AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Zoè V. D'aubert || Archivo de vida y muerte.
2 participantes
Página 1 de 1.
Zoè V. D'aubert || Archivo de vida y muerte.
DATOS BÁSICOS
-Edad: 227 reales, 22 aparentes
-Especie: Vampiros
-Facción a la que pertenece: -
-Tipo, Clase Social o Cargo: Mecenas de arte de Clase alta
-Orientación Sexual: Heterosexual
-Lugar de Origen: Lyon, Francia
-Habilidad/Poder: Seducción || Persuasión || Clarividencia
DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA
*Caprichosa: lo que quiere lo toma, no se molesta en esperar a que le den permiso para ello. Vivió y murió entre lujos, continuó vagando con todo lo que quería y, desde luego, eso ha hecho que sea una chica que lo quiere todo y lo quiere ya.
*Desconfiada: el “accidente” del claro del bosque le ha convertido en una persona difícil de tratar, no suele acercarse a nadie a no ser que ese alguien se acerque a ella, luego espera y observa. No tiene muchos amigos, podría contarlos con los dedos de una mano y le sobrarían tres.
*Leal: es alguien leal, tanto a sus principios (aunque sean pocos) como a otras personas. Es difícil que te considere un amigo, pero si algún día lo consigues, podrás contar con Zoè en todos los sentidos y en todas las ocasiones.
*Vengativa: no se la juegues, Zoè puede ser muy buena, pero siendo mala es peor. No es una mujer que se dedique a hacer daño a los demás, pero si alguien le hace daño a ella, se lo devolverá de la peor forma que se pueda imaginar. Es capaz de esperar el tiempo que sea para hacerte el mayor daño, atacarte en el mejor momento de tu vida, porque para ella la venganza es un plato que se sirve frío.
*Sádica: no puede controlarlo, le gusta la sangre. No lo es de forma consciente, pero cuando decide matar a alguna de sus víctimas, siente un extraño impulso que le lleva a divertirse con ello, a hacerlo de forma lenta y agónica para el desgraciado.
*Coqueta: no deja de ser una mujer y a todas las mujeres les gusta verse bellas y sentiré perfectas, y la pelirroja no es una excepción. Sabe de su belleza sobrehumana y sabe explotarla, jamás sale de su casa sin estar impecable y perfecta.
¿Qué más se podría decir de Zoè? Al fin y al cabo cada persona es un mundo y un mundo no puede resumirse en unas cuantas líneas, pero sí a grandes rasgos y esos son los que caracterizan a la francesa.
*Desconfiada: el “accidente” del claro del bosque le ha convertido en una persona difícil de tratar, no suele acercarse a nadie a no ser que ese alguien se acerque a ella, luego espera y observa. No tiene muchos amigos, podría contarlos con los dedos de una mano y le sobrarían tres.
*Leal: es alguien leal, tanto a sus principios (aunque sean pocos) como a otras personas. Es difícil que te considere un amigo, pero si algún día lo consigues, podrás contar con Zoè en todos los sentidos y en todas las ocasiones.
*Vengativa: no se la juegues, Zoè puede ser muy buena, pero siendo mala es peor. No es una mujer que se dedique a hacer daño a los demás, pero si alguien le hace daño a ella, se lo devolverá de la peor forma que se pueda imaginar. Es capaz de esperar el tiempo que sea para hacerte el mayor daño, atacarte en el mejor momento de tu vida, porque para ella la venganza es un plato que se sirve frío.
*Sádica: no puede controlarlo, le gusta la sangre. No lo es de forma consciente, pero cuando decide matar a alguna de sus víctimas, siente un extraño impulso que le lleva a divertirse con ello, a hacerlo de forma lenta y agónica para el desgraciado.
*Coqueta: no deja de ser una mujer y a todas las mujeres les gusta verse bellas y sentiré perfectas, y la pelirroja no es una excepción. Sabe de su belleza sobrehumana y sabe explotarla, jamás sale de su casa sin estar impecable y perfecta.
¿Qué más se podría decir de Zoè? Al fin y al cabo cada persona es un mundo y un mundo no puede resumirse en unas cuantas líneas, pero sí a grandes rasgos y esos son los que caracterizan a la francesa.
