AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Espiando (Elisabeth)
2 participantes
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Espiando (Elisabeth)
Recuerdo del primer mensaje :
Había desplegado fuentes por toda la ciudad. El resto de truhanes, ladrones y pilluelos se encontraban día y noche espiando a la señorita Elisabeth DelaCroix. Por supuesto obtenían ciertas recompensas; ayudas, susurros, información...Tdodo me parecía poco en comparación. Necesitaba que todos la vigilaran día y noche por si había algún cambio en su comportamiento o su físico.
Sin embargo aquel día decidí seguirla yo. Iba acompañada por dos mujeres más y no dejaban de entrar de tienda en tienda. Cada vez salían con un mayor número de bolsas que le entregaban a lo que parecía ser un lacayo. Elisabeth, no obstante, no compraba nada. Se mantenía cabizbaja todo el tiempo.
Trepé hasta un tejado bajo para saltar a uno más alto. Desde allí podía ver su cabellera oscura y seguirla con la vista durante todo su trayecto. Contemplé como en un descuido de sus acompañantes ella entraba en una tienda de brujería.
Me deslicé por un lateral y también decidí entrar. El lugar era lo bastante amplio como para que me costara encontrarla. Pero no tardé en divisarla.
-¿Eres una bruja?-le pregunté en un susurro esperando a que se diese la vuelta.
Había desplegado fuentes por toda la ciudad. El resto de truhanes, ladrones y pilluelos se encontraban día y noche espiando a la señorita Elisabeth DelaCroix. Por supuesto obtenían ciertas recompensas; ayudas, susurros, información...Tdodo me parecía poco en comparación. Necesitaba que todos la vigilaran día y noche por si había algún cambio en su comportamiento o su físico.
Sin embargo aquel día decidí seguirla yo. Iba acompañada por dos mujeres más y no dejaban de entrar de tienda en tienda. Cada vez salían con un mayor número de bolsas que le entregaban a lo que parecía ser un lacayo. Elisabeth, no obstante, no compraba nada. Se mantenía cabizbaja todo el tiempo.
Trepé hasta un tejado bajo para saltar a uno más alto. Desde allí podía ver su cabellera oscura y seguirla con la vista durante todo su trayecto. Contemplé como en un descuido de sus acompañantes ella entraba en una tienda de brujería.
Me deslicé por un lateral y también decidí entrar. El lugar era lo bastante amplio como para que me costara encontrarla. Pero no tardé en divisarla.
-¿Eres una bruja?-le pregunté en un susurro esperando a que se diese la vuelta.
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
Miré la bolsita que Elisabeth puso sobre mi mano.Pesaba. Pesaba mucho. La miré confundido, pero lo entendí. Ella no era como yo, no se había criado en mitad de un grupo de ladrones. Ella veía la acción de robar mal mientras que para mí era mi forma de subsistir. Le devolví la bolsa.
-Hagamos un trato...Lo pagas tú, pero yo en cuento pueda te devuelvo el dinero-no me sentía cómodo sabiendo que ella tenía que correr con los gastos de la montura-¿Qué te parece? Tardaré un poco en cnseguirlo, pero sé que si rob...Que si trabajo mucho lo conseguiré-dije pensando en la abastecedora de vinos. Esperaba que Madame Algren pagase un buen sueldo, sino tendría que buscar un trabajo urgentemente para poder pagarle a ella el caballo. por ser gitano lo tenía complicadísimo.
Nos dirigimos hacia el caballo y el vendedor. El hombre pareció asustarse al verme amí, por lo que fruncí el ceño cuando su vista se dirigió de mis pendientes al tatuaje que se transparentaba ligeramente a través de la camisa blanca.
-¿Qué desea el señor?-la última palabra la dijo con retintín y yo apreté los puños en los costados.
-En realidad es la señorita. Yo sólo soy su criado-mentí echándome a un lado para que viera a Elisabeth. Sus ojillos de cerdo la recorrieron de arriba a abajo para acabar formando una sonrisa lasciva.
-¿Señorita, puedo ayudarla en algo?
Elisabeth comenzó a regatear con el hombre mientras yo observaba. No me gustaba nada la pinta de aquel estúpido ni como la miraba. Ya podía ser más respetuoso con una dama que venía acompañada aunque claro, yo era como si no exisitiera. Su vista no se posaba más de dos segundos en mi rostro y hablaba dándome la espalda ligeramente. Me dieron ganas de saltar sobre el caballo y echar a correr mientras me reía malévolamente.
-Hagamos un trato...Lo pagas tú, pero yo en cuento pueda te devuelvo el dinero-no me sentía cómodo sabiendo que ella tenía que correr con los gastos de la montura-¿Qué te parece? Tardaré un poco en cnseguirlo, pero sé que si rob...Que si trabajo mucho lo conseguiré-dije pensando en la abastecedora de vinos. Esperaba que Madame Algren pagase un buen sueldo, sino tendría que buscar un trabajo urgentemente para poder pagarle a ella el caballo. por ser gitano lo tenía complicadísimo.
Nos dirigimos hacia el caballo y el vendedor. El hombre pareció asustarse al verme amí, por lo que fruncí el ceño cuando su vista se dirigió de mis pendientes al tatuaje que se transparentaba ligeramente a través de la camisa blanca.
-¿Qué desea el señor?-la última palabra la dijo con retintín y yo apreté los puños en los costados.
-En realidad es la señorita. Yo sólo soy su criado-mentí echándome a un lado para que viera a Elisabeth. Sus ojillos de cerdo la recorrieron de arriba a abajo para acabar formando una sonrisa lasciva.
-¿Señorita, puedo ayudarla en algo?
Elisabeth comenzó a regatear con el hombre mientras yo observaba. No me gustaba nada la pinta de aquel estúpido ni como la miraba. Ya podía ser más respetuoso con una dama que venía acompañada aunque claro, yo era como si no exisitiera. Su vista no se posaba más de dos segundos en mi rostro y hablaba dándome la espalda ligeramente. Me dieron ganas de saltar sobre el caballo y echar a correr mientras me reía malévolamente.
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
No respondí a su trato ya que quería que aceptara pero no estaba dispuesta a aceptar el dinero que le costaría tanto conseguir. A mi me sobraba y no lo necesitaba, él podía invertirlo en cosas más importantes que ese capricho. Algo que sí hice fue sonreír complacida al ver como usaba la palabra trabajar en lugar de robar. No quería cambiarlo ni que dejase de ser como era pero, que al menos hiciera el intento de mejorar decía mucho de él y también de lo que sentía hacia mí. Al menos respeto.
Caminamos hacia el vendedor al cual miré con el ceño fruncido por la despectiva mirada que lanzó a Cam. No era justo que lo juzgase de esa forma aunque a mí en ese momento no me convenía enzarzarme en una larga discusión moral con él. Necesitábamos ese caballo enseguida.
Cuando mi acompañante se asignó el título de criado la cosa no mejoró. No quería que se sintiese inferior a mí ni que los demás lo vieran así. Era mi amigo, el hombre que me había hecho mujer y por el cual empezaba a sentir algo más que atracción física, no era justo aquel desprecio pero la vida nunca lo era y si a mí no me importaba que fuera gitano, lo que pensaran los demás era mínimamente importante.
Tras regatear unas cuantas monedas menos, sonreí victoriosa al ver como al final el soportar la tensión de aquellos dos hombres y la repulsión que me causaba la mirada de aquel tipo que estaba en todos lados menos en mi rostro, había valido la pena.
-Aquí tiene-dije sin borrar la expresión alegre, poniendo en su mano la bolsita menos las pocas monedas que la montura me había dejado, estas se las pasé a Cam antes de coger las riendas del caballo y comenzar a andar con él hasta salir a un camino de carruajes, no era plan de arrollar a nadie.-Espero que sepas montar...
Por suerte yo había tenido mi propio caballo en España y desde que era una niña me habían enseñado equitación por lo que ese galope no sería ningún reto excepto si tenía que ir sosteniendo al chico para que no se cayera por el camino.
Sin ningún recato, me subí remangándome el vestido en el lomo del animal. No había tiempo de montar a lo amazona ni con clase, además, me daba igual si me veían haciendo aquella exibición de mostrar las rodillas, había hecho cosas peores y lo peor que me había pasado era un par de guantazos. Nada sin importancia.
-¿Subes o te quedas aquí?-pregunté con una sonrisa traviesa en el rostro sintiendo las miradas sobre nosotros. Sí, todo un escándalo
Caminamos hacia el vendedor al cual miré con el ceño fruncido por la despectiva mirada que lanzó a Cam. No era justo que lo juzgase de esa forma aunque a mí en ese momento no me convenía enzarzarme en una larga discusión moral con él. Necesitábamos ese caballo enseguida.
