Si tienes algo de tiempo ven a hacerme compañía.

por **Aramís Ioshua Huston** Miér Ago 18, 2010 7:06 pm

No era ni mucho menos el cementerio donde habían enterrado lo que había quedado de sus padres, él no había asistido al entierro ni ninguno de sus hermanos, "son demasiados chicos para algo tan triste" había dicho su abuela y su voluntad había sido cumplida, como todas sus palabras, no existía un macho alfa en la gran manada, siempre había sido la finada Margaretha quien daba la última palabra y los demás obedecían. Nunca se había dejado llevar por los ritos de su familia, acataba las normas hasta su límite, era un alma libre para todas aquellas cosas.

Vestido como si uno de los suyos hubiera muerto recientemente, con un traje de etiqueta negro, completamente, Aramís se paseaba entre las tumbas con la mirada gacha y su cabello rubión oscuro cayendole por encima de los ojos dandole un aspecto extraño que él ignoraba, como todo lo que pasaba derredor suyo. Era pasada la medianoche y el lobo no tenía conciencia de cuanto tiempo había permanecido allí, cuando atravezó la verja de hierro herrumbrado eel sol apenas se estaba ocultando, había mirado cada lápida, memorizando nombres y grabados en el marmol, todo el ritual que a cualquier ojo humano podía resultarle extraño, y hasta sospechoso el lo hacía ya por pura inercia.

por Invitado Miér Ago 18, 2010 7:47 pm

Había pasado por una floristería y al contrario de la costumbre habitual de la gente, de comprar las típicas flores de luto, había comprado un gran y colorido ramo de las más exóticas flores incluyendo una que tenía forma de pájaro con un pico largo y bicolor, azul y naranja. El precio no había sido mucho en la primera floristería de barrio que había visto al recibir la carta. No sabía como me había localizado aunque que me mandasen una carta en años y fuese para algo tan triste.

Decidí no aparecer por el funeral e ir un día más tarde al cementerio a visitar la tumba donde como se podía leer yacía Agnès Bouvier, mi madre. Vestía un vestido poco escotado hasta las rodillas y negro. Como debía ser y mi madre hubiese querido que fuese. Me arrodillé ante la tumba, coloqué el ramo de flores y me quedé pensando en los años que hacía que no la veía y en que quizás debería haber aprovechado más el tiempo. La vida es tan corta pude pensar mientras varias lágrimas recorrían mi rostro.

Retomé mi dignidad y me levanté lentamente del suelo y algo ausente me quedé mirando la tumba. Giré la cabeza y en aquel solitario cementerio. Vi a un chico bastante cercano a mí, vestido con un traje negro. No pude evitar mirarle tristemente.
-¿A usted también se le ha muerto un ser querido?- Pregunté mientras me giraba y le miraba, aún con lágrimas en los ojos.

por **Aramís Ioshua Huston** Miér Ago 18, 2010 8:09 pm

Su mirada jade estaba opaca y trsitona, aunque no significase nada estar en ese cementerio de noche, sus padres se habían muerto hacía 10 años y estaban lejos, quizás ya no existieran ni los huesos en ese instante. Estaba en ese lugar por pura costumbre, le agradaba el olor a grava seca y el silencio espectral del sagrado lugar. UN templo de gente no viva, licántropos, cambiaformas y humanos "conviviendo" juntos, era hasta mágico pensarlo de esa forma.

El olor característico de los suyos no había pasado inadvertido para Aramís, y en ese mismo momento buscaba a la persona que lo portaba. Al pararse y contemplar a la hermosa pelirroja su expresión no cambió. Si ella fuera una amenaza lo hubiera sabido ya. - Asi es mademoisselle.. - contestó con su flagante voz grave y pasiva, siempre tranquilo observó las bellas flores de colores que decoraban la tumba.

por Invitado Jue Ago 19, 2010 6:26 am

Parecía tan tranquilo, allí de pie. Pero sabía que en el fondo compartíamos el mismo sentimiento de tristeza. Observé al joven mirar las coloridas flores, realmente alegraban algo aquel lúgubre cementerio. Al oírle pronunciar aquellas palabras se acercó al él y rodeó el cuerpo del desconocido con sus brazos. Ni siquiera sabía su nombre pero todo el mundo necesitaba un abrazo en un momento de su vida. Pude sentir la calidez de aquel chico y su, a la vista, frágil y delgado cuerpo.

-Ese olor es. . . es- Pensé y noté como un escalofrío recorría mi cuerpo. -¿Habré encontrado a alguien de mi "especie"?- Me pregunté. No eran bonitos los recuerdos del día del ataque, ni el dolor de la conversión, ni las eternas noches de transformación. Entre esos pensamientos aún seguía abrazando al joven. -Soy Samantha. . .. Pude susurrar en su oído. Es un joven completamente normal pensé y me sequé una lágrima.

por **Aramís Ioshua Huston** Jue Ago 19, 2010 7:58 pm

No podía decir que el abrazo no lo había tomado por sorpresa, solo se había acercado para ver si ella estaba bien y más aún siendo de los suyos, allí sola.. él no podía pensar en dejar a su Gail ir allí sin guuardaespaldas, sin nadie que la proteja. La delgada muchacha le susurró en el oído mientras se presentaba y su aliento cálido le llenó el alma.

- Aramís, para servirla.. - contestó el rubión mientras sus brazos dejaban de estar tiesos para abrirse y corresponderle el abrazo, no acostumbraba a hacer aquello a menos que se tratase de su adorada hermana, eso lo tenía claro. - Me gustan sus flores.. -comentó bajando la vista para encontrarse con la mirada chocolate de la chica.

por Invitado Vie Ago 20, 2010 2:57 pm

No esperaba que el desconocido del traje negro devolviese mi abrazo pero como había imaginado estaba destrozado por dentro, quizás tanto como yo. Sentí sus brazos y manos rodeándome, pude sonreír un poco, parecía que no importaba que fuésemos completos desconocidos. Aramís se llamaba el joven. Me gustó mucho su nombre nunca lo había escuchado.

-Bonito nombre.- Dije intentando sonreír mostrando mi blanca dentadura. -Me alegra que le gusten, pensé que la vida ya es demasiado oscura para que las flores de tu despedida sean grises. . .- Dije amargamente.
Miraba fijamente sus ojos mientras no paraba de preguntarme y pensar en el olor familiar que desprendía Aramís.

por **Aramís Ioshua Huston** Sáb Ago 21, 2010 8:35 pm

Si hubiera estado en su forma lobuna ya estaría aullando de tristeza, al separarse de la guapa muchacha el rubio se inclinó apenas para besar su mano con caballerosidad y un gesto siempre tranquilo como lo era esa coraza enorme que tenía.

- Es un detalle, nunca lo hubiera pensado, pero ya he dejado escrito que para mi muerte mis hermanos beban como vikingos y celebren como ellos.. - murmuró el joven caminando para observar de cerca la tumba que visitaba la pelirroja. Desde allí la miró para que se acercara. - Ellos tambien lo eran, o tu sola? - preguntó pensando que la chica ya sabía de la coincidencia de ellos dos

por Invitado Lun Ago 23, 2010 6:52 pm

Noté los labios del hermoso joven besando su mano y no pude evitar sonreír. Escuchó atentamente su deseo de que sus hermanos festejasen su muerte, la verdad es que era algo diferente a lo habitual. Dejó de pensar en eso con la pregunta de Aramís, la había hecho la pregunta que demostraba con todas sus sospechas. Nunca había encontrado a nadie como ella desde la conversión.

Tú, ¿sabes lo que soy?- dije algo avergonzada, nunca le había desvelado eso a nadie. Solo yo, sufro este tormento cada luna llena desde que tenía quince años. Y, ¿cómo lo llevas tú?- Pregunté curiosa. No había conocido a alguien que compartiese la "especie" conmigo. Sentía la necesidad de saber cómo se sentía un licántropo. ¿Le gustaba serlo o quizás era una maldición incontrolable? Necesitaba saberlo.

por **Aramís Ioshua Huston** Miér Ago 25, 2010 3:15 pm

Claro que lo sabía, su olor podía alertarlo a kilómentros de allí. En Francia no se había encontrado con muchos como sus hermanos y él y hasta habían pensado que escasiaban en el territorio de vampiros chupasangres inmundos. Aramís solo se limitó a asentir con la cabeza mientras se sentaba como indio en la seca grava.

- Cunatos años tienes? - No parecía muy mayor y suponía que los quince años no eran ya un recuerdo borroso. - Soy es to desde que tengo conciencia.. - contestó encogiendose de hombros y jugando con una rama en la tierra, tan tranquilo.

por Invitado Miér Ago 25, 2010 7:22 pm

Parecía haber encontrado finalmente en París a alguien como ella. No le producía el más mínimo temor, le causaba más bien tranquilidad. Escuchó decir que él había sido hambre lobo desde que tenía memoria, eso era bastante tiempo.

-Tengo veinte años, cinco conviviendo con esto. . . ¿Y usted que edad tiene?- La pregunta me producía curiosidad parecía joven, bastante joven. Había leído algo sobre hombres lobos y aunque los parisinos se lo tomasen como un mito y no creyesen en la existencia de ellos, eran reales. También había leído sobre los vampiros, pero nunca se había encontrado con ninguno. . .
-Aramís, ¿alguna vez se ha encontrado con un vampiro?- Pregunté, ¿cómo sería la raza enemiga de los licántropos por naturaleza?

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