todo lo demás. El país estaba inestable, en una época terrible de cambio. Y era más que obvio que la iglesia estaba ganando terreno. Pero sería ello algo para hablar con la bruja? Aún no estaba seguro, pero de lo que sí estaba más que seguro, era que ella notaría mis sentimientos de ese momento.—Pronto llega la próxima función, en ella no estoy, podemos hablar tranquilos. Pero me intrigáis, podríais haber ido a mi casa si me extrañabais, en vez de venir aquí, os gusta correr riesgos o pensáis que vas a salir ilesa siempre? Que brujilla molesta…—

Sacando la lengua le tome la mejilla y apreté a un lado amorosamente, negando un momento. — Y cómo es eso que solo uno puede beber de vos? Estáis muy equivocada, si algún vampiro bebe de vos, soy yo. Y eso aún no lo he decidido. Lo haré cuando empecéis a estar ebria.— Le regañé, subiendo un dedo, tomando su nariz para apretujarla un poco, riendo, mostrando mis colmillos nuevamente, eran esos los momentos en los que simplemente podía ser yo, porque todos éramos chupa sangre y los que no, se hacían pasar por vampiros y si me veían, simplemente pensarían “Que perfectos colmillos falsos”. Pronto se escuchó el ruido de la tela que abría la nueva función en el teatro y la música clásica reinaba, mientras los vampiros daban saltos increíbles de un lado al otro, captando toda la atención de las personas. Que muchos usaban a su favor, para llevarse una presa a la oscuro. Eran esos los momentos en que la sangre se podía sentir un poco en el ambiente.

“El último hilo de sangre es el que te lleva a la terrible inmortalidad. Que recae en nosotros, como una maldita maldición. Hasta la última gota y luego, una eternidad de aquel elixir de la vida.”

por **Neru Le Course** Mar Jul 23, 2013 3:26 pm

Colmillos, colmillos~ Ya había visto antes los colmillos de Hero pero no por eso dejaba de fijarme en ellos. ¿Tenía hambre? Seguro, como muchos en el lugar. Le saqué la lengua ante su respuesta sabiendo que bromeaba y le dejé que me cubriera el cuello sin preguntarle el por qué, ya que me lo podía imaginar. De mi copa pasé mi mirada al vaso que él tenía y me pregunté cuanto había tomado ya. Si yo ya veía que solo con la copa que tenía enfrente iba a salir tambaleándome del lugar… a veces me gustaría poder beber más, o al menos como una persona normal.

- ¡Señales de humo! ¡Sí, haré eso algún día! Cuando quieran destruir el bosque

Y me reí al pensar en el desastre que ocasionaría si realmente fuese hacer algo como eso. Oh, al menos seguro que veía mis señales.

- ¿Tú no me has extrañado?

Pregunté poniéndole una mirada tierna para contestar después su siguiente pregunta.

- Escuché, más o menos porque llegué cuando ya faltaba poco porque acabara, además, estaba lejos y no podía diferenciar bien lo que cantabas del resto de ruido.

Contesté tranquilamente, mientras intentaba decidirme por tomar otro sorbo de vino o no. Había decidido divertirme, pero tampoco iba a andar cantando a gritos y riendo por todo cuando apenas si había llegado. Escuché que me preguntaba sobre Cami mientras yo hacía girar el líquido en la copa como si ver aquel pequeño remolino que se formaba fuese lo más interesante que había visto en mi vida.

- ¿Preocuparte completamente? No vayas a ponerte histérico~ Yo no la he visto, que yo sepa… Si la vi como una linda gatita tal vez no me haya dado cuenta.

Bromeé con él mirándolo con la cabeza ladeada y preguntándome que pensaba exactamente. Lo notaba preocupado, mucho, pero no sabía porque y conociéndolo era muy probable que pensara en muchas cosas a la vez. Iba a preguntarle cuando él me interrumpió avisándome de la próxima función.

- Ehh… quería verte sobre el escenario otra vez…

Le hice un puchero pero bueno, no podía cambiar tan fácilmente lo que ya había sido decidido. O al menos eso asumía ya que sinceramente no tenía muchos conocimientos sobre como decidían lo que se presentaba en un teatro ni cuánto tiempo les tomaba prepararlo todo, menos iba a saber cómo funcionaba en un teatro de vampiros.

- Mm… no es que me guste correr riesgos pero las cosas que me interesan suelen ser algo peligrosas….

Mala explicación, lo sé, mis ideas se enredaban así que eso fue lo que salió al final por lo que al final mi voz se iba apagando, ya que si seguí iba a terminar aún más enredado y quizá terminara hablando de patos. A saber que tenía que ver aquellos animales.

Me reí cuando tomó mi mejilla y la apretó sin hacerme daño, él siempre me hacía sentir como una niña y casi siempre lo veía a él también como un niño.

- Oh, ¿estás celoso? Me estás dando motivos para no acabarme la copa, no puedo creer que tú ya hayas bebido tanto.

Cada una de mis manos tomó una de las mejillas del vampiro, estirándolas y arrugué un poco la nariz cuando él la tomó. Debíamos parecer unos verdaderos niños para cualquiera que nos mirara, aunque en esos momentos la gran mayoría estaba más concentrada en lo que sucediera en el escenario. La otra parte de la audiencia decidía alimentarse y podía sentir el miedo de la “comida” por unos momentos de manera que me recorrió un escalofrío. Era uno de los problemas de la empatía, cuando el sentimiento era muy fuerte casi me obligaba a hacerlo mío también. Me aparté de eso tanto como pude y volví a concentrarme en el vampiro asiático.

- ¿Qué piensas Jae? Estás preocupado por algo ¿te puedo ayudar?

No le iba a dejar librarse la pregunta que había estado a punto de hacerle tan fácilmente, no prestaba mucha atención al espectáculo, tan solo lo veía de reojo asumiendo que aquellas cosas que hacían para las que un humano necesitaría alambres y demás, ellos las realizaban tan fácilmente. O al menos hacían que luciera sencillo.

por Invitado Dom Jul 28, 2013 11:59 pm

“Solo la eternidad pueda molestarme y tú. Tú presencia tan encantadora y fastidiosa, pequeña tela que se arremolina en mi cabeza cuando voy caminando por la vida. Eres la presencia más extraña, el sentimiento más contradictorio que he tenido jamás. Te odio y te amo. Prenderte fuego y cuidarte como la más preciada flor. Eres sentimientos encontrados.”

Una risa seca salió de mi boca ante su respuesta y la miré de reojo reprobatoriamente, mordiendo mi labio inferior al sentir como ella me tomaba graciosamente de tonto. Pero nada hice al respecto, solo mirarla, mirarla como si quisiera simplemente comerla de un solo bocado. – Puede que sí, aunque he estado ocupado, por lo que no he tenido tiempo para extrañar a nadie al cien por ciento. Ahh! Que es esa carita? – Me quejé apoyando un dedo en su nariz y me quedé riendo muy suavemente, asintiendo a sus siguientes palabras, de alguna forma, prefería que ella no haya visto mi parte en el escenario, pues no sabía si realmente había salido bien, después de todo, los sentimientos fuertes y desmedidos algunas veces provocan que mi voz se vaya apenas unos tonos más hacia abajo o hacia arriba de lo que debería. – Últimamente hay demasiadas personas en el teatro, no? Creo que debería haber menos. Seguiréis jugando con el vino? Es para beber no para miraaaar~~~ – La regañé divertido y busqué que se terminara la copa, aunque estaba claro que la bruja era débil al alcohol y yo estaba deseando de que ella no lo soportara para poder reírme de su poca resistencia alcohólica. Aunque claro, tenía algo de miedo de tener que acarrear con ella y luego tener que dar una gran explicación a su tía de lo sucedido.

