AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
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Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
Que diría la gente cuando ve pasar a un animalito pequeño con una bolsa enorme de cosas por la calle corriendo sin rumbo fijo solo corre hasta alejarse de todos, bueno quizás lo que la mayor parte de las personas piensan es "pobre animalito, trabajo mucho y con cosas pesadas" otros quizás "de donde vendrá robando" y coas así y por último pues muchos no prestan atención a un pequeño animalito porque “para que andar viendo al suelo si son grandes señores”.
Pero bueno lo que viene a colación no es necesariamente porque el animalito trabaje, en este caso una hurona, sino porque dentro de ese paquete llevaba su ropa un vestido y una que otros chuches de ella como su colgante, su anillo y su daga además de sus prendas íntimas claro, si es verdad que a esa hurona no le gustaba andar de humana pero cuando estaba sola en su lugar privado con aquel lago bordeado con piedras y aquella pequeña cascada que unía el lago con aquel rio entre los bosques y aquellos rosales blancos y rojos y amarillos y no olvidemos a aquellos árboles frondosos con ramas enormes que imposibilitaba aún más la llegada, el césped húmedo siempre, para pocos es un paraíso no descubierto.
Ahí iba aquel animalito sofocado por la calor del trabajo, claro pero si es que es un trabajo duro el robar y el tener que ser ambulante por las calles parisinas en las noches frías, así que un baño como humana sin temer que alguien la vea y trata de violarla o de venderla al mercado negro venía como vacaciones soñadas.
Cuando llego miró a todos lados y sabiendo ella que no se metería como hurona, por su mayor trauma al agua donde murió su padre adoptivo, tomó la forma natural de ella, su forma humana para meterse rápidamente al agua, es verdad ese era un secreto de ella, nadie sabía que aquella muchacha se bañaba solo como humana lejos de todos, cuando me metí fui gritando entrando bien fuerte al agua
-AHÍ TE VOOOOOOOOOOOOOY JERONIMOOOOOOOOOOO-
Con un PLAS y un ZOOM caí riéndome al agua mientras me salía a tomar aire riéndome dejando que aquella agua tocara mis cabellos girando alegrándome el saber nadar como humana, aunque claro a veces también me paralizaba pero era cuando recordaba la tormenta, el mar agitado y sobre todo los truenos, por eso cada noche que llueve y hay truenos y rayos, corro bajo la cama o con alguien a dormir por el miedo que me produce y lo bueno de aquel lugar es que no era tan hondo como para ahogarse así que por eso estaba tan relajada y tan feliz.
En la orilla quedó mi vestido tendido con la ropa íntima, mi colgante y la foto de mi hermano, su anillo y su daga que ahora eran….mías y que jamás debía perder y entre cantos y danzas en el agua la vista separé de mis pertenencias por unos segundos, minutos y hasta se diría por horas…
Pero bueno lo que viene a colación no es necesariamente porque el animalito trabaje, en este caso una hurona, sino porque dentro de ese paquete llevaba su ropa un vestido y una que otros chuches de ella como su colgante, su anillo y su daga además de sus prendas íntimas claro, si es verdad que a esa hurona no le gustaba andar de humana pero cuando estaba sola en su lugar privado con aquel lago bordeado con piedras y aquella pequeña cascada que unía el lago con aquel rio entre los bosques y aquellos rosales blancos y rojos y amarillos y no olvidemos a aquellos árboles frondosos con ramas enormes que imposibilitaba aún más la llegada, el césped húmedo siempre, para pocos es un paraíso no descubierto.
Ahí iba aquel animalito sofocado por la calor del trabajo, claro pero si es que es un trabajo duro el robar y el tener que ser ambulante por las calles parisinas en las noches frías, así que un baño como humana sin temer que alguien la vea y trata de violarla o de venderla al mercado negro venía como vacaciones soñadas.
Cuando llego miró a todos lados y sabiendo ella que no se metería como hurona, por su mayor trauma al agua donde murió su padre adoptivo, tomó la forma natural de ella, su forma humana para meterse rápidamente al agua, es verdad ese era un secreto de ella, nadie sabía que aquella muchacha se bañaba solo como humana lejos de todos, cuando me metí fui gritando entrando bien fuerte al agua
-AHÍ TE VOOOOOOOOOOOOOY JERONIMOOOOOOOOOOO-
Con un PLAS y un ZOOM caí riéndome al agua mientras me salía a tomar aire riéndome dejando que aquella agua tocara mis cabellos girando alegrándome el saber nadar como humana, aunque claro a veces también me paralizaba pero era cuando recordaba la tormenta, el mar agitado y sobre todo los truenos, por eso cada noche que llueve y hay truenos y rayos, corro bajo la cama o con alguien a dormir por el miedo que me produce y lo bueno de aquel lugar es que no era tan hondo como para ahogarse así que por eso estaba tan relajada y tan feliz.
En la orilla quedó mi vestido tendido con la ropa íntima, mi colgante y la foto de mi hermano, su anillo y su daga que ahora eran….mías y que jamás debía perder y entre cantos y danzas en el agua la vista separé de mis pertenencias por unos segundos, minutos y hasta se diría por horas…
Eleonor Divella- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 218
Fecha de inscripción : 28/04/2012
Localización : Por ahí
Re: Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
Daban media noche en aquel reloj de la entrada.
Mi familia lo había custodiado durante décadas y siempre había sido mi favorito. Desde que me mudé de Italia, el reloj se había parado con las agujas en vertical, ambas marcando las doce en punto de la noche o del día. Por eso me servía de mi reloj que colgaba de uno de mis botones y estaba seguro dentro de uno de los bolsillos.
-En cualquier caso, estaba al borde de la histeria, no me salían las cuentas y tuve que hacerlo…-Decía con trascendencia al ver que no me entendían por lo que hice. Estaba quieto, sentado frente a un inspector que estaba investigando un caso y que yo mismo había sido capturado en el lugar del crimen, pero no había hecho nada erróneo, solamente había sujetado el cuerpo de una muchacha para que no pudiera morir y que la muerte se lo llevara, pero aquello no evito estar en mi contra por el doble.
-Guárdese sus argumentos que podrían haber sido muy bien ensayados con antaño, pero ha sido descubierto con las manos sujetando a un cadáver fresco y recién muerto a orillas del lago, ¿Quiere alguna prueba más? –La voz del inspector me miraba y yo le devolvía el gesto de una manera seca y neutral, yo era inocente, no podían culparme solamente por verme con un cadáver cuando intentaba salvarlo.
