Sira Schmidt

Basico

Raza: Humana.
Clase: Clase media.
Lugar de nacimiento: Londres.
Edad: 19 años.

Descripción física

Descripción psicológica

Es de naturaleza batante emotiva, amable, condescendiente, comprensiva, benevolente, tolerante, compasiva y complaciente. Suave, cordial y sagaz. Ama la armonía de las formas y los métodos persuasivos. Le gusta sentirse bien con el prógimo.
Es muy exigente a la hora de su trabajo o de conseguir lo mejor para los más desfavorecidos. Su expresesión es en su forma original, en la intimidad y en la integridad igualmente. Además distingue por su delicadeza ante cualquier persona, no alza nunca la voz y si lo hace... quizás haya apocalipsis. Ama el buen criterio y el misterio propio y el del ageno. Busca siempre la aprobación de los demás.
Es mente de pensamiento desbordado. Se expresa como pensadora inspirada que eleva las ideas y hace de cada idealización una realización. Recibe aumento en labores que requieren de la comunión de su pensamiento una vez ya todo está pensado. Labores más bien cerebrales que manuales aunque igualmente ama las dos por igual ya que las manuales no son su punto pero las mejora día a día con fe, esfuerzos y esperanzas. Ama las cosas del pensamiento, más al crearlas que al disfrutarlas.

Historia

Sira fue la hermana pequeña de las dos gemelas nacidas en la joven familia Schmidt de Londres. Nació una tarde casi encapotada de nubes grises que de vez en cuando, según sus caprichos dejaban pasar a los traviesos rayos de sol para que iluminasen la temprana tarde de parto para la señorita Schmidt. Luego de nacer la primera de las dos hermanas gemelas en aquella burguesa casa de Londres, descubrieron tanto la partera como la joven mujer que el cielo no solo traía un lindo regalo lleno de amor y ternura, sino dos para ser exactos. Un segundo bebé inició rápidamente luego del primero un nuevo parto, fue rápido, sin excesos de dolor para la cansada madre, y que nadie tenga incertidumbre alguna ni se preocupe en lo absoluto. Todo salió a pedir de boca.
Hemos de pasar el tiempo ya que todo fue como cualquier familia adinerada con tres hijos entre sus brazos. Siempre hubo confrontamientos entre hermanos, risas, lloros, apoyos y confidencias pero nunca traidores entre ellos mismos frente a sus padres u otras personas. Cierto era que sus padres tuvieron siempre mano dura con su hermano mayor ya que su querido padre se ocupaba de la educación del joven varón y su querida madre de las suyas.
No hubo mayor dolor en Sira que cuando una mañana a los ochos años casi recién cumplidos, su hermano mayor marchó, o mejor dicho escapó de las manos de mi férreo padre. No dejó carta alguna, ni siquiera a nosotras que tantas confidencias nos habíamos callado entre susurros y escuetas sonrisas de complicidad. Llegó muchas a preguntarse qué le habían hecho su hermana y ella para que no dejase ni un par de líneas un trozo de papel escondido entre las sábanas. Su mente se atormentaba con haberle fallado a su hermano en algo tan simple y tan complejo a la vez como ser una buena persona con su hermano, tal vez si hubiese recibido más cariño por parte de ella podría haberse quedado su hermano. En una casa limpia, con ropa nueva y comida caliente todo unido bajo un techo.
Sira y su hermana no pudieron hacer ningún plan para buscar a su hermano, muy pronto fueron mandadas a un convento a estudiar, coser, cocinar... ser buenas amas de casa en resumen y muy fieles al cristianimos. Gracias al castigo psicológico que Sira sufrió por parte de las hermanas por tener el cabello pelirrojo, fue sentenciada con ser besada por el fuego y por ello besada con el fuego del infierno. Duros trabajos y castigos la esperaron en cualquier parte del convento de las monjas de la caridad. Siempre se refugiaba cuando era menester en la capilla de las hermanas, rezaba por su hermano, sus padres, su hermana y por un trato mejor. Tanto el abandono de su hermano como el trato de las hermanas de la caridad golpearon en la mente y los sentimientos de Sira como una bala perdida, es decir, nada de todo eso tenía la culpa pero aún así fue herida. Se mortificó a sí misma duros pagos por sus errores y por ser como era durante toda su época en el convento, a pesar de tratarse a sí misma de esa forma intentó enmendar sus errores de forma desinteresada, deciendo volcarse enteramente en desempeñar el papel de enfermera y ayudar a los desvalidos sin importar qué.
A la edad de los diecinueve años pudo salir junto con su hermana de la dura educación y supervivencia en el convento, y en vez de salir escarmentada de allí y odiándolas, marchó con un corazón más grandes y bondadoso que pudiese tener antes. A pesar de que hermana mayor tenía muchas peleas con ella por sus diferencias de pensamiento, no fallaron en pensar a la vez que buscarían a su hermano como fuese. Ya que muchos extranjeros viajaban hacia París hacia un mejor futuro, decidieron viajar a ese destino y buscar a perdido hermano mayor.