AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The rise and the fall [Thánatos]
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The rise and the fall [Thánatos]
Volátil y caprichosa siempre, la mujer.
Virgilio
¿De qué servia una casa tan grande cuando cada rincón despedía solo frialdad? La respuesta que Nerissa habría dado en esos precisos instantes solo podía ser una, para nada… absolutamente nada. Esa semana en particular los caprichos de la joven se habían vuelto particularmente extraños y cuando no lograba conseguirlos hacía rabietas infantiles que su padre jamás espero ver de nuevo en ella, sin embargo ella decía a si misma que parte de las recuperaciones de algo eran las recaídas, y por más horribles que esas fueran solo durarían poco o esa era su idea al respecto. A los demás que tenían que soportarla claro que esa idea era lo ultimo que les interesaba pues solo deseaban estar lo más lejos posible de ella y de sus peticiones; ese era finalmente el motivo por el cual su padre había decidido salir a un importante "viaje de negocios".
Si bien su padre se despidió, beso su mejilla y monto en el carruaje, ella camino hasta su habitación y se encerró, no deseaba salir ni ver a nadie. Dio ordenes especificas de que le llevaran la comida, le dejaran afuera de su habitación y después se retiraran. Para pasar el tiempo pidió libros, que debían ser entregados de la misma manera que la comida y tres días después de aquel encierro en el que se encontraba su molestia y frustración habían disminuido más aun no le parecía lo suficiente como para abandonar aquel sitio que ya contaba con varias mesas llenas de libros y algunos otros regados por el suelo, muchos de ellos no los había tocado aún ni antes, ni ahora.
Nerissa era bastante extraña al momento de leer, comenzaba leyendo uno y cuando se aburría pasaba a otro, así sucesivamente hasta que llegaba al primero y entonces de esa manera se iba hasta que lograba terminar uno, un gran suceso que ocurría pocas veces al año.
Llevaba horas sentada en la cama cuando se percato de que el atardecer estaba cerca y se levanto solo para dirigirse hasta la ventana, deseaba tomar algo de aire exterior y contemplar los tonos rojizos del atardecer antes de tener que cerrar nuevamente la ventana. Abrió la ventana de par en par y atrajo en su dirección una silla cercana, se acomodo recargando su brazo en la ventana y su mano sobre el mismo; mirado como un nuevo día se despedía de todos los habitantes de París. Suspiro al tiempo que el la luz daba paso a un tono naranja y posteriormente uno rojizo que termino por volverse negro; ese negro que solo podía pertenecer a la noche… a ella y a todas las criaturas nocturnas que rondaban por París y sus alrededores. Sin darse cuenta y apenas en un parpadeo, se quedo dormida en esa pose soñando con lo que había leído durante el día.
Virgilio
¿De qué servia una casa tan grande cuando cada rincón despedía solo frialdad? La respuesta que Nerissa habría dado en esos precisos instantes solo podía ser una, para nada… absolutamente nada. Esa semana en particular los caprichos de la joven se habían vuelto particularmente extraños y cuando no lograba conseguirlos hacía rabietas infantiles que su padre jamás espero ver de nuevo en ella, sin embargo ella decía a si misma que parte de las recuperaciones de algo eran las recaídas, y por más horribles que esas fueran solo durarían poco o esa era su idea al respecto. A los demás que tenían que soportarla claro que esa idea era lo ultimo que les interesaba pues solo deseaban estar lo más lejos posible de ella y de sus peticiones; ese era finalmente el motivo por el cual su padre había decidido salir a un importante "viaje de negocios".
Si bien su padre se despidió, beso su mejilla y monto en el carruaje, ella camino hasta su habitación y se encerró, no deseaba salir ni ver a nadie. Dio ordenes especificas de que le llevaran la comida, le dejaran afuera de su habitación y después se retiraran. Para pasar el tiempo pidió libros, que debían ser entregados de la misma manera que la comida y tres días después de aquel encierro en el que se encontraba su molestia y frustración habían disminuido más aun no le parecía lo suficiente como para abandonar aquel sitio que ya contaba con varias mesas llenas de libros y algunos otros regados por el suelo, muchos de ellos no los había tocado aún ni antes, ni ahora.
Nerissa era bastante extraña al momento de leer, comenzaba leyendo uno y cuando se aburría pasaba a otro, así sucesivamente hasta que llegaba al primero y entonces de esa manera se iba hasta que lograba terminar uno, un gran suceso que ocurría pocas veces al año.
Llevaba horas sentada en la cama cuando se percato de que el atardecer estaba cerca y se levanto solo para dirigirse hasta la ventana, deseaba tomar algo de aire exterior y contemplar los tonos rojizos del atardecer antes de tener que cerrar nuevamente la ventana. Abrió la ventana de par en par y atrajo en su dirección una silla cercana, se acomodo recargando su brazo en la ventana y su mano sobre el mismo; mirado como un nuevo día se despedía de todos los habitantes de París. Suspiro al tiempo que el la luz daba paso a un tono naranja y posteriormente uno rojizo que termino por volverse negro; ese negro que solo podía pertenecer a la noche… a ella y a todas las criaturas nocturnas que rondaban por París y sus alrededores. Sin darse cuenta y apenas en un parpadeo, se quedo dormida en esa pose soñando con lo que había leído durante el día.
