Gian Grant || ID

Es callado, mas no uranio. Prefiere pasar el tiempo meditando, acompañado de libros y sus propias teorías y experimentos. Cuando no estaba encerrado en la biblioteca del monasterio, se lo podía observar practicando sus conocimientos rudimentarios sobre armas y lucha. No lo hace porque quiera ser un soldado de la inquisición como su hermano, se exige hacerlo, solo por el bien de sus amados, por quienes estaría dispuesto a dejar su refugio y luchar, matar y morir, con tal de llevar paz a su hogar y a su familia.

Siempre fue un niño prodigio, por lo que sus padres decidieron enviarlo a estudiar a un internado en  Roma, solo que allí fue influenciado por su confesor, quien le marcó el camino de la sabiduría y la reflexión continua. Siendo por ese motivo que entró en la orden de los Jesuitas, pues eran los únicos que para su opinión, llevaban el estandarte de Cristo y la ciencia, de una manera clara y certera. En todos estos años ha aprendido mas de seis idiomas, lenguas muertas y dialectos de diferentes lugares del globo terráqueo. Hablando y escribiendo con fluidez en la mayoría de éstos idiomas.

Ama la música, en especial el piano, el que toca con gran prodigio. siempre está dispuesto a tocas para quien se lo pida, pero ama toar para su familia, en especial para su hermana Lorelei, quien es la luz de sus ojos, y a quien siente que le debe mucho en la vida, ya que por su egoísmo, su deseo de permanecer en el monasterio, la ha dejado al mando del Clan Grant.

Tiene muy buena memoria, gracias a eso puede retener conocimientos que serían difíciles de conservar. Aún así, ha comenzado ha realizar una biblioteca propia, con facsímiles de los libros incunables que desea tener, ya que si debe dejar el monasterio, perderá todo acceso a ellos.  Tras dejar la orden jesuitica, se ha radicado en casa de su hermano, donde ha instalado su estudio, su laboratorio y su biblioteca.

Gian, fue el segundo hijo del líder del clan Grant, y mellizo de un hermosa niña llamada Lorelei. Ese lugar le daba una libertad que su hermano no poseía. quien representaba para él, una especie de modelo a seguir. Pues aunque solo se llevaban cuatro años, la diferencia que hacían entre ellos era abismal.  No se trataba que su padre lo quisiera menos, solo que al ser el segundo hijo, las mirada de los demás no estaban puestas en él. Por eso, siempre tuvo una mayor relación con su madre y hermana, a quienes adoraba. Su madre era una mujer adelantada a su época, que siempre intentaba que su hijo cultivara el habito de la lectura, de la búsqueda de conocimientos, - Algún día, tus conocimientos podrán ser valiosos para el clan, para que ayudes a tu hermano - le decía, a lo que el pequeño Gian, asentía feliz de pensar que podría ayudar a su héroe de alguna manera. Su hermana, era la luz de sus ojos, no podía levantarse al alba, sin correr a despertarla, para decirle que el día estaba ideal para hacer alguna travesura, o divertirse creando aventuras, de piratas y guerreros.

Cuando cumplió diez años, su padre reunió a la familia, para dar una gran noticia, un amigo de l infancia había llegado a las tierras altas y tras observar como los dos hijos del señor Grant, se estaban desarrollando, cada uno en un área diferente de los conocimientos, había decidido ofrecerle una plaza en uno de los colegios mas importantes de Europa. Eghon, por ser el primogénito, y futuro líder del clan, no podía dejar las tierras; por otro lado Lorelei, aunque era una niña extremadamente inteligente, tanto o mas que sus hermanos, su condición de mujer, la había apartado de la selección; por lo que se decidió que Gian, sería quien hiciera el viaje y realizara sus estudios en el exterior. Por mas que suplicó, por mas que pidió a su madre que convenciera a su padre para que no le dejara marchar, a pocos días de aquella reunión, Gian vio tras el cristal de la ventanilla, como su familia cada vez se veía mas pequeña, hasta ser solamente un punto en la distancia. Esa fue la última vez que vio con vida a su madre, y por mas que lo intentó, jamás perdonó a su padre por haberlo alejado de su hogar.

dos años después, su padre se presentó para llevarlo de nuevo a Escocia, para que participara de una misa en memoria de su madre. Aquel viaje fue tortuoso y nunca logró borrarlo de su mente. Tras volver a Roma, cortó toda comunicación con su padre y su familia. Fue años después, cuando llegaron noticias diciendo que su padre había muerto, que comenzó a mandar nuevamente cartas, pero a su hermana Lorelei. Al cumplir los veinte años, ingresó en un monasterio en los pirineos franceses y allí se mantuvo por mas de cinco años.

Por medio de cartas, supo que su hermano se había casado, que Lorelei era la líder del clan Grant, y que Eghon le había hecho tío de un bello muchachito llamado Cedric. Fue saber que la linea de sangre de los Grant estaba segura, lo que le hizo que se diera el permiso de viajar a Escocia a conocer al pequeño Cedric, a su madre Chiara y también reencontrarse con sus hermanos. Mas cuando llegó allí, encontró que su cuñada y su sobrino habían desaparecido y que se creía que su hermano estaba muerto. Tras meses de búsqueda, solo lograron dar con Eghon y posteriormente con Cedric. La relación entre padre he hijo no era la mejor, así que Gian decidió ir a vivir con ellos, así intentar limar asperezas y ayudar a su hermano a encontrar a su esposa. Desde entonce vive en París, junto a sus hermanos y su sobrino.

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Para Gian, su familia es lo primero, aún antes que su amor por la ciencia y el conocimiento.

Cuando su madre murió, una pared infranqueable se formó entre él y su familia, solo el amor a su hermana Lorelei, le permitió seguir en contacto y no alejarse definitivamente.

Tras lo sucedido con la familia de su hermano, ha dejado todo el rencor de lado y ha vuelto a cuidar a lo que mas ama, a su familia, ésta vez, compuesta por su hermano Eghon, su hermana Lorelei, su sobrino Cedric y su cuñada a la que aun no conoce pues fue secuestrada antes de poder llegar a conocerla.