AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El no tan agradable reencuentro <Aphrodite Norgüeix>
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El no tan agradable reencuentro <Aphrodite Norgüeix>
5 años habían pasado ya, más la Señorita X se encontraba prácticamente igual que antes, esos cabellos rubios perfectamente peinados, esa piel de porcelana fina y perfecta, y esos carnosos y rojos labios que la hacían parecer una obra divina creada para que los humanos se regocijasen en ella.
Aún recordaba bien esa noche, el cazador cazado, sin duda a X le había resultado patéticamente fácil, y obligar a esa joven necia a mirar hizo la noche aún más divertida. Para entonces, X ya era una actriz de Cavarete de alto prestigio, casi tanto, que engatusó a aquel cazador de Vampiros. Era bueno, no cabe duda, pero X fue mejor.
El olor a sangre le resultaba familiar, tanto que decidió probar suerte, de tal manera que..
-Hombre, preciosa..- Dijo con su save y seseante voz. -Volvemos a encontrarnos.-
Aún recordaba bien esa noche, el cazador cazado, sin duda a X le había resultado patéticamente fácil, y obligar a esa joven necia a mirar hizo la noche aún más divertida. Para entonces, X ya era una actriz de Cavarete de alto prestigio, casi tanto, que engatusó a aquel cazador de Vampiros. Era bueno, no cabe duda, pero X fue mejor.
La espesa niebla se avecinaba sobre aquella casa tan grande, no digna de nobles, pero si de algún comerciante con bastante dinero y medios financieros.
Hacía tiempo que el dueño de esta vivienda, Zachary Norgüeix iba detrás de la dama americana que había conquistado ya a tantos hombres, todos dejados al lado como un pañuelo usado. Tan enamorado y embelesado se vio por los encantos de la atractiva dama; su perfume, su dentadura, sus ojos, que ni había reparado en que no podía ser humana ¿Para qué? Eran solo tonterías, y el hombre lo único que deseaba era tener entre sus manos aquel cuerpo virginal y completamente perfecto, a pesar de tener una hija. Normalmente X mataba por placer, pero esta vez fue una dulce venganza anónima.
Una vez estos dos se encontraron en la cama, besándose apasionadamente como si nu hubiera mañana, la suave voz de X, pidió un favor al hombre, ni siquiera la escucho, pues tenía tantas ganas de comenzar que ni siquiera opuso resistencia.
X ató al hombre de pies y manos a la cama, con un unas gruesas esposas de cuero, que ni el mas fuerte de los mortales podría romper.
Entonces cuando Zacharias pensó que iba a comenzar aquel acto de pasión y desnudez, La vampiresa abofeteó su cara una vez, con la suficiente fuerza para que el pómulo se hinchara y le sangrara la nariz. De estas gotas, X cogió unas pocas con el dedo y se las introdujo en la boca.
El hombre quedó mirando atónito, el deseo y la lujuria no le permitieron ver con claridad hasta que finalmente estuvo muy claro que sucedía.
-Oh vamos querido, no me digas que no te habías dado cuenta..- X abrió su boca dejando ver unos horribles y descomunales colmillos. -Eres un inútil, fracasado, no sirves ni para tu vocación.-
Entonces el hombre en un acto de pánico comenzó a llorar y a gritar en busca de socorro.
Solo su hija acudió a su rescate, sin ningún arma en la mano, y quedó petrificada ante el horror de la escena.
En ese minuto de distracción X lanzó una mirada a la niña, y le fue muy facil de persuadirla devido a uno de sus poderes, la persuasión, lo que hizo que la niña no respondiera a las órdenes de tu cuerpo.
-Mira.- Fue la horrible palabra que X dijo y que la niña deseó que nunca dijera.
