La beauté de la nuit {Mikelangelo Van Dort}

por **Nefertari L. Jareau** Lun Ago 05, 2013 9:07 pm

“Es peligro salir por la noche”, era la típica frase que me solían decir… Pero luego me decían; es por los ladrones, por los criminales… Son humanos, no tenía por qué temerlos a ellos. No soy tan débil, sé esconderme aunque no sepa correr muy rápidamente. Pero me gustaba sentirme libre de hacer lo que quisiera, me gustaba saber que podía controlar mi propia libertad… Sentir que podía decidir cosas en mi vida. Por esa simple razón, mientras mis padres dormían, desperté al mayordomo, sabiendo que no diría nadie a mis padres: al menos avisaba a alguien de que salía, por si no volvía pronto. Le dije que me iba a pasear, le aseguré que tendría mucho cuidado… Finalmente le sonreí dulcemente, como hacía con todas las personas, dándole las gracias de antemano por no decir nada.

Salí de la casa evitando hacer ruido. Me encaminé hacia el lago, era un lugar hermoso, pero finalmente decidí que cambiaría de lugar para mis escapadas nocturnas; me daba curiosidad una cosa. Quería ver cómo era el bello y bastante aterrador bosque. “La curiosidad mató al gato”, otra de las frases que me decían. Yo seguía sin entender el por qué de esa frase, no la entendía de verdad… ¿Qué tenía de peligroso que tuviera curiosidad por algo? Nada malo pasaría si no me metía nunca en problemas. Sonreí ante ese pensamiento, algo segura de mí misma, por segunda vez en aquella bella noche.

Mientras caminaba hacia el bosque miraba al cielo, apreciando la belleza de las estrellas. Me gustaba mirar hacia arriba, era como si al ver las estrellas pudiera seguir soñando sin que nadie me llamara loca por creer en cosas “extrañas”. Pero en todos los lugares había ese tipo de personas que creían en seres extraños, en misterios que toda persona racional se negaba a creer…

Finalmente, llegué al bosque. No me hizo falta buscar mucho para llegar a un árbol donde podía apoyar la espalda, dejándome caer suavemente, sin apartar la mirada de las hipnotizantes estrellas. Llegaba un vestido bastante simple, de color marrón clarito, que no hacía contraste con mi piel, aunque era un poco más oscuro. Puse bien mi vestido y, seguidamente, me peiné con las manos el pelo, el cual levaba suelto porque no me gustaba llevar ese tipo de peinados tan… ¿corrientes? Ahora mismo. A cada lugar que miraba podía ver al menos una persona con un peinado rarísimo, que parecía bastante original. Pero no, a mí me gustaba la simplicidad del pelo suelto, largo.

por **Mikelangelo Van Dort** Jue Ago 22, 2013 7:53 pm

Era una excelente noche para salir a pasear por el bosque, siempre me ha gustado ese fascinante lugar lleno de escondites, árboles y sombras. Recuerdo que en mi otra vida, solía salir a cabalgar por los senderos, sintiendo el viento en mi cara con esa sensación de libertad que me producía, cuando el sol acariciaba mi rostro sin quemar... Eran tiempos excelentes, mi caballo se detenía siempre junto a un riachuelo, que nunca más volví a ver después... ¿Se habrá secado? o simplemente ... ¿Habría desaparecido de mi mente, como para invocarlo físicamente otra vez?
Si, mi sentido de orientación al momento de mi transformación cambió rotundamente, ya nada era lo mismo que antes.

Aún asi, en este bosque era donde más me sentía cómodo... siempre había deseado ser un animal salvaje para poder vivir aquí. Pero ahora soy solo una bestía que pasa por aquí de vez en cuando solo para cazar una presa, sin darle importancia a la belleza del "estar aquí", el "comer aquí". Yo sé que algunos humanos suelen venir aquí para distraerse de sus quehaceres, para salir de su realidad, para sentirse libres, o para cometer alguna de sus aventuras, al igual como el adulterio. Comenzaba a sentir lo mismo de un tiempo a esta parte. ¿Podría un ser como yo llegar a este lugar sin tener obligadamente que llevarme algo a la boca? ... La verdad es que no lo sé, pero lo querría intentar.