-No quiero ninguna ya que no tiene mucho para inculcarme la culpa de un asesinato que no he cometido –Afirme con firmeza aquella frase que le decía que no tenía las suficientes pruebas para poder echarme la culpa y de poder meterme en la cárcel. Seguramente, alguien cercano o un vecino por fin desvelo su personalidad de psicópata y lo ha matado cerca del are de mis colinas, en donde ciertamente aún están poniendo las vallas de madera que tendrían que haber estado listas para la semana pasada. Esto cada vez se volvía más incómodo, tenía que salir, a darme una vuelta aunque quizás ayudarles para que me soltaran un poco la correa y me dejaran tranquilo. Ya verás, el escema volverá a atacarme el cuero cabelludo y tendré que volver a comprar ese potingue asqueroso para el pelo. No quería, además, dejaba un olor horrible cuando el pelo está húmedo. Mejor me tranquilizaba – Tal vez el sospechoso aun ande por la laguna…-encogí los hombros dando credibilidad a esa posibilidad, seguía mirándoles y entonces vi como el anciano inspector asentía con una sonrisa que saboreaba la cercanía de la victoria.
Menos mal que me quitaron los grilletes, mis muñecas dolía un poco de la presión de estas, parecían un artilugio de castigo medieval, aunque no lo descarto. Terminando de llegar a aquel lugar, simplemente me adelante, les dije que esperasen pues si les veía, el sospechoso podría huir y ya no tendría yo mismo mi libertad de antes. Me fui paseando, entre medias me despejaba un poco la mente de lo ocurrido anteriormente. No llevaba los grilletes, comencé a echarme el pelo hacia atrás, exasperado de no ver a nadie, hasta que mis pies se toparon con unas ropas femeninas -…Vaya…-me sonroje un poco, mire alrededor y encogí los hombros al no ver a nadie en la orilla o dentro del agua.
Me resultaba extraño, pero en cuanto avance un poco más, me topé con unas dagas, un colgante… Alce una ceja mirando los objetos con cierta nostalgia o recuerdo. No sabía porque al ver esos objetos me transmitían nostalgia, como si algo lejano volviera a mí. Los sentimientos enterrados del pasado, parecían hacerme efecto de golpe, creo que me recuerda a una persona, pero quería cerciorarme de que era ella. Entre las ropas revueltas por mi torpeza, había una foto de mí, me agache a cogerla y estaba espantoso…pero aparecía con Eleonor - ¿Eleonor? …-Pregunte esperanzado, la recordaba un poco, pero… ¿Y si ella no? Bueno, creo que sí, si tenía una foto de mí. Entonces entendí que mi reloj no era un reloj cualquiera. Lo tome en mis manos tras dejar la fotografía en su sitio y me di cuenta que podía abrir el reloj por la parte trasera. Ahí estaba. La foto de Eleonor como la última vez que la vi.
Mi familia lo había custodiado durante décadas y siempre había sido mi favorito. Desde que me mudé de Italia, el reloj se había parado con las agujas en vertical, ambas marcando las doce en punto de la noche o del día. Por eso me servía de mi reloj que colgaba de uno de mis botones y estaba seguro dentro de uno de los bolsillos.
-En cualquier caso, estaba al borde de la histeria, no me salían las cuentas y tuve que hacerlo…-Decía con trascendencia al ver que no me entendían por lo que hice. Estaba quieto, sentado frente a un inspector que estaba investigando un caso y que yo mismo había sido capturado en el lugar del crimen, pero no había hecho nada erróneo, solamente había sujetado el cuerpo de una muchacha para que no pudiera morir y que la muerte se lo llevara, pero aquello no evito estar en mi contra por el doble.
-Guárdese sus argumentos que podrían haber sido muy bien ensayados con antaño, pero ha sido descubierto con las manos sujetando a un cadáver fresco y recién muerto a orillas del lago, ¿Quiere alguna prueba más? –La voz del inspector me miraba y yo le devolvía el gesto de una manera seca y neutral, yo era inocente, no podían culparme solamente por verme con un cadáver cuando intentaba salvarlo.
-No quiero ninguna ya que no tiene mucho para inculcarme la culpa de un asesinato que no he cometido –Afirme con firmeza aquella frase que le decía que no tenía las suficientes pruebas para poder echarme la culpa y de poder meterme en la cárcel. Seguramente, alguien cercano o un vecino por fin desvelo su personalidad de psicópata y lo ha matado cerca del are de mis colinas, en donde ciertamente aún están poniendo las vallas de madera que tendrían que haber estado listas para la semana pasada. Esto cada vez se volvía más incómodo, tenía que salir, a darme una vuelta aunque quizás ayudarles para que me soltaran un poco la correa y me dejaran tranquilo. Ya verás, el escema volverá a atacarme el cuero cabelludo y tendré que volver a comprar ese potingue asqueroso para el pelo. No quería, además, dejaba un olor horrible cuando el pelo está húmedo. Mejor me tranquilizaba – Tal vez el sospechoso aun ande por la laguna…-encogí los hombros dando credibilidad a esa posibilidad, seguía mirándoles y entonces vi como el anciano inspector asentía con una sonrisa que saboreaba la cercanía de la victoria.
Menos mal que me quitaron los grilletes, mis muñecas dolía un poco de la presión de estas, parecían un artilugio de castigo medieval, aunque no lo descarto. Terminando de llegar a aquel lugar, simplemente me adelante, les dije que esperasen pues si les veía, el sospechoso podría huir y ya no tendría yo mismo mi libertad de antes. Me fui paseando, entre medias me despejaba un poco la mente de lo ocurrido anteriormente. No llevaba los grilletes, comencé a echarme el pelo hacia atrás, exasperado de no ver a nadie, hasta que mis pies se toparon con unas ropas femeninas -…Vaya…-me sonroje un poco, mire alrededor y encogí los hombros al no ver a nadie en la orilla o dentro del agua.
Me resultaba extraño, pero en cuanto avance un poco más, me topé con unas dagas, un colgante… Alce una ceja mirando los objetos con cierta nostalgia o recuerdo. No sabía porque al ver esos objetos me transmitían nostalgia, como si algo lejano volviera a mí. Los sentimientos enterrados del pasado, parecían hacerme efecto de golpe, creo que me recuerda a una persona, pero quería cerciorarme de que era ella. Entre las ropas revueltas por mi torpeza, había una foto de mí, me agache a cogerla y estaba espantoso…pero aparecía con Eleonor - ¿Eleonor? …-Pregunte esperanzado, la recordaba un poco, pero… ¿Y si ella no? Bueno, creo que sí, si tenía una foto de mí. Entonces entendí que mi reloj no era un reloj cualquiera. Lo tome en mis manos tras dejar la fotografía en su sitio y me di cuenta que podía abrir el reloj por la parte trasera. Ahí estaba. La foto de Eleonor como la última vez que la vi.