X se acercó al cuello del padre, como una vivora se acerca a su presa, y comenzó a desgarrarle el cuello desde un angulo en el que la niña lo vio todo, sangre y vísceras de su padre esparcidas por la habitación, gritos ahogados en sangre y el sadismo de la cruel vampiresa. Una vez todo hubo acabado, el cadáver del hombre quedó inerte, completamente, y X miro triunfante a la joven adolescente
-Vas a recordarlo todo, sin embargo nunca serás capaz de decir a las autoridades lo que has visto hoy aquí, será un recuerdo reprimido que te perseguirá cada noche y que nunca podrás contar.- Como si fuera su mecanismo, el cerebro de la muchacha asimilo esta información, siempre recordó el asesinato de su padre, pero nunca lo pudo contar.
El olor a sangre le resultaba familiar, tanto que decidió probar suerte, de tal manera que..
-Hombre, preciosa..- Dijo con su save y seseante voz. -Volvemos a encontrarnos.-
Chii- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 21/12/2013
Re: El no tan agradable reencuentro <Aphrodite Norgüeix>
Sus pasos resonaban en la empedrada calle provocando un ruido monótono al caminar. Aquella noche no se dirigía al Teatro como de costumbre, no, no... tenía unos "asuntos" que arreglar para continuar manteniendo su conciencia tranquila. Ya habían pasado cinco años, CINCO ni más ni menos, desde que vio morir a su figura paterna a manos de una vampiresa de rostro seductor. Qué débil era por aquel entonces la pequeña Aphrodite...no era capaz ni de matar a una simple cucaracha...
Exhaló una gran bocanada de aire para acelerar el paso, no tenía tiempo de seguir pensando en cosas insignificantes.
Frenó en seco al oler aquella fragancia que conocía tan bien, sabía con quién se había topado y lo agradeció. -Sí. Al parecer no estaba equivocada... señorita X- musitó con una sonrisa amplia, llena de satisfacción. Había estado investigando desde que tuvo aquel encuentro con la vampiresa, y, como esperaba, esta vez no la dejaría escapar.
La muchacha se encontraba frente al tocador de su habitación, peinando su larga cabellera rubia, con el ceño aún un poco fruncido. Se sentía bastante cansada para acompañar a su padre en la cena que había previsto junto a una dama que había conocido. No le interesaba donde, cuantos menos detalles tuviera más tranquila se quedaría, aunque no lo estaría mucho tiempo, pues, desde la habitación principal de la casa hasta sus oídos, comenzó a escuchar los gritos de sufrimiento de su padre, seguidos por unos sollozos que hicieron que el corazón de Aphrodite se desquebrajase por completo.
Sin ninguna idea en mente, ni tiempo para maquinar alguna, corrió hasta la habitación en la que se encontraban los dos individuos. Y, como era de esperar en aquella situación, la rubia soltó un grito ahogado al ver a su padre atado de pies y manos a la cama - Suéltalo, maldita bestia- le exigió con un tono impotente y desesperado. Sus piernas no le respondían, estaba paralizada, paralizada de terror ante tal bestia, sin poder hacer nada que lograse salvarle la vida. Aphrodite tan solo podía mirar impotente como la vampiresa desgarraba cuan animal a su presa, el cuello de Zachary. Tras tal escena, la muchacha cayó de rodillas en el frío suelo de mármol blanco, y de, su boca salieron tan solo dos palabras, frías y cortantes que abordarían los pensamientos de la mujer cada vez que saliese de su madriguera para cazar a otro ser humano inocente. -Lo pagarás...-.
Exhaló una gran bocanada de aire para acelerar el paso, no tenía tiempo de seguir pensando en cosas insignificantes.
Los días siguientes a su muerte trascurrieron melancólicos, por la casa no había mucho movimiento ya que, por órden de la joven francesa, todos los criados de la casa habían sido despedidos y recomendados a otros hogares en los que poder seguir manteniendo a sus familias. Aphrodite se mantuvo encerrada en su habitación, fantaseando varias formas con las que matar a la mujer, con una estaca sería la forma más fácil, pero no, ella quería hacérselo pagar, hacerla sufrir hasta que pidiera clemencia. Sí... tenía varias torturas en mente y aún, toda una vida por delante...
Frenó en seco al oler aquella fragancia que conocía tan bien, sabía con quién se había topado y lo agradeció. -Sí. Al parecer no estaba equivocada... señorita X- musitó con una sonrisa amplia, llena de satisfacción. Había estado investigando desde que tuvo aquel encuentro con la vampiresa, y, como esperaba, esta vez no la dejaría escapar.
Aphrodite Norgüeix- Cazador Clase Media
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 20/12/2013
Re: El no tan agradable reencuentro <Aphrodite Norgüeix>
Quedo observando a la que antes fue esa niña de mejillas rosadas, se habia convertido en una mujer hecha y derecha, de cabello rubio y bastante musculosa.
-Me gustas, y no voy a matarte, me gustan las chicas con caracter- Dijo X con su habitual tono sensual. Aquella noche portaba un vestido muy escotado negra, que le llegaba por los tobillos, y unos tacones de infarto, poco comunes en la época, hechos a medida, y que costaban cientos de francos debido a que el tacón del zapato estaba hecho de oro puro para proporcionar mayor seguridad.
Esta senusal apariencia hacía doblegar hasta un catedrático, o incluso hasta a un monje de la orden de Cluny, una de las mas castas ordenes religiosas.
La vampiresa miró fijamente a Aphrodite, y antes de que pudiera hacer nada, estaba sometida a la voluntad de X.
-No me vas a hacer nada, te convertiras por dentro en esa niña pequeña paralizada por el terror, y serás incapaz de ponerme un dedo encima.-
El cerebro de la pobre muchacha volvió a activarse como un resorte. El cuerpo y la mentalidad de aquella joven cazavampiros era el mismo, sinembargo todo signo de valentia desapareció, dejandose a merced de la astuta y despiadada mujer.
-Oh vamos, cuentame, como esta tu padre.- X profirió una risita algo malevola pero sensual a la vez y prosiguió - Se que estas aquí para matarme, pero eso no va a poder ser y ya que estamos charlando...- Sonrió de una forma sexy y aterradora con aquellos labios rojos carmín que hace 5 años, habían enamorado a su padre
-Sabes que se lo merecía, no somos malos si no se nos proboca.- X se acercó a la chica y jugo con los largos cabellos de Aphrodite, rizandolos con su dedo indice, largo fino y con unas uñas muy bien cuidadas.
-Pero yo si,- La sonrisa no desaparecía de la cara de la vampiresa, triunfal, pues era practicamente indestructible a no ser que toda francia fuera hacia ella.
-Nos lo vamos a pasar muy bien esta noche, pero tranquila, que no muerdo.- Fue entonces como un vagabundo entró al maltrecho callejón en el que se encontraban las dos damas, y al ver la ropa y el estilo de X, pudo comprobar como era de clase muy alta.
X le cogió del cuello con tanta fuerza que los ojos se le salían de la órbita. Incó sus dientes en el cuello aterciopelado del vagabundo, los clavó en aquella piel curtida por el sol debido a su anterior trabajo, granjero seguramente, pero que por alguna clase de enfermedad había dejado de ejercer.
La garganta del hombre se abrió de par en par, aquel espectaculo podía hacer vomitar a cualquiera, su laringe se movía en busca de aire, y sus cuerdas vocales eran desgarradas por los pérfidos colmillos de marfil de la vampiresa.
Una vez este sanguinario acto hubo terminado, X se limpió por completo aquel rostro de actriz y volvió al lado de Aphrodite, que seguía inmovilizada por las ordenes de la vampiresa, ella quería matarla ahora, pero no podía, no respondian ni sus brazos ni sus piernas.
-Sorpresa..- X se acercó al oído de la chica. -Si que muerdo.-
-Me gustas, y no voy a matarte, me gustan las chicas con caracter- Dijo X con su habitual tono sensual. Aquella noche portaba un vestido muy escotado negra, que le llegaba por los tobillos, y unos tacones de infarto, poco comunes en la época, hechos a medida, y que costaban cientos de francos debido a que el tacón del zapato estaba hecho de oro puro para proporcionar mayor seguridad.
Esta senusal apariencia hacía doblegar hasta un catedrático, o incluso hasta a un monje de la orden de Cluny, una de las mas castas ordenes religiosas.
La vampiresa miró fijamente a Aphrodite, y antes de que pudiera hacer nada, estaba sometida a la voluntad de X.
-No me vas a hacer nada, te convertiras por dentro en esa niña pequeña paralizada por el terror, y serás incapaz de ponerme un dedo encima.-
El cerebro de la pobre muchacha volvió a activarse como un resorte. El cuerpo y la mentalidad de aquella joven cazavampiros era el mismo, sinembargo todo signo de valentia desapareció, dejandose a merced de la astuta y despiadada mujer.
-Oh vamos, cuentame, como esta tu padre.- X profirió una risita algo malevola pero sensual a la vez y prosiguió - Se que estas aquí para matarme, pero eso no va a poder ser y ya que estamos charlando...- Sonrió de una forma sexy y aterradora con aquellos labios rojos carmín que hace 5 años, habían enamorado a su padre
-Sabes que se lo merecía, no somos malos si no se nos proboca.- X se acercó a la chica y jugo con los largos cabellos de Aphrodite, rizandolos con su dedo indice, largo fino y con unas uñas muy bien cuidadas.
-Pero yo si,- La sonrisa no desaparecía de la cara de la vampiresa, triunfal, pues era practicamente indestructible a no ser que toda francia fuera hacia ella.
-Nos lo vamos a pasar muy bien esta noche, pero tranquila, que no muerdo.- Fue entonces como un vagabundo entró al maltrecho callejón en el que se encontraban las dos damas, y al ver la ropa y el estilo de X, pudo comprobar como era de clase muy alta.
X le cogió del cuello con tanta fuerza que los ojos se le salían de la órbita. Incó sus dientes en el cuello aterciopelado del vagabundo, los clavó en aquella piel curtida por el sol debido a su anterior trabajo, granjero seguramente, pero que por alguna clase de enfermedad había dejado de ejercer.
La garganta del hombre se abrió de par en par, aquel espectaculo podía hacer vomitar a cualquiera, su laringe se movía en busca de aire, y sus cuerdas vocales eran desgarradas por los pérfidos colmillos de marfil de la vampiresa.
Una vez este sanguinario acto hubo terminado, X se limpió por completo aquel rostro de actriz y volvió al lado de Aphrodite, que seguía inmovilizada por las ordenes de la vampiresa, ella quería matarla ahora, pero no podía, no respondian ni sus brazos ni sus piernas.
-Sorpresa..- X se acercó al oído de la chica. -Si que muerdo.-
Chii- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 21/12/2013
Re: El no tan agradable reencuentro <Aphrodite Norgüeix>
Antes de que pudiera realizar algún movimiento, la señorita X ya la tenía a su voluntad como aquella noche de Diciembre de hacía ya, cinco años. Su cuerpo quedó paralizado y un miedo inmenso abordó cada fragmento de su cuerpo. Aphrodite se sentía incapaz de articular palabra, pero lo intentó, y de su boca salió una pequeña frase casi imperceptible. -No deberías creerte invencible, porque no lo eres... todos tenemos un punto débil- y, tras esto, sonrió a medias. Dejó que la vampiresa tomase varios de sus cabellos rubios y los ondulase en sus finos dedos pálidos. Odiaba que hiciesen eso, pero no opuso resistencia, ya que, la señorita X había demostrado lo poderosa que era y aún el pánico la abordaba en todo su esplendor, por lo que, lo mejor que haría sería mantenerse inmóvil, maquinando una idea triunfal en sus pensamientos, haciéndose la débil ante aquella bestia.
Mientras la señorita X hablaba, Aphrodite se mantenía con una mirada fija en la boca del callejón. A esas horas de la noche no había ningún ciudadano merodeando por allí, ni si quiera algún Inquisidor haciendo la ronda matutina. Murmuró varias maldiciones, y, fue entonces cuando vio llegar a un vagabundo de mediana edad, de cabellos blanquecinos. Este se dirigió en dirección de ambas mujeres. -Perdone mademoiselle ¿podría cederme un trozo de pan tal vez? Tengo que alimentar a mi mujer e hijos y...- no pudo terminar la frase cuando vio crecer los descomunales colmillos de la señorita X. Fue en ese momento cuando, la muchacha intentó soltar un grito ahogado, pero al igual que con su padre, se quedó horrorizada por tal carnicería y cayó al suelo con la mirada perdida en el nauseabundo callejón. No había podido salvarle la vida ni a aquel vagabundo...
Intentó no mirar el perfecto rostro de la actriz de cabaret y tomar el colgante que llevaba siempre atado en el cuello. De éste colgaba una perfecta cruz de plata incrustada por varias piedras preciosas, un pecado para la vista. -Mh, vaya... dime algo que no sepa...- murmuró aferrándose al colgante. Tan solo tenía que esperar a que la curiosidad de la vampiresa desease descubrir lo que ocultaba en su mano izquierda. -No intentes asustarme porque no lo conseguirás...-mintió tragando saliva tras esto. Ver a aquel hombre con la garganta desgarrada le había traído recuerdos, recuerdos dolorosos que inundaban sus peores pesadillas cada noche.
Mientras la señorita X hablaba, Aphrodite se mantenía con una mirada fija en la boca del callejón. A esas horas de la noche no había ningún ciudadano merodeando por allí, ni si quiera algún Inquisidor haciendo la ronda matutina. Murmuró varias maldiciones, y, fue entonces cuando vio llegar a un vagabundo de mediana edad, de cabellos blanquecinos. Este se dirigió en dirección de ambas mujeres. -Perdone mademoiselle ¿podría cederme un trozo de pan tal vez? Tengo que alimentar a mi mujer e hijos y...- no pudo terminar la frase cuando vio crecer los descomunales colmillos de la señorita X. Fue en ese momento cuando, la muchacha intentó soltar un grito ahogado, pero al igual que con su padre, se quedó horrorizada por tal carnicería y cayó al suelo con la mirada perdida en el nauseabundo callejón. No había podido salvarle la vida ni a aquel vagabundo...
Intentó no mirar el perfecto rostro de la actriz de cabaret y tomar el colgante que llevaba siempre atado en el cuello. De éste colgaba una perfecta cruz de plata incrustada por varias piedras preciosas, un pecado para la vista. -Mh, vaya... dime algo que no sepa...- murmuró aferrándose al colgante. Tan solo tenía que esperar a que la curiosidad de la vampiresa desease descubrir lo que ocultaba en su mano izquierda. -No intentes asustarme porque no lo conseguirás...-mintió tragando saliva tras esto. Ver a aquel hombre con la garganta desgarrada le había traído recuerdos, recuerdos dolorosos que inundaban sus peores pesadillas cada noche.
Aphrodite Norgüeix- Cazador Clase Media
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 20/12/2013
Re: El no tan agradable reencuentro <Aphrodite Norgüeix>
Cuando se alejo de la humana, no pudo evitar fijarse en aquel cuello pálido, delicioso, fino pero a la vez dulce. También observo aquella bonita cruz que colgaba de su cuello, como se aferraba con fuerza a ella, X suponía, que para pedir ayuda o auxilio a aquel dios que ella consideraba inexistente.
-Reza a esa estupida fe, no te servirá de nada, estas completamente inmovilizada y eres como un corderito recién nacido para mi, nada ni nadie podrá detener tu muerte, pero no seré yo quien te la de.- Despumes de esto X siguió dando vueltas en el callejón al rededor de la mujer que sostenía la cruz.
-Suéltala- Como un infante que obedece todas las ordenes de su madre, la mujer suelta el crucifijo y lo deja caer en el suelo. Seguidamente X cogió el crucifijo. -¿A caso crees que esta crucecita me va a hacer algo?- Fue entonces cuando la parte en dos pedazos y la lanza al suelo con fuerza, rompiéndola en otros 2 mas
-Muy bien.- La vampiresa dio vueltas al rededor del cuerpo, parecía que no se cansaba nunca, su figura con las medidas perfectas 90-60-90 podía haber perder la cabeza a cualquiera. Tan sensual y perfecta, como una muñeca de porcelana tallada a mano cuidadosamente por un abuelo experto e ese dificil arte.
-Así es como quiero que me recuerdes.- Fue entonces cuando los ojos escarlata de esta se fijaron en los de Aphrodite
-La mujer que te venció.-
La vampiresa reía sin cesar a las afirmaciones de esta.
-Tienes razón, no soy invencible, pero soy extremadamente difícil de matar, y es una tarea que no puedes cumplir tu solita, ni en tus mejores sueños... Y si no, mirate, maniatada sin ninguna cuerda, tan solo porque yo te lo he dicho. Le daría gracias a mi creador por darme los poderes de la seducción y la persuasión.-
La vampiresa seguía dando vueltas, algunos confundían su confianza con arrogancia, no estaba mal del todo, pues si era un poco arrogante, más, tenía motivos para serlo
X alzó el rostro y sonrío delicadamente
-Oh querida, ¿porque querría asustarte, si ahora, de un movimiento podría acabar con tu vida? no no no, te dejaré irte por donde te has ido, pero vamos a charlar un rato, es muy aburrido el no envejecer.-
Las esbeltas piernas de la vampiresa no dejaban de moverse a la vez que ella se acariciaba esos cabellos rubios tan perfectos y jugueteaba con ellos como antes había hecho con los de Aphrodite, a la vez que sonreía con esos labios, perfectos labios.
-Reza a esa estupida fe, no te servirá de nada, estas completamente inmovilizada y eres como un corderito recién nacido para mi, nada ni nadie podrá detener tu muerte, pero no seré yo quien te la de.- Despumes de esto X siguió dando vueltas en el callejón al rededor de la mujer que sostenía la cruz.
-Suéltala- Como un infante que obedece todas las ordenes de su madre, la mujer suelta el crucifijo y lo deja caer en el suelo. Seguidamente X cogió el crucifijo. -¿A caso crees que esta crucecita me va a hacer algo?- Fue entonces cuando la parte en dos pedazos y la lanza al suelo con fuerza, rompiéndola en otros 2 mas
-Muy bien.- La vampiresa dio vueltas al rededor del cuerpo, parecía que no se cansaba nunca, su figura con las medidas perfectas 90-60-90 podía haber perder la cabeza a cualquiera. Tan sensual y perfecta, como una muñeca de porcelana tallada a mano cuidadosamente por un abuelo experto e ese dificil arte.
-Así es como quiero que me recuerdes.- Fue entonces cuando los ojos escarlata de esta se fijaron en los de Aphrodite
-La mujer que te venció.-
La vampiresa reía sin cesar a las afirmaciones de esta.
-Tienes razón, no soy invencible, pero soy extremadamente difícil de matar, y es una tarea que no puedes cumplir tu solita, ni en tus mejores sueños... Y si no, mirate, maniatada sin ninguna cuerda, tan solo porque yo te lo he dicho. Le daría gracias a mi creador por darme los poderes de la seducción y la persuasión.-
La vampiresa seguía dando vueltas, algunos confundían su confianza con arrogancia, no estaba mal del todo, pues si era un poco arrogante, más, tenía motivos para serlo
X alzó el rostro y sonrío delicadamente
-Oh querida, ¿porque querría asustarte, si ahora, de un movimiento podría acabar con tu vida? no no no, te dejaré irte por donde te has ido, pero vamos a charlar un rato, es muy aburrido el no envejecer.-
Las esbeltas piernas de la vampiresa no dejaban de moverse a la vez que ella se acariciaba esos cabellos rubios tan perfectos y jugueteaba con ellos como antes había hecho con los de Aphrodite, a la vez que sonreía con esos labios, perfectos labios.
Chii- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 21/12/2013
Re: El no tan agradable reencuentro <Aphrodite Norgüeix>
Hacía ya bastante tiempo que Aphrodite había perdido la fé en su religión, quizás desde que le notificaron la muerte su madre o cuando presenció la carnicería hecha por aquella vampiresa. Para ella tan solo eran habladurías de la gente para preservar la esperanza.
-Maldita bastarda...-murmuró tras habérsela cedido sin su consentimiento. Sabía perfectamente que haría con ella, partirla, pero le extrañaba que no surtiese efecto en ella como a otros vampiros que había cazado. La rubia reprimió la rabia que ebullía de su interior al observar como la rompía en pequeños fragmentos. Había sido el regalo que le habían dado al convertirse en cazadora y ahora estaba esparcido por la empedrada calle inundada de heces y otra clase de sustancia que no alcanzó a ver la cazadora con bastante claridad.
Se mantenía con la mirada fija en el cadáver del vagabundo, sin ni siquiera parpadear seguidamente, tan solo cuando las lágrimas producidas por el frío que abordaban sus pupilas intentaban salir disparadas de sus ojos. -Cuando quieras...- musitó aún con los ojos puestos en el anciano. Se negaba a escucharla, y no lo haría, pues no tenía nada que hablar con aquella bestia. Intentó levantarse del suelo, aún sabiendo que las piernas le fallarían -No entiendo tu actitud tan... ¿cómo se dice...? ¿bipolar?- hizo una pausa quedándose pensativa unos segundos- Oh, por favor... si buscas un juguete con el que pasar unos minutos, horas, días... de tu perpétua vida, convierte a cualquier francés en tu lacayo y no me hagas perder el tiempo- pregonó rodando los ojos, adoptando una actitud más rebelde que antes. No le importaba lo que hiciese con ella... como si la mareaba hasta agotarla. Con tal de tener una pequeña oportunidad de escapar le daba igual.
Off: Siento lo corto que es no estoy inspi T_T
-Maldita bastarda...-murmuró tras habérsela cedido sin su consentimiento. Sabía perfectamente que haría con ella, partirla, pero le extrañaba que no surtiese efecto en ella como a otros vampiros que había cazado. La rubia reprimió la rabia que ebullía de su interior al observar como la rompía en pequeños fragmentos. Había sido el regalo que le habían dado al convertirse en cazadora y ahora estaba esparcido por la empedrada calle inundada de heces y otra clase de sustancia que no alcanzó a ver la cazadora con bastante claridad.
Se mantenía con la mirada fija en el cadáver del vagabundo, sin ni siquiera parpadear seguidamente, tan solo cuando las lágrimas producidas por el frío que abordaban sus pupilas intentaban salir disparadas de sus ojos. -Cuando quieras...- musitó aún con los ojos puestos en el anciano. Se negaba a escucharla, y no lo haría, pues no tenía nada que hablar con aquella bestia. Intentó levantarse del suelo, aún sabiendo que las piernas le fallarían -No entiendo tu actitud tan... ¿cómo se dice...? ¿bipolar?- hizo una pausa quedándose pensativa unos segundos- Oh, por favor... si buscas un juguete con el que pasar unos minutos, horas, días... de tu perpétua vida, convierte a cualquier francés en tu lacayo y no me hagas perder el tiempo- pregonó rodando los ojos, adoptando una actitud más rebelde que antes. No le importaba lo que hiciese con ella... como si la mareaba hasta agotarla. Con tal de tener una pequeña oportunidad de escapar le daba igual.
Off: Siento lo corto que es no estoy inspi T_T
Aphrodite Norgüeix- Cazador Clase Media
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 20/12/2013
Re: El no tan agradable reencuentro <Aphrodite Norgüeix>
La señorita X se deslizaba entre las sombras como una más, Aphrodite seguía atada de pies y manos observando al hermoso ser, pero tanto ella como X empezaban a aburrirse ya, y todavía quedaba mucha noche por delante.
-Mmm, que aburrida eres...- Dijo mientras continuaba dando vueltas en circulo.
-Ya se, quiero jugar a un juego, es muy sencillo- A la vez que decía las palabras ''muy sencillo'' X dio dos golpecitos a la nariz de Aphrodite.
-Pero claro, mi juego tiene unas ciertas reglas- X mostraba una faz bastante pérfida y sonriente, estaba disfrutando con todo esto.
-Si ganas, dejare que te marches, y que sigas con tu vida de ''cazavampiros''- Articulo con sus dedos unas comillas, un colmo a la burla del honor de Aphrodite, entonce se dejaron ver unas perfectas uñas, largas, pero cuidadas, nada que ver con la manicura de los vampiros normales, uñas kilométricas, retorcidas y llenas de suciedad.
-Pero si pierdes, te dejaré aquí durante mucho tiempo.. y piensa la idea que yo tengo sobre el término mucho tiempo, dado que tengo 339 años.-
X parecía triunfal, había conseguido elaborar un juego en el que seguramente ella saldría ganadora.
Parecía que X lo tenía todo planeado desde un principio, como un puzle, un meticuloso juego de piezas que X había elaborado cuidadosamente. ¿Podía ser así? Tal vez, era de las vampiresas más perfectas no solo físicamente, sino en todos sus planes. X sabría que Aphrodite se pasaría por aquel callejon aquella noche, a aquella hora exacta, sabría que intentaría matarla, sin éxito, pues es una cazadora novata, y también sabría que su orgullo no le dejaría pedir humildemente a la vampiresa que la soltara.
-Bueno querida, ahí va mi juego.- Su voz era la única que se escuchaba entonces
-Si te dejo escapar.. ¿Volverías a intentar encontrarme?-
-Mmm, que aburrida eres...- Dijo mientras continuaba dando vueltas en circulo.
-Ya se, quiero jugar a un juego, es muy sencillo- A la vez que decía las palabras ''muy sencillo'' X dio dos golpecitos a la nariz de Aphrodite.
-Pero claro, mi juego tiene unas ciertas reglas- X mostraba una faz bastante pérfida y sonriente, estaba disfrutando con todo esto.
-Si ganas, dejare que te marches, y que sigas con tu vida de ''cazavampiros''- Articulo con sus dedos unas comillas, un colmo a la burla del honor de Aphrodite, entonce se dejaron ver unas perfectas uñas, largas, pero cuidadas, nada que ver con la manicura de los vampiros normales, uñas kilométricas, retorcidas y llenas de suciedad.
-Pero si pierdes, te dejaré aquí durante mucho tiempo.. y piensa la idea que yo tengo sobre el término mucho tiempo, dado que tengo 339 años.-
X parecía triunfal, había conseguido elaborar un juego en el que seguramente ella saldría ganadora.
Parecía que X lo tenía todo planeado desde un principio, como un puzle, un meticuloso juego de piezas que X había elaborado cuidadosamente. ¿Podía ser así? Tal vez, era de las vampiresas más perfectas no solo físicamente, sino en todos sus planes. X sabría que Aphrodite se pasaría por aquel callejon aquella noche, a aquella hora exacta, sabría que intentaría matarla, sin éxito, pues es una cazadora novata, y también sabría que su orgullo no le dejaría pedir humildemente a la vampiresa que la soltara.
-Bueno querida, ahí va mi juego.- Su voz era la única que se escuchaba entonces
-Si te dejo escapar.. ¿Volverías a intentar encontrarme?-
Chii- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/12/2013
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