Los penitentes siempre son bienvenidos, ¿no? {Aleera Hannover}

por Invitado Lun Ago 16, 2010 11:02 am

Eran poco más de las once de la noche y había decidido caminar con su ya estereotipado bastón por las calles de París sin siquiera parar en busca de refrigerio, directo hacia el sitio más místico que podía conocer en la capital francesa, más aún que el propio barrio de las ideas bohemias, Montmartre.

Sus pasos disminuyeron de cadencia y fuerza con su entrada a la majestuosa Nötre Dame, la siempre despierta, la que velaba por francia entera, en el corazón del mismo corazón de Francia, París. Un monumento arquitectónico digno de dioses y que engrandecía al ser humano, una obra de arte al gusto de Charles.

Se arrodillo ante el retablo eclesiástico con una arrogante sonrisa en los labios, omnisciente también él, de todo lo que acaecía a esa religión, omnisciente de que Jesucristo si realmente había existido, había sido convertido en criatura de la noche tras la pasión.

Se levantó y por unos segundos observó a todos los obispos enterrados allí, pensando que él tenía una figura impoluta, intocable a lo largo de los años y que había vivido el cuádruple o incluso el quíntuple que alguno de ellos.

Tomó asiento en uno de los bancos, observando el fino mármol del suelo que tanto le recordaba a su cada vez más blanca piel.

Sintió el constante efluvio de su consentida, acercándose poco a poco a Nôtre Damme y aquello le hizo sonreír.

por Invitado Lun Ago 16, 2010 3:03 pm

Salí temprano de la casa para dar una solitaria vuelta por las calles y callejones de París, buscando algún aperitivo sabroso y de provecho, que esperaba encontrar con algo de suerte.
Todo cuanto encontré durante mi paseo fueron vagabundos durmiendo como podían, sin total preocupación por las criaturas que se alimentaban por esos lares a altas horas de la noche. Ninguno de ellos terminó por hacerme gracia y sin saber como, terminé frente la catedral de Nötre Dame, la cual se levantaba totalmente majestuosa a los ojos de cualquiera, con las puertas siempre abiertas a aquellos creyentes y amantes del arte.

De repente pude sentir ese particular efluvio de mi mentor, procedente del interior de tal obra de arte y tras sonreír, decidí entrar a confirmar lo que se me hacía tan evidente.

Entré a la catedral dirigiéndome donde se encontraban los obispos que estaban enterrados entre esas paredes y sin mucho esfuerzo, logré distinguir una silueta sentada en uno de los bancos, con ese bastón tan particular apoyado en este.

Me acerqué a Charles por detrás con unos pasos lentos y pausados mientras mis ojos recorrían el interior de la catedral rápidamente.

- Buenas noches. - Le dije con total tranquilidad y con una sonrisa mientras tomaba asiento a su lado.

por Invitado Lun Ago 16, 2010 7:01 pm

Escuchó las penitencias de un gitano que en aquellos momentos se confesaba a unos cuantos metros de él con sus sentidos amplificados y cerró ambos ojos, pensativo, mientras sentía cada vez más cerca la presencia de su queridísima hija a la cual hacía tiempo que no había visto.

Sintió el delicado e imperceptible sonido para los humanos de ella sentándose junto a Charles y una sonrisa apareció en su rostro, todavía con ambos ojos cerrados, escuchando la melódica voz de su pequeña Aleera, saludándole.

-Buenas noches querida hija mía.- saludó a su vez girándose a ella, observándola, siempre con aquella apariencia tan bella de la que Charles estaba completamente orgulloso. -¿El impertinente de Lyam cuidó bien de tí éstos días, o debería castigarlo?- lo sabía ya evidentemente, pero no estaba de más preguntar para saber la visión de su allegada.

-Ah, dejando atrás el tema de aquel "elemento" al que llamo con cariño hijo.- informó con pequeña diversión. - ¿Cómo pasaste éste tiempo?- preguntó cortés, mientras la contemplaba en todo momento, hablando en un silencio casi quedo, sólo imperceptible por ambos.

Su mirada se posó en la pequeña iluminación del lugar, en un candelabro oscuro como la noche del que surgía una pequeña llama que de alguna manera le recordaba su condición de mortal en la inmortalidad.

por Invitado Dom Ago 22, 2010 5:02 pm

Observe la serena cara de Charles después de que ocupara el sitio vacío a su lado. Seguía con los ojos cerrados, pero una sonrisa se pintó rápidamente en su rostro.
Me devolvió el saludo justo cuando se giró hacia mi, observándome con orgullo, lo cual me sonsaco una sonrisita algo pícara de mis labios.
"¿El impertinente de Lyam cuidó bien de ti éstos días o debería castigarlo?" preguntó algo estúpidamente a mi parecer, porque él ya lo sabía. Era algo evidente.

Aparté mis ojos del rostro de Charles con la mirada perdida pero llena de diversión mientras escuchaba su segunda pregunta, con el tono de voz realmente educado que tanto había echo en falta.

- Bueno... - dije ladeando la cabeza mientras sonreía dulcemente. - No creo que haga falta que castigues a Lyam, aunque no te voy a negar que hagamos tenido algún que otro "incidente" - arqueé una ceja algo escéptica mientras recordaba que le había arrancado un pequeño trozo del tejido de piel del cuello, por haberme tirado al mohoso suelo de los calabozos.
- Y he pasado vastante bien todo este tiempo, padre - respondí a su segunda pregunta mientras mi rostro dejaba de transmitir diversion por pena. - Aunque te extrañé demasiado. - torcí levemente la boca como mueca de disgusto - Ya sabes... El tiempo se me pasa horriblemente lento y aburrido solo con Lyam paseando por la mansión. - en parte mentí y en parte no mentí.
Era verdad que sin Charles en la casa para poner orden me aburría, pero eso lo hacía pagar muchas veces con el "pobre" Lyam, usándole como siempre había echo; y gracias a eso, mi aburrimiento desaparecía lo equivalente a lo que duraba Lyam a llegar a la locura y volver a ser él.

Seguí la mirada de Charles cuando esa se posó en el candelabro oscuro del cual emanaba una pequeña llama que no cesaba de moverse insistentemente.

- ¿Como fue el viaje? - pregunté con curiosidad. - Seguro que pudiste ampliar mucho mas tus conocimientos, padre. - concluí como guarnición de la pregunta.

por Contenido patrocinado

Los penitentes siempre son bienvenidos, ¿no? {Aleera Hannover}

Los penitentes siempre son bienvenidos, ¿no? {Aleera Hannover}

Re: Los penitentes siempre son bienvenidos, ¿no? {Aleera Hannover}

Re: Los penitentes siempre son bienvenidos, ¿no? {Aleera Hannover}

Re: Los penitentes siempre son bienvenidos, ¿no? {Aleera Hannover}

Re: Los penitentes siempre son bienvenidos, ¿no? {Aleera Hannover}