Cuando mi acompañante se asignó el título de criado la cosa no mejoró. No quería que se sintiese inferior a mí ni que los demás lo vieran así. Era mi amigo, el hombre que me había hecho mujer y por el cual empezaba a sentir algo más que atracción física, no era justo aquel desprecio pero la vida nunca lo era y si a mí no me importaba que fuera gitano, lo que pensaran los demás era mínimamente importante.
Tras regatear unas cuantas monedas menos, sonreí victoriosa al ver como al final el soportar la tensión de aquellos dos hombres y la repulsión que me causaba la mirada de aquel tipo que estaba en todos lados menos en mi rostro, había valido la pena.
-Aquí tiene-dije sin borrar la expresión alegre, poniendo en su mano la bolsita menos las pocas monedas que la montura me había dejado, estas se las pasé a Cam antes de coger las riendas del caballo y comenzar a andar con él hasta salir a un camino de carruajes, no era plan de arrollar a nadie.-Espero que sepas montar...
Por suerte yo había tenido mi propio caballo en España y desde que era una niña me habían enseñado equitación por lo que ese galope no sería ningún reto excepto si tenía que ir sosteniendo al chico para que no se cayera por el camino.
Sin ningún recato, me subí remangándome el vestido en el lomo del animal. No había tiempo de montar a lo amazona ni con clase, además, me daba igual si me veían haciendo aquella exibición de mostrar las rodillas, había hecho cosas peores y lo peor que me había pasado era un par de guantazos. Nada sin importancia.
-¿Subes o te quedas aquí?-pregunté con una sonrisa traviesa en el rostro sintiendo las miradas sobre nosotros. Sí, todo un escándalo
Elisabeth M. Delacroix- Humano Clase Alta
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 15/07/2010
Edad : 33
Re: Espiando (Elisabeth)
Salté a la grupa del animal y me coloqué tras Elisabeth sonriente. Sin duda alguna todos nos estarían mirando por las maneras "poco femeninas" de Elisabeth y su compañía. Quizás algunos ya la habían reconocido. Me eché a reír al pensar en las habladurías de la ciudad. Iban a tener tema de conversación durante semanas desde luego.
-Claro que sé montar, Madame Delacroix-dije fingiendo enfado-.Pero creo que usted sabe llevar las riendas estupendamente.
El caballo comenzó con un ligerísimo trote para salir de aquel lugar atestado de gente. Le iba dando indicaciones por el camino a Elisabeth de que calles eran atajos y cuales estarían demasiado llenas para pasar. No tardamos muchos en sustituir los adoquines por una alfombra de hierba verde y aire más puro. Inspiré para llenarme los pulmones antes de adentrarnos en el bosquecillo que actuaba de barrera entre nosotros y el resto del mundo.
-Cuando lleguemos hay que llevar cuidado-le advertí-últimamente han puesto ultramodernísimas trampas para atrapar seres sobrenaturales-suspiré-. Este bosque está repelto de cosas terribles-entorné los ojos intentadó averiguar si habían extendido las trampas hasta el exterior, pero no había ningún signo delator. Me agarré con fuerza a la cintura de Elisabeth cuando el caballo se detuvo de sopetón para comer.
Aguardamos hasta que acabó, pues la caminata había sido larga y todo el tiempo corriendo. Cuando el animal se encontró satisfecho reanudó la marcha con paso tranquilo; como ya estábamos bastante cerca no me importó demasiado. Antes de llegar a la linde lo hicimos detenerse y bajé de la grupa de un salto. Me metí los dedos en la boca para silbar la señal que habíamos acordado.
Un grupo de gitanos apareció por varios lugares y desactivaron redes, pinchos que se lanzaban y demás para que pudiésemos pasar. Miraron un tanto sorprendidos a Elisabeth, pero se ahorraron los comentarios. Conduje el caballo hasta el centro mismo del campamento donde lo até a unos postes junto a otros de su misma especie. Tendí una mano a Elisabeth con la excusa de ayudarla bajar, pero sólo quería sentir su piel contra la mía.
Un grupo de curiosos nos observaron mientras la llevaba hasta mi carreta, donde la abuela estaría hciendo alguno de sus hechizos.
-¿Preparada para conocerla?-le pregunté sonriente.
-Claro que sé montar, Madame Delacroix-dije fingiendo enfado-.Pero creo que usted sabe llevar las riendas estupendamente.
El caballo comenzó con un ligerísimo trote para salir de aquel lugar atestado de gente. Le iba dando indicaciones por el camino a Elisabeth de que calles eran atajos y cuales estarían demasiado llenas para pasar. No tardamos muchos en sustituir los adoquines por una alfombra de hierba verde y aire más puro. Inspiré para llenarme los pulmones antes de adentrarnos en el bosquecillo que actuaba de barrera entre nosotros y el resto del mundo.
-Cuando lleguemos hay que llevar cuidado-le advertí-últimamente han puesto ultramodernísimas trampas para atrapar seres sobrenaturales-suspiré-. Este bosque está repelto de cosas terribles-entorné los ojos intentadó averiguar si habían extendido las trampas hasta el exterior, pero no había ningún signo delator. Me agarré con fuerza a la cintura de Elisabeth cuando el caballo se detuvo de sopetón para comer.
Aguardamos hasta que acabó, pues la caminata había sido larga y todo el tiempo corriendo. Cuando el animal se encontró satisfecho reanudó la marcha con paso tranquilo; como ya estábamos bastante cerca no me importó demasiado. Antes de llegar a la linde lo hicimos detenerse y bajé de la grupa de un salto. Me metí los dedos en la boca para silbar la señal que habíamos acordado.
Un grupo de gitanos apareció por varios lugares y desactivaron redes, pinchos que se lanzaban y demás para que pudiésemos pasar. Miraron un tanto sorprendidos a Elisabeth, pero se ahorraron los comentarios. Conduje el caballo hasta el centro mismo del campamento donde lo até a unos postes junto a otros de su misma especie. Tendí una mano a Elisabeth con la excusa de ayudarla bajar, pero sólo quería sentir su piel contra la mía.
Un grupo de curiosos nos observaron mientras la llevaba hasta mi carreta, donde la abuela estaría hciendo alguno de sus hechizos.
-¿Preparada para conocerla?-le pregunté sonriente.
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
off: perdona la tardanza; últimamente estoy teniendo problemillas y no puedo contestar tan rápido como antes
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
Con él tras de mí y una sonrisa en el rostro nos conduje a través de la multitud hasta llegar por fin a plena naturaleza en la cual admiré la belleza de ese día, cosa que desde el burgo no era muy posible de hacer. Obedecí su advertencia y con sumo cuidado nos deslicé entre árboles hasta divisar el campamento. Cam me hizo frenar para bajar del caballo y...¿llamar? con un silbido a alguien o algo. Esperé inquieta a que apareciera lo que fuese y así fue, un grupo de los suyos llegó de la nada mirándome como si tuviera tres ojos o algo así. Verdaderamente incómoda me dejé llevar por mi acompañante aún subida en el caballo del cual solo bajé cuando el chico me ofreció la mano , innecesaria pero agradecida, para que bajase por lo que la tomé y me dejé caer del caballo hasta el suelo frente a él.
Caminamos por el campamento donde más personas nos miraban sorprendidos al igual que a nuestras manos unidas. No estaba segura de estar lista al igual que no lo estaba de estar allí pero...debía ser valiente y no tener nada que esconder mejoraba las cosas o al menos yo no creía tener nada que esconder.
-No pero quiero hacerlo-dije correspondiendo a su sonrisa con otra más débil. El saber que él estaba a mi lado lograba tranquilizarme y hacerme sentir segura. Siempre había tenido ese efecto sobre mí y más desde aquel encuentro a partir del cual me costaba estar sin él.-Vamos-respondí tirando de él en dirección a aquella carreta que estaba a escasos metros de nosotros.
Sin querer molestar algún asunto importante, golpeé con suavidad la madera de la puerta de esta sin mirar al interior. No quería empezar con mal pie ya que Cam parecía querer mucho a su abuela y yo, no quería meterme en medio de ellos dos estropeando aquella relación. ¿Y si yo no le parecía buena para su nieto? Tal vez no había sido buena idea ir pero ya no había vuelta atrás y, nos podría ayudar a saber el futuro ya que era medio bruja. Solo debía tratarla con respeto y... ¿por qué estaba tan nerviosa? Solo iba a conocer a un familiar de un amigo... y por alguna otra rara razón la palabra amigo se me atragantó.
Antes de que pudiera seguir liándome yo sola se escuchó una voz de mujer invitándonos a pasar por lo que abrí aquella puerta y me adentré en el lugar que parecían vivir. Era pequeño pero acogedor, justo lo que siempre le había faltado a mi hogar. Me sonrojé al sentir la mirada de aquella anciana señora sobre mí por lo que desvié mi vista al suelo musitando un leve: "Buenos días, madame"
off: No te preocupes ^^
Caminamos por el campamento donde más personas nos miraban sorprendidos al igual que a nuestras manos unidas. No estaba segura de estar lista al igual que no lo estaba de estar allí pero...debía ser valiente y no tener nada que esconder mejoraba las cosas o al menos yo no creía tener nada que esconder.