Karen Nygard- Hechicero Clase Media
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Re: The rise and the fall [Thánatos]
El alma ha de esconder el libro prohibido
Noche de vientos, gimiendo soplados negros a través de esta mente muerta por una cripta viviente del pasado, hace siglos atrás se hallaban entre una pelea del saber por las criaturas de suma belleza y de existencias misteriosas que eran escondidas en dos libros, en las insignias del poder que el mundo desprendía; amor u odio, vida o muerte como el reino prometido de Dios y la inquisición. Siendo cada una transcritas en páginas que solo la habilidad ambigua pudiera descifrar e interpretar los versículos bíblicos del original evangelio de lo desconocido.Los libros permanecieron en secreto, escondidos en la “Santa Inquisición” pero durante años la codicia, la ambición de dominar el mundo se ejerció que ambos libros fueron separados, habían sido llevados a los que fueron elegidos como guardianes del “Statuto de vita aeterna”…Sangrando hasta proteger el tesoro de las plegarias recitadas del ritual, juraron solemnemente entregar la existencia por cuidar de que estos libros que no fuese encontrados por nadie más. Pero la efímera paz se vio orillada a ser sometida por la maldad, alguien recito el alma de la muerte;
“Amado príncipe del abismo del averno magia y poder te son conferidos, revélame tu secreta ostia de perdición que hoy he de abrazar tu luz verdadera, hoy mi vida amarga será de ti maestro, al cual mis suplicas como relicario de dolor son escuchadas y de mi haces un guerrero, de mi haces la voz del odio y me otorgas la autoridad para someter a los corderos de dios…
Reescribiré la historia humana con la sangre martirizada del trozo de madera, (quienes la tomen son aquello religiosos que han de morir), reescribiendo el destino humano sobre lapidas de los hijos innombrables ante el reino de Lucifer, el conocimiento y la sabiduría de los elegidos se creara la historia del mundo sin Dios, sin opresiones, la historia humana vagara en la inquisición y la persecución, abriendo l senda al nuevo orden donde todo belcebú será sinónimo de libertad, el hombre callara ante el temor del infierno, actuaran buscando la perfección tomando de herencia el poder de la eterna vida sin blasfemas esperanzas”
Con la tinta de la pluma con sangre se ve Thánatos transcribiendo su nombre en la misión por cumplir en traer el libro de la vida, poniendo su destino en las manos de un reclamo para unirse en templo y en alma aunque Sopor (esa alma maldita que se cree dueño de el por la maldición que cogió entre sus manos) obtuviera más poder sobre el con el ritual que establecía frente a su ideología. Su muerte cuando la vida que está viviendo hacia el final se acerca, su maldición aún no ha sido destruida, si no deja a un primogénito de su sangre (refiriéndose a darle el beso de la muerte a un mortal) y el muere se llevara al hades la existencia de su hijo, para ello necesita dejar que siga viviendo su sangre, pero cada vez esto se hace un tormento, debe ir en busca del libro perdido que ha permanecido escondido por seguir los secretos que aún no han sido revelados de las criaturas que desean apoderarse de la muerte con un simple rito.
Acercando el final, pueden entrar al reino con un reclamo de sangre y la firma del destino pueden cambiar, entregando las almas o arrebatándolas, corriendo en peligro la Inquisición, caerá en fuego si el pecado no sigue siendo consumido y todos aquellos de reyes a esclavos serán.
____________________________________________
Estará en algún sitio, buscando, buscando en los signos de las dudas, ordenando los sueños olvidados de los profetas, indagando sobre las muertes privadas, nadie explico con certeza las desapariciones de las pistas, detuvieron los rituales por creer que sería el fin de la inmundicia, desaparecían uno por uno los trozos de papel donde se halaba el nombre de la secta original de los guardianes, cada sobrenombre se transfiguro, manchas negras eran vislumbradas olvidando a que sombras pertenece cada uno pero solo uno permaneció intacto …”Corman”
Recorriendo las viviendas conocidas por los señores, como un oasis de espejismo fue tras nombres y apellidos que lo llevaran, revisando mansiones, castillos hasta simples hogares comunes por los humanos pero la búsqueda era inútil, los espías no hallaban las características del antiguo libro.
“Estará en algún sitio, solo debo seguir el sur del alma es posible que hayan extraviado la brújula y vaguen preguntando donde quedo el amor porque viene el odio” Pensó Thánatos con la cristología que venía transcrita debajo del nombre, siguiendo sus instintos, descifrando aquellas palabras, sin percatarse de que el viento soplaba con tranquilidad, viendo a lo lejos una imagen de mujer, podía percibir su perfume, avanzando más hacia el frente, era sorprendente la manera en la que descansaba sobre su ventana, alzando vuelo hacia ella que se posó a un lado, irradiaba una suma tranquilidad que se distrajo con ella al acariciar sus cabellos …”Busca el libro” Su mente le ordenaba con enfado….”Teneis que hallar el libro o seré yo quien acabe con tu estúpida existencia” Seguían los pensamientos desbordados, pero era inútil aquella joven le brindaba cierta armonía que podía ofrecer el afecto al recordarle como es el amor de un padre.
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Re: The rise and the fall [Thánatos]
El afortunado hallazgo de un solo libro puede haber cambiado el destino de un hombre.
Marcel Proust
Que descansara de esa manera, tranquila y sin aparentes preocupaciones era lo mejor para ella, las cosas fuera de ese cuarto estaban tomando un curso que nunca creyó haber podido imagina y todo debía agradecerlo a un simple aspecto de su vida… el apellido Corman, ese del que se jactaba orgullosa en muchas ocasiones pero que poseía un pasado oculto que nadie de su familia conocía ya. Todos ellos se creían simplemente gente adinerada que viviría de esa manera siempre, pero detrás de ese apellido se ocultaba una realidad mayor, una que alguna vez lleno las manos de sus antecesores de sangre; pues buscaban algo que no estaba hecho para ellos… sencillamente eso no estaba hecho para el mundo.
