Ser femenina no va conmigo [Libre]

por **Amy Defoe** Dom Ene 05, 2014 10:48 pm

Por Y el cielo se puso de color rojo intenso cuando la niña, Laura murió en manos de aquellos hombres que querían quitarle su corazón para obtener un mundo mejor. Todo se nublo por completo las nubes anaranjadas comenzaron a llorar y la lluvia se intensifico cuando el cuerpo de Laura callo en el manto de césped tiñendo todo de un color rojo carmín… – - mi voz sonó como si de una muerte real se tratara, ahí estaba yo concluyendo con mi historia para los niños, bueno ellos no eran tan pequeños sino más bien de mi edad, era primera vez que les contaba a ellos historias, ya que mi historias siempre eran para los infantes (de 5 a 10 años) – Por Y el viento comenzó a correr trayendo consigo los aromas de las violetas que tanto le gustaban a la niña que al ser cubierta por ese aroma su cuerpo se levanto y estirando los brazos la lluvia y el viento hicieron que se desvaneciera por completo… y en ese momento bajo el suelo broto un rosal color rojizo con tinten violetas, ahí el rey mando hacer un altar en honor a su hija, la del buen corazón.– – los aplausos se intensificaron, mis cuentos no tenían mucho sentido pero me carneaba la cabeza para que sonaran a veces terroríficos, dulces, tristes, alegres en fin, ningún cuento lo repetía dos veces por que eran historias que se me ocurrían en esos momentos, pensé un instante mientras acudía con Jeanne, - Por ¿Es necesario que tengan sentido? – – le pregunte a lo que ella me dio una larga charla por sobre como contar las historias, pero la mayoría de las cosas ya las sabia.

Fui hasta donde los niños esperando que me hubieran dejado algo de comer a lo que me encontré con el plato lleno de migajas, suspire y sin reclamas las junte guardándolas en mis bolsillos, ya era hora de irme al refugio y de ahí al mercado para vender algunas cajitas musicales que me había robado, necesitaba dinero así que sacrificaría a tres de mis cajas de música. Salí de la corte de los milagros con la frente en alto intentando pensar en mi próxima historia, quizás iría a la biblioteca a ver algún libro, eso si es que me dejaban entrar a ese lugar. Suspire y seguí mi camino, por las callejones de la ciudad, me los conocía mejor que a mí mismo rostro, sabia en qué lugar estaba aunque fuera con los ojos cerrados.

Doble en una esquina y unas damas bien vestidas me pasaron a llevar – Por ¡Hey! Tengan más cuidado- les dije y seguí mi camino balbuceando – Todo porque tienen esos trajes, esos vestidos… hay sí, si se ven tan bellas – comencé a burlarme de ellas mientras yo caminaba con dirección sur, recogí mi cabello en una coleta mirando mi reflejo en un ventanal inmenso, me detuve por completo y logre verme, mi cabellera tomada, hacia que mi rostro se viera fino, sin maquillaje, sin nada, mis ropajes el de cualquier niño, unos pantaloncillos que no eran de mi talla y estaban afirmados con un cordel de zapatos, arriba una camisa amarillenta antes era blanca, que le había hecho unas costuras para que se ajustara a mi delgada figura, mis zapatos uno de un tipo y el otro totalmente diferente. Me quede ahí mirando, pensando en lo que era, en lo que veían los demás, sentí una angustia tremenda… y solté mi cabellera, escuche unas risas del otro lado y note que detrás del cristal habían unas damas del buen vivir riéndose de mí, les saque la lengua y les hice unas vulgaridades y continúe mi camino, pensando. Necesitaba ir donde los niños al orfanato ahí me sentía segura… Sin más comencé a caminar, con la mirada en el suelo ya en ese momento no me importaba nada.

por **Ruth Poslusny** Jue Ene 09, 2014 1:21 am

No sabía con certeza donde me encontraba, pero en realidad no me importaba, gozaba del aire fresco, de la libertad de no ir a ningún sitio, conmigo llevaba mis pocas pertenencias, incluidas las escasas cosas que me quedaban de mi vida "real", sabía que debía encontrar un sitio donde quedarme y un trabajo para poder alimentarme, nunca había tenido que esforzarme por nada en la vida, incluso cuando me escapé de casa, pero había decidido no volver a ocupar mis poderes para conseguir mis caprichos, estaba sola en el mundo y debía comportarme como una chica madura y normal. Por alguna razón me detuve en la esquina, temía que se oscureciera y no encontrara un sitio donde dormir, me distraje mirando a la gente que pasaba alrededor mio, sus ropas, su forma de caminar, sus caras, les inventaba historias de donde venían o donde iban, quien era la persona que le acompañaba y como se conocieron, un ruido que no logre distinguir si era una palabra o solo un sonido interrumpió mi concentración, era una chica en la calle del frente, vi que se detuvo frente a un ventanal, era una chica sencilla, quizá demasiado lo que le costó la burla de las personas que estaban del otro lado, vi su reacción inmediata y muy intuitiva, de seguro no era la primera vez que tenía que lidiar con este tipo de personas, pensé en todo lo que pude haber sido de haberme quedado en palacio, las criticas y las miraditas a la gente que no es "tan buena y perfecta como ellos" sentí rabia, impotencia por no poder hacer más que mirar como se burlan de otras personas, aunque la mujer ya iba bastante lejos corrí hacia ella sin pensar si quiera por que, le puse una mano en el hombro y me petrifique, ahora que se supone que tenía que decirle ni si quiera se porque corrí a buscarla, intente comenzar una disculpa, pero pensé que seria mejor una presentación - Hola mmm... este, soy Mad... digo Ruth, vi lo de la vitrina y lo siento, solo que no hagas caso a esas actitudes, no les dejes conseguir lo que quieren. -¿Y ahora que? debía esperar una respuesta, debía seguir caminando, darme la vuelta y salir corriendo, ya que estaba ahí tome la primera opción.

por **Amy Defoe** Jue Feb 06, 2014 11:05 pm

Así es la vida de una persona de mi clase social, siempre había sido así y aunque ya estaba acostumbrada a que me trataran como la peor de las escorias seguía doliendo ser como el bicho raro en el mundo. Tome aire mis hombros se levantaron y sentí el apretón en mi abrí los ojos sorprendida, ¿Acaso no se aburrían de insultar estas viejas? Aquello solo quedo en mi cabeza y me gire para ver qué era lo que deseaban, la sorpresa fue grande al ver a la joven de buen vivir, según lo decían sus ropajes, no hice ningún ademan y cuando intente hablar ella ya había comenzado. Me cruce de brazos en completo silencio, había que decirlo aquella joven tenía bastante agallas para hablarle a una persona como yo y eso, lo valoraba por sobre todas las cosas del universo. Tal vez aquella mujer conocía a las otras y solo sería otra forma de burlarse de mí, si eso tenía que ser.

Arrugue la frente y entrecerré los ojos mirándola -¿Por qué te disculpas? – le dije de la manera menos hostil que podía sonar en ese momento, no quería pecar de ingenua, pero tampoco quería caer en los juegos de aquella clase social que lo único que hacía con los que no eran iguales que ellos, la humillación. Pase saliva y di un paso hacia atrás la observe de manera normal – Ruth, ellas siempre consiguen lo que quieren ¿sabes porque? Por qué se sienten con el derecho y poder de pisotear hasta a sus propios pares, ellas consiguen lo que desean con sus caras bonitas, con sus tremendos y supongo que incómodos vestidos – dije decidida – A mí me molesta esa actitud, esos aires de grandeza que tienen y aunque fueran de la misma realeza te apuesto que por sus venas su sangre es tan roja como la mía – apunte las venas que se veían de mi mano, ya que era bastante blanca y delgada se notaban con demasía. – Además yo estoy cómoda siendo yo, ellas son las que necesitan aquellos ostentosos vestidos y artilugios para verse bien. Mi belleza es rara pero única y eso es algo que ellas nunca obtendrán.

Cierto era que a veces me pasaba horas mirando a las jóvenes de mi edad caminar por la plaza con sonrisas falsas e incomodas por los vestidos que traían, lo notaba, querían destacar en una sociedad que en lo único que se preocupaba era por las apariencias y no por como en realidad eran las personas. A mí me daba igual como me trataran, al final un día de estos me las volvería a encontrar a cada una sola y podría robarles algo para hacerles recordar que aquí se hace y aquí se paga. Al final un viejo sabio me había dicho alguna vez… “Como Pecas Pagas” aun no sabía cuáles eran mis pecados para pagarlos pero de seguro todo yo lo podía compensar. – Y me llamo Emy… y creo que tendrás problemas si te ven hablando conmigo – hice un gesto con mi rostro y un ademan con mis manos mostrando mi vestimenta. ¡Claro que no era bien visto esta mezcla social! Luego vendría la policía a hacerme una pila de preguntas del porque yo me había topado con tal persona, que le había robado y me encerrarían toda una noche, algo simplemente de lo cual ya estaba acostumbrada.

FDR: Lamento la tardanza >< tuve algunos contratiempos, pero ya ando por aquí Smile

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