Hades Brunetto- Humano Clase Alta
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
El agua estaba helada…claro eso pasa cuando te das baños en lagos que casi nadie visita el agua siempre estará helada, me quedo en la orilla tiritando de frio, y eso súmale con el viento de la noche corriendo azotando a los árboles y sus hojas , si así de frio se puede estar, mis dientes chocaban entre ellos haciendo un ruido gracioso y extraño, tanto que comencé a reírme tanto, al fin de cuentas estaba sola y nadie podría oírme y menos mirarme darme un baño del mes…¿o eso pensaba?.
Dentro de la densa noche y mientras nadaba un poco, no mucho porque me estaba congelando… ¿qué? No tengo carnes en mis huesos, soy solo pellejo y claro hay que sumar también que no como mucho como humana sino como una hurona así que es casi difícil estar más llenita, como antes estaba, antes cuando mi vida era el mar, y antes de que mi vida me arrancara a mi padre de mi lado.
Mientras flotaba por el agua y recordaba a mi padre con sus palabras de “debes cuidarte mucho huroncita, no siempre habrá gente buena por ahí y más si vives entre bucaneros como nosotros” esas palabras siempre hacían a mi corazón saltar porque él fue el padre que no tuve, un padre de verdad y no como el que trató de abusar de su hija solo porque era igual que su madre, y luego un hermano que te abandona a tu suerte en el mercado par que veas como te las arreglas, aunque mi hermano me protegió, porque sabía que no era nada quedada para mi edad…
Envuelta en mis recuerdos comencé a divagar como si fuera un sueño, mirando el cielo, quedándome en el agua helada con el viento chocar mi cuerpo como si estuviera muerta, solo viendo hacia las estrellas como si ellas me hablaran o mostraran mi pasado, y en eso a lo lejos, como si fuera un susurro escucho una voz, una voz que se me hace conocida…una voz que me llama - ¿Eleonor? …- no supe que era, no quería despertar de mi sueño, así que pensé que era que era el recuerdo de mi hermano, cerré los ojos dejando absorber por el agua conjuntamente con el frio y el sueño (hipotermia), sentía como el lago iba devorando mi cuerpo así como el cielo se devoraba mi visión en recuerdos…y volví a oír mi nombre - ¿Eleonor? …-…pensé que era la muerte a lo mejor.
-Ahm- un quejido fue lo último que dejé escapar antes de que el agua tragara por completo mi cuerpo y mis ojos se cerraran, mis brazos extendidos hacia arriba con mi cabello igual, producto de la gravedad en el agua fría…en eso mi cuerpo sintió una corriente por escuchar otra vez mi nombre de aquella voz - ¿Eleonor? …- me desperté y emergí del agua con el cabello todo en mi rostro y agua saliendo de mi boca con algo de tos, cuando disipe mi vista de mis negros cabellos vi la figura de un hombre….
UN HOMBRE…MALDICIÓN… -Oye date vuelta, deja mis cosas, deja ahí todo…vete…vete- le grité y me sumergí de nuevo en el agua, estaba sin ropa, sin armas y sobre todo expuesta como humana, quizás hasta él podría violarme y matarme, así que mejor me escondía aguantando la respiración…esa sería mi salvación ¿o no?
Grave error.
Dentro de la densa noche y mientras nadaba un poco, no mucho porque me estaba congelando… ¿qué? No tengo carnes en mis huesos, soy solo pellejo y claro hay que sumar también que no como mucho como humana sino como una hurona así que es casi difícil estar más llenita, como antes estaba, antes cuando mi vida era el mar, y antes de que mi vida me arrancara a mi padre de mi lado.
Mientras flotaba por el agua y recordaba a mi padre con sus palabras de “debes cuidarte mucho huroncita, no siempre habrá gente buena por ahí y más si vives entre bucaneros como nosotros” esas palabras siempre hacían a mi corazón saltar porque él fue el padre que no tuve, un padre de verdad y no como el que trató de abusar de su hija solo porque era igual que su madre, y luego un hermano que te abandona a tu suerte en el mercado par que veas como te las arreglas, aunque mi hermano me protegió, porque sabía que no era nada quedada para mi edad…
Envuelta en mis recuerdos comencé a divagar como si fuera un sueño, mirando el cielo, quedándome en el agua helada con el viento chocar mi cuerpo como si estuviera muerta, solo viendo hacia las estrellas como si ellas me hablaran o mostraran mi pasado, y en eso a lo lejos, como si fuera un susurro escucho una voz, una voz que se me hace conocida…una voz que me llama - ¿Eleonor? …- no supe que era, no quería despertar de mi sueño, así que pensé que era que era el recuerdo de mi hermano, cerré los ojos dejando absorber por el agua conjuntamente con el frio y el sueño (hipotermia), sentía como el lago iba devorando mi cuerpo así como el cielo se devoraba mi visión en recuerdos…y volví a oír mi nombre - ¿Eleonor? …-…pensé que era la muerte a lo mejor.
-Ahm- un quejido fue lo último que dejé escapar antes de que el agua tragara por completo mi cuerpo y mis ojos se cerraran, mis brazos extendidos hacia arriba con mi cabello igual, producto de la gravedad en el agua fría…en eso mi cuerpo sintió una corriente por escuchar otra vez mi nombre de aquella voz - ¿Eleonor? …- me desperté y emergí del agua con el cabello todo en mi rostro y agua saliendo de mi boca con algo de tos, cuando disipe mi vista de mis negros cabellos vi la figura de un hombre….
UN HOMBRE…MALDICIÓN… -Oye date vuelta, deja mis cosas, deja ahí todo…vete…vete- le grité y me sumergí de nuevo en el agua, estaba sin ropa, sin armas y sobre todo expuesta como humana, quizás hasta él podría violarme y matarme, así que mejor me escondía aguantando la respiración…esa sería mi salvación ¿o no?
Grave error.
Eleonor Divella- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 218
Fecha de inscripción : 28/04/2012
Localización : Por ahí
Re: Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
-¿ele? –Murmuro Hades al ver que estaba mirando las ropas y aquel guardapelo que era parecido al de ella. Se acercó a ella y se fue desvistiendo, quedándose solamente en ropa interior, en esos pantalones que le llegaban por la rodilla, se fue metiendo dentro de aquellas aguas que estaban congeladas para su gusto-….¡Eleonor! ¿Eres…tú? –Se quedó entre orilla y el mar que empezaba a cubrirle por encima del tobillo. Mirando a aquel cuerpo pálido, de cabellos morenos y que se escondía de su persona. Suspiro. Si, era ella.
No había duda. Se sacó el guardapelo que llevaba colgado en su cuello y se lo mostro a ella -…Ves? O…no me recuerdas? –Dijo con cierta preocupación en la voz. Tras un momento, no se dio cuenta de una cosa. Que se había metido dentro del agua casi sin ropa por su propio impulso y que podría estar asustándola. Se fue alejando entonces hasta volver a quedar en la tierra y entre la poca hierba que crecía entre los dedos de sus pies. Se quedaría ahí, quieto y suspirando por Eleonor.
Estaba aún quieto mientras miraba fijamente a Eleonor y al guardapelo para asegurarse de que era ella. Sí. Lo era –Vamos… ¿No te acuerdas? –Murmuro con cierta pena-…Digo…sé que nos separamos desde pequeños…pero este guardapelo…-lo muestra en alto para que lo viera bien -….Ten fe en mi Eleonor…-suspira-….este guardapelo demuestra…que…tú eres la que está en la foto….-Termino por colgarse el guardapelo, se metió dentro del agua en lo que no duro nada en acercarse lentamente a Eleonor, nadando como un maestro y enseguida la tenía acorralada contra un arrecife que sobresalía del agua. Puso las manos a los lados de su cintura y su torso lo pego contra el de ella y finalmente, la besó en los labios.
Había sido mucho tiempo el cual no había vuelto a verla ni siquiera el haber estado de nuevo a su lado. No era raro que ahora quisiera de ella de todo su ser - …¿recuerdas la última vez que te bese en la mejilla? Somos mayores Eleonor…recuerda a Hades, recuérdame a mí…porque parece que tus recuerdos huyen del presente al no querer ver en el pasado…-murmuro cerca de su oído antes de alejarse nuevamente mientras nadaba hacia la orilla.
Mas impulsos innecesarios, ¿Por qué los tenía con ella? Era evidente… ¿no?
No había duda. Se sacó el guardapelo que llevaba colgado en su cuello y se lo mostro a ella -…Ves? O…no me recuerdas? –Dijo con cierta preocupación en la voz. Tras un momento, no se dio cuenta de una cosa. Que se había metido dentro del agua casi sin ropa por su propio impulso y que podría estar asustándola. Se fue alejando entonces hasta volver a quedar en la tierra y entre la poca hierba que crecía entre los dedos de sus pies. Se quedaría ahí, quieto y suspirando por Eleonor.
Estaba aún quieto mientras miraba fijamente a Eleonor y al guardapelo para asegurarse de que era ella. Sí. Lo era –Vamos… ¿No te acuerdas? –Murmuro con cierta pena-…Digo…sé que nos separamos desde pequeños…pero este guardapelo…-lo muestra en alto para que lo viera bien -….Ten fe en mi Eleonor…-suspira-….este guardapelo demuestra…que…tú eres la que está en la foto….-Termino por colgarse el guardapelo, se metió dentro del agua en lo que no duro nada en acercarse lentamente a Eleonor, nadando como un maestro y enseguida la tenía acorralada contra un arrecife que sobresalía del agua. Puso las manos a los lados de su cintura y su torso lo pego contra el de ella y finalmente, la besó en los labios.
Había sido mucho tiempo el cual no había vuelto a verla ni siquiera el haber estado de nuevo a su lado. No era raro que ahora quisiera de ella de todo su ser - …¿recuerdas la última vez que te bese en la mejilla? Somos mayores Eleonor…recuerda a Hades, recuérdame a mí…porque parece que tus recuerdos huyen del presente al no querer ver en el pasado…-murmuro cerca de su oído antes de alejarse nuevamente mientras nadaba hacia la orilla.
Mas impulsos innecesarios, ¿Por qué los tenía con ella? Era evidente… ¿no?
Hades Brunetto- Humano Clase Alta
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
Rayos…miles de rayos y centellas, que puedo hacer, que podría hacer en esa situación el oxígeno me estaba faltando y tuve que emerger a tomarlo, la respiración la tenía acelerada estaba muy asustada de verdad porque cada vez que un hombre me veía en mi forma humana no lograba salir viva y en algunos de los casos con alguna herida que me impide transformarme por unos días, y ahora estaba frente a uno donde él tenía la ventaja porque no me iba a transformar ya que como hurona le temo al agua y no me resulta el nadar, en realidad no sé nadar y lo que hago es estar cerca de las orillas de los lagos sosteniendo de estas, y si me sumergía siempre era tras rocas para poder emerger luego.
Que podía hacer, salir corriendo desnuda y luego transformarme…no creo, y si él estaba armado y me lastima, sería peor así que pensé sumergiéndome demasiado en mis pensamientos lentamente hasta que de lejos escuché su voz con una palabra que me volvió al ahora…
¡Eleonor! ¿Eres…tú?
Aquel sujeto sabía mi nombre pero ¿cómo, cuándo, dónde? Por más que me esforcé en recordarlo no lo conseguía ¡uno de los marineros de mi padre…no, no tiene pinta de marino sino de un joven de alcurnia! Estaba más confundida que de costumbre es más hasta quise salir huyendo como hurona pero antes de poder hacerlo sus palabras comenzaron a confundirme, mi mente divagaba por todos mis recuerdos desde pequeña hasta de ahora adulta y no encontraba nada hasta que su nombre me hizo recordar
No lo recordaba porque solo tenía su recuerdo de niño, y el colgante que nos dimos para nunca olvidarnos, luego de que me dejó en el mercado y comencé mi vida me había alejado tanto de casa acabando en Francia con la idea de que toda mi familia había muerto, o eso había escuchado pero…no era así, él estaba vivo pero… ¿mi padre también seguiría? Quería salir y abrazarlo, aunque ya no éramos niños yo seguía pensando en él como el niño que era cuando vivíamos juntos, quería correr a sus brazos pero me quedé estoica sin saber que decir ni que hacer.
Luego de unos minutos reaccione, pero antes de salir tenía que estar cien por cien segura que era él y no otro humano que se haga pasar por mi hermano –Date vuelta primero, no quiero que me veas sin ropa- ahí lo probé a él, si era Hades diría “cuantas veces no te he visto sin ropa de niños” pero si no era correría convertida en hurona a los árboles a cubrirme.
