AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Pandora de Atenas
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Pandora de Atenas
Pandora
Datos Generales
Edad real: 1815 años
Edad aparente: 32 años
Especie: Vampiro
Clase social: Alta
Orientación sexual: Pansexual
Lugar de origen: Roma
Edad aparente: 32 años
Especie: Vampiro
Clase social: Alta
Orientación sexual: Pansexual
Lugar de origen: Roma
Habilidades y Poderes
Habilidades:
Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad, fuerza sobrehumana, colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.
Poderes:
Sanación acelerada, percepción del aura, bloqueo mental, clarividencia e infligir dolor por medio de la mente.
Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad, fuerza sobrehumana, colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.
Poderes:
Sanación acelerada, percepción del aura, bloqueo mental, clarividencia e infligir dolor por medio de la mente.
Descripción Psicológica
Pandora es una mujer que fue criada con todas las comodidades y privilegios de una romana de la época de Cesar Augusto, por lo que, era docta en filosofía, matemáticas y defensa personal. Nunca vio su vida como parte de un matrimonio tradicional, y a pesar de haber sido casada y divorciada dos veces, finalmente fue consorte de Marius de Romanus, el hombre del que ella estuvo enamorada desde los 10 años.
Su carácter es férreo y determinado, para ella no existen los límites, una vez que le dicen que no puede hacer algo, simplemente lo hace para probar que se habían equivocado. No siente temor, ni cuando era humana lo sintió; y con el paso de los años también conoció el poder que da un estatus económico, y que la belleza atemporal que posee le puede abrir tantas puertas como la retórica que ha perfeccionado con los siglos.
Aún ama a Marius, como el primer día en que le conoció, le admira y respeta, más sin embargo la distancia que cada vez se hizo más grande con el transcurrir del tiempo, convirtió aquel amor en uno platónico; cuando lo reencuentra y él la sigue a Dresde, la flama de amor se reaviva en ella, pero al ver que Marius no acude a ella cuando se lo solicita en una carta (que esconde la bribona de Bianca), por despecho, orgullo y auto preservación huye a Rusia, de donde pretende olvidarlo, sin saber si lo volvería a ver, y de ser así, que ocurrirá en aquel encuentro.
El tiempo la convirtió en una mujer más frívola de lo que era de por sí, calculadora, hija de la retórica, que consigue sus propósitos, que cada movimiento que genera va encaminado a un resultado previamente calculado… Aún Arjun, a quien quería, fue parte de un plan para darle un estatus social.
Su carácter es férreo y determinado, para ella no existen los límites, una vez que le dicen que no puede hacer algo, simplemente lo hace para probar que se habían equivocado. No siente temor, ni cuando era humana lo sintió; y con el paso de los años también conoció el poder que da un estatus económico, y que la belleza atemporal que posee le puede abrir tantas puertas como la retórica que ha perfeccionado con los siglos.
Aún ama a Marius, como el primer día en que le conoció, le admira y respeta, más sin embargo la distancia que cada vez se hizo más grande con el transcurrir del tiempo, convirtió aquel amor en uno platónico; cuando lo reencuentra y él la sigue a Dresde, la flama de amor se reaviva en ella, pero al ver que Marius no acude a ella cuando se lo solicita en una carta (que esconde la bribona de Bianca), por despecho, orgullo y auto preservación huye a Rusia, de donde pretende olvidarlo, sin saber si lo volvería a ver, y de ser así, que ocurrirá en aquel encuentro.
El tiempo la convirtió en una mujer más frívola de lo que era de por sí, calculadora, hija de la retórica, que consigue sus propósitos, que cada movimiento que genera va encaminado a un resultado previamente calculado… Aún Arjun, a quien quería, fue parte de un plan para darle un estatus social.
Historia
- Lydia, una vida mortal:
- Mujer romana, nacida en el año 15 antes de nuestra era, cuando Roma era conocida como la capital mundial, bajo la mano de César Augusto, era una ciudad llena de creatividad y prosperidad, donde nadie pasaba hambre, e incluso de regalaba maíz a Egipto para los pobres, además de que en la ciudad existía una gran sensación de libertad personal y las leyes romanas se basaban en la razón , en contraposición a la revelación divina; además las jovenes de buena familia eran cultas y educadas y podían realizar cualquier actividad que los varones realizacen.
Pandora nace en el seno de una familia senatorial; de la cual poco se sabe por la discresión de ambos (Pandora y Marius) con el pasar de los siglos; fue hija de un rico senador, hermana menor de cinco varones, y huerfana de madre cuando tenía apenas dos años, cuya ausencia fue poco a poco llenada por institutrices y tutores prestos a concederle cuanto ella deseara. Se dice que su lustro linaje se remonta a los propios Rómulo y Remo.
Ella solia ver a sus hermanos practicar cn sus espadas cortas de dos filos y escuchar sus tutores dar las clases y para cuando cumplió los cinco años podía recitar los versos de Virgilio, motivo por el cual su padre la exibía en los banquetes desde tan temprana edad. Antes de los diez años ya había leido a Virgilio, Horacio, Lucrecio, Cicerón y Ovidio, que fue desterrado al mar negro por Cesar augusto
- Marius de Romanus, el humano:
- Cuando hubo cumplido 10 años, un día, después de estar en el jardín llena de tierra de pies a cabeza y con el cabello alborotado y el vestido razgado, entró a la gran sala de recepción de su padre, se sentó a escuchar a su padre y sus amigos. En esa ocasión había un individuo rubio con ojos azules, muy alto, que en algún momento de la conversación le guiño el ojo. Se trataba de Marius, con la piel tostada y unos ojos luminosos, muy bellos; él era un intelectual, poeta y haragán, cuando el tendría no más de veinticinco años, unos quince años antes de ser transformado en vampiro. En aquel entonces Marius llevaba el pelo corto, al estilo militar romano, con unos pocos rizos sobre la frente, su cabello refulgía bajo el sol, y allí, de pie en el atrio, me pareció el hombre más maravilloso e imponente que jamás había visto… El coqueteaba con ella como si fuera una damita, tratandola con una deferencia a la que ella no estaba acostumbrada. Esa tarde, al marcharse MArius habó con el padre de ella, y el molesto bociferó -¡Estas loco!-, acto seguido Marius le regaló una sonrisa llena de tristeza a la cría y se marchó; después de ello, su padre le dijo que él quería comprometerse con ella, de tan solo diez años, para poder disfrutar de su soltería por unos años más con permiso del emperador… esa fue la última vez que ella supo de él por cinco años.
A sus quince años, ya debería de haber estado casada, puesto que las mujeres llegaban a esa etapa a cosa de los doce años, más sin embargo no ella, había echado mano de enfermedades, y ataques de locura para eludir el matrimonio, pero el tiempo era cada vez más implacable. En la Lupercania de ese año vio de nueva cuenta al alto e historiador Marius, haciendo reparo en el largo, rebelde y precioso cabello del celta; quiso acercarse a él, pero su padre se lo prohibió, ella espetó al respecto –Si vas a casarme con alguien, puesto que no hay nada que yo pueda hacer para evitar ese horrible trago salvo suicidarme, ¿Por qué no me casas con Marius?-, su padre arrodillandose le explico que él no era digno de ella, que no había servido en el ejercito y que nunca podría poner un pie en el senado, allí terminó la discusión, sin embargo ella se soltó de la mano de su padre y giró corriendo hasta Marius –Quiero casarme contigo… pero mi padre no lo conciente- le dijo, más antes de que el pudiera responder, su padre intervino. Y así hubieron que transcurrir veinte años antes de que ambos se encontraran de nuevo.
- La caida de la casa romana:
- Debido a las presiones de la casa imperial, ella terminó por desposarse, no una, sino dos veces, Augusto deseaba que ella tuviera hijos, mas no tuvo ninguno, aunque sus maridos implantaron su semilla en numerosas jóvenes esclavas; así pues, se divorció legalmente y se liberó en ambas ocasiones de sus maridos; después de ello se dedicó a su casa y cuidar de su padre.
Ella se consideró a si misma como una esposa lamentable, puesto que no hacía caso a nadie, solo mantenía relaciones sexuales bajo sus condiciones y posteriormente, se hizo miembro del culto a la diosa Isis, donde podía conversar libremente con otras mujeres interesantes.
Lydia se aburrió del culto a la diosa Isis tan pronto como regresó a casa de su padre, y despúes de un año de haberlo dejado, el emerador Tiberio mandó destruir el templo y desterrar a los miembros del culto, así como crucificar o colgar a los sacerdotes y sacerdotisas del mismo.
Unos meses después de aquel incidente, llegó un día a su casa que encontró desierta, a excepción de dos aterrados y viejos esclavos (parte de la servidumbre de su hermano Antonio) quienes despues de franquearla, cerraron la puerta a cal y canto. Al entrar al comedor pudo observar a su padre ataviado con su uniforme de combate y armado con su espada, con la vista puesta en el suelo… había liberado a los esclavos, solo la esperaba a ella, que debía marcharse de inmediato, y la obligó a partir sin él. Los delatores habían especulado en contra de la familia de ella, y habían matado a sus hermanos, a todos, después de aquello los esclavos de su hermano Antonio la llevaron fuera de aquel lugar y haciendola pasar como mujer oriental la sacaron de Roma en un navio mercante con rumbo a Antioquía. Parecía que el único que se había logrado salvar a su “debil carácter” era Lucius, su hermano menor, de quien más adelante se escucharia que pidió clemencia de rodillas a los soldados del emperaror.
- Sueños de Lamia:
- Durante el viaje en el barco ella tuvo sueños, que si bien ella consideraba como pesadillas, después comprendería que eran mensajes enviados por alguien más, alguien o algo que la deseaba para sí… En sueños se encotnraba junto a un rio, donde sentía deseos de beber sangre, y aguardaba entre la hierba para atrapara a un aldeano, y tras capturarlo le encajaba los colmillos en el cuello, para llenar su boca de sangre, tan dulce y potente que era incapaz de describirla; más debía huir de allí, el hombre agonizaba y otros hombres más peligrosos la perseguian, más había otra amenaza que ponía en riesgo su vida, pronto amanecería… Horrorizada descubrió que no había donde ocultarse, debía alcanzar las colinas antes del amaneces, lo que era imposible, se dirgía directamente hacía el sol, de pronto apareció sobre las colinas una intensa y mortífera luz, que la cocía y abrasaba –Mis ojos… ¡Amon Re, yo te maldigo!- gritó, sabía que significaba Isis, por no era ese el nombre sino otro título de la diosa el que brotaba de sus labios. Despertando en su lecho, temblando y con sudor.
- Antioquía:
- Y finalmente llegó al puerto, del que desendió en una litera a manera de prisión de tela, la llevaron rápidamente a través de los mercados del puerto, hasta llegar a una gran plaza, donde se ergía el templo de Isis; de pronto un tumulto llamó la atención de la aún Lydia, que preguntando que ocurría, hasta que llegaron a una morada donde dos mujeres, ataviadas como ricas romanas y un hombre de pelo cano, le explicaron la relación que tenían con su difunto padre, y que, el alboroto era porque habían asesinado a Germánico, aparentemente envenenado por orden de su tío y emperador Tiberio.
Finalmente el hombre que le acompañaba en aquella empresa consiguió comprar una casa amueblada que pertenecía a una viuda que había muerto, más antes de ello había vendido a todos sus esclavos; de esta forma Lydia estaba en deuda doblemente con él. Por la seguridad de ella, decidió cambiar su nombre, era ahora Pandora, una griega recién llegada a Roma.
Llegó a su nueva mansión, que si bien no era parecida en tamaño o lujo a su casa en Roma, se trataba de una casa demasiado deslumbrante, pero elegante. Los hebreos (que se llamaban David y Jacob) hicieron un inventario de tanto como habian comprado como lo que llevaba con ella de equipaje, mientras esta les observaba pasmada, para dar paso a viandas que ellos mismos habían comprado…
Cayó en un tormento que tomo tres días con sus noches, sumida en la más profunda desesperación, olvidandose de comer, blasfemando a los dioses e injuriando a sabios y poetas, presa de la soledad en la que se inmergía ahora, sus músculos se tensaban y relajaban a voluntad, el sueño la había abandonado en su desepsración, hasta que las palabras de su padre, muerto a puñaladas, sin una sepultura adecuada llegaron a ella “Vive Lydia”.
Así llegó la primera noche de sueño, donde pudo observar a los padres, él, indómito como siempre, una escultura inmovil con la mirada perdida en la nada, pero ella se debatía por escapar de las esposas de oro que le cernian las muñecas, sus pálidas mejillas se tornaban rojas por el llanto, sin peluca egipcia alguna, su cabello lo llevaba trensado, despertó inmersa en una locura que no pensaba soportar.
- Flavius y el camino a la inmortalidad:
- Ha amanecido el cuarto día, sin comer ni beber, la luz del sol la ha despertado del letargo en el que se encontraba, observó la casa con más detalle, el templo familiar que allí se encontraba, con el fuego consumido por completo y las flores marchitas, aún con la ropa rasgada, Pandora colectó flores del jardín para los Dioses y prendió más fuego en la hoguera. Después buscó entre sus ropas las necesarias para vestirse y calzarse, terminando la vestimenta con una capa carmín; para dar paso al peinado y maquillaje, lo que le representó una gran odisea y terminó por quedar hecha un desastre.
Tomó suficiente oro y salió de su casa, cerrando tras de sí la verja, y se encaminó al foro de la pululante plaza, llena de comerciantes, con el embarcadero al final de él, buscó la zona donde se vendían esclavos y encontró a dos muchachas nacidas como esclavas a las que compró y vistió apropiadamente, Mia y Lia.
Continuó su recorrido, hasta que los improperios de un negociante hacia su esclavo la hicieron girar la mirada hacía ellos, un hombre vestido en un sucio harapo, de rostro bello, cabello suave y castaño, ojos verdes y almendrados y una boca bonita, con una pierna pulida en marfil como una obra de arte, era un sabio y erudito, de buenos modales y costumbres, justo lo que ella necesitaba, y después de una larga y gratificante charla con él, terminó comprándolo, Flavius, quien serviría para ella de por vida; él se encargaría de llevar a las hermanas a la casa y comenzar a ordenarla, mientras Pandora asistía al templo de Isis.
Y no iba porque deseara reunirse al culto, si no por aquellos sueños que le atormentaban, en los que ella era una bebedora de sangre, que moría al aparecer Amón Re por el firmamento; soñar a la madre ataviada como una egipcia que sufría y lloraba sangre, porque la madre cada vez se metía más en ella, aún en sus momentos lúcidos podía escuchar su llamado, como era que la guiaba hasta ella, como le advertía de peligros, y esto comenzaba a asustarle; creer en la locura no era una opción; así que entró al templo de Isis, y fue muy bien recibida, puesto que ella era ya una iniciada, y le permitieron entrar al templo con la sacerdotisa, a quien le contó de su sueño como bebedora de sangre, no sabiendo que en aquel instante, por decir aquello había sellado su destino a la inmortalidad.
Al salir del templo se encontró con su hermano Lucius, aquel cobarde que ella había creído había pedido clemencia por su vida; cuando en realidad después se enteraría que era él y su amante, quien había condenado a la familia entera a la muerte al aliarse con miembros de la guardia pretoriana; pero en ese momento, fue su hermano quien le ofendió y le dijo que se marchara tan pronto como pudiese de Antioquía, más ella le amenazó con su daga y el huyó.
- La llamada de la Reina de los condenados:
- Hubo regresado esa noche al santuario de Isis por petición de los sacerdotes, pero al entrar se encontró con un tercer hombre, enfundado en una capa y escondido en las sombras, pero visiblemente más altos que los demás, la sacerdotisa habló del sueño en el que ella bebía sangre y le expresó que existían historias en los jeroglíficos acerca de ello, y lo que era aún más preocupante, se encontraba en Antioquía un ser de piel abrasada y negrienta que hacia aquello, dejando los cadáveres frente al templo al tiempo que blasfemaba porque Isis le había abandonado, cosa que los sacerdotes no entendían… Pero entonces, aquel romano habló con Pandora, diciéndole sobre el peligro que corría al tener a Lucius en la misma ciudad que ella, y encontró algo familiar en su voz, más no supo qué, pero pudo darse cuenta que la comunicación que con él tenía, no era verbal y que los sacerdotes no lo escuchaban, que era de la misma forma en que la madre le hablaba a ella… El romano les dijo a los sacerdotes que Pandora no sabía nada acerca de este bebedor de sangre, que sus sueños se remontaban a tiempos anteriores a Egipto, pero que él la protegería… ¿Protegerla de qué?
En aquel recinto comenzó a escuchar llorar a la mujer de sus sueños, a la Reina encadenada al trono, y esa mujer también era una bebedora de sangre, y la llamaban “la fuente”, que no sabía gobernar, y ahora Pandora se visualizaba como una de ellos, después la escuchó de nuevo “Soy yo quien te ha llamado” y juró que no consentiría que nadie la arrebatara de sus manos…
Demostró ante la traición de su hermano, al servicio militar que iba a apresarla, a su leal amigo Flavius y al mismísimo romano que se adjudicaba el protegerla, que era una maestra de la retórica, una persona que razonaba fríamente, aún al candor de una traición, tanto así, que con la maestría de su palabra logró que los soldados dieran una misericordiosa y rápida muerte al traidor de su hermano, acabando con ello la amenaza que él representaba.
Y entonces de regreso a casa, pudo escuchar el sollozo de las esclavas a través de la verja, Flavius se apresuró a abrir la puerta, y tan pronto pasaron las chiquillas musitaron que ellas no lo habían dejado pasar, que no tenían llave de la puerta, le dijo a Flavius viendo con el rabillo del ojo a un hombre sentado en un sillón de madera –Está bien, lo conozco-, y así era, porque se trataba de Marius, el celta imponente del que ella se había cautivado en su infancia; Marius, a quien casi había identificado en las sombras del templo; él se levantó y avanzó hacia ella –Mi hermosa Pandora- murmuró.
- Marius de Romanus, el inmortal:
- Finalmente era él quien se encontraba frente a Pandora, escondido en las sombras que las mortecinas luces de las lámparas daban, hasta acercarse a ella y limitarse a no tocarla; Pandora no supo porque de primera instancia; motivos que él mismo le informó más adelante, sin darle naturaleza de los mismos. Pero Marius había ido a casa de ella para cuidarla, del bebedor abrasado por el sol, para invitarla a dejar de pensar en sus sueños, más aquella criatura se encontraba rondando la morada de ella.
Pandora inquirió que había sido él quien le había enviado aquellos sueños, sin comprender que la verdad era que Marius esperaba no volver a verla jamás, que decía amarla tanto como cuando ella tenía diez años, más sin embargo cargaba en su espalda una maldición de la que juraba protegerla; cosa que parecía cada vez más difícil aquella empresa puesto que Pandora se empecinaba en realizar un detallado escrutinio de sus sueños, de la mujer que lloraba sangre y del monstruo que asolaba Antioquía. Tanto así que él la exhortó a dejar Antioquía, pero ella se negó, y al calor de aquella discusión ella por fin comprendió todo, Marius era uno de ellos, un bebedor de sangre.
En un arrebato Pandora se lanzó a sus brazos, sintiendo su cuerpo fuerte, sólido como un árbol, de una frialdad incomprensible. Dando paso a un momento dulce entre ambos, donde él le pregonaba su amor por ella, y le prometía mantenerla a salvo, aún a pesar de un inminente distanciamiento, del que ella, no pensaba vivir; después de aquello y con la amenaza del alba, él se marchó.
Al dormir Pandora, los sueños de la madre regresaron, violentos y profundos como siempre; donde los minutos parecían horas.
- Respuesta al llamado de Akasha:
- Apenas pudo conciliar el sueño, y antes del medio día ya estaba despierta y lista para salir, sin cruzar mayores palabras con Flavius, abrió la verja y comenzó a caminar con destino a los mercantes que vendían libros, llevaba en la mano un papiro escrito por ella en egipcio antiguo, relatando sus sueños con la reina, que esa misma mañana había realizado… Entró preguntando por quien le vendía a Marius el romano, y un hombre de avanzada edad se entrevistó con ella, vio las hojas que ella llevaba y la dijo que en efecto el señor Marius se encontraría muy interesado en ellas, sin embargo, el plan de Pandora consistía en descubrir el lugar donde él vivía, y de a poco tiempo, el viejo le dijo a Flavius como llegar hasta su casa; acto seguido ella agradeció y salió con destino a la morada de Marius.
Y así llegó ella a una villa rosa situada en el lindero de la ciudad, rodeada por muros y con hermosas vistas al río. Tocó la verja y dos jóvenes esclavos se presentaron ante ella, más le dijeron que su amo no se encontraba y que no podían dejarla pasar, lo que representaba un problema para ella, no era más que el camino para otra loca solución, brincó la tapia y entró a la casa, no sin antes advertirle a Flavius que se cuidara de aquel vampiro abrasado, que le clavara su puñal entre los ojos, tras ello, se perdió en la casa ajena, seguida por los temerosos esclavos que le suplicaban para no ser maltratados por su dueño.
Durmió el resto del día en el diván donde Marius acostumbraba leer, pero tan pronto el ocaso hubiese llegado, llegó con él la bestia enegresida, saltando de la misma forma la tapia y buscando a Pandora. Los esclavos la despertaron y se escondieron de aquella bestia, Pandora forcejeo con él por largos minutos, hasta que, ante una puerta de piedra que se abría desde dentro, el monstruo le dijo que ella era el medio para llegar a la fuente, que Pandora era la debilidad de Marius y le clavó los colmillos en el cuello, comenzando a beber de su vital líquido; de golpe de la escalera que aparecía tras aquella puerta de piedra, apareció una potente luz e instantes después apareció Marius; descubrió que el nombre de aquella criatura era Akbar, y negoció no matar a Pandora a cambio de estar en presencia de “ella”, Akasha, la reina de todos los bebedores de sangre, Marius aceptó con tal de salvar a su amada, pero era demasiado tarde, cuando hubieron bajado al santuario de los reyes, Pandora moría por la falta de sangre, y la única forma que Marius tenía de no perderla, era transformándola en aquello que él era, dándole de beber de su propia sangre. Akasha mató con una mano a Akbar, frente a la renacida Pandora, más Akasha extendió su brazo hacia ella, invitándola a acercarse, y dejándola beber a placer de su propia carótida, hasta que Pandora sucumbió ante un terrible dolor.
- La dolorosa transformación:
- Marius la tomó entre sus manos y la llevó al jardín, recostándola sobre el pasto, ella expulsó todos los líquidos humanos que quedaban en su interior en medio de una inmensa agonía, donde deliraba acerca de reinstituir el culto a Akasha, y un cansancio solo equiparable a su propio dolor. Marius la baño con cuidado al tiempo que ella le relataba que mientras ella bebía de Akasha, había visto su matrimonio a la usanza romana, convencida de que era lo que la reina deseaba, que su guardián no estuviera solo, que ella le acompañaría en aquella empresa, pero Marius se sintió escéptico, puesto que por su mente había pasado en cuantiosas ocasiones el inmolar a los reyes ante los rayos del sol y dejar morir a todos los bebedores de sangre de una buena vez, ¿No sería esa la verdadera razón por la que Akasha la había llamado? Siglos después el mismo descubrió que no, que Akasha deseaba estar con Pandora, que era ella quien era la verdadera y única sacerdotisa de los padres. Así murió esa noche Pandora.
- El renacer de Pandora, del amor entre ellos:
Cuando regresó a este mundo como bebedora de sangre se encontró con un Marius consternado, enojado con él mismo, con la reina, con el mundo, todo por haberle dado a Pandora el mismo infortunio que él tenía que vivir, ocultándose de Amón Re y bebiendo de mortales para poder continuar… Mas las palabras que emanaron de su boca hicieron a Pandora quedarse con él para siempre… -¡No te vayas Pandora! Nos tenemos el uno al otro- Así comenzó una pelea que habría de durar doscientos años, y que jamás concluyó definitivamente.
Pandora sintió como sus sentidos se agudizaron, permitiéndole escuchar las voces de la ciudad, las almas torturadas, y una de ellas, era Flavius, que se encontraba enormemente preocupado por ella. Lo buscó fuera de la verja, y pudo ver en él el aura de la mortalidad, entonces le ayudó a brincar la tapia y entrar a la casa, que ahora compartiría con Marius, por el flujo continuo de sus sangres, eran ahora consortes. Flavius destilaba un amor dulce y conmovedor por Pandora.
Marius le relató a Pandora como fue convertido en vampiro, y como encontró a los padres, porque Akasha también le había hablado a él, como ahora lo había hecho con Pandora, para robarlos y ponerlos a salvo, como eran los vampiros, su naturaleza, su forma de reproducirse, y todos los dones y poderes que podían poseer; le advirtió que la sed que habita en ellos conoce de naturaleza, más no de moralidad. Ambos se amaban más que a ellos mismos.
Pandora dejó la casa y partió a Antioquía, escuchando comentarios procedentes de la oscuridad, a los hombres y mujeres presos de la lujuria, a los soldados que montaban guardia y a todos los demás recogidos en su dormitorio. Se dejó embelesar por las texturas de las piedras, por el resplandor de las antorchas encendidas, después se dirigió a su casa, para pensar en todo lo que le había llevado a ese instante, “Todas las imágenes, todos los destellos significativos te enseñan cosas más profundas, de modo que acepta este regalo Pandora”.
A su regreso a casa de Marius, él le esperaba y se abrazaron de manera efusiva y pasional, ella clavó sus colmillos en el cuello de él, y sintió como él hacía lo mismo en el cuello de ella, era una unión más fuerte que aquella del tálamo conyugal, del sexo, y se abandonó a él como jamás se había abandonado a nadie.
- La transformación de Flavius y las disputas de 200 años:
- Marius llegó a encariñarse de Flavius tanto como Pandora, era un hombre inteligente y sabio, pero estaba enfermo, sabía que su muerte era inminente y le pidió a Marius que no estuviera presente cuando ello sucediera, a lo que él aceptó, dudando de dejar sola a Pandora ante tal evento.
Ambos habían decidido tiempo atrás no crear otro bebedor de sangre, pero tan pronto como Marius se marchó del lugar, Pandora convirtió a Flavius en un bebedor de sangre; en aquella conversión Pandora perdió el conocimiento y al recobrarlo vio a Flavius junto a ella, carente de toda enfermedad, y le ayudó a levantarse, justo en ese momento apareció Marius y corrió a Flavius de aquel lugar, que agradeció por el don oscuro antes de desaparecer. Marius se encoleriza tanto, no por la increíble imprudencia de Pandora, sino por el temor de que ella escapara con Flavius.
Fue la primera de muchas discusiones, cada una más agresiva que la anterior, regida por la lógica implacable de Marius y la pasión de Pandora, motivadas por ideologías, religión, política, al final, por cualquier tema. Después para evitar aquellas peleas, simplemente preferían dirigirse la palabra.
Como vampiro comenzó a alimentarse exclusivamente de soldados, le gustaban por su aspecto, fuerza; se alimentaba de tantos soldados y obraba tan despreocupadamente que se convirtió en una leyenda entre ellos, “La dama griega de la muerte”, pero gracias a su astucia, fuerza y sed era imposible que la rodearan o detuvieran; para Marius era el tipo de necesidades místicas que esperaba de ella.
En la última gran discusión, meses después de la matanza de vampiros cristianos, Pandora le dijo a Marius palabras que tan pronto abandonaron su boca, se arrepintió de haberlas pronunciado -¡Ojalá pudiera librarme de ellos (el rey y la reyna) y de ti!- para luego abandonar la casa y no regresar hasta tres noches después. Pandora sabía que le había fallado cuando más le necesitaba, y cuando regresó a su villa la encontró desierta, y no tenía la remota idea de a donde se había ido él, llevando consigo los padres. No recibió carta de él y después de seis meses se terminó de dar por vencida y se fue de aquella ciudad.
- Siglos IV a XVI:
- Antes de abandonar Antioquía, ella escribió en los muros de la villa “Pandora y Marius, bebedores de sangre, vivían antaño juntos y felices en esta casa”. De manera errante se dedicó a buscar a Marius, tocando puertas, como en Creta, que en casa de Euxodia preguntó por el sin obtener una respuesta afirmativa; pero fue conocida como “La vampiro errante”; he hizo eso por muchos siglos… hasta que finalmente se asentó con Arjún, a quien también le había dado el don oscuro.
Se construyeron leyendas de ella, a principios del siglo XVI, corría el rumor de algunos que afirmaban haberla visto en el norte de Europa, andando siempre errante por los países septentrionales, disfrazada de mujer rica, con un compañero asiático, un vampiro de gran belleza y temible crueldad que la tenía sometida y la forzaba a hacer cosas que ella no quería hacer.
Aún la Talamasca tenía conocimiento de Pandora, que la había visto vista en el norte de Europa, recorriendo los lugares en rutas circulares que siempre tenían como final la ciudad de Dresde; pero desconocían si ella se había asentado en Sajonia.
- Siglo XVII, el inicio de la iluminación:
- Pandora se había convertido en una mujer mundana, que vestía con elegancia y viajaba en coche en compañía de un asiático de tez oscura; Santino, un vampiro cristiano de tez blanca y cabello oscuro que vitaba en Roma deseaba desesperadamente conquistar su amor, pero fueron las palabras de condena de Pandora las que acabaron destruyéndolo.
Una noche de fiesta en Dresde, se encontró con una mujer, una bebedora de sangre de nombre Bianca Solderini, y en su mente pudo ver a su querido Marius, ella iba acompañada por Arjún aquella velada, siendo parte de la corte, y haciendose llamar el marqués y la marquesa de Malvier.
- Inevitable reencuentro:
- La noche siguiente Marius fue al palacio ducal a buscar a Pandora, intuyó la presencia del indio, lo que le dijo que estaba allí Pandora, y después aquel hombre se presentó ante Marius, su nombre era Arjún y comentó que el romano Santino les había dicho que lo había matado, motivo que causó una enorme pesadumbre en Pandora, más ella no dejó castigar a Santino por ello, y Arjún respetaba los deseos de ella.
Ella sintió de pronto la mirada de Marius, iba magníficamente vestida con uno de sus elegantes atuendos, compuesto por un corpiño ceñido y una vistosa falda fruncida; su bello y pálido rostro estaba enmarcado por su maravilloso pelo castaño; de expresión triste, remota, pero increíblemente hermosa. Marius sin pensar la llevó a la pista de baile sin importarle su resistencia, estrechó con fuerza y la besó –Pandora, amor mío, no sabes cuánto tiempo llevo esperando este momento… ¿De qué sirve lamentarme ahora y jurarte que te he añorado con desesperación desde el primer instante en el que nos separamos?- dijo él, pero ella le dijo que si dejaba a Arjún, que pasaría si la volvía a abandonar, que haría ella ahora sin él, además ¿era el capaz de abandonar a la fémina que me esperaba? –Si deseas que lo haga, lo haré Pandora. Estoy dispuesto a hacerlo por ti, pero deja de pelear conmigo- suplicó.
- La carta y el adiós:
- Esa noche, antes de irse, dejó en el palacio de él una carta, en manos de Bianca, diciendo que la librara de Arjún, que ella a quien realmente amaba era a Marius, que no podía estar en la misma casa que los que deben ser guardados, pero que esperaría por él en las cercanías, que nada deseaba más que volver a ser de él, como antes, y que lo esperaba en Moscú… Sin embargo nunca supo que esa carta no llegó a manos de Marius.
La siguiente noche Marius fue a la residencia de Pandora, y la encontró desierta, le comentaron los sirvientes que los señores habían partido a Rusia.
- Suerte:
- La vampiro errante pasó más de un siglo sin acentarse en ningún lugar, por miedo de ser encontrada por Marius y vuelta a dejar abandonada, no sabía si podría soportar ello de una nueva vez, una herida que en realidad nunca dejó de sangrar.
A finales del siglo XVIII compró una residencia en Francia, a las afueras de París, fascinada por el Theatré des Vampires, al cual comenzó a acudir todas las noches, hasta que escuchó el nombre de Marius en las mentes jóvenes de los actores, y se apartó de aquel lugar… Arjún, el aún sigue con ella, y ella no está a su merced como decían las leyendas, son compañeros, más no concortes como en alguna vez pasó, después del encuentro con Marius en Sajonia, todo aquello acabó, más Arjún aún profesa un profundo amor por Pandora.
Ella se ha alejado de la gente, sigue alimentándose de soldados, y se ha comprado una yegua palomina en la que sale todas las tardes, en cuanto se ha puesto el sol, allí solo con ella ha logrado recuperar un poco de la calma que hace mil años le fue robada.
Datos Extras
- Maruis se refiere a ella cuando habla con Lestat, como una cortesana griega en la cual reposa debido a sus hermosos brazos.
- Aún no sabe si los sueños que Akasha le mandó desde el día que dejo Roma fueron porque deseara tenerla a su lado o como una forma de salvarse de los fatídicos planes de Marius.
- En la actualidad, el amor que siente por Marius es más fuerte que el amor que es capaz de sentir por cualquier otros, y sin embargo comprende que jamás podrán estar juntos sin discutir.
- Se sabe hermosa y sensual, y esa actitud provocativa la ha llevado a ser aún más arrogante de lo que era cuando fuere humana.
- De acuerdo a Pandora, Marius se parece mucho a Lestat pero de complexión más recia.
- Cerca del año 200 dC ambos consideran dejar Antioquía, ante la inminente caída del imperio.
- Conoció a los primeros bebedores de sangre cristianos, que se hacían llamar “los hijos de las tinieblas”.
- Puede sentir a la Reina en París, lo que le genera un sentimiento de angustia y exitación que no sabe como manejar.
No conviertas la razón y la lógica en una religión, porque con el tiempo, la razón te fallará, y cuando esto suceda, quizás tengas que refugiarte en la locura...
Última edición por Pandora el Jue Mayo 14, 2015 11:51 pm, editado 72 veces
Pandora*- Vampiro Clase Alta
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Re: Pandora de Atenas
FICHA APROBADA
BIENVENIDA A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
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Tarik Pattakie- Vampiro/Realeza
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