HISTORIA
En el año 1573, en el mes de Julio, nace una niña pelirroja a la que pusieron el nombre de Zoè Valerié; esa niña fue la alegría y, a la vez, desgracia del matrimonio D’aubert. Jean Pierre D’aubert, un aristócrata asentado en la ciudad de Lyon, había contraído matrimonio hacía ya veinte años con Alice, una joven pelirroja nacida en Escocia. El matrimonio, por más que trataba de dar vida a un heredero que algún día gobernase sus bienes, eran incapaces de traer al mundo ser alguno. Dos embarazos malogrados, un bebé nacido muerto, una caída del caballo… cualquier cosa pasaba cuando la bella Alice lograba quedarse encinta. Ya casi habían perdido la esperanza cuando la noticia de un nuevo embarazo llegó al hogar. Este sí llegó a término, pero Alice ya era demasiado mayor y estaba demasiado debilitada para aguantar aquello y, el parto, acabó con su vida. Por suerte o desgracia para Jean Pierre, el bebé había sobrevivido: una niña pelirroja, flacucha y algo enclenque. No era varón, no era suficiente para él, pero su mujer había muerto y él era casi un anciano incapaz de engendrar un nuevo hijo sano. Tendría que conformarse con Zoè.
La niña parecía siempre enferma, demasiado delgada, demasiado pálida, ojeras constantes… En realidad ningún doctor apostaba porque durase más de un año, pero contra todo pronóstico, la delgaducha pelirroja consiguió sobrevivir un año, dos y muchos más. Se crió entre mujeres y clases privadas en el salón de la imponente casa de su padre, manteniendo una relación fría con Jean Pierre, aunque la niña nunca entendió porqué su anciano padre parecía odiarla. Cuando llegó a la edad de 16 años, su padre murió, pero ya se había encarado de no dejar ningún hilo suelto: su hija se casaría con el hijo de su mejor amigo, Loui De Boulie, quien se encargaría de llevar los asuntos relacionados con la herencia de Zoè y, por supuesto, mantenerla y cuidar de ella como si de una princesa de porcelana china se tratase.
Por ese entonces, Zoè ya no era la niña enclenque que todos recordaban, se había convertido en una jovencita de muy buen ver, sana y fuerte, aunque aún quedaba el rastro de su piel pálida, signo de grandes carencias durante el embarazo de su madre. Unos meses después de la muerte de su padre y contando ya con 17 años, Zoè cumplió con las últimas voluntades de su padre y contrajo matrimonio con Loui y adoptó el apellido De Boulie. Pero un matrimonio arreglado nunca termina bien; y este caso no es la excepción.
Se encontraba vacía, sola, a pesar de las atenciones que su marido, guapo y noble contra todo pronóstico, le dedicaba. No era feliz, no le amaba, estaba obligada a compartir u vida con alguien a quien a penas conocía. Terminó haciéndose a la idea de que eso sería todo lo que tendría hasta el día de su muerte: lujo y caprichos que no llenaban jamás el hueco que creaba la necesidad de alguien a quien amar. Alguien a quien amar, esa sería la solución a sus problemas y, ¿a quién se ama más que a un hijo? Pero por lo visto, al igual que su madre, no era licencia de Dios que ella fuese feliz con un hijo al que querer. Llevaba ya tres años casada cuando por fin logró darle la noticia de su embarazo a su marido, pero a las pocas semanas, perdió el hijo que esperaba.
Zoè se hundió, sabiendo el historial de embarazos malogrados de su madre, pensando que ella sería igual y el día que por fin pudiese tener un hijo sería demasiado vieja para poder disfrutarlo; se refugiaba en el silencio de su dormitorio, sola, pasando las páginas de libros con ilustraciones de bebés rechonchos sostenidos por los brazos protectores de sus madres sonrientes. Ella jamás sería una de esas madres, le quedaba la soledad de por vida al lado de su marido. Nada había que le hiciese sonreír, nada que lograse sacarle el brillo que un día tuvo en sus ojos; no quería hablar con nadie, no quería ver la luz del día nunca más.
