La musique me baise lentement et avec tendresse [Ruslan]

por **Hekate Maev** Jue Jun 20, 2013 4:56 pm

Bien estaba aquella noche hablando con su madre. Aquella persona, aquella ¿Bruja? Si, aquella bruja que estaba ahora hablando con ella. Su madre le comunico que algún día, ella no la vería nunca más por el cementerio, que tenía que hacer amistades, que tenía que obtener un buen marido que la ayudara y la cuidara en todo lo que pudiera…pero Hekate tan solo estaba con las manos tapando sus orejas, negando a lo que escuchaba. Entonces estaba que no lo creía, su propia madre la iba a dejar, pero entonces vio su madre que alguien llegaba, abrazo a su hija como pudo y desapareció…sin dejar rastro. Hekate ahora estaba llorando, implorando que su madre volviera entre los muertos. Miró hacia atrás, diviso entre las tumbas la figura de su padre que al parecer estaba bien serio, no tenía ni pizca de alegría.

Había estado triste pero no lloraba, escucho el llanto de su hija pero que nunca pudo llegar para recoger las lágrimas perdidas que derramo por su madre. Hekate era su pequeña, pero tenía que seguir adelante, tenía que hacerse fuerte. Él no iba a estar siempre con ella en cuanto pasara su longevidad, le faltaba bien poco o bueno, lo notaba en su cuerpo. Por eso aprovechaba tanto tiempo en el burdel, para darse un canto en los dientes antes de que la muerte le pillara de improvisto. Pensó en su hija, Hekate lo sola que estaría y no, ahora él no podía llorar en aquel lúgubre lugar.

Hekate estaba llorando en silencio, tocaba el lugar de su madre, en el lugar que siempre quedaban para hablar, pero el sonido de un violín despertó su tristeza y se dispuso a mirar con la mirada por donde venía ese sonido. No veía por donde…estaba perdida. Se secó las lágrimas de tanto llorar y miro a un joven, pálido, de ojos verdes y cabello oscuro. Se cohibió bastante en el sitio en donde tan solo pensaba en alejarse de aquel extraño, miró hacia atrás y vio a su padre que la miraba, pero no hizo nada, tan solo observaba. Ahora Hekate miro al joven que seguía en el mismo lugar.

No supo cuánto tiempo paso, pero su melodía logro calmarla. Escucho esas melodías y tan solo la tristeza se disipo por completo. Ella tocaba el violín pero le agradaba más las roncas notas del cello. Cuando tocaba el cello, despegaba del suelo y se metía en unas arenas movedizas en las que la abrazaban la ahogaban para bien que la envolvían en esas notas tan graves, parecía que la música bailaba por su cuerpo, por cada duna, por cada poro de su piel destilaba placer al tocar el cello. Lo que no podía evitar, era ir en cueros o sin nada cuando practicaba en casa. Su padre no lo entendía, pero hizo el experimento de que tocara con cello y ropa, tocaba fatal, pero cuando toco por la noche el cello, desnuda parecía como si lo hubiera manejado desde siempre.

-¿Qué don es el que tienes, Monsieur? –Soltó con su melodiosa voz-…Tocáis como los mismos ángeles que aguardan nuestros sueños por las noches….-se acercó al joven que había estado tocando, sus palabras no pudieron evitar que parase de tocar el instrumento musical. En realidad no tenía por qué parar, ella seguiría hablando igual que si la persona a su lado la ignoraba de igual modo. Miro de nuevo a su padre hacia atrás, pero este parecía haberse escondido, se extrañó, le gustaba estar en el cementerio para después darse un paseo hasta el lago, pero hoy no sabía si hacerlo.

Finalmente, su mirada volvió al joven, sus pasos se iban hacia atrás, hizo reverencia pero quería irse…pero no se iba del lugar-…Yo. Siento haberos interrumpido….-se quedó ahí y se sentó en la lápida en la que solía estar hablando con su madre…que ahora no estaba con ella.

por **Lasher** Jue Jul 04, 2013 6:32 pm

**El suave vaivén del viento mecía las copas de los árboles que se erguían por todo el lugar, enormes vigías que observaban la escena gris que presumía el cementerio, la enramada seca, moribunda se elevaba hacia un cielo despejado, si nubarrones, perfecto. El fantasma se encontraba ahí, pero su mente recorría las calles heladas de su amada Rusia, sus recuerdos cabalgaban los más oscuros rincones de su mente, evocando esas escenas oscuras, apenas iluminadas por las farolas donde solía tocar para desconocidos.

Era como un ritual para él, no podía evitar cerrar los ojos para sumergirse en las notas que sus dedos desgarraban al violín, los sonidos gaélicos flotaban sobre las tumbas frías que adornaban el lugar, era magia, era fantasía, la forma en que la música despertaba del instrumento y arropaba al grupo de espectros que caminaban de aquí a allá, con la mirada vacía, errantes, sin propósito. La hojarasca amarillenta alfombraba el suelo, algún par hojas se elevaban por el viento caprichoso.

La melodía mantenía su curso, llegando a un clímax inevitable, sin embargo esta vez era distinto, a pesar de concentrarse en la música, un par de palabras irrumpió de forma inesperada el trance, abruptamente el fantasma abrió los ojos para hallar el origen de tal frase, sus ojos melancólicos devoraron la escena que se teñía frente a su vista. Los pliegues formaban la silueta de una joven hermosa, sus cabellos de ébano caían sobre sus hombros, como dos enormes cascadas que coronaba los extremos de su fino rostro, los ojos le resultaban infinitamente peculiares, lánguidos y bellos a la vez. Ella podía verlo sin duda, incluso pudo haber disfrutado del par de notas que había ejecutado con anterioridad, se encontraba tranquila, no mostraba ni una pizca de desconfianza, lo cual le resultó poco común.

-Tan solo soy un músico -. Respondió de manera breve a la pregunta.

-No considero su presencia como una interrupción, al contrario, me sorprende hallar a una persona como usted en un lugar como este.

La mirada del fantasma observó nuevamente al cielo que se mantenía sereno, incoloro, indiferente ante el encuentro de estas dos siluetas que se habían hallado por azares del destino, ¿sería una casualidad? ¿Qué motivos llevaron a esa chica a permanecer tan quieta en el cementerio? Quiso preguntarlo, pero habría sido demasiada descortesía de su parte, se limitó a acercarse a ella y estirar la mano para saludarla.

-Mi nombre es Ruslan.

por **Hekate Maev** Lun Jul 15, 2013 11:10 am

Se quedo mirando el gesto de aquel...de Ruslan mas bien. Estaba mirando la mano, entonces ella la estrecho para ver que pasaba y bueno parecia que ambas manos comenzaron a sacudirse con suavidad-....He-Hekate Maev...-se quedo mirandolo fijamente a los ojos, sonrio algo timida en lo que despues escucho el aullido de un animal retumbar en la soledad de la noche. Ella enseguida se acerco al pecho de Ruslan para cobijarse del miedo que habia sentido, pero habia puesto sus manos en su pecho, ella se acordo de su maldicion, las aparto, no queria matar a nadie- ¡Lo siento! ¡Lo siento! ...-pero en cuanto lo miro, penso que no habia hecho falta disculparse, estaba vivo.

-Esta vivo...-se dijo a si misma en un leve murmuro en el que despues no sabia si tendria que irse de aquel lugar por pura vergüenza del momento. pero ahi estaba, plantada de pie frente a Ruslan, lo miraba y entonces su mente empezo a divagar-....-No dijo nada hasta que probablemente lo entendio-....¿Te has quedado fijo aqui? ¿algún...asunto pendiente?-Se quedo pensando en si sus preguntas, él las entenderia de algun modo, pensó en que tal vez, todo estaba por ver, pero y si no las entendía tendria que tener que preguntarselo y eso quizas seria algo intimo.

Volvio a su musica-...Yo toco el cello...pero tambien practico el violín...-desvio la mirada hacia un lado, hacia el suelo-....Aunque no tan bien como vos lo haceis...-Lo miro a los ojos y solamente un poco, acerco sus pies hacia Ruslan. Teniendo en cuenta de que se habia acostumbrado a la presencia fantasmal de su madre, si él lo era, pues no habría problemas seguramente-...Debo decirte que no te tocaré...No porque sea por tu culpa, si no porque nací con un horrible Don en mis manos...-levanto sus manos enguantadas-...Estos guantes me protegen...de que mate...-Dijo con firmeza, pero aun asi mataba a la gente con los guantes puestos, quizas a los que eran muy débiles- ...Pero tienes un alma fuerte y firme....no se como aun no te mate...-Dijo mirandolo fijamente, esperando a que no huyera de ella.

por **Lasher** Miér Jul 17, 2013 5:44 pm

** El seguía fascinado con la presencia de la joven y al escuchar el suave susurro de sus palabras, supo que no olvidaría ese nombre tan peculiar, la oscuridad se cernía tan cálida sobre el lugar y de momento olvidó la frialdad de las calles rusas, en definitiva no era un extraño en un mundo desconocido, el silencio se escabullía por los rincones del cementerio y las lapidas que se aferraban a la tierra oscura que las mantenía de pie, como vigías, como aquellos fantasmas condenados a permanecer en este plano astral.

De manera súbita vio como la chica se estremeció a causa de un sonido ajeno a ellos, notó el cálido roce de sus manos sobre su cuerpo, no había hecho contacto anteriormente con nadie, no era común en los de su clase y sin embargo la sensación le tomó de sorpresa cuando la escucho disculparse.

-Sabes, no tienes por qué disculparte-. Inquirió en un tono amable, al instante que respondía a la pregunta. – Verás, mi único propósito es que mi música sea escuchada, tan solo eso y nada más-.

Dejó que sus palabras flotaran entre la corta distancia que había entre ellos no era el momento de explicar su trágico pasado, no tenía caso hacerlo. Esos guantes le parecían muy llamativos, ¿Qué esconderían bajo la piel oscura de su textura? , un par de manos blancas y frágiles, serían esas mismas manos capaces de levantar a los muertos del sueño eterno mediante la ejecución de un ronco sonido en el cello. Imagino que tal vez algún día si volviera a verla, se deleitaría escuchándola. Arqueando una ceja se dirigió nuevamente hacia ella.

-No entiendo, como una joven tan bella como tú, cargue consigo un terrible don, si así es como lo entiendo, debe ser muy difícil para ti-.

Era muy extraño sin duda, el encuentro no era de lo más común que hubiese experimentado y la lógica apuntaba a que la chica era una especie de nigromante o algo similar, había escuchado historias similares pero no esperaba encontrar personas como esas en este lugar, lo único que estaba claro en su mente era la razón por la cual dicho poder no había surtido efecto en él, no tenía nada de qué preocuparse, él era un fantasma, no necesitaba decirlo, a estas alturas, ella ya lo había descubierto. **

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