Investigación en curso (Calypso +18)

Era horrible.Todo aquello.La sangre esparcida por los alrededores,gente a todos lados que ni siquiera le conocían curioseando,...y él;el pequeño cuerpo inerte de Jay tan frío como ninguna otra cosa que hubiesen tocado mis manos jamás y yo junto a el.Me había negado a separarme de aquel pobre crío que tantas sonrisas había conseguido sacarme con sus trastadas.
El pobre Jay...No quería siquiera imaginarme que clase de persona podía haber sido capaz de terminar con la vida de un niño.

Así,tal cual estaba,con una capa que cubría todo mi cuerpo y la lencería que solía acostumbrar a portar,no tenía intención de moverme de allí.Aquel crío se había convertido prácticamente en mi hermano pequeño,me había prometido a mi misma protegerlo y quererlo como si de ello se tratase,y una vez más,había fallado,había vuelto a perder aquello que me importaba.

Nada ni nadie sería capaz de moverme de su lado.Si los agentes que en breves momentos lo habían intentado no habían podido,ni siquiera con sus amenazas de arrestarme,nada podría hacerlo.

De repente,el sonido de unos cascos de caballo me hizo levantar la vista de su pequeño cuerpo,y tras unos segundos secándome las lagrimas conseguí ver que se trataba de más polícias.

Oigo pasos,y voces,miradas y algo más,pero en esos instantes aquello me da igual,sigo abrazada al cuerpo de ese pobre niño.Creo que en breves no podré aguantar más el dolor o el frío y terminaré desmayada e inconsciente,pero hasta entonces,seguiré con él.

Algo tan frío como el cuerpo del muchacho me toque por ahí por donde la capa no llega a cubrirme y salgo de mi estado.Alzo la mirada y le veo.Es un hombre,y parece melancólico y distante.Por unos momentos pienso en la posibilidad de que sea el padre del chico,pero la desecho al acordarme de que no tenía padres,razón por la que yo le ayudaba.Oigo su voz,pero no escucho lo que dice;estoy demasiado dolida como para hacerlo.Vuelvo a sollozar,no puedo parar y sin darle mayor importancia al hombre que ahí se encuentra vuelvo mi mirada de nuevo al pequeño cuerpo y me quedo pegada a el,abrazándolo.

De repente,de alguna manera que no llego a adivinar,me encuentro lejos de Jay.Demasiado lejos.No sé como he llegado hasta allí,pero ese hombre se encuentra conmigo.Sólo sé que no quiero estar allí,necesito volver a abrazarle y sin pensarmelo dos veces giro sobre mis talones,y en un acto desesperado intento volver corriendo hacia el.Mi pequeño Jay.Sin embargo,hay algo que me lo impide,un brazo fuerte me agarra y hace que vuelva al mismo sitio en el que me han colocado.

Intento mantener la calma,y por primera vez,miro directamente a los ojos a aquel hombre.Nunca había visto una mirada así,ni siquiera unos ojos de ese azul verdoso,casi inhumano.De repente,me parece ver un color casi rojizo en ellos,pero es entónces cuando aparto la mirada.-Calypso.Susurro.-Calypso Lauria.Vuelve a repetir con la mirada clavada en el suelo.Una lagrima cae por mi rostro y mi cuerpo se apoya totalmente en el árbol que tengo detrás.-Era mi...Era como un hermano para mí,señor.

Hace frío.Creo.Porque en este preciso instante,no siento nada,tan sólo dolor.Dolor y el deseo imperturbable de que Jay vuelva,y si no vuelve,de seguir abrazada a el,y sino, de que el asesino aparezca,y matarlo con mis propias manos.Sin embargo,el humo que sale de mi boca y de la del compañero del agente con el que estoy hablando,al igual que los temblores que recorren mi cuerpo me hacen pensar que las temperaturas esta noche son mínimas.

Observo mi cuerpo.La capa se ha abierto dejando ver casi en todo su esplendor mi cuerpo y delante tengo a dos hombres,pero me da igual.Ahora lo importante es él;yo estoy más que acostumbrada a ver esa mirada de deseo en los hombres y el rojo ruborizante esta vez no amenaza mi rostro.

Miro al cielo y la encuentro a ella,la luna que tanta protección me ha dado siempre.¿Porqué no lo protegisteis también a él?Pienso desesperadamente.

Noto una mano acercándose a mi,me está ofreciendo algo.Vuelvo mi mirada hacia el hombre que me ha sacado de allí,clavo mi mirada en él.Intento descifrarle,intento saber en que piensa,pero algo me lo impide.Cojo el trozo de pañuelo que me ofrece y se lo agradezco,sin apartar la mirada de sus ojos.Seco los míos,tan húmedos ya que ahora me resulta extraño que no lo estén.-Si lo encontramos...Susurro miéntras muevo nerviosa el pañuelo entre mis manos....créame que seré yo quien acabe con su vida.Es un policía,lo sé,pero él era mi hermano y ahora mismo,el dolor y la desesperación inunda mi mente sin dejarme pensar con claridad.