Su marido, en absurdos intentos por devolverle la alegría a su querida pelirroja, se molestaba en llevar invitados a casa, a celebrar fiestas y llevar a Zoè a eventos sociales, pero no funcionaba. O al menos eso pensaba ella, porque fue en uno de esos sonados eventos del año 1595, cuando conoció a Marco Esposito, un recién llegado italiano de alta alcurnia. El hombre era agraciado, simpático, encantador… y tremendamente hermoso. Zoè sintió algo que nunca había sentido al ver por primera vez a Marco, como si su estómago diese un vuelco y su mundo se tornase del revés. Unas pocas palabras bastaron para que ella, inesperadamente, volviese a sonreír; quizá eso era lo que llamaban enamorarse de alguien.
No. Era una locura, no debía pensar en eso, estaba casada y era incapaz de darle hijos a su marido, no debía pensar en otro hombre; pero simplemente no podía sacárselo de la cabeza. No le veía en la iglesia por las mañanas, ni siquiera se cruzaba con él en sus paseos por los jardines de la ciudad, sólo lograba verlo en alguna fiesta de la sociedad de Lyon. Extraño, era realmente extraño, pero no le importaba en absoluto, sólo quería observarle desde la lejanía. Tres noches más en compañía del recién llegado, delante de todos los invitados a la fiesta, fueron suficientes para que ella se diese cuenta de la verdad: se había enamorado locamente de un desconocido que le contaba sus vivencias y se reservaba la gran parte del tiempo.
No tardó en abrirse a él, contarle todas sus penurias, lo desdichada que era en su mundo rosa de algodón, era como si los ojos de él incitasen a la pelirroja a contarle todo sobre ella. “¿Sois desdichada, Madmoiselle? Yo podría haceros muy dichosa, si me lo permitieseis”. ¿Cuándo se habían quedado solos en los jardines de la mansión? No tenía ni la más menor idea de eso, pero nadie escuchó el grito ahogado que intentó salir entre sus labios tapados por la mano de Marco cuando este clavó sus afilados colmillos en la piel del cuello de Zoè y bebió lentamente su sangre. Mareada, presa del pánico, ella intentó zafarse de él, pero su agarre era firme “Deja que te muestre lo bueno que es vivir mi vida, Zoè”; no, ese hombre estaba claramente enfermo, no había otra explicación a que se hubiese mordido su propia mejilla y la colocase fuertemente sobre la boca de la chica, aquello le resultaba horrible a la joven, asqueroso, adictivo… Extrañamente adictivo, pues no quería separar los labios de su piel, sentía la sangre caer en su boca con un extraño sabor que no quería dejar de disfrutar. Pero cuando esta se derramó por fin por su garganta, el dolor invadió su cuerpo y su mente, quería morir, terminar con aquella agonía. Cayó de rodillas al suelo y profirió un agudo grito mientras sentía sus entrañas retorcerse, sabía que estaba muriendo.
Y para todos los que en Lyon vivían, ella había muerto. Sólo escucharon el grito y, al llegar al lugar, no la encontraron, sólo sangre manchando el suelo; el tiempo hizo lo demás: la declararon muerta y Loui se buscó otra mujer, nadie recordaba ya a la pelirroja. Pero no estaba muerta, técnicamente sí, pero no del todo. Marco le había regalado el don de la inmortalidad aquella noche, le había dado la oportunidad de cambiar su vida y hacer con ella lo que quisiera. Al principio fue difícil, como todo, pero el paso de los años hizo que perfeccionase sus habilidades, conociese mundo y grandes experiencias junto a Marco, con quien compartía todo. Para borrar todo rastro de su vida en Lyon, cambió su apellido por el de soltera, supuestamente extinto tras su matrimonio, y juntos recorrieron toda Europa.
Una pareja perfecta a ojos de la gente allí donde fuesen: jóvenes, cultos, hermosos, atrayentes… lo tenían todo. Pero lo bueno nunca dura una eternidad. Necesitaban comer, como cualquier ser, y no se privaban de caza en ninguna parte, pero una noche todo salió mal. Se encontraban en España y corría el año 1712 cuando arrinconaron a su solitaria presa en un claro de bosque, dispuestos a saciarse con ella hasta, quizá, matarla. Pero por lo visto la chica no estaba sola, pues cuatro cazadores aparecieron en el claro y, aunque no era a primera vez que se encontraban en aprietos, esta vez Marco quedó en el claro. Huyó del lugar como pudo, enfadada consigo misma por haber dejado que lo matasen ante sus ojos, rota por dentro al darse cuenta de que estaba sola, sola y perdida a pesar de la experiencia que tenía.
