Gian Maria Ercole Ambivere

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

La mentalidad de Ercole es víctima, en primer lugar, de su condición. El Don Tenebroso ha cambiado su vida, su proyección de futuro, y el prisma por el cual observa la realidad. Este es un hecho innegable, sin embargo no es algo que le marchite el alma, sino todo lo contrario. La posibilidad de permutarse en el tiempo ha abierto nuevos horizontes en su existencia y ha hecho de su psique algo más flexible. Sobrevivir a las eras y los acontecimientos del mundo ha tornado la mente de un artista soñador en un observador morboso. A un mismo tiempo el hecho de contradecir las leyes naturales, y tornarse en una criatura que culturalmente podría ser juzgada como diabólica, le han convertido en un escéptico religioso que apenas puede contemplar los símbolos cristianos con más que sátira y burla.

Los siglos han moldeado su carácter y especialmente le han ayudado a consolidar en él un autocontrol, que resulta totalmente contrario a su naturaleza. La experiencia y la fuerza de la realidad le han llevado en que es suficientemente viejo como para no correr con riesgos absurdos, pero al mismo tiempo siente una fuerte pulsión por soltar las riendas de su bestia interior. Este hecho le obliga a adoptar convenientes máscaras en determinadas situaciones, siempre con el mejor de los toques cortesanos. Su actitud sin duda hace honor a su patria, pues sigue un esquema similar al expuesto por Maquiavelo en "El Príncipe", si bien es cierto que carece de virtud y moral cristiana.

Pese a todo este despliegue de sabiduría y proceder lo cierto es que Ercole no es un inmortal especialmente ambicioso. Su verdadera vocación es servir, y poner sus habilidades en manos de quien pudiera demandarlas. Es consciente de que no posee el poder, ni los recursos, como para poder marcar un fuerte impacto en la sociedad o reformarla, una evidencia que le lleva a emplear su inmortalidad en contemplar como otras criaturas hacen crecer sus deseos, o sencillamente perecen sepultadas por sus propios delirios. Un inmortal leal hasta donde la razón marca, pues no perecerá sin motivo, o si pudiera burlar tan fatal destino, después de todo lo que realmente desea es disfrutar de su dilatado tiempo en la Tierra, como buen hedonista florentino.

Este inmortal, que guarda un cultivado narcicismo y un fuerte apetito por atraer atenciones, no solo ha desarrollado sus propias inclinaciones y las propias de su Estirpe, sino que se ha visto ampliamente influenciado por el modelo familiar que llevara en vida. Si bien es un inmortal licencioso y carente de la mayor parte de escrúpulos, Ercole debe hacer honor a un apellido. La familia Ambivere fue poderosa antaño, y aunque ya no es nada sigue siéndolo en el alma del vampiro. Cuando habla por sí mismo se verá libre de cadenas, pero cuando representa al Clan familiar procurará cuidar cada uno de los más sutiles detalles que le impliquen, tal si estuviera representando una poderosa potencia.

HISTORIA

Sentado en los jardines de mi casa puedo contemplar la inmensa bóveda celeste que cubre el Mundo, como un manto imposible lleno de detalles y realidades insondables. Las estrellas y la noche fascinan a todos, pero la mayoría de hombres y mujeres son ciegos hasta que son dignos de contemplar la oscuridad astral con ojos renacidos, con la visión de un ser cincelado en la tiniebla. Ver las formas y los colores que se extienden ante mí en el infinito me produce una sensación de empequeñecimiento. Es un lienzo que no varía, un cuadro soberbio que desmitifica lo que mi Estirpe denomina inmortalidad. Después de todo la Eternidad es solo una promesa engañosa, una hoja de doble filo con la que finalmente te cortas. Y yo que he vivido más de trescientos años, que he sobrevivido a grandes hombres y a sus nietos, que he visto las naciones revolucionarse y hacerse nuevas, solo sé que esta luminosa bóveda me sigue fascinando con su quietismo e indiferencia.

Nací en Florencia, en la Toscana. Era el siglo XV, que no había llegado todavía a su primer cuarto. La república florentina era vieja, pero renacía con fuerza. Su poderío económico e influencia despuntaban, en tanto que podía presentarse sin miedo como una de las ciudades más prósperas y crecientes del mundo. Mi nacimiento se dio en el seno de una familia patricia, los Ambivere. Yo era el cuarto de seis hijos, por lo cual nunca llegué a preocuparme demasiado por los grandes intereses, o por los conocimientos de la economía y la política. Yo quería ser alma libre y convertirme en artista. En cierto modo resulta irónico en retrospectiva, pero sin duda el destino no me permitiría ser un bohemio más, perdido entre malas influencias y una vida miserable. La fortuna de mi familia la llevó a ser foco de intrigas y turbios escenarios, y por supuesto terminé viéndome envuelto en ellos cuál presa fácil y desvalida. Si existían muchos modos de enfrentar una muerte seguro, el camino más directo en ese tiempo era rivalizar con los Medici, y eso es algo que los Ambivere hacíamos continuamente, valiéndonos de nuestra influencia en Venecia, así como de la popularidad rural en Pisa. Los asesinos y matones de los gobernantes de Florencia no tardaron en seleccionarme como objetivo. Sin duda no existiría hoy, si no fuere porque una bendición oscura me fue concedida en forma de sangre divina, mientras la mía escapaba por letales heridas.

Desde ese instante se abrieron muchas puertas, del mismo modo en que se cerraron algunas. Mi primer error, y aquello que primero quise hacer, fue involucrarme en los asuntos mortales y ayudar a mi familia. Tal conducta, sin duda fruto de la falta de experiencia, solo llevaría a la muerte y asesinato de la mayoría de mi sangre, e inevitablemente al ocaso de la familia Ambivere. Entendí que las maniobras debían hacerse desde las sombras, y que mi vida había cambiado de un modo irremediable. Llevé a las tinieblas a la única superviviente de la familia, mi hermana, y así el clan renació inmortal en la noche. Mi mayor interés en las sucesivas décadas fue construir una Familia fuerte y poderosa, desde la cual dominar Florencia, y desde allí unificar la península. El destino florentino debía ser el de liderar Italia, pero tales sueños pronto se desvanecieron. La propia historia y su cadena de eventos me demostraron que Italia era débil, y que tan dividida como se hallaba era tan solo un plato siempre fresco para las potencias vecinas. Las ciudades italianes eran las más grandes y poderosas del mundo, pero solas y aisladas no eran nada ante las mareas de bárbaros franceses y alemanes.

Esa suerte de revelación cambió mi destino, mi sendero y el sentido de mi existencia. Despojado de las ambiciones humanas y los sueños más irracionales, decidí encomendarme a contemplar el impredecible curso de la historia. Existían seres más grandes y poderosos que yo, y otros que si bien no lo eran, resultaban igualmente interesantes. Servirles como consejero se convirtió en mi mayor afición, solo a cambio de ver hasta donde eran capaces de llegar, hasta donde sus sueños podían cortar el destino antes de mellarse y desvanecerse en las eras. Y desde entonces he visto grandes proezas y montañas de orgullo, que sin duda a su tiempo se han desmoronado por el peso de sus coronas. Marché por el continente, visité las Indias Occidentales y el Lejano Oriente, aprendí de todos y ofrecí mi conocimiento a quienes me brindaban el suyo. Y ahora, que yo y mi Clan nos establecemos en París, ahora en este siglo de Luces y Revolución, en estos tiempos que persiguen el paso hacia lo moderno, solo espero hallar tan emblemáticas personas como las he hallado hasta ahora, mi razón de existir y mi disfrute en este mundo...

DATOS EXTRA

☬ Suele vestir un sombrero oscuro de ala plana, quizás por recuerdo de su hogar.
☬ Es actualmente patriarca del Clan familiar Ambivere, de origen florentino.
☬ No resulta difícil captar su atención mediante el arte o la belleza natural.
☬ Es un orgulloso florentino, por lo que si bien reconoce la corona italiana, no cree en una nación italiana.

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