Far Away |Ricardo Thurman|

por **Aletza Lohman** Dom Jul 14, 2013 2:13 am

Estuvo mirando su retrato por horas, odiaba verse de aquella forma, se sentía un poco demacrada, alejada de la belleza que solía acompañarla en su día a día; Facciones de enojo, rabia, ira, desilusión y mil sensaciones que le alejaban de un día perfecto, uno de esos en los cuales solo cerrarías los ojos y desearías que sea mañana.
Pero casi era la tarde-noche, aun faltaban unas horas y mientras las luces de su habitación bajaban, en las calles los faroles daban su luz, dejando que una nueva vida clandestina se apoderara de sus calles. Volvió su mirada a ese reflejo y marco una ladina sonrisa, esta vez intentaba ser sincera. Era ella nuevamente.

Sus labios color carmesí, un sombra de ojos negros y el cabello atado de forma revoltosa tras su espalda; Un vestido azul metálico y esa ya conocida capa que escondía parte de su cuerpo para no llamar tanto la atención entre las calles... Más que mal, ¿Una realeza por las calles? ¿Sin carruaje ni acompañantes? ¿Sola? Era extraño y a la vez tentador para la bazofia, la escoria, los mal intencionados de los que claro, sobraban en las noches cómo esta.

La plaza era el lugar indicado, lejos de tabernas, alejada de ese burdel de mala muerte donde hombres de familia, cercanos a ella, hasta sus propios sirvientes iban a descargar su apetito sexual de la forma más baja para ella, a pago.
Poso su cuerpo sobre el borde que daba forma a la pileta central de esta, no había mucho caminar, poca gente deambulaba por los lugares, una que otra pareja que volvía de seguro a sus casas y él.

No podría explicarlo en este momento, pues ni ella entendía esa atracción a la curiosidad que le causaba; Algo extraño y a la vez tentador. Estaba solo contra una banca cercana, las manos juntas y la mirada baja.
Emprendió camino hasta donde se encontraba y sin la necesidad de decir una palabra, se sentó a su lado. -Estaba solo a segundos de lanzar una moneda a la pileta para pedir un deseo, no creo mucho en eso, en los "deseos". El camino de tu vida te lo haces tu mismo y una moneda no cambiara el mundo, pero... -Detuvo su hablar cuando notaba que el alzaba la mirada y no hizo más que perderse en su ojos un par de segundos; Algo guardaba en su mirada, ese sentimiento cohibido que no dejaba que desviara su vista no era común. Extendió su mano, separando las del este joven dejando una moneda entre sus palmas- Lánzala tú, quizás tu destino cambie.

por **Ricardo Thurman** Dom Jul 14, 2013 2:43 pm

-Zona despejada-Comunique a mis camaradas que venían a unos centímetros de mi, a cada lado de mi cuerpo se encontraban ellos, estuve viajando desde Italia hasta llegar a parís, prácticamente huyendo de mi golpeador padre, es ridículo lo se, pero mi padre me ha golpeado sin fin de veces que llegue a mi limite, no soy hombre que busca peleas, tampoco que las encuentra, me alejo lo más profundo para no seguir el juego y eso hago con mi señor padre, por esa razón es por la que estoy huyendo como una vil rata de cantarilla. -Zona despejada...-Volví a comunicar cuando di otro paso, mis ojos se movían como dos canicas a cada lado, las rotaba como la tierra lo hace. Suspiré, estaba salvo, mi padre me había seguido como un toro, bufaba, tenia miedo pero ese miedo no era digno para mi, un inquisidor, mi mala suerte de regresar a Italia pero era mi obligación como un soldado obedecer cada petición que me mandaban pero finalmente he regresado a mis "origen" aunque en realidad no he nacido aquí, pero lo quiero como tal, me siento, como en casa. Hace cinco horas he ingresado a parís, me encuentro en la plaza, con mis dos compañeros mirando que nada pase-Zona Despejada....-Finalmente calle, mirando a las pocas personas que estan en este maravilloso lugar.

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