Sorpresas inesperadas (Privado)

por **Helios Pirandello** Sáb Nov 17, 2012 3:40 pm

En el mercado había muchas cosas por ver. Aquella tarde estaba abarrotado, hasta tal punto que a veces tenías que hacerte paso entre la gente para poder ver alguna cosa en algún puesto en concreto.
Caminaba por allí solo, incluso mi caballo se había quedado dormido a las puertas de mi alojamiento, aunque era probable que aquella noche fuera a cabalgar un poco. Pero a aquellas horas lo que tenía que hacer era comprar un poco de comida, un pequeño capricho y algunas hierbas que me servirían para hacer pociones. Para cuando las hiciera, por supuesto, pues no las hacía a menudo. Usaba más otro ámbito de la magia como el de los hechizos. O el de la premonición.
Finalmente me dirigí a un puesto dónde vendían dulces. Una especie de pastelería ambulante en la que vendían un montón de pastelitos que tenían una pinta sencillamente deliciosa. Me dirigí ipso facto hacia allí, observando con cierta hambre los pastelitos que allí había.
Un caprico, ¿por qué no? Compré unos tres y me comí uno por el camino mientras iba hacia otra de las tiendas que necesitaba. Compré algo de la comida que necesitaba, y otras cosas más que no había comprado aún. A veces se me olvidaba...acostumbrarse a hacer algunas cosas sin criados requiere su tiempo. Me dirigí hacia un puesto en el que vendían hierbas y allí estuve mirándolas un rato, pero no sabía cuál escoger. Me quedé mirándolas durante un buen rato, pensativo.

por Invitado Vie Nov 23, 2012 3:03 pm

Entre las noches de ocio me molestaba que siempre me tocara ir a la ciudad de compras con Adrien, y más aquella noche algo sobre una reunión de no se quien o para no sé que y pues la villa tenía que tener la suficiente comida de todo gusto y sabor y olor porque nunca se sabe que es lo que la madre fortuna te puede traer

Así que a salir y lo peor es que Adrien siempre me llevaba a pie y hacía lo mismo que Spike hacía en las mañanas enseñarme a rastrear para cuando me pierda no ande estraviada y pare en algún orfanato o pues me pillen los cazadores aunque en cualquier caso sabría como llevármelas entre aquellos, ya sean mordiendo o pateando saldría muy limpia de cualquier situación.

Caminamos por todo el mercado, iba con mis manitos tocando todo, me gustaba hacerlo porque eso enfadaba a las personas y a mi me ponía contenta verlos enojados y gritándome para luego con un pequeño gesto de la mano se enfaden tanto que me corretean…era un juego…hasta que me dejó en la panadería esperando fuera hasta que el saliera con la condición de que me compraría un delicioso dulce si le prometía que no me metía en líos…lo juré cruzando mis deditos tras mi espalda… y con ese “trato” me quedé viendo por la vitrina hasta que un hombre paso y ni siquiera me saludo, puse mis manitos como jarras enarcando una ceja. -Pero este que se ha creído- Le vi salir con unos bocaditos deliciosos así que fui tras puesto ambulante y me convertí en cachorra de lobo siberiano (siendo cachorrita de perro sería más fácil conseguir molestar) salí corriendo tras él pero asegurando que él no me viera hasta que

BAM

Le vi parado en aquella tienda y haciendo sigilo (agachada, de pancita arrastrándome por el suelo hasta la funda de sus pies) pude tomar el premio, lamí sus dos panes completamente quitándole el dulce y luego me puse lejos para mirar que hacía aquel sujeto.