-Para ser una brujilla no sabéis nada de cosas astrales y todo eso para encontrar a una persona! Aunque creo que eso hacen las gitanas… Debería preguntarle a Maia. Conocí a una hace poco, pero me da un poco de miedo, creo que está loca! – Exclamé riendo, en lo que la función comenzaba y al igual que la bruja miraba solo de reojo. Con todas las personas que había estaba seguro de que nadie notaría nuestra poca atención. – No me digáis histérico niña, u os arrancaré esa lengua! Y por hoy no subiré más al escenario, gracias al cielo, porque estoy un poco despistado. –Susurré y al mirarla vi aquel puchero frente a mí, y llevé mi índice a él para aplastar aquellos labios con extrema dulzura. Negando que solo tironeara apenitas, ladeando al rostro en tanto la escuchaba, como siempre tan extraña como yo, creo que era justamente aquella la razón de que nos lleváramos bien de esa forma poco habitual entre las personas. Ambos éramos la adolescencia aún no existente en carne viva. Tan fáciles de leer, nuestras preocupaciones y emociones se detallaban en nuestro rostro aún si no buscábamos que eso suceda o más bien si intentábamos que no sucediera. – Básicamente estáis diciendo que os gusta correr riesgos! Ay ay ~~ - En ese momento iba a apretar su mejilla y no la solté hasta que las manos ajenas se fueron una a cada lado de las propias, me estiraron tanto que empecé a reír, dejando el rostro ajeno irse de mis dedos. Aquella malvada brujilla tramposa! – Tonta tonta re super mega tonta! –

-Como que os estoy dando motivos? Ibas a dejar que “uno” beba de vos y yo no puedo? Creo que me enojaré en tres dos… - Bromeé y me quedé cruzado de brazos, gruñéndole por lo bajo por aquella forma de decirme que tenía. La malvada brujita estaba saliendo de su escondite nuevamente. Y un ligero gruñido abarcó el espacio que había entre nosotros. Y por aquellas palabras me serví nuevamente en el vaso, llenándolo para bajarlo en el mismo instante, beberlo como si de agua se tratase. Simplemente mi resistencia al alcohol era muy alta, lo había comprobado luego de beber dos botellas solo y encontrar un gran límite el cual esperaba no volver a sobrepasar nunca más. – Niñita tontaaa~ Beberé tanto que te darán celos y querrás hacerlo tú también. Pero mira que te dejo tirada en el medio del teatro y que te coman hasta los huesos! – La amenazaba tontamente y fruncía el entrecejo por como ella también me estaba agarrando. No había dudas que parecíamos críos, pero no por eso me detendría, estaba acostumbrado a que las personas pensaran eso de mí y en general no me molestaba, me daba más chances de escapar de más de mil de circunstancias.

-Ay brujilla, estoy preocupado por un millón de cosas, pero nada que puedas ayudarme en realidad. Aparte que tampoco quiero preocuparte, deja de meterte en mis sentimientos. Que cosa contigo ~~ Me alegro poder verte de todos modos, pensé que estarían quemada en algún lugar, estuve pensando, te daré algo, algo que ya le he dado a Camila. Lo quieres? – Ladeando la cabeza palpaba en uno de mis bolsillos, cerciorando que tenía aquel frasquito donde mantenía algo de mi sangre, llevaba varios, casi siempre. Para curar si tenía una misión de improviso y también para esos casos… Donde yo deseaba darle a alguien mi sangre, para poder mantener el contacto, no perderlo nunca, era una de las cosas más importantes que tenía mi esencia.

“Necesito protegerte tanto como me sea posible.”

por **Neru Le Course** Lun Ago 05, 2013 9:54 pm

¡Me estaba provocando! ¡Él sabe de mi poca resistencia al alcohol y me está instando a que me termine la copa! Ojala pudiera decir que no funcionará pero no podía dejarlo así ¿no? Le lancé una mirada desafiante y me terminé el resto del vino de una vez. Al momento me arrepentí de hacerlo pues de no estar sentada seguro me habría caído, dejé la copa lo más suave que pude y después de unos segundos recién me atreví a hablar.

