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por **Illyasviel Von Veltheim** Vie Sep 06, 2013 11:47 pm

Acababa de arribar a París y su familia siempre decía que la mejor forma de conocer un lugar, es verlo por ti mismo. Así que Illya se había ido caminando por horas viendo lo que pudo de aquella ciudad. De casualidad no se había extraviado y había regresado a un punto que había visto antes.

Estaba un poco cansada y ya era hora de que fuese buscando un lugar donde quedarse. Aún así, estaba desubicada, aunque no demasiado. A pesar de todo, alguna vez la habían llevado a París y más o menos recordaba un par de cosas que probablemente le serían de utilidad. El cansancio ya empezaba a hacer mella en su cuerpo.

Tanto estar caminando por ahí sin rumbo fijo le hizo detenerse y sentarse en una banca que se encontraba en una de las aceras. Illyasviel, con su piel y sus cabellos platinados, se quedó viendo a los transeúntes sin prestar demasiada atención. Desconfiada como era, no iría a pedir indicaciones o preguntar sobre algún hotel que pudiese adecuarse al presupuesto que tenía en ese momento.

Era la primera vez que estaba sola en un país diferente al suyo. No le molestaba, con eso, se sentía como fuera de ese ambiente que siempre le había rodeado. Aunque claro, no olvidaría cuál era el cometido de ese viaje. Ella tenía que aprender durante ese tiempo antes de convertirse en lo que la familia esperaba de ella. Suspiró cerrando los ojos y moviendo la cabeza un poco, tratando de aligerar el estrés en sus músculos. Una sombra le hizo alzar la mirada en ese momento. Alguien se había detenido cerca de ella.

por **Brün Rothschild** Lun Sep 16, 2013 9:20 am

Brujo era travieso, siempre lo había sido, en sus días de alegre vida, también. ¿Cómo podría detener a su compañero? ¿Hacerlo cambiar si el siempre había sido así? No había remedio, si no más que soportar sus andanzas. El podría protegerse fácilmente, Penélope, sabía que volvería a su lado, sin importar cuando se alejara, pues estaban unidos con un lazo, que había superado hasta la propia muerte. Ya habían tenido varias discusiones sobre su condición, le trataba de explicar que no era un perro normal, pero en ocasiones al can se le olvidaba y comenzaba a creer que aun estaba vivo, que podría ir ante la gente mostrándose tranquilamente.

Ya varias personas habían quedado asustadas, cuando de repente el perro con el que habían estado jugando desaparece así por así, nadie parecía entenderlo, pero tampoco buscaban una respuesta lógica, se quedaban con la duda, en silencio, para así seguir su vida normal, con una duda, que solamente atacaría pocas veces en su mente, pero que se esfumaría rápidamente.

-¿por qué huyes de mi?- le regaño, mientras toda la gente paseaba a su alrededor, pero ningún podría verle, tal vez alguna sensación extraña, recorrería su cuerpo, los más sensibles, voltearían a ver para confirmar que algo estuviera allí, pues tal vez habían visto algo por el rabillo del ojo, pero su cerebro lo obligaría a seguir caminando, olvidándose de lo que su cuerpo sensible a las vibraciones sobrenaturales había sentido. Penélope bufo –Yo no soy esclava de nadie…- le dijo al perro, quien reclamaba todo el tiempo que había pasado con ese brujo, ya parecía uno de esos entes devotos a un solo brujo.

Los dos refunfuñaron de forma bajita, pero Penélope rio suavemente, sujetando al perro para abrazarlo con ternura, lo único que tenia era celos de su hermano, bueno, a León también le sucedía lo mismo, cuando el fantasma desaparecía en búsqueda se su compañero muerto o si este aparecía de forma inesperada, haciendo que no hubiera intimidad entre ellos dos, brujo pareció contentarse, sus orejas se levantaron, su mirada se puso fija hacia una persona en especifico, que parecía que los miraba, Penélope ladeo la cabeza, pero sin mucho esfuerzo sonrió a aquella mujer, en un gesto amistoso –Hola…- le dijo suavemente, mientras que brujo salía corriendo hacia ella, el podía sentir su aura mágica, tal vez mejor que Penélope, a él le agradaban los brujos, bueno casi todos.