por **Helios Pirandello** Sáb Nov 24, 2012 2:33 pm

¿Quién iba a imaginarse que iba a llevarme una sorpresa en aquel momento? Porque, admitámoslo, aquello no me lo esperaba, no, señor, para nada. Las sorpresas estaban a la orden del día, pero aquella...estaba distraído, muy pero que muy distraído después de comprar lo que acababa de comprar y de quedarme mirando las hierbas. Incluso estaba a punto de escoger algunas, aunque la mayoría de ellas estaban medio marchitas. Pero entonces, en un momento determinado...alguien me quitó los dulces. Los pastelitos. Al principio no me di cuenta de ello, pero entonces noté algo extraño en la pequeña funda dónde los tenía, y giré la cabeza para ver qué era aquello tan curioso que me había dado aquella sorpresa.
Pero antes de verlo vi que me habían desaparecido los dulces. Solté una pequeña exclamación y miré a mi alrededor. ¿Quién me los habría robado?
Y entonces vi un pequeño cachorrito que me miraba fijamente entre aquella gente. Era aquel animalito el que me había cogido los dulces. El pequeño ladrón parecía que estuviera esperando algo, y yo no pude evitar mirarle durante varios segundos, quizás un minuto, antes de reaccionar.
-¿Has sido tú, pequeño ladronzuelo?-menudo cachorrito. Era tan adorable que te entraban ganas de darle más dulces y todo. Al fin y al cabo, era un cachorrito.
Me acerqué un poco, agachándome.
-¡Vamos, ven, perrito, que no te voy a hacer nada!-¿qué hacía un cachorrito perdido por aquellos lugares? A saber lo que le habría pasado, aunque no parecía demasiado delgado como otros. Pues si hablamos de criaturas abandonadas, en París había un montón, casi más que en otros lugares, incluso aquel del que yo mismo procedía.

por Invitado Mar Nov 27, 2012 7:09 pm

-¡Vamos, ven, perrito, que no te voy a hacer nada!-

Miré al joven y comencé a reírme… ¡que él no me haría daño!...bueno podría ser, pero quizás yo si le podría hacer daño, o bueno no daño pero si le haría de las mías al menos le haría una que otra trevesurilla…aliste mis patas listas para atacar, incline hacia el suelo mi cuerpo y carita mostrando los colmillos y ZAS…me lancé sobre él empujándole haciéndole caer llevando mi cara a la ajena para con mi lengua comenzar a lamer lentamente su piel dejando mis babas sobre él me boté de una y tome su funda con mi hocico saliendo corriendo del lugar…

La gente miraba y gritaba “Ladrón…perro ladrón…atrápenlo…cácenlo…” las mujeres alzaban sus faldas y los hombre me lanzaban frutas o piedras pero como uno es chiquita se puede escurrir entre todos y bajo los puestos y las mismas faldas de las mujeres que una se mete pude salir hasta estar más tranquila…bueno digamos más tranquila aunque la verdad estaba agitada de tanto correr, pero aquel jardín de aquella casa me serviría de refugio al menos hasta regresar con Adrien y volver a la villa

-Fiuuuu de la que me libré…- pasé mi patita por mi rostro limpiándome le sudor de mi pelaje abriendo la funda con las patas y metiendo el rostro e esta para con los dientes sacar uno de los dulces –bueno en vez de dejar que se desperdicie…vamos a darle diente- me senté y froté mis patitas contra sí tomando el dulce entre estas luego para abrir mi hociquito y luego si ÑAM el primer bocado…que delicia el dulce, el pan…ooh manjar de los dioses…. –que delicia- susurré mientras mis ojos se brillaban y se abrían como platos al sentir aquel dulce en mi paladar…

Si el dulce a un niño lo pone hiperactivo pero que se puede hacer si es demasiado delicioso…y más si es gratis y luego nadie se entera.

por **Helios Pirandello** Sáb Dic 15, 2012 3:35 pm

El perrito vino. Por supuesto que vino. ¿Cómo no iba a venir? Pero claro, no iba a venir como un perrito bueno y obediente. En vez de eso decidió, al parecer, que sería muy divertido lanzarse contra mi persona y llenarme de babas y de lametones, lo cual, admitámoslo, me hizo bastante gracia, porque es que además era bastante divertido. Así que me eché a reír, como si me estuviera haciendo cosquillas. Incluso cuando cogió su funda y se la llevó corriendo como alma que lleva al diablo algo que me sorprendía. Pero luego claro, tuve que ir tras él. Había algo más aparte de comida en aquella funda, no podía perderla. Corrí y corrí, aunque no era muy fácil seguir la pista al perro, era tan pequeñajo que a veces lo veías y otras no, podía meterse con facilidad entre la gente, pero en algún que otro momento una sombra pequeña aparecía saliendo de alguna parte. Era una persecución un poco extraña pero en cierto modo era divertida:
-¡Eh, pequeñajo, vuelve aquí!-exclamaba. La gente comenzaba a lanzar piedras y otras cosas, y una me llegó a dar en el tobillo, lo que casi me hizo caerme al suelo. Y una fruta estuvo a punto de alcanzarme, y de hecho me alcanzó en el pie, dejándomelo manchado de tomate. ¿A quién le tiraban cosas, al perro o a mí? Cogí con unos impresionantes reflejos una de la frutas que lanzaban y la lancé a la gente gritando:
-¡Tengan más cuidado por favor!-exclamé mientras seguía al perrito, sin fijarme en que le había dado a un caballero de clase alta todo arreglado para ir a una fiesta de etiqueta. La fruta que era una mandarina, le dejo las ropas hechas un desastre. Me dirigió una mirada furibunda mientras se pasaba las manos por la ropa para quitarse las manchas. Y le seguí hasta que se escondió en una casa ajena. O quizás fuera su casa quién sabe. Pero yo me colé de todos modos y busqué al perro. Y allí estaba en el jardín zampándose la comida. Le miré durante un rato y al cabo de poco decidí que no pasaba nada porque se zampara la comida, no por algo parecía bastante hambriento el pequeño ladronzuelo, pero de todos modos tenía que recuperar las pocas hierbas que llevaba en la funda así que me agaché junto a él y le pasé un dedo por el hociquillo con cuidado, pensando que quizás me mordería o no, y mientras buscaba si tenía por ahí las pequeñas hierbas que tenía la funda.

por Invitado Jue Ene 03, 2013 3:35 pm

Entre el viento del jardín que azuzaba las pequeñas hojas del pasto verde que me picaban la cola y las patas sintiéndome una campeona de peso pesado…bueno de peso ligero y de cuatro patas, pues ninguno de los humanos me habían dado ni a pelo con las frutas ni las cosas que me lanzaban…lo bueno de ser cachorrita así que ahora tocaba hacerse del botinsote…

ÑAM ÑAM ÑAM

-rico rico…esta fruta esta jugosa y lo mejor de todo que es gratis- alzo la fruta con mi patita derecha en señal de triunfo y victoria por ganar semejante botinsote….mientras que con mi otra patita frotaba mi panza satisfecha esperando terminame toda la bolsa de comida y de…PUAJ…hiervas…guacala un repelús sentí al ver ese montón de cosas…tanto que saque mi lengua para limpiarme pero antes de darme cuenta…un corriente picó mi espina vertebral canina…un dedo y unos ojos saltones o mejor dicho unos ojos sonrientes…bueno si, los ojos sonríen pero son estos el espejo del alma y pues al parecer el alma del joven sonreía, si era el joven al que le quite la bolsa de comida y de hiervas…

Tome la manzana y el pedazo de pan y lo oculte tras de mí y me senté mirándolo con unos ojotes enormes como de arrepentida empujando con mi patita derecha la bolsa hasta donde el estaba…haciendo un pucherito de niña dulce y atormentada…quizás me perdonaba la vida o quizás me llevaba a la cárcel…bueno siempre se tiene un plan b bajo la manga…digo bajo la pata….le devolví todo y me iba dando pasos hacia atrás empujando con las patas traseras el pedazo de pan y la manzana…como si no hubiera hecho nada mirando sus ojos para que en la mínima señal de ataque saldría corriendo o mejor dicho mis garras estaría en su rostro…

-Tranquilo chiquito no hagas nada tonto…eh, ahí están tus frutas y tus hierbitas…aunque aquí entre nos no sé para que las quieres saben feo….uigh guacala…que feo gustos tienes entonces…- reí…aunque sabía que le no me entendería sino que solo escucharía ladridos…aun así me gustaba jugar con los humanos y hacer una que otra travesura incluso pelearme como ellos, no era una niña pequeña ya tenía mi edad pero mi cuerpo tenía la de una pequeña de 8 y cuando me transformaba era aún más pequeña todo cachorrita…lo que me daba la ventaja de la sorpresa para todos los humanos incrédulos en los cambiaformas…

