• Alimentacion 1800

La alimentación de la época, tenía mucha relación con la clase social que se pertenecía en ese periodo. En 1800 la facilidad acceder buenos alimentos era solamente para la clase alta, los pobres, tenían una vida ardua, en donde su alimentación se basaba en los productos que se concebían en el territorio cercano, mientras, por otro lado, en la mesa de la Corte era el lugar en donde se podría encontrar la mayor variedad de productos, que provenían de otros lugares del reino y hasta de ultramar.

¿Cómo se trasportaba el alimento? Los barcos era su principal vía de trasporte, los cuales llegaban a los puertos del país, adentrándose en el reino con la ayuda de caballos y mulas, a través de senderos y caminos, subiendo montes y recorriendo las distintas hondonadas a lomos de los animales, este servicio ayudaba al abastecimiento de carne y pescado al territorio.

La dieta diaria de la clase baja,  se caracterizaba por ser monótona, siendo sus principales alimentos, los productos habituales de la zona, lo cual provocaba la repetición de algunos alimentos en todas las comidas.

Lo más relevante entre los alimentos era El pan. Esta provisión era diferente, dependía de la clase social a la que se pertenecía. Si eras de clase baja, el producto seria de un color oscuro; debido a que se elaboraba con distintos cereales, si ser el trigo lo que estuviera a su alcance. La proporción del tamaño, también variaba, su tamaños siempre era grande, porque no se podían dar el lujo de estar horneando a diario. Por otro lado el pan de los aristócratas era un pan de color blanco, hecho con harina de trigo refinada; muy similar a la actual. Se encontraban en piezas pequeñas, pues podían hornear con mayor frecuencia.

Otro alimento importante era el Queso, los mejores quesos procedían  principalmente de Asturias y Burgos, aunque se llegaba a consumir otros tipos de queso que provenían de Flandes, Francia, Holanda y Parma. Destacaban las variedades de Cheshire (queso denso y quebradizo), uno de los más populares del mercado, el roquefort y el gruyer (un queso suave de leche de vaca) que aportaban una variedad a la dieta diaria.

En el tema de las bebidas, el vino era el más popular, consumido por todos; clase alta y baja.  España en esta época era el mayor productor y exportador de vino, a tal punto, que sus barcos mercantes estaban llenos de barricadas de vino, que partían al nuevo mundo, como para también países como Francia, Hamburgo, Venecia y Suecia.

Otra bebida muy demandada era el aguardiente, que se obtenía por destilación del vino principalmente, y en el que destacaban  zonas productoras como  la Rioja, Galicia, y el llamado aguardiente “de Holanda” o el de caña de azúcar de la Habana (ron).

El pescado era un alimento importante para la dieta de la gente de aquella época, por suerte la iglesia había impulsado su consumo especialmente para los días de vigilias y cuaresmas, por tal caso, no obstante, era difícil la distribución de producto fresco en esta época, a causa del rápido deterioro. Una forma para que llegara a las mesas era habiéndose conservado en sal (salazones), escabechado (aliñado en vinagre) o cecial (seco y curado al aire).

Había cierta variedad de pescado para consumir, tales como sardina, el pulpo de Galicia, la melva, las doradas, las anchoas, el abadejo y atún.
Desde fuera de Europa llegaba a los puertos, el salmón proveniente de Estados Unidos, los arenques de Suecia y la anguila de Cerdeña.

El pescado mas consumido por toda la población era el bacalao, proveniente de Inglaterra, Noruega o Estados Unidos, era una especie popular y garantizaba el consumo de la mayoría de las personas, presentándose en los mercados en distintas calidades (de primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, refuto)

Las carnes de corral como la gallina y las carnes de caza menor (liebres y aves) eran las más consumidas, continuando con las de cerdo y derivados cárnicos, siendo muy preciado el chorizo de Extremadura, la cecina y los salchichones de Italia.

En 1800, la patata, traída de América con los conquistadores españoles, a pesar de no estar implantado su cultivo en toda la península, estaba cada vez más introducida en la cocina española de la época, llegando a convertirse en el siglo XIX en un producto básico para la dieta de la población europea (y eso a pesar de que en sus primeros tiempos fue rechazada y considerada una comida para los animales y de pobres).

El chocolate ya era un producto muy conocido y popular en estos tiempos, bebida para las lecturas o reuniones de la alta sociedad, que simbolizaba un estatus social, además de componer un alimento nutritivo en los desayunos y meriendas de la época.

Durante todo el siglo XVIII, la cocina de cualquier alta clase social europea se caracterizaba por acercarse a su origen (dinástico) francés e italiano. Y de esta manera en 1800, entre nobles y ricos el tener un buen cocinero o cocinera que supiese hacer platos “a la francesa” o “a la italiana”, se consideraba un signo de alta posición social.

La época victoriana vio el desarrollo de los ferrocarriles que significaban que la producción de comida fuera de temporada podría transportarse fácilmente a otros lugares. Esto significaba nuevos platos e ingredientes, particularmente entre las personas adineradas. Los ingredientes más importantes usados en la comida vitoriana fueron carne de res, cerdo, pollo, tocino, huevos, pan, patatas, queso, leche, vegetales de estación, harina, azúcar, jamones y té.

Desayuno
Los hígados muy condimentados fueron un clásico plato de desayuno inglés victoriano, aunque sus sabores fuertes y picantes significaron que ya pasó de moda. Son hígados de cordero, pimienta de Cayena, los hígados se sirven sobre una tostada. Otras comidas de desayuno populares fueron el tocino, las tortas de pescado, los huevos con curry, las tortillas, las magdalenas y las tostadas con mermelada. También se servía té.

Almuerzo
El almuerzo normalmente sería una comida más pequeña que la de la cena, con carne y pescado como opciones principales, particularmente animales cazados, varios tipos de aves, emparedados de jamón y ostras, cangrejo y salmón para las personas más adineradas. Las escuelas no proveían almuerzos en la época victoriana, y por eso los niños llevaban emparedados de queso y escabeche, lacón u otra carne fría, huevos pasados por agua y pan de jengibre.

La hora del té
La tradición del té de la tarde fue introducida en el siglo 17 pero se volvió popular en las clases superiores en la época victoriana. Normalmente se servían una tetera con un té recién hecho con bollos, crema de leche y emparedados de pepino rebanados finamente sin los bordes entre las 4 y las 5 de la tarde. Los bizcochos, los pasteles, las tortas y los arrollados con manteca o conservas también se ofrecían.

Cena
Las cenas para las clases más altas consistían en varios platos, que a menudo incluían ostras, sopa, un plato de pescado, un plato de carne, ensalada y postre. Las carnes eran asadas y acompañadas por dos guarniciones de vegetales. Los encurtidos y las jaleas también eran típicos. Comúnmente se comía cerdo, carne de res, pavo y pollo. Los postres consistían en fruta o tortas de bizcochuelo y fruta preservada. Las clases más bajas tenían que contentarse con solo carne y patatas o vegetales.

Escrito por Linda Harris | Traducido por Florencia Sobel