El mundo de las tinieblas estaba alcanzando su ventana y ella misma le había dado paso. Aquel ser que fue guiado hasta ella, estaba en ese lugar por algo más que una simple coincidencia pues el objeto que con tanto empeño estaba encomendado a buscar descansaba entre una de las tantas pilas que la joven había formado en su cuarto.
Ese libro que había sido incapaz de leer y que le había producido un escalofrío tremendo, por ese motivo le coloco debajo de una gran pila de otros libros más alegres; como intentando ocultar el mal cometido por sus antecesores cubriendo con toda la gloria de los días presentes. El libro de aquella historia que hasta entonces había dado giros de una cosa a otra estaba entonces iniciando su capitulo final, uno que le llevaría sin duda alguna un nuevo titulo, a un nuevo libro mucho más glorioso quizás que el que ahora lucía en su durmiente rostro.
Una brisa fría acaricio sus cabellos y un escalofrío recorrió su cuerpo mientras se movía levemente y su conciencia volvía a ser dueña de su cuerpo que hasta ese momento había estado inmóvil en la ventana, lo magnifico de los seres sobrenaturales era que entre su sutileza para moverse en el mundo humano podían escabullirse de manera veloz, como si nunca jamás alguno se hubiera detenido a admirar a alguien de fragilidad humana.
Nerissa respiro ligeramente y sus ojos comenzaron lentamente abrirse, mientras sus manos se estiraban; esa posición había sido mantenida por ella al parecer más rato del que esperaba pues las zonas no cubiertas de su cuerpo por tela estaban frías. Se levanto de la silla y la coloco en su lugar antes de volver a la ventana.
Suspiro admirando de nueva cuenta el exterior y solo entonces cerro aquella ventana a lo extraño, a lo desconocido… más ya era demasiado tarde. La rueda del destino que había comenzado a girar desde el momento que sus antepasados heredaron ese libro como legado familiar estaba girando cada vez más y más veloz, llegando al punto en el que no importaba que movimientos se hicieran nada de lo que sucediera o no, podría cambiar nada.
Paso sus dedos suavemente por uno de los cristales de la ventana y se giro para contemplar de nuevo su cuarto, aquel diminuto santuario de libros y sonrío, creyendo que lo mejor sería comenzar a llevar los que hubiera terminado ya a la pequeña biblioteca de la casa.
Camino entonces y se coloco frente a la pila de libros que ocultaban aquel pecado familiar y tomando uno por uno comenzó a revisarles, dejando de un lado aquellos que había terminado o no le parecieron interesantes y los que no había leído o le gustaron del otro.
Lentamente sus manos se encontraban cada vez más cerca del libro que el sobrenatural que le miro con amor paternal estaba buscando.
Marcel Proust
Que descansara de esa manera, tranquila y sin aparentes preocupaciones era lo mejor para ella, las cosas fuera de ese cuarto estaban tomando un curso que nunca creyó haber podido imagina y todo debía agradecerlo a un simple aspecto de su vida… el apellido Corman, ese del que se jactaba orgullosa en muchas ocasiones pero que poseía un pasado oculto que nadie de su familia conocía ya. Todos ellos se creían simplemente gente adinerada que viviría de esa manera siempre, pero detrás de ese apellido se ocultaba una realidad mayor, una que alguna vez lleno las manos de sus antecesores de sangre; pues buscaban algo que no estaba hecho para ellos… sencillamente eso no estaba hecho para el mundo.
El mundo de las tinieblas estaba alcanzando su ventana y ella misma le había dado paso. Aquel ser que fue guiado hasta ella, estaba en ese lugar por algo más que una simple coincidencia pues el objeto que con tanto empeño estaba encomendado a buscar descansaba entre una de las tantas pilas que la joven había formado en su cuarto.
Ese libro que había sido incapaz de leer y que le había producido un escalofrío tremendo, por ese motivo le coloco debajo de una gran pila de otros libros más alegres; como intentando ocultar el mal cometido por sus antecesores cubriendo con toda la gloria de los días presentes. El libro de aquella historia que hasta entonces había dado giros de una cosa a otra estaba entonces iniciando su capitulo final, uno que le llevaría sin duda alguna un nuevo titulo, a un nuevo libro mucho más glorioso quizás que el que ahora lucía en su durmiente rostro.
Una brisa fría acaricio sus cabellos y un escalofrío recorrió su cuerpo mientras se movía levemente y su conciencia volvía a ser dueña de su cuerpo que hasta ese momento había estado inmóvil en la ventana, lo magnifico de los seres sobrenaturales era que entre su sutileza para moverse en el mundo humano podían escabullirse de manera veloz, como si nunca jamás alguno se hubiera detenido a admirar a alguien de fragilidad humana.
Nerissa respiro ligeramente y sus ojos comenzaron lentamente abrirse, mientras sus manos se estiraban; esa posición había sido mantenida por ella al parecer más rato del que esperaba pues las zonas no cubiertas de su cuerpo por tela estaban frías. Se levanto de la silla y la coloco en su lugar antes de volver a la ventana.
Suspiro admirando de nueva cuenta el exterior y solo entonces cerro aquella ventana a lo extraño, a lo desconocido… más ya era demasiado tarde. La rueda del destino que había comenzado a girar desde el momento que sus antepasados heredaron ese libro como legado familiar estaba girando cada vez más y más veloz, llegando al punto en el que no importaba que movimientos se hicieran nada de lo que sucediera o no, podría cambiar nada.
Paso sus dedos suavemente por uno de los cristales de la ventana y se giro para contemplar de nuevo su cuarto, aquel diminuto santuario de libros y sonrío, creyendo que lo mejor sería comenzar a llevar los que hubiera terminado ya a la pequeña biblioteca de la casa.
Camino entonces y se coloco frente a la pila de libros que ocultaban aquel pecado familiar y tomando uno por uno comenzó a revisarles, dejando de un lado aquellos que había terminado o no le parecieron interesantes y los que no había leído o le gustaron del otro.
Lentamente sus manos se encontraban cada vez más cerca del libro que el sobrenatural que le miro con amor paternal estaba buscando.
Karen Nygard- Hechicero Clase Media
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Re: The rise and the fall [Thánatos]
Huyen los libros de su destino, las palabras se desvanece por temor a que les interpreten y el título queda como recuerdo en la mente…
Destellando de hermosos recuerdos, aquellos donde la vida era sujetada de alegrías y sonrisas pero ahora todo se había desvanecido, su esposa, su bella amada fallecida, el fruto de aquella unión donde el pecado y la traición no significaban nada por ser devotos del amor que nunca morirá y que quiere mantener ese recuerdo en su hijo a quien le está entregando su propia vida por salvarle....Justo ese libro es la base de la desunión del cuerpo y el alma, hacer que el alma viva en una inmortalidad hasta que sea suplantada en otro templo, demasiados secretos que la maldad desprendía, la tortura y la destrucción de la humanidad, todo lo que aquel cuervo había vivido se hallaba en esas páginas ambiguas, la oración seguía en su mente y aquella mujer le ofrecía un lenguaje calmante ante tantas incógnitas, enigmas que deseaba descubrir y que solo ella al leerle sus preciados pensamientos le llenaban de una esperanza renovada.
Desapareciendo de su vista, escondiéndose para que no se percatara de su presencia y vigilo sus pasos, aquella caricia que desprendió de sus cabellos le regala la mejor sensación el de un padre protegiendo lo que más ama, interpretando sus movimientos, una vez el sonido de la ventana cerrada resonó que este se hallaba dentro de su aposento, reflejándose como su sombra…”Sigue su instinto, seduce su mente que te atrae demasiado, sabes que te ha dado la respuesta ¿Qué esperas? Corre tras los libros y busca lo que tanto anhelas…corre que el alma se escapara y se volverá a esconder el poder del mal” Despreciable voz cantarina, en su mente le siguen hablando que no obedece, se queda plasmado reflejando un interés especial en la señorita, detalladamente se siente en un sueño viviente, la humanidad flota en el aura, aquel corazón le interpreta la hermosa melodía de la vida, contemplándola como si fuese la nada que no se pueda explicar de su existencia.
“Lo que me alimenta me mata”
Cada vez que permanecía cerca del libro podía percibir como un vacío resaltaba en el pecho, anuncia la trágica linfa manchada de arañas que envenenan cada instante que permanecia cerca de los artilugios denegados, dejándose llevar que se acerca a la joven, sus pasos como un silencio remitido eran, pero la sombra se movía, cada vez está más cerca y captura el poder intenso de la oscuridad, era como si el cuervo desplegara sus alas y saliera a volar, el mismo sentir de cuando su hijo se hallaba a su lado, el odio reinador de todo pecado, tristeza reflejada en las olas del aire y ahí se encuentra detrás de ella, toma su mano, aquella con la que sujeta un libro el cual no era el correcto y susurra…-Hablo de un tiempo que no puedes conocer, descolgaban lilas justo debajo de ventanas y si ese aposento serbia de nido era codiciado por todos, esperaban la gloria recitando versos junto a la chimenea olvidando el invierno, retocando dibujos acerca de lo que en ese entonces era la vida, pero justo una línea de un seno, de un perfil y de una cadera hacía falta amarse, amar a la vida como era, solo se vivió del aire del tiempo, pero ahora se torna todo triste y veo en vuestras pupilas lo que os digo, eres tu acaso ¿La juventud de Corman?
Pupilas enfatizando la sinceridad con las palabras que habla, delicados toques que desprendía, suave como el pétalo de una rosa, el aliento de la boca cual dulces embriagadores parecían abordar, pues era perder el tiempo en busca de culpables de que cayera el mal por toda la tierra, hasta el cielo era contaminado de oscuras criaturas, recitándole lo que el padre de la pequeña transcribió como una clave…-Los nombres son desconocidos, la evidencia de la falta de pruebas es la culpa de la vida, todo se ha perdido en penas, de la malicia y también privado de un sabor más dulce que el odio, tu padre es a quien queremos, sé que estas enterada del que debió ser un secreto…-elevando la mano ajena a los labios propios y un beso le desposa.- Eres pura, amada y con un génesis en tu linfa, de tu boca debo sacar el réquiem, el aria de un disparo “Tú debes ser mi libro” estas relacionada con todo, ahora seras la que entregue la maldad a mis manos, dime ¿Donde se encuentra tu padre? Debo de entregarle un mensaje, ademas de que tu ya eres mía…
Invitado- Invitado
Re: The rise and the fall [Thánatos]
Ella no siente el peligro, porque ella no conoce el pecado.
