Desire and whisper from Florence.

La mentalidad de Ercole es víctima, en primer lugar, de su condición. El Don Tenebroso ha cambiado su vida, su proyección de futuro, y el prisma por el cual observa la realidad. Este es un hecho innegable, sin embargo no es algo que le marchite el alma, sino todo lo contrario. La posibilidad de permutarse en el tiempo ha abierto nuevos horizontes en su existencia y ha hecho de su psique algo más flexible. Sobrevivir a las eras y los acontecimientos del mundo ha tornado la mente de un artista soñador en un observador morboso. A un mismo tiempo el hecho de contradecir las leyes naturales, y tornarse en una criatura que culturalmente podría ser juzgada como diabólica, le han convertido en un escéptico religioso que apenas puede contemplar los símbolos cristianos con más que sátira y burla.

Los siglos han moldeado su carácter y especialmente le han ayudado a consolidar en él un autocontrol, que resulta totalmente contrario a su naturaleza. La experiencia y la fuerza de la realidad le han llevado en que es suficientemente viejo como para no correr con riesgos absurdos, pero al mismo tiempo siente una fuerte pulsión por soltar las riendas de su bestia interior. Este hecho le obliga a adoptar convenientes máscaras en determinadas situaciones, siempre con el mejor de los toques cortesanos. Su actitud sin duda hace honor a su patria, pues sigue un esquema similar al expuesto por Maquiavelo en "El Príncipe", si bien es cierto que carece de virtud y moral cristiana.

Pese a todo este despliegue de sabiduría y proceder lo cierto es que Ercole no es un inmortal especialmente ambicioso. Su verdadera vocación es servir, y poner sus habilidades en manos de quien pudiera demandarlas. Es consciente de que no posee el poder, ni los recursos, como para poder marcar un fuerte impacto en la sociedad o reformarla, una evidencia que le lleva a emplear su inmortalidad en contemplar como otras criaturas hacen crecer sus deseos, o sencillamente perecen sepultadas por sus propios delirios. Un inmortal leal hasta donde la razón marca, pues no perecerá sin motivo, o si pudiera burlar tan fatal destino, después de todo lo que realmente desea es disfrutar de su dilatado tiempo en la Tierra, como buen hedonista florentino.

Este inmortal, que guarda un cultivado narcicismo y un fuerte apetito por atraer atenciones, no solo ha desarrollado sus propias inclinaciones y las propias de su Estirpe, sino que se ha visto ampliamente influenciado por el modelo familiar que llevara en vida. Si bien es un inmortal licencioso y carente de la mayor parte de escrúpulos, Ercole debe hacer honor a un apellido. La familia Ambivere fue poderosa antaño, y aunque ya no es nada sigue siéndolo en el alma del vampiro. Cuando habla por sí mismo se verá libre de cadenas, pero cuando representa al Clan familiar procurará cuidar cada uno de los más sutiles detalles que le impliquen, tal si estuviera representando una poderosa potencia.