por **Illyasviel Von Veltheim** Miér Oct 30, 2013 10:41 pm

Illyasviel, a pesar del poco contacto humano que había tenido con otras personas que no fuesen de su familia, podía distinguir claramente entre un vivo y un muerto. Por eso es que se sintió algo extraña. A veces cuando veías un ente o un fantasma, los ignorabas y ellos pensaban que eras simplemente una de esas otras personas que no podían verle. Otras no era tan fácil. Sobre todo cuando era niña, muchas veces, aún con un miedo casi natural a lo que no pertenecía a este mundo, solo quería alejarse. El tiempo había pasado y su familia le había preparado en cuanto a lo que era y debía ser como bruja.

Pero ahora estaba sola en ese sitio. Aquella muchacha le sonrió y no pudo evitar devolverle el gesto. Era curioso, cuando te acostumbrabas a veces sucedían cosas de lo más curiosas. Y hasta ese momento, no había visto el fantasma de ningún animal antes, pensando en que tal vez era porque los animales no dejan asuntos pendientes, aceptan las cosas de una forma diferente a los humanos, eso se decía ella al menos, pero no podía asegurarlo.

Fue por ello que se quedó observando al canino cuando avanzó hasta ella. Nunca había tenido mascotas en casa así que sonrió ampliamente al verle tan de cerca -¿Es tuyo? -Su voz tenía un tono moderado, había observado a su alrededor como asegurándose que no había gente que le fuese mirar de forma extraña por creer que hablaba sola. Luego llevó sus claros ojos a la silueta femenina frente a ella -Mi nombre es Illyasviel- Dada a situación, pensó que no era necesaria la formalidad que se pedía en ciertos lugares. Quería sentirse sin ningún peso por ello en ese instante. Quería saber, primero, el nombre de ella. Se agachó como si pudiese tocar al perrito. A veces se podía, a veces no, pero dependía mucho del fantasma así que solo lo hizo, acercando sus manos -¿Cuál es tu nombre? - La miró con una sonrisa jovial.

por **Brün Rothschild** Jue Nov 07, 2013 4:04 pm

“La verdadera generosidad, en relación con el futuro, consiste en dárselo todo al presente.”
Albert Camus

Le parecía de lo más educado que la otra joven hubiera devuelto el gesto, de forma amable, eso hacía que Penélope pensara bien de aquella bruja, aunque conociendo a su hermano león, si la viera en ese lugar, comenzaría a formar un escándalo y la alejaría de la bruja, por miedo de que algo pudiera hacerle, pero el animal, su compañero, llamado brujo, parecía sentir que no habría nada de peligro. No era necesario que se dijeran que eso iba a quedar entre los dos, no había que comentarle nada al hombre, con quienes convivían, si no querían problemas y escuchar los regaños de este.

Ante la pregunta asintió, ella se había acercado automáticamente, como si se tratara de un imán, pero tomando una distancia aun más prudente de la que había tenido Brujo. Tenía un vestido azul, sencillo, que parecía danzar con el viento, pero aquella tela era extraña, aunque aparentaba bien ser de tela, se movía de forma extraña, como si fuera una extensión mas del ente. Brujo se dejo tocar, haciéndose más corpóreo para sentir el pelaje de él en la palma de la mujer.

El ente se había cruzado de brazos, mirando detenidamente como la bruja trataba con su compañero — Mucho gusto señorita — inclino su cabeza, en forma de respeto, mientras gozaba de la dicha de ver a Brujo feliz por las caricias dadas. — El se llama brujo — índico señalándolo con el dedo — y yo Penélope — volvió su mano para dejarla descansar en el lugar donde había estado reposando. — Supongo que estamos a su servicio — le sonrió levemente, comenzaba a caerle bien, aunque no podría decir exactamente porque, tal vez era solamente su instinto, que al igual que el de brujo, le indicaban que era una buena persona. Le gustaba ayudar, esperaba que pudiera hacerlo con aquella joven. A los dos le encantaría ayudarla, sin fines de lucro, solamente lo haría por sentirse útil, en ese estado, que para muchos significaría el final de su vida.

por **Illyasviel Von Veltheim** Mar Nov 26, 2013 1:28 pm

Illya sonreía al sentir el pelaje, suave, como se sentiría casi el de cualquier perrito, solo el aura de este le decía queno era uno de carne y hueso. -Brujo - Pasó su mano rascando las orejas del animal mientras le veía a ella -Es un nombre curioso para un canino - Lo dijo con ese tono que rozaba la sorpresa. Nunca se le habría ocurrido nombrar a uno de ese modo.

Penélope era una mujer llamativa para Illyasviel. aunque estaba acostumbrada a ver a su hermana o a su madre, la pariencia de ella era tan diferente y aunado a su estado eso le hacía sentir como si esta persona tuviese algo bastante atrayente. No creía que fuese porque ella era alguien que pudiese usar la magia, le parecía algo distinto. Como cuando ves a alguien pasar en la calle y llama tu atención. Le había pasado con personas vivas también, por eso podía decir que era de esa forma.

Había tenido unos cuantos problemas desde su llegada a París, pues le costaba relacionarse con otras personas, pero entre todo no le iba tan mal -¿Quieres sentarte? - Era un acto reflejo el ofrecimiento y el movimiento que hizo para hacerle espacio a su lado en la banca sin dejar de acariciar al perro. De algún modo se le hacía más fácil hablar con ella, debía ser porque lo era. Y los fantasmas ocultaban mucho menos en sus intenciones que otras creaturas o personas. También lo hacían, por supuesto, pero no había visto muchos casos en los que intentaran hacerlo de la misma forma que lo hacían otros. Y podías notarlo de alguna forma, cuando un fantasma tiene ese aire, como cuando desean venganza y su odio se extiende más allá de quien haya provocado aquello.

-¿Eres de París? -Como ella no lo era, preguntarle eso había sido algo que había salido sin más -He llegado hace poco -Se enderezó en la banca mientras le miraba, sus vestidos eran diferentes a los suyos y le daba tentación tocarlo, auqnue sabía que era tonto pensarlo.

por **Brün Rothschild** Mar Ene 28, 2014 10:02 pm

La mujer tenía una energía muy agradable, por eso Penélope y brujo se mantenían junto a ella, si la hubieran sentido pesada, hubieran tratado de salir de su radio, lo más pronto posible, pero por suerte no había sido así — Soy española — inquirió. Recordando que cuando estaba viva, no había conocido ningún otro país, pero ya después de muerta, estuvo buscando en Inglaterra y Francia a León, por suerte no viajo mucho, llego a Paris, como su último lugar para buscar y lo encontró, siempre recordaría la felicidad que sintió cuando lo vio, cuando lo encontró, aunque no sabía exactamente quien había encontrado a quien.

— Brujo también es español — miro al perro y sonrió — Murió porque mi padre le dio una patada cuando discutía con mi hermano — comento un poco triste al recordarlo — odia a mi padre, por eso — se alzo los hombros levemente. El viejo se hacía odiar, el había provocado demasiada desgracia en su vida, por culpa de el, león se obsesiono con ella, la violo, para luego desaparecer, para luego pretender cazarse con su hija, la única.

Aquel hombre le daba asco, por suerte mas nunca lo volvería a ver. Centro toda su atención en la mujer, con cierto animo, que ayudaba a alejar los malos pensamiento, que parecían desear invadir su mente — ¿Qué haces en parís? ¿Puedo ayudarte en algo? Nos encanta ayudar — asintió suavemente, brujo también lo hacía o solamente eran ideas de Penélope, que parecía poder comunicarse con el animal de forma más profunda, conociéndolo completamente.

por **Illyasviel Von Veltheim** Jue Ene 30, 2014 1:55 pm

Sonrió nuevamente -Tengo algo que hacer aquí... aunque se supone que debo hacerlo sola, eso no significa que no pueda acercarme a otros. Por ahora no conozco a nadie, así que me alegra poder charlar - Eso de socializar era complicado en un sitio que no conocías lo más mínimo. Además estaba esa desconfianza o incertidumbre que no le dejaba pensar en pedir algo a un desconocido que pudiese traerle algún problema después.

Suspiró. En realidad la tarea era aprender todo lo que pudiese estando ahí, fuese algo de magia o si llegase a ser necesario sería más una prueba de supervivencia. Lo sabía desde antes de que la enviasen, pero estando ahí sola había notado la razón por la cual creían que sería difícil para ella. Pensó que estaban exagerando, pero ciertamente ahora extrañaba su hogar -Vine a cumplir una misión -Dijo como si fuese algo sin importancia, con una sonrisa como la de una niña pequeña - Ahora estoy aquí en París por mi cuenta, debo regresar después de un tiempo con mi familia- Dijo restando importancia al hecho. Acariciaba a Brujo mientras decía aquello. Aunque desconfiada, también era ingenua, por suerte no se había metido en líos serios.

-¿Les gusta ayudar? ¿Por qué? - Miró a la mujer, cuyo aspecto le parecía igual que el de las personas que caminaban en las calles. Quería preguntarle algunas cosas, pero no quería ser impertinente, su padre le había dicho que no hiciera preguntas que pudiesen resultar incómodas a las personas con las que hablaba. Tal vez si se daba la oportunidad lo haría. Porque la curiosidad era un arma de doble filo, quería saber cómo es que había muerto, si la persona que le había hecho al perrito era la misma o si había sido de otra forma. Había visto fantasmas antes, no tan amistosos y muchos cuyas muertes no habían sido naturales ni tranquilas. Así que le entraba la duda acerca de ello esta vez, con alguien que se mostraba amable con ella a pesar de todo.

por **Brün Rothschild** Dom Mar 23, 2014 8:02 am

— Creamos cierta conexión con los brujos — explico tranquilamente — Nos sentimos atraídos, no puedo decir porque, pero entendemos; pero a la vez no. Cuando alguien necesita una mano — se rasco la cabeza, su cabellera larga y castaña estaba suelta, aunque hubiera viento no se movería, intacta, inmóvil. — No puedes preguntarle a alguien como yo el porqué, pues nunca te lo daremos con certeza — la miro detenidamente, brujo parecía encantado con ella, aun mas si la bruja no dejaba de minarlo y acariciarlo, era su debilidad, podría hasta olvidarse de Penélope, si seguían dándole tratos tan amorosos como los que recibía en ese momento.

— Yo no puedo volver con mi familia — inquirió con cierta tristeza que trato de ocultar, bajando la mirada un poco, distrayéndose con los movimientos del can — Claro, es obvio, pero… — sacudió su cabeza, alejaba aquellos pensamientos, no quería pensar en su pervertido padre, quien la había querido esposar, ni en sus otros hermanos, que la culpaban de la muerte de su madre, ella no había tenido la culpa de que a su padre le hubiera gustado tanto follar y dejar hijos regados por todos lados. No tuvo la suerte de sentir el amor de una madre, en ocasiones sentía que ese elemento faltante en su formación, había provocado todo eso.

por **Illyasviel Von Veltheim** Lun Mar 24, 2014 11:14 pm

Sonrió viendo como ella intentaba responderle, debía ser difícil, como cuando preguntaban porque te gustaba un sabor o un color, algo que es pero no puedes explicar en ocasioness-No importa la razón, si es para ayudar a otros, me parece admirable -Ella poco contacto había tenido con otras personas, así que le era difícil tan solo hablar en ocasiones. Su padre le reprendía diciendo que por su posición debía ser más cordial, pero era tímida y le era difícil mantener una conversación, sobre todo con el tipo de personas que su familia solía tratar.

Miró a Penélope y se sonrojó ligeramente -Disculpa mi impertinencia... -Dijo notando el cambio en el semblante de la mujer. Parecía que no había traído gratos recuerdos a ella y se sintió un poco culpable por ocasionar eso aunque no lo hubiese sabido de antemano.

-... Me contaron que había muchos peligros en una ciudad como esta, pero he estado muy poco tiempo ¿es verdad eso? - Solo quería desviar la atención y tal vez pedir algún consejo para no cometer alguna tontería mientras estaba por esas tierras. Tal vez debía evitar ciertas cosas, pero no sabía cómo preguntarle acerca de cosas como esa.

por **Brün Rothschild** Mar Mayo 06, 2014 5:08 pm

Se había vuelto opaco, la bruja lo había notado, era un don natural en las personas con esa sensibilidad llegar a ver los cambios que puedan ocurrir en su entorno, Penélope negó suavemente, para sonreír levemente o tratar de dibujar, una línea en la comisura de sus labios. Escucho la pregunta de la joven, ladeo un poco su cabeza, tratando de analizar la pregunta, pasaron apenas unos segundos antes de que pareciera dispuesta a responderle.