- ¡Heh! Quién dice que solo voy a mirar~

¿Era yo o estaba hablando más alto de lo normal? Además sentía que mis mejillas ardían un poco, pasará pronto… o eso espero, de manera que pongo toda mi concentración en lo que está diciendo Jae. ¡Encontrar a una persona con magia! Bufé al oírlo, por supuesto sabía que era posible pues lo había oído de mi padre pero nunca tuve realmente la intención de aprender eso, es complicado, o al menos yo lo veo de esa manera, claro que debe haber otros brujos para los que eso es lo más sencillo del mundo. Y otra razón para no aprender era que temía que me fuera tan bien en eso como con la empatía, osea un desastre y terminara sabía siempre donde estaba cada persona. ¡Eso sí me volvería loca! Pero no quería dar toda esa explicación (que en realidad más sonaban como excusas) del porque no sé tanto como se esperaría de un bruja, en cambio sí me interesaba por aquella Maia.

- ¡Quiero conocerla! ¿Por qué te da miedo? Si se trata de locura dudo que alguien esté peor que tú~~

Me burlé y me reí despacio, quizá habría reído más pero Jae había pasado de una reacción graciosa a un susurro cuando le mencioné que quería verlo sobre el escenario una vez más. Tan solo ladeé la cabeza un poco antes de dar mi incomprensible explicación de que no me gustaba el peligro, una explicación que extrañamente daba a entender exactamente lo contrario a lo que yo quería. Necesito aprende a explicar cosas. Fue entonces que comenzó aquella pequeña batalla con nuestras caras hasta que él me soltó primero. ¡Sí! ¡Gane! Un momento… ¿no dije eso en voz alta, no? Afortunadamente solo me reí mientras él me llamaba tonta de una manera que solo aumentaba aquella sensación de habernos convertido en niños de cinco años. Y ahí estaba lo que yo esperaba, molestarlo~ Me divertía y dejé que una sonrisa traviesa apareciera en mi rostro mientras él gruñía.

- Jae está celoso~~ celoso~~

Canturree en un tono meloso mientras lo veía tomar un nuevo vaso de licor, ¡y ninguna reacción! ¿Eso era posible? Dejando de lado a mi persona cualquier otra no habría aguantado tanto ¿no? Y nuevamente me sacaba en cara que él podía beber mucho más que yo. Ah no.

- ¡Veamos quien deja a quién tirado! ¡Hey!

Con la última exclamación llame a que me llenaran la copa una vez más. “Neru, ¿qué haces? ¿¡QUÉ HACES!?” Mi yo interno agonizaba pero yo estaba más ocupada más ocupada tirándole de las mejillas al vampiro así que ignore a aquella vocecita en mi cabeza que siempre tiene razón aunque no quiera admitirlo. Nos soltamos cuando noté el licor en mi copa y él empezó a hablar, así que me quedé con la copa en la mano pues él se había puesto serio, mejor no estar completamente ebria. Sonreí de lado por cómo me reprendiera por meterme en sus sentimientos, pero sonreía también con algo de tristeza porque yo quería ayudarlo de alguna manera. Si no me dejaba iba a hacerlo de todas maneras por mi cuenta, decidí. Luego lo miré con curiosidad, ¿algo?

- ¡Lo quiero! ¡No, espera! ¿Qué es? ¿Por qué? ¿No vas a lastimarte por eso, no?

Las palabras salieron de mis labios casi de inmediato. Me había apresurado al decir que lo quería por curiosidad primero, pero casi quise golpearme a mí misma después. ¡Curiosidad! Por supuesto yo hacía casi todo movida por aquella curiosidad pero si Jae iba a salir lastimado entonces no iba a perdonarme. Aunque ya se lo había dado a Cami así que decía estar bien. Es simplemente que no pude evitar pensar en aquel momento en el peor escenario y sentirme molesta conmigo misma.

por Invitado Sáb Ago 10, 2013 9:56 pm

“Risas y risas, acompañadas por la natural atmosfera que siempre tenemos cuando nos encontramos juntos. Es un torbellino el que nos lleva a divertirnos, a reírse el uno del otro. Discutir es solo una tarea de niños.”