Este bosque también me traía mucho recuerdos tanto malos como hermosos... La verdad es que simplemente, aveces solo me pasaba por aqui cuando mi inconciencia tomaba posesión sobre mi, y caminaba bajo su trance gracias a las torturas de mi propia mente, nunca he sabido si soy yo el que las provoca o es otra cosa... Pero siempre he pensado que mi mente tiene vida propia, y me lleva a los rincones mas pequeños y oscuros del bosque, esto pasaba cada vez que el bosque estaba húmedo, como en esta noche, y en esta noche era lo único que me daba una pequeño roce de incomodidad, pero lo ignoré. Solo porque hoy me sentía diferente, me sentía relajado. Me sentía ido, pero ido como en un paraíso donde nada ni nadie podría corromper.

Ese niño que había dentro de mi estaba caminando lentamente por el pasto seco por el otoño, y ahora frío por el invierno. Mi pisar era como si realmente, mi pie fuera el de un niño descalzo.. ¿Cómo podía llegar a sentir eso en esta oportuna noche?... Comenzaba a cuestionarme sin entender, al igual que si fuese un niño lleno de preguntas. Realmente, mi niño interior salio aquella noche sin yo saberlo, sin yo esperármelo, y disfrutaba de su acogedor y pequeño regazo.

Estas sensaciones se cortaron de golpe cuando cruzando un tramo de metros, posicionándome detrás del tronco de un árbol con la mitad de mi rostro, divisé a una joven.. si una jovencita de sangre caliente, fresca y exquisita, lo cual comenzó a hacerse agua la boca, la observé un par de largos minutos, esbozando una sonrisa, con los colmillos sobresalientes en mi rostro, y mis ojos intensamente activos y brillosos, cual fosoforescente estrella barada en medio de la nada.
Volví a esconderme tras el tronco. Sentía que algo me estaba deteniendo. Al observarle, y sentir su esencia instantánea, ella solo me producía paz, un paz que no quería corromper.
Volví a observarle, saliendo tras las sombras y le miré algo mucho más pálido, signo de pacífico de mi propio estado. Siempre he tenido compasión por los humanos y sus vidas, pues son pocos los que buscan su propia muerte. Tienen una visión tan retorcida del suicidio que me dá lástima pensar en darles la muerte con una razón tan pobre como "No quiero vivir más", porque no les va bien económicamente, o porque no les va bien el amor, una de las causas mayores que culmina con una soga al cuello, con veneno o simplemente con la posesión a manos de una bestia... una bestia asi como yo.

Es por eso que mi conciencia estaba tan activa esa noche, al igual que mis sentidos, por lo que no me quise dejar llevar solo por la sed, o por la locura, o por la regla de que si vengo al bosque, vengo solo a buscar mi alimento.
No quería asustarle por lo que me mantuve a distancia, y me senté al igual que ella afirmado del tronco del árbol de enfrente, le miré un par de momentos, lo suficiente como para inundar en ella la curiosidad, y ver en su mirada curiosa las ansias de conocer, experimentar y creer, que no solamente existen humanos en este mundo.

Me quedé tranquilo allí, esperando a alguna respuesta desde el otro extremo. Mas de todas formas era una noche especial para mi y quería disfrutarla en calma, si deseaba acompañarme yo no le cerraría las puertas. Y si no, era perfecto para mi también. Mi disposición a sentirme cómodo, y en paz era mucho más fuerte, como para apartarme de la hermosa jovencita, blanca, con la textura suave de su piel que se podía ver a simple vista, con un vestido sencillo en color marrón claro. Su fino cabello brillaba a la luz de las estrellas, haciéndome entender, cuán cómoda se sentía ella con el cabello suelto, sin amarres ni nada de peinados. Sonreí al pensar tales cosas de ella, en tan pocos segundos sin conocerle profundamente, por lo cual esta noche.. si aceptaría estar equivocado.

Spoiler:

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