Sólo cuando Zirano,creo haber escuchado que se llamaba,habla al otro agente aparto la mirada de él.No soy adivina,no poseo esa pequeña magia al igual que las gitanas que una vez me criaron,pero soy observadora,y suelo saber como es la gente,lo que acostumbra a pensar y es fácil descubrir lo que el agente que se encuentra junto a Zirano quiere.Me da igual perder un sueldo,esta noche,por lo menos,no haré nada por dinero.

El hombre se va,y su voz,la voz de Zirano, vuelve a sacarme de mis pensamientos como la primera vez.El hombre que se encuentra frente a mí,posee algo especial,lo sé,puedo sentir lo peligroso que es,pero algo me hace sentirme atraída hacia el y no poder alejarme.-Jay...Todos acostumbrábamos a llamarle Jay,sin embargo,creo recordar que se llamaba Jacob.Paseo la mano que me queda libre por mi pelo,retirando los rizos que han caído graciosamente sobre mi rostro.-No lo sé;pero no podía tener más de 12 años.Sonrío recordando los últimos meses.-Siempre andaba detrás mio,pidiéndome la mano o que le diese un beso.No lloro,pero soy consciente de que mis ojos azules ahora son aún más brillantes.-No.No que yo sepa.Yo era su única familia.Yo,y todos los que habitamos la calle.

Acerca su cuerpo al mío,intentando taparlo y algo en mi,hace que todos mis sentidos se pongan en alerta.Tiemblo casi sin ser consciente.No contesto,es un policia...No puedo descirle que soy una cortesana,aunque creo que ya se lo imagina,y supongo que ahora,me llevará a la carcel.-Yo..Soy una cortesana,señor...Se acerca aún más,agarrando la capa que me cubre y juntando sus manos en mi escote.Está tan cerca que me es necesario alzar la cabeza para poder mirarle bien,y de nuevo,vuelvo a caer presa del hechizo de sus ojos.

Sigo sin saber el qué,pero hay algo en el.Puedo notarlo y necesito saber que es,de lo contrario terminaré volviéndome loca.Quiero dejar de mirarle,y de nuevo,algo me lo impide.

Asiento con la cabeza haciéndole saber la razón por la que ahí me encuentro.Su voz es calmada y creo que intenta que yo también me tranquilice,pero no lo consigue.Quiero volver junto a él.Pobre crío,pobre Jay,mi Jay.-Está bien.Asiento,y termino sentada sobre una roca apoyada en la gran raíz de un viejo árbol.Quiero rechazar la chaqueta que me ofrece,pero una vez más,no me queda otro remedio que aceptarla.

Le observo alejarse hacia el cuerpo de mi pequeño y de repente,todo a mi alrededor empieza a volverse borroso.Creo que el frío y el dolor van a hacer que me desmalle,y así es.En menos de dos segundos se oye un golpe seco y resbalo de la roca hacia el suelo.Me he desmallado.Mi cuello queda completamente destapado,al igual que la piel de mis piernas.Parezco una muñeca abandonada en la fría noche.

Estoy en el mar.Es de noche,y la luna está en lo alto.Soy feliz.Una anciana está allí,mirándome. Busco su rostro,pero en la oscuridad no es fácil percatarse de que forma tiene.De repente algo cambia,casi sin darme cuenta,y ahora me encuentra dormida en una gran cama.Las sabanas son suaves,y la habitación es realmente preciosa.Una mujer de pelo rizado y castaño se acerca a los ventanales y los abre.Viste de forma muy elegante,y es perfecta.Me dice que mi padre me está esperando,que baje ya,y creo que es mi madre,pero cuando intento llamarla no hay sonido que salga de mi boca.Me miro en el espejo.Tan solo tengo 10 años,Soy pequeñita y mi pelo es rizado y largo,unos grandes ojos azules resaltan en mi rostro.Quiero correr e ir a ver a mi padre,abrazarle;pero ni siquiera sé quien es.

Noto una caricia demasiado pícara como para ser de mi padre.Tengo frío. Creo que estoy en la cama de la que acabo de despertar. Alguien me tapa y oigo el fuego crepitar y poco a poco,Morfeo vuelve a llevarme a su tierra.

