Taylor De Winter

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Aquella joven que en un principio fuera de naturaleza confiada y llena de luz ahora es alguien que ha aprendido que no se puede vivir en una burbuja. De carácter más bien tenaz y un tanto sarcástico, Taylor es una mujer independiente que confía más que todo solo en ella misma. Al haberle sido arrebatado el ser al que amaba su corazón se partió en miles de fragmentos pero eso, de acuerdo a su convicción, le ha hecho más fuerte. Se considera una mujer realista pero al no desahogar sus sentimientos con los demás vuelca los mismos en sus obras de arte, cada una de sus pinturas revela un nuevo sentimiento, desde lo más sombrío hasta lo más conmovedor. De sus esculturas se conoce menos pues ella no suele exponer demasiadas a menos que esté convencida de haber volcado todo lo que podía en su realización por lo que estas son aún más codiciadas por los coleccionistas. Su naturaleza es bastante efervescente, pudiendo permanecer callada si algo le molesta tanto como para no desahogarse con palabras y encerrarse entre cuatro paredes o podría explotar en ese preciso momento siendo su reacción demasiado volátil. Son pocos los que verdaderamente la conocen y para la mayoría la joven artista resulta un intrigante enigma lo cual aumenta su fama pues irónicamente eso le hace más interesante ante los ojos de los seguidores de sus obras de arte.

HISTORIA

Nació en el seno de una familia de clase alta, su padre siempre fue un hombre bastante sencillo, de carácter tranquilo y algo distraído que se interesaba un poco más en los libros que en los acontecimientos que se daban a su alrededor. Su madre por el contrario era una mujer pragmática y de ojo crítico, dura para medir el alcance del valor de cada persona de acuerdo con su nivel social, especialmente a la hora de buscar candidatos apropiados y dignos para contraer matrimonio con cada una de sus hijas. Taylor fue la segunda de cinco hermanas. Quizás fue precisamente el hecho de estar rodeado únicamente de féminas lo que desconcertaba y abstraía al padre de Taylor por lo que sus hijas en ocasiones le encontrasen algo distante, al menos del mundo de ellas, en el cual un consejo masculino hubiese resultado más apropiado y objetivo que el tener una madre que les llenase la cabeza de ideas bastante descabelladas acerca de el tipo de pretendiente que deberían tener y lo que se tomaba como un matrimonio bien. Así las hermanas menores desarrollaron una tendencia mayor a fantasear que a mantener los pies sobre la tierra, aunque Taylor no solía prestar demasiada atención a las ideas de su madre y solía confiar más en la sensatez de su hermana mayor en quien solía buscar consejo, razón por la cual las dos hermanas mayores eran mucho más unidas entre sí que con el resto y por lo que Taylor resultase al final para su madre la menos favorita de todas sus hijas.

Desde muy joven Taylor desarrolló un profundo interés e inclinación por el arte en todo tipo de expresión y forma por lo que no era extraño que ocupase su tiempo dibujando o esculpiendo en un cuarto-taller que su padre mandó a hacer para ella al percatarse de la inclinación de su hija, quien, aunque él no lo dijera, resultaba ser su favorita pues era con la única con quien podía sentarse a conversar ocasionalmente sin que le acribillase ella como lo hacían sus hijas menores con ideas acerca de cuando sería el próximo baile, o de lo apuesto que era este o aquel capitán del ejército.

A medida que fue creciendo Taylor se convirtió en la mayor crítica de su propio trabajo. Se encontraba insatisfecha con sus pinturas y sus esculturas considerando que no eran lo suficientemente buenas y que de seguir por ese camino jamás alcanzaría llegar ni tan siquiera a los pies de los grandes artistas. Frustrada, estuvo apunto de dejarlo todo a un lado. Coincidió con esa época el que su padre anunciase que dejaban Inglaterra para establecerse en Francia pues sus abuelos paternos habían fallecido y habiéndose ellos establecido en ese país desde hace mucho tiempo habían heredado a su padre su fortuna, por lo que pronto vendieron la que fuera siempre su casa. Recibió el resto de la familia la noticia con perplejidad y bastante desagrado ¿cómo podían abandonar su país? Las hermanas menores se sentían desoladas, a la mayor se le veía muy pensativa, pero para Taylor resultó algo incomparable y sus ojos brillaban al imaginarse todos los museos y galerías que podría visitar y ver por primera vez con sus propios ojos, para ella no había experiencia similar.

Una vez establecidos en su nuevo hogar (al cual tanto madre como hermanas se aclimataron con rapidez al descubrir lo suntuosa que resultaba su nueva mansión y que los oficiales del ejercito francés también se encontraban localizados muy cerca) Taylor se dedicó a visitar todos los famosos sitios de la capital francesa y regresó a su taller encerrándose en él mucho mayor tiempo que antes decidida a igualar las obras que había visto y que le habían servido de gran inspiración. Fue su padre quien le presentó al profesor de Arte Brouillard quien pronto descubrió un innato talento en Taylor el cual explotaba con fuertes críticas que deprimían en ocasiones a la joven y otras le hacían estallar de frustración, pero su profesor le indicaba que ella se estaba conteniendo y que si no se arriesgaba en lo que hacía jamás produciría más que resultados mediocres.

La joven creyó odiar a su profesor pero una tarde mientras caminaba en la plaza Tertre, al verle acompañado de una mujer muy hermosa, descubrió a ese monstruo de ojos verdes que le reveló cuales eran sus verdaderos sentimientos, corrió a su casa y se encerró en su habitación negándose a hablar con nadie. Pasadas algunas semanas su profesor llegó a la puerta de su mansión preguntando por la joven y mientras caminaban por los jardines Taylor le confesó sus sentimientos, por un momento ella creyó descubrir en el rostro masculino que él le correspondía de igual forma pero las palabras que escuchó de sus labios le indicaron que ella debía olvidarse de aquello que acababa de decir pues él jamás podría corresponderle.

Sin poder creer lo que acababa de escuchar Taylor dejó de ver a François Brouillard durante un par de semanas hasta que una noche sin poder soportarlo más fue a buscarlo. Al encontrar la puerta de su hogar sin cerrojo entró y le buscó por todos lados hasta dar con el sótano adonde descendió para encontrarse con que él se encontraba allí pero lo que vió le dejó sin aliento. Fuertes cadenas alrededor de muñecas y tobillos mantenían a François encadenado a la pared y cuando ella quiso liberarle él le advirtió que no lo hiciera y le gritó que se marchara, pero era demasiado tarde, en esa noche de luna llena la joven fue testigo de la transformación de el hombre que amaba frente a sus propios ojos, imagen que le persiguió en sus sueños en las siguientes noches pues él se negaba a abrirle la puerta o a dirigirle la palabra.

Pasarían un par de meses antes de que ambos volviesen a cruzar palabra. Fue una noche en el palacio de Louvre cuando él la vio acompañada de un joven amigo de la familia, se acercó a ella para saludarla pero al intuir ella que él estaba molesto le siguió hasta el balcón y sin hacer caso de su malhumor le confesó que no le importaba nada de lo que había visto aquella noche, que los sentimientos de ella eran los mismos o más bien aún más fuertes que antes y que sin importar cuanto él quisiera alejarla ella no lo haría. Esa noche él no la dejó ir y desde ese momento fueron inseparables. Un par de semanas después François se presentó en la mansión de Winter para pedir formalmente la mano de Taylor en matrimonio.

A pesar de su decisión de enfrentarse a todo juntos el destino tenía otros planes para la joven pareja: la inquisición, esa acérrima enemiga de los sobrenaturales. Sin dar explicaciones un par de oficiales irrumpió en la casa de el profesor Brouillard cuando la joven pareja se encontraba cenando y le llevaron preso. La joven utilizó todos los medios que pudo para intentar verle pero le negaron el permiso, la versión oficial era que él era un estafador que se había dedicado al tráfico de arte robado pero los investigadores que la joven contrató le indicaron algo muy diferente. Un par de días después corría una noticia por todo el lugar, el profesor Bruillard se había ahorcado en su celda. Taylor se negó a creerlo, François jamás se habría quitado la vida a pesar de su maldición, ella lo conocía como se conocía ella misma.

La noticia de su muerte fue devastadora para Taylor, al principio no salía de su habitación y se negaba a comer pero poco a poco ese terrible dolor que sentía se fue canalizando en algo más: el deseo de venganza. Realizando su propia investigación la joven dió con el paradero de una manada de hombres lobo y en la noche de luna llena, tras haber pagado una enorme fortuna a cambio de ello, el lobo alfa de la manada mordió a Taylor sellando su destino como la que sería de ahora en adelante una de su especie.

DATOS EXTRA

- Taylor vive ahora en su propia mansión, con un solo objetivo en mente: derrocar a la Inquisición por cualquier medio necesario.
- Poco a poco se ha ido acostumbrando a su condición de mujer lobo pues considera sus habilidades como un medio para un fin.
- Aún se dedica al arte, ha realizado diversas exposiciones de sus pinturas las cuales han sido aclamadas por la crítica. Curiosamente esta ha indicado que la joven ha realizado su mejor trabajo después de la muerte del que fuera su prometido.

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