AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Reencuentro en el Restaurante "Elissabetta" (Selene)
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Reencuentro en el Restaurante "Elissabetta" (Selene)
"Cada ida te vuelves mas sofisticado mi amigo" se repitió por tercera vez a si mismo el vampiro. La noche lo traía de parabienes, la alegría lo desbordaba. Alegría? No, mas bien era la emoción del reencuentro con una amiga que era para el como un secreto que iba a proteger siempre hasta que muriese siendo una viejita, una bruja anciana.
Estaba sentado con un traje, chaquetilla negra, camisa negra, pantalones negros para variar. Vivía en un constante luto como solía confirmar a los mas allegados, a los cuales les mentía. Vestía de negro solo por gusto y placer. Ademas le sentaba bien con su piel blanca que estrenó hace mucho tiempo ya. Prefería no recordar las fechas de este estilo.
La mesa estaba lista, se había ubicado cerca de la ventana, como había reservado lugar, porque estaba esperando a la pelirroja mas tierna, tenia unas flores escondidas bajo la mesa, que coqueterías tenia preparadas. No había sabido de ella en un cierto tiempo y recibir noticias de su bienestar no hizo mas que dejarlo conforme.
El restaurante era uno de los exclusivos, esos que había que tener reserva para poder comer allí, las ventanas tenían gruesos cortinados que podían ocultar reuniones privadas, los platos eran de porcelana con detalles en oro, los manteles eran rojos, los cubiertos estaban tallados con el nombre del lugar y unas velas ocupaban el centro de la mesa. En en frente del plato había varias cucharas e diversos tamaños. Al lado del tenedor había otro pero mas pequeño y al lado del cuchillo solo estaba la servilleta con forma abanicada. Chris suspiró. Sabiendo que no tocaría los cubiertos para comer solo se contentaba con ver que en otra época había sobrevivido solo con un cuchillo. "Eran otros tiempo Chris, modérate" se dijo a si mismo como si hablara con alguien mas.
El aroma a langosta era espantoso porque los mariscos no eran de su agrado, la mesa contigua parecía no opinar igual. Se tapó la nariz con una mano hasta que el destello dorado rojizo le llamó la atención, estaba entrando por la puerta y el maitre se dedico a indicarle donde estaba la mesa y al verla no pudo mas que sonreír, dejando de lado el aroma pestilente de la langosta de la mesa de al lado.
-Ma' Cherie! - dijo mientras esta se acercaba a la mesa donde ahora el vampiro de pie la esperaba para darle un fuerte abrazo, rompiendo todo protocolo de saludo formal.
Estaba sentado con un traje, chaquetilla negra, camisa negra, pantalones negros para variar. Vivía en un constante luto como solía confirmar a los mas allegados, a los cuales les mentía. Vestía de negro solo por gusto y placer. Ademas le sentaba bien con su piel blanca que estrenó hace mucho tiempo ya. Prefería no recordar las fechas de este estilo.
La mesa estaba lista, se había ubicado cerca de la ventana, como había reservado lugar, porque estaba esperando a la pelirroja mas tierna, tenia unas flores escondidas bajo la mesa, que coqueterías tenia preparadas. No había sabido de ella en un cierto tiempo y recibir noticias de su bienestar no hizo mas que dejarlo conforme.
El restaurante era uno de los exclusivos, esos que había que tener reserva para poder comer allí, las ventanas tenían gruesos cortinados que podían ocultar reuniones privadas, los platos eran de porcelana con detalles en oro, los manteles eran rojos, los cubiertos estaban tallados con el nombre del lugar y unas velas ocupaban el centro de la mesa. En en frente del plato había varias cucharas e diversos tamaños. Al lado del tenedor había otro pero mas pequeño y al lado del cuchillo solo estaba la servilleta con forma abanicada. Chris suspiró. Sabiendo que no tocaría los cubiertos para comer solo se contentaba con ver que en otra época había sobrevivido solo con un cuchillo. "Eran otros tiempo Chris, modérate" se dijo a si mismo como si hablara con alguien mas.
El aroma a langosta era espantoso porque los mariscos no eran de su agrado, la mesa contigua parecía no opinar igual. Se tapó la nariz con una mano hasta que el destello dorado rojizo le llamó la atención, estaba entrando por la puerta y el maitre se dedico a indicarle donde estaba la mesa y al verla no pudo mas que sonreír, dejando de lado el aroma pestilente de la langosta de la mesa de al lado.
-Ma' Cherie! - dijo mientras esta se acercaba a la mesa donde ahora el vampiro de pie la esperaba para darle un fuerte abrazo, rompiendo todo protocolo de saludo formal.
Sean O'Rouke- Humano Clase Media
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Re: Reencuentro en el Restaurante "Elissabetta" (Selene)
Los meses no pasan con rapidez
Siempre con su mismo ritmo, sin prisa ni pausa, pero inexorable
Había quedado con Chris Pohl, y eso estaba bien, porque hacía mucho que no le veía. Había que recordar que le había hablado de cierto secretito, de esa reliquia...también tenía noticias al respecto, cómo que se la habían robado. Estaba dónde ella le había dicho, pero alguien se había adelantado, alguien a quién Selene conocía la mar de bien, lo cuál había traído varias reacciones. Casi toda positiva, porque así sabía que él seguía a salvo, vivo...nadie sabe en qué estaba, pero probablemente bien ya que siempre había sido fuerte. Ésto lo tenía también en una carta que guardaba con muchísimo celo. Había estado segura de que ésta noticia era buena, a pesar de todo. Pero no diría nada. No hasta no estar segura de que sus sospechas eran ciertas. De que no estaba...de todos modos no pensaba demasiado en ello aquella noche. Cuando salió de casa estaba ataviada con el mejor vestido que tenía, no era uno muy lujoso, porque no se podía permitir esa clase de cosas, pero estaba bien, de color verde esmeralda, de tafetán oscuro, con un collar de esmeraldas en el cuello y el cabello suelto en parte. Se había intentando hacer un peinado elegante, pero no lo había logrado así que se había dejado unos tirabuzones por delante, enmarcándole el rostro.
Parecía más joven de lo que era realmente así, y al mismo tiempo parecía mayor...¿por qué sería? Ladeó la cabeza mientras se lo preguntaba, esperando poder llegar pronto. La noche era hermosa...ya se había acostumbrado a las noches en París.Y entonces llegó al restaurante. Cuando llegó le buscó con la mirada. ¿Dónde estaría? Debía de estar esperándola...y efectivamente así era. Allí estaba, en esa mesa. Selene se acercó hacia allá, sonriendo ampliamente, resplandeciente.
Se alegraba de verlo después de todo este tiempo. No había cambiado nada...pero no iba a hacerlo. Los vampiros tenían esa suerte, no cambiaban jamás, siempre se mantenían así en el tiempo, sin importar que pasaran dos, tres, cinco años o diez milenios, si es que el mundo siquiera había vivido tantísimo tiempo a éstas alturas. Cuando llegó a él le dio un fuerte abrazo, cómo había hecho desde siempre, olvidando cómo siempre que debía de portarse cómo una dama. Siempre lo olvidaba, incluso durante esa época en la que le decían que tenía que portarse cómo una dama. -¡Chris, Chris...!¡Cuánto me alegro de verte!-
repitió varias veces con entusiasmo.
Siempre con su mismo ritmo, sin prisa ni pausa, pero inexorable
Había quedado con Chris Pohl, y eso estaba bien, porque hacía mucho que no le veía. Había que recordar que le había hablado de cierto secretito, de esa reliquia...también tenía noticias al respecto, cómo que se la habían robado. Estaba dónde ella le había dicho, pero alguien se había adelantado, alguien a quién Selene conocía la mar de bien, lo cuál había traído varias reacciones. Casi toda positiva, porque así sabía que él seguía a salvo, vivo...nadie sabe en qué estaba, pero probablemente bien ya que siempre había sido fuerte. Ésto lo tenía también en una carta que guardaba con muchísimo celo. Había estado segura de que ésta noticia era buena, a pesar de todo. Pero no diría nada. No hasta no estar segura de que sus sospechas eran ciertas. De que no estaba...de todos modos no pensaba demasiado en ello aquella noche. Cuando salió de casa estaba ataviada con el mejor vestido que tenía, no era uno muy lujoso, porque no se podía permitir esa clase de cosas, pero estaba bien, de color verde esmeralda, de tafetán oscuro, con un collar de esmeraldas en el cuello y el cabello suelto en parte. Se había intentando hacer un peinado elegante, pero no lo había logrado así que se había dejado unos tirabuzones por delante, enmarcándole el rostro.
Parecía más joven de lo que era realmente así, y al mismo tiempo parecía mayor...¿por qué sería? Ladeó la cabeza mientras se lo preguntaba, esperando poder llegar pronto. La noche era hermosa...ya se había acostumbrado a las noches en París.Y entonces llegó al restaurante. Cuando llegó le buscó con la mirada. ¿Dónde estaría? Debía de estar esperándola...y efectivamente así era. Allí estaba, en esa mesa. Selene se acercó hacia allá, sonriendo ampliamente, resplandeciente.
Se alegraba de verlo después de todo este tiempo. No había cambiado nada...pero no iba a hacerlo. Los vampiros tenían esa suerte, no cambiaban jamás, siempre se mantenían así en el tiempo, sin importar que pasaran dos, tres, cinco años o diez milenios, si es que el mundo siquiera había vivido tantísimo tiempo a éstas alturas. Cuando llegó a él le dio un fuerte abrazo, cómo había hecho desde siempre, olvidando cómo siempre que debía de portarse cómo una dama. Siempre lo olvidaba, incluso durante esa época en la que le decían que tenía que portarse cómo una dama. -¡Chris, Chris...!¡Cuánto me alegro de verte!-
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Selene Ladomie- Condenado/Hechicero/Clase Media
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Re: Reencuentro en el Restaurante "Elissabetta" (Selene)
Reconfortado por el abrazo que ella le dio no dejo de mostrar su alegría con una amplia sonrisa, verla bien, entera, feliz completaba un poco su angustia de soledad que lo embargaba a menudo, mas frecuentemente en estos meses.
-Mi princesa... ¿cómo has estado? - le dijo mientras acariciaba su cabello mas largo de lo que recordaba pero con el brillo de siempre, siempre tan alegre y atenta. Apenas se separaron se dispuso a observarla mas detenidamente, esta vestida con un vestido muy elegante a lo que siempre la veía, normalmente sus encuentros eran algo menos planificado que este, seguramente a ello se debía que vistiera tan bien, además el lugar ameritaba
-Estas bellísima Cherie! – le dijo sin expresarse con una voz muy alta porque ya habían roto la tranquilidad y recatados modos del restaurante haciendo que varios comensales los miraran de mala gana por los modales de estos dos. Hizo caso omiso de sus miradas en cambio y sacó el ramo de flores que tenia debajo de la mesa donde se sentarían a cenar y se lo dio a la pelirroja que las miro encantada y con cara de “no era necesario”. Con una sonrisa la observó y la invitó acto seguido a sentarse acomodando la silla para ella. El vampiro hizo lo propio imitándola y tomando posición al otro lado de la mesa, al costado de ellos estaba la ventana que daba a la calle donde se veía transitar a cierto grupo de personas de vez en cuando. La gente en el restaurante ya recuperada de la emoción de esta pareja continuo con sus charlas mientras algunos no dejaban de quitar la vista de Selene y sus pensamientos oscilaban en cosas buenas al respecto, ya que era llamativa su belleza.
-No dejan de suspirar por ti Selene – asintió acercándose un poco a ella y mirando de reojo a la mesa contigua donde un caballero la miraba ansioso que ella respondiera a su mirada. Chris se rió por la situación, los hombres se volvían completamente unos idiotas frente a las mujeres, eso no cambiaba ni para los de su clase, por mas que buscaran ser lo mas original, lo mas sensual y matador, no era algo con lo que un hombre podía lidiar al enfrentar la mirada del sexo opuesto.
Volviendo a la charla y aprovechando que el mozo no había aparecido aun optó por hacerle una pregunta abierta – Y… ¿Cómo estás? ¿Qué es de tu vida? Me alegro de verte bien, eso es lo más importante y lo que más me preocupa cuando no puedo seguirte pisada de cerca.- le comentó con total sinceridad ante su mirada atenta y despreocupada.
-Mi princesa... ¿cómo has estado? - le dijo mientras acariciaba su cabello mas largo de lo que recordaba pero con el brillo de siempre, siempre tan alegre y atenta. Apenas se separaron se dispuso a observarla mas detenidamente, esta vestida con un vestido muy elegante a lo que siempre la veía, normalmente sus encuentros eran algo menos planificado que este, seguramente a ello se debía que vistiera tan bien, además el lugar ameritaba
-Estas bellísima Cherie! – le dijo sin expresarse con una voz muy alta porque ya habían roto la tranquilidad y recatados modos del restaurante haciendo que varios comensales los miraran de mala gana por los modales de estos dos. Hizo caso omiso de sus miradas en cambio y sacó el ramo de flores que tenia debajo de la mesa donde se sentarían a cenar y se lo dio a la pelirroja que las miro encantada y con cara de “no era necesario”. Con una sonrisa la observó y la invitó acto seguido a sentarse acomodando la silla para ella. El vampiro hizo lo propio imitándola y tomando posición al otro lado de la mesa, al costado de ellos estaba la ventana que daba a la calle donde se veía transitar a cierto grupo de personas de vez en cuando. La gente en el restaurante ya recuperada de la emoción de esta pareja continuo con sus charlas mientras algunos no dejaban de quitar la vista de Selene y sus pensamientos oscilaban en cosas buenas al respecto, ya que era llamativa su belleza.
-No dejan de suspirar por ti Selene – asintió acercándose un poco a ella y mirando de reojo a la mesa contigua donde un caballero la miraba ansioso que ella respondiera a su mirada. Chris se rió por la situación, los hombres se volvían completamente unos idiotas frente a las mujeres, eso no cambiaba ni para los de su clase, por mas que buscaran ser lo mas original, lo mas sensual y matador, no era algo con lo que un hombre podía lidiar al enfrentar la mirada del sexo opuesto.
Volviendo a la charla y aprovechando que el mozo no había aparecido aun optó por hacerle una pregunta abierta – Y… ¿Cómo estás? ¿Qué es de tu vida? Me alegro de verte bien, eso es lo más importante y lo que más me preocupa cuando no puedo seguirte pisada de cerca.- le comentó con total sinceridad ante su mirada atenta y despreocupada.
Sean O'Rouke- Humano Clase Media
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Re: Reencuentro en el Restaurante "Elissabetta" (Selene)
Las noticias van y vuelan;
el tiempo pasa, las evidencias aparecen...
sin embargo siguen sin salir a la luz
El tiempo pasaba tan deprisa...era increíble lo mucho que podía suceder en tan poco tiempo, lo rápidamente que pasaban los días o las semanas, aunque de todas formas para ella había transcurrido mucho tiempo en aquel año. Solamente había cumplido los diecisiete hacía poco, y a veces se sentía cómo si tuviese muchos más años...cómo si tuviese la edad e Chris, quizás, o varios miles de años. Pero prefería la primera comparación. Selene sonrió ampliamente cuando sacó las flores para ella.
-¡Oh...son preciosas!¡No era necesario!¡Gracias!-exclamó Selene mientras cogía las flores y las miraba maravillada. Luego fue invitada a sentarse y eso fue justamente lo que hizo, mientras sus pensamientos revoloteaban cómo si estuviesen bailando al son de la música. No queda muy claro qué música, pero en el caso de Selene siempre es una música rápida, inquieta. Rió cuando mencionó aquello de que no dejaban de suspirar por ella. Vio hacia dónde miraba su amigo, dónde un hombre la miraba de una forma que reconoció casi de inmediato...Selene se apresuró a devolverle la sonrisa de forma coquetea y algo pícara, luego volvió a mirar a su amigo.
-Qué se le va a hacer...es imposible que los hombres caigan ante los encantos de una-modestia aparte. Selene podía ser generosa y tener un gran corazón y ayudar cuando se la necesitara, pero la modestia no era precisamente una de sus virtudes precisamente. Si pensaba algo, lo decía, aunque fuera respecto a ésto. Volvió a lanzarle una sonrisa pícara al hombre, mandándole un saludo y todo, y luego se dispuso a responder a la pregunta de Chris. Habían pasado muchas cosas desde su ausencia. ¡Tantísimas cosas...!
-Mejor y peor. Algunas cosas han salido bien y otras no, pero por lo general casi todo sigue igual...mi primo está aquí. Está más claro que el agua. Creo que hablamos de ello la otra vez, pero ahora la certeza está hecha. ¿Sabes por qué? Porque Isaac me ha robado esa reliquia de la que te hablé. Fue él al final. Alguna razón tuvo para ello. Pero tengo la esperanza de poder hablar con él muy pronto, de que podamos verle al final. Por otro lado me estoy volviendo medio loca porque estoy comenzando a desarrollar un poder nuevo...¿has oído hablar de la atmokinesis? Pues es bien complicada...así que no te extrañe si en algún momento el viento de fuera se ralentiza un poco, si cae nieve de repente o si de repente le cae un rayo a un pobre gato...aún no lo controlo del todo...a veces es cómo una resaca-comenzó a contar Selene. Había más cosas, pero lo cierto es que quería preguntarle otra cosa. Tenía curiosidad.-Bueno...¿cómo te ha ido a ti la vida durante todo éste tiempo que no nos hemos visto?
el tiempo pasa, las evidencias aparecen...
sin embargo siguen sin salir a la luz
El tiempo pasaba tan deprisa...era increíble lo mucho que podía suceder en tan poco tiempo, lo rápidamente que pasaban los días o las semanas, aunque de todas formas para ella había transcurrido mucho tiempo en aquel año. Solamente había cumplido los diecisiete hacía poco, y a veces se sentía cómo si tuviese muchos más años...cómo si tuviese la edad e Chris, quizás, o varios miles de años. Pero prefería la primera comparación. Selene sonrió ampliamente cuando sacó las flores para ella.
-¡Oh...son preciosas!¡No era necesario!¡Gracias!-exclamó Selene mientras cogía las flores y las miraba maravillada. Luego fue invitada a sentarse y eso fue justamente lo que hizo, mientras sus pensamientos revoloteaban cómo si estuviesen bailando al son de la música. No queda muy claro qué música, pero en el caso de Selene siempre es una música rápida, inquieta. Rió cuando mencionó aquello de que no dejaban de suspirar por ella. Vio hacia dónde miraba su amigo, dónde un hombre la miraba de una forma que reconoció casi de inmediato...Selene se apresuró a devolverle la sonrisa de forma coquetea y algo pícara, luego volvió a mirar a su amigo.
-Qué se le va a hacer...es imposible que los hombres caigan ante los encantos de una-modestia aparte. Selene podía ser generosa y tener un gran corazón y ayudar cuando se la necesitara, pero la modestia no era precisamente una de sus virtudes precisamente. Si pensaba algo, lo decía, aunque fuera respecto a ésto. Volvió a lanzarle una sonrisa pícara al hombre, mandándole un saludo y todo, y luego se dispuso a responder a la pregunta de Chris. Habían pasado muchas cosas desde su ausencia. ¡Tantísimas cosas...!
-Mejor y peor. Algunas cosas han salido bien y otras no, pero por lo general casi todo sigue igual...mi primo está aquí. Está más claro que el agua. Creo que hablamos de ello la otra vez, pero ahora la certeza está hecha. ¿Sabes por qué? Porque Isaac me ha robado esa reliquia de la que te hablé. Fue él al final. Alguna razón tuvo para ello. Pero tengo la esperanza de poder hablar con él muy pronto, de que podamos verle al final. Por otro lado me estoy volviendo medio loca porque estoy comenzando a desarrollar un poder nuevo...¿has oído hablar de la atmokinesis? Pues es bien complicada...así que no te extrañe si en algún momento el viento de fuera se ralentiza un poco, si cae nieve de repente o si de repente le cae un rayo a un pobre gato...aún no lo controlo del todo...a veces es cómo una resaca-comenzó a contar Selene. Había más cosas, pero lo cierto es que quería preguntarle otra cosa. Tenía curiosidad.-Bueno...¿cómo te ha ido a ti la vida durante todo éste tiempo que no nos hemos visto?
Selene Ladomie- Condenado/Hechicero/Clase Media
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Re: Reencuentro en el Restaurante "Elissabetta" (Selene)
Mi mirada le seguía en cada palabra que sacaba de su boca, le estaba facilitando demasiada información ademas de conocer bien que era lo que le pasaba y como había estado estos meses. La reliquia había sido robada por Isaac eso era un hecho ya confirmado, la reliquia estaba bajo la protección de Selene y no era probable que escapara de su vista así nomas, a menos que sea alguien muy cercano a quien ella no tuviera la intención de controlar o bajo quien no tuviera efecto tales poderes.
-La locura debería ser temporal - dijo riendo.
-Lamento lo de la reliquia y temo por la atmokinesis que puedas llegar a desarrollar- ampliando una ceja mientras se disponía a correr el vaso vacío de la mesa.
-Va a ser mejor que hoy no bebas... ya sabes que odiaría morir por un rayo, no quiero ser el primero en morir isa de los de mi especie contemporánea-
Por mi cabeza cruzaron varias respuestas a sus consultas, no quería arruinar el reencuentro tirando toda la basura de pronto, no era el momento aun, ella tenia sus propios problemas también, sus inconvenientes personales y la velada mas tarde le daría el espacio necesario para expresarse y sincerarse un poco mas con ella. Antes que diera la respuesta fue interrumpido por la presencia del mozo que ahora reclamaba el pedido. Después de escuchar el pedido de Selene opte por solicitar un vino de reconocida marca sin alimentos sólidos según mi dieta me prescribía. Mentiras tras mentiras que el mismo se vivía armando solo para vivir entre los humanos lo mas cercano a ellos posible.
- Ando vagando como siempre, no cambian mucho mis cosas, algún que otro negocio pantalla para seguir siendo el "hombre destacado" en París pero son meras mentiras como siempre. Personalmente sigo mi rutinaria vida nocturna, no mucho mas que eso. Mi pasado sigue perdido por alguna extraña razón así que no ha vuelto a golpearme- contesté algo ofuscado, no por la charla sino por la simpleza en la que vivía en la actualidad. Era muy básico todo, se veía todo del mismo color.
-La locura debería ser temporal - dijo riendo.
-Lamento lo de la reliquia y temo por la atmokinesis que puedas llegar a desarrollar- ampliando una ceja mientras se disponía a correr el vaso vacío de la mesa.
-Va a ser mejor que hoy no bebas... ya sabes que odiaría morir por un rayo, no quiero ser el primero en morir isa de los de mi especie contemporánea-
Por mi cabeza cruzaron varias respuestas a sus consultas, no quería arruinar el reencuentro tirando toda la basura de pronto, no era el momento aun, ella tenia sus propios problemas también, sus inconvenientes personales y la velada mas tarde le daría el espacio necesario para expresarse y sincerarse un poco mas con ella. Antes que diera la respuesta fue interrumpido por la presencia del mozo que ahora reclamaba el pedido. Después de escuchar el pedido de Selene opte por solicitar un vino de reconocida marca sin alimentos sólidos según mi dieta me prescribía. Mentiras tras mentiras que el mismo se vivía armando solo para vivir entre los humanos lo mas cercano a ellos posible.
- Ando vagando como siempre, no cambian mucho mis cosas, algún que otro negocio pantalla para seguir siendo el "hombre destacado" en París pero son meras mentiras como siempre. Personalmente sigo mi rutinaria vida nocturna, no mucho mas que eso. Mi pasado sigue perdido por alguna extraña razón así que no ha vuelto a golpearme- contesté algo ofuscado, no por la charla sino por la simpleza en la que vivía en la actualidad. Era muy básico todo, se veía todo del mismo color.
Sean O'Rouke- Humano Clase Media
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Re: Reencuentro en el Restaurante "Elissabetta" (Selene)
Nunca sabes cuándo llegará el momento...
ni si estarás preparado para ello
-Tienes toda la razón. No beberé. Al menos no por ahora. Quizás me tome una copita de vino luego. Es una tentación que no podré resistir. Y no creo que pasara eso. Los rayos sólo aparecen cuando la tormenta es muy fuerte, y en París no hay la suficiente fuerza para eso, ni los brujos más poderosos la tienen siquiera. Aunque mi abuela lo intentó más de una vez, y para fulminar a más de uno. Eso no lo podía evitar. Intentaré controlar éste nuevo poder...pero estoy segura de que en el futuro será muy pero que muy útil-el vino era una tentación, tanto cómo otras cosas, y probablemente querría tomarse una copa luego, aunque fuera para sentir la dulzura del vino recorrer su lengua y su garganta. Debía de dejar de pensar en el vino cómo en...Selene, contrólate, no es el momento. Escuchó lo que dijo su amigo, olvidándose por fin del vino. El pasado seguía perdido. Aquel pasado que de todos modos le volvería a golpear tarde o temprano.
-El pasado siempre termina golpeándote. Tarde o temprano terminará haciéndolo, deberías tener cuidado con eso. Quizás ocurra mañana, o incluso puede que pasado, o dentro de un par de años. Aquí en París suceden a veces cosas muy pero que muy raras, incluso para gente cómo nosotros que podemos hacer cosas distintas.-dijo Selene, algo preocupada. El pasado era cómo el destino, una furcia que tarde o temprano terminaba apariendo detrás de las cortinas, cómo aquellos malditos fantasmas, para darte un susto o para hacerte desesperar. Éso lo sabía Selene demasiado bien. Quizás lo había sabido desde antes, y no precisamente por la experiencia, porque aún no había vivido lo suficiente cómo para que el pasado viniera para golpearla.
ni si estarás preparado para ello
-Tienes toda la razón. No beberé. Al menos no por ahora. Quizás me tome una copita de vino luego. Es una tentación que no podré resistir. Y no creo que pasara eso. Los rayos sólo aparecen cuando la tormenta es muy fuerte, y en París no hay la suficiente fuerza para eso, ni los brujos más poderosos la tienen siquiera. Aunque mi abuela lo intentó más de una vez, y para fulminar a más de uno. Eso no lo podía evitar. Intentaré controlar éste nuevo poder...pero estoy segura de que en el futuro será muy pero que muy útil-el vino era una tentación, tanto cómo otras cosas, y probablemente querría tomarse una copa luego, aunque fuera para sentir la dulzura del vino recorrer su lengua y su garganta. Debía de dejar de pensar en el vino cómo en...Selene, contrólate, no es el momento. Escuchó lo que dijo su amigo, olvidándose por fin del vino. El pasado seguía perdido. Aquel pasado que de todos modos le volvería a golpear tarde o temprano.
-El pasado siempre termina golpeándote. Tarde o temprano terminará haciéndolo, deberías tener cuidado con eso. Quizás ocurra mañana, o incluso puede que pasado, o dentro de un par de años. Aquí en París suceden a veces cosas muy pero que muy raras, incluso para gente cómo nosotros que podemos hacer cosas distintas.-dijo Selene, algo preocupada. El pasado era cómo el destino, una furcia que tarde o temprano terminaba apariendo detrás de las cortinas, cómo aquellos malditos fantasmas, para darte un susto o para hacerte desesperar. Éso lo sabía Selene demasiado bien. Quizás lo había sabido desde antes, y no precisamente por la experiencia, porque aún no había vivido lo suficiente cómo para que el pasado viniera para golpearla.
Selene Ladomie- Condenado/Hechicero/Clase Media
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