Fergus K. Burk [ID]

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Carismático, no muy humilde y muy, pero muy despistado; Fergus podría olvidar el día en el que nació, no lo ha hecho porque su madre se lo recuerda cada año con una deliciosa cena. Conoce muy bien de lo que es capaz y por lo mismo prefiere no comprometerse a nada, le encanta hacer reír a la gente aún así haya sido porque ha hecho el ridículo o porque ha humillado a alguien, no le importa, mientras sea capaz de escuchar risas él es feliz; según sus propias palabras y pensamientos, en su vida pasada fue un bufón. Elegante para vestir y vulgar para hablar, tendrá un léxico admirable y una amplitud de vocabulario gigantesca pero se limita a las groserías y expresarse a como se le vengan las cosas a la cabeza, o la lengua, pensar mucho las cosas no es lo suyo, explosivo y espontáneo, no se muerde la lengua ni para comer. Vive en su mundo y en su cabeza, llámalo despistado y desorganizado, si no fuese porque el cuello une su cabeza al cuerpo Fergus ya andaría buscando su cabeza por toda Europa. Soñador pero demasiado flojo para comenzar algo de buena gana. Prefiere una jarra de cerveza en mano que una pena los hombros.
¿Confiable? Sí, seguramente olvide tus secretos y por ende no los cuente, pero si es para su beneficio propio no hesitará en contarlo a todo mundo. Protege a los suyos, aunque realmente no tiene a nadie, pero nunca antepondrá a nadie a él. Los problemas no van con él, evita cualquier confrontación física y verbal con quien sea.

HISTORIA

Nacido hace ya dos décadas y cuatro años en una ciudad pequeña de Irlanda, Fergus cayó a la familia Burk como el cuarto hijo, segundo varón. Conocido como el 'dedo anular' de la familia, con cuatro hermanos mayores y una menor, Fergus realmente nunca obtuvo la atención que le hubiese gustado. Su padre carpintero y madre agrícola. Creció en la granja de la familia, una finca bastante grande que incluía un establo, tres casas, la de sus padres, la de sus tíos y por último la más grande para sus abuelos. Cada familia se encargaba de una cosa, ganado, hortalizas, leña y demás. Él por su parte siempre estuvo más interesado en los huertos que en la leña y carpintería, así que su mano es más para hacer crecer las hierbas que para derribar árboles y hacer hermosos y finos muebles de estos.
Cuando tenía quince años su abuelo, un hombre de sesenta y dos años, reunió a la familia para dar una buena nueva, había conseguido un pequeño local en el mercado del pueblo. Aún no sabían que hacer de éste así que probaron con varios negocios, primero fue la venta de lácteos; un fracaso. Nadie sabía hacer pan, así que vender trigo en un local no era nada inteligente, muchos del pueblo cosechaban sus propias cosas, no era tan necesaria la venta de más productos así. Por último, Fergus tuvo una pequeña idea, vender los muebles y arreglos que su padre y hermano mayor hacían. Fue enviado al pueblo durante cinco años al pueblo a administrar aquel pequeño local, que pronto sería bastante famoso y un muy buen negocio. Volviéndose así un fanático del dinero y un buen administrador. Conocía los impuestos, los precios adecuados para vender las cosas y sobre todo a las mejores personas para vender y comprar.

Fergus pasaba tanto tiempo metido en aquel local que no se dio nunca tiempo para el amor ni las amistades así que por su propio bien, y el de la familia, comenzó a educar a su hermana para que administrase ella también el negocio.
Y así fue cuando a los veinte años mientras bebía cerveza en la taberna del pueblo conoció a la hija de los dueños del lugar, la hermosa Anastasia, una joven de piel pálida y ojos verdes. Sin pensarlo mucho comenzó a hablar con la joven, y poco a poco, y sin darse cuenta, la relación entre ambos fue estrechándose hasta tal punto que la gente comenzó a llamarlo amor.
Y como cosa rara sus padres, tanto los de él como los de Anastasia, se involucraron en la relación, forzando a los dos jóvenes a casarse pocos meses después de haber comenzado a salir. ¿Razón? dinero, negocios, algo que beneficiaría a ambas familias. Una taberna con un suministro inagotable de muebles, una finca con cerveza gratis, el matrimonio sería más que favorable.

Las campanas sonaron, el beso fue dado, los anillos colocados y la borrachera arrasó con los Burk y los MacGrath. Se les fue regalada una de las casas en el pueblo, ambos trabajaban duro, tanto para mantener los negocios como para mantener su relación lo más creíble posible; todo había sido tan de prisa, lo que para ellos era un juego, un tira-tira, eso tan minúsculo e irrelevante terminó en una celebración y peor aún, después de varios años de convivir juntos, una nueva criatura comenzó a crecer en el vientre de Anastasia, el hijo de Fergus.

Lo que todos esperaban con ansias y alegría, incluyendo a Anastasia, que parecía haber caído en el juego del amor, a Fergus no le traía nada más que problemas, insomnio y más cerveza al organismo.

//Flashback ON//
Jarra tras jarra, Fergus bebía sin poder evitarlo, la idea de que Anastasia estuviese embarazada le atormentaba. «Seré papá. Tendré que criar a un niño, ser responsable…Anastasia me ama, todos la quieren, excepto yo...» El miedo devoraba su espíritu libre, sus ideales y su buen humor. La tienda no estaba yendo muy bien, la gente ya no quería tantos muebles como hacía dos años, los MacGrath seguían pidiendo bancos y mesas semana tras semana, su padre envejecía en un día lo que debería envejecer en un mes, y su hermano el único carpintero de los cinco debía cuidar a sus tres hijos.
Desde que el abuelo pasó a mejor vida, o eso decían, la familia se había distanciado, peleando por ver quién se quedaría con la casa grande. ¿Es que nadie se podía percatar de lo que eso los estaba separando? Bufó notablemente molesto, ni siquiera la cerveza o el tabaco le ayudaban a retirar los pensamientos de su cabeza. Salió de la taberna con cara de pocos amigos, restos de espuma en la barba que se había dejado crecer y el sombrero mal puesto sobre su melena de rizos incontrolables.

Abrió la puerta de su casa y la cerró tras de sí, había silencio, Anastasia no estaba cantando como de costumbre, algo olía extraño. Hierro. El segundo nivel apestaba a hierro. La puerta de la habitación estaba a medio cerrar, las velas apagadas, ¿estaría ya dormida? Sintió la brisa fría pegarle en el rostro cuando entró a la habitación. Las piernas le flaquearon, la quijada se le abrió sin darse cuenta, su corazón pareció detenerse por un instante. Anastasia estaba muerta, no, muerta no. Había sido asesinada a sangre fría. Ella y su no nacido.
//Flashback OFF//

Nadie fue declarado culpable de aquel trágico accidente. Muchos le llamaron suicidio, otros culpaban a Fergus. Pero él, él se sentía libre nuevamente, lamentaba la muerte de alguien tan bella como Anastasia, sí, pero ya no podía vivir más farsas, cuatro años engañando a todos había sido suficiente. La lamentable muerte de Anastasia sería su único escape. El padre de la difunta le pidió tomar en matrimonio a la hermana menor de los MacGrath, Fergus se negó, no amaba a Anastasia y menos amaría a Neralle.
En un desesperado intento de recobrar su libertad Fergus tomó su maleta, el dinero que tenía ahorrado junto a Anastasia y huyó. Lejos, muy lejos.Tomó un barco de Irlanda a Inglaterra y luego de atravesar el Reino Unido otro a Alemania, pasó por varias fronteras y ciudades. Quien sabe por cuantas camas y mucho menos por cuantas tabernas. La necesidad de dejar su pasado atrás era más que la de comer o beber.

Muchos meses han pasado desde que Fergus ha sabido de alguien con su apellido, o de un inglés, o algún irlandés. Muchos le reconocen por la calle, no por ser famoso, no, su acento tan peculiar al hablar y su vulgar vocabulario. "¿Cómo es Irlanda?" Oh, tantas veces que le han preguntado eso, y cuantas maravillas ha contado de su hermosa tierra. Pero nadie conoce su historia, no quiere que nadie lo haga. Todo quedó guardado en su diario, ese viejo y sucio cuaderno de hojas amarillentas y pasta de cuero desgastado.
De hostal en hostal, ciudad en ciudad y tren tras tren, Fergus llegó a la famosa ciudad del amor. La bella ciudad de Paris, un lugar con el que siempre había soñado visitar, tal vez en mejores condiciones, sí, tal vez con más dinero, porque de momento se había gastado ya la mayor parte de sus ahorros, con suerte tendría para un hostal de los suburbios de la ciudad. Su ropa necesitaba lavarse con urgencia, un corte de pelo no le caería mal, tampoco recortarse la barba.

DATOS EXTRA

*Fergus carga consigo el anillo de su matrimonio con Anastasia.
*A lo largo de su vida ha escuchado muchas historias de criaturas, personas con poderes y de más cosas paranormales, se denomina a sí mismo como un escéptico.
*Aún tiene pesadillas con la noche en la que encontró a Anastasia.
*Su segundo nombre es Kaizen.

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