-Qué esperas quiero vestirme y ver si eres tu mi hermano, y hacer te unas preguntas para ver si lo que dices es verdad, con tanto mentirosos y violadores sueltos no me quita de la cabeza que tu seas uno de esos que con cara bonita quiera aprovecharse de mi virginidad- ouch no debí haber dicho eso último, con eso ya le dije que era virgen y si no era él, rayos terminaría siendo violada en ese momento y quizás hasta asesinada o quizás capturada y vendida en el mercado negro tal como en mi pasado, un pasado que no estaba dispuesta a volver a recordar y menos vivir, aun cuando estos recuerdos me jueguen malas pasadas de vez en cuando.
Que podía hacer, salir corriendo desnuda y luego transformarme…no creo, y si él estaba armado y me lastima, sería peor así que pensé sumergiéndome demasiado en mis pensamientos lentamente hasta que de lejos escuché su voz con una palabra que me volvió al ahora…
¡Eleonor! ¿Eres…tú?
Aquel sujeto sabía mi nombre pero ¿cómo, cuándo, dónde? Por más que me esforcé en recordarlo no lo conseguía ¡uno de los marineros de mi padre…no, no tiene pinta de marino sino de un joven de alcurnia! Estaba más confundida que de costumbre es más hasta quise salir huyendo como hurona pero antes de poder hacerlo sus palabras comenzaron a confundirme, mi mente divagaba por todos mis recuerdos desde pequeña hasta de ahora adulta y no encontraba nada hasta que su nombre me hizo recordar
- FLASHBACK:
De niños mis padres dijeron que el era mi hermano mayor, mi madre siempre me dijo que debo tratarlo como un hermano aunque no lo sea, que no importaba la sangre sino el amor, su nombre era Hades, él fue el único (más que hermano) amigo que tuve desde que recuerdo con él jugaba y siempre dirimíamos juntos cuando había tormenta, nos bañábamos juntos y él me estaba enseñando a nadar…pero fue el también el que me dejó abandonada para salvarme de nuestro padre. Hades fue el único que me cuidó y atendió de niña, el único que me hizo superar el enterarme que por mi culpa había muerto mamá, y que la mujer que vivía con nosotros era nuestra tía que luego nos abandona. Siempre con el abandono que vivimos, la muerte que tuve que presencia de niña, el esclavismo que sufrí por parte de esa bruja que me enseñó a robar más y luego cuando me quiso de prostituta, cuando caí en manos de mi padre que me compró en el mercado negro como su mascota sin saber que era humana, y me adopto como su hija, su muerte en su barco por la tormenta y a mi sola naufragando en mar hasta llegar a Francia, desde ahí las tormentas y el agua me asustan como nadie tiene idea.
Todos esos recuerdos vinieron a mi mente cada uno como un recorrido de una película vieja y de ciencia ficción sin creer yo mismo que había vivido todo aquello
No lo recordaba porque solo tenía su recuerdo de niño, y el colgante que nos dimos para nunca olvidarnos, luego de que me dejó en el mercado y comencé mi vida me había alejado tanto de casa acabando en Francia con la idea de que toda mi familia había muerto, o eso había escuchado pero…no era así, él estaba vivo pero… ¿mi padre también seguiría? Quería salir y abrazarlo, aunque ya no éramos niños yo seguía pensando en él como el niño que era cuando vivíamos juntos, quería correr a sus brazos pero me quedé estoica sin saber que decir ni que hacer.
Luego de unos minutos reaccione, pero antes de salir tenía que estar cien por cien segura que era él y no otro humano que se haga pasar por mi hermano –Date vuelta primero, no quiero que me veas sin ropa- ahí lo probé a él, si era Hades diría “cuantas veces no te he visto sin ropa de niños” pero si no era correría convertida en hurona a los árboles a cubrirme.
-Qué esperas quiero vestirme y ver si eres tu mi hermano, y hacer te unas preguntas para ver si lo que dices es verdad, con tanto mentirosos y violadores sueltos no me quita de la cabeza que tu seas uno de esos que con cara bonita quiera aprovecharse de mi virginidad- ouch no debí haber dicho eso último, con eso ya le dije que era virgen y si no era él, rayos terminaría siendo violada en ese momento y quizás hasta asesinada o quizás capturada y vendida en el mercado negro tal como en mi pasado, un pasado que no estaba dispuesta a volver a recordar y menos vivir, aun cuando estos recuerdos me jueguen malas pasadas de vez en cuando.
Eleonor Divella- Cambiante Clase Baja
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Re: Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
Estaba en la orilla mirando en la dirección donde se encontraba ella, como un sueño. Había confirmado que Eleonor, esta Eleonor, no era un sueño; ocasiones antes creyó haberle encontrado pero todas fueron nada más que imaginaciones suya, menos ella a quien incluso beso y de quien deseaba más de esos besos. La confusión en aquellos ojos que eran los mismos que observo antes cientos de veces de niños lucían confundidos. Tomo asiento en la orilla, aguardando porque decidiera salir y recordara por fin que era Hades y que podía confiar en él.
Un viento frío le calo en los huesos, pero no dejo su posición por nada del mundo. Estaba estático en la orilla, esperando por ella. Sonrió al escuchar por fin aquella voz; si prestaba atención era capaz de notar que tenía aún algunos rasgos de la voz que fue años atrás, en el tiempo en que fue una niña, solo que ahora no había mucho de aquella niña. Eleonor ya era toda una mujer - Es una broma verdad - no importaba lo mujer que fuera, ella seguiría siendo su compañera aquella a quien tantas veces vio desnuda y con la que se bañaba, dormía y hacía muchas más cosas - Creciste pero sigues siendo la misma y no importa si te veo, ya te sentí sin ropa - le recordó de esa manera que le había besado y al hacerlo, sus cuerpos estuvieron demasiado cerca uno del otro.
- Soy tu hermano - le mostró de nueva cuenta el guardapelo - confía en mi. Ven y pregunta tanto como sea necesario pero acércate que no pienso violarte ni… - ¿qué había dicho? ¿virgen? Eleonor seguía siendo pura, ningún hombre le había tocado y eso fue algo que aunque repentino le tranquilizo. No deseaba que nadie más que él pudiera tocar aquel delicado cuerpo que le parecía perfecto - ¿te parezco una cara bonita? - le mostró una enorme sonrisa y se recargo en su mano sin dejar de mirar en dirección a ella - te digo a verdad así que ven con esta cara bonita que no piensa violarte para robar tu virginidad Eleonor, a menos claro que sea algo que me pidas.
Un viento frío le calo en los huesos, pero no dejo su posición por nada del mundo. Estaba estático en la orilla, esperando por ella. Sonrió al escuchar por fin aquella voz; si prestaba atención era capaz de notar que tenía aún algunos rasgos de la voz que fue años atrás, en el tiempo en que fue una niña, solo que ahora no había mucho de aquella niña. Eleonor ya era toda una mujer - Es una broma verdad - no importaba lo mujer que fuera, ella seguiría siendo su compañera aquella a quien tantas veces vio desnuda y con la que se bañaba, dormía y hacía muchas más cosas - Creciste pero sigues siendo la misma y no importa si te veo, ya te sentí sin ropa - le recordó de esa manera que le había besado y al hacerlo, sus cuerpos estuvieron demasiado cerca uno del otro.
- Soy tu hermano - le mostró de nueva cuenta el guardapelo - confía en mi. Ven y pregunta tanto como sea necesario pero acércate que no pienso violarte ni… - ¿qué había dicho? ¿virgen? Eleonor seguía siendo pura, ningún hombre le había tocado y eso fue algo que aunque repentino le tranquilizo. No deseaba que nadie más que él pudiera tocar aquel delicado cuerpo que le parecía perfecto - ¿te parezco una cara bonita? - le mostró una enorme sonrisa y se recargo en su mano sin dejar de mirar en dirección a ella - te digo a verdad así que ven con esta cara bonita que no piensa violarte para robar tu virginidad Eleonor, a menos claro que sea algo que me pidas.
Hades Brunetto- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
- te digo la verdad así que ven con esta cara bonita que no pienso violarte para robar tu virginidad Eleonor, a menos claro que sea algo que me pidas-
-no pienso violarte para robar tu virginidad Eleonor, a menos claro que sea algo que me pidas-
-a menos claro que sea algo que me pidas-
QUÉEEEE -tic en el ojo derecho-
-no pienso violarte para robar tu virginidad Eleonor, a menos claro que sea algo que me pidas-
-a menos claro que sea algo que me pidas-
QUÉEEEE -tic en el ojo derecho-
Puede en la vida existir algo más vergonzoso que estar desnuda y de paso ser como un platillo servido sobre una mesa con cientos, que digo cientos, miles de miradas sobre tus ojos y la tembladera de tu cuerpo como si desearan que te equivocaras y resbalaras delante de ellos para que se rían y tú roja como un tomate de la vergüenza, eso es lo peor, o quizás puede ser estar sin ropa bañándote y de pronto llega alguien que dice que es tu hermano supuesto muerto que no murió y que te besó y luego se burla de ti, ambas situaciones van a la par.
Le miraba desde lejos, aun no se fiaba por completo, algunas veces en las calles y en la misma casa de la esperanza donde dormía (de vez en cuando), había escuchado a algunas chicas de ahí “no hay que fiarse en la palabra de los hombres, todos quieren lo mismo llevarte a la cama y luego se olvidan de ti” siempre veía jóvenes dulces y bonitas llorando por ahí porque algún infeliz las había ilusionado y luego puff cuento acabado con la realidad terrorífica, se veían solas y sobre todo quedaban como unas facilotas de lo último, no señor, eso no era para mí, fruncí el ceño acercándome a la orilla con los ojos en los de él buscando…¿qué buscaba? ¿un ápice de maldad? ¿un brillo de recuerdo? Entre suspiros recordé algo que viví en la infancia con Hades cuando nos bañábamos juntos, me reí sonrojándome –Esta bien si es verdad que nos hemos bañado juntos como dices que lo hacía contigo, que dudo porque no te pareces a Hades, él era feo y torpe y muy feo, feostosky y gordotosky- me reí moviendo la cabeza era una broma, salí con vergüenza cubriendo mi cuerpo escuálido hasta mi vestido sin secarme nada ni el cabello me lo puse lo más rápido que pude luego recogí el cabello en una coleta y lo exprimí, al menos así no me enfermaría.
-Si eres Hades ¿por qué estás aquí? Digo, que paso en casa, yo, yo pensé que habías muerto o que estabas ya casado o terminarías loco como nuestro padre cuando…- me puse nerviosa porque recordar el pasado, ese pasado de mi infancia me ponía mal, mucho peor cuando estaba con aquella bruja maldita, y luego en el mercado negro de animales como tráfico de pieles y por fin mi libertad con mi padre nuevo que murió o eso creo yo en el mar, tomé asiento junto a él tomando mis piernas con mis brazos hundiendo la cara entre estas suspirando profundamente, hasta que sus últimas palabras fueron lo que hicieron sonrojar –Sabia que no debía haberte dicho eso, y no, no eres una cara bonita, eres feo, horrible ya sé porque sigues soltero- una carcajada salió de mi garganta para ocultar la tristeza que sentía por todo lo que venía a la mente –Oye oye en tus sueños costeño, ni que fueras el último hombre en la faz de la tierra y nos tocará repoblarla, eso es algo que morirá conmigo para siempre, además para eso tendrías que cogerme y soy muy escurridiza tantos años y hasta ahora nadie me a atrapado- me señale con el pulgar de la zurda y con pose de orgullo por mantener la promesa a mi padre de “seguir siempre pura, hasta la muerte” siempre pensé que se refería a eso, pero como a los hombres no se les entiende nada porque no sabes lo que quieren decir, pues pretendí tomarlo de ese punto –Ah por cierto aun no te creo que seas Hades, porque el colgantito no dice nada, lo pudiste comprar en Londres, pero veamos- mordí mi lengua un poco para pensar en una pregunta que solo él y yo sabíamos -¿Cuándo me iba a dormir contigo de pequeños?- esa pregunta era más que fácil, porque era siempre y más cuando llovía y había truenos y rayos me dormía abrazada a él muy fuerte para no sentirme sola. [/b][/color]
Eleonor Divella- Cambiante Clase Baja
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Localización : Por ahí
Re: Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
Una risa salió de sus labios. Tantas cosas habían cambiado en aquellos tiempo que fueron incapaces de verse el uno al otro, pero aún así podía reconocer en ella la misma Eleonor de antes. No sabía él nada de lo que le había tocado vivir desde que se separaran pero ahora existía mucho tiempo por delante para ponerse al corriente sobre la vida del otro, quería saberlo todo de ella. Sus aventuras y desventuras y por supuesto, Hades le contaría las suyas por más ridículas y carentes de sentido que pudieran parecerle a ella - No iba a quedarme feo por siempre, ni gordo. Además de que la Eleonor que yo recuerdo tampoco era tan bonita como lo eres tu, pero sigues teniendo la misma mirada de antes y eso me hace sentirme seguro sobre ti - le siguió con la mirada y aquella sonrisa de burla en los labios por la manera en que salía de las aguas y se escabullía hasta quedar cerca del vestido que de unos cuantos movimientos ya tenia ella en el cuerpo - eso ha sido demasiado rápido, de hecho, debiste hacer secado al menos un poco tu cuerpo - señalo entonces parte de la cintura y hacia arriba del cuerpo, porque la humedad provocaba que el contorno de ciertas partes resaltara mucho más agraves de las ropas - de no querer que te viera debiste ser más cuidadosa - suspiro mirando de nuevo a las aguas - en fin tampoco es como que exista mucho que ver - dijo para después reír y mirarle de reojo.
- Estoy aquí porque… me he metido en un apuro Ele, pero eso es lo de menos ahora que gracias a esos apuros he podido encontrarme contigo - le miro atontado por su presencia, de cerca era mucho más bonita de lo que recordaba y un suspiro salió de sus labios al recordar el pasado - bueno, no tiene sentido que nos enfoquemos en cosas que ya pasaron porque… no me gusta hablar mucho del pasado - el pasado incluía la desaparición de Ele de su vida y ahora que estaban cerca nuevamente, no quería pensar en eso. Hades se había planteado lo de casarse antes, pero por uno u otro motivo nunca llegaba a completarse dichas uniones - Sigo soltero porque al igual que nadie te ha podido atrapar a ti, a mi tampoco me han echado la soga al cuello. Ninguna mujer ha sido capaz de atarme a sus faldas y dudo mucho que eso llegue a pasar algún día - le miro con una sonrisa socarrona - yo que tu me cuidaba porque de seguro que alguien te tiene la vista puesta y en una de esas te atrapa y hace que te cases con él - la idea le molesto tanto que hasta le provoco celos pero no iba a decírselo a ella, al menos no por ahora.
- Así que no me crees mujer de poca fé, entonces veamos que es lo que tienes para cerciorarte de que soy el único Hades que conoces - enarco la ceja a modo de reto - anda, dispara - se quedo aguardando a que preguntara lo que le hiciera sentir más cómoda al respecto de la relación de ambos y ya que la pregunta fue echa, podía oler la victoria en el aire - Es bastante sencillo,siempre has sido una miedosa de lo peor y te aterraban los truenos, entonces si por la noche comenzaba una lluvia corrías hasta mi espantada y me apretabas tan fuerte que algunas veces creía que moriría asfixiado por tu abrazo - le sonrió después de haber dicho eso - aunque la verdad, es que a mi también me tranquilizaba el que estuvieses a mi lado mientras pasaba la lluvia - miro de nuevo a las aguas - ¿ahora me crees? - era probable que ella planeara hacerme muchas más preguntas, pero estaba dispuesto a responder a todas hasta que quedara convencida de que era realmente Hades.
- Estoy aquí porque… me he metido en un apuro Ele, pero eso es lo de menos ahora que gracias a esos apuros he podido encontrarme contigo - le miro atontado por su presencia, de cerca era mucho más bonita de lo que recordaba y un suspiro salió de sus labios al recordar el pasado - bueno, no tiene sentido que nos enfoquemos en cosas que ya pasaron porque… no me gusta hablar mucho del pasado - el pasado incluía la desaparición de Ele de su vida y ahora que estaban cerca nuevamente, no quería pensar en eso. Hades se había planteado lo de casarse antes, pero por uno u otro motivo nunca llegaba a completarse dichas uniones - Sigo soltero porque al igual que nadie te ha podido atrapar a ti, a mi tampoco me han echado la soga al cuello. Ninguna mujer ha sido capaz de atarme a sus faldas y dudo mucho que eso llegue a pasar algún día - le miro con una sonrisa socarrona - yo que tu me cuidaba porque de seguro que alguien te tiene la vista puesta y en una de esas te atrapa y hace que te cases con él - la idea le molesto tanto que hasta le provoco celos pero no iba a decírselo a ella, al menos no por ahora.
- Así que no me crees mujer de poca fé, entonces veamos que es lo que tienes para cerciorarte de que soy el único Hades que conoces - enarco la ceja a modo de reto - anda, dispara - se quedo aguardando a que preguntara lo que le hiciera sentir más cómoda al respecto de la relación de ambos y ya que la pregunta fue echa, podía oler la victoria en el aire - Es bastante sencillo,siempre has sido una miedosa de lo peor y te aterraban los truenos, entonces si por la noche comenzaba una lluvia corrías hasta mi espantada y me apretabas tan fuerte que algunas veces creía que moriría asfixiado por tu abrazo - le sonrió después de haber dicho eso - aunque la verdad, es que a mi también me tranquilizaba el que estuvieses a mi lado mientras pasaba la lluvia - miro de nuevo a las aguas - ¿ahora me crees? - era probable que ella planeara hacerme muchas más preguntas, pero estaba dispuesto a responder a todas hasta que quedara convencida de que era realmente Hades.
Hades Brunetto- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 18/10/2013
Re: Intrusiones inesperadas ¿que podrían causar? ||Privado
El agua escurriendo por todo el cuerpo hasta los pies creando un charco de agua de lago donde los dedos de mis pies van jugueteando haciendo ruido y sintiendo más el alivio del agua como humana, es natural aquello pues soy grande, algo más de cuerpo (la verdad solo huesos y pellejos) pero al menos más grande que cuando soy hurona y con brazos y piernas largas para poder nadar, no obstante que siendo de hurona no puedo por los corto de las extremidades y el pelaje, además de que así pase mi tiempo en alta mar hasta que la tormenta me quitó a mi padre y a amigos de viaje.
Miré a aquel hombrecito que decía ser Hades…y espera unos segunditos, él era…no, no era…es Hades solo él sabía de cuando dormíamos juntos y como me ponía de niña cada vez que había esos truenos horribles que desgarraban el cielo y mi alma…mis ojos se abrieron de par en par como platos enormes, aun no lo podía creer, era él, estaba vivo, mi mente comenzó a divagar por callejones inmenso de preguntas sin respuestas y respuestas sin preguntas era todo un caos mi cabeza y sabía que debía responderle o preguntarle o hacer algo, pero no podía estaba estoica ahí parada sin creerlo aun los que mis ojitos estaban viendo.
¿Qué podía hacer? Correr y abrazarlo con piernas y brazos por todo el cuerpo del él como si fuera una lapa a su cuerpo, no lo pensé, mis pies mojados corrieron, un salto y mis piernas estaban alrededor de su cintura, mis brazos alrededor de su cuello como si quisiera tomar su vida asfixiándolo, pero no quería matarlo solo que era una forma de demostrar el cariño y amor que sentía por mi querido hermanito.
-Que yo sepa siempre fui bonita, la más bonita de todas-junto sus labios con los míos en un beso inocente de hermanos –Además Hades era muy gordo no podía caminar sin cansarse, y le daba miedo nadar- trato de sostenerme de él para no caer pero luego me bajo decidiendo mejor estar en el suelo dándole la espalda fingiendo que sus palabras me han molestado… -eres un pervertido deja de ver mi cuerpo, además mi padre…- deje que el silencio llegara unos momentos porque recordé a dos personas que habían sido lo malo y lo bueno en mi vida, pero que diría en ese momento, a quien de los dos iba a decir… -Mi segundo padre me dijo que para el matrimonio no había sido destinada porque nadie comprendería lo que soy y fácilmente me volvería esposa trofeo como una cacería y eso sería lo último que él quería ver, a su pequeña pirata convertida en una aburrida vieja sin aventuras- comienzo a reírme porque vinieron a mi mente muchos recuerdos de mi padre al saber lo que era y como hablaba conmigo y los marinos le veían como un loco.
Gire mirándole de lado con las manos en las caderas en forma de jarra, en una pose de pirata valiente, solo que era pirata mojada –Oye si no te han tirado el lazo del matrimonio o eres rarito o serás sacerdote en cuyo caso me vendría bien, ya tendría lugar fijo donde asaltar y ayudar a la casa de acogida- la risa llego tan fuerte que me senté en el suelo, mejor dicho me acosté en el frio pasto que rodeaba aquella laguna donde iba a tomar mis baños de relajamiento y desestres del cuerpo peluo de un hurón, solo que ahora no paraba de reírme como una loca.
Pero en eso mi curiosidad pudo más, curiosidad por saber de mi querido y adorado hermanito Hades…que fue de él, de nuestro padre y demás hermanos…que paso con ellos? Esa era la primera pregunta que rondó en mi cabecita descuidada, miré hacia el cielo, las estrellas estaban brillantes pero no había luna, no había rastro de ella en el cielo nocturno, entre un suspiro profundo me atreví a hacer la pregunta del temor… -Hades que paso con él, que ocurrió…que fue de tu vida en todo este tiempo… ¿qué o quién eres en realidad ahora?- mi ceño se frunció un poquito como si no lo reconociera.
Pero era verdad no lo reconocía, atrás había quedado el joven flaco y desganado de mi hermano, aquellos niños pobres pero felices ahora había mucha tristeza y dolor en su corazón y estaba más recatado que yo… ¿Cuáles habrían sido sus aventuras? ¿Serán tan distintas a las mías y con mejor suerte? Ese era mi pecado…la curiosidad mató a la hurona.
“Todo en mi vida era perder”
Miré a aquel hombrecito que decía ser Hades…y espera unos segunditos, él era…no, no era…es Hades solo él sabía de cuando dormíamos juntos y como me ponía de niña cada vez que había esos truenos horribles que desgarraban el cielo y mi alma…mis ojos se abrieron de par en par como platos enormes, aun no lo podía creer, era él, estaba vivo, mi mente comenzó a divagar por callejones inmenso de preguntas sin respuestas y respuestas sin preguntas era todo un caos mi cabeza y sabía que debía responderle o preguntarle o hacer algo, pero no podía estaba estoica ahí parada sin creerlo aun los que mis ojitos estaban viendo.
¿Qué podía hacer? Correr y abrazarlo con piernas y brazos por todo el cuerpo del él como si fuera una lapa a su cuerpo, no lo pensé, mis pies mojados corrieron, un salto y mis piernas estaban alrededor de su cintura, mis brazos alrededor de su cuello como si quisiera tomar su vida asfixiándolo, pero no quería matarlo solo que era una forma de demostrar el cariño y amor que sentía por mi querido hermanito.
-Que yo sepa siempre fui bonita, la más bonita de todas-junto sus labios con los míos en un beso inocente de hermanos –Además Hades era muy gordo no podía caminar sin cansarse, y le daba miedo nadar- trato de sostenerme de él para no caer pero luego me bajo decidiendo mejor estar en el suelo dándole la espalda fingiendo que sus palabras me han molestado… -eres un pervertido deja de ver mi cuerpo, además mi padre…- deje que el silencio llegara unos momentos porque recordé a dos personas que habían sido lo malo y lo bueno en mi vida, pero que diría en ese momento, a quien de los dos iba a decir… -Mi segundo padre me dijo que para el matrimonio no había sido destinada porque nadie comprendería lo que soy y fácilmente me volvería esposa trofeo como una cacería y eso sería lo último que él quería ver, a su pequeña pirata convertida en una aburrida vieja sin aventuras- comienzo a reírme porque vinieron a mi mente muchos recuerdos de mi padre al saber lo que era y como hablaba conmigo y los marinos le veían como un loco.
Gire mirándole de lado con las manos en las caderas en forma de jarra, en una pose de pirata valiente, solo que era pirata mojada –Oye si no te han tirado el lazo del matrimonio o eres rarito o serás sacerdote en cuyo caso me vendría bien, ya tendría lugar fijo donde asaltar y ayudar a la casa de acogida- la risa llego tan fuerte que me senté en el suelo, mejor dicho me acosté en el frio pasto que rodeaba aquella laguna donde iba a tomar mis baños de relajamiento y desestres del cuerpo peluo de un hurón, solo que ahora no paraba de reírme como una loca.
Pero en eso mi curiosidad pudo más, curiosidad por saber de mi querido y adorado hermanito Hades…que fue de él, de nuestro padre y demás hermanos…que paso con ellos? Esa era la primera pregunta que rondó en mi cabecita descuidada, miré hacia el cielo, las estrellas estaban brillantes pero no había luna, no había rastro de ella en el cielo nocturno, entre un suspiro profundo me atreví a hacer la pregunta del temor… -Hades que paso con él, que ocurrió…que fue de tu vida en todo este tiempo… ¿qué o quién eres en realidad ahora?- mi ceño se frunció un poquito como si no lo reconociera.
Pero era verdad no lo reconocía, atrás había quedado el joven flaco y desganado de mi hermano, aquellos niños pobres pero felices ahora había mucha tristeza y dolor en su corazón y estaba más recatado que yo… ¿Cuáles habrían sido sus aventuras? ¿Serán tan distintas a las mías y con mejor suerte? Ese era mi pecado…la curiosidad mató a la hurona.
Eleonor Divella- Cambiante Clase Baja
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