-No pero quiero hacerlo-dije correspondiendo a su sonrisa con otra más débil. El saber que él estaba a mi lado lograba tranquilizarme y hacerme sentir segura. Siempre había tenido ese efecto sobre mí y más desde aquel encuentro a partir del cual me costaba estar sin él.-Vamos-respondí tirando de él en dirección a aquella carreta que estaba a escasos metros de nosotros.
Sin querer molestar algún asunto importante, golpeé con suavidad la madera de la puerta de esta sin mirar al interior. No quería empezar con mal pie ya que Cam parecía querer mucho a su abuela y yo, no quería meterme en medio de ellos dos estropeando aquella relación. ¿Y si yo no le parecía buena para su nieto? Tal vez no había sido buena idea ir pero ya no había vuelta atrás y, nos podría ayudar a saber el futuro ya que era medio bruja. Solo debía tratarla con respeto y... ¿por qué estaba tan nerviosa? Solo iba a conocer a un familiar de un amigo... y por alguna otra rara razón la palabra amigo se me atragantó.
Antes de que pudiera seguir liándome yo sola se escuchó una voz de mujer invitándonos a pasar por lo que abrí aquella puerta y me adentré en el lugar que parecían vivir. Era pequeño pero acogedor, justo lo que siempre le había faltado a mi hogar. Me sonrojé al sentir la mirada de aquella anciana señora sobre mí por lo que desvié mi vista al suelo musitando un leve: "Buenos días, madame"
off: No te preocupes ^^
Elisabeth M. Delacroix- Humano Clase Alta
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 15/07/2010
Edad : 33
Re: Espiando (Elisabeth)
Tras un breve silencio la voz de la abuela nos invitó a pasar. Entramos y Elisabeth la saludó formalmente. Intuí que estaba un poco nerviosa, por lo que miré a la abuela alzando las cejas, esperando a que acabase de atar cabos en su mente. Luego se puso en pie. No era una mujer alta y además contaba con unos kilos de más que la hacían moverse con lentitud, como para acentuar su vejez. Sin embargo, sus ojos oscuros, su expresión seria y el cabello blanco le daban un toque autoritario que hacía que todos cuanto estaban a su alrededor se irguieran y clavasen los ojos en el suelo, amedrentados.
Pero, claro, la abuela, dentro de sus dominios, podía permitirse ser una mujer menos seria. Sonrió conforme se nos acercaba y alzó sus brazos haciendo tintinear los cientos de pulseras que adonaban sus brazos. Puso sus manos en los hombros de Elisabeth y le acarició el rostro con delicadeza.
-Es una hermosa gadji- empleó la palabra romaní que significaba "mujer blanca". La abuela usaba pocas veces el lenguaje antiguo, ya que se consideraba pasado de moda. Auque yo la había oído en sus rezos y cánticos nombrar los elementos y los nombres de las cosas en aquel lenguaje. Algo había aprendido de ella, claro, pero rara vez usaba alguna palabra suelta.
-Abuela, ésta es Elisabeth, una amiga muy especial-dije evitando dar más detalles. La abuela enarcó las cejas un segundo pero siguió sin perder la suave sonrisa maternal que adoranaba su rostro-. Hemos topado con una bruja que ahora mismo se encuentra en posesión de uno de sus cabellos, y que además parecía conocerte...
Le relatamos la historia rápidamente, omitiendo el detalle de que aquella mujer había querido llevarme a la noche de la muerte de mis padres. Quizás, algún día, si mi abuela no acababa con ella, podía acercarme y echar un simple vistazo al pasado....
La abuela escuchó en silencio impertérrita. Luego inclinó la cabeza hacia Elisabeth y acarició su cabello.
-Un arma poderosa...-murmuró. Luego pareció despertar y agarró la mano de Elisabeth-Sígueme, muchacha. Y dirígete a mi como Fiona-le sonrió-. Tranquila, no será nada. Sólo vamos a echar algunos hechizos de protección.
Las seguí a ambas hasta la habitación de la abuela. Era su zona privada, mientras que yo tenía que dormir en la otra habitación que hacía las veces de salita. Me senté en su cama e instantáneamente de debajo de ella salió Payaso, mi perro tuerto y pulgoso. Le acaricié la cabecita y él se sentó a mis pies observando como la abuela rebuscaba en su pequeño baúl. Elisabeth estaba a su lado. Busqué sus ojos y le sonreí, iinfundiéndole ánimos. Ella era fuerte y unos pocos conjuros no la asustarían.
Tras un rato de silencio me di cuento de que la abuela nos miraba atenta al intercambio de miradas que se había producido. Cerró los ojos y dijo en voz alta:
-Igual que el padre, el hijo.
Después, con un suspiro le tendió a Elisabeth un unguento de aspecto pegajoso.
Pero, claro, la abuela, dentro de sus dominios, podía permitirse ser una mujer menos seria. Sonrió conforme se nos acercaba y alzó sus brazos haciendo tintinear los cientos de pulseras que adonaban sus brazos. Puso sus manos en los hombros de Elisabeth y le acarició el rostro con delicadeza.
-Es una hermosa gadji- empleó la palabra romaní que significaba "mujer blanca". La abuela usaba pocas veces el lenguaje antiguo, ya que se consideraba pasado de moda. Auque yo la había oído en sus rezos y cánticos nombrar los elementos y los nombres de las cosas en aquel lenguaje. Algo había aprendido de ella, claro, pero rara vez usaba alguna palabra suelta.
-Abuela, ésta es Elisabeth, una amiga muy especial-dije evitando dar más detalles. La abuela enarcó las cejas un segundo pero siguió sin perder la suave sonrisa maternal que adoranaba su rostro-. Hemos topado con una bruja que ahora mismo se encuentra en posesión de uno de sus cabellos, y que además parecía conocerte...
Le relatamos la historia rápidamente, omitiendo el detalle de que aquella mujer había querido llevarme a la noche de la muerte de mis padres. Quizás, algún día, si mi abuela no acababa con ella, podía acercarme y echar un simple vistazo al pasado....
La abuela escuchó en silencio impertérrita. Luego inclinó la cabeza hacia Elisabeth y acarició su cabello.
-Un arma poderosa...-murmuró. Luego pareció despertar y agarró la mano de Elisabeth-Sígueme, muchacha. Y dirígete a mi como Fiona-le sonrió-. Tranquila, no será nada. Sólo vamos a echar algunos hechizos de protección.
Las seguí a ambas hasta la habitación de la abuela. Era su zona privada, mientras que yo tenía que dormir en la otra habitación que hacía las veces de salita. Me senté en su cama e instantáneamente de debajo de ella salió Payaso, mi perro tuerto y pulgoso. Le acaricié la cabecita y él se sentó a mis pies observando como la abuela rebuscaba en su pequeño baúl. Elisabeth estaba a su lado. Busqué sus ojos y le sonreí, iinfundiéndole ánimos. Ella era fuerte y unos pocos conjuros no la asustarían.
Tras un rato de silencio me di cuento de que la abuela nos miraba atenta al intercambio de miradas que se había producido. Cerró los ojos y dijo en voz alta:
-Igual que el padre, el hijo.
Después, con un suspiro le tendió a Elisabeth un unguento de aspecto pegajoso.
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
Aquella mujer de aspecto imponente con tan solo su presencia, me trató de forma tierna desde el primer momento que se fijó en mí. No pude evitar sonreír de forma tímida al sentir sus manos en mi rostro pero sin saber a qué se refería con aquella palabra. Sería de su lengua natal, supuse, pero no parecía tener ningún mal significado. Era agradable el que te recibieran con los brazos abiertos sin importar quien fueras...tal vez por eso me gustaba tanto ese mundo. Pese a que no parecía haberle caído mal a la señora, mis mejillas estaban completamente ruborizadas y mis manos jugueteaban nerviosas con mi vestido. No se si fueron las palabras de Cam o la simple presencia de aquella mujer las que provocaron y mantuvieron ese efecto en mí. Me sentía segura, demasiado como para darme miedo lo que pudieran hacer con mi cabello.
Dejé que el propio chico explicase todo mientras dejaba mi mirada posada en el suelo. Había sido una estúpida por entrar a esa tienda pero ya no había marcha atrás, debía arreglar el error y al parecer, ella nos iba a ayudar, estaba dispuesta a hacerlo. Me guió por el pequeño hogar rodante hasta llegar a una habitación ¿la suya?. Me sentí privilegiada de estar ahí, y como no, de que me permitiera usar su nombre de pila, pero, no me atreví a mirar nada que no fuera Cam y su perro. Adoraba a los animales y ese me parecía una dulzura no por su aspecto físico si no por el cariño y la lealtad que destilaba.