Verla tomar todo ese trago tan rápidamente me dejó perplejo. No había dudas de que tendría que acarrar con ella a la casa. Pues en nada entraría a quedar como tonta borracha. Y por ello la risa salió de mis labios muy divertidamente. Ah! Esa bruja había provocado que mis ánimos subieran de una patada al cielo. Bebía con normalidad, bastante, y me quedaba observando sus ojos, su silencio por momentos y luego su mirada de que había ganado. Aunque sus ojos delataban estar un poco más caídos y por ello el alcohol empezaba a hacer un efecto completamente rápido. Me preguntaba si se iba del mismo modo en el que llegaba y me dispuse a reír un poquito antes de responderle, por aquella voz que llamaba la atención al ser tan finita y aguda. — Hahahaha! Túúú! Ya veo que no solo miras el vaso… Te sirvo? Bueno. — Dije sin esperar a que me respondiera y le volví a llenar aquella copa en tanto la observaba y asentía como dándole la razón a los locos, sacándole divertidamente la lengua. Esperaba a que me golpeara o algo por el estilo al ver sus movimientos torpes, pero por suerte no sucedió, mas ella parecía haberse interesado por la gitanita que hacía poco se había ido de mi hogar. — Pues para vuestra información hay gente mucho más loca que yo! Tú! Por ejemplo! — Le apreté la nariz con dos de mis dedos, y volví a beber de mi vaso que hacía poco lo había llenado y pronto se volvería a vaciar. En tanto la escuchaba burlarse y solo ganas de alzarla y tirarla hacia arriba me daban.

— Mmmm?? Nono, no puedo llevar a una alcohólica a encontrarse con la pulcra de la gitanita (¿?) Ah! Que dices? — De repente, un suave rosado pálido se inyectó en mis mejillas y le mostré juguetonamente mis colmillos, claro! Había olvidado por unos momentos que ella sabría mis sentimientos y más si estaban tan al aire como en esos momentos. Es que ella había dicho que sí! Que bebieran! Que celos que me había dado! Yo aún no conocía la sangre ni de gitana ni de bruja, ni de nadie sobrenatural, más que de vampiro. No era que realmente necesitara probar las demás, pero me despertaban gran curiosidad. Aunque estaba seguro que alguien no se podría contento si llegaba a descubrir que andaba bebiendo de personas amigas. Así que medio estaba feliz de no haber bebido de nadie de mi entorno. Entre los lectores de mente y las personas que sabían mis sentimientos estaba completamente rodeado! Suspiré y la miré fijamente, enarcando una ceja como si en cualquier momento fuese a salirse de lugar, quedando como un dibujito. — Mocosa… Que te hace pensar eso?! Callaos, callaos! — Casi imploré y me acerqué a cubrirle con una mano la boca, riendo en tanto todos y cada uno de mis colmillos y dientes se hicieron visibles. Estaba tan avergonzado! Como podía haber caído así en su trampa?! Dejé salir un largo bufido y la miré negando, empezando a soltarla cuando ya algunos humanos me miraban muy poco disimulados. Y la vergüenza hizo que deseara que la tierra me tragara.

— De que habláis?! Ah! No gritéis, a ver a ver, venga aquí. — Suspiré y me levanté, tomándole el brazo, llevándola a rastras hacía afuera, no me importaba tener que obligarla, podía controlar mi fuerza, por lo que la sujetaba como para que no se pueda soltar, pero sin presionarle el brazo, después de todo no estaba enfadado y por ello podía mantener mi exuberante fuerza a nivel humano, en tranquilidad conmigo mismo. La llevé al patio que había antes de entrar al teatro y le tomé el otro brazo, pegándola con cuidado contra una pared, para luego bajarla para que se sentara en el banquillo que había justo por debajo y me senté a su lado, mirándole de reojo, dejando que una sonrisa con dientes escondidos se hiciera presente. — No sabía que ebria gritarais tanto. Desde cuando yo os lastimo? Y decidme por que daría algo a Camila que fuese dañino? — La reprendí con molestia y la miré fijamente a los ojos, suspirando en tanto negaba. Aquella muchacha me hacía sacar las casillas de lugar. Realmente era muy imprudente, se movía por instintos casi animales, curiosidad, ganas, hambre, tristeza, felicidad. No parecía pensar demasiado las cosas y eso, al fin y al cabo me irritaba y me recordaba a mí mismo, años anteriores. En donde tenía que correr por mi vida, porque era descuidado con todo lo que hacía. Aunque al final de todo, pude amoldarme a una vida cotidiana de un ser inmortal. — Tonta, tonta! Sí que eres muy muy tooooonntaa — Le apreté nuevamente la nariz y luego se la golpeé con dos de mis dedos, sin hacerle daño, mirándola a los ojos con mis orbes exageradamente grandes para ser asiáticos. Esperando a que ella me dé una respuesta, me crucé de brazos y esperé, enarcando una ceja. — Y bien? Queréis lo que tengo para daros o no? Mmm Os contaré. Hace poco, la gitana que de la que os estaba hablando tuvo un accidente. La inquisición la encontró y no tuvo nadie a quien pedir socorro. Yo inventé algo, con ayuda de un brujo y sangre de otros vampiros, para poder daros a mis personas cercanas y queridas… Y pensaba que con lo mucho que os gusta meteros en problemas, quizá os gustaría tenerlo. Va, en realidad, a mí me gustaría que vosotros lo tengáis. — Le susurré casi sobre la oreja, mirando a los lados, sin querer que absolutamente nadie nos oyera.

“Evitar sentirme culpable por cosas que no son de mi cuidado. Esa es la única y verdadera razón por la que espero darte este valioso elixir.”

por **Neru Le Course** Lun Ago 19, 2013 5:37 pm

¿Yo loca? Bueno si, pero no… digo, Jae también y seguro Maia también y Cami aunque ella era un poco menos, oh, pero de eso no se trata, ¿o si? yo iba a hacer algo… ¿que iba a hacer? No me di cuenta que me había tomado la nariz otra vez, pero no importaba, porque de igual manera el se estaba sonrojando un poco mientras yo me reía, lo cual era divertido, muy divertido. Intentando callarme quiso cubrirme la boca con la mano pero yo no le dejaba poder hacerlo del todo y el también reía hasta que comenzó a sentirse avergonzado, yo aunque sabia como se sentía el no podía saber. Queria saber, pero me reía demasiado como para poder preguntarle. Entonces le rete porque el no creía que yo pudiese beber, que no puedo claro, pero bueno, si mi manera de pensar ya de por si era extraña ahora debía estar mucho peor porque ni yo creía lo que estaba diciendo. En fin, el vampiro decidió sacarme antes de que ocasionara algo peor que solo hablar sin coherencia, me tomo del brazo y no me resistí, no tenia fuerzas y ademas mientras salíamos note como atraíamos las miradas de los demás, eso debía haber avergonzado a Jae antes, en todo caso era mejor que el me sacara antes de que los demás presentes del teatro decidieran echarme a patadas o algo así.

- Vamos! ¿a donde vamos?

Oh, ojalá pudiera darme a mi misma un golpe a ver si con eso se me pasaba un poco el estado en que me encontraba ahora, aunque no era del todo desastroso, no era cómodo pensar en algo y decir otra cosa, o no poder decir nada. Llegamos hasta el patio del teatro y de inmediato sentí el aire mucho mas fresco del que era dentro, por un momento me maree y si no caí era porque el vampiro me sostenía pero pronto tuve los pensamientos mas claros, era como despertar, casi el mismo efecto que el agua helada supongo. Solo cuando los dos estuvimos sentados en el banquillo me di cuenta de que tenia frio.

- ¿Eh?

Lo mire un tanto sorprendida, no me había entendido, bueno, creo que ni yo me había entendido. Aun así le mire con cierto fastidio igual a como el me miraba y con una expresión de enfado infantil.

- No me preocupa que yo sea lastimada. ¿Como puedes creer eso? Se que no lastimarías a Cami ni a mi, yo me preocupaba porque tu salieras lastimado.

Explique ahora con mas calma gracias al aire nocturno que me obligaba a volver en mis sentidos al menos un poco. Pero por mucho que intentara sonar enfadada eso desapareció cuando Jae me explico un poco acerca de lo que quería darme. ¿Brujería y sangre de vampiros? Genial, cada vez mas tenia curiosidad y mas por el modo en que me lo contaba, era importante para el lo sabia y no tenia porque meterme en sus sentimientos para ello, era fácil de decir con solo ver como se esforzaba porque nadie mas oyera.

- …De acuerdo, lo tomare.

Le sonreí tranquilamente mientras le contestaba en un murmullo.

- Pero, ¿que es exactamente? ¿estaré bien si lo tengo conmigo?

Casi me sentí como una niña que buscar estar segura y casi sin pensarlo recogí las piernas de manera que estaba ligeramente sentada sobre mis rodillas ahora, como poniéndome cómoda, como si me fuese a dormir ahí mismo. Aunque eso ultimo no estaba en mis planes si que me estaba acomodando un poco.

por Invitado Lun Ago 26, 2013 1:22 am

“En la oscuridad, aun en la más horrible de todas ellas, me encuentro contigo. Una pequeña luz que me ilumina el camino tedioso por el que he tenido que pasar. Que sabe realmente quien soy, que sabe cómo moldearse a mí. Provocar que yo sea, como realmente soy.”

Y me reía simplemente por sus palabras torpes, queriendo cubrir mis labios, invadido por una dulce fantasía, que en ese momento no estaba existiendo. Negando en tanto intentaba controlar sus pasos y la miraba con reproche. De alguna forma parecíamos dos niños pequeños. Pero! Como era posible que yo estuviese haciendo algo maduro y de igual forma me sintiera un niño?! Todo era su culpa, aquella pequeña bruja terminaba siempre contagiándome de su alegría y serenidad. Esas formas de tratar la vida que solo ella tenía. Yo solo podía pensar que me estaba hechizando. De otra forma, solo me quedaba la opción de que había perdido da cabeza! — Afuera! Afuera mujer tonta! — Espeté por esas preguntas que se respondían tan solo mirando al frente y no al piso. Riendo, la toma de la cintura, hasta al fin llegar a una pared donde aquel banquito nos aguardaba, y mientras tomábamos aire, que yo realmente no lo necesitaba, nos relajábamos un momento. Afuera podía escuchar, al fin no estaba aturdido y el aire, aunque no lo necesitara, llegaba a mis pulmones como una dosis de tranquilizante. Sujetando aún a Neru de su cintura, procurando que sus rodillas no se cierren hacia el piso, la apoyé cuidadosamente y me quedé observándola. Como siempre, estaba hermosa, pero un poco pálida, algo temblorosa. Quizá era el frío que a mí no me afectaba en su totalidad. Sonreí, más bien, le sonreí y me quité el largo saco que llevaba puesto, acurrucándola en él, prendiéndole el primer botón para que no caiga de sus hombros.

— Mmm… Bueno sí, yo salgo un poco lastimado entonces… Pero no es nada peligroso ni mucho menos. Ah! Ya te iba a tener que dar un par de golpes si pensabas eso… Es que todos piensan esas cosas, sabes? De que debo ser capaz de hacerlo, de lastimar a los demás, con tal de alimentarme. Eso es muy cruel de parte de los demás. — Me quejé en un murmullo, mientras me sentaba a su lado, acariciando apenas sus cabellos, con curiosidad, pasando un dedo por sus mejillas sonrojadas. Allí donde la sangre palpitaba, mordí mis labios y me quedé mirándola dulcemente, negando unos momentos, para separarme, apretando el segundo botón de mi saco, porque aún con el primero se resbalaba por los hombros ajenos. — Pasa las manos, así no se cae. Anda, no seáis torpe. Mmm, cierra las piernas que no se te vea nada que hay mas gente! — Murmuré avergonzado, cuando ella subía sus delgadas piernas, con esos zapatos exuberantemente altos. Rezongué y al final pude cubrir con el tapado también un poco de sus piernas y la tomé por el hombro, acercándola a mí, para apretujarla, mirando a un lado y al otro. Que nadie nos oyera, que nadie la viera demasiado. No quería que supieran quien era, pues eso sería una debilidad y un peligro. Pero sonreí al verla cómoda al final y un poco más relajada. Aparentemente, haber llevado hacia afuera no había sido mala idea.

—Muy bien… Ahora estaré más relajado, aunque tampoco es una seguridad tan grande, yo soy bastante joven. Pero es mejor que nada. — Dije prácticamente para mí mismo y me quedé mirando al cielo. Acurrucándola en lo que cerraba los ojos un momento y me apoyaba en su hombro, bostezando vívidamente. Miré a los lados y sin poder evitarlo, también subí las piernas acomodándome de la misma forma, con la diferencia de que yo no tenía frío. Al parecer mi piel aún podía soportar esa temperatura, pues estaba seguro que en la nieve sí que sentía el frío en mi piel. La miré de reojo cuando volvió a preguntar y asentí con una sonrisa pegada al rostro. — Claro que sí, porque pensáis que puede ser algo malo? Agarra, está allí en uno de los bolsillos del saco. Tened cuidado… Mmm Como sois vos, mejor que os llevéis dos, seguro que uno lo termináis rompiendo. — Susurraba las respuestas y dejaba fluir una pequeña risa malvada, esperando que saque del bolsillo una de las pequeñas botellas de sangre que tenía guardadas. En la etiqueta solo decía “En caso de emergencia, beber”. Pero estaba claro que era sangre. Mi propia sangre. La cual tenía poderes curativos y me permitía poder rastrear a la persona muchos kilómetros más de lo normal. Eran esos, mis pocos poderes y había buscado la forma de llevarlos al máximo para que me sirvan en no solo algunos casos. Una de las pocas cosas de las que estaba medianamente orgulloso. — Os llevaré a casa pronto… Vuestra tía me dará una reprimenda por haceros salir tan de noche. Pero os sentís bien, no? — Consulté, desviando mis ojos a los ajenos, aún acomodado en su hombro, riendo en tanto dejaba ver mis dientes y colmillos blancos.

“Quiero iluminar a las personas que han marcado mi vida y mi camino.”

Final acelerado por la partida de la user:

La despedida se tuvo que acercar antes de lo esperado, ella parecía tener demasiado frío y mi presentimiento como médico no especializado, era que si no llegaba a cubrirse con mantas pronto terminaría congelada. Aparte ya no había nada más que aclarar. Le había dado mi sangre. Mi pacto ya estaba saldado. Así que al final llegamos más rápido de lo imaginado a su casa. Era una residencia grande y bastante cálida. Se notaba que la habitaban especialmente mujeres y eso me hizo sonreír de alguna forma extraña. Los recuerdos de muchas mujeres familiares en mi infancia seguían insistiendo, pero sabía que era solo una idea mía y no era nada realmente verdadero. Intenté tomar aire y volví a sonreírle. Fue una despedida tranquila, como siempre ella era una brujilla que se metía en líos y entre ambos nunca hacíamos nada bueno. Alguno de los dos terminaba por meter la pata. Y eso era lo que más me gustaba de ser su amigo.

Me despedí y miré alrededor de donde estábamos. Ahora que es lo que haría? Debería ir a cenar claro estaba, pero no estaba seguro de querer ir a hacer eso. En realidad estaba preocupado. Con Neru, por Cami, por todos aquellos seres sobre naturales que me acompañaban. Pero no había tiempo que perder, el tiempo avanzaba y con ello muchas cosas a nuestro alrededor, el tiempo que no pasaba en mi piel, obviamente si pasaba en mi mente y recuerdos.

[CERRADO]

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