Un nouvel avenir pour ¿la chance? - Privado

Hacía ya un tiempo que su ultima amante... bueno, mejor dicho, aperitivo, se había ido aunque en realidad fue él quien la dejo, la mujer se había enamorado de él como otras anteriores y eso no le interesaba, la mujer aparte se volvió insoportable con sus celos y reclamos, algo que ni aguantaba así que la despidió, volviendo a quedarse solo, algo que no le agradaba aun mas, así que debía ir a buscarse una nueva compañera aunque era algo difícil en los tiempos que corrían, pero también estimulante ya que lo peligroso lo era y si era prohibido mejor, el único problema era donde encontrar a ese dulce manjar, habían muchos sitios, desde las calles hasta los burdeles, desde las casas más humildes hasta los palacios y castillos... a lo largo de los años había probado un poco de todo pero ninguna le duro mucho, quizás unos pocos años si pero luego se volvía la cosa aburrida, quizás por ello jamás convirtió a nadie para ser su compañera fiel...

Curiosamente su círculo de "amigos" era bien extenso, se movía en muchos círculos pero solo nocturnos, teniendo el título de "caballero nocturno" por ser visto solo de noche, muchos habían especulado sobre que hacía de día, algo que le divertía enormemente ya que siempre cambiaba la versión, pero por eso mismo era invitado a toda clase de celebraciones nocturnas, algunas incluso se pasaban a la noche para que el asistiera, lo único que jamás hacia era quedarse en la casa de campo de nadie un tiempo como otra gente, ya que podría levantar sospechas y era lo único que no quería, aparte de que el campo era un tanto aburrido si se estaba solo, pocas veces iba a su casa allí, quizás para un retiro pero ya estaba.

Hoy como todas las noches, al levantarse fue a sentarse frente a la chimenea encendida para revisar su correo, su mayordomo le era muy fiel y sabia su mayor secreto, y lo protegía mejor que nadie, eso le agradaba, sabía que podía fiarse de él, miro a su lado, sobre la mesita redonda que había al lado del sillón, habían varias cartas en una bandeja de plata, las tomo y leyó, muchas eran invitaciones a teatros, operas, clubs y bailes, pero le llamo uno en especial, una mascarada, ahí sonrió divertido, lo mejor de esta época eran esas fiestas sin duda, una máscara ya de por si ocultaba su verdad, y ahora otra ocultaría todo eso por una noche, se levanto con esa carta en mano y fue hasta su escritorio, donde tomo su pluma y escribió en un papel la respuesta a la invitación al baile de mascaras y luego otra para su modista.

Llamo a su mayordomo que no tardo en venir y le entrego las dos cartas, este sin mas fue a entregarlas, era realmente eficiente su mayordomo, divertido se fue a sentar nuevamente pensando el que iba a ponerse o más bien, el que iba a crear, lo bueno de tener un cargo alto en esta época era que cualquiera estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ti... bueno casi todos, aun cuando era solo por el dinero, pero siempre era así.

Los días pasaron llegando el día de la fiesta de compromiso y así la mascarada tan esperada para Jareth, vestido con ropa negra y bordados plateados junto a una máscara negra como un antifaz pero con un diseño elegante y borde plateado, era una creación exquisita, la tenia de un viaje a Italia, así que la ropa fue hecha a imagen de la máscara, siendo un traje muy elegante, le hubiera encantado ir de demonio, sería lo ideal pero prefería el disfraz de "lobo con piel de cordero", así no sería tan evidente, ya que en ese baile buscaría a su nueva compañera, cuando llego fue a saludar a la pareja comprometida, había conocido a la bisabuela de la joven, mujer que ya estaba muerta, el decirle que fue su amante en una época diferente era mejor no mencionarlo... Tras ese saludo y otros mas, se perdió un poco entre la multitud, pero nadie le llamaba mucho la atención, concedió algunos bailes y pidió otros, entablando charlas amenas a ver si su interés se despertaba pero no había nada... por lo que salió un momento al balcón que estaba solitario, vio como la luna brillaba completa, esta era su noche pero se ponía difícil.

Había estado contemplando la luna y el jardín tan ensimismado en sus pensamientos que ni se percato de las dos presencias, ya que en esos jardines había tenido más de una diversión nocturna, que recuerdos más deliciosos, pero cuando oyó las voces femeninas despertó, manteniéndose callado mientras oía las palabras de las jóvenes, era evidente que el amor en un matrimonio hoy en día no existía en las altas esferas, muchas de las mujeres eran entregadas como ganado a cambio de tierras, dinero y propiedades, aunque las mujeres venían con su propia dote, cuanto más fea, mayor la dote, sino la mujer estaría soltera toda la vida y eso sus padres no lo querían, era todo negocio y el placer se dejaba en la oscuridad... siendo un pecado de lo más exquisito y prohibido, pero a Jareth le encantaba eso, era divertido el ver como avanzaba el mundo y las personas, y de como estas se revelaban contra todo eso, aunque solo pocas lo hacían, otras aceptaban su suerte y eso era aburrido.

Cuando la señorita de la fiesta se volvió al salón de baile, Jareth contemplo a la que se quedo, viendo cada movimiento que hacía y de cómo se movía, hasta que la oyó hablar sola, eso casi le arranco una carcajada inesperada pero la pudo contener rápido para no sobresaltar o ofender a la joven, era interesante, la chica desprendía algo diferente al resto, por lo que se acerco a su lado con total tranquilidad, posando su mano cerca a la de la joven, para que ella alzara el rostro al ver una mano "invasora", pero no la tocaba.

- ¿Que hace una dama como usted hablando sola en un lugar como este? - pregunto con una sonrisa divertida, ciertamente la joven le resultaba un poco intrigante, no parecía ser la clásica damita de familia adinerada, de esas aburridas y pomposas... quizás había hallado a la nueva compañera aunque a saber si aceptaría sus términos.

Jareth contemplo curioso a aquella dama que parecía tener dos dedos de frente y los tornillos puestos en su lugar, algo interesante, pocas eran las mujeres que tenían esos dones, diferentes épocas pero todas con ese algo que las hacia sobresalir, lo malo era que eran menospreciadas solo por ser el “sexo débil” o por el mero hecho de ser “una mujer” cuando en realidad son todo lo opuesto, las mujeres eran fuertes, a veces más que el mismo hombre, al menos eso pensaba Jareth, sonrió divertido y se despojo del antifaz negro que llevaba, para así presentarse frente a la dama, no tenía nada que ocultarle aunque su rostro no demostraría nada ni revelaría mas que su nombre y nada de su lado más oscuro, pero la joven le llamaba la atención por su forma de pensar y eso le agradaba.

- En ese salón no hay nada de lo que busco, aparte de que las conversaciones de los hombres son amenas y aburridas mientras que los bailes son peores, si no te llegan a pisar las damitas con sus tacones entonces ya sobreviviste por esta noche – bromeo Jareth mientras le sonreía divertido a la joven y le tendió la mano – Jareth Lowell a su servicio ¿con quién tengo el placer de compartir este balcón? – pregunto curioso ya que el nombre de la joven era un misterio, no le interesaba averiguarlo por terceros sino el oírlo por la boca propia de la presente, así era más divertido y directo, no necesitaba hacerse el chulo o el listillo para llamar la atención, simplemente era el mismo, sincero y diciendo cosas sin importarle las opiniones ajenas.

La joven tenía un algo que le hacía difícil el apartar los ojos de ella, eso le gustaba, quizás sí que había hallado a su próxima dama de compañía, no prostituta, sino mas bien compañera de vivienda, aunque a saber si ella aceptaría aunque seria genial, quería saber más sobre ella, y de su forma de hablar, sus opiniones acerca de los presentes y otras cosas, personas así eran difíciles de hallar y cuando uno la encontraba, era siempre mejor no dejarlas escapar, o al menos eso pensaba Jareth, al ver que la mujer le tendía la mano con la intención de presentarse, este la tomo, menos mal que traía guantes, así la joven no notaria sus frías manos, beso el dorso de la mano como un saludo caballeroso, aunque en sus ojos se veía la picardía un poco.


[perdon la tardanza, me habia puesto mal por un virus y ni pude poner anuncio de ausencia >x< espero que te este llendo bien en clases ^^ animo!!]