Agradecí el apoyo que me brindó con tan solo una sonrisa a la cual correspondí con otra que no duró mucho. Me sobresalté al escuchar las palabras de la anciana sin entenderlas pero, no pude apartar mi vista de sus párpados cerrados. ¿A qué se refería?¿Habría descubierto algo? Por puro acto reflejo llevé las manos a mi vientre como si eso pudiera cubrir algo y es que no pensé en nada antes de aquella reacción. Aquella mujer era demasiado sabia para poder engañarla por lo que terminé resignándome.
Fruncí el ceño apartándolas de mi cuerpo para coger aquel recipiente que no tenía ninguna buena pinta. ¿Para qué sería?
-¿Qué es?-pregunté con curiosidad obviando su comentario anterior al que no dejaba de darle vueltas. Con aire despreocupado olisqueé aquel brebaje que desprendía un olor que se mantenía en un umbral de neutralidad. Era agradable pero no llegaba a tener un buen aroma. Mi otro impulso fue llevar un dedo para tocar la masa que parecía viscosa pero, logré controlar mis impulsos y quedarme quieta, atenta a una explicación.
Dejé que el propio chico explicase todo mientras dejaba mi mirada posada en el suelo. Había sido una estúpida por entrar a esa tienda pero ya no había marcha atrás, debía arreglar el error y al parecer, ella nos iba a ayudar, estaba dispuesta a hacerlo. Me guió por el pequeño hogar rodante hasta llegar a una habitación ¿la suya?. Me sentí privilegiada de estar ahí, y como no, de que me permitiera usar su nombre de pila, pero, no me atreví a mirar nada que no fuera Cam y su perro. Adoraba a los animales y ese me parecía una dulzura no por su aspecto físico si no por el cariño y la lealtad que destilaba.
Agradecí el apoyo que me brindó con tan solo una sonrisa a la cual correspondí con otra que no duró mucho. Me sobresalté al escuchar las palabras de la anciana sin entenderlas pero, no pude apartar mi vista de sus párpados cerrados. ¿A qué se refería?¿Habría descubierto algo? Por puro acto reflejo llevé las manos a mi vientre como si eso pudiera cubrir algo y es que no pensé en nada antes de aquella reacción. Aquella mujer era demasiado sabia para poder engañarla por lo que terminé resignándome.
Fruncí el ceño apartándolas de mi cuerpo para coger aquel recipiente que no tenía ninguna buena pinta. ¿Para qué sería?
-¿Qué es?-pregunté con curiosidad obviando su comentario anterior al que no dejaba de darle vueltas. Con aire despreocupado olisqueé aquel brebaje que desprendía un olor que se mantenía en un umbral de neutralidad. Era agradable pero no llegaba a tener un buen aroma. Mi otro impulso fue llevar un dedo para tocar la masa que parecía viscosa pero, logré controlar mis impulsos y quedarme quieta, atenta a una explicación.
Elisabeth M. Delacroix- Humano Clase Alta
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 15/07/2010
Edad : 33
Re: Espiando (Elisabeth)
- Es para tu piel, hay algunas hierbas que mezcladas con sangre de ciertos animales producen un extraño efecto que impide la posesión de espíritus-la abuela lo abrió y se echó un poco en las manos para restregárselas a Elisabeth por los pálidos brazos-. Voy a ponerte sortilegios y a invocar seres guardianes para ti y a veces se cuala algún demonio o espíritu travieso. Cuando acabes de echártela pásasela a Cam, no queremos que comience a hblar en lenguas extrañas, ¿verdad?
Sonreí y mientras Elisabeth se aplicaba la espesa mezcla saqué a Payaso fuera de la carreta. Los espíritus y demonios solían poseer la facultad de poseer animales y no quería tener que sacrificar a mi mejor amigo. Cuando me aseguré de que Payaso se había marchado con un grupo de niño volví a la habitación nuevamente.
La abuela se había aplicado un únguento distinto en la piel y se dibujaba pequeños símbolos en la piel con henna. Lo reconocía como runas que citaban ensalmos poderosos y algún pasaje de la biblia escrito en latín. Ella era muy precavida y no me cabía duda de que iba a usar sus mejores armas para proteger a Elisabeth.
-Cam, salte fuera. Ella ha de echárselo por todo el cuerpo-me riñó la abuela acercándose a Elisabeth para ayudarla a desabrocharse el corpiño.
-No hay nada que yo no haya vi...-me callé y agaché la cabeza enrojeciendo-. Sí, será mejor que me salga un rato a que me dé el aire. Tanta brujería está empezando a ponerme de mal humor.
Sólo imaginar que Elisabeth estaba desnuda al otro lado hacía que los pelos del cogote se me erizaran. Me obligué a contemplar el suelo con fijeza hasta que la abuela me dio permiso para entrar y Elisabeth salió. Me tocaba a mí untarme entero.
-Así que esa chica y tú...-comenzó la abuela aún tatuandose un extraño símbolo en la palma de la mano-. Ay, Cam...¿por que siempre haces las cosas difíciles, pequeño? Podrías formar una familia con cualquier gitana, podrías seguir con nuestra vida errante...Elisabeth parece una chica estupenda pero mira lo que sucedió con tus padres.
Apreté la mandíbula. No quería alzar la vista de mi propio torso mientras aplicaba el pegajoso contenido en él. Me fijé en mi viejo tatuaje y pensé en hacerme uno nuevo. Cuando me bajé los pantalones para echármelo por las piernas la abuela ni se inmutó; era curandera y había visto a cientos de hombres en paños menores y desnudos. Yo no era ninguna excepción.
-No pasará, abuela. Elisabeth es diferente. Lo sé...Estaré bien.
-Elisabeth es una variante de Isabella, ¿sabes?-me dijo con una sonrisa triste-Como tu madre-arrugó el ceño mientras yo sonreí levemente-.No lo decías para que te sintieras alegre, ella iba a abondonarte.
Suspiré y volví a vestirme en cuanto la mezcla se secó. Elisabeth entró nuevamente y la miré, pensando que esperaba que no se hubiese aburrido demasiado. Luego la abuela la hizo sentarse en la cama mientras yo permanecía de pie, cerca de la puerta, por si necesitábamos ayuda.
La abuela se acercó a ella y comenzó a exhar un fino polvo sobre su cabello que al poco quedó cubierto de brillantitos. Ladeé la cabeza contemplando con que seguridad trabajaba Fiona: recitaba palabras en romanía por lo bajo, y acariciaba el níveo rostro de Elisabeth con delicadeza, como si fuera el más frágil de los cristales. Se besó varias veces la cruz que llevaba al cuello y poco a poco las velas que ella misma había dispuesto se apagaron y encendieron una y otra vez. Sentí un pequeño temblor bajo mis pies y miré a la abuela asustado. Algo maligno quería entrar, pero ella estaba luchando por dejarlo fuera con toda su magia. Podía notar su energía, blanca y pura, empujando a la sucia y negra del ser que se encontraba en la habitación. Observé a elisabeth que estaba muy quieta en la cama, como paralizada y rogué que la abuela pudiese detenerlo a tiempo.
Sonreí y mientras Elisabeth se aplicaba la espesa mezcla saqué a Payaso fuera de la carreta. Los espíritus y demonios solían poseer la facultad de poseer animales y no quería tener que sacrificar a mi mejor amigo. Cuando me aseguré de que Payaso se había marchado con un grupo de niño volví a la habitación nuevamente.
La abuela se había aplicado un únguento distinto en la piel y se dibujaba pequeños símbolos en la piel con henna. Lo reconocía como runas que citaban ensalmos poderosos y algún pasaje de la biblia escrito en latín. Ella era muy precavida y no me cabía duda de que iba a usar sus mejores armas para proteger a Elisabeth.
-Cam, salte fuera. Ella ha de echárselo por todo el cuerpo-me riñó la abuela acercándose a Elisabeth para ayudarla a desabrocharse el corpiño.
-No hay nada que yo no haya vi...-me callé y agaché la cabeza enrojeciendo-. Sí, será mejor que me salga un rato a que me dé el aire. Tanta brujería está empezando a ponerme de mal humor.
Sólo imaginar que Elisabeth estaba desnuda al otro lado hacía que los pelos del cogote se me erizaran. Me obligué a contemplar el suelo con fijeza hasta que la abuela me dio permiso para entrar y Elisabeth salió. Me tocaba a mí untarme entero.
-Así que esa chica y tú...-comenzó la abuela aún tatuandose un extraño símbolo en la palma de la mano-. Ay, Cam...¿por que siempre haces las cosas difíciles, pequeño? Podrías formar una familia con cualquier gitana, podrías seguir con nuestra vida errante...Elisabeth parece una chica estupenda pero mira lo que sucedió con tus padres.
Apreté la mandíbula. No quería alzar la vista de mi propio torso mientras aplicaba el pegajoso contenido en él. Me fijé en mi viejo tatuaje y pensé en hacerme uno nuevo. Cuando me bajé los pantalones para echármelo por las piernas la abuela ni se inmutó; era curandera y había visto a cientos de hombres en paños menores y desnudos. Yo no era ninguna excepción.
