Morenwyn Ross

Morenwyn Ross

Descripción psicológica

Morenwyn Ross es de naturaleza rebelde, y hay que añadir que también resulta una joven bastante violenta. Muestra de su carácter son las continuas reyertas con otros jóvenes de ambos sexos en las que participa, o el hecho de tener pocas amigas mujeres. Ha pasado que sin importar su cargo, se ha abalanzado sobre alguien que le ha hecho enojar, acto ante el cual sus sirvientes intervienen para que nadie salga lastimado.

Como dueña de las plantaciones que le heredó su padre, es estricta con sus empleados, sin dudar de usar la fusta si es necesario. No obstante, también es generosa con ellos, nunca faltándoles ni el pan ni el agua. A muy pocos ha azotado, y ha sido siempre por insolencias o faltas imperdonables como robar o maltratar a alguien en la estancia.

Suele comportarse dura y firme casi todo el tiempo, con ciertos matices de frialdad, pero por dentro es una mujer que nunca se aprovecharía ni de los inocentes ni de los que la sociedad considera inferiores como los que venden su cuerpo o los homosexuales. Eso último lo aprendió de los piratas, quienes no discriminan por la orientación sexual. Tampoco hará diferencias si se trata de un humano, licántropo, cambiaformas, o lo que sea.

Como amante va directo al grano, y sin adornos ni poemas. Para ella un hombre debe parecerlo, en el sentido de que debe tener espíritu de lucha, saber pelear, y defender con fortaleza sus creencias. Nunca le gustaron los señoritos amantes de los paseos en carruajes y de los bailes de palacio. No recuerda haber dicho jamás “te amo”, ni siquiera a su primer amor, y es porque le cuesta mucho admitir los afectos, aunque no así los deseos carnales.

En su vida como pirata, de ella se sabe que lucha igual o mejor que cualquier hombre, y no hay pirata que insista en dudar su valía.

Descripción física

Historia

Nacimiento e infancia

Morenwyn Ross nació en una población cercana a Edimburgo, en Escocia. Nació en un viaje de su familia cercano a la costa, en donde transitaban en época de relajo y recreo. Las olas rugían; parecía como si el mar no pudiera esperar para conocerla.
Fue hija del hombre de leyes Wallace Ross y su esposa Phemie Ross. Durante su desempeño, fue descubierto defendiendo a un inmigrante asiático de medio pelo en la corte y, a consecuencia del revuelo que la noticia causó entre los vecinos y sus comentarios y reproches, Wallace tuvo que emigrar. Así, se trasladó con la muy joven Morenwyn y su madre a París, en Francia.

En el nuevo país el padre de Morenwyn Ross supo arreglárselas para volver a amasar una fortuna invirtiendo en distintos tipos de plantaciones. Gracias a esto logró mantener el nivel de vida acomodado que llevaba en Escocia y más. Gracias a las intervenciones legales de Wallace, Francia amplió el suelo destinado al cultivo y recibió grandes ganancias en agricultura. Debido a este hito, el Rey (que en paz descanse) le concedió a Wallace el título hereditario de Barón.

Adolescencia y juventud

Fueron varios los factores que contribuyeron a que la pelirroja de ojos verdes se hiciera pronto célebre en la ciudad. Tenía un carácter arrollador, su temperamento era tan fuerte como el de cualquier hombre y, además, era atractiva. Todo esto, unido al hecho de que su padre pasaba largas temporadas fuera de casa a consecuencia de su empleo cada vez más exitoso y demandante, provocó que concibiera ideas propias en su cabeza que fueran lejos de lo convencional. Amaba, por sobretodo, las historias de piratas.

La habilidad de su padre con los negocios permitió a Morenwyn vivir una adolescencia alejada de la pobreza y obtener un buen nivel educativo. Sin embargo, debido a su carácter rebelde, tuvo continuos enfrentamientos con su progenitor hasta que una noche se escapó por su balcón para huir hacia al mar, pensando en ser parte de alguna tripulación de piratas. En un principio le fue denegado el permiso como mujer para unirse a la tripulación por la creencia de que la presencia femenina en un barco era signo de mal agüero, así que Morenwyn tuvo que vestirse de hombre para poder subir a bordo.

Si bien en aquella época el papel de la mujer se reducía a procrear y cuidar de la familia, este modelo de vida no agradaba a la futura baronesa, como les pasaba a muchas otras mujeres que, por principios, miedo o costumbre, no se rebelaron como hizo Morenwyn Ross. Esta coacción, junto con las historias románticas que se contaban a diario sobre los piratas, provocó que muchas mujeres soñaran en silencio con llevar la vida del pirata, símbolo de la libertad total.

Fue entonces cuando conoció dentro de la tripulación al pirata Giollaruaidh Kirkpatrick también conocido por "Frente alta Gio" de quien se enamoró profundamente. Giollaruaidh Kirkpatrick era un joven notablemente atractivo y su temperamento coincidía con el de Morenwyn.

Durante aquel año ambos viajaron en la tripulación dando pequeños golpes. Fueron grandes días para Morenwyn y Giollaruaidh, días que marcarían sus vidas.

Vuelta a Francia.

Lamentablemente para la pareja de piratas, estos días terminarían un día de Mayo, el cual la tripulación eligió para pisar tierra y reabastecerse. Su padre la reconoció en las calles de París, y por la fuerza la llevó de vuelta a su hogar. Se necesitaron tres hombres adultos para llevarla de regreso, puesto que durante ese año había aprendido a disparar y a pelear como cualquier hombre pirata, e incluso con más fiereza. Ya en su hogar, se enteró de la muerte de su madre por tifus. A pesar del dolor, su padre no la dejó salir de su cuarto por una semana, tiempo suficiente para que su embarcación zarpara sin ella y nunca más viera a Giollaruaidh Kirkpatrick. Morenwyn lloró por días su despojo del mar y de su amado, pero no se quedaría así.

Dejó Morenwyn que pasaran tres meses, tiempo suficiente para que su padre volviera a tener confianza en que no huiría. Terminaban una de sus diarias cenas cuando la pelirroja empujó a Wallace para que cayera de estómago al piso. El hombre nunca volvió a levantarse, puesto que su rebelde hija había decidido darle muerte poniendo de pié un cuchillo en sitio del piso donde arrojó a su progenitor. De esa forma hizo que quedara la muerte de su padre como un lamentable accidente. Antes deque dejara de respirar para finalmente expirar, Morenwyn levantó la cabeza de su padre desde su cabello y pronunció con frialdad: “Si te hubieras comportado como un hombre, no morirías ahora como un perro”

Actualidad.

¿Qué es ser una baronesa para Morenwyn? Es tener un título que respalde casi todo comportamiento indebido. Casi. Se da cuenta de que las personas amparadas por un cargo real tienen un margen de actuación demasiado amplio, vulnerando el marco de los demás, como ocurrió con ella. Es por esto que en secreto aporta capital a las tripulaciones de piratas simpatizantes con sus principios a cambio de que distribuyan en los países por los que naveguen material revolucionario y en contra, especialmente, de la monarquía y su despotismo ilustrado.
No obstante, la sed por el mar vuelve a ella, y es por esto que a menudo se desaparece por unos días para navegar junto a los piratas a los que auspicia en secreto. El día en que vea que ningún hombre tenga privilegios que lo hagan más persona que a otro, ese será el día en que zarpará y recorrerá hasta el último confín de la tierra.