― Depende de que peligro quieras alejarte ― respondió ― todo lugar es peligroso, no creo que ningún lugar haya paz, sería horrible un lugar así. ¿Cómo diferenciarían lo bueno de lo malo si no conocen lo malo? ― tal vez no le estaba ayudando demasiado, pero los fantasmas eran normalmente así, no eran directos, siempre buscaban desviarse de la preguntar concreta pero dar pistas de lo que podría al final ayudar a la persona.

― Hay seres temibles, pero no tan horribles como el mismo ser humano ― añadió en un tono bajo y lúgubre ― el humano siempre será el peor peligro ― la miro con unos ojos teñidos de misterio, con sus palabras recaían muchas cosas, el “todo” podría abarcar muchas cosas. La bruja debía tratar de ser mas especifica si quería conseguir buena información.

― No creo tengas que hacer sola lo que viniste hacer ― comento ― solamente necesitas saber cómo utilizar las herramientas; las personas pueden ser herramientas. Pueden saberlo o no ― brujo bufo, pensaba que estaban abrumando mucho a la joven bruja, Penélope no sabía cómo responder bien, si él pudiera hablar le explicaría mejor, pero solamente le quedaba ver como su compañera lo hacía; lo que según él, estaba haciendo mal. Pero al menos lo intentaba, por eso había que darle puntos extras.

por **Illyasviel Von Veltheim** Miér Mayo 21, 2014 11:41 pm

Illya escuchó sus palabras pero aunque su vista se fijó en ella no supo que decir, se sintió un tanto avergonzada e hizo un ligero gesto con los labios. Ciertamente podría encontrarse con peligros en todos lados, ella tenía razón en eso y la forma en la que la fantasma le veía era un tanto incomprensible para ella.

-¿Son los humanos los más aterradores? - Ella no lo sabía demasiado, no en cuanto a trato humano. Había estado en su hogar rodeada de personas conocidas. Si alguna le hubiese querido hacer algún daño probablemente no lo hbría notado. Ella no tenía idea de por qué sus padres la habían tenido de esa manera. Ver a su hermana con esa libertad que ella no poseía había sido más de una vez una razón para envidiarla desde lejos, pero no algo que se considerase malo, se lo había dicho en algún momento, cuánto le gustaba verla incluso desde lejos. Pero no podía decir que no le gustara aprender sobre magia, su padre se esmeraba en mostrarle lo que podía y se daba cuenta.

Se preguntaba si su juicio hacia las personas era tan malo por haber vivido de esa forma todos esos años. Pero según le habían contado era algo que solía hacerse en la familia. No le contarían los detalles hasta que volviese un tiempo después. -¿No hay normas que indican lo bueno y lo malo?- Se le quedó viendo sin saber si lo que decía era un disparate para su acompañante -Mi hermana solía decir que todo depende desde el punto en que lo veas - Dijo sin mucha seguridad, pues cuando Iris lo decía era más para justificar alguno de sus actos.

Decidió solo acariciar al can con cuidado, proporcionándole mimos mientras pensaba en lo que la mujer decía -¿Herramientas? - sonriendo viendo al animalito, tenía una perspicaz mirada, pensaba desde que lo había visto en el primer momento -Lo que debo aprender nadie me lo enseñará, pero necesito de los demás para que suceda, interactuar y vivir aquí mientras tanto - Miró a Penélope con una sonrisa casi infantil -¿No es malo considerar herramientas a las personas?- Porque era verdad que a veces las cosas sucedían pero no porque las quisieras de ese modo. Pensar en usar a los demás no era algo demasiado agradable, incluso si lo llegaba a hacer sin tener consciencia de ello en algún momento.

Aunque ingenua, tampoco era tonta, incluso si a veces pasaba por alto ciertas cosas -¿alguien te ha tratado así antes? -Ladeó el rostro ligeramente. No quería molestarla con su curiosidad, pero a veces el impulso podía más.

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