-No pasará, abuela. Elisabeth es diferente. Lo sé...Estaré bien.
-Elisabeth es una variante de Isabella, ¿sabes?-me dijo con una sonrisa triste-Como tu madre-arrugó el ceño mientras yo sonreí levemente-.No lo decías para que te sintieras alegre, ella iba a abondonarte.
Suspiré y volví a vestirme en cuanto la mezcla se secó. Elisabeth entró nuevamente y la miré, pensando que esperaba que no se hubiese aburrido demasiado. Luego la abuela la hizo sentarse en la cama mientras yo permanecía de pie, cerca de la puerta, por si necesitábamos ayuda.
La abuela se acercó a ella y comenzó a exhar un fino polvo sobre su cabello que al poco quedó cubierto de brillantitos. Ladeé la cabeza contemplando con que seguridad trabajaba Fiona: recitaba palabras en romanía por lo bajo, y acariciaba el níveo rostro de Elisabeth con delicadeza, como si fuera el más frágil de los cristales. Se besó varias veces la cruz que llevaba al cuello y poco a poco las velas que ella misma había dispuesto se apagaron y encendieron una y otra vez. Sentí un pequeño temblor bajo mis pies y miré a la abuela asustado. Algo maligno quería entrar, pero ella estaba luchando por dejarlo fuera con toda su magia. Podía notar su energía, blanca y pura, empujando a la sucia y negra del ser que se encontraba en la habitación. Observé a elisabeth que estaba muy quieta en la cama, como paralizada y rogué que la abuela pudiese detenerlo a tiempo.
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
Después de que Cam accediera a salir de allí me unté la extraña mezcla lo cual no me resultaba nada grato. No era que fuera pastosa ni el olor si no el saber que llevaba la sangre de un pobre animal. Se me revolvieron las tripas y volví a notar las naúseas pero por suerte, al pensar en otra cosa, desaparecieron. El chico hizo lo mismo o eso supuse ya que fue mi turno de salir. Mi mente estaba dispersa observando por una pequeña ventana el exterior. Quería comprender porqué la señora de la tienda tendría motivos para dañarme claro que no los necesitaba, había personas malas por naturaleza. Por suerte las buenas personas habían predominado en mi vida.
Por fin me dejaron entrar de nuevo y asustada, seguí las indicaciones de la abuela de Cam. No me era nada fácil el confiar pero no tenía otra opción. No es que dudara de la bella persona que era esa mujer si no de que al no saber nada del hijo que podría estar creciendo dentro de mí, no lo tomara en cuenta y acabase dañándolo. ¿Por qué me ilusionaba tanto con un bebé si aún no había apenas dos indicios?. Cerré los ojos cuando comenzó a hablar en una extraña lengua. Necesitaba la mano del gitano cerca, sintiéndome protegida como solo solía hacerme sentir él y eso que apenas lo conocía. Las manos de la anciana hicieron un efecto parecido. Me dejé tranquilizar por sus caricias pero esta sensación no duró demasiado, solo hasta que la carreta empezó a temblar de forma casi imperceptible. Ahora si que estaba asustada.
Abrí los ojos con miedo, buscando la mirada de la mujer y después desviarla hacia Cam. ¿Por qué me tenía que pasar eso justo a mí? Si no hubiera entrado en esa tienda ni él hubiera ofendido a la bruja nada estaría pasando... No le hechaba la culpa a él si no a mí por ser una incosciente y no cuidarme lo suficiente, debía mirar más por mí ahora que no sabía que ocurriría con ese tema tan... temido seguramente por el chico. ¿Por eso me espiarían los suyos?¿Para huir del problema o erradicarlo si aparecía? Agité la cabeza sin saber bien porqué precisamente en esos momentos me venían esos pensamientos tan pesimistas pero, sin poder evitarlo, mi cuerpo temblaba como cuando se tiene fiebre, era la misma sensación. Tal vez era el propio terror.
-¿Qué ocurre?-pregunté haciendo el intento de levantarme pero, aquella mujer no me dejó. Quería saber que era lo que también temía el chico pues en su rostro también había preocupación, no eran solo cosas mías.
Mordí mi labio conteniendo las lágrimas. Ya no era una niña, no debía llorar por encontrarme asustada pero, no podía evitar desearlo. Mis manos pringadas de aquel mejunje acariciaban mi piel por encima del vestido buscando reconfortarme, calmarme. Confiaba en ellos ¿no? pues entonces solo quedaba rezar y por muy poco que creyera en la iglesia, como buena desesperada lo hice en mis pensamientos. Quería que todo acabara y como no, ganase el bien, igual que en las obras de teatro que había visto representadas en casa de mi padre, lástima que también existieran los dramas. De un momento a otro, tal y como todo había comenzado, todo acabó. ¿Eso era todo? ¿Por fin pasó la pesadilla o era solo el ojo del huracán?.
Por fin me dejaron entrar de nuevo y asustada, seguí las indicaciones de la abuela de Cam. No me era nada fácil el confiar pero no tenía otra opción. No es que dudara de la bella persona que era esa mujer si no de que al no saber nada del hijo que podría estar creciendo dentro de mí, no lo tomara en cuenta y acabase dañándolo. ¿Por qué me ilusionaba tanto con un bebé si aún no había apenas dos indicios?. Cerré los ojos cuando comenzó a hablar en una extraña lengua. Necesitaba la mano del gitano cerca, sintiéndome protegida como solo solía hacerme sentir él y eso que apenas lo conocía. Las manos de la anciana hicieron un efecto parecido. Me dejé tranquilizar por sus caricias pero esta sensación no duró demasiado, solo hasta que la carreta empezó a temblar de forma casi imperceptible. Ahora si que estaba asustada.
Abrí los ojos con miedo, buscando la mirada de la mujer y después desviarla hacia Cam. ¿Por qué me tenía que pasar eso justo a mí? Si no hubiera entrado en esa tienda ni él hubiera ofendido a la bruja nada estaría pasando... No le hechaba la culpa a él si no a mí por ser una incosciente y no cuidarme lo suficiente, debía mirar más por mí ahora que no sabía que ocurriría con ese tema tan... temido seguramente por el chico. ¿Por eso me espiarían los suyos?¿Para huir del problema o erradicarlo si aparecía? Agité la cabeza sin saber bien porqué precisamente en esos momentos me venían esos pensamientos tan pesimistas pero, sin poder evitarlo, mi cuerpo temblaba como cuando se tiene fiebre, era la misma sensación. Tal vez era el propio terror.
-¿Qué ocurre?-pregunté haciendo el intento de levantarme pero, aquella mujer no me dejó. Quería saber que era lo que también temía el chico pues en su rostro también había preocupación, no eran solo cosas mías.
Mordí mi labio conteniendo las lágrimas. Ya no era una niña, no debía llorar por encontrarme asustada pero, no podía evitar desearlo. Mis manos pringadas de aquel mejunje acariciaban mi piel por encima del vestido buscando reconfortarme, calmarme. Confiaba en ellos ¿no? pues entonces solo quedaba rezar y por muy poco que creyera en la iglesia, como buena desesperada lo hice en mis pensamientos. Quería que todo acabara y como no, ganase el bien, igual que en las obras de teatro que había visto representadas en casa de mi padre, lástima que también existieran los dramas. De un momento a otro, tal y como todo había comenzado, todo acabó. ¿Eso era todo? ¿Por fin pasó la pesadilla o era solo el ojo del huracán?.
Elisabeth M. Delacroix- Humano Clase Alta
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 15/07/2010
Edad : 33
Re: Espiando (Elisabeth)
Todo se quedó en silencio y miré a la abuela a la cual le temblaba ligeramente el labio inferior. Sus ojos contemplaban fijamente la pared de enfrente. Luego se volvieron hacia mi con lentitud.
-Ya ha pasado-musitó-.Es sólo que a veces aguardan detrás del velo. Si me pillan desprevenida pueden usarme de puente. En ese caso Cam tendría que prenderme fuego-me guiñó un ojo despreocupado-. Tranquila, Elisabeth. Ya casi termino. Quizás te sientas repentinamente cansada o débil;incluso puedes desmayarte. Voy a necesitar parte de tu energía para hacer un buen hechizo protector. Quizás incluso enfermes durante un par de días.
Antes de que la abuela pudiese hacer nada me adelanté. Si Elisabeth aguardaba una criatura no podía enfermar. Tenía que estar sana y fuerte. Me senté a su lado y tendí mis manos con las palmas extendidas.
-Coge lo que necesites de mí, ella tiene una salud algo delicada y no debería constiparse-dije, diciendo media verdad. Esperaba que la abuela no detectase mi mentira con su habilidad especial para ello. Siempre sabía cuando me había zampado las manzanas que ella había dejado en la mesa. Nunca se tragó que Payaso era un glotón.