Juró venganza, y la cumplió, en menos de veinte años había encontrado y dado muerte a los cazadores, había asediado el pueblo de la España central en la que habían matado a Marco, se había encargado personalmente de que los gritos llenasen la noche. Ya no le quedaba nada más que hacer en ese lugar, así que volvió a empezar de cero: encontraba alguna compañía para unos pocos años, pero nunca estaba satisfecha, pues nadie era como Marco. Viajaba y disfrutaba de su vida nocturna, pero estaba cansada de vagar de un lado a otro, así que volvió a Francia, pero no a Lyon, no quería que nadie le sacara parecidos con la que un día fue su madre, así que se fue a la capital: Paris.
¿Quién iba a decirle que allí por fin iba a encontrar un lugar en el que quedarse unos cuantos años? No tardó en hacerse con un hogar, pues el dinero rebosaba de sus antiguas arcas; le gustaba Paris y había decidió quedarse allí largo tiempo. Cuando llegó a la ciudad corría el año 1799 y, tras un corto año en la ciudad sus ganas por no marcharse, sólo aumentaban.
La niña parecía siempre enferma, demasiado delgada, demasiado pálida, ojeras constantes… En realidad ningún doctor apostaba porque durase más de un año, pero contra todo pronóstico, la delgaducha pelirroja consiguió sobrevivir un año, dos y muchos más. Se crió entre mujeres y clases privadas en el salón de la imponente casa de su padre, manteniendo una relación fría con Jean Pierre, aunque la niña nunca entendió porqué su anciano padre parecía odiarla. Cuando llegó a la edad de 16 años, su padre murió, pero ya se había encarado de no dejar ningún hilo suelto: su hija se casaría con el hijo de su mejor amigo, Loui De Boulie, quien se encargaría de llevar los asuntos relacionados con la herencia de Zoè y, por supuesto, mantenerla y cuidar de ella como si de una princesa de porcelana china se tratase.
Por ese entonces, Zoè ya no era la niña enclenque que todos recordaban, se había convertido en una jovencita de muy buen ver, sana y fuerte, aunque aún quedaba el rastro de su piel pálida, signo de grandes carencias durante el embarazo de su madre. Unos meses después de la muerte de su padre y contando ya con 17 años, Zoè cumplió con las últimas voluntades de su padre y contrajo matrimonio con Loui y adoptó el apellido De Boulie. Pero un matrimonio arreglado nunca termina bien; y este caso no es la excepción.
Se encontraba vacía, sola, a pesar de las atenciones que su marido, guapo y noble contra todo pronóstico, le dedicaba. No era feliz, no le amaba, estaba obligada a compartir u vida con alguien a quien a penas conocía. Terminó haciéndose a la idea de que eso sería todo lo que tendría hasta el día de su muerte: lujo y caprichos que no llenaban jamás el hueco que creaba la necesidad de alguien a quien amar. Alguien a quien amar, esa sería la solución a sus problemas y, ¿a quién se ama más que a un hijo? Pero por lo visto, al igual que su madre, no era licencia de Dios que ella fuese feliz con un hijo al que querer. Llevaba ya tres años casada cuando por fin logró darle la noticia de su embarazo a su marido, pero a las pocas semanas, perdió el hijo que esperaba.
Zoè se hundió, sabiendo el historial de embarazos malogrados de su madre, pensando que ella sería igual y el día que por fin pudiese tener un hijo sería demasiado vieja para poder disfrutarlo; se refugiaba en el silencio de su dormitorio, sola, pasando las páginas de libros con ilustraciones de bebés rechonchos sostenidos por los brazos protectores de sus madres sonrientes. Ella jamás sería una de esas madres, le quedaba la soledad de por vida al lado de su marido. Nada había que le hiciese sonreír, nada que lograse sacarle el brillo que un día tuvo en sus ojos; no quería hablar con nadie, no quería ver la luz del día nunca más.
