Primera manera de quitar el aburrimiento: asustando (PRIVADO-Kurt)

por **Ishka Kat** Lun Dic 09, 2013 2:28 pm

"París es aburrido"
Ishka

Sí, eso es lo que pensaba Ishka tras un par de semanas viviendo en la friolera ciudad, había llegado desde Germania por los rumores de la guerra y tras quince largos días no había pasado nada. Ya empezaba a aburrirse de tener que ir de un lado para otro, tenía alquilada una habitación pero esperando que la carga de trabajo fuera suficiente no se había planteado el buscar algún compañero de juego para satisfacer sus deseos sexuales y ahora estaba así:
Aburrida, frustrada y con un millón de travesuras en su mente.

Decidida de romper con la monotonía aunque fuera solo para hacer entrar en pánico a quienes la rodeaban se fue a uno de los restaurantes más elegantes de toda la ciudad. Fue vestida con uno de sus mejores atuendos, podía pasar desapercibida entre la gente aunque no pasaba por alto las miradas lascivas que algunos viejos ricachones le echaban debido a su generoso escote.

"No puedo evitarlo, me gusta mostrar mi cuerpo"

Disimuladamente tiró uno de sus pañuelos al suelo mirando al caballero que tenía a unos metros y en vez de esperar que se lo recogieran se agachó dejando un primer plano de sus pechos a dicho caballero. ¿Tendría suerte y encontraría trabajo?

Con un guiño travieso y tras recoger el pañuelo se puso en pie y moviendo las caderas se dirigió a una de las zonas más oscuras del restaurante, hacia una de las puertas laterales donde podría esconder su preciado vestido y no perderlo cuando su plan se llevara a cabo. Dicho y hecho, la primera parte de su plan estaba terminada y su vestido estaba escondido tras unas piedras en el callejón. Mirando a su alrededor y antes de que pudiera decir mentalmente "cortesana" ya estaba cambiada en su forma de serpiente cascabel. No tardó mucho mas en empezar a reptar para entrar al interior del restaurante y esconderse en las telas de los laterales, quería tener una visión completa del lugar y camuflarse antes de empezar el juego.

Primera manera de quitar el aburrimiento: asustando (PRIVADO-Kurt) Cascabel

por **Kurt Callahan** Sáb Dic 14, 2013 3:22 am

-¡Vamos Callahan date prisa, tienes que estas fuera en cinco minutos!- El grito del metre me espabilo y termine de atarme los zapatos del uniforme.

¿Qué que hacía yo en uno de los restaurantes más elegantes de Paris? Fácil, trabajar. Cierto era que no era ningún profesional de la hostelería y que no cualquiera podía colarse en un sitio como ese pero yo tenía contactos, buenos contactos y no era la primera vez que lo hacía en otros establecimientos.

Así que me puse el mandil blanco ataco en la cintura y cogí mi bandeja, la servilleta y un cuaderno de notas. El chico al que remplazaría traía cara de infinito casación. Respire profundo y me prepare para una noche larga.

El salón del restaurante era enorme y casi todas las mesas estaban completas, la luz de las velas iluminaba cada rincón en las enormes arañas del techo y desde candelabros en las mesas. El aire era una mezcla de deliciosa comida francesa y los lirios de los grandes jarrones que adornaban las esquinas. Se escuchaban risas y conversaciones por todas partes y a pesar de ello no resultaba molesto.

El metre se acerco a mí y me asigno las mesas 20, 18 y 34 – Ah, y esa última del fondo, donde acaba de sentarse una dama.- Me dijo y parecía que la buscaba.- Venga, venga, no les hagas esperar más.- Me saco del vestuario de camareros casi a empujones.

Me mezcle entre las mesas para llegar a las mías, en la primera me encontré con una pareja joven, la chica sonreí sin parar y le hombre la llenaba de halagos, el parecía el típico burgués, arrogante y sin modales y ella…bueno, ella era una señorita de buena familia, eso se notaba en su tono de piel y su forma de moverse. Otro matrimonio por conveniencia, al menos para él pensé. Les tome nota y enseguida fui a mi otra mesa.
En esta se trataba de un grupo de militares bien vestidos, seguramente de altos cargos, eran seis y solo les interesaba el coñac.

Finalmente llegue a la mesa 34, era la más alejada e intima. En ella se encontraba una mujer…pero no una mujer cualquiera, se trataba de esas sensuales criaturas que poseen la magnífica capacidad de volverte loco. Su cabello caía suave y delicado por sus hombros, algunos rozando su generoso escote en el que no había podido evitar reparar. Sus labios eran un dulce pecado del que me gustaría probar pero. Me aclare la garganta y saque mi libreta, zarandee la cabeza quitándome cualquier idea lujuriosa, estaba trabajando y no podía permitir que me echasen.

-Buenas noches madame, esta noche seré su camarero.- Me presente con una reverencia y lleve la vista a mi libreta antes de permitirme desearla.- ¿Qué deseáis para beber madame?

por **Ishka Kat** Vie Ene 03, 2014 4:29 pm

Ishka sonreía de manera lasciva al camarero, tenía una buena presencia y las ganas de diversión le hicieron trazar un nuevo plan a medida que los segundos pasaban. Fijó sus ojos en la mirada ajena y relamiéndose los labios antes de hablar contestó con voz sensual.

-Creo que he tenido suerte y que me ha tocado el camarero mas elegante-esperaba que con eso lograra llamar aun mas su atención.-Madmoiselle por favor, me gustaría una buena copa de champagne, ¿qué me recomiendas?

Colocó los brazos sobre la mesa para acercarse un poco a él y hacer mas visible su escote, estaba luchando con las ganas de lanzarse encima de él pero antes tenia que conocerlo mas, ganarse su confianza.

-¿Sabe? Creo que podría acompañar la bebida con algo de chocolate, ¿no cree?Y por qué no...¿Por qué no me acompañais?

por **Kurt Callahan** Miér Ene 08, 2014 10:35 am

Estaba listo para tomar el pedido pero sus palabras me sorprendieron sobre todo las ultimas…quería que la acompañase en la mesa. ¿Era una proposición indiscreta o solamente me lo imaginaba por que en el fondo era un deseo reprimido? En cualquier caso tuve que despejar mi mente nuevamente, me había hecho una pregunta que necesitaba respuesta.

-El Möet & Chandon y el Dom Perignon son los que recomendamos para esta noche Madmoiselle- Lo tenía apuntado en mi libreta por si alguien preguntaba, también me pidió chocolate…nunca lo había probado y la última vez que tuve la oportunidad me quede con las ganas, era un artículo de lujo que sin duda yo no podía permitirme. Apunte todo en la hoja de papel y al volver a mirarla la vi más cerca como ofreciéndome una vista privilegiada de sus pechos.

Mire a mi alrededor, el restaurante iba vaciándose, mis mesas estaban atendidas y lo cierto es que esa mesa se escondía muy bien de las demás…¿y si..? No pude evitar plantearme la posibilidad de acompañarla como me pedía…pero… ¿y mis otras mesas? Si el jefe se enteraba sería la última vez que pisaría aquel sitio.

-Mademoiselle, debo atender mis mesas y traerle lo que me pide- le eche un vistazo nuevamente a la estancia al completo. Me acerque a ella, lo suficiente para estar cerca de su oído- ¿es acaso algún tipo de propuesta indiscreta? – Debía saberlo, me arriesgaba, habían dos caminos después de aquello…que ella me respondiese que sí y en tal caso buscaría el modo de “atenderla” o..Que por otro lado no lo fuese y se sintiera ofendida ante la idea, lo cual me dejaba nuevamente en la calle y sin posibilidades.

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