por **Helios Pirandello** Dom Mar 24, 2013 12:15 pm

Vaya, vaya...la verdad es que no me arrepentía para nada de haberale dejado lo que le había dejado. No, porque parecía bastante hambriento el pobre perrito. Se parecía a los que yo llevaba a casa cuando era pequeño. Y también a aquellos que no me dejaban tener. Claro que había algunos que no me dejaban tener y que yo escondía de todos modos, lo que hacía más interesante el asunto. Pero había otros que no lograba esconder, otros que finalmente terminaban fatal. Bueno, algunos sí y otros no.
Esos recuerdos me ensombrecieron el rostro durante un rato. Mientras observaba cómo iba de un lado para otro, porque no me perdía ninguno de sus movimientos, vigilándole por si se le ocurría robar alguna que otra cosa más(mejor no fiarse, aunque de todos modos también le andaba vigilando porque me parecía gracioso, en cierto modo) meneé la cabeza de un lado para otro.
No quería rememorar malos recuerdos así de repente, el pasado era algoa que había dejado atrás hacía mucho tiempo, era hora de andar mirand al futuro, de formarse una vida lejos de casa, dónde había estado a punto de ver encasquitado el futuro por algo que sabía de sobras que no valía la pnea. Y entonces pensé de nuevo que había hecho bien al marcharme de casa, al huir de todo aquello. Claro que todavía me preocupaba mi hermano y mi hermana pequeña, pero él todavía estaba de viaje. Quizás pudiera ponerme en contacto con él de un momento a otro.
Claro que por ahora eso no sería posible...
El perrito me miró de nuevo y yo le miré también, ladeando la cabeza en un gesto bastante cómico. Empujó la manzana y las hierbas cómo si en vez de comérselas fuera a jugar con ellas, en un gesto bastante curioso, luego parecía que no le gustaban algunas de las hierbas. Claro que no. ¿Cómo pensaba que le podrían gustar? A los perros no les gustan esas cosas, no tienen la suerte que tienen los humanos de poder hacer cosas con ellas, cómo las que hacemos los brujos, o fumárselas, cosas que provocan algo parecido a un hechizo, al menos a veces. Luego se puso a ladrar, cómo si estuviera intentando decirme algo.
-Ahora a ver qué opinas de ésto...-susurré mientras sacaba otra cosa que tenía en el bolsillo. Una pequeña pelotita que brillaba. Mucho. La luz que procedía de ella, bueno, era una luz artificial conjurada que no hacía nada, sólo brillaba, y brillaba. La rodé delante del perrito, a ver qué opinaba. Y de paso me pregunté si el perrito tendría dueño. Y si lo tenía, dónde estaría. Seguí mirando al cachorrito con curiosidad.

por Invitado Miér Mayo 08, 2013 11:10 pm

Qué asco las hierbas, nunca me gustaron de hecho jamás me llamaron la atención aun cuando estaba como humana pues ver como las quemaban algunos en la villa y como las usaban pues no era mucho de mi curiosidad solo las flores y esas clases de plantas pero las que usaban para los ritos ¡no gracias, yo paso! Y eso eran aquellas hierbas, lo sabía por el sabor y aroma lo que me hizo estornudar, me volvía alérgica a ellas pues no me gustaban, cuando me limpie la carita y escupí el sabor de aquellas cosas verdes el reflejo de algo me hipnotizó, algo esférico….una pelota, aquello me dejó hipnotizada.

Si si, era humana pero…hey tengo más el sentido animal cuando me transformo y a los cachorros nos encanta bastante el juego con pelotitas y que mejor que eso que te ayude a fortalecer tus patitas y dientes además de que ayuda con la velocidad…así que más que juego es una especie de ejercicio…

Miré aquella esferita y no necesitó el joven decir “en guardia” yo ya estaba en esa posición con mis patitas hacia adelante y mi cuerpo a medio agachar y mis ojos en el objetivo…mi colita se movía de lado a lado y mi cuerpo se movía como hacia adelante y atrás luego…solo para calcular cuánto de fuerza debía utilizar….hasta que me lancé contra él y la pelotita calló, mis patitas delanteras la tocaron y comencé a olfatearlo para saber de él y tener su aroma guardado…en cuestión de segundos con mi patita derecha golpee a la pelotita y la mande cerca del joven y me puse a saltar como loca, pues me gustó el juego…estaba feliz porque al menos alguien iba a jugar conmigo.

Bueno bueno no es que no tuviera con quien jugar, sino que la mayoría de la gente en la villa estaba muy ocupada y no jugaban conmigo y pues o jugaba sola o les molestaba siendo cachorra de lobo, así que encontrar a alguien que se tome el tiempo de jugar con uno era un enoooooooorme privilegio y como ya lo había encontrado no le diría mi secreto al contrario me lo guardaría y me haría pasar como cachorra para que siempre jugara conmigo….ese era el plan, así que le miré a los ojos con ojitos de corderito para que me lanzara la pelota y así jugar los dos, la menos hasta la hora de partir a la villa.

-Seremos amigos verdad- le miré y eso le transmitía con mi mirada…sabía que era más que obvio que él no me entendería ni una sola palabra pero al menos con la mirada sería más que suficiente o al menos eso pensaba…

por **Helios Pirandello** Mar Jun 18, 2013 1:30 pm

En aquel momento me sentía bastante feliz. No pude evitar reír un poco al ver lo que aquel perrito hacía con la pelota. ¿Por qué algunos cachorros tenían que ser tan adorables? Y en aquel momentos no pude evitar preguntarme si por casualidad habría sido abandonado o algo peor. Sería muy triste si así hubiera sido, pero más común de lo normal, al fin y al cabo eso era algo que sucedía todos los días...no por algo se solía encontrar abandonados y demás criaturas por las callejuelas más oscuras de París, al igual que en otras ciudades perdidas del mundo. En todas, absolutamente todas.

Y entonces me lanzó aquella miradita. No era muy difícil saber lo que quería decir, sólo había que verle la carita. Asentí con la cabeza. Claro que seremos amigos. No podría ser otra cosa, por supuesto que no. Y lo cierto es que eso me hacía feliz. Me sentí tentado de convocar una de mis bolas luminosas, cómo aquella pelota, para entretenerlo, pero no sería muy sensato hacerlo en un momento cómo aquel. Al fin y al cabo, siempre podía verlo alguien que no debía. Aunque uno ande libre por París y no en casa ha de andar con cuidado. Eso era lo único que no me gustaba de ésta escapada. Ah, y el hecho de que un par de viejos amigos míos parecían estar metidos en algo más oscuro de lo que esperaba. Lo demás...era estupendo.

-¡Claro que sí!-le acaricié la cabeza con suavidad al perrito. Aish, si es que era adorable, podía pensarlo una y otra vez. Entonces se escucharon ruidos procedentes del interior de la casa en la que se encontraban. Si nos encontraban allí me acusarían de ladrón. Debíamos salir de allí cuanto antes.-Y creo que deberías venir conmigo...vamos, te llevaré a un sitio bonito dónde-no podía quedarme con el perrito, pero podía dejarlo en un sitio mejor dónde no tuviera que robar comida. ¿Qué dónde estaba ese sitio? Ahora lo sabréis...es más, yo me levantaba e iba a ver si me seguía, pero entonces alguien nos lanzó una tarta desde la ventana de la casa.

-LADRONES, LADRONES, HAY LADRONES EN CASA.

por Invitado Miér Jun 19, 2013 7:43 pm

Aquel joven me parecía muy agradable, es más creo que era el único que no se asustaría de saber que no era una cachorra así no más sino una humana…o como por ahí dijo alguien una “shifter” algo extraño debo aceptar, pero si para mi fue raro al comienzo aceptar que era extraña, de hecho, ya ni recordaba la primera vez que me transforme y de hecho ni recordaba como fui a parar a Londres ni Paris, ya se me había olvidado aquellos detalles.

Bueno pero eso no importa, recordar el pasado doloroso no es lo más importante y lo que debe estar en lo top de la lista, al contrario lo primero deben ser los amigos y bueno bueno, no es que sea la mujer más sociable porque la verdad que no lo era, pero al menos como una cachorra y niña debía tenerlo, eso si cuidando de mi secreto mayor, el ser una mujer y no una chiquilla.

Asentí a las palabras del joven mientras tratábamos de salir de esa casa al menos me libraría de tener que aprender a rastrear, como lo odio eso de rastrear y todo, prefiero hacer otras cosas más…llamativas, claro…pero hoy quería simplemente jugar y olvidarme de todo y todos…cuando ya nos disponíamos a salir un grito que me exalto… -ladrones donde donde…-miré por todos lados hasta que ZAS un pastelazo a la cara… -hey tu vieja no lances eso…- ladraba y ladraba

GUARF GUARF

Sabía que el humano no entendería así que comencé en el suelo a ladrar y gruñir ante aquella persona mientras aquella bruja lanzaba de todo y gritaba como histérica –calmate vieja, no somos ladrones, bueno él no, yo si pero no robaré porque esta él- mis ladridos se intensificaron mientras ella más gritaba, si no era un perro grande sino un cachorro pero no importa el tamaño sino el ruido que se haga y era muy buena para hacer ruido…
Mordisquee el pantalón del joven y tironee de él –vámonos o te encarcelaran a ti y a mi me mandarán a la perrera y mi padre luego me dará de hostias-…mi costumbre de hablar aunque no entiendan mis ladridos y gruñidos, pero sabía que con acciones todos comprenderían., pues al final eso es lo que importa…¿verdad?.

por **Helios Pirandello** Jue Jun 27, 2013 1:26 pm

Aquello era bastante gracioso, si la situación no fuera tan alarmante. Alguien lanzando cosas, y aquel cachorrillo volviéndose loco y ladrando y ladrando. Y tironeándome de la pierna para que saliéramos de allí. Me entraron ganas de hacer algo aún más malo. Un pequeño susto quizás...le limpié al perrito un poco del pastel que le habían lanzado a la cara, pero no todo, no fuera a ser que quisiera lamer un poco. Luego cogí otro de los pasteles antes de que me diera...bueno, un poco sí que me manchó, y lo lancé hacia la casa.

Cogí al cachorro y lo saqué de allí, salimos corriendo de la casa aunque se seguían oyendo los gritos endemoniados de aquella vieja lanzando cosas. Dejé al cachorro en el suelo y me eché a reír. Si hubiera sido un niño y mi padre lo hubiera visto probablemente me hubiera sacado de allí cogiéndome por las orejas...o dándome una torta, que solía ser lo más común, para qué lo vamos a negar. Pero también podría haber sucedido algo peor...mucho peor.

-Creo que hemos...-no me dio tiempo a decir lo que iba a decir. Uno de los pasteles había sido lanzado a tal velocidad que me había acertado...en la nuca. Grité y me lo quité, tratando de no pringarme demasiado las manos...-Bonito desastre...

por Invitado Vie Sep 06, 2013 9:37 pm

Si mi padre me viera, me tomaría de la cola y me tiraría a su espalda para palmearme, aunque bueno mi padre nunca me ha dado nalgadas aunque si me riñe siempre, lo que me hace sentir súper mal, porque bueno, cuando tu padre te riñe te hace más pequeño de lo que eres y hace ver que todo lo que has hecho de travesura tiene consecuencias graves lo que hace que le vaya muy mal para él.
Y quién diría que daría la razón a mi padre, sí, porque si alguien se enterara que el cachorro de lobo había hecho eso, buscarían al lobo al que le pertenece y le haría pagar por ello, lo que haría que la villa hablara de mi padre y como me está educando, bueno él me educa bien, pero vamos que una cosas es ser educada y otra es ser bien portada, entre risas recordaba las veces en que me había armado de valor y se lo había dicho a mi padre cuando me reñía, sonreí para mis adentros y decidí olvidar aquello, y solo me dejé cargar.

Es verdad, casi NUNCA dejo que NADIE me cargue, por el hecho de que implica de que soy una “mascota” cosa que no lo soy, pero el que te carguen te hace sentir así, quizás es porque no me gusta que me corte la libertad, ya muchas veces me la cortaron de más pequeña

-Oye deberías dejar de cargarme no vaya a ser que nos caigam….-- ni termino la frase cuando siento que el muchacho se va hacia adelante –que demonios-- grito y me giro a ver, el joven había recibido un pastelazo en la nuca –bonito adorno el de tu cabeza-- me río aunque la verdad solo ladro, a estas alturas deberé hacer algo para llegar a su casa o a la mía…oh bingo, lo tengo, ya sé que hacer –aaahm- -un bostezo y chirrido de sueñito hago, era falso, era todo un teatro lo que me hace acurrucarme en sus brazos como sollozando por un lugar calientito –a ver si con “esto el muchachito va a su casa y ahí me transformo, no me gusta mucho ir de animal” pienso mientras le miro con ojos grandes como si fura a lloriquear cual niña pequeña, no espera era una mujer en el cuerpo de una niña comportándose como una niña y una mujer a la vez, así que si puedo hacerlo y disfrutarlo. Solo había que esperar

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