AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Gloomy Sunday ~ Ruslan
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Gloomy Sunday ~ Ruslan
Soon there'll be prayers
and candles are lit, I know
let them not weep
let them know, that I'm glad to go
Death is no dream
for in death I'm caressing you
with the last breath of my soul
I'll be blessing you
and candles are lit, I know
let them not weep
let them know, that I'm glad to go
Death is no dream
for in death I'm caressing you
with the last breath of my soul
I'll be blessing you
- Spoiler:
~~
Nadie imagina. Nadie sabe el momento exacto en que la parca ha de llevarle. Joshua entiende que su momento ha llegado. Que es momento de cerrar los ojos y exhalar el último aliento. Su misión en éste mundo ha terminado. Su alma pronto abandonará su cuerpo, comenzando así el ciclo infinito de aquellos que creen - que más allá de todo- es cuando la vida verdaderamente empieza. Ya no volverá verle a los ojos nunca más. Y aquella melodía que compuso una noche de soledad, quedará en el olvido, sin haberse tocado siquiera. Nunca jamás sabrá, lo importante que él fue en su vida atormentada y triste. Que en su maltrecho corazón, comenzaba a sentir algo más allá de un amor incondicional. Lo más injusto, es que el destino se empeñó en arrebatárselo todo, en apenas unos segundos. Su vida ya no tiene sentido. No tiene por quién luchar.
Por más que ha querido olvidar y comenzar de nuevo, no ha podido. Ahora ha decidido dar fin a todo y ahí, sentado en donde está, dentro de una residencia abandonada, espera que los primeros rayos del sol se cuelen a través de la ventana desvencijada... Siempre tuvo miedo de saber que había más allá de todo. Miedo de que Dios lo castigara por ser una completa aberración de la naturaleza. Miedo a penar por toda la eternidad en el limbo, o consumiéndose en las llamas del infierno por los siglos de los siglos. Pero todo tiene un límite, y el suyo ha llegado. Ya no quiere sentirse más miserable, Ya no quiere sufrir, ya no quiere pasar noches en vela sin poder conciliar el sueño, quiere que deje de doler todo el tiempo, que sus lágrimas no corran más por sus mejillas y que el maldito corazón que aún se empeña en latir deje de funcionar, porque aquello no es vida, es la muerte misma.
Ha dejado una carta escrita de puño y letra, a la única persona que quizás sienta algo de pena por su partida, La única que le pudo arrancar una sonrisa cuando más lo necesitaba y la única que le hizo compañía en tiempos difíciles… La dejó encima de la mesa, al lado de una manzana a medio comer, como símbolo de “algo” que nunca supo descifrar, que nunca supo comprender. Quizás aquel pedazo inerte de papel sea leído, tal vez no… O simplemente – el día que la casera note su ausencia – entre a la fuerza y se encuentre con que se ha ido sin pagar el mes entero de alquiler. Nadie derramará lágrimas por él, porque se encuentra solo en la vida, y solo se irá. Nadie a su velorio ni a su entierro. Nunca dirán “lo bueno que fue” y no llevarán flores a su última morada, porque no habrá ninguna. Dará fin a todo a penas reúna el valor suficiente, cuando el sol se coloque en todo lo alto.
Domingo triste…
Por más que ha querido olvidar y comenzar de nuevo, no ha podido. Ahora ha decidido dar fin a todo y ahí, sentado en donde está, dentro de una residencia abandonada, espera que los primeros rayos del sol se cuelen a través de la ventana desvencijada... Siempre tuvo miedo de saber que había más allá de todo. Miedo de que Dios lo castigara por ser una completa aberración de la naturaleza. Miedo a penar por toda la eternidad en el limbo, o consumiéndose en las llamas del infierno por los siglos de los siglos. Pero todo tiene un límite, y el suyo ha llegado. Ya no quiere sentirse más miserable, Ya no quiere sufrir, ya no quiere pasar noches en vela sin poder conciliar el sueño, quiere que deje de doler todo el tiempo, que sus lágrimas no corran más por sus mejillas y que el maldito corazón que aún se empeña en latir deje de funcionar, porque aquello no es vida, es la muerte misma.
Ha dejado una carta escrita de puño y letra, a la única persona que quizás sienta algo de pena por su partida, La única que le pudo arrancar una sonrisa cuando más lo necesitaba y la única que le hizo compañía en tiempos difíciles… La dejó encima de la mesa, al lado de una manzana a medio comer, como símbolo de “algo” que nunca supo descifrar, que nunca supo comprender. Quizás aquel pedazo inerte de papel sea leído, tal vez no… O simplemente – el día que la casera note su ausencia – entre a la fuerza y se encuentre con que se ha ido sin pagar el mes entero de alquiler. Nadie derramará lágrimas por él, porque se encuentra solo en la vida, y solo se irá. Nadie a su velorio ni a su entierro. Nunca dirán “lo bueno que fue” y no llevarán flores a su última morada, porque no habrá ninguna. Dará fin a todo a penas reúna el valor suficiente, cuando el sol se coloque en todo lo alto.
Domingo triste…
Joshua Maloney- Cambiante Clase Baja
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
Se volvió uno con las hojas moribundas y amarillentas, los restos de la estación que yacían moribunda en las copas de algunos árboles, se mantuvo en silencio esperando, esperando una señal para saber a dónde continuar, había pasado días, semanas, años quizá sin hablar mucho, sin hacer uso de su instrumento, se mantenía empolvado, dormido. Había encontrado un poco de comodidad en la quietud que flotaba por la ciudad. Entonces se dejó arrastrar por las suaves ondas de viento, por esa ventisca cruel, tan solo era un globo a merced. De pronto se vio recorriendo lugares demasiado lúgubres. No importaba, nadie notaría su ausencia. Mientras viajaba se quedó pensativo ¿Encontraría alguien que le escuchase por primera vez desde su llegada a París? Alguien con ese oído que pocos poseen, el don de entender y amar la música tanto como él lo hacía. Mantuvo los ojos cerrados, se mantuvo inerte.
Se encontró de pie, frente a una casona abandonada, la fachada perfecta quizá para descansar un rato, se mantuvo ahí admirando todo lo que le rodeaba, los elevados vigías que se erguían imponentes en los contornos del paisaje gris. Los caprichosos copos de nieve que iniciaban su danza con el aire febril que soplaba de vez en cuando, valiéndose de sus dones se elevó hasta penetrar en la habitación. El crujir de sus botas hirió la tranquilidad que imperaba, estaba sucio y oscuro. El olor a humedad era insoportable. Caminó lentamente escuchando el crujir de la madera maltrecha, el lugar parecía tener años sin mantenimiento, avanzó por el pasillo hasta llegar frente a una puerta. Silencio. La atravesó y dentro de las mil y un posibilidades que tenía para ver no se esperaba tal espectáculo. La silueta de un jovencito le tomó por sorpresa.
Un descubrimiento inesperado sin lugar a dudas, la noche estaba próxima a tomar posesión de todo, le observó minuciosamente ¿Qué era ese halo maldito que provocaba no dejar de verle? El brillo que sus ojos provocaban perderse en su mirada por una eternidad. ¿Cómo acercarse a él? ¿Cómo saludarle? No tenía forma de hacerlo, no en ese estado etéreo que le caracterizaba. Se limitó a mantenerse oculto, suavemente sacó el violín de su bolsa aterciopelada, se llevó el instrumento al mentón y acariciando apenas las cuerdas de La y Sol trató de abrir una puerta musical, un puente hacia el corazón nostálgico de aquel joven. Quería llegar hasta él, a través de su único don: La música. Tocó para los ángeles, tocó para los demonios perdidos en esa soledad, tocó para ese muchacho de ojos tristes.
Se encontró de pie, frente a una casona abandonada, la fachada perfecta quizá para descansar un rato, se mantuvo ahí admirando todo lo que le rodeaba, los elevados vigías que se erguían imponentes en los contornos del paisaje gris. Los caprichosos copos de nieve que iniciaban su danza con el aire febril que soplaba de vez en cuando, valiéndose de sus dones se elevó hasta penetrar en la habitación. El crujir de sus botas hirió la tranquilidad que imperaba, estaba sucio y oscuro. El olor a humedad era insoportable. Caminó lentamente escuchando el crujir de la madera maltrecha, el lugar parecía tener años sin mantenimiento, avanzó por el pasillo hasta llegar frente a una puerta. Silencio. La atravesó y dentro de las mil y un posibilidades que tenía para ver no se esperaba tal espectáculo. La silueta de un jovencito le tomó por sorpresa.
Un descubrimiento inesperado sin lugar a dudas, la noche estaba próxima a tomar posesión de todo, le observó minuciosamente ¿Qué era ese halo maldito que provocaba no dejar de verle? El brillo que sus ojos provocaban perderse en su mirada por una eternidad. ¿Cómo acercarse a él? ¿Cómo saludarle? No tenía forma de hacerlo, no en ese estado etéreo que le caracterizaba. Se limitó a mantenerse oculto, suavemente sacó el violín de su bolsa aterciopelada, se llevó el instrumento al mentón y acariciando apenas las cuerdas de La y Sol trató de abrir una puerta musical, un puente hacia el corazón nostálgico de aquel joven. Quería llegar hasta él, a través de su único don: La música. Tocó para los ángeles, tocó para los demonios perdidos en esa soledad, tocó para ese muchacho de ojos tristes.
Última edición por Ruslan Dominkovich el Miér Ago 06, 2014 7:45 pm, editado 2 veces
Lasher- Fantasma
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
Sunday is gloomy,
My hours are slumberless
Dearest the shadows
I live with are numberless
My hours are slumberless
Dearest the shadows
I live with are numberless
~~
Una sutil y extraña brisa gélida se ha colado en la habitación. Froto mis brazos para tratar de darme algo de calor mientras decido hacer el siguiente paso. Volteo la mirada hacia la puerta de aquella casona derruida, pues el crujir de la madera me ha arrancado de mis pensamientos. Pero sólo ha sido eso, un simple y llano ruido. La construcción está en ruinas y apunto de venirse abajo en cualquier momento, es lógico que la madera podrida y apolillada sin embargo, mis sentidos agudos me previenen de una presencia, no me encuentro solo. Agudizo el oído tratando de escuchar el más mínimo detalle en los alrededores. Me levanto lentamente tratando de localizar la fuente de todo. Camino despacio observando todo a mi paso mimetizándome con el ambiente; porque sea lo que sea que esté ocurriendo debo estar alerta. Me encuentro en una zona deshabitada que bien podría ser la guarida de algunos malhechores. No es que me preocupe mucho – ciertamente – porque lo que he venido a hacer aquí, lo habría hecho en cualquier parte, de cualquier modo, es mi deseo estar solo, sin testigos presenciales de lo que aquí va a acontecer.
Hay un aroma especial flotando en el ambiente ¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿De dónde proviene ésta energía? Voy guiándome por las paredes, acariciándolas en el acto, sigiloso… Deslizándome por los recovecos de la habitación deseando encontrar aquello que me distraído. Estoy muy cerca, lo sé, lo presiento y de pronto… Mi vista no puede percibir más que algunas ondas que se mueven inquietas en el rincón, estiro mi brazo tratando de tocar aquello, pero no siento nada, sólo frío. Entonces lo escucho, si, es el sonido de un arco raspar unas cuerdas. Mi primer impulso es hacerme hacia atrás para poner distancia, desconcertado. Alguien, o algo está haciendo o tratando de llamar mi atención de cierta manera. Dados los últimos acontecimientos en mi vida, ya puedo dar por hecho cualquier idea, por más absurda que ésta sea. Si mi instinto no me falla hay un ente, una fantasma, un espectro, un alma en pena - o como quiera que se le pueda llamar – compartiendo el mismo espacio. ¿O será que estoy perdiendo la razón? ¿Es acaso una señal de Dios? ¿Habrá enviado algún mensajero para castigarme por mi cobardía? Me estremezco limpiando otras lágrimas que se deslizan por ambas mejillas.
–R-revélate ante mí – No estoy muy seguro de hacer lo correcto. Podría ser que el estado depresivo en el que me encuentro me esté jugando una mala broma, haciéndome ver y escuchar cosas donde no las hay. Pero estoy completamente seguro de lo que pienso y siento. –¿Q-Qué es lo que quieres de mí? ¿Por qué estás aquí? - Mi corazón quiere salirse del pecho. Por alguna razón tengo miedo. Mucho miedo.
Hay un aroma especial flotando en el ambiente ¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿De dónde proviene ésta energía? Voy guiándome por las paredes, acariciándolas en el acto, sigiloso… Deslizándome por los recovecos de la habitación deseando encontrar aquello que me distraído. Estoy muy cerca, lo sé, lo presiento y de pronto… Mi vista no puede percibir más que algunas ondas que se mueven inquietas en el rincón, estiro mi brazo tratando de tocar aquello, pero no siento nada, sólo frío. Entonces lo escucho, si, es el sonido de un arco raspar unas cuerdas. Mi primer impulso es hacerme hacia atrás para poner distancia, desconcertado. Alguien, o algo está haciendo o tratando de llamar mi atención de cierta manera. Dados los últimos acontecimientos en mi vida, ya puedo dar por hecho cualquier idea, por más absurda que ésta sea. Si mi instinto no me falla hay un ente, una fantasma, un espectro, un alma en pena - o como quiera que se le pueda llamar – compartiendo el mismo espacio. ¿O será que estoy perdiendo la razón? ¿Es acaso una señal de Dios? ¿Habrá enviado algún mensajero para castigarme por mi cobardía? Me estremezco limpiando otras lágrimas que se deslizan por ambas mejillas.
–R-revélate ante mí – No estoy muy seguro de hacer lo correcto. Podría ser que el estado depresivo en el que me encuentro me esté jugando una mala broma, haciéndome ver y escuchar cosas donde no las hay. Pero estoy completamente seguro de lo que pienso y siento. –¿Q-Qué es lo que quieres de mí? ¿Por qué estás aquí? - Mi corazón quiere salirse del pecho. Por alguna razón tengo miedo. Mucho miedo.
Joshua Maloney- Cambiante Clase Baja
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
En los pensamientos del músico llegaron imágenes aleatorias de su pasado, las calles frías que hoy veía en París, eran las mismas que le vieron morir un día años atrás. Era difícil no arrastrar esos recuerdos dolorosos una vez más, era como una maldición, hasta ahora solo eso podía provocar con sus interpretaciones y eso le frustraba, porque nunca deseo más que conceder buenos momentos con la música, pero hasta ahora era imposible. Las lágrimas quedaron enterradas pero las heridas aún estaban abiertas. Aún había capítulos inciertos que serían pintados con esta maestría que siempre le caracterizo y esta no sería la excepción. A través de la música agonizante que nacía de las cuerdas, escuchó los pasos del joven, al otro lado del cuarto.
Se movía inquieto un poco desconcertado quizás buscándole. El fantasma estaba seguro que aparecer de manera estrepitosa no era la mejor opción, así que se materializó antes de revelarse. Se mantuvo quieto, dejo cubierto el enigma, rodeado de tristeza y notas sombrías que flotaban sobre él. Lentamente las palabras que el chico iba hilando para averiguar quién era llegaron a sus oídos. La melodía cadenciosa se elevaba para alcanzar un clímax seguro, donde no había tristeza ni alegría, todo se reducía una nostalgia áspera que pesaba sobre los hombros de ambas figuras. Valiéndose de sus habilidades abrió poco a poco la puerta que le separaba de su oyente.
Al momento que la sinfonía terminaba de ser ejecutada y las notas estallaron por última vez para descansar, para morir una vez más en las entrañas del Stradivarius oscuro. El espectro se quedó atónito al verle. Tenía la apariencia de un chiquillo, era todo un espectáculo verle ahí. Solo y con demasiado dolor en su interior, lo entendía a través de sus ojos cabizbajos, espejos que le mostraban mucho de lo que intentaba ocultar quizás. Arqueó levemente su ceja izquierda, no podía entender que hacía un niño como él en un lugar tan lúgubre como ese. Sonrió ligeramente para mermar el posible miedo que causara su repentina aparición y para aligerar el pesar de esas lágrimas. Entonces su voz grave se manifestó de lleno en la escena y estirando la mano hacia él pronunció:
-Mi nombre es Ruslan ¿y el tuyo? Sabes no busco nada más que hacerte companía, si así lo deseas.-
Se movía inquieto un poco desconcertado quizás buscándole. El fantasma estaba seguro que aparecer de manera estrepitosa no era la mejor opción, así que se materializó antes de revelarse. Se mantuvo quieto, dejo cubierto el enigma, rodeado de tristeza y notas sombrías que flotaban sobre él. Lentamente las palabras que el chico iba hilando para averiguar quién era llegaron a sus oídos. La melodía cadenciosa se elevaba para alcanzar un clímax seguro, donde no había tristeza ni alegría, todo se reducía una nostalgia áspera que pesaba sobre los hombros de ambas figuras. Valiéndose de sus habilidades abrió poco a poco la puerta que le separaba de su oyente.
Al momento que la sinfonía terminaba de ser ejecutada y las notas estallaron por última vez para descansar, para morir una vez más en las entrañas del Stradivarius oscuro. El espectro se quedó atónito al verle. Tenía la apariencia de un chiquillo, era todo un espectáculo verle ahí. Solo y con demasiado dolor en su interior, lo entendía a través de sus ojos cabizbajos, espejos que le mostraban mucho de lo que intentaba ocultar quizás. Arqueó levemente su ceja izquierda, no podía entender que hacía un niño como él en un lugar tan lúgubre como ese. Sonrió ligeramente para mermar el posible miedo que causara su repentina aparición y para aligerar el pesar de esas lágrimas. Entonces su voz grave se manifestó de lleno en la escena y estirando la mano hacia él pronunció:
-Mi nombre es Ruslan ¿y el tuyo? Sabes no busco nada más que hacerte companía, si así lo deseas.-
Última edición por Ruslan Dominkovich el Miér Ago 06, 2014 7:48 pm, editado 3 veces
Lasher- Fantasma
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
Little white flowers
Will never awaken you
Not where the black coach of
Sorrow has taken you
Angels have no thought
Of ever returning you
Would they be angry
If I thought of joining you?
Will never awaken you
Not where the black coach of
Sorrow has taken you
Angels have no thought
Of ever returning you
Would they be angry
If I thought of joining you?
~~
Puedo sentirle, puedo escucharle a través de la música de violín. Es una melodía hermosa pero que en aquel instante es casi imposible disfrutar de su magnificencia porque tengo miedo, miedo de pensar que no estoy solo en aquella vieja casona, que el único acompañante se trata de un ser sobrenatural, que cada vez está más cerca de mí. Lo siento, lo percibo, puedo escuchar sus pisadas haciendo crujir la madera. Está ya tan cerca que casi puedo jurar que puedo olerlo, mas esto es completamente imposible… Ahora me arrepiento cada vez más de haber sido necio y haberle retado de aquella manera, pidiéndole, casi exigiéndole que se revelara ante mí. ¡No puedo siquiera moverme del sitio donde estoy! Permanezco estático en ésta esquina, con el corazón latiendo tan fuerte, que casi podría jurar que quiere salirse de mi pecho. Dos lágrimas más han resbalado por mis mejillas, y las limpio en el momento justo en que la puerta ha comenzado a abrirse, haciendo un horrible sonido chirriante que me pone los cabellos de punta. Mi respiración se vuelve irregular, puedo escucharme incluso porque tengo un poco abierta mi boca, hiperventilando. Me tiemblan las piernas, todo mi cuerpo tiembla en realidad. Y entonces… Lo que tanto temía comienza a revelarse. Trato de cerrar los ojos ante lo inevitable, pero la maldita curiosidad, o si acaso sea algo más que desconozco, me obliga a mantenerlos abiertos; alerta, ante cualquier eventualidad.
Lo primero que percibo, son un par de zapatos. Luego mi vista recorre lentamente a aquel ser de abajo hacia arriba, como si yo mismo tratara de prepararme para recibir el impacto de aquella imagen, que está parada justo enfrente de mí. Ahora me centro en aquel hermoso violín que tiene entre sus manos. No quiero ver su rostro no aún… No estoy lo suficientemente preparado para ello, sin embargo le escucho hablar, y en mi cabeza, todos los pensamientos se arremolinan. Todo es tan nítido, tan normal, que pareciese que no se trata de un espectro, sino de un humano cualquiera. Un humano… Finalmente decido dar el último paso, que es el mirar su rostro y lo que veo me deja impactado. Es un hombre de mediana edad que sonríe ligeramente. Sus ojos… Tan radiantes, tan verdes… ¿Qué cosa está pasando aquí? ¡No se supone que los seres sobrenaturales deban ser así, sino todo lo contrario! Si no fuera porque en verdad percibo un aura diferente él, juraría que alguien quiere gastarme una broma de mal gusto. El pareciera tener vida, respirar el mismo aire que respiro, pero está muerto, muerto y queriéndome hacer compañía, según sus propias palabras. ¿Será acaso que Dios lo ha mandado para no pasar en soledad los últimos minutos de mi existencia? ¿O acaso ya he muerto y no me he dado cuenta? Nada parece tener sentido.
–Yo… - Un enorme nudo se ha formado en mi garganta impidiéndome hablar. Llevo ambas manos a mi rostro para tratar de controlarme. Pero no puedo. Me siento sin fuerzas, sin ánimos, sólo quisiera tumbarme en el suelo y llorar por horas y horas. – Tú no existes, tú no eres real-. Me deslizo lentamente por la pared, hasta terminar sentado en aquel rincón en el cuál me he ido a refugiar, ocultando mi cabeza entre las piernas, haciéndome ovillo.
Lo primero que percibo, son un par de zapatos. Luego mi vista recorre lentamente a aquel ser de abajo hacia arriba, como si yo mismo tratara de prepararme para recibir el impacto de aquella imagen, que está parada justo enfrente de mí. Ahora me centro en aquel hermoso violín que tiene entre sus manos. No quiero ver su rostro no aún… No estoy lo suficientemente preparado para ello, sin embargo le escucho hablar, y en mi cabeza, todos los pensamientos se arremolinan. Todo es tan nítido, tan normal, que pareciese que no se trata de un espectro, sino de un humano cualquiera. Un humano… Finalmente decido dar el último paso, que es el mirar su rostro y lo que veo me deja impactado. Es un hombre de mediana edad que sonríe ligeramente. Sus ojos… Tan radiantes, tan verdes… ¿Qué cosa está pasando aquí? ¡No se supone que los seres sobrenaturales deban ser así, sino todo lo contrario! Si no fuera porque en verdad percibo un aura diferente él, juraría que alguien quiere gastarme una broma de mal gusto. El pareciera tener vida, respirar el mismo aire que respiro, pero está muerto, muerto y queriéndome hacer compañía, según sus propias palabras. ¿Será acaso que Dios lo ha mandado para no pasar en soledad los últimos minutos de mi existencia? ¿O acaso ya he muerto y no me he dado cuenta? Nada parece tener sentido.
–Yo… - Un enorme nudo se ha formado en mi garganta impidiéndome hablar. Llevo ambas manos a mi rostro para tratar de controlarme. Pero no puedo. Me siento sin fuerzas, sin ánimos, sólo quisiera tumbarme en el suelo y llorar por horas y horas. – Tú no existes, tú no eres real-. Me deslizo lentamente por la pared, hasta terminar sentado en aquel rincón en el cuál me he ido a refugiar, ocultando mi cabeza entre las piernas, haciéndome ovillo.
Joshua Maloney- Cambiante Clase Baja
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
Había demasiado dolor ahí, impregnado en cada rincón de aquella habitación, la atmosfera era pesada y el enigma de la verdadera condición del fantasma se iba revelando poco a poco, lentamente, lento, como los pasos que acortaban esa distancia entre él y aquel joven. Se notaba que el miedo empezaba a apoderarse de sus sentidos, sin embargo esa no era la intención del fantasma, nunca había presenciado algo así. El terror, la angustia que se cernía como la oscuridad de la noche sobre el corazón que palpitaba ahora apresurado, era como un ruiseñor atrapado en una jaula de oro, un niño perdido entre flores cubiertas de desencanto, miedo, frío, llanto. La realidad era que no sabía cómo ganar su confianza, así que se limitó a sonreír ligeramente y se quedó sentado en la esquina, sin dejar de mirarle, brindándole ese espacio entre ambas figuras como protección.
-Tranquilo.- musitó apenas en un hilo de voz. –Mi intención nunca fue asustarte de esa manera, me mantendré lejos de ti si eso te hace sentir seguro.-
Colocó el violín a un lado, y con las piernas estiradas recargó su espalda en la pared fría, el gris violáceo de la estructura se estaba descascarillando a causa de la humedad. Se limitó a observar al chico, el cabello oscuro que coronaba su frente, unos labios tersos que se mantenían húmedos a causa del nerviosismo. Quería ofrecer paz a ese océano en su mente que vociferaba, quemar esas ataduras que no le dejaban pensar con claridad, como bien lo había inquirido el joven, quizás Ruslan no era del todo real, pero si algo estaba en sus manos no lo iba a dejar caer al abismo tan fácilmente, por una fracción de segundos la mirada del fantasma recorrió la decadencia del lugar, el aroma, la belleza romántica que la noche regalaba siempre a sus habitantes, una escasa luz de luna se colaba tibia a través del ventanal desnudo.
-Sabes.- Le confesó.-
- Algunas heridas son menos profundas que otras, algunas pesadillas valen la pena ser soñadas una vez más. Algunas otras son manchas de tinta derramadas sobre el lienzo pálido de un corazón agonizante. Otras tantas son solo humo y espejismos que nos dan la pauta únicamente, nos muestran el inicio del camino a través de un oscuro túnel y pocas, muy reducidas son aquellas que sangran hasta la muerte. Que nos hacen morir y renacer una vez más de entre las cenizas del dolor.-
Se quedó callado, esperando que sus palabras pudieran brindar el sosiego que tanta falta le hacía. El espectro que ahora se mostraba ante él era un ser consciente de su condición, años atrás había enterrado ya su remordimiento, su impotencia al verse atravesado por las personas sobre las aceras, él también había caído y resurgido del infierno mismo que el toque de la muerte ofrece a todo aquel que cruza la línea, quizás tan solo por ese simple motivo se sentía demasiado identificado con el chico, porque conocía la sensación de tocar fondo, cuando Ruslan tomó esa decisión imprudente de enfrentar a los soldados no hubo una voz que le guiara, que le jalara para evitar su salto, en este instante el fantasma estaba intentando evitar una tragedia nuevamente, porque si bien él había elegido morir, no era algo que deseara para nadie, mucho menos para su joven oyente.
-Tranquilo.- musitó apenas en un hilo de voz. –Mi intención nunca fue asustarte de esa manera, me mantendré lejos de ti si eso te hace sentir seguro.-
Colocó el violín a un lado, y con las piernas estiradas recargó su espalda en la pared fría, el gris violáceo de la estructura se estaba descascarillando a causa de la humedad. Se limitó a observar al chico, el cabello oscuro que coronaba su frente, unos labios tersos que se mantenían húmedos a causa del nerviosismo. Quería ofrecer paz a ese océano en su mente que vociferaba, quemar esas ataduras que no le dejaban pensar con claridad, como bien lo había inquirido el joven, quizás Ruslan no era del todo real, pero si algo estaba en sus manos no lo iba a dejar caer al abismo tan fácilmente, por una fracción de segundos la mirada del fantasma recorrió la decadencia del lugar, el aroma, la belleza romántica que la noche regalaba siempre a sus habitantes, una escasa luz de luna se colaba tibia a través del ventanal desnudo.
-Sabes.- Le confesó.-
- Algunas heridas son menos profundas que otras, algunas pesadillas valen la pena ser soñadas una vez más. Algunas otras son manchas de tinta derramadas sobre el lienzo pálido de un corazón agonizante. Otras tantas son solo humo y espejismos que nos dan la pauta únicamente, nos muestran el inicio del camino a través de un oscuro túnel y pocas, muy reducidas son aquellas que sangran hasta la muerte. Que nos hacen morir y renacer una vez más de entre las cenizas del dolor.-
Se quedó callado, esperando que sus palabras pudieran brindar el sosiego que tanta falta le hacía. El espectro que ahora se mostraba ante él era un ser consciente de su condición, años atrás había enterrado ya su remordimiento, su impotencia al verse atravesado por las personas sobre las aceras, él también había caído y resurgido del infierno mismo que el toque de la muerte ofrece a todo aquel que cruza la línea, quizás tan solo por ese simple motivo se sentía demasiado identificado con el chico, porque conocía la sensación de tocar fondo, cuando Ruslan tomó esa decisión imprudente de enfrentar a los soldados no hubo una voz que le guiara, que le jalara para evitar su salto, en este instante el fantasma estaba intentando evitar una tragedia nuevamente, porque si bien él había elegido morir, no era algo que deseara para nadie, mucho menos para su joven oyente.
Última edición por Ruslan Dominkovich el Miér Ago 06, 2014 7:49 pm, editado 2 veces
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
A pesar de que tengo miedo de su presencia, sus palabras son tan ciertas, engloban tal verdad, que no puedo dejar de escucharle. Despliega un derroche de tranquilidad al hablar, que me es imposible cerrarme por completo a todo. Se ha sentado apartado de mí, para evitar sentirme amenazado. ¿Acaso los espíritus sienten, perciben lo mismo que los vivos, aún muertos? Alzo mi cabeza para observarlo a lo lejos. Un breve movimiento, no quiero parecer demasiado interesado, porque presiento que todo es producto de mi imaginación, que estoy hablando conmigo mismo. Un soliloquio.
-Las heridas, por más grandes o pequeñas que éstas sean, duelen. Ahora mismo duele tanto aquí adentro, que no sé cómo es que he podido soportarlo. Ya no quiero seguir así, ya no quiero sentir, ya no quiero llorar, ni tampoco soñar. Todo se ha acabado para mí. -. Vuelvo a abrazar mis piernas con fuerza, tratando de alejar los recuerdos. Imágenes de un pasado no muy lejano. Ilusiones vacías, rotas en miles de fragmentos que quizás jamás vuelvan a estar unidos. –Es difícil comprender, el por qué… El por qué una persona que dice amarte, de un instante a otro, sin alguna razón aparente, te pide que olvides, que dejes atrás los sentimientos, que apagues la llama de la hoguera de un soplido. Yo… simplemente no puedo.
Dos lágrimas se deslizan por mis mejillas, no haciendo nada para evitar que lleguen a perderse en el vacío inmenso de la soledad. Una vez que han salido, no las habré de detener, me hace falta llorar hasta vaciarme.
-Peor aún, es que la persona amada hable de ti diciendo que eres un idiota, un ridículo, un niñato, un inmaduro; que prácticamente me hizo un favor al fijarse en alguien como yo. ¿Y sabes que es lo más doloroso de todo esto? Que poco le importo lo mucho que pudiera lastimarme. Se protegió a sí mismo y a mí me dejó a la deriva, nadando con mis propios brazos sin importar cuán cansado pudieran estar. Aún sigo nadando… Pero la orilla está demasiado lejos. Tan lejana, que ya me he dado por vencido. -. Aquí me tienen, contándole las cosas a un espectro. Quizás no lo sea, quizás yo ya estoy muerto, y sea yo mismo, observándome desde otro ángulo. Me quedaré encadenado a ésta casa por los siglos de los siglos, viendo pasar generación tras generación.
-¿En verdad eres real, o sólo soy yo, delirando? ¿Ya he muerto? Hablo con voz apagada. Una voz que alguna vez fue potente, varonil segura de sí misma, y que tantas veces deleitó al público para el cuál actué.
-Las heridas, por más grandes o pequeñas que éstas sean, duelen. Ahora mismo duele tanto aquí adentro, que no sé cómo es que he podido soportarlo. Ya no quiero seguir así, ya no quiero sentir, ya no quiero llorar, ni tampoco soñar. Todo se ha acabado para mí. -. Vuelvo a abrazar mis piernas con fuerza, tratando de alejar los recuerdos. Imágenes de un pasado no muy lejano. Ilusiones vacías, rotas en miles de fragmentos que quizás jamás vuelvan a estar unidos. –Es difícil comprender, el por qué… El por qué una persona que dice amarte, de un instante a otro, sin alguna razón aparente, te pide que olvides, que dejes atrás los sentimientos, que apagues la llama de la hoguera de un soplido. Yo… simplemente no puedo.
Dos lágrimas se deslizan por mis mejillas, no haciendo nada para evitar que lleguen a perderse en el vacío inmenso de la soledad. Una vez que han salido, no las habré de detener, me hace falta llorar hasta vaciarme.
-Peor aún, es que la persona amada hable de ti diciendo que eres un idiota, un ridículo, un niñato, un inmaduro; que prácticamente me hizo un favor al fijarse en alguien como yo. ¿Y sabes que es lo más doloroso de todo esto? Que poco le importo lo mucho que pudiera lastimarme. Se protegió a sí mismo y a mí me dejó a la deriva, nadando con mis propios brazos sin importar cuán cansado pudieran estar. Aún sigo nadando… Pero la orilla está demasiado lejos. Tan lejana, que ya me he dado por vencido. -. Aquí me tienen, contándole las cosas a un espectro. Quizás no lo sea, quizás yo ya estoy muerto, y sea yo mismo, observándome desde otro ángulo. Me quedaré encadenado a ésta casa por los siglos de los siglos, viendo pasar generación tras generación.
-¿En verdad eres real, o sólo soy yo, delirando? ¿Ya he muerto? Hablo con voz apagada. Una voz que alguna vez fue potente, varonil segura de sí misma, y que tantas veces deleitó al público para el cuál actué.
Joshua Maloney- Cambiante Clase Baja
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
Gradualmente comprendió el misterio, esa sombra que se abatía sobre el joven. El amor. Un sentimiento que Ruslan solo había conocido por parte de sus progenitores y de algún transeúnte que de vez en cuando se detenía a agradecerle por poseer semejante don. Pero, esto era diferente, esta herida reposaba en algo más profundo, en una conexión con esa persona tan especial para él en otro momento. El fantasma ladeo su cabeza apenas, buscando su mirada, notó esas lágrimas y en un acto reflejo se levantó, torpemente pensó que podría detenerlas. Se mantuvo a lo lejos respetando su espacio, cayó en la cuenta que tendría que hacer algo más si deseaba rescatarle.
Tomó el violín que yacía sobre el piso, quitó la funda y sus dedos acariciaron la forma del instrumento, lo llevó a su mentón. La cuerda estaba lista, el mismo espectro estaba listo para iniciar un acto de confesión, una catarsis que tan solo buscaba salvar al joven, esos ojos tristes. Bellos y lánguidos al mismo tiempo. ¡Sálvalo! Permite que este réquiem de cuerdas sea un bálsamo en sus heridas, permite que este don sea esa cuerda que le ate a este plano nuevamente. Cerró los ojos y entonó un estridente sonido, ahí estaba despertando las notas de su letargo, invocándoles, haciéndoles participe de esta redención. Una por una las notas se entrelazaron, dando pie a una ejecución magistral.
Valiéndose de sus dones mostró parte de su pasado, se remontó a la vieja Rusia, la Rusia que le vio nacer y morir en los pasillos del palacio donde había sido acribillado por defender algo que poseía un significado en su vida. Las imágenes apenas claras mostraban a un Ruslan pequeño, corriendo en los campos, un Ruslan adolescente sonriéndole a la vida, un Ruslan adulto enfrentando la muerte de sus progenitores. No existen palabras precisas que puedan describir esos momentos arrebatados, la música misma se encargaría de relatar lo que con palabras no se puede expresar, las batallas perdidas, las escasas que alguna vez se ganaron, todo estaba ahí, muerte y resucitación, luz y oscuridad, odio y perdón.
Continuó interpretando sus memorias, esa tumba profunda donde sus temores moraban, ese santuario privado que había mantenido escondido. Pareció una eternidad estar de pie y sin embargo apenas unos cuantos minutos había transcurrido, las últimas notas desgarradoras se elevaban portentosas hasta alcanzar el clímax final de su interpretación. Ni una sola lágrima en el rostro del fantasma. Se mantuvo sereno y un poco temeroso quizás se atrevió a cortar distancias, se colocó a la altura del chico y llevó la mano hacia su mejilla.
-Como vez, yo también he sufrido la pérdida de alguien importante en mi vida.- Susurró. -Creo sin embargo que eres lo suficientemente fuerte para levantarte una vez más y enfrentar lo que venga, porque veo en tus ojos un brillo que no había notado anteriormente, un resplandor que yo he perdido. –Continuó. -Quizás yo no sea real, quizás sí, pero una cosa es segura, no has muerto aún no.- Llevó su diestra hacia el pecho del chico.-Escucha ese látido, las pérdidas no significan un final precisamente, simplemente déjalo ir, no lo necesitas-. Se detuvo repentinamente esperando una respuesta, esperando que aún no fuese demasiado tarde.
Tomó el violín que yacía sobre el piso, quitó la funda y sus dedos acariciaron la forma del instrumento, lo llevó a su mentón. La cuerda estaba lista, el mismo espectro estaba listo para iniciar un acto de confesión, una catarsis que tan solo buscaba salvar al joven, esos ojos tristes. Bellos y lánguidos al mismo tiempo. ¡Sálvalo! Permite que este réquiem de cuerdas sea un bálsamo en sus heridas, permite que este don sea esa cuerda que le ate a este plano nuevamente. Cerró los ojos y entonó un estridente sonido, ahí estaba despertando las notas de su letargo, invocándoles, haciéndoles participe de esta redención. Una por una las notas se entrelazaron, dando pie a una ejecución magistral.
Valiéndose de sus dones mostró parte de su pasado, se remontó a la vieja Rusia, la Rusia que le vio nacer y morir en los pasillos del palacio donde había sido acribillado por defender algo que poseía un significado en su vida. Las imágenes apenas claras mostraban a un Ruslan pequeño, corriendo en los campos, un Ruslan adolescente sonriéndole a la vida, un Ruslan adulto enfrentando la muerte de sus progenitores. No existen palabras precisas que puedan describir esos momentos arrebatados, la música misma se encargaría de relatar lo que con palabras no se puede expresar, las batallas perdidas, las escasas que alguna vez se ganaron, todo estaba ahí, muerte y resucitación, luz y oscuridad, odio y perdón.
Continuó interpretando sus memorias, esa tumba profunda donde sus temores moraban, ese santuario privado que había mantenido escondido. Pareció una eternidad estar de pie y sin embargo apenas unos cuantos minutos había transcurrido, las últimas notas desgarradoras se elevaban portentosas hasta alcanzar el clímax final de su interpretación. Ni una sola lágrima en el rostro del fantasma. Se mantuvo sereno y un poco temeroso quizás se atrevió a cortar distancias, se colocó a la altura del chico y llevó la mano hacia su mejilla.
-Como vez, yo también he sufrido la pérdida de alguien importante en mi vida.- Susurró. -Creo sin embargo que eres lo suficientemente fuerte para levantarte una vez más y enfrentar lo que venga, porque veo en tus ojos un brillo que no había notado anteriormente, un resplandor que yo he perdido. –Continuó. -Quizás yo no sea real, quizás sí, pero una cosa es segura, no has muerto aún no.- Llevó su diestra hacia el pecho del chico.-Escucha ese látido, las pérdidas no significan un final precisamente, simplemente déjalo ir, no lo necesitas-. Se detuvo repentinamente esperando una respuesta, esperando que aún no fuese demasiado tarde.
Última edición por Ruslan Dominkovich el Miér Ago 06, 2014 7:50 pm, editado 3 veces
Lasher- Fantasma
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
Estoy confundido, triste, temeroso, las ganas de desaparecer siguen latente, y sin embargo hay alguien justo en frente de mí, que me pide no darme por vencido. Un hombre que ya no existe más en el plano terrenal, que me anima a seguir viviendo, pidiéndome luchar. Lo más difícil de luchar, no es la lucha en sí misma, sino en dar el primer paso hacia esa lucha. Yo tenía alguien por quien luchar, alguien por quien sonreír, alguien por quien vivir. Esa persona era mi mundo, el motivo de hacer mejor las cosas cada día y ahora... ¿Qué es lo que tengo? nada, salvo un agujero inmenso en medio de mi pecho, que no puedo llenar con nada.
-¿Mis ojos brillan? ¿Aún brillan? - Balbuceo. Susurro de una manera casi imperceptible.
Alzo la mirada, buscando la suya, pero lo único que logro sentir es una especie de corriente fría en mi pecho. ¿Acaso se puede tener más frío, que el frío en si mismo? ¿Qué es lo que ve en mí, que yo no puedo ver? ¿Aún hay esperanza? ¿Hay un camino después de todo? ¿Una luz en la oscuridad? ¿Joshua Maloney tenía alguna esperanza de salir adelante?
Muchas preguntas y pocas respuestas. Pero aún tengo una más. No una pregunta para mi, sino para... "Él" en algún momento, en aquél rincón oscuro lleno de polvo, por primera vez en muchos meses, siento curiosidad, compasión, por alguien más que no sea yo mismo. Limpio mis lágrimas con mi antebrazo.
-¿A-A quién... Has perdido?
No pude evitar preguntar y preocuparme. Así soy yo. Aún un en éste momento en el que quiero dar por terminado con todo, me... No puedo evitar preocuparme. Quiero decir, no preocuparme sino... Rayos. No sé que estoy haciendo. El ya no... Ya no está vivo, pero es tan real, estoy seguro que si extendiera mi mano y le tocara, sentiría piel. Sentiría su respiración a través de ése simple toque.
-¿Mis ojos brillan? ¿Aún brillan? - Balbuceo. Susurro de una manera casi imperceptible.
Alzo la mirada, buscando la suya, pero lo único que logro sentir es una especie de corriente fría en mi pecho. ¿Acaso se puede tener más frío, que el frío en si mismo? ¿Qué es lo que ve en mí, que yo no puedo ver? ¿Aún hay esperanza? ¿Hay un camino después de todo? ¿Una luz en la oscuridad? ¿Joshua Maloney tenía alguna esperanza de salir adelante?
Muchas preguntas y pocas respuestas. Pero aún tengo una más. No una pregunta para mi, sino para... "Él" en algún momento, en aquél rincón oscuro lleno de polvo, por primera vez en muchos meses, siento curiosidad, compasión, por alguien más que no sea yo mismo. Limpio mis lágrimas con mi antebrazo.
-¿A-A quién... Has perdido?
No pude evitar preguntar y preocuparme. Así soy yo. Aún un en éste momento en el que quiero dar por terminado con todo, me... No puedo evitar preocuparme. Quiero decir, no preocuparme sino... Rayos. No sé que estoy haciendo. El ya no... Ya no está vivo, pero es tan real, estoy seguro que si extendiera mi mano y le tocara, sentiría piel. Sentiría su respiración a través de ése simple toque.
Joshua Maloney- Cambiante Clase Baja
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
El fantasma asintió respondiendo a la pregunta del chico. Era cierto. Aún podía vislumbrar un ápice de luz a través de ese túnel tenebroso. Pocas habían sido las ocasiones en las cuales Ruslan se detenía a conversar, cavando en las tumbas de esas remembranzas que yacían en lo más profundo de cada extraño que llegaba a toparse, muchos valían la pena, merecían ser salvados, otros tantos no tenían el valor de dejarse morir o seguir intentándolo, se mantenían en medio como hojas a merced del viento. Joshua era un caso singular, temía morir si, necesitaba un empuje hacia el lado terrenal nuevamente.
-En efecto Joshua, tus ojos aún brillan, tu aura se muestra gris causada por el daño hecho. – Decía mientras el fantasma recorría su cuerpo hasta llegar a la mejilla del joven arrastrando un par de lágrimas entre sus dedos. -Nunca es tarde, nunca.-
Mantuvo su estado corporal para brindarle un poco más de confianza y calor. En realidad no sabía si estaba rebasando esa línea entre ambos planos, simplemente quería demostrarle que aquel acto no valdría la pena que su muerte significaría una pérdida irreparable. Escuchó nuevamente esa voz cuestionándole. El espectro suspiró dirigiendo su vista por un par de segundos a un punto apartado. Recobró fuerzas y regresó ambas manos hacia el violín, asumió una postura relajada sentado frente a Joshua para poder responder.
-En un abrir y cerrar de ojos mi familia despareció frente a mí, todo se hizo añicos.- Sonrió apenas. -Tomé una decisión apresurada e inmadura, busqué venganza para tratar de recuperarlos… no funcionó como podrás ver, ya que me encuentro hablando aquí contigo.-
Las malas decisiones le habían costado la vida, quería ser un reflejo para Joshua.
-Esto.- dijo acariciando el instrumento. -Es todo lo que me queda de ella, de mi madre, quien me enseñó a amar la música y la vida misma… Joshua.- le miró fijamente a los ojos. -Aférrate a este mundo, no caigas en un infierno sin antes presentar pelea.-
Agachó la mirada y volvió a suspirar.
-Hay tantas cosas que yo no pude decir, daría todo lo que soy por tener una oportunidad, por sentir nuevamente eso a lo que tu estas renunciando y no eres capaz de ver por tu sufrimiento.-
El silencio sombrío cayó. Ese silencio que por primera vez se hacía eterno esperando una respuesta.
-En efecto Joshua, tus ojos aún brillan, tu aura se muestra gris causada por el daño hecho. – Decía mientras el fantasma recorría su cuerpo hasta llegar a la mejilla del joven arrastrando un par de lágrimas entre sus dedos. -Nunca es tarde, nunca.-
Mantuvo su estado corporal para brindarle un poco más de confianza y calor. En realidad no sabía si estaba rebasando esa línea entre ambos planos, simplemente quería demostrarle que aquel acto no valdría la pena que su muerte significaría una pérdida irreparable. Escuchó nuevamente esa voz cuestionándole. El espectro suspiró dirigiendo su vista por un par de segundos a un punto apartado. Recobró fuerzas y regresó ambas manos hacia el violín, asumió una postura relajada sentado frente a Joshua para poder responder.
-En un abrir y cerrar de ojos mi familia despareció frente a mí, todo se hizo añicos.- Sonrió apenas. -Tomé una decisión apresurada e inmadura, busqué venganza para tratar de recuperarlos… no funcionó como podrás ver, ya que me encuentro hablando aquí contigo.-
Las malas decisiones le habían costado la vida, quería ser un reflejo para Joshua.
-Esto.- dijo acariciando el instrumento. -Es todo lo que me queda de ella, de mi madre, quien me enseñó a amar la música y la vida misma… Joshua.- le miró fijamente a los ojos. -Aférrate a este mundo, no caigas en un infierno sin antes presentar pelea.-
Agachó la mirada y volvió a suspirar.
-Hay tantas cosas que yo no pude decir, daría todo lo que soy por tener una oportunidad, por sentir nuevamente eso a lo que tu estas renunciando y no eres capaz de ver por tu sufrimiento.-
El silencio sombrío cayó. Ese silencio que por primera vez se hacía eterno esperando una respuesta.
Lasher- Fantasma
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Re: Gloomy Sunday ~ Ruslan
Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas. Sus palabras me han hecho recordar a mi madre. Mi pobre madre... ¡Cuánto daría por volver a verle una vez más, estrecharla entre mis brazos, decirle cuánta falta me hace y cuánto le extraño! Dios, ¿Por qué nos pones pruebas tan duras? ¿Por qué a las almas buenas le suceden éste tipo de desgracias? Allá afuera hay gente violenta: Asesinos, ladrones, violadores y sin embargo, viven como si fueran intocables. La vida no ha sido justa para mi éstos últimos meses, necesito algo a qué aferrarme para seguir viviendo , pero no tengo nada. Me siento vacío, estoy solo, ya no tengo fuerzas. Tres veces me han lastimado el corazón, un corazón que el único pecado que ha cometido, es amar con todas sus fuerzas.
-Lamento... Lamento que hayas pasado por todo esto, que hayas perdido a tu familia - Decido finalmente acercar mi mano para rozar ligeramente su mejilla. Se siente tan vivo, pero tan frío, tan triste y melancólico. Como yo. En aquel cuarto habitan dos almas en desgracia, uno luchando por desaparecer de la faz de la tierra, otro por recuperar algo de todo lo que ha perdido, tratando de hacerme entrar en razón.Pero es tan difícil pensar cuando lo único que deseas es no sufrir más. -Mi familia también lo era todo para mí, y no tuve oportunidad de despedirme, de abrazarles por última vez, decirles cuánto los amaba - A pesar de todo lo que mi padre me había hecho pasar, fue mi padre y lo amé con todas mis fuerzas. A mi manera, en silencio, alejado, pero con respeto obediencia y amor. -A mi ... madre le gustaba mucho una melodía irlandesa - retiré mi mano de su rostro- La tarareaba cuando estaba contenta, sobre todo cuando elaboraba la comida.... -Una ligera sonrisa aparece en mi rostro recordando los enormes faldones que usaba y las blusas de enormes flores estampadas que tanto le gustaban- ...Su cabello pelirrojo cayendo por su espalda revelando algunas canas... !Ay mi madre! -suspiro, apartando un nuevo torrente de lágrimas. -Eh... tienes un violín muy hermoso, ¿puedo? - Me refería a deslizar por lo menos uno de mis dedos por la cubierta, e intentar cambiar el tema, porque en el fondo, muy en el fondo, no deseo martirizarme más con recuerdos tristes, recuerdos que para él también lo son, su mirada perdida, sus párpados caídos, y la manera tan pausada que tiene al hablar lo confirman. Sufre, sufre mucho.
-Lamento... Lamento que hayas pasado por todo esto, que hayas perdido a tu familia - Decido finalmente acercar mi mano para rozar ligeramente su mejilla. Se siente tan vivo, pero tan frío, tan triste y melancólico. Como yo. En aquel cuarto habitan dos almas en desgracia, uno luchando por desaparecer de la faz de la tierra, otro por recuperar algo de todo lo que ha perdido, tratando de hacerme entrar en razón.Pero es tan difícil pensar cuando lo único que deseas es no sufrir más. -Mi familia también lo era todo para mí, y no tuve oportunidad de despedirme, de abrazarles por última vez, decirles cuánto los amaba - A pesar de todo lo que mi padre me había hecho pasar, fue mi padre y lo amé con todas mis fuerzas. A mi manera, en silencio, alejado, pero con respeto obediencia y amor. -A mi ... madre le gustaba mucho una melodía irlandesa - retiré mi mano de su rostro- La tarareaba cuando estaba contenta, sobre todo cuando elaboraba la comida.... -Una ligera sonrisa aparece en mi rostro recordando los enormes faldones que usaba y las blusas de enormes flores estampadas que tanto le gustaban- ...Su cabello pelirrojo cayendo por su espalda revelando algunas canas... !Ay mi madre! -suspiro, apartando un nuevo torrente de lágrimas. -Eh... tienes un violín muy hermoso, ¿puedo? - Me refería a deslizar por lo menos uno de mis dedos por la cubierta, e intentar cambiar el tema, porque en el fondo, muy en el fondo, no deseo martirizarme más con recuerdos tristes, recuerdos que para él también lo son, su mirada perdida, sus párpados caídos, y la manera tan pausada que tiene al hablar lo confirman. Sufre, sufre mucho.
Joshua Maloney- Cambiante Clase Baja
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