He bajado corriendo muchisimas escaleras y veo a alguien con corona.Intento acercarme a el,para preguntarle sobre mi padre pero cuando se da la vuelta no es a un rey a quien veo.Si no a el,al gitano del que me enamoré.Y caigo de bruces sobre su cuerpo,abrazándolo y lloró.Mi madre,aquella con la que he vivido todo lo que recuerdo también está ahí,sonriendo.

Me despierto y abro los ojos.Lo primero que veo son unas sabanas rojas que hacen juego con el fuego encendido.Observo mi cuerpo,no le ha pasado nada pero estoy solamente en lencería.Mi cuerpo esta totalmente expuesto,mis pechos resaltan y se puede ver la forma de mis caderas. No sé donde estoy,y por un momento paso frío. No quiero acercarme al fuego porqué hay alguien,no sé quien es,está de espaldas. Me abrazo a mi misma. Tengo miedo y a la vez siento la tentación de acercarme a el.

Le veo levantarse,coger una copa de vino y volver a sentarse más tarde.Creo que se ha dado cuenta de que estoy aquí.Es ahora,viéndole así cuando me doy cuenta de quién es,no se trata de otra persona si no que de aquel que se encontraba conmigo en el bosque,investigando la muerte de Jay.Lo que no sé es cómo he llegado a su cama,a su casa.

Me ve,lo sé,veo como me observa inmóvil y un escalofrío recorre mi cuerpo.-¿Qué hago aquí,señor mio?Pregunto temblorosa aún,más por el miedo que por el frío.

No entiendo porqué,pero un magnetismo casi parecido al de la laguna me incita a acercarme a el,y en menos de lo que esperaba,estoy sentada,mirando al fuego,aún en lencería,en un sillón junto al suyo.

Quiero rime de aquí.No lo soporto más.Estoy nerviosa y he permanecido en el lecho de un hombre que apenas unas horas atrás era completamente un desconocido para mí.Sonríe y no aparta la mirada de mí;en fin,más bien,no la aparta de mi cuerpo,y eso me incomoda.

-Seniour,¿me preguntaba si podríais darme algunas ropas de las sirvientas para volver a mi casa?Le miro.-Creo que ya es demasiado tarde.Intento levantarme e irme,pero cuando habla,mi mente se vuelve borrosa y confusa,y como de hechicería se tratase,no me queda otra opción que volverme a sentar y aceptar la copa de vino que me ofrece.Bebo de ella.

De repente,una daga sale a relucir de su chaqueta y la apoya sobre la chimenea.Me revuelvo en mi sitio,asustada.Algo me dice que es aquella que encontraron en el cuerpo del pequeño.

Agarra mi mano,y por mas que intento soltarme de su agarre,no lo consigo.Desvío la mirada hacia otro lado,no quiero mirarle.Es un hombre fuerte,y eso es notorio cuando de un solo tirón termino cerca de su rostro.Sus palabras me hacen enrojecer,hacía tiempo que nadie me hablaba así.

Acerca su rostro,demasiado próxima al mío,y me quedo ahí,sin moverme,con la única certeza de que algo está a punto de ocurrir;nuestros labios están a punto de besarse mientras yo permanezco sin saber que hacer.El hombre que tengo frente a mí huele fuerte,a sudor y a sangre,y por alguna extraña razón eso me asusta,al igual que su proximidad.-Debería irme,mi señor;os prometo que sé protegerme sola.Comento con un rubor más que notable en mis mejillas.

En tan sólo unos segundos algo ocurre.Mi mente quiere desaparecer de ese lugar,pero mi cuerpo no responde y de repente,me siento aprisionado entre Ziranno y su brazo.Finalmente,lo que tan sólo unos segundos ´antes había imaginado ocurre y mis labios y todo lo que ello conlleva queda atrapado en los de el policía.

Mis manos actúan solas,de por sí,y acarician el torso del hombre que hay frente a mí,desabrochando,poco a poco su camisa.Su cuerpo está bien formado,con abdominales y pectorales bien marcados y cuando llego a sus pantalones,apunto de desabrocharlos paro.-Yo...Y-yo...No sé que decir.

Noto el ardor del momento en mis mejillas,y jurarían que están sonrojadas por el simple echo de sus cumplidos y de estar a punto de hacer algo así con otro nombre.

No recuerdo cuantos besos me ha dado en toda la noche,pero yo diría que muchos.Cada uno diferente a el anterior,y a cada cual más rabioso y enfurecido,y en otras,goloso.

Observo como se deshace de mi sujetador y comienza a maltratar mis grandes y suaves pechos.Me excito sin poder hacer nada por evitarlo y mis pezones se ponen duros dentro de su boca.Intento apartarme cuando me coje del pelo haciendo que me agache.-N-no...Intento decirle que no quiero pero es demasiado tarde y con una mano me dispongo a desabrocharle el pantalón.