Su marido, en absurdos intentos por devolverle la alegría a su querida pelirroja, se molestaba en llevar invitados a casa, a celebrar fiestas y llevar a Zoè a eventos sociales, pero no funcionaba. O al menos eso pensaba ella, porque fue en uno de esos sonados eventos del año 1595, cuando conoció a Marco Esposito, un recién llegado italiano de alta alcurnia. El hombre era agraciado, simpático, encantador… y tremendamente hermoso. Zoè sintió algo que nunca había sentido al ver por primera vez a Marco, como si su estómago diese un vuelco y su mundo se tornase del revés. Unas pocas palabras bastaron para que ella, inesperadamente, volviese a sonreír; quizá eso era lo que llamaban enamorarse de alguien.
No. Era una locura, no debía pensar en eso, estaba casada y era incapaz de darle hijos a su marido, no debía pensar en otro hombre; pero simplemente no podía sacárselo de la cabeza. No le veía en la iglesia por las mañanas, ni siquiera se cruzaba con él en sus paseos por los jardines de la ciudad, sólo lograba verlo en alguna fiesta de la sociedad de Lyon. Extraño, era realmente extraño, pero no le importaba en absoluto, sólo quería observarle desde la lejanía. Tres noches más en compañía del recién llegado, delante de todos los invitados a la fiesta, fueron suficientes para que ella se diese cuenta de la verdad: se había enamorado locamente de un desconocido que le contaba sus vivencias y se reservaba la gran parte del tiempo.
No tardó en abrirse a él, contarle todas sus penurias, lo desdichada que era en su mundo rosa de algodón, era como si los ojos de él incitasen a la pelirroja a contarle todo sobre ella. “¿Sois desdichada, Madmoiselle? Yo podría haceros muy dichosa, si me lo permitieseis”. ¿Cuándo se habían quedado solos en los jardines de la mansión? No tenía ni la más menor idea de eso, pero nadie escuchó el grito ahogado que intentó salir entre sus labios tapados por la mano de Marco cuando este clavó sus afilados colmillos en la piel del cuello de Zoè y bebió lentamente su sangre. Mareada, presa del pánico, ella intentó zafarse de él, pero su agarre era firme “Deja que te muestre lo bueno que es vivir mi vida, Zoè”; no, ese hombre estaba claramente enfermo, no había otra explicación a que se hubiese mordido su propia mejilla y la colocase fuertemente sobre la boca de la chica, aquello le resultaba horrible a la joven, asqueroso, adictivo… Extrañamente adictivo, pues no quería separar los labios de su piel, sentía la sangre caer en su boca con un extraño sabor que no quería dejar de disfrutar. Pero cuando esta se derramó por fin por su garganta, el dolor invadió su cuerpo y su mente, quería morir, terminar con aquella agonía. Cayó de rodillas al suelo y profirió un agudo grito mientras sentía sus entrañas retorcerse, sabía que estaba muriendo.
Y para todos los que en Lyon vivían, ella había muerto. Sólo escucharon el grito y, al llegar al lugar, no la encontraron, sólo sangre manchando el suelo; el tiempo hizo lo demás: la declararon muerta y Loui se buscó otra mujer, nadie recordaba ya a la pelirroja. Pero no estaba muerta, técnicamente sí, pero no del todo. Marco le había regalado el don de la inmortalidad aquella noche, le había dado la oportunidad de cambiar su vida y hacer con ella lo que quisiera. Al principio fue difícil, como todo, pero el paso de los años hizo que perfeccionase sus habilidades, conociese mundo y grandes experiencias junto a Marco, con quien compartía todo. Para borrar todo rastro de su vida en Lyon, cambió su apellido por el de soltera, supuestamente extinto tras su matrimonio, y juntos recorrieron toda Europa.
Una pareja perfecta a ojos de la gente allí donde fuesen: jóvenes, cultos, hermosos, atrayentes… lo tenían todo. Pero lo bueno nunca dura una eternidad. Necesitaban comer, como cualquier ser, y no se privaban de caza en ninguna parte, pero una noche todo salió mal. Se encontraban en España y corría el año 1712 cuando arrinconaron a su solitaria presa en un claro de bosque, dispuestos a saciarse con ella hasta, quizá, matarla. Pero por lo visto la chica no estaba sola, pues cuatro cazadores aparecieron en el claro y, aunque no era a primera vez que se encontraban en aprietos, esta vez Marco quedó en el claro. Huyó del lugar como pudo, enfadada consigo misma por haber dejado que lo matasen ante sus ojos, rota por dentro al darse cuenta de que estaba sola, sola y perdida a pesar de la experiencia que tenía.
Juró venganza, y la cumplió, en menos de veinte años había encontrado y dado muerte a los cazadores, había asediado el pueblo de la España central en la que habían matado a Marco, se había encargado personalmente de que los gritos llenasen la noche. Ya no le quedaba nada más que hacer en ese lugar, así que volvió a empezar de cero: encontraba alguna compañía para unos pocos años, pero nunca estaba satisfecha, pues nadie era como Marco. Viajaba y disfrutaba de su vida nocturna, pero estaba cansada de vagar de un lado a otro, así que volvió a Francia, pero no a Lyon, no quería que nadie le sacara parecidos con la que un día fue su madre, así que se fue a la capital: Paris.
¿Quién iba a decirle que allí por fin iba a encontrar un lugar en el que quedarse unos cuantos años? No tardó en hacerse con un hogar, pues el dinero rebosaba de sus antiguas arcas; le gustaba Paris y había decidió quedarse allí largo tiempo. Cuando llegó a la ciudad corría el año 1799 y, tras un corto año en la ciudad sus ganas por no marcharse, sólo aumentaban.
DATOS EXTRA
*Sabe que tiene que encontrar a alguien con quien compartir su extraña vida, pero no tiene prisa por ello, ya que cree que jamás encontrará a alguien como su creador.
*No echa de menos su desdichada vida humana, pero sí le hubiese gustado ser madre, por lo que siente una especial debilidad por los niños, para lo bueno y lo malo.
*Le encanta “jugar con la comida” y se dedica a confundir a sus víctimas antes de beber de ellas.
*Es mecenas de arte desde hace más de cien años y posee una extensa colección de arte.
*Tiene predilección por la joyería y los zapatos de tacón.
*No echa de menos su desdichada vida humana, pero sí le hubiese gustado ser madre, por lo que siente una especial debilidad por los niños, para lo bueno y lo malo.
*Le encanta “jugar con la comida” y se dedica a confundir a sus víctimas antes de beber de ellas.
*Es mecenas de arte desde hace más de cien años y posee una extensa colección de arte.
*Tiene predilección por la joyería y los zapatos de tacón.
gracias a αgusτınα• de sourcecode
Última edición por Chloè V. D'aubert el Dom Ago 18, 2013 4:05 pm, editado 1 vez
Zoè V. D'aubert- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 16/08/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Zoè V. D'aubert || Archivo de vida y muerte.
OBSERVACIONES:
TU FICHA ESTÁ CORRECTA, SOLAMENTE TE PIDO QUE HAGAS EL CAMBIO DE NOMBRE POR LA RAZÓN QUE TE EXPLIQUÉ ANTERIORMENTE, LO REGISTRES, Y ENSEGUIDA TE DAREMOS LA APROBACIÓN. GRACIAS.
TU FICHA ESTÁ CORRECTA, SOLAMENTE TE PIDO QUE HAGAS EL CAMBIO DE NOMBRE POR LA RAZÓN QUE TE EXPLIQUÉ ANTERIORMENTE, LO REGISTRES, Y ENSEGUIDA TE DAREMOS LA APROBACIÓN. GRACIAS.
Nigel Quartermane- Vampiro/Realeza [Admin]
- Mensajes : 10717
Fecha de inscripción : 11/01/2010
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Zoè V. D'aubert || Archivo de vida y muerte.
Ficha editada con el nombre correcto y finalizada.
Zoè V. D'aubert- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 16/08/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Zoè V. D'aubert || Archivo de vida y muerte.
FICHA APROBADA
BIENVENIDA A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
BIENVENIDA A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
Nigel Quartermane- Vampiro/Realeza [Admin]
- Mensajes : 10717
Fecha de inscripción : 11/01/2010
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» La muerte en vida.
» En la vida y en la muerte
» La vida es una muerte que viene [Destiny]
» La vida es la muerte segura [Alyss]
» La vida después de la muerte de un ser amado
» En la vida y en la muerte
» La vida es una muerte que viene [Destiny]
» La vida es la muerte segura [Alyss]
» La vida después de la muerte de un ser amado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour