AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Nuestra Primera Navidad - Privado (Nouvel - Stoiko - Zirano - otros)
3 participantes
Página 1 de 1.
Nuestra Primera Navidad - Privado (Nouvel - Stoiko - Zirano - otros)
Galia, sonrió al ver el gran numero de personas que desde muy temprano en la mañana habían estado entrando en la perfumería, para llevarse los perfumes mas exóticos y novedosos que había en la tienda.
Se lamentó que Saskia no pudiera estar entre medio de todo aquello, - pero sería tan lamentable que por curiosear quienes eran sus clientas, terminara convertida en cenizas – pensó risueña, cuantas veces la había escuchado desear convertir a su creador en cenizas – podría crear el mejor perfume, el mas exquisito, y solo para inquisidores – la voz de su amiga y socia resonó en su cabeza haciendo que de su garganta suriera una riza cristalina y embriagadora, no la había podido contener. Es que la vampiresa odiaba tanto a su maestro, que mas parecían una vieja pareja, desgastada por los años, pero que aun se respetaban, - que enemigos declarados – pensó la bruja recordando los ojos color rubí centelleantes de la vampiro, al nombrar solamente por accidente el nombre de Violante.
La sonrisa no se caía de su rostro, ni el buen humor, y eso era algo verdaderamente novedoso en Galia. Solo los mas allegados podrían entender lo importante que era para ella, aquel día. Sus manos sudaban de nerviosismo, de solo pensar en que en pocas horas, sus amados, estarían con ella en la víspera de la Navidad. Tenía ganas de bailar y cantar de contenta.
Terminó de atender a una clienta de clase alta y tras despedirse afectuosamente, sorprendiendo a la mujer que recibió ese alago con emoción, dejó que la empleada terminara la venta. Ella, se dirigió a la trastienda, en donde la fabrica estaba en plena ebullición. Los empleados, en su mayoría mujeres, trabajaban a destajo y con los tiempos contados como una maquinaria bien aceitada y de relojería suiza. Recordó cuando llegó por primera vez a esa perfumería, cuando Saskia aún era una bruja y su anterior socio estaba presente. En aquel tiempo los empleados habían sido solo hombres – por la obsesión de Saskia a sus juguetes – caviló Galia al pensar en la extraña relación entre la vampiresa y el genero masculino. La vampiresa se había curado de aquella obsesión apenas convertirse, - Diría que su maestro la curó aunque no logro saber si de espanto, ya que yo sepa no ha vuelto a tener ninguna relación, ni pasajera, ni seria - recapituló en silencio y algo triste de ver a su amiga sola en el mundo.
Subió la escalera que unía la tienda con la fabrica. - Buenos días señorita Meis – le dijo alegremente una de las empleadas, - buenos días Alegra, ¿como está tu bebé? - preguntó muy seria, - ya sabes que debes hacer las curaciones cada ocho horas, no dejes que se infecte esa herida y alimentalo con tu leche – le sonrió dulcemente – verás que pronto se recuperará – la mujer asintió con la cabeza y agradeció los cuidados que su jefa tenía por los empleados y sus familias, - gracias, señorita, yo... yo no sé... - Galia la detuvo con un gesto de su mano, - no digas nada, eso no se agradece de ese modo, la única forma es hacer lo mismo por los demás – tocó las manos callosas, de la mujer, producto de años de duro y sacrificado trabajo. La mujer se ruborizó he intentó apartar sus manos, avergonzada por lo poco que ella era en realidad, - no, querida, nunca sientas vergüenza de lo que eres, pues no conozco mujeres mas valientes que vosotras – dijo refiriéndose a todas las mujeres que tocaban la puerta trasera de la perfumería para ser ayudadas y cobijadas por la Societatis Liliums.
Luego de reconfortar a unas cuantas mujeres, se dirigió a la tercera planta, donde vivía Junto con su hermano Stoiko y su pequeña sobrina Nouvel. Apenas abrir la puerta, cuatro rostros sonrientes la contemplaron. Allí junto a la entrada con sus trajes bien almidonados y perfumados, la esperaban sus tres doncellas y su mayordomo. Sonrió satisfecha, ahora que era empresaria podía darse unos lujos y eso la alagaba. Liana, su doncella personal, la recibió entusiasmada como una criatura, - señorita, señorita, ya compramos todo lo que nos pidió – los ojos de la joven resplandecían de felicidad. Todos estaban exaltados, ya que desde la llegada de la pequeña Nouvel y del elegante y misterioso hermano de Galia, ésta sería la primera oportunidad de celebrar una fecha tan importante para la mayoría de los parisinos. Ellos que habían llegado a trabajar a la mansión, no sabían como sería la forma en que la familia festejara la Navidad. Galia, rió nuevamente con la misma risa cristalina, al pensar en los invitados que tendría aquella noche y que esperaba no se fueran de su lado nunca mas.
Se lamentó que Saskia no pudiera estar entre medio de todo aquello, - pero sería tan lamentable que por curiosear quienes eran sus clientas, terminara convertida en cenizas – pensó risueña, cuantas veces la había escuchado desear convertir a su creador en cenizas – podría crear el mejor perfume, el mas exquisito, y solo para inquisidores – la voz de su amiga y socia resonó en su cabeza haciendo que de su garganta suriera una riza cristalina y embriagadora, no la había podido contener. Es que la vampiresa odiaba tanto a su maestro, que mas parecían una vieja pareja, desgastada por los años, pero que aun se respetaban, - que enemigos declarados – pensó la bruja recordando los ojos color rubí centelleantes de la vampiro, al nombrar solamente por accidente el nombre de Violante.
La sonrisa no se caía de su rostro, ni el buen humor, y eso era algo verdaderamente novedoso en Galia. Solo los mas allegados podrían entender lo importante que era para ella, aquel día. Sus manos sudaban de nerviosismo, de solo pensar en que en pocas horas, sus amados, estarían con ella en la víspera de la Navidad. Tenía ganas de bailar y cantar de contenta.
Terminó de atender a una clienta de clase alta y tras despedirse afectuosamente, sorprendiendo a la mujer que recibió ese alago con emoción, dejó que la empleada terminara la venta. Ella, se dirigió a la trastienda, en donde la fabrica estaba en plena ebullición. Los empleados, en su mayoría mujeres, trabajaban a destajo y con los tiempos contados como una maquinaria bien aceitada y de relojería suiza. Recordó cuando llegó por primera vez a esa perfumería, cuando Saskia aún era una bruja y su anterior socio estaba presente. En aquel tiempo los empleados habían sido solo hombres – por la obsesión de Saskia a sus juguetes – caviló Galia al pensar en la extraña relación entre la vampiresa y el genero masculino. La vampiresa se había curado de aquella obsesión apenas convertirse, - Diría que su maestro la curó aunque no logro saber si de espanto, ya que yo sepa no ha vuelto a tener ninguna relación, ni pasajera, ni seria - recapituló en silencio y algo triste de ver a su amiga sola en el mundo.
Subió la escalera que unía la tienda con la fabrica. - Buenos días señorita Meis – le dijo alegremente una de las empleadas, - buenos días Alegra, ¿como está tu bebé? - preguntó muy seria, - ya sabes que debes hacer las curaciones cada ocho horas, no dejes que se infecte esa herida y alimentalo con tu leche – le sonrió dulcemente – verás que pronto se recuperará – la mujer asintió con la cabeza y agradeció los cuidados que su jefa tenía por los empleados y sus familias, - gracias, señorita, yo... yo no sé... - Galia la detuvo con un gesto de su mano, - no digas nada, eso no se agradece de ese modo, la única forma es hacer lo mismo por los demás – tocó las manos callosas, de la mujer, producto de años de duro y sacrificado trabajo. La mujer se ruborizó he intentó apartar sus manos, avergonzada por lo poco que ella era en realidad, - no, querida, nunca sientas vergüenza de lo que eres, pues no conozco mujeres mas valientes que vosotras – dijo refiriéndose a todas las mujeres que tocaban la puerta trasera de la perfumería para ser ayudadas y cobijadas por la Societatis Liliums.
Luego de reconfortar a unas cuantas mujeres, se dirigió a la tercera planta, donde vivía Junto con su hermano Stoiko y su pequeña sobrina Nouvel. Apenas abrir la puerta, cuatro rostros sonrientes la contemplaron. Allí junto a la entrada con sus trajes bien almidonados y perfumados, la esperaban sus tres doncellas y su mayordomo. Sonrió satisfecha, ahora que era empresaria podía darse unos lujos y eso la alagaba. Liana, su doncella personal, la recibió entusiasmada como una criatura, - señorita, señorita, ya compramos todo lo que nos pidió – los ojos de la joven resplandecían de felicidad. Todos estaban exaltados, ya que desde la llegada de la pequeña Nouvel y del elegante y misterioso hermano de Galia, ésta sería la primera oportunidad de celebrar una fecha tan importante para la mayoría de los parisinos. Ellos que habían llegado a trabajar a la mansión, no sabían como sería la forma en que la familia festejara la Navidad. Galia, rió nuevamente con la misma risa cristalina, al pensar en los invitados que tendría aquella noche y que esperaba no se fueran de su lado nunca mas.
Galia Meis- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 20/02/2013
Localización : Paris - Francia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Nuestra Primera Navidad - Privado (Nouvel - Stoiko - Zirano - otros)
Saskia, había dejado de festejar la navidad desde hacía años, cuando dejó la mansión paterna y emprendió un viaje junto con el que pensó sería el amor de su vida. Suspiró mientras estiraba su cuerpo adormecido todavía. No era de estar despierta a penas unas horas después que se acostara. La noche la había lanzado a las calles de París y tras alimentarse de dos o tres caballeros que le invitaron a pasar una noche agradable y tras enviarlos a sus residencias un poco débiles y un pequeño pinchazo en el pecho como único recordatorio de que algo les había pasado, se dedicó a recorrer la barriada, le gustaba asustar a los malhechores, especialmente si eran posibles amenazas para jovencitas imprudentes.
No sabía porqué pero le parecía que si alguien la hubiera protegido asi, ella, nunca habría caído en las garras de aquel vampiro, - ese embaucador, ladino, maldito, mal nacido – despotricó una vez mas, cuando el rostro sensual y varonil de aquel ser, se presentaba en su mente. Tras años de haber perdido la pista de ese hombre lo seguía insultando como si el daño que le hubiera causado no cesara. Lo culpaba por todo, y en especial por terminar entre los colmillos de Violante, - si él no me hubiera alejado de su lado, si se hubiera quedado a mi lado explicándome lo que era y dándome la oportunidad de elegir, no hubiera llevado una vida tan... - no dijo la palabra, pero sabía bien que al final de cuentas era su culpa, - pero no hubiera caído en las garras de ese otro vampiro – se mentía, como una forma de no sentirse culpable. Ella había jugado con fuego y se había quemado, conviertiendose en la vástaga del Príncipe de los Países Bajos y por un tiempo en su amante.
Arrugó las sabanas con sus dedos, dio un pequeño grito, estaba frustrada, no tenía noticias de Benelope, no sabía como seguirían los planes para darle una lección al arrogante Príncipe, para ella eso era una forma de hacer pagar a un vampiro las deudas de otro y a Saskia eso le bastaba. Ademas todavía no le perdonaba que le hubiera quitado su vida mortal, dándole una inmortalidad, que por momentos la sentía como una carga demasiado pesada para llevar. Se destapó con furia y de un salto salió despedida del lecho, aterrizando suavemente en la alfombra mullida al lado del tocador. Las persianas de la habitación habían sido reemplazadas por paneles de metal que con un sistema podían correrse de noche para que la vampiresa disfrutara del balcón y la brisa nocturna, sin tener que temer que en la mañana ocurriera algún incidente inesperado.
Caminó hasta el cuarto de baño, mientras lo hacía se iba despojando de sus ropas, se sumergió en la bañera, la cual aunque el agua estuviera helada, para ella era igual, ya no podía sentir frio o calor, todo eso para ella había pasado.
Allí se quedó durante un buen rato, pensando en sus proyectos, sus revanchas y sobre todo en el vampiro que hacía años que no encontraba, - y eso que pagué a investigadores para que lo encontraran – se dijo frustrada. Suspiró mientras se terminaba de enjuagar y cubría su cuerpo desnudo con una toalla. Luego de secarse y vestirse decidió que debería esperar a que los rayos del sol se hundiesen en el horizonte. Mientras tanto iría pensando en como ayudar a su amiga Galia, en esa loca reunión que pretendía crear en unos pocos días. Le había dicho que todo era para que su pequeña sobrina, pudiera vivir una verdadera Noche Buena, - una cena de navidad para la pequeña Nouvel – pensó riendo por primera vez en la mañana, - es que ese ratoncito ilumina el día de cualquiera – se dijo mientras recordaba como la solía venir a despertar para que jugaran, - no puedo salir al jardín Nouvel, ¿o acaso quieres que me vuelva un montoncito de polvo? - la pequeña había abierto los ojos de forma desmesurada y negado con su cabecita rubia, - noooo, yo quiero jugar contigo – ella rio – pues entonces tendrías que esperar a que sea de noche y entonces sí saldríamos a jugar a donde quieras - Nouvel le había preguntado si, era como su tio Zirano, a lo que ella había encogido sus hombros y contestado con un – supongo – es que en verdad, no era de interactuar con otros vampiros.
Se sentó en un sillón cómodamente, tomó un libro y se quedó con la mirada perdida en las letras pero sin leer, pensó en la sonrisa de la pequeña, meneó la cabeza riendo, - ay Saskia, a ti también te vendrá bien recordar que era celebrar la Navidad – susurró cerrando los ojos intentando recordar las navidades de la infancia.
No sabía porqué pero le parecía que si alguien la hubiera protegido asi, ella, nunca habría caído en las garras de aquel vampiro, - ese embaucador, ladino, maldito, mal nacido – despotricó una vez mas, cuando el rostro sensual y varonil de aquel ser, se presentaba en su mente. Tras años de haber perdido la pista de ese hombre lo seguía insultando como si el daño que le hubiera causado no cesara. Lo culpaba por todo, y en especial por terminar entre los colmillos de Violante, - si él no me hubiera alejado de su lado, si se hubiera quedado a mi lado explicándome lo que era y dándome la oportunidad de elegir, no hubiera llevado una vida tan... - no dijo la palabra, pero sabía bien que al final de cuentas era su culpa, - pero no hubiera caído en las garras de ese otro vampiro – se mentía, como una forma de no sentirse culpable. Ella había jugado con fuego y se había quemado, conviertiendose en la vástaga del Príncipe de los Países Bajos y por un tiempo en su amante.
Arrugó las sabanas con sus dedos, dio un pequeño grito, estaba frustrada, no tenía noticias de Benelope, no sabía como seguirían los planes para darle una lección al arrogante Príncipe, para ella eso era una forma de hacer pagar a un vampiro las deudas de otro y a Saskia eso le bastaba. Ademas todavía no le perdonaba que le hubiera quitado su vida mortal, dándole una inmortalidad, que por momentos la sentía como una carga demasiado pesada para llevar. Se destapó con furia y de un salto salió despedida del lecho, aterrizando suavemente en la alfombra mullida al lado del tocador. Las persianas de la habitación habían sido reemplazadas por paneles de metal que con un sistema podían correrse de noche para que la vampiresa disfrutara del balcón y la brisa nocturna, sin tener que temer que en la mañana ocurriera algún incidente inesperado.
Caminó hasta el cuarto de baño, mientras lo hacía se iba despojando de sus ropas, se sumergió en la bañera, la cual aunque el agua estuviera helada, para ella era igual, ya no podía sentir frio o calor, todo eso para ella había pasado.
Allí se quedó durante un buen rato, pensando en sus proyectos, sus revanchas y sobre todo en el vampiro que hacía años que no encontraba, - y eso que pagué a investigadores para que lo encontraran – se dijo frustrada. Suspiró mientras se terminaba de enjuagar y cubría su cuerpo desnudo con una toalla. Luego de secarse y vestirse decidió que debería esperar a que los rayos del sol se hundiesen en el horizonte. Mientras tanto iría pensando en como ayudar a su amiga Galia, en esa loca reunión que pretendía crear en unos pocos días. Le había dicho que todo era para que su pequeña sobrina, pudiera vivir una verdadera Noche Buena, - una cena de navidad para la pequeña Nouvel – pensó riendo por primera vez en la mañana, - es que ese ratoncito ilumina el día de cualquiera – se dijo mientras recordaba como la solía venir a despertar para que jugaran, - no puedo salir al jardín Nouvel, ¿o acaso quieres que me vuelva un montoncito de polvo? - la pequeña había abierto los ojos de forma desmesurada y negado con su cabecita rubia, - noooo, yo quiero jugar contigo – ella rio – pues entonces tendrías que esperar a que sea de noche y entonces sí saldríamos a jugar a donde quieras - Nouvel le había preguntado si, era como su tio Zirano, a lo que ella había encogido sus hombros y contestado con un – supongo – es que en verdad, no era de interactuar con otros vampiros.
Se sentó en un sillón cómodamente, tomó un libro y se quedó con la mirada perdida en las letras pero sin leer, pensó en la sonrisa de la pequeña, meneó la cabeza riendo, - ay Saskia, a ti también te vendrá bien recordar que era celebrar la Navidad – susurró cerrando los ojos intentando recordar las navidades de la infancia.
Saskia Borgano- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 209
Fecha de inscripción : 13/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Nuestra Primera Navidad - Privado (Nouvel - Stoiko - Zirano - otros)
Varias semanas han pasado desde que Galia y yo escapáramos de Notre Dame, mi trabajo se ha visto bastante interferido por todo ello. Las patrullas nocturnas ya no son tranquilas como antes, rara es la noche que no me encuentro con algún inquisidor o sicario enviado por el padre Isidro, y lo que un día fueron mis tranquilas patrullas en la noche parisina, pasé a tener que estar en un continuo estado de alerta e intentar permanecer el mínimo tiempo posible en las calles. Mi posición como policía no me permitía ir por ahí matando por diversión, pero tengo que reconocer que no me faltaban ganas de matarlos a todos uno a uno, pero me convertiría en lo que la inquisición insiste en llamarnos, monstruos sin alma, asesinos sedientos de sangre.
Esta última noche salí de patrulla después de tres días sin probar ni tan solo una gota de sangre, ni siquiera animal. Notaba como mi sed quería tomar el control de mí. Mis sentidos se afinaron, avanzaba corriendo por los tejados de los altos edificios de París, atento a todo lo que ocurría varios metros a mi alrededor. En una esquina una mujer no muy agraciada, con un visible herpes en su boca intentaba seducir a un chico joven en apariencia un simple obrero, esté con repugnancia en su mirada se fue de allí sin ni tan solo hablarle. Continuo corriendo, ejecutando saltos imposibles para atravesar las grandes avenidas, de tejado a tejado. Siempre dirección hacia la catedral de Notre Dame, mi sed comenzó a dominarme, en mi mente solo tenia una cosa, entrar a la catedral, buscar al padre Isidro y beberme hasta la última gota de sangre de su viejo cuerpo. Pero unos cientos de metros antes de llegar a Notre Dame, un aroma conocido llego a mí, haciéndome parar en seco. Era un inquisidor que un par de noches atrás había logrado atraparme desprevenido y herirme con su espada, conseguí acabar con 2 de ellos, pero el que consiguió tocarme escapo, pero ahí estaba, seguí el olor para localizarlo, y por fin lo vi en un pequeño callejón junto 3 hombres más. Los observe desde lo alto de una vivienda de 2 pisos, oculto en una pequeña cornisa del tejado. Una sonrisa malvada se dibujo en mi cara, desenfunde mi pistola y apunto a uno de ellos, asegurándome de que no sea el que escapó.
El sonido del disparo resonó por medio París, la bala atravesó limpiamente la cabeza d uno de los inquisidores y sin darles tiempo siquiera a reaccionar, hice uso de mi velocidad sobrehumana para correr por los tejados, para colocarme a un lateral de ellos. -¿Quien ha sido?- Llego a decir uno de ellos un segundo antes de que yo disparase de nuevo, con mi puntería habitual, acertando en la frente del hombre, que cayo fulminado con cara de confusión, de inmediato los otros dos se pusieron alerta mirando hacia los tejados con las espadas en sus manos. Desde la posición en que me encuentro solo tengo a la vista el inquisidor que se me escapo. Sonreí divertido me sentía como un gato arrinconando a un ratón. Mire al otro lado de la calle, y salte al tejado de enfrente, ambos pudieron verme, pero aprovechándome de las sombras me oculte de nuevo apuntando con cuidado y dispare, destrozando un ojo al otro tipo que acompañaba al que iba a ser mi cena.
Me relamí mirándolo y baje a la calle de un salto, quedándome medio agachado con las manos en el suelo mirándolo con mis ojos como dos esferas rojas llenas de rabia y maldad. -¡Tu! ¿Que es lo quieres de mi?- Me dijo con terror en su mirada, pero apuntando hacia mi con firmeza su espada. Es un inquisidor, sabe luchar, y tenia que andar con cuidado por ello. -¿Que es lo que quiero?- Le respondo siseando. -Beberme hasta tu última gota de sangre escoria.- Le dije levantándome y comenzando a caminar hacia él. Active mi confusión un nivel medio, no quería arrebatarle la cordura del todo. -No debisteis meteros en mi camino, ¿no ves que sois simples cucarachas a las que yo puedo aplastar?- Sonreí al ver su cara con mirada perdida, intentando enfocar hacia mi, y con un paso veloz me abalance sobre su cuello, clavando con firmeza mis colmillos en la blanda carne humana. La sangre comenzó a fluir de inmediato por mi garganta, bebía con gula, a grandes sorbos, sin control. Los latidos del inquisidor comenzaron a descender en picado, seguía bebiendo con la única idea de vaciarlo.
Un ultimo suspiro del inquisidor, me confirmo su muerte y desclavé mis colmillos dejándolo caer como un simple despojo de lo que una vez fue un hombre. Alce mi mirada hacia el cielo, tragando las últimas gotas de sangre que quedaban en mi boca y entonces vi en el horizonte el destello brillante del amanecer cercano. 5 campanadas resonaron desde el campanario de Notre Dame, indicándome que el amanecer estaba muy próximo, mire a mi alrededor, viendo los cuerpos de los 4 inquisidores tirados en el suelo, Sonreí abiertamente y con fuerzas renovadas me dirigí corriendo a la máxima velocidad que mi condición me concedía para llegar lo antes posible a mi mansión.
20 minutos mas tarde llegué, entrando con el tiempo casi justo antes de que el primer rayo de sol llegara a mi hogar. Me fui directo a los sótanos, donde me pasaría el día por completo entrenándome y pensando en la fiesta a la que Galia me había invitado. Desde que soy vampiro solo eh celebrado la navidad en las fiestas de la comisaría, esta será lea primera que la pasare junto a lo que podría llamar, mi familia.
Esta última noche salí de patrulla después de tres días sin probar ni tan solo una gota de sangre, ni siquiera animal. Notaba como mi sed quería tomar el control de mí. Mis sentidos se afinaron, avanzaba corriendo por los tejados de los altos edificios de París, atento a todo lo que ocurría varios metros a mi alrededor. En una esquina una mujer no muy agraciada, con un visible herpes en su boca intentaba seducir a un chico joven en apariencia un simple obrero, esté con repugnancia en su mirada se fue de allí sin ni tan solo hablarle. Continuo corriendo, ejecutando saltos imposibles para atravesar las grandes avenidas, de tejado a tejado. Siempre dirección hacia la catedral de Notre Dame, mi sed comenzó a dominarme, en mi mente solo tenia una cosa, entrar a la catedral, buscar al padre Isidro y beberme hasta la última gota de sangre de su viejo cuerpo. Pero unos cientos de metros antes de llegar a Notre Dame, un aroma conocido llego a mí, haciéndome parar en seco. Era un inquisidor que un par de noches atrás había logrado atraparme desprevenido y herirme con su espada, conseguí acabar con 2 de ellos, pero el que consiguió tocarme escapo, pero ahí estaba, seguí el olor para localizarlo, y por fin lo vi en un pequeño callejón junto 3 hombres más. Los observe desde lo alto de una vivienda de 2 pisos, oculto en una pequeña cornisa del tejado. Una sonrisa malvada se dibujo en mi cara, desenfunde mi pistola y apunto a uno de ellos, asegurándome de que no sea el que escapó.
El sonido del disparo resonó por medio París, la bala atravesó limpiamente la cabeza d uno de los inquisidores y sin darles tiempo siquiera a reaccionar, hice uso de mi velocidad sobrehumana para correr por los tejados, para colocarme a un lateral de ellos. -¿Quien ha sido?- Llego a decir uno de ellos un segundo antes de que yo disparase de nuevo, con mi puntería habitual, acertando en la frente del hombre, que cayo fulminado con cara de confusión, de inmediato los otros dos se pusieron alerta mirando hacia los tejados con las espadas en sus manos. Desde la posición en que me encuentro solo tengo a la vista el inquisidor que se me escapo. Sonreí divertido me sentía como un gato arrinconando a un ratón. Mire al otro lado de la calle, y salte al tejado de enfrente, ambos pudieron verme, pero aprovechándome de las sombras me oculte de nuevo apuntando con cuidado y dispare, destrozando un ojo al otro tipo que acompañaba al que iba a ser mi cena.
Me relamí mirándolo y baje a la calle de un salto, quedándome medio agachado con las manos en el suelo mirándolo con mis ojos como dos esferas rojas llenas de rabia y maldad. -¡Tu! ¿Que es lo quieres de mi?- Me dijo con terror en su mirada, pero apuntando hacia mi con firmeza su espada. Es un inquisidor, sabe luchar, y tenia que andar con cuidado por ello. -¿Que es lo que quiero?- Le respondo siseando. -Beberme hasta tu última gota de sangre escoria.- Le dije levantándome y comenzando a caminar hacia él. Active mi confusión un nivel medio, no quería arrebatarle la cordura del todo. -No debisteis meteros en mi camino, ¿no ves que sois simples cucarachas a las que yo puedo aplastar?- Sonreí al ver su cara con mirada perdida, intentando enfocar hacia mi, y con un paso veloz me abalance sobre su cuello, clavando con firmeza mis colmillos en la blanda carne humana. La sangre comenzó a fluir de inmediato por mi garganta, bebía con gula, a grandes sorbos, sin control. Los latidos del inquisidor comenzaron a descender en picado, seguía bebiendo con la única idea de vaciarlo.
Un ultimo suspiro del inquisidor, me confirmo su muerte y desclavé mis colmillos dejándolo caer como un simple despojo de lo que una vez fue un hombre. Alce mi mirada hacia el cielo, tragando las últimas gotas de sangre que quedaban en mi boca y entonces vi en el horizonte el destello brillante del amanecer cercano. 5 campanadas resonaron desde el campanario de Notre Dame, indicándome que el amanecer estaba muy próximo, mire a mi alrededor, viendo los cuerpos de los 4 inquisidores tirados en el suelo, Sonreí abiertamente y con fuerzas renovadas me dirigí corriendo a la máxima velocidad que mi condición me concedía para llegar lo antes posible a mi mansión.
20 minutos mas tarde llegué, entrando con el tiempo casi justo antes de que el primer rayo de sol llegara a mi hogar. Me fui directo a los sótanos, donde me pasaría el día por completo entrenándome y pensando en la fiesta a la que Galia me había invitado. Desde que soy vampiro solo eh celebrado la navidad en las fiestas de la comisaría, esta será lea primera que la pasare junto a lo que podría llamar, mi familia.
Zirano Xanaddo- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 597
Fecha de inscripción : 18/02/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» El Espíritu de la Navidad (Privado)
» Un nouvel avenir pour ¿la chance? - Privado
» Saldar Deudas (Privado Zirano Xanadoo)
» Un policia, una asesina y un asesinato.(privado Zirano&Serenity)
» Un Día Común En Nuestra Doble Vida {Privado}
» Un nouvel avenir pour ¿la chance? - Privado
» Saldar Deudas (Privado Zirano Xanadoo)
» Un policia, una asesina y un asesinato.(privado Zirano&Serenity)
» Un Día Común En Nuestra Doble Vida {Privado}
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour