La palabra adecuada | Melinda

por **Envy** Jue Ene 02, 2014 11:12 pm

Notre Dame era lo más parecido al cielo que un fantasma podía encontrar en aquella ciudad, para Envy así era al menos. No había pasado mucho tiempo desde que se encontró con el mayor de los hermanos Bowlby y desde el momento en que se descubrió perdidamente enamorada de él. Decir que no estaba confundida era una completa mentira, pero desde su muerte, él era lo más cercano a estar en paz y saber que era lo que debía hacer que era capaz de encontrar; adoraba la manera en la que Henry dormía tan tranquilo y esa manera en que le sonreía. ¿Cómo no podía amar la manera en la que día a día le pedía que no se fuera? La fantasma no podía más que asentir, asegurándole que no le dejaría; quería decirle más pero temía que al hacerlo terminara su existencia incorporea en aquella tierra.

Tenía miedo, por primera vez desde que había sentido como la vida se le iba volvía a temer. No deseaba dejar a Henry, una vez lo hizo y estaba segura de no querer dejarlo una segunda vez; no fue precisamente que ella lo dejara, sino que le mando muy lejos, dijo cosas que no quiso decir y al final, no pudo amarlo ni darle todo lo que merecía y ahora que estaba dispuesta a estar a su lado, no era más que una existencia temporal en busca de sentido. Ese día había dejado a Henry preparando algunos trucos de magia, solo para buscar respuestas que no encontraría en aquella Catedral pero era solo en ese lugar que podía sentir paz verdadera, además claro de cuando permanecía al lado del brujo.

La Catedral le inundaba de paz, le provocaba permanecer ahí y dejar que los problemas se disiparan e incluso le llevaba a pensar que lo mejor sería decirle al brujo que le amaba y esperar desaparecer; pero ese pensamiento desaparecía tan rápido como llegaba para sumirla después en pensamientos de otra clase. Envy podía pasar ya después de dejar todo en blanco, horas y horas en Notre Dame, solo viendo como las luces atravesaban los vitrales y formaban diversos colores y también era capaz de ver a las personas que entraban para estar un rato en presencia del Señor; de vez en cuando se topaba con alguno que otro fantasma con quien charlar o con personas que le daban la confianza como para esconderse tras alguna pilastra, volverse corpórea y hablar un rato. Y ese día, hablar con alguien era lo que estaba buscando. Cualquier cosa para dejar de lado a Henry y aquello que no podía decirle.

por **Melinda Stelle** Vie Ene 03, 2014 12:46 am

La Catedral le recordaba aquella pequeña iglesia que había sido su refugió. No podía ocultar la admiración que sentía por esos lugares aunque no tuviese unas creencias arraigadas. Quizás fuese por el aire místico que allí se escondía o por las mil y una historias que parecían contar sus paredes. El invierno era duro y el frío cada día se adentraba mas en los hueso, al menos ella tenía buena ropa con la que pasar esa angosta temporada. Tenía un negocio que la hacia vivir bien y tenía... no tenía nada más. Por eso estaba allí, para poner su mente en orden fuera de las miradas de la gente.

Estaba vacía, era la hora de comer y seguramente el sacerdote estuviese en algún sitio invitado a comer. Se acerco hasta el retablo mayor y cayó a sus pies, en un retablo más pequeño había permanecido horas escondida mientras acababan con su familias, mientras gente que se tomaba la justicia por su parte arrancaba la cabeza de sus familiares negandoles la existencia solo por haber nacidos diferentes. ¡Cuán injusta era la vida! La rabia se apoderaba de ella cuando el recuerdo venía a su mente y esta daba paso a un sin fin de lagrimas.

Pero esta vez no solo lloraba por eso, si no porque ya no encontraba paz en su cuerpo, porque ser normal había dejado de ser una opción, cada día se hacia mas duro, la soledad la consumía poco a poco y la otra Melinda se hacia mas fuerte sabiendo que eso le llevaría a una muerte mas que segura. ¿Pero qué podía hacer? ¿Cuál era la respuesta correcta? Las dos Melindas no podían existir en el mismo cuerpo y aquello la estaba matando lentamente. Ya había cometido estupideces y había descubierto cosas ,como que había otras criaturas en este mundo. Aun así, no se sentía con fuerzas para seguir adelante.

Ella que era una bruja sin serlo, no sabía nada de la vida, era una mujer encerrada en la mente de una niña. Ella que perteneció a un clan memorable no era mas que un fugaz recuerdo de su madre. Ella que presumía de haber conseguido dejar atrás lo que era, sus recuerdos le atormentaban cada noche. No podía hacer más que estar allí de rodillas ante el retablo de la Catedral mientras sus lagrimas lavaban los restos de su sutil maquillaje, mientras sacaba el cuchillo de su bolso y lo posaba en la muñeca del tatuaje dispuesta a poner fin a ese sufrimiento que le hacia cada día mas infeliz.

por **Envy** Vie Ene 10, 2014 10:49 pm

El tiempo había corrido; rápido, lento. Nada importaba realmente porque para cuando se dio cuenta solo quedaba ella en la Catedral. De nueva cuenta se había perdido en los colores y en la felicidad falsa que ellos le regalaban apenas unos segundos. Pensaba en regresar porque era probable que Henry ya comenzara a buscarle y aunque le era divertido jugar a que se perdía un rato por las calles solo para ver la mirada de preocupación del brujo, en otros momentos le causaba un gran pesar ver el sufrimiento en su rostro. Henry había recurrido algunas ocasiones a hechizos que ella desconocía solo para evitar que se alejara mucho de su lado y si bien no siempre funcionaban gran parte del tiempo le tenían atada a él.

Abandonaba ya la Catedral por la parte de la cúpula cuando el sonido de pasos llego hasta ella y se detuvo. Entrando al recinto sagrado se encontraba una joven que Envy considero bastante bella pero contrastando con la belleza que poseía, la fantasma notaba tristeza en ella así que decidió aguardar a ver que pasaba con la joven y lentamente descendió siguiendo los pasos de ella. Las lagrimas surcaban aquel hermoso rostro y su incorpórea existencia sufrió al verle. - Pobrecilla, ¿Qué será lo que te agobia? - Pregunto únicamente para si, pues aquella mujer no podía escucharle aunque estuvieran a una distancia corta.

Observo con horror como la joven extraía de su bolso un cuchillo. Envy nunca había esperado morir y ahora que era un fantasma extrañaba la vida mortal. Añoraba sentir el calor que despedía la gente y sentir realmente, pero todo aquello no era más que un recuerdo que lentamente se desvanecía. En el momento que la hoja del cuchillo acariciaba la piel de la chica, fue que no pudo soportarlo más y sin importar si es que le asustaba, se torno corpórea y tomo la mano de la chica. - No lo hagas, por favor - Ella hubiese dado todo lo que le pidieran por poder vivir, por poder sentir realmente a Henry y tener a su lado un futuro. - No desperdicies tu vida de esta manera, si algo te es difícil en estos momentos pasara tarde o temprano, pero no te hagas esto - Los ojos tristes de la fantasma se posaron en las orbes ajenas, pidiendo a Dios que hiciera recapacitar a quienes aún tenían una vida por delante.

por **Melinda Stelle** Lun Ene 20, 2014 2:27 am

El sobresalto fue grand, tanto que el cuchillo se escapo de su mano y calló al suelo, ella no esperaba que nadie la detuviese, ella no esperaba que nadie apareciese e intentara salvarla. ¿Salvarla de qué? ¿De ella misma? Eso no era posible, ella estaba condenada a una vida difícil y atormentada, ella no podría conocer la felicidad ni muchas cosas en esta vida. Parecía que el propio destino le había puesto piedras una y otra vez. Todo lo que le había pasado desde que llego a París había sido malo, y ella estaba en un punto en el que no podía seguir ni hacia delante ni hacia atrás.

Y allí se encontraba con otro ser distinto que seguramente le haría daño, le atormentaría, se aprovecharía de ella y de su inexperiencia y después la tiraría como un trapo viejo. La chica era guapa con una aire angelical que cualquier otra persona interpretaría como pacífico. Se levantó del suelo y retrocedió despacio para tener una mejor perspectiva de la situación y de su acompañante.