John Dryden
Sujetaba uno tras otro cada uno de aquellos libros, hasta que sus manos se posan en uno que esta antes maldito, aquel que solo llevaba desgracias a su familia. Por un instante al ver cual seguía después del que sostenía sonrió pues recordó a Reika al ver el libro… aquella mujer le resultaba tan incomprensible como lo que sus manos aferraban en esos momentos y justo al igual que ese libro simplemente le resultaba demasiado atrayente, tanto que había decidido entregarle su corazón. Ante esos deseos solo existía un inconveniente, que el destino estaba en su contra y no sería capaz de entregarle de la manera en la que tanto deseaba su corazón.
Suspiro disponiendo a abandonar en la pila de los que no le interesaban aquel que aún cargaba, solo que su mano fue detenida a medio camino. Aquel frío que dolía, la manera sigilosa de llegar hasta ella; erróneamente creyó que quien estaba ahí era aquella a quien amaba pero la voz que vino no era la esperada, no pronuncio algo de lo que ella deseaba oír.
No le cabía duda alguna de que quien se encontraba en su habitación era un vampiro por lo mismo sabía a la perfección que intentar escapar le resultaría inútil aunque con un poco de suerte creía que lograría escapar de las garras de la muerte, aún era ilusa o quizás la esperanza que un corazón muerto le transmitía mantenía sus pensamientos en un ensueño plagado de mentiras.
Lentamente giro el rostro para contemplar a aquel hombre que con voz calma y tacto suave se dirigía a ella, no parecía a simple vista querer dañarle y eso en cierta manera le animo a responder a sus palabras además de que el hecho de que conociera su apellido le parecía bastante peculiar.
– Soy una Corman, en eso tienes toda la razón más creo que debo conocer quién es quien se dirige a mi en estos momentos además de rogarle que se dirija a mi por mi nombre de no ser molestia – termino por girar el cuerpo entero y ver a los ojos del hombre aquel, por un segundo pensó en su padre y en que esos ojos inmortales le transmitían la seguridad que le brindaban los de su padre cuando le prestaba la atención debida a ella – mi nombre es Nerissa.
Su mano fue besada, un escalofrío recorrió su cuerpo y las preguntas se aglomeraron en su mente. Desconocía a lo que se refería al hablar de un secreto, creía haber conocido todo lo que debía de la familia y ahora, con esas palabras surgía la duda ¿Conocía todo? al mirar a los ojos de aquel inmortal sabía que no era todo, que existían cosas que al parecer no era apropiado que supiera y entonces recordó todo lo que su padre solía hacer, las platicas que no le permitía escuchar, la forma en la que le decía que si alguna vez alguien inventaba algo sobre la familia le dijera de inmediato para desmentir todo aquello… ¿tendría todo eso que ver con el secreto?
– No sé a que te refieres… – mencionó con las dudas golpeando su mente y con mirada confundida mirando al hombre. Las palabras que prosiguieron le aterraron; ella ser un libro, darle la maldad y ser de él… ¿Podía ser eso verdad? – Mi padre no esta, salió a atender unos negocios. Pero dime ¿Qué buscas en esta casa? ¿Qué hemos hecho?– mencionó firme, sintiendo como una lágrima rodaba por su mejilla; por un motivo que aún desconocía sabía que lo que él vampiro le decía se llevaría a cabo y ella ya no sería ella, nunca más.
John Dryden
Sujetaba uno tras otro cada uno de aquellos libros, hasta que sus manos se posan en uno que esta antes maldito, aquel que solo llevaba desgracias a su familia. Por un instante al ver cual seguía después del que sostenía sonrió pues recordó a Reika al ver el libro… aquella mujer le resultaba tan incomprensible como lo que sus manos aferraban en esos momentos y justo al igual que ese libro simplemente le resultaba demasiado atrayente, tanto que había decidido entregarle su corazón. Ante esos deseos solo existía un inconveniente, que el destino estaba en su contra y no sería capaz de entregarle de la manera en la que tanto deseaba su corazón.
Suspiro disponiendo a abandonar en la pila de los que no le interesaban aquel que aún cargaba, solo que su mano fue detenida a medio camino. Aquel frío que dolía, la manera sigilosa de llegar hasta ella; erróneamente creyó que quien estaba ahí era aquella a quien amaba pero la voz que vino no era la esperada, no pronuncio algo de lo que ella deseaba oír.
No le cabía duda alguna de que quien se encontraba en su habitación era un vampiro por lo mismo sabía a la perfección que intentar escapar le resultaría inútil aunque con un poco de suerte creía que lograría escapar de las garras de la muerte, aún era ilusa o quizás la esperanza que un corazón muerto le transmitía mantenía sus pensamientos en un ensueño plagado de mentiras.
Lentamente giro el rostro para contemplar a aquel hombre que con voz calma y tacto suave se dirigía a ella, no parecía a simple vista querer dañarle y eso en cierta manera le animo a responder a sus palabras además de que el hecho de que conociera su apellido le parecía bastante peculiar.
– Soy una Corman, en eso tienes toda la razón más creo que debo conocer quién es quien se dirige a mi en estos momentos además de rogarle que se dirija a mi por mi nombre de no ser molestia – termino por girar el cuerpo entero y ver a los ojos del hombre aquel, por un segundo pensó en su padre y en que esos ojos inmortales le transmitían la seguridad que le brindaban los de su padre cuando le prestaba la atención debida a ella – mi nombre es Nerissa.
