Isaac Duck || ID

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

¿Y que queréis que os cuente de como soy?

No sé. La señorita Pierre siempre decía que era un granuja pulgoso que había venido a esta vida solo para robar y traer más incultura a este país, pero bueno, yo no creo que sea tan tonto como ella decía que yo era. No soy tampoco un sabelotodo, no sé leer ni escribir y algunas palabras todavía no me salen del todo bien en pronunciar pero tonto como decía aquella vieja bruja no soy, claro que no, al fin y al cabo llevo sobreviviendo yo solo a la calle bastante tiempo y un niño tonto no hubiese durado ni dos dias aquí fuera y yo si lo hago. Suelo ser agradable, o al menos lo intento ya que mucha gente no quiere saber nada de mi por oler un poco raro y llevar siempre la misma ropa, es lo que tiene vivir en la calle...

Soy muy terco y cabezota. Cuando algo se me mete entre ceja y ceja no paro hasta que lo consigo, bueno, en realidad no porque siempre he querido tener un castillo, grande, muy grande como los que tienen los señores de gorro y trajes que aveces se pasean por las calles de la ciudad, pero eso es imposible de tener, al menos para alguien como yo. Por ahora me conformo con conseguir panes recién horneados de las panaderías, es fácil, colarme y todo ese rollo. También he robado otras cosas de las cual no estoy orgulloso, soy buena gente o eso me digo a mi mismo y es por eso que intento ser agradable con todo el mundo que se acerca hablar conmigo, que son pocos, para que mentir.

Como he dicho no es que sea alguien popular o algo así. La gente suele tener la manía de juzgar por tu condición social y el vivir en la calle me ha dificultado tener amigos. Bueno, hay otros chicos más mayores que yo que también viven en la calle y aveces robamos cosas juntos pero no sé si podría considerar a estas personas amigos. Cuando estaba en el orfanato si que tenía algunos amigos pero ahora..ahora supongo que la calle es mi única amiga.  

Soy leal y con las ideas claras. No soporto las injusticias, no me gusta la gente que por tener más dinero o vestir mejor se crea con el poder de sentirse superior a los que no tenemos ropa limpia y nueva todos los días. Me he criado prácticamente en la calle así que la mayoría de las cosas que he aprendido son de ahí, la ley del más fuerte dicen pues cuando tengo que conseguir algo derrumbo a cualquier enemigo que intente quitármelo, he luchado muchas veces por platos de comida o por conseguir algo de ropa nueva y lo seguiré haciendo. Nadie suele hacerme cambiar de parecer a la ligera, soy demasiado cerrado de mente y solo me guío por mis propias ideas y conclusiones.
  

HISTORIA

¿Mi vida? Mi vida se resume a una simple palabra; pobreza.

Nací debajo de un puente de París, eso es al menos lo que me ha contado la gente que conocía a mi madre. Mi madre era una mujer de la noche, no sé como decirlo exactamente sin que suene raro...era una prostituta, llevaba mala vida, tenia cierto vicio con el alcohol y algunos medicamentos raros. Le gustaba ganar dinero a la par que gastarlo en sus vicios, vivía para eso, por y para costearse sus vicios. No conozco su nombre exacto en realidad, algunas personas que la conocían me han dicho que se llamaba Dorothy, otros me han dicho que se llamaba Barbara pero lo cierto es que nunca sabré como se llamaba mi madre y eso es triste, muy triste.

Ella no se esperaba nunca convertirse en madre, sinceramente creo que nunca se lo llegó a plantear pero ahí vine yo. De mi padre si que no sé completamente nada de él, he pensado muchas veces en tener un padre, un padre como tienen los otros niños a los cuales veo pasear junto a sus padres y madres por las calles, verles jugar con sus pequeños hijos y enseñarles cosas bonitas en la vida hace que de algún modo no sepa que sentir pues es algo que nunca voy a poder experimentar yo mismo así que me es un poco indiferente, pero querer haber tenido unos padres siempre lo he querido pero ya es demasiado tarde para eso. Ni idea de quien podría ser mi padre, quizás algún cliente de mamá o alguna pareja de por aquel entonces, no tengo pista alguna, tampoco quiero tenerla, él como mi madre pasó por completo de mi existencia cuando nací y si he podido llegar hasta los doce años sin ninguno de ellos puede seguir así para toda la vida. No les necesito para nada.  

Después de darme a luz mi madre pasó pocas semanas conmigo, No llegó ni al mes, no podía cuidarme, no podía hacerse cargo de mi y como si fuese un objeto, algo que le molestaba y no podía aportarle nada nuevo me abandonó. Me dejó en la puerta del que era uno de los orfanatos de la zona y se marchó, dejando cualquier rastro suyo completamente borrado del mapa. Se marcharía de la ciudad, continuaría trabajando en otro lugar, igual se marchó con alguno de sus clientes para siempre, la verdad es que no lo sé. Solo sé que mi madre me abandono aquella noche de Invierno en la puerta de aquel orfanato envuelto en una manta la cual a dia de hoy sigo conservando, es lo único que tengo de mi madre y bueno, la nostalgia se apodera de mi cada vez que me tapo con aquella pequeña manta de tela. No volví a tener noticias de mi madre.

Pasé el resto de mis años en el orfanato. No era un gran sitio, la comida era mala, muy mala, incluso yo podría robar mejor comida en la calle de la que nos daban ahí, de hecho incluso lo prefería. No nos trataban muy bien, no era un orfanato donde fuesen huérfanos de alta cuna, era un orfanato donde iban hijos de prostitutas como mi madre, hijos de gente pobre, hijos de deshechos sociales, hijos de gente que no tenían relevancia ninguna, no tenían necesidad de tratarnos bien pues nadie conocía nuestra existencia y si lo hacían les era completamente indiferente. Crecer en un lugar como ese no fue nada fácil, era algo así como una cárcel pero para niños, los profesores eran profesores expulsados de sus empleos por diferentes razones y entonces venían a impartirnos clases a nosotros, no eran los mejores profesores del mundo, tampoco eran las mejores personas del mundo y los otros niños eran como yo, veníamos de la calle, veníamos de la pobreza y todos ellos intentaban ser amables, habían algunos que disfrutaban metiéndose con otros niños y creando peleas. Yo prometo que no era uno de esos.  

A medida que fueron pasando los años las cosas ahí dentro se tornaron algo más violentas y difíciles de como eran antes. Los profesores y miembros del lugar empezaban a utilizar la violencia contra nosotros para enseñarnos, castigos físicos y algunas que otras cosas no muy correctas. Yo llegué a cumplir ocho años, ya no era un bebé y empezaba a darme cuenta lo mal que vivía ahí dentro, empezaba a darme cuenta que realmente entre aquellas cuatro paredes mugrientas no iba a tener futuro alguno. Decidí escaparme, sabía que no iban a salir a buscarme, tanto les daba igual tenerme dentro como no así que huir de allí era una de las mejores cosas que podía hacer. Aproveché para hacerlo una noche que llovía, era una tormenta de esas que dan bastante miedo. Fue mi oportunidad perfecta, abandoné ese lugar para siempre.  

Fuera del orfanato solo me quedaba un sitio dobde pasar el resto de mi vida; la calle. Crecí los siguientes años en un ambiente no demasiado sano para un chiquillo como yo. Veía peleas todos los días, veía crímenes días y noches, veía robos, veía violaciones, veía cosas horribles que nunca tendría que haber visto pero fue así como empecé a adaptarme aquel mundo lleno de crueldad y pobreza. Aprendí a robar, aprendí a defenderme en mi mismo y aprendí a no fiarme de nadie que intentase ganarse mi confianza de buenas a primeras. Mucha gente intentó engañarme, intentaron invitarme a sus casas para burlarse de mi o simplemente querer hacerme cosas malas pero aprendí, aprendí que no tenía que fiarme de nadie. Las noches las pasaba en pequeñas cabañas que yo mismo me construía en las afueras de la ciudad y que después acaban totalmente derrumbadas pues la gente se divertía haciéndolo o simplemente se derrumbaran por los fuentes vientos, otras veces dormía en callejones, oscuros donde nadie pudiese verme y decirme nada, siempre cubierto por la manta de mi madre, era algo que fuese a donde fuese siempre me acompañaba, aquella manta me sacó de algún que otro apuro cuando los fuertes vientos se levantaban y yo no tenía nada con lo que abrigarme.

Y llegué a cumplir los doce. No he calculado muy bien el tiempo pero cuando llega el frío digo que he crecido un año más, al no saber el día exacto el que nací simplemente me sumo un numero más cuando llega el Invierno. Mi vida sigue igual que antes, vivo en la calle, vivo con lo mínimo y no creo tener un futuro muy diferente a este.

Pero si algo tengo claro es que ahí fuera, en la noche, hay cosas, cosas que ni tan siquiera yo podría entender, cosas peligrosas que cada vez están mas al acecho y a las cuales no tardaré en encontrarme...
   

DATOS EXTRA

» La manta de mi mamá siempre me acompaña a todas partes, es el único objeto del cual no me he desprendido en todo este tiempo.
» Tengo un tirachinas fabricado por mi mismo que es una pasada.
» Suelo llevar casi siempre la misma ropa pero hace un par de años un moribundo señor mayor me regaló una boina la cual siempre porto en mi cabellera.
» No puedo parar quieto, los nervios se apoderan de mi.
» Soy un buen ladronzuelo, así que ten cuidado conmigo, solo te aviso.
» Supuestamente porto mi apellido materno pero ni de eso estoy seguro. Solo sé que me gusta que me llamen por mi nombre. Mi apellido me parece ridículo y feo.

gracias a αgusτınα• de sourcecode