Las Gemelas Borja (Bella y Mía)

Bella Borja

Mía Borja

Una mañana de otoño en la familia Borja se esperaba con ansia el nacimiento de uno de los herederos más codiciados de la clase alta de España, sin embargo hubo un ligero inconveniente, o mejor dicho... Dos, el primero es que no era varón y el segundo fue que habían nacido dos pequeñas, aquello había causado gran revuelo, aunque no por las ideas que se tenían desde un principio, sino porque el destino de la estirpe de los Borja se vería completamente minada.

Alejandro Borja estaba completamente molesto con aquello, no le gustaba la idea de que sus negocios se vieran acabados por la incompetencia de su mujer al no darle el varón que tanto quería.

Las pequeñas Bella y Mía crecieron con las ideas de que tendrían que conocer a un hombre de buena familia y casarse con estos pues necesitaban que al menos el negocio tuviera un sostén pues ellas no se podrían hacer cargo de labores que sólo los hombres podían manejar.

Mía no tuvo problema con acatar las órdenes, iba a todos los bailes y cenas a los que su padre era invitado, siempre de su brazo con un vestido nuevo para cada ocasión, sin embargo la candidez que reflejaba la muchacha no ocasionaba que alguien se sintiera atraído por ella, por el contrario fomentaba un paternalismo y una ternura que no invitaban a nada, más que a protegerla, aunque algún caso hubo de alguien que se acercó para quitar con ello del negocio al señor Borja.

Por el contrario, Bella, nunca iba o llegaba tarde, además de aquello no entendía que no podía usar pantalones, sin embargo le gustaba mucho montar a caballo y también estar metida en el campo, lo cual dificultaba el uso de faldas largas, tampoco le interesaba que algún hombre se fijara en ella, pues sentía que la vendían cual carne en un mercado, igual que estaba consciente de las guerras campales que se vivían en su casa con su madre y padre como para creer en el amor verdadero, prefería su soltería.

A la edad de diecisiete años de las jóvenes su padre enfermó gravemente, en vez de que el señor Borja se encontrara conmovido, se le podía ver molesto y frustrado, se iría del mundo dejando a tres mujeres que no sabían hacer absolutamente nada, llamó a Mía al cuarto y le dejó una carta explicando que tenían un hermano, alguien fuera de matrimonio, que lo buscara, que se encontraba en París.

Después de tres años y con su madre muerta, a causa de la pena de haber perdido al amor de su vida, Mía logró convencer a Bella de que viajaran a París, sin decirle el motivo de la visita, sin embargo como Bella sabe que Mía es muy tímida piensa que viene buscando a un chico que quizá le interese, los negocios de ganadería los ve un tío de ambas y les manda dinero constantemente.