El reloj de arena se paró [Privado] +18

por **Altair Tarek** Lun Nov 18, 2013 4:02 pm

Estaba quieto en la inmensidad de aquel silencio. Su niña, aquella que había recogido de una muerte segura, estaba durmiendo en una de las camas que había en la mansión. Él estaba situado delante de los balcones de mármol de su mansión. No habían viajado mucho desde que se instalaron en Paris ya que el olor de aquella fémina persistía en el radio por donde la buscaba. Un suspiro salió de sus labios, exasperado y solamente loco por no encontrarla. Pero alguna pista tenía y era que seguía allí en Paris.

Con el cuidado protegía a la niña que tenía, a la que adopto como su propia hija, sacándola de un mercader de esclavos, estando a punto de ser crucificada por sus ojos claros, finalmente se la llevó consigo llevándola a una nueva vida. Ahora solamente importaba que encontrara a esa mujer que aun amaba con fervor. La noche estaba tranquila. No esperaba a nadie y esa noche precisamente, tuvieron un problema con el insomnio de Ekatia, su hija.

En cierto modo, todos los sirvientes, los pocos que había, conocían la naturaleza de los amos de la casa. Les había dicho que la pequeña tenía insomnio cuando se trataba de recordar la noche aquella que estuvo a punto de ser asesinada con clavos y puesta en una cruz. Ella se había despertado a las cinco de la tarde pero menos mal, una muchacha doncella se avispo y la cubrió con sus faldas llevándola a la habitación de Altair. Horas después Altair fue informado de lo pasado, tomo medidas y ahora la pequeña dormía en una habitación contigua a la suya. Lo que le dificultaría un poco si llega a tener o llegara a encontrarla, si llegara a encontrar a aquella mujer que revolvían sus pensamientos en arduas arenas movedizas impidiéndole pensar bien.

Se encamino hacia la sala de música donde tenía su piano recién afinado, listo para tocar y con una copa de vino sobre la brillante superficie. Perfecto pero ahora solo hacía falta la compañía de alguien, estaba bastante solo. Las cortesanas de Paris, hacían bien su trabajo pero no llenaban las necesidades que llenaría ella. Él no podía conformarse con menos, tenía que obtener la perfección de esa mujer, tenía que mirar aquellos ojos grisáceos –Tomo la copa- tenía que oler aquel aroma tan exótico que tanto le excitaba –Dio un trago-…y sus pensamientos se interrumpieron por el lloriqueo de una hermosa niña, rubia y de hermosos ojos azules.

-Ekatia…-Murmuro con una curva en su rostro.

por **Isis Osweder** Dom Dic 08, 2013 9:10 pm

La noche comienza a aparecer en el alto del cielo, el astro rey se va ocultando en el horizonte el verde crepuscular que anuncia el despertar de los muertos llega, uno a uno se van levantando de sus ataúdes o camas lujosas, uno a uno van abriendo los ojos desde el más joven y conformen van pasando las horas van los más antiguos, a los 500 años de existencia uno creería que se despertaría casi temprano como a las siete de la noche, pero no, una mujer de tez blanca, pálida y fría, de uñas largas y puntiagudas color rojo envueltas en las sedas de lino en una habitación que luce como arrancada de los anales del tiempo egipcio va subiendo aquella mano por su cuerpo fino y firme hasta sus labios rosáceos casi violetas mostrando sus colmillos un poco más arriba y aquellos ojos que repudian la luz por completo la aborrecen y la maldicen del color de las tinieblas el gris de esos ojos han matado en encanto cual canto de sirena.

Los pies van lento en su andar saliendo de la cama, el sonido de algo cayendo al suelo le hace despertar Isis observó a su alrededor buscando aquel sonido, y al fin lo encontró, el cuerpo de una joven de 15 años muerta, la sonrisa de ella de ternura hace que toque la campana de su mesita de noche mientras ella se da un baño.
Cuando sale de su tocador lujoso, el cuerpo ha desaparecido, una carta está en la mesa del centro de su habitación, flores de loto y una que otras jazmín, su cama esta lisa arreglada y sobre esta un VESTIDO de corte moderno y algo pretencioso para la época, pero para una mujer como Isis que ha sido tomada de un tiempo donde las mujeres vestían ropas aún más atrevidas que esas es tan natural.

Sale de la lujosa mansión rumbo a una cita, la nota que había recibido era de su hermano y a la vez no lo era, al parecer su “hermano” con tendencia retrasada a la paternidad, le había enviado a un lugar, una reunión de algunos seres nocturnos en la mansión “Tarek” ahí estarán reunidos varios “nocturnos” dispuestos a una charla de “negocios”, claro Isis sabía muy bien esos negocios de importación de textiles y perfumes lo que ayudaba era con armas ¿a quién? A quien le desee comprar, las monarquías, los grupos rebeldes, aunque siempre son aquellos burgueses inconformes.
Suspira fuertemente para evitar pasar como lo que es así engañara a los humanos y a los vampiros de la reunión, lo que la caracteriza a esa hija “Morel” es que es una actriz innata y engaña hasta al más zorro de los zorros viejos.

Cuando llegó al lugar caminó lento a la entrada con sus ojos cerrados, no deseaba ni necesitaba abrirlos, las puertas se abrieron como si supieran que ella llegaba, Isis entró aun con sus ojos cerrados, su abrigo lo dejó caer, pero no tocó el suelo las manos de un…¿mortal? Si, el aroma lo delata, camina cinco pasos deteniéndose luego con el sonido de –el Señor los espera en el salón principal, sígame- la reverencia ¿cómo ve si tiene los ojos cerrados? Para eso es una vampira y tiene sentidos muy desarrollados.
El sonido de sus zapatos de tacones se escuchan por el salón, no hay nadie, el sonido de una música y el llanto de una niña le hace dirigirse al ventanal de aquel salón para dejándose llevar por los sonidos de aquel lugar pensando la mejor manera de como atormentar a su hermano ahora gracias a lo que él le ha enviado a hacer, ser el centro de atención y ganar puntos a su favor.

por **Altair Tarek** Lun Dic 16, 2013 12:36 pm

Ekatia bien dormida estaba dentro de su cama de acomodadas mantas en las que podría estar soñando con un bello sueño. El señor de esa mansión miraba a su princesita acorde con lo que estaba vigilando. Su seguridad. Parecía estar segura en esa cama. Mando a la doncella de horas antes a que la velara mientras iba hacia el salón donde estaría “esa” persona que supuestamente había invitado él.

El no invito a nadie, el solamente no había invitado o enviado alguna invitación hacia dicha persona, pero en cuanto iba por unos soportales del patio interior, se quedó clavado en el suelo, se quedó sin aire, como si alguien le impidiera respirar sujetándole del gaznate sin que él pudiera defenderse. Ese olor, ese olor. Ese olor era el de ELLA. No había equivocación. Su puño se encerraba en su mano, gruño al notar las uñas clavarse en la piel del simple anhelo cuando olía aquel aroma que le resultaba tan familiar.

-No puede ser….-Era tan seco en sus pensamientos que solamente también lo fue en ese momento con sus palabras. Volvía a respirar lentamente con lo que finalmente pudo tener consciencia de que aún estaba a mitad de recorrer esos soportales del patio interior. Su respiración a pesar de estar muerto, era vivo, acelerado con lo que intento calmarse. Pensó en que también debería ir con cautela. Podría ser “su” aroma, pero ¿Y si lo llevaba otra persona? ¿Algún hombre celoso que se le hubiera acercado a ella antes que el mismo? Volvía a gruñir, pero finalmente puso final a su desdicha y como señor de esa mansión, decidió poner rumbo hacia el salón, rumbo hacia aquella sala en donde estaría…. ¿Ella? Tenía que ir a ver. Él la reconocería. Pero él pensaba que ella a él no. Todo era cuestión del azar. Tenía que probar.

Intentó canalizar el aroma en un solo camino o en dos, pero solamente se quedaba en uno solo. Espero un momento antes de entrar en aquella sala, lentamente abrió las puertas de par en par e inmediatamente vio a una mujer esbelta, de oscuros cabellos y…aquellos ojos estaban cerrados. Si. Aun teniéndolos cerrados, sabia de que eran de ese color gris que tanto le habían gustado observar aun…así cuando este actuaba, haciéndose pasar por otro, pero en realidad siendo el heredero de aquel desgraciado que tuvo como padre.

-Reconozco esa mirada de anhelo…Aun si tienes los ojos cerrados, tu corazón habla por sí solo….-Murmuraba alto y claro, observando a la mujer que tenía delante de ella, conteniéndose por decirle la verdad, pero le daría tiempo. Un poco de juego-….Mucho tiempo ha pasado desde la última vez que te vi…..pequeña Isis…-Murmuraba, metiendo las manos tranquilamente en ambos de sus bolsillos.

por **Isis Osweder** Lun Ene 13, 2014 6:40 pm

Juegos de palabras, palabras en juego…todo puede llevarte a la cuerda floja si no sabes que lado tirar.

No hay noches más peligrosas que las reuniones de los vampiros porque no saben que puede hacer estallar sus habilidades y sobre todo sus sed de venganza en unos y de hambre en otros, aunque para unos cuantos es difícil hacerles quebrar esa mecha de ira, son más fríos que el hielo pero son los que acaban encendiendo a todos con una mirada, una palabra o una sola expresión, aquellos son considerados maestros de la muerte y el caos, y que mejor que ser hija de uno de ellos ¿o quizás hermana de ellos?.

En familias puras, las tareas se reparten en igualdad, pero en familias disfuncionales y no puras las tareas son el doble de perfectas ya que no tienen mínimo detalle de perfección y seguimiento de reglas ante la sociedad pero sus trabajos siempre dan de que hablar porque no hay quienes cuiden los más mínimos detalles como ellos, un hijo de tierras olvidadas que parece más un lord francés, una hija italiana que parece más una Valkiria y una de medio oriente que luce más como una inglesa.

La hija arrancada de las arenas de la muerte es lo opuesto a su familia, siempre deseando estar juntos, ella se aparta pero aun así está con ellos sigue su camino de destrucción aunque no deja que la sangre de su familia despierte en ella, porque si no grandes problemas abría.

Los recuerdos, sus ojos aún permanecen cerrados, no necesita abrirlos, puede sentir lo que la rodea, incluso cuando el señor de la mansión llega, lo siente y todo su cuerpo se estremece como si lo recordará pero su aroma no le trae recuerdo alguno solo el de las arenas malditas de una noche… -Inquietante es saber que usted sabe mi nombre y más aún me conoce, pero yo no he oído su nombre, solo como lo conocen “el destructor” entonces debo asumir que si usted me conoce es porque sabe algo de mi familia o de mí que desconozca, a lo que debo preguntar ¿es hora de ponerme en guardia o vamos a jugar?- acaso traía armas esa vampira?, la verdad es que todo su cuerpo es una arma mortal, no por nada ha pasado varias centurias viviendo sola hasta que regresó su familia a estropear todo.

-Entonces señor Destructor, jugaremos a su ritmo o al mío, decida antes que lo decida yo y le arranque las palabras de formas non agradable para usted pero que me hará disfrutar a mi, y al final eso es lo que importa verdad- se recarga sobre la ventana con sus ojos cerrados, no quiere abrirlos porque tiene algo que pocos podrían entender, cansancio, pereza quizás llamada, porque no hay nada que le atraiga en las personas que no sean los humanos a los que considera como unos muñecos para jugar, pero si le ponen un juego interesante no dudará en participar y sobre todo en mostrar sus mejor habilidades.

por **Altair Tarek** Miér Ene 15, 2014 1:15 pm

-Hace mucho tiempo…hace muchos años nos…-Suspira lentamente pues no sabía si era acertado decir desde la puerta en donde estaba la verdad, todo de golpe. Pensó que tendría que allanar el terreno antes de tropezarse con obstáculos inútiles. Había crecido, pero seguía igual que la había visto, la última vez que pudo probar aquellos labios carmesí. Suspiro escuchando las que pretendían ser amenazas para su persona, pero aquellos solamente le hizo sonreír de sobre manera, acercándose a ella, tomándole del rostro lentamente para que lo mirase-….Abre tus ojos…-sonrió levemente mientras la tenia del mentón sujeta, suspiro levemente para después e insistir.

-…Venga…ábremelos…-suspira-…No vas a matar con la mirada a un hombre que ya está muerto de esperar a tenerte en sus brazos, Isis, -aquella mujer que le ha importado siempre desde el primer momento en que la vio en su palacio. Suspiro acariciando su mejilla-….Bien sé que es difícil, pero más para mí porque quiero decirte quien soy….y creo que deberías de saber que yo…-suspira-….que yo soy aquel que estuvo contigo de pequeña, cuando aún tenías pocas primaveras…-sonrió con cierta debilidad.

-Isis, Soy Altair Tarek…El verdadero príncipe de Alejandría, aquel que se hizo pasar por aquel sirviente y guardián que siempre, siempre había estado a tu lado, cada día…y por lo que me ausentaba las mañanas para poder ir contigo a jugar y enseñarte más secretos de aquel lugar que ahora son ruinas o quizás un imperio del cual desconozco ya. Mi reinado por tu amor…-suspiro-…Mi reinado por la eternidad la que me queda quisiera restarla junto a tu lado….-Acariciándole la mejilla estaba con una mano mientras le relataba cada palabra al dedillo de lo que podía recordar para entonces.

Suspira alejándose lentamente de ella, de aquella mujer que solamente podría estar negándose a verle-Ábrelos…-susurro en su oído, le desesperaba que no le viera, le acaricio lentamente con una mano la tersidad de su hombro, lentamente sin ningún tipo de prisa, él le regalaba esa caricia donde su mano después bajo hasta que la coloco en su cintura, atrayéndola hacia él-…Quizás esto pueda hacerte recordar…-Suspiro antes de besarla de aquella manera de la que le beso en Venecia, de cuando aún era humana.

Ahora sabía que su olor se había intensificado a uno más sensual, más sádico y más peligroso. Aun así de amarla ciegamente, quería ir con cuidado.

por **Isis Osweder** Jue Feb 13, 2014 3:24 am

I see this life
Like a swinging vine

Las palabras son el mejor mecanismo de la comunicación pero estas también ocultan una gran parte de la vida de las personas, con el quiénes somos, que hacemos y por qué hacemos lo que hacemos, estas preguntas jamás tendrá una sola respuesta en una sola palabra, sino que siempre, pero siempre habrán muchas palabras y cada una con un justificativo correspondiente.
El pasado siempre será eso, pasado y siempre estará ahí para recordarnos todo, las palabas nos llevan allá a recordar cada momento que hemos querido olvidar y arrancar de nuestras mentes como se arrancan las rosas en los rosales con el viento, porque no puede ser así de sencillo el olvidar el pasado.

Mis ojos se abrieron en un estados e shock, no podía creer ¡como sabe mi nombre y yo no sé el de él más que solo lo que Santhiago me dejó en los papeles! Por vez primera no sabía que hacer o que decir, si irme o quedarme para saber la verdad tras aquella figura incierta, cerré por unos segundos los ojos para tomar todo el acopio que tenía y mostrarme como la mujer que siempre me mostraba, no la ocultaba tras mi diario y mi alcoba. –Vaya que insinuaciones, cuanto atrevimiento de su parte decir que me quiere tener en sus brazos, eso no podrá ser, porque antes de que se acerque mi hermano lo matará- la sonrisa malvada que aseguraba mis palabras, pues era verdad, mi hermano me tenía como su mayor trofeo para hacer negocios así que el no podía perder lo único que le aseguraba los mejores mercados.

-Usted es el futuro aliado de mi hermano o ¿enemigo? Bueno eso depende de lo que yo le diga a él claro esta y por ahora créame que va más para enemigo por qué….- las palabras se cortaron, mis ojos se abrieron y sentí como me quedaba sin sangre (claro está que no tengo sangre permanente que corre por mi cuerpo, para eso están mis muñecos de sangre, para alimentarme, pero es solo la expresión), inmediatamente alejé mi presencia de aquel hombre con el recuerdo inundando mi cabeza, por su nombre y sus labios.

FLASHBACK
-Hija te irás a vivir con tu futuro esposo, solo por 5 años, se llama Alair el príncipe, y su esclavo que siempre lo acompaña, refiérete a él como señor, es mayor a ti-

La figura imponente de aquel sujeto junto al niño que no dejaba de ver el suelo, pero aun así le sonreí tomándome la mano, era una niña de 5 años recién cumplidos y tenía que vivir con él por 5 años para ver si la convivencia nos hacía compatibles y unidos.

Cuando fui a vivir donde ellos, me sentía extraña, cada día el niño me acompañaba a todos lados, Altair, me mostraba lugares únicos en el día pero en la noche era su esclavo aquel hombre que me daba algo de miedo me sonreía y me acariciaba las mejillas de forma extraña, el me llevaba a explorar el palacio de su señor el rey, pero aun así no me sentía cómoda y se lo dije a Altair que deseaba regresar a mi casa, aquel niño era agradable y me dijo que lo pensaría y mañana me daría su respuesta.
A la mañana siguiente me dijo que en la noche podría salir pero que nunca me olvide de su nombre porque llegada la hora el me reclamaría, pero que su rostro no era ese, no entendí y en la noche me decidí a partir, aquel hombre llego y me abrazó dándome besos en la cara, me recordó a mi nana y me hizo sonreír porque me sentí en esa parte en mi hogar.

Escapé pero antes de llegar a tierras egipcias, el Rey, Santhiago, la muerte, mi cambio.

Mi mano se levantó en el aire golpeando la mejilla de él tan fuerte como pude, es más el sonido no solo se escuchó en la sala, si no que por toda la casa podría oírse mi mano golpeando su rostro –Como te atreves a besarme, a tocarme y sobre todo a hablarme, tú que me mentiste todos estos años, tú que solo me has traido desgracias, por ti me hicieron esto, por ti, casi muero, por ti….- peligro, peligro, mi sangre estaba hirviendo y sentía la sangre de mi familia tomándome por completo, mis ojos grises cambiaron a rojo en su totalidad –De niña me engañaste, de joven igual, gracias ti la muerte me acompañó, sabes lo que tu padre casi hace conmigo y lo que tuve que morir para mis padres alejarme de ellos para vivir con alguien desconocido para mí solo porque no tenía nada ni a nadie y él me salvó de tu bastardo padre, y luego en Venecia el beso que hizo que me matara y me abandonara mi hermano para dejarme a mi suerte y todo porque no quería que tú lo hicieras, que tú le arrebatarás su mayor tesoro y trofeo- le empuje estaba furiosa como nunca antes lo había estado -tú y él son iguales, los mismos malditos vampiros que se creen dueños de todo para mentir y mover el pasado a su antojo-

Quería huir de ahí y no quedaba dudas, él sería enemigo de Santhiago y él lo sabía pues por eso me envió para fastidiarme y mover todo el pasado, con el fin de que acepte la sangre que tengo y que siempre seré.
[/i]

por **Altair Tarek** Vie Feb 14, 2014 10:33 am

-No diré que no obre mal en haberte ocultado la verdad, pero era así entonces como tenía que ocultar mis sentimientos más profundos hacia ti…-Le tomo la nuca para acercarla a casi cerca de sus labios-…-Comenzó a acariciarle con el canto de su dedo índice por encima de esa pálida mejilla-….por no hacer un escándalo de que la gente viera que un hombre con bastantes primaveras encima, deseaba poseer a una joven e inexperimentada cría que ya de por si iba a adquirir una belleza descomunal, y el olor que capte en Venecia era el mismo, entonces ya medí las consecuencias para poder robarte un beso, un beso Isis con el que poder sellar mi amor por ti…y el cual aún está vigente…-Aquellos labios seductores fueron aplacados por los propios en un ritmo lento y sensual con el que aprovecho con la mano que tenía libre para atraerla de la cintura y más debajo de las caderas para que notara la dureza de su excitación a la vez que la ponía contra la pared, continuando aquel beso hasta que finalmente este quebró los sentimientos que se estaban transmitiendo en el beso.

Se fue separando de aquel beso con lo que no le fue difícil. Cerró con la mente cada ventana, cada puerta incluidos con sus cerrojos y que solo pudieran ser abiertos por él. Quería que no le temiera, pero que si confiara en él pues él no obraba para mal. Fue a la licorera y saco dos copas y una botella de un exquisito vino, ideal para sus papilas gustativas agudizadas. Le acerco una copa y la dejo sobre la superficie del piano que era donde más cerca se encontraba Isis -….No quiero que ahora enfurezcas…-levanto las manos con la copa en mano con cuidado, pero estaba pidiendo calma-….No quiero que ahora enfurezcas, para maldecirme con la soledad otros….años de esta inmortalidad que he tenido que vivir solo…hasta que por fin te he encontrado…-murmuro con cierta pena en la voz, con ganas de volver en el tiempo y haberle dicho la verdad de que era esa persona y no un sirviente de un sirviente.

-Isis…-se fue acercando hacia ella, dejando la copa sobre la superficie de aquel piano, y cuando estuvo delante de ella, un escueto rayo de luz de luna baño la mirada grisácea de Isis, haciéndola mucho más deseable, no evito tomarla de las caderas, rodearle la cintura y con una de sus manos tomarla del mentón-….Entiendo que no vas a perdonarme a la primera….solamente con el tiempo espero de ti comprensión…-sus labios posaron un beso tierno y dulce sobre la frente de ella, otro en la mejilla y finalmente otro en la ceja para ir rozando mejilla contra mejilla, enredando la mano que seguía sujetándola alrededor de sus oscuros cabellos que se posó en la nuca y se fue a besarla, pero no llego a sus labios más que solo para susurrar un “Lo siento” Estaba arrepentido por no haberla cuidado, por no haber sido el quien la hubiera transformado y le hubiera dado una buena vida.

PD: Felíz San Valentín ♥

por **Isis Osweder** Jue Mar 13, 2014 11:17 pm

¿Qué es lo que provoca la rabia de las personas? Las mentiras? El engaño? El sufrimiento causado? O que tal las acciones realizadas por otros seres a espaldas de ellas, como si se burlara de esa persona, sí, eso es lo que crea las iras desmedidas en los seres humanos pero ¿en los vampiros? Aquello va más allá de una simple “mentirilla blanca” pues para los caminantes de la noche hay algo más sensible en sus venas hambrientas de sangre, el pasado ese es el punto que los enfurece un pasado que los ata (a algunos) a su mortalidad y muerte, quizás es por quién les causó la nueva vida o por qué, eso siempre es lo que nos hace pensar a todos del ¿para qué? ¿cuál fue el objetivo final? Y descubrir todas las verdades es lo que desencadena su furia.

Así estaba aquella mujer sus ojos no cambiaban ese rojo se iba apoderando de ella, sus uñas cual filosas garras dispuestas a arrancar el corazón de aquel que tenía delante de ella, debía calmarse, tenía que hacerlo o la sangre de mi familia explotaría terminando en una batalla campal, suspiré profundamente entre sus brazos, los recuerdos de mi niñez y su sonrisa y mirada inquisitiva me hizo sonreír, su aroma del desierto de las noches con las tormentas, su perfume de miles de noches de trabajo por su pueblo me trajo muchos recuerdos, recuerdos que pensé había olvidado, pero luego volvió a mi lo que paso en Venecia y sus labios.

Me aparte hasta el piano mirando por la ventana suspirando tratando de encontrar un punto de calma, algo que me hiciera calmar, y recordé cuando Xaziel llegó tan fría tan dura pero tan cálida por dentro, nuestra primera conversación y su apoyó cuando pelee con Santhiago, sus cuidados de mis heridas, lo que nadie había hecho antes, mi furia desapareció, el color de los ojos volvieron a su estado gris normal, tomé la copa de vino pero no la bebí simplemente percibí el aroma y volví a dejarla en su lugar, voltee el rostro al a alfombra persa del suelo –Linda alfombra, te has traído mucho de nuestras tierras al parecer, lástima que otros no puedan decir lo mismo Altair, la compresión de algo se da cuando se sabe las causas y están son bien explicadas y argumentadas, y las tuyas no están, no quiero que me toques, no quiero que me beses- la diestra se alzó nuevamente pero esta vez no le abofetee rocé los dedos en su mejilla bajando por su mentón, pegue su cuerpo al mío y solo junte sus labios a los míos en un roce, una caricia provocativa.

-Dejame ir- susurra sobre los labios de él empujándole hasta el sillón próximo haciendo que el se siente y así sentarse sobre él a horcajadas rodeándole con los brazos el cuello jugando con los dedos tras su cabello –Esto quieres, esperabas que sabiendo la verdad me lanzara a tus brazos, te besare y te pidiera que me hicieras tuya por siempre- susurre en su mentón el cual mordisquee cuidadosamente –No lo haré Altair, por una sola razón, tu me engañaste, me mentiste tanto tiempo y ahora crees que como ya no soy una niña y no verán mal la sociedad que andes conmigo como antes lo hubieran hecho yo iba a ser tuya, te equivocaste y mucho, no seré tuya ni esta noche ni otra, y te corrijo en algo, Osweder es un apellido mentira, un apellido que no existió en Santhiago, y lo sé, sé que debo ser Morel, pero no acepte y si no acepté el apellido de mi familia ¿Qué te hace creer que te aceptaré?- me levante parsimoniosamente de él caminando hasta el piano, tomé la copa y la bebí sin detenerme.

-No provoques mi furia Altair, no sé qué haría si mi sangre llegara a ese punto sin retorno, si mi sangre oculta saliera a la luz, así que no me pidas que te perdone, no me pidas que comprenda, porque tu no me comprendes, tú crees que porque eres el Jecque de tu pueblo en Persia, un gran rey puedes hacer tu voluntad, puedes hacer lo que quieras y pedir a todos, No soy una de tu harem que hacen lo que quieres y cuando quieres, ¿quieres mi comprensión? Entonces dime por qué, por qué me engañaste tanto tiempo- mis palabras no salían enojadas habían un matiz triste y melancólico un tanto nostálgico porque el recuerdo que tenía se iba borrando lentamente, prácticamente no conocía nada de lo que vi de niña, de lo que viví con aquel niño que se suponía era mi prometido y en realidad era un esclavo…

En resumen mi mundo se estaba desmoronando, lo que era, lo que soy y lo que sería…por vez primera no quería jugar, no quería cazar, no quería nada solo estaba el tapete debajo me sacudía fuertemente.

por **Altair Tarek** Jue Abr 10, 2014 1:19 pm

La actitud que tenia con él era bastante comprensible.

Había dejado su relación a manos del tiempo y la distancia, haciendo que aquella calidez que tenia ella, se convirtiera en hielo en el cual era difícil de indagar. Pero con el deseo que sentía por ella, posiblemente se derretiría al menos un poco, mostrando que él podía hacerla cambiar de opinión. Aparte tenia a Ekatia durmiendo al lado de su habitación. Pobre niña ¿Qué sabría ella del sufrimiento? Ambas eran diferentes respecto a edad pero parecía que habían pasado por casi lo mismo. Había esperado demasiado, demasiados años ¿Qué podrían ser unos días mas o unas semanas más para hacer entrar en razón a la mujer que deseaba .

-….Sé que las cosas no van a ser como antes ni que vendrás a mis brazos como ansió desde la primera vez que te vi….a las puertas de mi palacio…-Sus palabras iban para ella, su cuerpo se levantó de aquel sofá para colocarse detrás de Isis - ….He visto lunas y amaneceres pero ni sombra de tu bello rostro el cual era el único que ansiaba volver a ver…..-Suspirando fue a su cuello para besarlo lentamente, puso sus manos sobre aquellos suaves hombros y le dio la vuelta para que pudiera verla -….Mírame….-Murmuro con firmeza cuando la miraba embobado por su notoria belleza, pero él mismo no podía caer en el embrujo de ella hasta que todo pudiera suavizarse un poco, debido a que la tensión entre ambos era palpable, pero no se alejaría de su lado.

Podía escuchar como los ruidos de fondo del exterior seguían en sintonía con el viento que comenzaba a levantarse. Sentía como el frio de aquellos ojos se le metía por su cuerpo recordando como si fuera un mortal, sintiendo el frio y estremeciéndose. Aquellos labios, los volvió a degustar lentamente mientras el tacto de su mano iba lentamente acariciando el cuello ajeno -…..Muchos días te he estado buscando…y si te engañé era para que no cayeras en manos ajenas, porque estabas destinada a ser mi esposa y si te engañé era porque eras un infante que obviamente creo que estaría mal visto ¿No crees? –Dijo poniendo punto y final a la frase mientras se dirigía hacia el sofá con el resonar de los zapatos contra el mármol de suelo.

Acabo sentándose en el sofá contemplando las llamas de la chimenea. Estaba seguro que Isis se iría nuevamente de su lado y le dejaría herido nuevamente, pero no pudo más, se levantó y fue hacia ella, terminando por tomarla de su cintura para poder comenzar de nuevo a besarla, abrazándola en diagonal con brazos en espalda y caderas, la mecía lentamente solo para que pudiera seguirle, vamos, estaba loco, la deseaba como nunca había deseado a una persona.

por **Isis Osweder** Lun Abr 14, 2014 2:59 am

Correr, es la opción primaria a resguardarse de un peligro, que significa algo que pone en riesgo nuestras vidas o lo que consideramos que podría poner en riesgos nuestras existencias, así se supone que uno debe actuar ante situaciones que te dejan helada, perpleja y hasta cierto punto anonadada por el simple hecho de que todo lo que hasta ahora estaba a tu alrededor no era más que solo mentiras, un enorme castillo de mentiras que poco a poco se iba a derrumbando y entonces te preguntas ¿Qué soy? ¿Quién soy? ¿Realmente existe? Y las respuestas cada una de ellas no las encuentras porque no existen ya que en ese momento ni tú crees que existes.

En mi mente se formulaban recuerdos unos reales y otros que he creado para olvidar lo que había pasado, los que había creado se iban deshaciendo como arena entre las manos desmoronando mostrando la realidad aquella realidad que lastima y duele, aquella que te hinca haciéndote sentir vivo, en el caso de los vampiros hace que sintamos punzadas en donde habitaba nuestros corazones humanos, punzadas de memorias que te llegan como olas sin aviso ahogándote en ellas sin prestar atención a tu ahora, eres como una muñeca prácticamente.

Así me sentía como una de mis muñecas sin alma solo muerta en ese momento, no sentía ni mi voz ni mis pies era solo un cuerpo parado escuchando una voz a lo lejos, no sabía cómo despertar hasta que los labios de alguien me hizo sentir el momento, mis manos fueron a sus hombros para sostenerme mientras volvía lento, el beso si iba intensificando podía sentir su lengua buscar la mía la cual respondía a esa búsqueda, mis ojos se cerraron cuando mi diestra se enredó en los cabellos de él tirando un poco hacia atrás, lo sentía en mi interior surgiendo, aquel fuego, aquella sensación de extasis y de pronto….se fue…todo cayó en nada cuando abrí los ojos y lo ví ahí parado frente a mi, con sus manos acariciándome el rostro apartando un mechos de mi cabello, era real todo era verdad, lo empuje furiosa –NO- grite alejándome de él dejando el piano entre los dos –no quiero que me toques…solo dime, él lo sabía, él sabía de ti y por eso me mató, dime quiero saber si es verdad que él te conocía y sabía toda la verdad- las emociones estaban encontrado, rabia, tristeza, desilusión…deseo de muerte.

Cerré los ojos por unos segundos, cuando los abrí ahí esta ese brillo del que tanto había negado, el brillo de mi sangre, mi postura se puso firme, tan derecha que mi pecho se irguió, era una postura que de niña aprendía, esa pose de autoridad y de mando, una pose de una princesa y futura reina, altiva muy altiva y con un matiz de descaro estaba en mi rostro con mi mirada y la sonrisa y ahí estaba de nuevo esa sensación de “huir” pero no lo haría buscaría las respuestas de mi corazón –Por qué Altair, por qué hiciste todo esto, y no me vengas como que me amabas y esas cosas, porque si hubieses amado de verdad me hubieras dicho la verdad desde el inicio o no me hubiera sentido tan mal ahora, y por otro lado si nos hubiéramos visto otra vez hasta me hubieras echo tuya pero no- que estaba diciéndole, le mire negando –digo que hubieras buscado otro momento y manera y no así que quieres acaso…- camine hasta estar frente a él empujándolo a la pared cercana y uniendo sus labios a los míos, no mentiré al decir que de niña siempre me gustó él más que el niño con el que me casaría supuestamente, en él había algo que me atraía como si hubiera nacido para él, para ser suya pero él era un “esclavo” y yo era una niña, princesa pero niña así que no había posibilidad, lo olvide pero nunca olvidé el nombre de mi prometido que era su nombre ahora.

El beso se iba intensificando, le tomé las manos para evitar que me tocara pero al cabo de unos segundos se las solté para rodearle el cuello moviéndole y ahora dejando a mi contra la pared, su cuerpo pegado al mío para que no me dejara escapar –a cuantas has besado, a cuantas has tocado de esta manera Altair, habibe dime- bese su cuello saboreando la piel y su barba incipiente que lentamente me acercaba de nuevo a sus labios –no te perdono aun, por engañarme y ocultarme la verdad además de haberme hecho pasar por todo eso- lo aleje un poco de mí y subí el pie derecho evitando que se acerque a mi cuerpo, la punta de mi pie tocó su vientre duro y forjado en el calor de las batallas que ha de ver tenido en años atrás, la punta del zapato lo palpó dándome ganas de verle sin esa camisa, ver su cuerpo musculoso, mordí el labio inferior con fuerza cerrando los ojos para no caer en la tentación de su cuerpo –no me toques, si me tocas no podré estar enojada tanto tiempo, ni reclamarte nada, así que no me toques-

por **Altair Tarek** Jue Mayo 08, 2014 2:21 pm

El pasado traía muchas victorias y derrotas que él mismo no quería recordar y estando en aquella pose con el pie derecho de su diosa sobre su torso, no ayudaba en nada a que pudiera estar en calma por completo. Sabia de sus capacidades y de sus límites y con Isis de esa forma, no ayudaba nada –No ayudas en nada si sigues teniendo tu pie de esa manera…No me ayudas en nada si estas con el pie sobre mi polla…-Con la rudeza con la que estaba acostumbrada cuando se encontraba en confianza. Murmuro algo parecido a un gemido cuando intentaba deshacerse de aquel pie, pero lo agarro por debajo de la pierna y hacer que su misma entrepierna rozara aquel escondite que Isis al parecer aguardaba demasiado bien para sí misma-….Entiende que si sigues jugando con fuego, arderás….y yo arderé a tu lado.

Un beso arrebatador postro sobre los ajenos haciendo que el beso fuera lento y sensual, como la miel que se desliza lentamente por los labios del mas goloso, sus manos iban acariciando hombros y cuello, nuevamente la mano izquierda sujetaba el muslo interior cerca de la nalga de ese buen formado trasero -…Algunas veces hay que tomar decisiones duras en la vida, como dejar tu amor por la protección de un ser amado que en aquellos días eras tú a quien quería proteger con mi alma mortal de para entonces…-Las palabras fueron dichas con jadeos entrecortados al notar su dureza crecer bajo sus pantalones en un puro ardiente deseo de tomar a Isis como suya, tal y como siempre quiso que fuera.

¿Le pediría matrimonio entonces? No, sabía que no aceptaría por el mero hecho de lo que escuchaba de esa voz tan viperina. En el pasado, Sabía que Isis gozaba de una personalidad dulce y atrayente, que incluso era más dulce que los dátiles que gozaba comer en encuentros matutinos con su padre, pero no, no sabía que se proponía su padre con quien en realidad era su prometida en sí, pero ¿Un hombre con una niña? Primero la habrían apedreado y después para su padre, le habrían negado cada negociación mercantil y solamente lograrían quedarse con los malos ojos de la gente y los rumores hirientes a costa de ellos mismos. Solo cuando se enteró de lo que hizo su padre al volver de las guerras y de que había muerto, se sintió perdido por el peso de la corona y de no tener su sustento que era aquella hermosa niña que antaño amó pero que aún ama sin parangón.

Enseguida, sus manos rodeaban la cintura ajena permitiéndose el derecho de tocar lo que era suyo en mayoría, acabo por subirla en peso agarrándola de sus nalgas, permitiendo que la tela que cubría el cuerpo de Isis cediera para poder ver más de su pálida piel de porcelana, profundizando en un beso que formo juntándolos con los ajenos y del cual iba intensificando poco a poco, mostrado para si lo que era volver a estar con una mujer como ella -….Jamás yací ni me case con nadie cuando en realidad tuve la oportunidad….-Susurro sobre los labios ajenos en lo que arremetió contra la entrepierna de Isis- ….Pero prácticamente, pensé que el mejor vino se encuentra cuando se le ha dejado pasar varios años de crianza…-Su lengua paso lentamente por la curvatura de aquel cuello cubierto por joyas seguramente de un alto precio -..y siempre es el más caro de conseguir….o el más difícil….pese a que siempre es único en su especie….-Termino por clavar minuciosamente los colmillos en el cuello ajeno pero solamente para dejar salir un hilillo de tinte carmesí, el cual lamio y entonces sus sentidos se agudizaron aún más, lamio de nuevo para sanar el mordisco y él mismo se apartó de golpe, yaciendo sobre la cara alfombra persa boca abajo, sus colmillos gritaban por salir pero eso sería una lucha a partir de los próximos minutos hasta que pudiera volver a encontrar la calma.

por **Isis Osweder** Mar Mayo 20, 2014 5:12 pm

-….Entiende que si sigues jugando con fuego, arderás….y yo arderé a tu lado.

Fuego, fuego es lo que corre por mis venas, fuego es lo que bebo cada noche antes de salir a tomar el vitae de otros, el fuego es mi nombre y mi piel está marcada con ella, no hay lugar de mi ser que el fuego no haya tocado ya sea para cambiar o destruir, mis manos son llamaradas eternas que no cesan fácilmente hasta que no hayan consumido la pobre alma de un ser desdichado, un ser del cual no recordará nadie.

Sus labios los retiré de los míos, sus manos las tome entre las mías sosteniéndolas fuertemente con mis dedos, mi cuerpo sobre su cuerpo y el aliento inexistente sobre sus mejillas, su torso masculino bien formado sosteniendo a mi pecho delicado y fino, su aroma hacía estragos que se iban notando poco a poco, el aroma del lugar ya no era del todo hostil al contrario estaba una pasión, una lucha de pasiones y egos.

-Fuego, el fuego lo llevo bajo el vestido… ¿quieres verlo?- rio cínicamente tomando su labio inferior y tirando tan fuerte que la sangre salió entre los dos para con mi lengua tomarlo, su sabor era metálico y delicioso, tenía un poco de picante y añejo, el recuerdo de las dumas desérticas venía en mi mente, aquel calor extenuante que te hacía sudar completamente y la vez temblar en las noches frías y húmedas, húmedas como mi cuerpo que deseaba consolado por aquel vampiro que yace en el suelo , un jadeo que deja marcada una hermosa o en aquellos labios rojos, las piernas sujetadas a la cintura de él y en un movimiento estaba sobre él moviéndome lentamente muy pero muy lento sobre sus ropas, nuestras intimidades están tan galopantes que la ropa ya era molesta y casi invisible para nosotros dos.

-Arranca las joyas, arranca la tela o entonces déjame, déjame ir a mi mansión a consentirme por siglos y siglos a manos de mi nueva familia- otro jadeo y la cabalgata comienza con un ritmo agonizante para cualquier mortal, pero aún más para un inmortal cuyo tiempo pasa lento y rápido. –Altair, muchos años han pasado, más para ti que para mí, mi vida ya no es como antes…ya no soy la niña o la princesa de un poderoso jeque ahora soy la hija, hermana o esclava de un monstruo que me utiliza por la belleza y lo exótico de mi tierra para atraer a aliados y enemigos, soy el premio inalcanzable de mortales e inmortales, aquella que el tiempo y las arenas se ha olvidado- y así como caí con él hasta estar sobre su fornido cuerpo de militar y luchador de tierras, aquel hombre que heredó todo de su padre el rey, aquel hombre que tiene más mujeres en un harem que cualquier otro jeque de todas las ciudades árabes.

Y así como estábamos, mis pies me van alejando de él nuevamente a la ventana admirando aquella luna con mis ojos ambarinos ahora, la ira se ha mermado, no toda pero en algo…mis labios mordiéndolos lentamente hasta dejar un hilillo de sangre correr por el mentón, mis manos abrazándome fuertemente como si quisiera protegerme, y eso quería…protegerme de él, de él y de mí misma, de Altair y Santhiago ¿acaso el sabría la verdad? Mi mente volvía a estar con esa pregunta… ¿será que siempre supo él la verdad? ¿Sabía todo de mí y por eso me alejaba de todos?, y nuevamente ojos iracundo vuelven hacia Altair, la rabia, la ira, me acerco y estampo otra bofetada, pero esta vez más fuerte, pues deje salir la fuerza de un vampiro enojado.

-Me vale si te casaste o no, me tiene sin cuidado a quien te follaste y quien no, a quien juraste lealtad o no, no me interesa nada de eso ya, es solo parte del pasado uno que quedará enterrado mil veces más, ahora abre la maldita puerta y déjame ir o te juro que te arrepentirás eternamente- la amenaza y la confrontación de una pelea segura, pero ¿él sería el mismo Altair que conocí de niña? aquel con el que peleaba como la niña rebelde, voluntariosa, pasional, salvaje que sacaba todo lo malo de él, O sería otro hombre.

Estaba por averiguarlo si era el que me había fascinado de pequeña o solo un hombre gastado por el tiempo.

por **Altair Tarek** Sáb Jun 07, 2014 3:48 pm

De rojo se estaban tiñendo los ojos del vampiro por el ansia de sed humana, pero tenía en su mansión a una hermosa diosa de la belleza y a una niña que estaba durmiendo arropada por sabanas que no le hacían falta alguna. Altair Tarek ansiaba ser trotado por las caderas que antes habían estado sobre su ahora estimulada erección, deseaba tomar de esa mujer que estaba cerca de la ventana todo lo que le quedara, si haría falta, la secuestraria y la haría suya una y otra vez, siempre llevándola al éxtasis del orgasmo más pronunciado. Y con un movimiento en seco, se levantó para mostrar a un superviviente de muchas guerras entre reinos, la guerra estaba escrita en su frente, pero ahora era tiempo de descansar de tanta ira en brazos de aquella con quien siempre deseo estar.

Nunca había estado con una mujer excepto con Isis, nunca se había casado pues quería que ella fuera su esposa, y jamás había tenido nada parecido a un harén, lo había intentado, seamos sinceros, pero ninguna le atraía lo suficiente como para tenerla en su poder. Había ido a demasiadas fiestas y a muchos eventos que desde que se había mudado a Paris, las ofertas de matrimonio para él habían llovido sin parar, le habían regalado fincas, alguna que otra casa, pero él educadamente rechazaba tales obsequios pues ninguno venia de su Isis, de la mujer que aun amaba.

Pero ¿Le pidió que le abriera la puerta?

¡JAMAS LA DEJARÍA IR!

Había pasado demasiadas lunas desperdiciando su paciencia y estando célibe solamente para ella, jamás permitiría que se alejara de él tras haberla encontrado finalmente -….Tu jamás te iras de esta residencia…a no ser que me den…-Con aquellas palabras sus pies se pusieron en marcha hacia Isis, poniéndola contra la pared tras darle la vuelta, poniéndola de espaldas frente a la pared-….Lo que siempre he deseado…-Levanto la falda de aquel vestido tan ceñido, logrando así excitarse aún más tras acariciar la tersidad de aquella nalga, lentamente y estrujándola para su goce –Esto me pertenece….-Y enseguida sus manos fueron a los tirantes del vestido donde tiro de ellos hacia abajo, quitándoselo de su pálida piel para dejarla en ropa interior, viendo el vestido en el suelo para después fijarse en los cabellos oscuros, retirándolos con la mano derecha y así pudo acercar sus labios a aquella piel, deleitándose con la suavidad y comenzando a lamer su cuello, besándoselo a la vez que su polla bajo su pantalón se frotaba contra la línea húmeda de la braga ajena, notando como su musa iba negando de sus labios, pero el cuerpo era bien sabio y mostraba previamente todo lo que le disgustaba admitir.

-Isis…No te permitiré que te vayas…-Sus palabras eran aterciopeladas sobre el oído de su fémina – Te haré mía y entonces decidiremos el destino que nos tenga preparado el futuro….-Y con las mismas, una mano fue a meterse por delante de su pecho para tomar con la mano uno de sus senos por dentro de aquel corsé de oscura tela, comenzar a estrujarlo mientras que con la otra, hábilmente deslizo con lentitud la ropa interior de sus nalgas, observaba los glúteos pálidos y deseables, pero él le separo las piernas para después, él mismo posara la punta de su falo excitado sobre aquella piel-…..No me haré derogar más Isis, he esperado demasiado para hacerte mía y….ya te tengo donde quería…-Saco la mano de su seno para tomar la mano de Isis y apoyar ambas sobre la pared, pero algo mejor se le ocurrió.

Se fue alejando de Isis, la dejo respirar al menos por cinco segundos en los que se volvía a vestir de nuevo. Desato su corbata y nublo la vista de la vampiresa haciendo un nudo fuerte en la parte trasera de la cabeza. Termino por cogerla al hombro tal y como ella estaba, sin inmutarse de lo que pudiera vociferar. Acabo por entrar en una alcoba que no era la suya propia, tumbo ahí a Isis boca arriba con sumo cuidado y lo primero que hizo fue atarle las manos con unas hermosas cadenas de acero, una a cada lado sin darle opción a escaparse.

De la mesilla de noche que había a la izquierda de Isis, Altair tomo entre sus manos una hermosa rosa roja que destilaba un hermoso color carmín. Se bajó de Isis y ahora estaba quieto, oliendo la rosa mientras observaba el cuerpo de Isis-…Querida….siente como tu cuerpo se relaja….-Fue quitándose la camisa con lentitud, mostrando cada cicatriz de guerra que obtuvo tiempo atrás -..Como el recuerdo tan tedioso se olvida y solamente estamos tú y yo en el presente…-besando la rosa pasaba a la piel de su cuello, deleitándose antes de volver a separar sus labios de aquella piel que quería seguir besando -….pero al tenerme solo y esperándote, debo castigarte de un modo en que el fuego nos funda en uno para siempre…-Al ver que no tenía su ropa interior tras habérsela quitado antes, sonrió, delineo una sonrisa pícara sobre su rostro mientras acercaba la copa de la rosa a la pálida piel ajena, en donde el deleite de las caricias querrían hacer efecto del deseo para que quisiera hacerla suya.

Altair se impacientaba, pero tendría que aguantar mientras seguía con la rosa pasándola sobre aquel vientre plano, subiendo con lentitud por aquella pierna para después bajar nuevamente y con la misma rosa, le abrió las piernas para poder rozar los pétalos de aquella rosa a la vez que ambos labios comenzaron ya a fundirse en uno solo. Él comenzaba a deleitarse con el almizcle de aquellos labios que besaba con suma lentitud, no tenía ninguna duda de que era su amada, opto por mordisquearla lentamente por alguna de sus comisuras, volviendo a besarla con tranquilidad pero siempre y cuando con deseo que iba desatándose en su mano que portaba una rosa entre los dedos y que servía para ahora acariciar su vientre plano nuevamente, subiéndolo ahora estaba por su torso, por la curvatura de aquel sostén de encaje tejido con las manos del mismísimo Satán, por el canalillo que mostraba una deliciosa vista de sus senos abrutados y voluminosos hasta terminar por rozarle por detrás de su oreja, separo sus labios de los ajenos para que aquella rosa desperdigara su aroma por aquellos labios que volvería a besar

-….Isis, amada mía…..-susurro con una voz ronca sobre los ajenos -…En esta noche te amaré, tal como la luna ama la noche, como el siervo sirve a su amo y si por mi alma fuese, he sido inmortal desde la primera vez que te vi cuando eras un infante….-ahora la rosa fue posada a un lado del cuerpo frágil que estaba maniatado, para vista de Altair, la veía tentadoramente sensual -……Quédate conmigo…-murmuro con la congoja que precede al deseo -…Quédate a mi lado….para ver, las lunas que yacen sobre el oscuro cielo de la noche, concédeme el privilegio de protegerte con mi vida, ser tu esposo hasta que por la desdicha del destino, nos llegara a desaparecer….-Hubiera querido tomar una de sus manos, pero estaban atadas a la cama, así que en lugar de ello, tomo su rostro, acariciándolo con lentitud y por fin, le desato aquella venda que tenía en los ojos.

Aquella mirada que iba dirigida a ella, era sincera y que Alá le ayudara en su cometido.

por **Isis Osweder** Sáb Jun 14, 2014 10:26 pm

Todo el odio, ira o enojo se puede mermar
Con el roce de tus manos y el clamor de tus labios
Mi piel grita orgasmos enteros de tus ojos
Y mis manos anhelan las cadenas de tu cuerpo.

La ira se iba disipando lento conforme los segundos pasaban, conforme la cercanía del cuerpo fornido de Altair al mío, sus manos, sus dedos, sus besos sobre la piel, esa forma tan…tan…tan de él de hacerme ver que haga lo que haga no funcionaría con él porque yo era suya porque él quería, como sostenía cada parte de mi cuerpo con sus manos indicando que todo lo que él tocaba era suyo, que le pertenecía ¡si lo es! Tenía que contener la lengua morderla para no contestarle pero no pude aun cuando disfrutaba quería picarlo quería que fuera él, el hombre que me había enamorado

-Nada de esto es tuyo, nada ni la tela si quiera es tuya, menos mi trasero ni mi piel, ni mi cuerpo…todo es mioo oooo- salieron aquellas O con un jadeo pegando las caderas a las de él, él sabía cómo excitar a una mujer lo sabía bien era un experto en ello, y entonces esa idea pasó ¿a cuantas mujeres excitaron esas manos? ¡hmm no importa! El cuerpo pedía no tomar en cuenta aquellos pensamientos, es más pidió que lo relajara por completo y le dejará hacer todo lo que Altair quisiera ¿lo dejaría? Quizás, pero no tan fácil, no sería una cualquiera para él, si Altair quería una mujer sería a LA MUJER y sería yo.

La ropa poco a poco iba desapareciendo así como la visión lo que hizo que mordiera mi labio inferior ante lo inesperado, estaba ansiosa, deseosa de él, jamás lo había estado por un hombre, mentira si lo había estado por un hombre y siempre lo estoy cuando voy a cenar a un joven humano o humana, pero con Altair era diferente era aún más fuerte y poderoso y por ende peligroso, tan peligroso como el fuego y sus juegos, pero importaban porque al final ambos terminaríamos quemados, algo que ambos deseábamos

EXTASIS TOTAL

El no ver, el no saber nada y solo sentir sus manos sosteniéndome como si fuera un pedazo de carne a vender, y luego las sábanas contra la espalda, repito, el no ver, hacía todo aún más excitante, los sentidos estaban a mil incluso los colmillos se mostraban ansiosos de probar la carne y sangre de quien los había llamado a aquella cena sexual, las manos atadas peleando por salir de su yugo –Y crees que con esto me detendrás, por favor esto es algo que muchos han intentado y pocos lo han logrado por no decir casi nadie ¿crees que puedes conmigo? ja no me hagas reir que me duele la no vida, ya suéltame ahora, no me atrevas a to…tocar…Altaaair- filosa lengua viperina como las letales serpientes egipcias, arquee la espalda cuando algo suave y delicado comenzó a acariciar mi cuerpo ¡delicioso manjar es sentir aquello!, mis piernas se juntaban y mis labios se separaban soltando jadeos incoherentes entre maldiciones en mi lengua nativa, ¿Qué me pasaba? –Si este es tu castigo ya estuvo bueno, ahora suelta estas cadenas y devuélveme mi vestido, ese es mi destino el que yo he trazado sola...- el luchar solo incrementaba el lívido entre los dos, lo sabía podía sentirlo a través de la venda que me cubría la vista, eso me excitaba.

Tomo de aquellas cadenas y tiro soltando un jadeo esta vez no puedo más, ya no soy consciente de nada es más solo la nada existe en mi mente, las palabras se fueron ¿y qué? Y qué si fuera fácil para él, y qué si eso era lo que me gustaba la rudeza de él, su fornido cuerpo y su crueldad, las piernas las abro lentamente dejando expuesto mi intimidad como nunca antes cubierta por el rastro de excitación, mis pezones endurecidos sintiendo la molestia del corsé y entonces la mente se nubla con solo él dentro de los pensamientos, él en muchas posiciones y movimientos violentos, característico de los vampiros –Altair, si, si acepto castígame lo que quieras pero antes, arráncame el corsé no puedo sentir mi cuerpo libre por completo y me molesta ya, déjame sentir tus manos en todo mi cuerpo, quiero un orgasmo de tu mano y luego veremos que más sigue- no está la venda en los ojos pero aun los tengo cerrados, es más por entre los labios los colmillos han tomado el inferior dejando un hilo correr por el mentón, siento la calidez de la sangre llegando a mi cuello

Mi cuerpo me traicionaba, era mi enemigo hasta mi propio cuerpo…yo era mi propia enemiga con mis gustos y pasiones extrañas.

por **Altair Tarek** Sáb Ago 02, 2014 12:44 pm

Altair observaba con detenimiento las reacciones ajenas. Con semblante serio sigue observandola como si nunca hubiera tratado con ella. Los años que habia pasado esperandola finalmente dieron sus frutos y para bien. Ahora era estaba quitandose con lentitud la ropa que le sobraba, acerco sus manos despues al sosten que estaba ligado al corse en donde tiro con cierta brusquedad, arrancandolo del cuerpo ageno y asi observarla como Dios la trajo al mundo pero con un poco mejor de cualidades. Altair estaba consiguiendo lo que podia y lo que espero durante varios años de larga espera - por fin mia...- murmuro hacia si mismo en lugar de compartir sus deseos, llevo una mano hacia donde estaban aquellos senos que estrujo por primera vez, dandole aun mas forma, convirtiendoles un poco mas perfectos. Nadie sabe cuanto amaba Altair a Isis, su amor era inmensamente infinito. Solo deseaba que el hermano no se la llevara lejos, no queria compartirla con nadie mas que no fuera el.

Altair finalmente adopto la pose de estar sobre el cuerpo de Isis, demostrando quien era el que mandaba. Cuando nadie miraba, era cuando todo empezaba- Bien...creo que el juego va a empezar estimada compañera...-aquello fue una sonrisa, un susurro en el ojdo de Isis y el que deseaba que temblara por lo que iba a venir a continuacion. Tomo con libertad la mano de su amada Isis y la hizo que le recorriera cada parte de su torso, haciendo que el sintiera cada paete de sus cicatrices de combate, sin que ella se perdiera detalle. Por ultimo el comenzo a acercarse a ella y se coloco para ir besandole el cuello, arrastrar la punta de la lengua por cuello, clavicula y seno, haciendo que su diosa pudiera pedirle incluso mas que el placer carnal.

por **Isis Osweder** Sáb Ago 30, 2014 7:38 pm

Sus manos, su presencia, todo de él me estaba enloqueciendo al punto de enfilar los colmillos mostrando con aquel deseo de desgarrar su piel y probar su sangre quería hacerlo tomar su vitae en el momento justo de la pasión y éxtasis, lamer su piel hasta sellar la herida y volverla a provocar una y otra y otra vez hasta que alcancemos el orgasmo de sangre y pasión.

El cuerpo me volvía a traicionar, la espalda forma un enorme arco al sentir la presión de su cuerpo sobre el mío, las piernas no me respondían estaban actuando por si solas frotándose contra las piernas de él hasta que la derecha se posó en su cadera cayendo en seco sobre las sabana, esa cama no resistiría y de ello me aseguraría de que no durase mucho, las ataduras lastimaban mis muñecas, tiraba de ellas más fuerte solo para hacer notar el aroma de mi sangre todo para que él se enloquezca más, la visión completamente nublada me dejaba atónita a todo, con su respiración tan cerca de mi hacía que mi piel se pusiera más sensible de lo normal, mis pezones endurecidos le daban la bienvenida a que los palpe, los conozca y los conquiste…mi cuerpo en si lo invitaba a todo ello.

-Por fin tuya? Vaya que tu ego a aumentado con los años Altair, veo que crees que porque me tienes así soy tuya, no lo creo no soy de nadie y a la vez tengo un dueño, mi destino fue sellado por las puertas del infierno, o es que solo esto lo haces para dormir conmigo? Si es así entonces apaga la luz y vayamos a descansar querido- frotaba mi pelvis contra la suya inquieta y ansiosa pero a la vez no bajaba la guardia, era un juego, uno ene l cual sabía muy bien jugar –Es un juego verdad compañero…? Entonces puedo jugar a todo mi gusto…bien aquí van mis reglas- relamí los labios sinuosamente, todo para excitarlo más –Primero desatarme las cadenas y la venda y luego…luego veremos qué pasa si es que te dejo ganar una batalla o la guerra querido- susurro a su oído mordisqueando el lóbulo y luego pasando la lengua por aquella zona sensible entre su oído y el cuello.

Quería picarlo, que rompiera todos los límites y sea el hombre rudo que conocí en antaño…aquel hombre fuerte que no se doblegaba ante nadie aun cuando se hacía pasar por un esclavo, quería luchar con él, luchar sin ropas y con ellas…luchar entre besos y golpes.

Lo que sea con aquel fuerte militar.

por **Altair Tarek** Dom Ago 31, 2014 11:35 am

Sabía que no dependería solo de él que estuvieran ambos juntos esta noche. Lo harían y ella quizás se iría ya que le parecía un juego todo. Aquello no le pareció a Altair, parecía que solo iba a jugar con él y él la quería toda para él. Había estado esperando todo este tiempo hasta esta noche que la tenía para él. Ella seguía con sus comentarios despectivos que él mismo ocultaba bajo una risa y más esfuerzos por conquistarla, sentía que la estaba perdiendo, que estaba más ligada a su familia que a todos los años que estuvo a su lado aunque llevaba razón cuando él la había estado engañando como criado de un simple criado que se hacía pasar por él mismo – Te soltaría cuando este seguro de que vas a quedarte en mis dominios que aun poseo y por el nombre que aun recae sobre las lunas rojas del Sahara y sus ciudades hechas de piedras que hacían realzar el brillo del sol.

Altair se juntó mucho más contra el cuerpo de la vampira, lentamente su mano ya iba deslizándose por su pierna, rozándola con la yema de los dedos sin dejarse ningún trozo de piel, sin perderse cada poro que rozaba con el tacto de sus manos. La que estaba libre, iba llevándola hacia el interior de aquellos cabellos recogidos, enredándolos entre sus dedos, teniendo el control de su cabeza en su mano de guerrero, con su lengua iba lamiendo desde la clavícula ajena hasta detrás de su oreja, mordiendo el lóbulo interior y la mano que estaba sobre su muslo fue directamente a torturar uno de los senos ajenos. Tomando con los dedos índice y pulgar comenzó a torturar sus senos, los pezones que se ponían erectos contra el tacto que él le daba.

Esto podría ser el principio de algo que él nunca hubiera imaginado, podría hasta ponerla bajo rejas, ponerla en protección y que no saliera sin su permiso. Estaría encerrada en sus dominios, podría estar con él y él con ella. Los dos juntos y obviamente sin olvidar a la pequeña Ekaterina que descansaba en la habitación contigua –Ah…-murmuro jadeando tras comenzar a mover las caderas y sentir como las movía Isis contra su cuerpo, pero un dolor intenso se intensifico sobre su espalda, escociéndole por toda la espalda a causa de las cicatrices – No sé si llamarlo un juego…-Murmurando sobre su piel él ya iba hacia sus labios.

– O decirte que es el principio de que te quedes conmigo Isis….-Susurro sobre los labios de la vampiresa – He estado mucho tiempo buscándote y ahora me dices ¡Que esto es un maldito juego! –La ira que Altair sintió al instante fue inesperada que toda esencia de libido desapareció un poco del ambiente. Sus colmillos aparecieron ofreciéndose violentos, tomo sus cabellos apartándolos con la mano para que él pudiera indagar en la curva de su cuello, hincando los colmillos y así poder absorber el vitae de la vampira a la que comenzó a introducir dos dedos en su sexo conforme bebía de ella. Comenzando con el ritmo lento una y otra vez, moviendo la mano lo más que podía. Sacó sus colmillos de la curvatura de su cuello para lamer su boca con la sangre de Isis, lamio la herida, cualquier rastro de sangre de Isis para así poder tenerla aun más sometida que antes.

por **Isis Osweder** Sáb Sep 20, 2014 3:30 am

La noche como seguía iba matándome lentamente sin piedad y sin dejarme el poder defender al contrario solo estaba atándome más a aquel ser que me tenía presa, atándome a sus labios, a sus manos y su maldita presencia, a él por completo, la ira iba disipándose a medida que sus labios y palabras rozaban mi piel sensible, sus expertas manos que torturaban cada rincón de mi ser a que lo tome si piedad… ¿pero qué estaba diciendo?, no, no debía pensar así debía alejarlo e irme de ahí, darle la pelea que se merecía por engañarme y por jugar conmigo de esa forma, tenía que mostrarle que no era la niña que él conocía antaño, que ahora era diferente….Pero no podía, porque cada vez que en mi mente se arremolinaba aquellas sensaciones él las destruía con un soplido como un castillo de naipes que con el viento vuelan lejos, debía buscar algo más…

Sus manos entre mis cabellos, su cuerpo meciéndose como la marea contra él mio que lo esperaba, mis piernas a su cintura tomándole apretándole contra mí para evitarle huir, era una guerra y ambos teníamos la misión de no bajar la guardia, pero entonces la luz encontré, mis palabras habían hecho mella en su cabeza para sacar su ira, una sonrisa se cruza en mis labios –Vaya al fin muestras tu verdadero rostro- musito empujando su cadera con el talón de mis pies –Ya era hora de que entiendas que esto es un juego para mi y para…AGH- un grito, la espalda se curva completamente y las piernas se suelta del cuerpo de Altair, empiezo a moverlas desesperadamente –ALTAIR NOO AAAH- otro grito más fuerte y entonces había dejado de ser pura.

Ahí iba aquello que Santhiago siempre hacía gala contra los otros contendientes, en las manos de aquel vampiro que tenía piedad, muerdo mis labios con fuerza para no darle el gusto de gemir, no, no se lo iba a dar ni gemir ni decir palabra alguna de deseo –Eso es todo lo que sabes usar la fuerza bruta porque sabes que no podrías conmigo si estuviera suelta- jalo las cadenas de plata –y con la facilidad de la vista, no me tendrías pues no tienes nombre en ninguna de las dunas Habibe y por Ala que te quemarás en mi frio infierno- agito más esas cadenas con la espalda arqueándose –Aaah…solo sabes eso verdad, no juegas limpio, y sí seguiré diciendo…que….que es un….un….un…hmmmm- muerdo más los labios hasta sentir la sangre correr, había roto mi propio labio con los colmillos que estaban listos para atacar a Altair en su cuello –Es un juego, uno en el que crees que tienes las de ganar, pero no porque tu muñeca no te dará el placer de gemir ni nada- musito entre dientes tratando en mi mente de pensar en algo más en cualquier cosa…en Santhiago y las veces que uso el dolor para educarme.

El dolor era parte de mi vida, ya estaba acostumbrada a ello, la fuerza siempre estaba presente y para una muñeca sádica como yo, era un plato que no se puede desperdiciar.

por **Altair Tarek** Jue Oct 30, 2014 6:22 pm

Simplemente las ganas de seguir follandosela incrementaban conforme seguía dentro de ella, comenzando a mover las caderas una y otra vez, sintiendo por dentro cada fibra, cada parte de su ser junto con el de Isis, el estando dentro de ella, sintiéndola en todo su esplendor y solamente el rugido de la bestia sanguinaria intento amenazar a Isis para que dejara de lado las acusaciones, de que iba a irse probablemente y quizás de que le dijera lo mismo desde que entro por la puerta, que era solo una subordinada, que no tenía que ver con su extraña familia pero él no podía decir nada en estos momentos, solo entonces fue cuando la miro- Isis, sabes que…..Durante mucho tiempo he estado esperando tenerte a mi lado y ahora no dejare pasar esta oportunidad! –Gruño furioso de que Isis no le hiciera nada de caso cuando en realidad la estaba poniendo a salvo de su familia aunque ella no le viera así de esa manera.

Continuaba embistiéndola aunque aminoro el ritmo de estas, levantando una pierna de Isis para poder entrar más adentro de ella, fue yendo lento conforme, él le tocaba los senos sobre aquel sostén de fina seda oscura, Su mano que había acariciado su piel se fue directo a tomar posesión de su clítoris aunque este estuviera embistiéndola, termino saliendo de aquella posición para darle la vuelta a Isis, comenzar a tentar al diablo conforme le lamia el clítoris y parte de sus labios vaginales lamiendo y procurando que aquella sangre virginal entrara dentro de su paladar de un modo u otro pues de esa manera tendría preocupación por el bien estar de los hijos – Seguro que lo disfrutas…-Dijo simplemente para que no hubiera confusiones de ningún tipo – Y esto? –Metió dos dedos dentro de ella para que comenzase a dilatar.

-AAgH! ISISS! – Jadeo el nombre de Isis debido a que era la única mujer con la que podría yacer y simplemente teniendo en cuenta de que la quería para el solo. No la va a meter de prostituta sino siendo la esposa de Altair Tarek, un héroe que ayudo a muchas personas hasta que volvió.

por Contenido patrocinado

El reloj de arena se paró [Privado] +18

El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18

Re: El reloj de arena se paró [Privado] +18