La abuela dudó un instante, pero luego afirmó que cuanta más energía hubiese menos riesgo corría Elisabeth de caer enferma. La abuela puso sus manos sobre las mías y cerró los ojos. Volvió a hablar una mezcla de romaní y latín que me hizo pensar en diablos. Me estremecí pero aguanté estoicamente hasta que extrajo la suficiente energía que necesitaba de mí. Noté el frío, los dedos se me entumecieron y me sentí débil, como si llevase semanas sin comer. Cerré los ojos esperando a que aquello acabase. Cuando la abuela separó sus manos de las mías yo tenía la seguridad de que debía de estar pálido e incluso ojeroso. Era como no haber dormido en días, ni comido. Quizás era así cuando te extraían parte de ti mismo.
La abuela usó lo que había conseguido para traspasárselo a Elisabeth.Suspiré cuando vi que le tocaba las palmas de las manos y la energía fluía hacia ella. Esperaba que hubiese bastante como para que los hechizos de protección sólo le provocasen un leve mareo.
Entonces, algo ocurrió. Cuando la abuela dejó de darle a Elisabeth mi energía, las velas volvieron a parpadear y se apagaron. Me envaré y me pegué al cuerpo de Elisabeth. Reparé entonces, en mitad de aquel silencio, que no se escuchaba ningún ruido afuera. Tantée el aire en busca de la abuela y la localicé.
-Daos la mano y poneos en pie. Pasa algo malo afuera. Después completaremos el proceso-dijo con voz autoritaria.
La seguimos a oscuras por la diminutas carreta hasta dar con la puerta de la calle. Al abrirla nos quedamos mudos del horror. El silencio que habíamos oído había sido sólo momentáneo, pues todo el campamento corría, chillaba y alzaba antorchas hacia una figura alta, pálida y delgada.
Parecía una mujer pero no lo era. Era una vampiresa.Y probablemente se había visto atraída por la magia que circulaba en nuestro campamento en aquel momento.
-Ya ha pasado-musitó-.Es sólo que a veces aguardan detrás del velo. Si me pillan desprevenida pueden usarme de puente. En ese caso Cam tendría que prenderme fuego-me guiñó un ojo despreocupado-. Tranquila, Elisabeth. Ya casi termino. Quizás te sientas repentinamente cansada o débil;incluso puedes desmayarte. Voy a necesitar parte de tu energía para hacer un buen hechizo protector. Quizás incluso enfermes durante un par de días.
Antes de que la abuela pudiese hacer nada me adelanté. Si Elisabeth aguardaba una criatura no podía enfermar. Tenía que estar sana y fuerte. Me senté a su lado y tendí mis manos con las palmas extendidas.
-Coge lo que necesites de mí, ella tiene una salud algo delicada y no debería constiparse-dije, diciendo media verdad. Esperaba que la abuela no detectase mi mentira con su habilidad especial para ello. Siempre sabía cuando me había zampado las manzanas que ella había dejado en la mesa. Nunca se tragó que Payaso era un glotón.
La abuela dudó un instante, pero luego afirmó que cuanta más energía hubiese menos riesgo corría Elisabeth de caer enferma. La abuela puso sus manos sobre las mías y cerró los ojos. Volvió a hablar una mezcla de romaní y latín que me hizo pensar en diablos. Me estremecí pero aguanté estoicamente hasta que extrajo la suficiente energía que necesitaba de mí. Noté el frío, los dedos se me entumecieron y me sentí débil, como si llevase semanas sin comer. Cerré los ojos esperando a que aquello acabase. Cuando la abuela separó sus manos de las mías yo tenía la seguridad de que debía de estar pálido e incluso ojeroso. Era como no haber dormido en días, ni comido. Quizás era así cuando te extraían parte de ti mismo.
La abuela usó lo que había conseguido para traspasárselo a Elisabeth.Suspiré cuando vi que le tocaba las palmas de las manos y la energía fluía hacia ella. Esperaba que hubiese bastante como para que los hechizos de protección sólo le provocasen un leve mareo.
Entonces, algo ocurrió. Cuando la abuela dejó de darle a Elisabeth mi energía, las velas volvieron a parpadear y se apagaron. Me envaré y me pegué al cuerpo de Elisabeth. Reparé entonces, en mitad de aquel silencio, que no se escuchaba ningún ruido afuera. Tantée el aire en busca de la abuela y la localicé.
-Daos la mano y poneos en pie. Pasa algo malo afuera. Después completaremos el proceso-dijo con voz autoritaria.
La seguimos a oscuras por la diminutas carreta hasta dar con la puerta de la calle. Al abrirla nos quedamos mudos del horror. El silencio que habíamos oído había sido sólo momentáneo, pues todo el campamento corría, chillaba y alzaba antorchas hacia una figura alta, pálida y delgada.
Parecía una mujer pero no lo era. Era una vampiresa.Y probablemente se había visto atraída por la magia que circulaba en nuestro campamento en aquel momento.
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
Escuché las palabras de la anciana y, sin duda no quería que le ocurriese nada malo a ella por mi culpa, si necesitaba energía se la cedería pero entonces, de nuevo él se me adelantó. No me hacía demasiada ilusión que ahora él lo pasara mal por mi culpa pero tampoco quería perder al bebé si es que había alguno. Al final la señora no se lo pensó dos veces y actuó. Al terminar y observar a Cam, mi primer impulso fue abrazarlo pero, el traspaso de energía que comenzó a realizarme su abuela me privó de cuidarlo tal y como él estaba haciendo conmigo. Me sentí culpable por haber entrado en sus vidas solo para fastidiar y, justamente cuando pensé que nada malo podía pasar más, Fiona nos avisó de que algo ocurría, algo malo. ¿Peor de lo que ya habíamos vivido? Pensaba que la magia eran cuentos y resultó ser verdadera ¿qué más podía pasar?.
Con mi mano entrelazada a la del chico, pendiente a su estado por si necesitaba un hombro donde apoyarse en algún momento, caminamos hacia la puerta donde una presencia se alzaba alrededor de todos los habitantes del campamento los cuales tenían antorchas. ¿Qué era aquello? Me abracé a Cam sin pensármelo dos veces buscando el sentir que él estaba conmigo y que, aunque no fuera una pesadilla, tenía su apoyo junto a mí. Aquella silueta de mujer destilaba algo que pude percibir sin saber como. Me estremecí al notar como aquello no vaticinaba nada bueno. ¿Dónde habían quedado los días normales de quedarse en el sofá?
-¿Qué pasa?¿Qué ha hecho?-pregunté sin saber por qué todos querían a esa persona muerta. No veía razón para ese temor y esa furia hacia ella. Estaba indefensa contra todo el campamento o eso creí yo.
No quería acercarme pero, tampoco quería dejar a todos solos en esa lucha que seguramente había sido culpa mía. Usar la magia traía graves consecuencias y eso estaba quedando demostrado solo esperaba que nadie resultara herido ni nada dañado por culpa de mi estupidez.
-Lo siento tanto-dije tanto para una como para el otro. Era una disculpa por haberlos metido en tantos problemas seguidos. Él se había quedado sin fuerzas por cuidarme...mejor dicho, cuidarnos, Fiona usó sus hechizos poderosos para protegerme y ahora, por culpa de protegerme a mí, el campamento estaba en peligro. No cabía la menor duda de que atraía la desgracia y como tal no podía volver a acercarme por allí. Si jodía a alguien, me jodería a mi sola nada más...Los demás no tenían que sufrir por mi desdicha.
Con mi mano entrelazada a la del chico, pendiente a su estado por si necesitaba un hombro donde apoyarse en algún momento, caminamos hacia la puerta donde una presencia se alzaba alrededor de todos los habitantes del campamento los cuales tenían antorchas. ¿Qué era aquello? Me abracé a Cam sin pensármelo dos veces buscando el sentir que él estaba conmigo y que, aunque no fuera una pesadilla, tenía su apoyo junto a mí. Aquella silueta de mujer destilaba algo que pude percibir sin saber como. Me estremecí al notar como aquello no vaticinaba nada bueno. ¿Dónde habían quedado los días normales de quedarse en el sofá?
-¿Qué pasa?¿Qué ha hecho?-pregunté sin saber por qué todos querían a esa persona muerta. No veía razón para ese temor y esa furia hacia ella. Estaba indefensa contra todo el campamento o eso creí yo.
No quería acercarme pero, tampoco quería dejar a todos solos en esa lucha que seguramente había sido culpa mía. Usar la magia traía graves consecuencias y eso estaba quedando demostrado solo esperaba que nadie resultara herido ni nada dañado por culpa de mi estupidez.
-Lo siento tanto-dije tanto para una como para el otro. Era una disculpa por haberlos metido en tantos problemas seguidos. Él se había quedado sin fuerzas por cuidarme...mejor dicho, cuidarnos, Fiona usó sus hechizos poderosos para protegerme y ahora, por culpa de protegerme a mí, el campamento estaba en peligro. No cabía la menor duda de que atraía la desgracia y como tal no podía volver a acercarme por allí. Si jodía a alguien, me jodería a mi sola nada más...Los demás no tenían que sufrir por mi desdicha.