Y entonces se dio cuenta de que era diferente, etérea, parecía que flotaba en el aire.-¿Qué eres?-dijo de una forma brusca y fría. Era directa no quería charlas banales que al distrajesen de nada. Estaba harta, ya no podía mas. Dos personas en una, el equilibrio no existe en su cuerpo, el aire empieza a estar cargado, la tensión empieza a florecer. No quiere ser victima de otro ser, ella es victima de sí misma y de nadie mas.

por **Envy** Dom Ene 26, 2014 2:03 pm

Alejó la mano avergonzada de tan brusca intervención, pero no podía dejarle morir de esa manera así que solo se quedo ahí estática, mirando a la mujer frente a ella y esperando que no fuese a cometer alguna imprudencia llevada solo por una desilusión de la vida o una prueba no sencilla de superar. También esperaba a que se tranquilizara, su semblante se había vuelto extraño y como no, si alguien aparecía de la nada y le detenía. Seguramente si le contaba a Henry se molestaría, estar haciendo aquella clase de cosas no le estaba permitido por el brujo aunque tampoco era algo que pudiera ocultarle y como muestra de eso estaba la cadena hechizada que llevaba en el pie.

La pregunta fría y brusca en que le preguntaba que era le recordó que no tenía nada que hacer ahí, era una existencia atemporal y no debía estar en aquella tierra más. - Yo soy, algo que tu no eres pero que podrías llegar a ser si es que terminas tu vida antes siquiera de que parezca comenzar - le dedico una sonrisa suave - yo soy un fantasma, alguien que vivía pero que ya no lo hace más. Lamento haberte detenido pero no podía dejar que hicieras un acto como el que deseas, no en este lugar y mucho menos en mi presencia, o lo que resta de ella - La mujer tenía una fuerza vital conocida por ella, una fuerza como la de Henry. Esa pizca de falta de humanidad que antes no podía haber detectado y entonces levito frente a ella, poniendo su cuerpo como si estuviese acostada boca abajo pero sin dejar de mirar a la mujer - Mi nombre es Envy, ¿Cómo te llamas?

por **Melinda Stelle** Lun Feb 10, 2014 2:48 pm

Un fantasma, era lo último por ver en esta vida. Si ya era suficiente con vampiros, lobos, cambiaformas ahora tenía que conocer la existencia de fantasmas, seres que no se podían matar porque ya estaban muertos. Que cruel era la vida, y el ser que tenía delante, ahí estaba con aire de perdona vidas, Suspiro cansada de todo aquello, de tantas sorpresas de tantas cosas nuevas que no le llevaban mas que problemas.

-Y ¿qué te importa a ti que yo acabe con mi vida? Quizás así ganes una amiga con la que pasar el resto de tu existencia-comentó irónica. Camino unos pasos intentando pensar sus palabras, sus gestos, que hacer. Ella había ido allí con un fin y había sido interrumpida, ¿acaso aquello era una señal? Solo había sufrido en esa vida, desde la infancia hasta la actualidad, su vida no tenía ningún sentido, su doble personalidad era cada vez más evidente y ella...la verdadera Melinda...no tenía espacio en su propio cuerpo.

Miro de nuevo al ser volátil que tenía enfrente.-¿Por qué te importa tanto que yo muera esta noche o no?No me conoces, no sabes lo que soy, quizás merezca la muerte.-bajo la cabeza ante esas últimas palabras, parte de ella no quería morir peor no podía seguir con vida, no en esas condiciones, no en ese estado de permanente locura.

por **Envy** Vie Abr 04, 2014 7:53 am

Aquella mujer tenia razón, a Envy no le debía importar en lo más mínimo, pero no era capaz de soportar que ella deseara vivir y sentir a Henry como cualquier otra humana, darle hijos y ser feliz. La vida había tenido otros planes para ella y según su visión en esos momentos existía una gran injusticia. Vivía alguien que no lo decía y moría alguien que deseaba vivir.

-No quiero amigas, me gusta estar sola y ya tengo alguien con quien pasar mi tiempo. Igual creo que puedes tener otra opción y no solo suicidarte- notaba en los ojos ajenos que la situación era complicada pero no creía que fuera tanta como para realmente desear morir; estaba desesperada eso era obvio - no creo que nadie merezca la muerte, igual la muerte llegara en el momento en que deba llegar a ti solo debes esperar un poco más y ya lo veras.

Recorrió con sus ojos la figura de la bruja - ¿Por qué quieres morir? Nadie te garantiza que serás un fantasma y si es que llegas a serlo y no a morir por completo puede que te arrepientas y entonces será demasiado tarde para volver a vivir y… tampoco me has dicho ¿Cuál es tu nombre?

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