Una tierra extraña para una mujer extraña {Privado}

por **Isobel Twist** Sáb Oct 19, 2013 4:49 pm

En cuanto puse un pie en la estación me invadió una oleada de intranquilidad. O al menos una más fuerte de la que ya de por mí misma sentía en mi interior. Tomé aire y arrastré mi baul a una esquina, tratando de no obstaculizar el transito de la multitud.

Desde que había pisado terreno francés, mi corazón parecía estar atado en un cada vez mas tenso nudo, amenazando con romperse en cualquier momento. Pero ahora que estaba en París me daba cuenta de que realmente no sabía que debía hacer una vez allí.

Sabía antes de partir que aquello era una locura. Por Dios, ni siquiera podría decir por que estaba tan segura de que encontraría a aquel hombre en París si nunca había visto aquel lugar. Y por lo que había visto podía apostar que aquel lugar sería tan horrible como el propio Londres.

Sacudí la cabeza para librarme de los recuerdos más dolorosos mientras trataba de centrarme. Me hallaba perdida en aquel lugar pero eso no significaba que me tuviera que dar por vencida sin ni siquiera haberlo intentado. No me podía volver atrás en mi decisión, no hasta haber devuelto aquel favor. Además aun no estaba segura de que aquel no fuera realmente el lugar donde tenía que estar. Pero si no lo era...

Comencé a regañarme internamente a mi misma por ese tipo de pensamientos sombrios. No todo en mi vida podía ir mal eternamente. Tenía que estar convencida de que aquel era el lugar y que lo encontraría. Sabía que se me empezaba a acabar el tiempo pero no debía apresurame. Al fin y al cabo aunno sabía a quien buscaba ni tenía manera de reconocer el lugar por lo que era precisamente tiempo o que tendría que invertir a partir de ese moemnto en mi misión.

"Lo primero es lo primero" me dije a mi misma, "tienes que encontrar un hostal en el que pasar la noche hasta que encuentres donde instalarte para empezar la búsqueda por lo que eso es lo primero que vas a preguntar"

Y con ese coraje me acerqué a la primera persona que pasó junto a mí. Toqu´ñe su brazo y pregunté con un perfecto acento.

-¿Perdone, podría indicarme cual es el hostal más cercano, por favor?

por **Mikelangelo Van Dort** Sáb Oct 19, 2013 11:20 pm

La noche caía en la estación y yo me encaminaba en busca de una presa digna de mi apetito. Habia bastante movimiento a pesar de que la noche se sentía más pacífica ante mis sentidos. Observaba el pasar de la gente, algunos corriendo, algunos despidiéndose de sus seres queridos y cosas que para mi, no tenían ningún sentido

Pero aún así, disfrutaba de la observación de aquellos seres, en especial cuando te encuentras entre medio de todos ellos, sin que sepan tus más oscuros secretos que llevas en un simple paseo por la noche, por la ciudad, o por donde sea...

Yo iba a mi ritmo por la estación concentrado en encontrar una pequeña alma de la cual poder beberme con gusto, hasta que de pronto siento un débil agarre en mi brazo, de una menuda mujer con la mirada perdida. preguntándome si sabría de algún hospedaje en donde poder quedarse. Me detuve mirándole con naturalidad, pero con mi desplante inexpresivo..

-Por supuesto que se... mademoiselle ...- al instante tomé su mano que había rozado suavemente mi camisa y besé su dorso con cordialidad, en forma de saludo- ...Mikelangelo Van Dort, para servirle mademoiselle... -dije con mi voz grave, pero, suave y natural- ..al parecer es extranjera usted? o me equivoco?.... -dejé la pregunta en el aire mientras miré a la menuda mujer de pálida tez y cabellos medio oscuros.

Sin darle más vueltas al asunto, la mujer parecía una pequeña marioneta debilitada... sus rasgos blanco y menudos hacían crecer en mi un sentimiento de que aquello frágil podía se corrompido fácilmente, mas también podría estar equivocado.

-Escuche con atención... si se encamina por allí, -le indiqué con mi mano una dirección derecha-... llegará al centro de París, en donde encontrará largas aceras de comercio y otras cosas.. y encontrará un buen hospedaje de inmediato... y le recomiendo que esta sea su primera y última vez, que ronde sola por París a estar horas de la noche.. es cuando la ciudad, se pone más peligrosa y desconfiada...-
Le miré porque podría asustarle mi comentario... -No quiero asustarle.. pero he de serle sincero. Más, siempre existirá alguien quien pueda tenderle una mano... pero esta ciudad mademoiselle... -sonrió mas para si mismo que para ella- ...en esta ciudad se pueden encontrar muchas sorpresas.. -
Finalicé intentando de darle un sonido mas confiado a mis palabras dichas..

Yo sabía que seguramente la joven se asustaría tras mis repentinos y directos comentarios verdaderos acerca de la ciudad... pero.... ¿Qué mas podría decirle?,si me había dispuesto ya a ayudarle en lo que sea que necesitara... ¿El por qué? ... solo por el hecho de pensar que podría terminar asesinada a manos de cualquier bestia que no era yo... y si no era yo... no me perdonaría nunca el haberle ayudado esa noche.

por **Isobel Twist** Dom Oct 20, 2013 4:14 am

Sonreí y alcé la vista al hombre. Por fuerza de la costumbre observé y analicé su aura. Vampiro. No me alteró demasiado pero si que me volvió más cuidadosa. Había odio de otros brujos que París estaba lleno de seres sobrenaturales por lo que no me sorprendía encontrarme a uno directamente. Además, ya había tratado con vampiros antes y había aprendido que no todos eran como los cazadores e inquisidores querían que los viéramos.

El rubor se extendió por mis mejillas cuando me besó la mano, casi haciéndome olvidar que tenía que inventar una mentira creíble rápido. Puedo que no tuviera una gran animosidad en el alma pero uno nunca se puede fiar de los desconocidos.

-Muchas gracias, milord. La verdad es que mi familia me esperaba para mañana y no quiero alterarlos hoy con mi legada... Y es la primera vez que he llegado hasta aquí en el tren... Oh, por cierto, yo soy Isobel.

Hice una pequeña reverencia y sonreí un poco. Tenía gracia que un vampiro hablara de seres peligrosos. Pero, por otro lado, tenía razón. No solo habría vampiros en esas calles e incluso los humanos a veces somos más peligrosos que los propios seres sobrenaturales.

La cuestión era si tenía que erigir a un vampiro como mi defensor ahora o no. Que mejor que el más feroz de los seres para protegerme. O para convertirme en su cena.

-Ciertamente me habéis asustado- dije siguiendo un impulso. Puede que me arrepintiera más tarde pero en cualquier caso no podía travesar esas calles sola, y menos aun con el riesgo a perderme que tenía- Y la verdad es que creo conocer la naturaleza humana lo suficientemente bien como para comprender que no muchos miraran por ayudarme mientras puedan ayudarse a si mismos...

Mi cabeza comenzó a gritarme que estaba loca. ¿Cómo se me ocurría intentar embaucar a un vampiro para que me guiara por calles altamente peligrosas y posiblemente vacías. Respiré hondo un par de veces, convenciéndome a mi misma que en cualquier caso siempre podía usar mi poder para huir de él.

Compuse una sonrisa afectada, que esperaba le resultara persuasiva o le diera pena, o... Algo.

-En fin, no puedo entreteneros más, milord. Seguro que tenéis cosas más importantes que hacer que atender los problemas de alguien como yo.

por **Mikelangelo Van Dort** Mar Oct 29, 2013 11:32 am

Observé a la joven, realmente necesitaba de alguien que la ayudara.. yo podría hacerlo y ¿Por qué no?... mas en ese momento había ido en busca de mi alimento. Un poco de moral me jugaba en contra, entre hacer el bien o simplemente dejarme llevar por mi naturaleza y asesinarle ahi mismo.
Su mirada me parecía algo tierna la verdad, me daba esa sensación que odio que me suceda que es la paternal, la del "guía" para con los más débiles.

Ya había tomado en cuenta en una milésima de segundos que no era una humana cualquiera, sino que nada más y nada menos que una bruja. Últimamente París se encontraba plagada de ellas y ellos.

Sonreí con suavidad al escuchar su débil vocecita dicéndome que "la había asustado". La observé tranquilamente mientras expresaba sus razones, y aquellas emociones. No tenía mucho que decirle, más que estaba dispuesto a ayudarle si lo necesitara. Y cedí a mi defecto de solidaridad, para con ella, tampoco la mordería. Exhalé un poco frustrado ante mi decisión... pero si algo me quedaba de mi corazón destruido era ese defecto de ayudar a los demás.

Tomé su mano en un suave roce junto a la mía..

-Señorita, puedo ayudarla si lo desea.. -hice una leve pausa- ...a encontrar un buen lugar..- mi rostro esbozó una mirada dedicatoria y mas tierna- ...realmente, yo solo andaba vagando por la noche, nisiquiera ocupado estaba... -reí suavemente sin apartar mi mirada de sus ojos-

Ya era oficial que mi pedazo vivo de corazón cedía ante la pequeña dama. La contemplé atentamente, mientras esperaba su aprobación para encaminarme junto a ella y dirigirla al destino que ella quisiese.
Luego entendí, que poseía un gran poder detrás de toda esa fachada de la "Joven perdida por París"...

Iba a guardar cuidado con ella, aunque al parecer aquel pequeño encuentro entre nosotros no parecía hostil. Pero de seguro en un descuido podría llegar a hacerle mal pensar alguna cosa, y terminaríamos en una batalla innecesaria para mi, ya que yo solo recurría a la violencia cuando de tratar con algo de mi posesión, signficaba.

Estuve atento a cada movimiento y a cada mirada de la bruja, mientras que el momento que no era esperado, llegaba... y era el de sentir el aroma de su sangre humana, tocando en mis hambrientas entrañas. Obviamente me contuve, para no torcerle el brazo a la dama después de ofrecerle mi ayuda. Pero si.... andaba un poco sediento, aunque realmente reflexioné que este día no sería el de su muerte.

..Solo me detuve en su mirada, intentando hallar un encanto, para apagar mi sed...

por **Isobel Twist** Jue Oct 31, 2013 8:41 am

Sonreí tentativamente al vampiro mientras le miraba directamente a los ojos. Aquello podía considerarse irrespetuoso pero ya que había decidido dejar de leer en su aura necesitaba algún otro medio para saber qué sentía realmente respecto a mí.

Y lo primero que vi fue el reconocimiento. Por lo general no se me daba demasiado mal entender a las personas y este vampiro en concreto comenzaba se estaba volviendo cauteloso en cuanto a mí. Además podía sentir un poco de tensión en la mano con que había tomado la mía.

Por otro lado también vi la sed. Aunque dudaba que en ese momento fuera a atacarme públicamente, exponiéndose ante todo el mundo, no significaba que no viera la tentación en él.

Evidentemente no estaba allí por que si aquella noche, seguramente había ido en busca de alguna fuente de alimento. Y yo me estaba interponiendo entre él y su cena. Involuntariamente sentí como mi cuerpo también se tensaba pero me obligué a relajarlo. Ya había tomado la decisión de confiar en él y debía confiar en mis instintos.

Sin embargo quité mi mano de la suya y le hice una segunda reverencia de agradecimiento para disimular la rudeza del gesto. Si estaba hambriento lo último que necesitaba era que mi contacto afectara a sus sentidos. Pero claramente, no pensaba ser tan directa como para expresárselo a él. No con esas palabras al menos.

-De nuevo, mil gracias. Realmente me salváis – mantuve los ojos fijos en los suyos- Había oído que en París encontraría mucha buena gente y me alegro de que eso sea cierto, al menos en parte- dije con clara intención.

Cogí la bolsa que había dejado en el suelo con ambas manos, cualquier cosa por evitar tener contacto con él, pero no por miedo por mi persona sino por evitarle mordisco del hambre, que posiblemente sería peor mientras más tiempo pasara junto a él. Si cierto cazador me viera en ese momento, compadeciéndome del dolor de un vampiro, seguramente me asesinara con sus propias manos.

Pensar en mi mentor me hizo sonreír un poco, con más normalidad, por lo que ya me sentía más relajada cuando volví a hablar.

-Yo ya estoy lista si vos lo estais, milord.

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