Elisabeth M. Delacroix- Humano Clase Alta
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 15/07/2010
Edad : 33
Re: Espiando (Elisabeth)
-No ha sido culpa tuya. Nos tienen bastante tirria porque hemos empezado a cazarlos.-le susurré a Elisabeth mientras me zafaba de su agarre y bajaba los escalones de la carreta. Había escondido estacas no hacía mucho en un árbol cercano al bosque. Me quedé pensativo, mientras algunos hombres y mujeres ya enarbolaban antorchas de fego y amenzaban a la vampiresa con ellas.
Mwe volví hacia Elisabeth para pedirle que regresase al interior de la carreta. Sólo era una vampira y podríamos reducirla, aunque no sabía cuantas vidas nos iba a costar. Cuando la no muerta comenzó a gruñirles a mis compañeros, eché a correr hacia el a´rbol. Llegué hasta su base y me arrodillé para comenzar a escarbar como un perro, lanzando rápidas miradas atrás por si la vampiresa desviaba su atención a mi figura.. Me hice con una estaca y reí aliviado. De un salto me puse en pie y eché a correr hacia ella. Su falda ya estaba siendo consumida por las llamas y eso la había vuelto loca.
-¡Demonio!-escuché gritar a la abuela que se aproximaba hacia la vampiresa seguida de...¡Elisabeth!- Yo te condenó a arder, a que tu alma no descanse en paz....
-¡Abuela, márchate!-le gruñí mientras llegaba al sitio. Alcé la estaca y...sólo apuñalé el aire. La vampiresa estaba frente a mi abuela exhibiendo sus grandes colmillos, dispuesta a drenarle la sangre.
Mwe volví hacia Elisabeth para pedirle que regresase al interior de la carreta. Sólo era una vampira y podríamos reducirla, aunque no sabía cuantas vidas nos iba a costar. Cuando la no muerta comenzó a gruñirles a mis compañeros, eché a correr hacia el a´rbol. Llegué hasta su base y me arrodillé para comenzar a escarbar como un perro, lanzando rápidas miradas atrás por si la vampiresa desviaba su atención a mi figura.. Me hice con una estaca y reí aliviado. De un salto me puse en pie y eché a correr hacia ella. Su falda ya estaba siendo consumida por las llamas y eso la había vuelto loca.
-¡Demonio!-escuché gritar a la abuela que se aproximaba hacia la vampiresa seguida de...¡Elisabeth!- Yo te condenó a arder, a que tu alma no descanse en paz....
-¡Abuela, márchate!-le gruñí mientras llegaba al sitio. Alcé la estaca y...sólo apuñalé el aire. La vampiresa estaba frente a mi abuela exhibiendo sus grandes colmillos, dispuesta a drenarle la sangre.
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
No pensé en absolutamente nada que no fuera correr tras la abuela de Cam ignorando la sugerencia de este por volver a dentro. Si algo me caracterizaba era mi lealtad y desde luego que no iba a quedarme al margen de aquello viendo como moría gente mientras yo escondía la cabeza debajo de la cama. Mis pies se movían lo más rápido posible que lo dejaban aquel incómodo vestido pero, por suerte, lo suficientemente rápido para ponerme delante de Fiona, cara a cara con la vampiresa y no es que yo fuera mucho más poderosa que aquella hechicera a la que intentaba proteger, todo lo contrario pero sabía que si le pasaba algo a ella la repercusión en todas aquellas personas sería mayor que si me pasaba algo a mí.
Sin saber qué hacer o cómo actuar porque no tenía nada entre mis manos, me quedé observando a la vampiresa con los colmillos al descubierto y gruñendo de forma aterradora. Ni en los peores cuentos que me contó mi padre me había imaginado a los vampiros así, de hecho, no sabía ni que existían hasta que apareció esa alterando la paz del campamento. Sabía que podían matarse con fuego o estacas pero no podía fiarme de ello ya que eran historias excepto porque aquellas personas estaban usando esas armas contra ella. Problema, las estacas las tenía Cam y los gitanos las antorchas. Si no llegaba nadie rápido... Preferí mejor no pensar en negativo, lo último que necesitaba era desmotivarme justo cuando necesitaba más corage.
Sin saber si funcionaría, cogí la primera rama que encontré cerca de mí sin quitarle la vista de encima nunca a la inmortal. Dudaba de que aquello lograse algo más que distraerla unos segundos antes de volver más cabreada que nunca pero...algo es algo. En esos pocos segundos le darían tiempo a los demás de reaccionar. Por ello, sujetando el trozo de madera con fuerza, se lo clavé a la vampiresa a la vez que cerraba los ojos. No quería ver que ocurría ni tampoco quería tener los ojos abiertos cuando me diese un buen golpe asi que me quedé en aquella posición, sin aún soltar la madera.
Sin saber qué hacer o cómo actuar porque no tenía nada entre mis manos, me quedé observando a la vampiresa con los colmillos al descubierto y gruñendo de forma aterradora. Ni en los peores cuentos que me contó mi padre me había imaginado a los vampiros así, de hecho, no sabía ni que existían hasta que apareció esa alterando la paz del campamento. Sabía que podían matarse con fuego o estacas pero no podía fiarme de ello ya que eran historias excepto porque aquellas personas estaban usando esas armas contra ella. Problema, las estacas las tenía Cam y los gitanos las antorchas. Si no llegaba nadie rápido... Preferí mejor no pensar en negativo, lo último que necesitaba era desmotivarme justo cuando necesitaba más corage.
Sin saber si funcionaría, cogí la primera rama que encontré cerca de mí sin quitarle la vista de encima nunca a la inmortal. Dudaba de que aquello lograse algo más que distraerla unos segundos antes de volver más cabreada que nunca pero...algo es algo. En esos pocos segundos le darían tiempo a los demás de reaccionar. Por ello, sujetando el trozo de madera con fuerza, se lo clavé a la vampiresa a la vez que cerraba los ojos. No quería ver que ocurría ni tampoco quería tener los ojos abiertos cuando me diese un buen golpe asi que me quedé en aquella posición, sin aún soltar la madera.
Elisabeth M. Delacroix- Humano Clase Alta
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 15/07/2010
Edad : 33
Re: Espiando (Elisabeth)
Todo sucedió muy rápido. Eché a correr intentando alcanzarlas. Elisabeth cogió una rama del suelo. Yo grité algo, una palabra, pero no recuerdo cual fue. Ella cerró los ojos y la clavó en el cuerpo de la bebedora de sangre.
El grito de infinito dolor de la criatura tuvo que reverberar por cada rincón del bosque y las montañas. Se hizo un silencio prolongado mientras todos observábamos estupefactos como aquel ser se miraba el sobresaliente trozo de madera que estaba grotescamente clavado en medio de su pecho. Miró a Elisabeth con dolor y odio y alargó las manos hacia ella, intentando cogerla. Los gitanos cayeron sobre la vampiresa con sus antorchas y la abuela cogió a Elisabeth de la mano para apatrtarse del fuego.
La vampiresa ardió entre alaridos y maldiciones. Lo contemplamos en silencio mientras su cuerpo se consumía hasta dejar sólo el polvo. Me sentí extrañamente eufórico. Había muerto. Nunca más haría daño...aunque quizás si sus familiares...
Me aerqué con lentitud hasta Elisabeth y la abuela y las abracé
-Creo que os llevaréis bien: Ninguna hace caso de lo que digo-bromeé con la voz ligeramente temblorosa.
El grito de infinito dolor de la criatura tuvo que reverberar por cada rincón del bosque y las montañas. Se hizo un silencio prolongado mientras todos observábamos estupefactos como aquel ser se miraba el sobresaliente trozo de madera que estaba grotescamente clavado en medio de su pecho. Miró a Elisabeth con dolor y odio y alargó las manos hacia ella, intentando cogerla. Los gitanos cayeron sobre la vampiresa con sus antorchas y la abuela cogió a Elisabeth de la mano para apatrtarse del fuego.
La vampiresa ardió entre alaridos y maldiciones. Lo contemplamos en silencio mientras su cuerpo se consumía hasta dejar sólo el polvo. Me sentí extrañamente eufórico. Había muerto. Nunca más haría daño...aunque quizás si sus familiares...
Me aerqué con lentitud hasta Elisabeth y la abuela y las abracé
-Creo que os llevaréis bien: Ninguna hace caso de lo que digo-bromeé con la voz ligeramente temblorosa.
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
No supe qué ocurría hasta que la abuela de Cam me hizo caminar lejos de donde había estado anteriormente. Las lágrimas corrían por mis mejillas y todo mi mundo se desmoronó al pensar que le había quitado la familia a una mujer porque al final era eso solo que con una dieta diferente. El abrazo de Cam fue reconfortante y me hizo recordar el porqué lo había hecho, proteger a su abuela. Inclusive, me permití esbozar una ligera sonrisa al escucharlo. Como para hacerle caso, no tenía ninguna intención de ser una mujer florero y no lo sería nunca al igual que jamás lo había sido en mis tiempos aristocráticos y pasados.