Su mano fue besada, un escalofrío recorrió su cuerpo y las preguntas se aglomeraron en su mente. Desconocía a lo que se refería al hablar de un secreto, creía haber conocido todo lo que debía de la familia y ahora, con esas palabras surgía la duda ¿Conocía todo? al mirar a los ojos de aquel inmortal sabía que no era todo, que existían cosas que al parecer no era apropiado que supiera y entonces recordó todo lo que su padre solía hacer, las platicas que no le permitía escuchar, la forma en la que le decía que si alguna vez alguien inventaba algo sobre la familia le dijera de inmediato para desmentir todo aquello… ¿tendría todo eso que ver con el secreto?
– No sé a que te refieres… – mencionó con las dudas golpeando su mente y con mirada confundida mirando al hombre. Las palabras que prosiguieron le aterraron; ella ser un libro, darle la maldad y ser de él… ¿Podía ser eso verdad? – Mi padre no esta, salió a atender unos negocios. Pero dime ¿Qué buscas en esta casa? ¿Qué hemos hecho?– mencionó firme, sintiendo como una lágrima rodaba por su mejilla; por un motivo que aún desconocía sabía que lo que él vampiro le decía se llevaría a cabo y ella ya no sería ella, nunca más.
Karen Nygard- Hechicero Clase Media
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Re: The rise and the fall [Thánatos]
[...] No temáis, audaz pequeña, porque a vuestro "Padre" le ha placido daros el reino.~
Observándole entre sombras, ahora le mira en silencio preguntándose quien era aquella mujer que recordaba, puesto que las sensaciones que desprendía eran como si fuesen alguien especial y al estar cerca de ella, sentir su presencia con el toque de su hombro acompañado de una terrible sombra del poder oculto que flotaba velado entre el aura de la habitación, su rostro y ese corazón humano de tonos y melodías de un ocaso, como el recuerdo de una música perdida para los que no tienen un latir hermoso, puesto que representaba un espíritu de belleza que se consagra con su fuerza y valentía, que brillaba sobre su pensamiento y la manera extraña en la que se desenvolvía; la confianza de sí misma al hablar, ninguna voz de sabiduría le elevaba a las respuestas poco en poco, parecía frágil pero a la vez una fiera con su mirada que se puede defender por sí sola, su calidez le redujo que su alma caminante era valiente de la vida, una mujer fuerte y en esas pupilas al poder poseerlas supo que aunque fuese perseguida por los problemas siempre encontrara una salida….
-Como os guste madeimoselle Nerisa…-descendiendo lentamente la mano ajena que besaba y su rostro se inclinó, representando la honra de conocerle, sin perder la voz suave y gustosa al hablarle y se sigue dirigiendo a ella…- Soy Thánatos D´ Lenfent, para servirle…-sin abandonar el deje de protección en el hilo de la mirada, escondiendo el verdadero amor por el apellido, tratando de mantener a Sopor callado ya que prestaba con suma atención todos los sentidos hacia ella, escuchándole, mirándole, sintiéndole que no podía explicarse esa evocación intensa de recordarle lo que era ser un padre y tras apreciar lo más amado por un humano, esa pequeña lagrima, sintió como si le oprimieran el pecho, le dolía aquella lagrima y esto fue lo que le llevo a limpiarle su mejilla con delicadeza, su mano se queda acariciando su piel para decirle que no le haría daño alguno….
-Estoy aquí porque me han mandado a buscar un libro que se ha mantenido en secreto, no puedo explicarte el contenido sin embargo tengo la certeza que tu padre te lo ha confiado, soy un bibliotecario y sabrás que mi especialidad se encuentra en tu conocimiento, pero dime ¿Cuándo regresara el señor Corman? Necesito saber que tanto sabes acerca del libro y de tu padre….-al permanecer cerca, ver su rostro aunque la altura era demasiado a la ajena…-Al decirte que me perteneces es porque eso se acordó a quien poseyera el libro o supiera acerca de esto, mi deber es protegerle sobre todas las cosas así tenga que ofrecer mi existencia por la suya…acariciando sus cabellos, le ve de manera cariñosa y ahí la figura fantasmagórica reluce en la mente y hace que se detenga….”¡Thánatos! ¿Cómo osas tocarla? No olvides el libro, ya lo has sentido, sientes su poder oscuro, sientes lo mismo que cuando tenías enfrente a tu hijo, tómalo y busca lo que anhelas, transcribe cada versículo en tu mente antes de ser entregado a la inquisición, no hay tiempo, eres in inmortal condenado a morir, termina de una vez”…La voz le hechizaba, contenía la tristeza y maquillo una media sonrisa….”No eres ser quien eres por lo que has hecho, sino por lo que has querido hacer” sin dejar de atormentar esa presencia maldita, deteniendo las caricias que solo la mirada fija con una súplica que sus ojos imploraban al brillar aclamaban…- ¿Sabes que es el "Statuto de vita aeterna"? ¿Aprendiste a leer el libro? Solo dos personas saben el lenguaje que contiene, los únicos que pueden descifrar los versículos bíblicos del original evangelio de lo desconocido es su padre y…-no debía hablar de esto, tenía que haber mantenido las palabras calladas pero no pudo callar, cierta parte de él necesitaba contarle lo importante que era poseer el libro antes de que sus compañeros llegaran y se la llevaran…-Yo, por ello necesito que me digas todo lo que sabes….-termino dictando la sentencia del pecado de nacer entre oscuridades y destrucción.
Observándole entre sombras, ahora le mira en silencio preguntándose quien era aquella mujer que recordaba, puesto que las sensaciones que desprendía eran como si fuesen alguien especial y al estar cerca de ella, sentir su presencia con el toque de su hombro acompañado de una terrible sombra del poder oculto que flotaba velado entre el aura de la habitación, su rostro y ese corazón humano de tonos y melodías de un ocaso, como el recuerdo de una música perdida para los que no tienen un latir hermoso, puesto que representaba un espíritu de belleza que se consagra con su fuerza y valentía, que brillaba sobre su pensamiento y la manera extraña en la que se desenvolvía; la confianza de sí misma al hablar, ninguna voz de sabiduría le elevaba a las respuestas poco en poco, parecía frágil pero a la vez una fiera con su mirada que se puede defender por sí sola, su calidez le redujo que su alma caminante era valiente de la vida, una mujer fuerte y en esas pupilas al poder poseerlas supo que aunque fuese perseguida por los problemas siempre encontrara una salida….
-Como os guste madeimoselle Nerisa…-descendiendo lentamente la mano ajena que besaba y su rostro se inclinó, representando la honra de conocerle, sin perder la voz suave y gustosa al hablarle y se sigue dirigiendo a ella…- Soy Thánatos D´ Lenfent, para servirle…-sin abandonar el deje de protección en el hilo de la mirada, escondiendo el verdadero amor por el apellido, tratando de mantener a Sopor callado ya que prestaba con suma atención todos los sentidos hacia ella, escuchándole, mirándole, sintiéndole que no podía explicarse esa evocación intensa de recordarle lo que era ser un padre y tras apreciar lo más amado por un humano, esa pequeña lagrima, sintió como si le oprimieran el pecho, le dolía aquella lagrima y esto fue lo que le llevo a limpiarle su mejilla con delicadeza, su mano se queda acariciando su piel para decirle que no le haría daño alguno….
-Estoy aquí porque me han mandado a buscar un libro que se ha mantenido en secreto, no puedo explicarte el contenido sin embargo tengo la certeza que tu padre te lo ha confiado, soy un bibliotecario y sabrás que mi especialidad se encuentra en tu conocimiento, pero dime ¿Cuándo regresara el señor Corman? Necesito saber que tanto sabes acerca del libro y de tu padre….-al permanecer cerca, ver su rostro aunque la altura era demasiado a la ajena…-Al decirte que me perteneces es porque eso se acordó a quien poseyera el libro o supiera acerca de esto, mi deber es protegerle sobre todas las cosas así tenga que ofrecer mi existencia por la suya…acariciando sus cabellos, le ve de manera cariñosa y ahí la figura fantasmagórica reluce en la mente y hace que se detenga….”¡Thánatos! ¿Cómo osas tocarla? No olvides el libro, ya lo has sentido, sientes su poder oscuro, sientes lo mismo que cuando tenías enfrente a tu hijo, tómalo y busca lo que anhelas, transcribe cada versículo en tu mente antes de ser entregado a la inquisición, no hay tiempo, eres in inmortal condenado a morir, termina de una vez”…La voz le hechizaba, contenía la tristeza y maquillo una media sonrisa….”No eres ser quien eres por lo que has hecho, sino por lo que has querido hacer” sin dejar de atormentar esa presencia maldita, deteniendo las caricias que solo la mirada fija con una súplica que sus ojos imploraban al brillar aclamaban…- ¿Sabes que es el "Statuto de vita aeterna"? ¿Aprendiste a leer el libro? Solo dos personas saben el lenguaje que contiene, los únicos que pueden descifrar los versículos bíblicos del original evangelio de lo desconocido es su padre y…-no debía hablar de esto, tenía que haber mantenido las palabras calladas pero no pudo callar, cierta parte de él necesitaba contarle lo importante que era poseer el libro antes de que sus compañeros llegaran y se la llevaran…-Yo, por ello necesito que me digas todo lo que sabes….-termino dictando la sentencia del pecado de nacer entre oscuridades y destrucción.
Invitado- Invitado
Re: The rise and the fall [Thánatos]
La memoria es una gran traidora.
Anais Nin
El inmortal se presento como Thánatos y si se hubiesen encontrado en cualquier otro lugar hubiese parecido meramente una charla de conocidos pero eso no era de la manera en la que las cosas pintaban en ese lugar. Se trataban al parecer con respeto, pero Nerissa desconocía cuanto tiempo duraría aquello y por un segundo espero que aquello fuera una simple broma y que Reika apareciera para ayudarle pero eso no paso en ningún momento.
Aquel tacto frío pero acompañado de la mirada paternal abrazo su corazón para que dejara de temer, aunque no fuese precisamente el temor lo que le invadiera en aquellos momentos si no el hecho de pensar en lo que vendría y en la posibilidad de que lo que viniera le podría alejar de Reika para siempre.
Su mirada permaneció fija en Thánathos y le escucho de manera atenta maldiciendo a ratos a su padre y su hermano que en ningún momento le hablaron remotamente de los secretos familiares.
– Yo no poseo ningún libro, no se a lo que te refieres eso te lo juro yo… – cerro los ojos y movió la cabeza de un lado a otro tratando de recordar si es que algo le habían mencionado, pero de todo eso solo recordó a su hermano y un libro junto con las palabras que le había dicho él, las cuales en aquellos días tomo como una mera broma infantil… “Nerissa, mira bien este libro y nunca lo toques porque quien toca este libro queda marcado para siempre”… aquellas palabras estaban marcadas en su pasado – Una vez me dijeron algo pero yo no recuerdo el libro, yo no lo tengo y tampoco se cuando regresara mi padre… quizás más tarde, quizás en un mes… nada es seguro… y el libro… – negó - no se nada de el – y no mentía, porque su mente infantil había decidido borrar la imagen del libro de sus recuerdos así como todo lo que sabía sobre el mismo y la lectura de aquello.
– No he aprendido a leer nada, si supiera de ese libro te diría pero la verdad es que no se nada – Se desesperaba intentando descubrir todo aquello oculto en las palabras de Thánatos – Nunca oí de ese libro y mucho menos me enseñaron a leer eso. Quisiera ayudarte pero desconozco todo de lo que me hablas y como podrás notar, tengo mucho libros aquí y dudo que alguno de ellos sea el que… – había comenzado a mirar cada una de las pilas en su habitación al decir aquello y cuando recayó en aquella que momentos antes estaba revisando el libro que cargaba en su mano resbalo y termino en el suelo mientras su mirada se enfocaba en aquel libro que descansaba sobre los demás y trago con dificultad – Ya sé a que libro te refieres… – dijo en un susurro.
Nerissa había aprendido a leer ese libro cuando era pequeña pero nunca lo había tocado solo su padre, quien le dijo que todos los Corman debían hacerlo solo que después del incidente ocurrido después de que su hermano le dijera que el libro estaba maldito todo había cambiado.
Esa tarde después de que su hermano le dijera aquello, ella había ido a ver el libro y lo toco solo para demostrar que su hermano estaba equivocado pero momentos después de aquello le habían encontrado gritando encerrada en su habitación y desde ese momento había olvidado todo lo que tenía que ver con el libro. Nunca supieron que era lo que había pasado, pero su padre supuso que el libro había sellado parte de si mismo en su hija como metodo de protección.
Lentamente la joven miro a Thánatos.
– Ya sé que libro quieres, pero no puedo dártelo… no hasta que no me digas que es lo qué es y que quieres de el – hablo sería, deseaba conocer antes que era aquello que durante tanto tiempo había estado en su familia y que ella misma olvido.
Anais Nin
El inmortal se presento como Thánatos y si se hubiesen encontrado en cualquier otro lugar hubiese parecido meramente una charla de conocidos pero eso no era de la manera en la que las cosas pintaban en ese lugar. Se trataban al parecer con respeto, pero Nerissa desconocía cuanto tiempo duraría aquello y por un segundo espero que aquello fuera una simple broma y que Reika apareciera para ayudarle pero eso no paso en ningún momento.
Aquel tacto frío pero acompañado de la mirada paternal abrazo su corazón para que dejara de temer, aunque no fuese precisamente el temor lo que le invadiera en aquellos momentos si no el hecho de pensar en lo que vendría y en la posibilidad de que lo que viniera le podría alejar de Reika para siempre.
Su mirada permaneció fija en Thánathos y le escucho de manera atenta maldiciendo a ratos a su padre y su hermano que en ningún momento le hablaron remotamente de los secretos familiares.
– Yo no poseo ningún libro, no se a lo que te refieres eso te lo juro yo… – cerro los ojos y movió la cabeza de un lado a otro tratando de recordar si es que algo le habían mencionado, pero de todo eso solo recordó a su hermano y un libro junto con las palabras que le había dicho él, las cuales en aquellos días tomo como una mera broma infantil… “Nerissa, mira bien este libro y nunca lo toques porque quien toca este libro queda marcado para siempre”… aquellas palabras estaban marcadas en su pasado – Una vez me dijeron algo pero yo no recuerdo el libro, yo no lo tengo y tampoco se cuando regresara mi padre… quizás más tarde, quizás en un mes… nada es seguro… y el libro… – negó - no se nada de el – y no mentía, porque su mente infantil había decidido borrar la imagen del libro de sus recuerdos así como todo lo que sabía sobre el mismo y la lectura de aquello.
– No he aprendido a leer nada, si supiera de ese libro te diría pero la verdad es que no se nada – Se desesperaba intentando descubrir todo aquello oculto en las palabras de Thánatos – Nunca oí de ese libro y mucho menos me enseñaron a leer eso. Quisiera ayudarte pero desconozco todo de lo que me hablas y como podrás notar, tengo mucho libros aquí y dudo que alguno de ellos sea el que… – había comenzado a mirar cada una de las pilas en su habitación al decir aquello y cuando recayó en aquella que momentos antes estaba revisando el libro que cargaba en su mano resbalo y termino en el suelo mientras su mirada se enfocaba en aquel libro que descansaba sobre los demás y trago con dificultad – Ya sé a que libro te refieres… – dijo en un susurro.
Nerissa había aprendido a leer ese libro cuando era pequeña pero nunca lo había tocado solo su padre, quien le dijo que todos los Corman debían hacerlo solo que después del incidente ocurrido después de que su hermano le dijera que el libro estaba maldito todo había cambiado.
Esa tarde después de que su hermano le dijera aquello, ella había ido a ver el libro y lo toco solo para demostrar que su hermano estaba equivocado pero momentos después de aquello le habían encontrado gritando encerrada en su habitación y desde ese momento había olvidado todo lo que tenía que ver con el libro. Nunca supieron que era lo que había pasado, pero su padre supuso que el libro había sellado parte de si mismo en su hija como metodo de protección.
Lentamente la joven miro a Thánatos.
– Ya sé que libro quieres, pero no puedo dártelo… no hasta que no me digas que es lo qué es y que quieres de el – hablo sería, deseaba conocer antes que era aquello que durante tanto tiempo había estado en su familia y que ella misma olvido.
Karen Nygard- Hechicero Clase Media
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