-Somos mujeres con carácter- respondí mientras me alejaba levemente del agarre de Cam y lo miraba. Él era el chico con el que quería estar pero no sabía qué era yo para él si solo la posible madre de su hijo o una simple noche loca. -Creo que debería empezar a andar si quiero no llegar muy tarde a casa...-comenté encogiéndome de hombros mientras dejaba que mi mirada fuera a la mujer mayor por la que sentía admiración y agradecimiento. Me recordaba mucho a mi propia abuela la cual había sido como una madre para mí. Después, volví a mirar al chico buscando alguna respuesta o mirada que me dijese lo que opinaba al respecto y, sinceramente, no quería volver a casa y enfrentarme a un castigo pero, peor que el castigo podrían ser las consecuencias y la restricción de libertad.
Me abracé a él de nuevo, enseñándole que ese enfado que había sentido al principio, al encontrármelo, había quedado atrás. Ahora entendía un poco su reacción al haberle mentido pues no se lo merecía pese a que también se había pasado con las insinuaciones. Me daba igual ya todo, sabía que quería arriesgarme por él a pesar de que todo fuera así más difícil para mí.
-Te avisaré si estoy embarazada- dije resignándome a que debía irme. Ese no era mi sitio y debían de estar preocupados por mí en casa o, mejor dicho, celebrándolo antes de informar a mi padre sobre una fuga o a saber que historias se inventarían.
off: Wow pensé que no te volvería a ver por aquí xD estas missing T_T
-Somos mujeres con carácter- respondí mientras me alejaba levemente del agarre de Cam y lo miraba. Él era el chico con el que quería estar pero no sabía qué era yo para él si solo la posible madre de su hijo o una simple noche loca. -Creo que debería empezar a andar si quiero no llegar muy tarde a casa...-comenté encogiéndome de hombros mientras dejaba que mi mirada fuera a la mujer mayor por la que sentía admiración y agradecimiento. Me recordaba mucho a mi propia abuela la cual había sido como una madre para mí. Después, volví a mirar al chico buscando alguna respuesta o mirada que me dijese lo que opinaba al respecto y, sinceramente, no quería volver a casa y enfrentarme a un castigo pero, peor que el castigo podrían ser las consecuencias y la restricción de libertad.
Me abracé a él de nuevo, enseñándole que ese enfado que había sentido al principio, al encontrármelo, había quedado atrás. Ahora entendía un poco su reacción al haberle mentido pues no se lo merecía pese a que también se había pasado con las insinuaciones. Me daba igual ya todo, sabía que quería arriesgarme por él a pesar de que todo fuera así más difícil para mí.
-Te avisaré si estoy embarazada- dije resignándome a que debía irme. Ese no era mi sitio y debían de estar preocupados por mí en casa o, mejor dicho, celebrándolo antes de informar a mi padre sobre una fuga o a saber que historias se inventarían.
off: Wow pensé que no te volvería a ver por aquí xD estas missing T_T
Elisabeth M. Delacroix- Humano Clase Alta
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 15/07/2010
Edad : 33
Re: Espiando (Elisabeth)
Sonreí a Elisabeth, admirado. No muchas personas se habrían atrevido a enfrentarse a una vampiresa ...Y no muchas habrían salido vivas de ello. Verla de esa manera, como una heroína frente a mi tribu me hacía sentirme feliz y orgulloso de ella. Le acaricié el brazo suavemente y asentí, con tristeza, cuando dijo que debía marcharse.
-Supongo que te estarán echando en falta...-suspiré.
Silbé para atraer a un caballo y pedí a un niño que me acercase el que había comprado. Los agarré por las riendas y los acerqué hasta Elisabeth. Cuando ambos estuvimos subidos en cada uno nos despedimos de la abuela y del resto del campamento que le daban las gracias a Elisabeth. Enseguida hicimos andar a los dos imponentes animales y nos adentramos nuevamente en el bosque.
-Te avisaré si estoy embarazada-dijo Elisabeth. La miré aunque era dificíl verle el rostro una vez nos adentramos en la foresta. Entorné los ojos tratando de averiguar que revelaba su rostro; no parecía ni molesta ni enfadada conmigo, para variar. Sentí como mi cuerpo se relajaba al darme cuenta de que había vuelto a ganarme su confianza.
-Si, por favor-le respondí sonriendo-. No quiero perderme nada de esto, yo...-solté el aire-. Me gustaría que lo estuvieras aunque eso sea egoísta.
Al verla con la abuela había decidido una cosa: Elisabeth acabaría viviendo en mi campamento de una manera u otra, tanto si estaba embarazada como si no. La quería aquí conmigo y con los míos....Ella se adaptaría bien y ahora los gitanos la respetaban por haberlos ayudado.
Nos acercamos al inicio del bosque y salimos a la pequeña explanada que separaba los barrios de la naturaleza. Acerqué mi caballo al suyo hasta que mi pierna quedó atrapada entre los costados de los animales. Alcé la vista para contemplarla.
-Con el caballo irás más rápida que cualquier ladrón o psicópata de París-bromeé- Y supongo que acabarás con cualquiera que ose tocarte, así que aquí nos despedimos...He de ayudar a los gitanos con las nuevas defensas para el campamento-suspiré pensando en mi ardua tarea. Tras ello vacilé un segundo antes de inclinarme hacia delante y besar levemente los labios de Elisabeth.
-Buenas noches, Elisabeth-le deseé-. Y que no tengas pesadillas.
off: Si...los estudios me comen por completo y ahora he visto algo de tiempo para meterme, uff...No sé por cuantos períodos estaré ausente aunque trataré de entra más a menudo...
¿cerramos tema?
-Supongo que te estarán echando en falta...-suspiré.
Silbé para atraer a un caballo y pedí a un niño que me acercase el que había comprado. Los agarré por las riendas y los acerqué hasta Elisabeth. Cuando ambos estuvimos subidos en cada uno nos despedimos de la abuela y del resto del campamento que le daban las gracias a Elisabeth. Enseguida hicimos andar a los dos imponentes animales y nos adentramos nuevamente en el bosque.
-Te avisaré si estoy embarazada-dijo Elisabeth. La miré aunque era dificíl verle el rostro una vez nos adentramos en la foresta. Entorné los ojos tratando de averiguar que revelaba su rostro; no parecía ni molesta ni enfadada conmigo, para variar. Sentí como mi cuerpo se relajaba al darme cuenta de que había vuelto a ganarme su confianza.
-Si, por favor-le respondí sonriendo-. No quiero perderme nada de esto, yo...-solté el aire-. Me gustaría que lo estuvieras aunque eso sea egoísta.
Al verla con la abuela había decidido una cosa: Elisabeth acabaría viviendo en mi campamento de una manera u otra, tanto si estaba embarazada como si no. La quería aquí conmigo y con los míos....Ella se adaptaría bien y ahora los gitanos la respetaban por haberlos ayudado.
Nos acercamos al inicio del bosque y salimos a la pequeña explanada que separaba los barrios de la naturaleza. Acerqué mi caballo al suyo hasta que mi pierna quedó atrapada entre los costados de los animales. Alcé la vista para contemplarla.
-Con el caballo irás más rápida que cualquier ladrón o psicópata de París-bromeé- Y supongo que acabarás con cualquiera que ose tocarte, así que aquí nos despedimos...He de ayudar a los gitanos con las nuevas defensas para el campamento-suspiré pensando en mi ardua tarea. Tras ello vacilé un segundo antes de inclinarme hacia delante y besar levemente los labios de Elisabeth.
-Buenas noches, Elisabeth-le deseé-. Y que no tengas pesadillas.
off: Si...los estudios me comen por completo y ahora he visto algo de tiempo para meterme, uff...No sé por cuantos períodos estaré ausente aunque trataré de entra más a menudo...
¿cerramos tema?
Cam Rohan- Gitano
- Mensajes : 604
Fecha de inscripción : 20/06/2010
Localización : Con la mano en tu bolsillo
Re: Espiando (Elisabeth)
off: bueno ojala te desestreses pronto de todos los examenes y eso ^^
Cerrado y espero que volvamos a rolear de nuevo cuando estes menos agobiado
Cerrado y espero que volvamos a rolear de nuevo cuando estes menos agobiado
Elisabeth M. Delacroix- Humano Clase Alta
- Mensajes : 102
Fecha de inscripción : 15/07/2010
Edad : 33
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Espiando una fiesta gitana (Persefone) [libre]
» Elisabeth M. Delacroix
» A hurtadillas (Elisabeth)
» una bella joven(Elisabeth)
» Marie Elisabeth Laveau {en proceso}
» Elisabeth M. Delacroix
» A hurtadillas (Elisabeth)
» una bella joven(Elisabeth)
» Marie Elisabeth Laveau {en proceso}
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour